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DISCURSO EN LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN

DE LA FACULTAD DE INGENIERÍA
DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

12 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Estimados graduandos, familiares y amigos, directivos de colegios invitados,


profesores y directivos de la Facultad de Ingeniería, señoras y señores.

Estamos reunidos, en esta mañana, para celebrar la ceremonia de graduación


de un importante y calificado grupo de 320 estudiantes, que acceden a las
diversas titulaciones de pre y postgrado que ofrece nuestra Facultad. Este es
un momento de particular significado para nuestra Universidad, para los
graduandos y para todos quienes nos encontramos en este recinto. Acto que
reconoce y le da sentido al esfuerzo de ustedes en estos últimos años y
representa el logro de otra etapa en su proceso educativo integral, enmarcado
por los principios formativos fundantes de esta institución de ciencia y
humanismo, con valores éticos, espirituales, científicos y sociales. También, es
esta la oportunidad de expresar a todos ustedes, graduandos, nuestro
agradecimiento, reconocimiento y felicitación por haber acogido nuestro
Proyecto Educativo Javeriano y por su compromiso con él.

Esta es también la retribución a uno o más años de vida en estos claustros,


simbolizada en su titulación, respaldada por sus esfuerzos y dedicación
responsables y gracias al acompañamiento de sus padres, hermanos, esposa o
esposo, hijos, familiares y amigos, a quienes extendemos nuestra cálida
congratulación. Un logro también del trabajo riguroso y dedicado de sus
profesores y formadores, quienes por el Magis ignaciano, trabajan para
entregar a la sociedad colombiana, hombres y mujeres con excelencia
académica y humanista, principio de nuestro mencionado Proyecto Educativo.
Pero, seguramente no todo es alegría; hoy, también nos llegarán recuerdos de
momentos no muy gratos, de momentos de crisis, con difíciles visitas a sus
decanos y a los directores de programa, en las que seguramente tuvieron el
acompañamiento expresado en la “cura personalis”, para encontrar soluciones
adecuadas y en algunas ocasiones aceptar, con madurez, decisiones que
pudieron parecer severas en su proceso de formación humana y profesional.

Ahora bien, antes de instalar formalmente esta ceremonia, considero


importante presentarles algunas reflexiones para su futuro, luego de ascender
este peldaño en su escalera de crecimiento personal y profesional.

Para ello, quiero aprovechar la reciente encíclica del Papa Francisco, LAUDATO
SI’ (Alabado sea) en la que el Santo Pontífice nos desafía a proteger nuestra
casa común, el planeta Tierra. Dicho de esta forma, se puede pensar que es
una encíclica “verde” o ambiental, que vela por la naturaleza, por la flora y por
la fauna; sin embargo, al leerla, se encuentra una encíclica social, que nos
indica que el cuidado del ambiente conlleva una actitud de ecología humana, y
que no se puede decir que los humanos estemos en una parte y el ambiente,
en otra diferente. La ecología es total, es humana; no podemos separarnos del
resto del medio ambiente. Ahora bien, apreciados graduandos, ustedes
pueden estarse preguntando ¿y por qué, el Decano nos hace esta reflexión, si
seremos ingenieros o posgraduados en áreas relacionadas con la ingeniería y
no con los problemas o aspectos mencionados?

Veamos, la encíclica también nos llama a tener cuidado con “la idolatría a la
tecnocracia” y esto sí que tiene que ver con nosotros, ya que seremos
responsables, si la tecnocracia lleva al desempleo, al desplazamiento, al
aburrimiento, a las adicciones, o al sentimiento de para qué vivir, es decir, al
suicidio… Ingenieros, Especialistas, Magísteres y Doctores: atención al
panorama que nos plantea el Papa.
Adicionalmente la encíclica, contiene una sección titulada “La tecnología:
creatividad y poder” que, en los numerales 102 a 105, nos recuerda que hemos
recibido el legado de dos siglos de enormes y hermosos desarrollos: el motor a
vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, la informática, la
revolución digital y la nanotecnología, entre muchos otros; y también
pregunta, el Papa: “¿Se puede negar la belleza de un avión, o de algunos
rascacielos?” Ahora sí, ingenieros y graduandos de ingeniería, ¿nos sentimos
involucrados? Pues, el Santo Padre, dice que “la ciencia y la tecnología son un
maravilloso producto de la creatividad humana donada por Dios” por lo que
todos esos desarrollos, definitivamente nos deben alegrar.

Sin embargo, también nos advierte que, la energía nuclear, la biotecnología, la


informática y las otras capacidades que hemos adquirido o desarrollado, nos
dan a quienes logramos el conocimiento, una preponderancia política y sobre
todo un gran poder económico; un poder que nunca antes ostentó una parte
de la humanidad sobre el resto de ella, por lo que surge al menos, una
pregunta: ¿quién garantiza que ese poder y esos conocimientos sean bien
utilizados? Recordemos las bombas atómicas sobre el Japón hace algo más de
medio siglo (las que se recordaron hace poco), y el gran despliegue de
tecnologías de ciertos países, movimientos o regímenes totalitarios para llevar
a cabo matanzas de millones de personas. Conclusión: el poder puede llegar a
ser muy peligroso.

Estas, dilectos graduandos, son algunas reflexiones que, espero, les


acompañen en su ejercicio profesional y les ayude a inspirar sus proyectos de
vida; reflexiones que concuerdan con los mencionados principios de la
Universidad Javeriana y que ustedes han escuchado permanentemente:
seriedad y calidad académica, pertinencia del conocimiento y de sus
aprendizajes para aportar a la solución de problemas de nuestra sociedad,
afectada por situaciones de pobreza, violencia, desplazamiento y marginalidad,
entre otras.
Pues bien, con su formación y competencias, ustedes podrán aportar al
desarrollo digno de la sociedad colombiana y del mundo. Por ello, en sus
proyectos profesionales y personales, queridos graduandos, tengan siempre
presentes a los pobres, a los menos favorecidos, a los excluidos de esta patria y
del mundo, a tanta y tanta población vulnerable. Estamos en un muy
importante momento del país en el que los muchos y variados aspectos de sus
conocimientos y de la tecnología, se pueden constituir en un factor decisivo
para aportar a nuestra sociedad colombiana a superar la pobreza y a configurar
un nuevo orden social. Dicho de otra forma, ustedes podrán ayudar a construir
la nueva Colombia y desde cualquier lugar del planeta podrán trabajar por
estas nobles causas, por un mundo en el que como Javerianos, aportemos al
logro de una sociedad más civilizada, más culta, más justa y sostenible.

De esta manera, en poco tiempo será muy estimulante para esta, su


Universidad, enterarnos de que todos ustedes son personas sólidas, íntegras,
profesionales honestos, responsables y solidarios; dicho de manera sencilla,
con las famosas cuatro C’s: Comprometidos, Competentes, Conscientes y
Compasivos, siempre en pleno crecimiento humano y profesional y que, en un
futuro, como reza nuestro himno:

“El bronce de los siglos


esculpirá en la historia
tus hazañas, tu nombre y tu gloria,
preclara estirpe de Javier”

Con estas ideas, de fondo, iniciemos, entonces, esta magna ceremonia de


graduación.

Muchas gracias.

Jorge Luis Sánchez Téllez


Decano Facultad de Ingeniería
12 de septiembre de 2015

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