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CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

RETOS E IMPLICACIONES

BASADO EN LOS TEXTOS: EL CONCEPTO CALIDAD EN LA EDUCACION


UNIVERSITARIA: CLAVE
PARA EL LOGRO DE LA COMPETITIVIDAD INSTITUCIONAL
Vistremundo Aguila Cabrera

Postmodernidad, legitimidad y Educación*


Eduardo Terrén**

enriqueciéndola con una presentación, un video o vínculos a referencias que sustenten sus
argumentos.

¿ Es posible pensar en calidad hoy? ¿ cuáles son los desafíos que requieren
enfrentar las instituciones superiores?

El horizonte de la educación superior marcado por el derrotero de la calidad ha sido


discutido desde años atrás. Este panorama se percibió en ideologías
que consideraron la calidad como equivalente a grandes “elites” que eran
constituidas por un grupo prestigioso de docentes reconocidos por su trayectoria
académica, hasta posiciones estratégicas y evaluativas que dieran un alto
reconocimiento internacional.

No obstante, una de las grandes implicaciones actuales es el lugar del Estado


como un tercero que vigila, regula y aprueba los parámetros establecidos, ideales
y criterios adecuados para existir y mantenerse como institución. Este panorama
nos lleva a interrogar esta relación en tanto que las reformas y dinámicas que se
gestan en las instituciones superiores no se desprenden de los ritmos particulares
de las universidades sino de entidades externas ajenas a la vida de las instituciones
y con una suerte de modelos administrativos, académicos que no corresponden a
las particularidades culturales, socioeconómicas y sociales de los sujetos que
configuran y soportan la existencia de las universidades.

Desde este punto de vista, la calidad de la educación tiene que hacer rupturas con
la idea de ser una institución que acumula conocimientos universales, que pretende
establecer dogmas y un orden unilateral para la comprensión de las realidades. Es
precisamente este aspecto, lo que la posmodernidad va a cuestionar, una relación
pedagógica centrada en universales y meta-relatos que dan explicación de todo
cuanto existe. Se espera que jugar con la incertidumbre y la caída de los referentes
fijos logre deslegitimar la omnipotencia de las instituciones superiores.

Es así como los sujetos, las realidades y la globalización de la información exige


que la calidad se evidencie en la pertinencia y el impacto social, son estas últimas
las que favorecen la transformación constante de la educación superior y generan
puentes para que los intercambios de saber profesional, académico e investigativo
sean posibles en un dialogo donde la razón no tenga protagonismo. Es en esta
dirección que la calidad tiene un valor fundante en los tiempos actuales, ya que su
clímax es la pertinencia social de cada acción y sentido de ser que tenga la
educación.

Referencias

Aguila Cabrera, V. (2005). El concepto calidad en la educación universitaria: clave


para el logro de la competitividad institucional. Revista Iberoamericana De
Educación, 36(12), 1-7. Recuperado a partir de
https://rieoei.org/RIE/article/view/2886

TERREN, Eduardo. Postmodernidad, legitimidad y educación. Educ. Soc. [online].


1999, vol.20, n.67, pp.11-47. ISSN 0101-7330.

ANALISIS

El horizonte de la educación superior marcado por el derrotero de la calidad ha sido discutido


desde años atrás. Este panorama se percibió en ideologías que consideraron la calidad como
equivalente de grandes “elites” constituidas por un grupo prestigioso de docentes
reconocidos por su trayectoria académica hasta posiciones estratégicas y evaluativas que
dieran un alto reconocimiento internacional.

No obstante, una de las grandes implicaciones actuales es el lugar del Estado como un tercero
que vigila, regula y aprueba los parámetros establecidos, ideales y criterios adecuados para
existir y mantenerse como institución. Este panorama nos lleva a interrogar esta relación en
tanto que las reformas y dinámicas que se gestan en las instituciones superiores no se
desprenden de los ritmos particulares de las universidades sino entidades externas ajenas a la
vida de las instituciones y con una suerte de modelos administrativos, académicos que no
corresponden a las particularidades culturales, socioeconómicas y sociales de los sujetos que
configuran y soportan la existencia de las universidades.

Desde este punto de vista, la calidad de la educación tiene que hacer rupturas con la idea de
ser una institución que acumula conocimientos universales, que pretende establecer dogmas
y un orden unilateral para la comprensión de las realidades. Es precisamente este aspecto, lo
que la posmodernidad va a cuestionar, una relación pedagógica centrada en universales y
meta-relatos. Se espera que jugar con la incertidumbre y la caída de los referentes fijos logre
deslegitimar la omnipotencia de las instituciones superiores.

Los sujetos, las realidades y la globalización de la información exige que la calidad se


evidencie en la pertinencia y el impacto social, son estas últimas las que favorecen la
transformación constante de la educación superior y generan puentes para que los
intercambios de saber profesional, académico e investigativo sean posibles en un dialogo
donde la razón no tenga protagonismo.
Para desarrollar un proceso de evaluación y acreditación de la calidad universitaria, no basta con
una definición filosófica o académica de dicho concepto, es necesario definir un concepto de calidad con
determinadas características que le permitan:
· Ser operacional, es decir poder traducirse en elementos fácilmente manejables dentro de una
guía, modelo o procedimiento de evaluación.
· Que abarque de una u otra forma las funciones sustantivas de la universidad
· Que lleve implícito el concepto de apreciación o evaluación.
· Que esté ligado a la pertinencia social.

Posmodernidad

análisis de este contexto de crisis en una perspectiva que combina tres dimensiones del cambio social: cultural,
socioeconómica y la organizativa

Postmodernidad, postformismo y postburocracia presentan rupturas frente a la forma de pensar en la modernidad (


ideología y vida social) transición de una cultura de certidumbre a una cultura de incertidumbre.

deslegitimación de las instituciones de la modernidad

la relación
pedagógica ya no puede ampararse en las metanarrativas y universales característicos
de la cultura pedagógica de la modernidad

“muerte de la razón” o la
“muerte de lo político”

En resumen, cualquier visión del mundo o cualquier forma de pensa16


miento que pretenda un fundamento absoluto tiende a ser visto como
la consecuencia de una perversa tendencia totalitaria

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