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ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL DE LA SENTENCIA C- 211/2017 DE LA CORTE

CONSTITUCIONAL

A. ANÁLISIS CONCEPTUAL

I. IDENTIFICACIÓN DE LA PROVIDENCIA

Corporación: Corte Constitucional Colombiana


Numero: Sentencia C-211 de 2017.
Magistrado Ponente: Iván Humberto Escrucería Mayolo.
Fecha: 05 de abril de 2017

II. HECHOS JURIÍDICAMENTE RELEVANTES

La demanda presentada a la Corte presente la declaración de ilegalidad del artículo


140, parágrafo 2 numeral 4, y parágrafo 3, toda vez que para la persona que presentó
la demanda se están desconociendo los derechos de las personas que ejercen
actividades de venta informal, pues al ser una población vulnerable, no pueden estar
normas obligarlos a abandonar el sustento que han encontrado para sus vidas,
algunos desde hace muchos años.

En la demanda se refiere que el congreso, al momento de expedir la ley del código


de policía, pensaba introducir un artículo que obligara al congreso a implementar una
política pública para reubicar y mejorar las condiciones laborales de los vendedores
informales, sin embargo, ese artículo fue retirado en el tramite de la ley, por lo que no
se cumplió con la orden que emitió la Corte Constitucional en anteriores sentencias.
También se dijo que se violaban las convenciones de la OIT y otros tratados
internacionales ratificados por Colombia que ordenaban a los países legislar a favor
de las personas más vulnerables, pues con esta medida lo que se busaca era
perjudicar, perseguir y erradicar a quienes laboran de esta forma, quienes de manera
clara resultan especialmente vulnerables por su pobreza generalizada.

Según él, imponer una sanción en ese punto contraria el debido proceso pues se
ignoran las condiciones subjetivas que llevan a cada persona a ocupar el espacio
público, e impone una medida con el simple hecho de comprobarse objetivamente la
ocupación del espacio público.

Dice también que en un Estado Social de Derecho es importante respetar el espacio


público como derecho de todos, pero que el interés de todos no puede estar por
encima de la dignidad humana, desconociendo la cruda realidad que muchas
personas deben afrontar para sobrevivir en un país con un nivel de desarrollo como
Colombia, con sus niveles de desempleo. Por eso solicita que se declare la
inconstitucionalidad de esos parágrafos y numerales y que en su lugar se ordene al
legislador implementar una política pública que garantice los derechos al mínimo vital
y al trabajo en condiciones dignas de las personas que ejercen actividades de venta
informal, como una excepción a las multas y sanciones que legítimamente puede
imponer el estado por la ocupación del espacio público cuando hay violación de las
normas vigentes.

III. PROBLEMA JURÍDICO

EL problema jurídico en esta sentencia consiste en determinar si existe una violación


de derechos constitucionales con la expedición de las medidas correctivas en contra
de la ocupación del espacio público contenidas en el código Nacional de Policía, Ley
1801 de 2016, específicamente el numeral 4 y los parágrafos 2 (numeral 4) y 3 del
artículo 140, toda vez que según el accionante, esta norma es contraria los principios
que inspiran un Estado Social de Derecho, en la media en que impone una carga
desproporcional en contra de los vendedores ambulantes, que desconoce sus
necesidades mínimas vitales, su condición de seres humanos dignos, la confianza
legítima y su condición de especial vulnerabilidad.

IV. ASPECTO JURÍDICO CONSIDERADO

Derecho a la vida digna


Derecho al trabajo en condiciones dignas
Derecho al mínimo vital
Derecho a la buena fe
Derecho a la legítima confianza

V. TESIS

Corte Constitucional: No accede a lo solicitado por el accionante, pero modula su


fallo en el sentido de garantizar el derecho al mínimo vital y los derechos de las
personas en estado de vulnerabilidad, así como el principio de legítima confianza.

VI. EXPLICACIÓN DE LA TESIS

Para explicar su negativa, la corte se trae a colación los siguientes argumentos:

1. Para la Corte, el derecho de las personas que laboran en condición de


informalidad y ocupando el espacio público son de competencia del Estado,
quien debe propender porque de manera especial se mengüen los efectos que
la pobreza, el desempleo, las malas condiciones económicas pueda tener
sobre estas personas.
2. Reconoce la Corte que estas personas han sido reiteradamente víctimas de los
vaivenes de la economía y que en su mayoría lo único que buscan es un medio
para satisfacer sus necesidades básicas y las de su núcleo familiar

3. Igualmente, profundiza en el principio de la legitima confianza según el cual, no


se pueden afectar de manera inmediata las condiciones de vida de una persona
sin que antes se haya dado un plazo para adaptarse a la nueva realidad
jurídica, por lo que las personas que desde hace mucho tiempo ejercen esta
actividad no pueden ser imprevistamente censurados sin afectar drásticamente
sus condiciones de vida.

4. Además, el Estado tiene la obligación de propender porque las personas


accedan al empleo y a condiciones laborales dignas, como una de sus
funciones principales según el artículo segundo de la Constitución.

5. No obstante, también considera cualquier estado debe implementar medidas


para garantizar el goce de los bienes públicos, siendo la medida de multa
ajustada a la constitución y la naturaleza sancionatoria del código de Policía,
porque además es eficiente para cumplir ese fin constitucional de proteger el
espacio público.

