Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Con el aumento de las dietas de moda, los ‘superalimentos’ y una gama cada vez mayor de
opciones de suplementos dietéticos, a veces es difícil saber qué comer. La ciencia ha dado
con los 5 magníficos
Las verduras de hoja verde como las espinacas o la col rizada pueden llevar a una mejoría de
la salud cerebral al cabo de los años y aumentar las habilidades cognitivas según
investigadores del Rush University Medical Center en Chicago. (Foto: Getty)
A medida que cumplimos años nos fijamos más en lo que comemos, tratando de tomar las
mejores decisiones para minimizar el riesgo de problemas de salud como presión arterial
alta, obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Y es que somos conscientes de que los problemas de salud también afectan a la función
cerebral: aumentan la degeneración nerviosa, lo que lleva a un mayor riesgo de demencia,
enfermedad de Alzheimer y Parkinson.
Fresas,
arándanos y frambuesas: un trío ganador. (Foto: Getty)
La ciencia ha demostrado que seguir un buen patrón de alimentación basado en una dieta
saludable como la Mediterránea puede protegernos contra la diabetes tipo 2, la obesidad y las
enfermedades cardíacas, según publica. La evidencia muestra que lo que es bueno para el
cuerpo generalmente también lo es para el cerebro.
Se dice que cuando el cuerpo ya no puede neutralizar el daño de los radicales libres, está
bajo estrés oxidativo. Lo que a largo plazo puede acabar generando muchos problemas. Con
ejercicio y dieta (nuestra principal fuente de antioxidantes) podemos evitarlos.
Alimentos a considerar
Hay muchos alimentos que al incluirlos en tu dieta influirán positivamente en la salud del
cerebro. Por ejemplo: frutas frescas, mariscos, vegetales de hoja verde, legumbres (incluidos
frijoles, lentejas y guisantes), así como nueces y aceites saludables.
Las dietas pobres en ácidos omega-3, habitualmente presentes en el pescado, provocan una
disminución del cerebro que equivale a aproximadamente dos años de envejecimiento
estructural del mismo. (Foto: Getty)
El pescado es una buena fuente de proteína completa. El pescado azul, en particular, es rico
en ácidos grasos omega-3, un factor protector contra el estrés oxidativo. Además, varios
estudios han descubierto que los cerebros de las personas con enfermedad de Alzheimer
carecen de este nutriente.
También son esenciales para la memoria, el aprendizaje y los procesos cognitivos, y mejoran
la microbiota intestinal.
Por otro lado, la baja ingesta dietética de ácidos grasos omega -3 está relacionada con
un deterioro cognitivo más rápido y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer preclínica.
Los estudios en ratones han demostrado que las antocianinas de esta patata protegen contra
los efectos de la obesidad sobre la regulación del azúcar en la sangre y la función cognitiva,
y pueden reducir la inflamación cerebral inducida por la obesidad.
La dieta mediterránea tradicional también se ha estudiado por sus vínculos con la longevidad
y el menor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Las verduras verdes ocupan un lugar
destacado ya que son ricas en antioxidantes que incluyen vitaminas A y C, ácido fólico,
polifenoles como la apigenina y las xantofilas de carotenoides
La remolacha es una rica fuente de antioxidantes (folato) y polifenoles, así como de cobre y
manganeso. En particular, la remolacha es rica en pigmentos betalatinos, que reducen el
estrés oxidativo y tienen propiedades antiinflamatorias.
Además, debido a su alto contenido en nitrato, el zumo de remolacha reduce la presión
arterial. Una revisión reciente de estudios clínicos en adultos mayores también indicó
claros beneficios del jugo de remolacha rico en nitrato en la salud de nuestros corazones y
vasos sanguíneos.