1 Una inminente carencia de la felicidad dentro de una década conduciría a nuestra
sociedad a sumergirse en una depresión generalizada, frustración y pérdida de identidad. Esta inconformidad con la vida no permitiría el desarrollo de la felicidad plena de los humanos que afectaría directamente su rendimiento profesional, pero sobretodo su comportamiento personal dado que una persona que no es motivada por tener un avance no actúa en función de conseguir un logro que promueva el desarrollo. Por otro lado, puede darse también que dentro de diez años tengamos una sociedad altamente educada y preparada para enfrentar los desafíos profesionales que puedan darse, sin embargo, las responsabilidades dejan menos espacio y tiempo para tratar temas que parecen poco importante como lo son el equilibrio emocional. 2 Dado que muchas instituciones promueven la búsqueda de la felicidad y el ser libre existen aún muchas personas que creen que esto no es muy importante. Las prioridades están dirigidas a conseguir un desarrollo profesional por encima de lograr un equilibrio emocional o una libertad. En diez años con la ausencia de la felicidad nuestra sociedad vive de la apariencia, las relaciones son superficiales y no hay lazos de interés por los demás que permitan el trabajo en equipo. La falta de consciencia de nuestra comunidad no permite que esos proyectos desarrollados por instituciones de bienestar cumplan con su objetivo, y peor aún el desequilibrio de la gente seguirá sin solución principalmente por su falta de interés en relación a estos temas. 3 Por otro lado, no siempre son las instituciones quienes promueven este estilo de vida, sino la propia comunidad quien se preocupa por promover en el resto de personas un estilo de vida saludable y equilibrado. Son pues las personas en esta época quienes poseen la consciencia de la importancia de ser felices en un mundo que se mueve en torno al desarrollo económico y tecnológico sin el menor interés por los temas relacionados con el control emocional de sus empleados. 4 Por esto es importante que a través del área de las humanidades tanto en instituciones educativas y corporativas se fomente los estilos de vida saludable, dejando los malos hábitos por fuera para así tener una vida tranquila y alejada de situaciones que puedan perturbar las emociones de las personas. Es necesaria que sea esta una sociedad consciente de lo importante de ser personas felices, de educar a nuestros hijos basados en el amor y enseñarlos a buscar la felicidad haciendo las cosas que nos hacen felices como seres que buscan un espacio en este mundo diverso.