6. Por lo anterior, la medida de imponer multa, de decomiso y destrucción de la


mercancía que de forma reincidente ocupe el espacio público es exequible y
ajustada a la constitución, pero ella no podrá imponerse contra aquellas
personas que se encuentren en especial estado de vulnerabilidad, o que se
encuentren amparados por el principio de la legítima confianza, hasta tanto no
se les ofrezca una reubicación que garantice sus derechos fundamentales.
VII. SALVAMENTO DE VOTO

Para la Magistrada María Victoria Calle, el hecho de considerar los derechos de la


población vulnerable no puede dejar espacio para que a discrecionalidad de las
autoridades de policía se determine quienes reúnen las condiciones pare estar
excentos de la medida de multa y destrucción de la mercancía.

Argumenta que la corte debió excluir a todas las personas que desempeñaran
actividades de venta informal, hasta que se adelante una política pública de
reubicación que pueda cobijar a todos los ciudadanos. Lo anterior lo expresó de la
siguiente manera:

“las personas que se dedican al trabajo informal en el espacio público hasta tanto
las autoridades competentes hayan planificado, coordinado y ejecutado los
programas de reubicación u ofrecido alternativas de trabajo formal, en garantía de
los derechos fundamentales a la dignidad humana, mínimo vital y trabajo”

VIII. METODO
Sociológico

IX. ANÁLISIS CRÍTICO

Personalmente, considero que el derecho al espacio publico debe ser uno de los ejes
principales que guíe la actividad de policía del estado, esa es precisamente la categoría
que le da la norma demandada a ese derecho pues, el fin de la medida que está siendo
demandada, tal y como lo manifestó la corte, es conseguir el objetivo constitucional
consagrado en el artículo 85 de esa norma suprema, que no es más que el resguardo del
espacio público para el cumplimiento de sus fines sociales, en consideración a los
perjuicios que conlleva la excesiva e inadecuada ocupación del mismo.
Igualmente una medida idónea para contrariar la indebida ocupación del espacio público
es la de disuadir a las personas de hacerlo por medio de la imposición de multas y de la
destrucción de los instrumentos con que se esta ejerciendo esta ocupación ilegal, por lo
que desde la perspectiva del fin constitucional el texto normativo demandado es
totalmente legal y razonable, pues responde a la primacía de este derecho en con
Sentencias como la SU-360 de 1999 y la C-265 de 2002, jurisprudencias donde se ha
exaltado este valor como de vital importancia:

“La protección del espacio público, así entendida, responde a la necesidad de conciliar
los diferentes ámbitos y esferas sociales en un lugar común, sin desconocer, en todo caso,
el principio constitucional consagrado en el artículo primero de la Carta, mediante el cual
se garantiza la prevalencia del interés general frente a los intereses privados, en beneficio
de la colectividad”

Me parece muy rescatable el recuento que la corte hace sobre la situación de las
personas en condición de trabajadores informales, porque observamos como es una
situación mayor a la que se puede observar habiendo lugares con altos porcentajes de
personas que vive a partir de esta actividad, siendo importante resaltar que no solo es
una población fija, sino que las cifras van y vienen conforme se vaya dando la situación
económica del país, pues al perder sus empleos muchas personas en primera medida
acuden a las ventas informales para soportar sus gastos del día a día.

Pienso que en Colombia existe un evidente problema respecto a la carencia de voluntad


política para solucionar de raíz problemas que en principio pueden ser menos invasivos,
como el problema de las ventas informales, pues es una realidad que no se va a solucionar
imponiendo multas a un grupo de ciudadanos o destruyendo sus pertenencias, el
problema viene de mucho más a fondo, y está directamente relacionado con la falta de
educación y oportunidades que son pan de cada día en nuestra patria.
Y es que serían muchas las personas que se salvarían de estar en esa condición si
tuviéramos una amplia cobertura de seguridad social e instituciones sólidas para fortalecer
ese amplio sector pobre de la población a partir de educación y programas sociales, y el
fortalecimiento de las empresas y de la iniciativa privada para la creación de mas puestos
de trabajo.

Por eso considero que la posición de la corte debió ser más radical dando órdenes directas
al legislador, está bien que en jurisprudencia anterior haya declarado a estas personas
como sujetos vulnerables, y se haya reconocido la obligación del Estado de legislar en
favor de los desamparados, pero en esta sentencia del año 2017, aún viendo que la
situación de los vendedores en vez de menguar parece cada día peor, no solo se debe
modular la interpretación de una norma en el sentido de excluir a las personas que ejercen
el comercio informal amparados por la legítima confianza, sino que se debió ordenar para
todos una política de reubicación más garantista y que pueda cubrir al enorme porcentaje
de la población que ejerce este tipo de actividades.

En últimas todo se reduce a una pelea entre un ciudadano que busca sobrevivir, y un
policía que intenta cumplir la Constitución en beneficio de la ciudadanía, por lo que resulta
desproporcionado aceptar que las personas que son vulnerables puedan ser objeto de
dicha medida, pues de ser así la fuerza del estado de iría en contra de las personas más
pobres y a veces, con más problemas, por eso es prudente excluir de la regulación a estas
personas, considerando además del reconocimiento que se le ha hecho al principio de la
legítima confianza.

Pienso que en un futuro puede resultar un problema determinar, conforme a la orden de


la corte, que personas cumplen con ese requisito de la legitima confianza y con su
condición de vulnerabilidad, resultará de una política pública seguramente, pero ésta debe
ingeniárselas para respetar los derechos de los vendedores vulnerables, lo que se logrará
solamente a través de la reubicación efectiva y la formalización de lugares de trabajo.

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