Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CONSTITUCIONAL
A. ANÁLISIS CONCEPTUAL
I. IDENTIFICACIÓN DE LA PROVIDENCIA
Según él, imponer una sanción en ese punto contraria el debido proceso pues se
ignoran las condiciones subjetivas que llevan a cada persona a ocupar el espacio
público, e impone una medida con el simple hecho de comprobarse objetivamente la
ocupación del espacio público.
V. TESIS
Argumenta que la corte debió excluir a todas las personas que desempeñaran
actividades de venta informal, hasta que se adelante una política pública de
reubicación que pueda cobijar a todos los ciudadanos. Lo anterior lo expresó de la
siguiente manera:
“las personas que se dedican al trabajo informal en el espacio público hasta tanto
las autoridades competentes hayan planificado, coordinado y ejecutado los
programas de reubicación u ofrecido alternativas de trabajo formal, en garantía de
los derechos fundamentales a la dignidad humana, mínimo vital y trabajo”
VIII. METODO
Sociológico
Personalmente, considero que el derecho al espacio publico debe ser uno de los ejes
principales que guíe la actividad de policía del estado, esa es precisamente la categoría
que le da la norma demandada a ese derecho pues, el fin de la medida que está siendo
demandada, tal y como lo manifestó la corte, es conseguir el objetivo constitucional
consagrado en el artículo 85 de esa norma suprema, que no es más que el resguardo del
espacio público para el cumplimiento de sus fines sociales, en consideración a los
perjuicios que conlleva la excesiva e inadecuada ocupación del mismo.
Igualmente una medida idónea para contrariar la indebida ocupación del espacio público
es la de disuadir a las personas de hacerlo por medio de la imposición de multas y de la
destrucción de los instrumentos con que se esta ejerciendo esta ocupación ilegal, por lo
que desde la perspectiva del fin constitucional el texto normativo demandado es
totalmente legal y razonable, pues responde a la primacía de este derecho en con
Sentencias como la SU-360 de 1999 y la C-265 de 2002, jurisprudencias donde se ha
exaltado este valor como de vital importancia:
“La protección del espacio público, así entendida, responde a la necesidad de conciliar
los diferentes ámbitos y esferas sociales en un lugar común, sin desconocer, en todo caso,
el principio constitucional consagrado en el artículo primero de la Carta, mediante el cual
se garantiza la prevalencia del interés general frente a los intereses privados, en beneficio
de la colectividad”
Me parece muy rescatable el recuento que la corte hace sobre la situación de las
personas en condición de trabajadores informales, porque observamos como es una
situación mayor a la que se puede observar habiendo lugares con altos porcentajes de
personas que vive a partir de esta actividad, siendo importante resaltar que no solo es
una población fija, sino que las cifras van y vienen conforme se vaya dando la situación
económica del país, pues al perder sus empleos muchas personas en primera medida
acuden a las ventas informales para soportar sus gastos del día a día.
Por eso considero que la posición de la corte debió ser más radical dando órdenes directas
al legislador, está bien que en jurisprudencia anterior haya declarado a estas personas
como sujetos vulnerables, y se haya reconocido la obligación del Estado de legislar en
favor de los desamparados, pero en esta sentencia del año 2017, aún viendo que la
situación de los vendedores en vez de menguar parece cada día peor, no solo se debe
modular la interpretación de una norma en el sentido de excluir a las personas que ejercen
el comercio informal amparados por la legítima confianza, sino que se debió ordenar para
todos una política de reubicación más garantista y que pueda cubrir al enorme porcentaje
de la población que ejerce este tipo de actividades.
En últimas todo se reduce a una pelea entre un ciudadano que busca sobrevivir, y un
policía que intenta cumplir la Constitución en beneficio de la ciudadanía, por lo que resulta
desproporcionado aceptar que las personas que son vulnerables puedan ser objeto de
dicha medida, pues de ser así la fuerza del estado de iría en contra de las personas más
pobres y a veces, con más problemas, por eso es prudente excluir de la regulación a estas
personas, considerando además del reconocimiento que se le ha hecho al principio de la
legítima confianza.