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En las últimas semanas se multiplican las declaraciones públicas contra el psicoanálisis, las
profecías alarmistas, los ataques virulentos y los rechazos injustos. ¿Qué está pasando?
Por un lado, el psicoanálisis está bien vivo, alivia la vida cotidiana, sorprende siempre al
que le confía su síntoma, apoya a los que luchan por encontrar una dirección a un gran
sufrimiento, orienta a los practicantes de una delicada clínica de la aflicción psíquica,
capta el interés de los estudiantes. Los seminarios universitarios están completos, las
enseñanzas que se imparten en las Escuelas son muy esperadas, los coloquios y los
congresos muy frecuentados. Se destaca de ello la alegría de nuevas perspectivas, la
constatación de la operatividad de los conceptos y la eficacia de la clínica.
Sin embargo, uno anuncia su declinación [1], los otros aprovechan la oportunidad para
revivir la cantinela de su falta de cientificidad [2], el tercero le presta posiciones
homofóbicas [3], el cuarto pone en su cuenta la culpabilización de los padres de los
autistas [4], finalmente -al mismo tiempo- la noción de "inconsciente" desaparece (con la
de "trabajo") de los programas de filosofía. ¿Pero qué mosca les pica? ¿Y de qué hablan?
¿De psicoanálisis? Ni del que conocemos, ni del que practicamos, ni de la forma en que
entendemos su ética.
¿Por qué eliminar al inconsciente de los programas de filosofía en Terminale, como parece
predecirlo su desaparición en las propuestas presentadas recientemente al Ministro
Blanquer? ¿Cómo no darse cuenta que se trataría entonces de erradicar pura y
simplemente las nociones que iluminan los dos grandes determinismos que modelan al
hombre moderno, los dos grandes pensadores (Freud y Marx) cuyo estudio también
permite a los alumnos tener la oportunidad de salir precisamente de esas vías todas
trazadas por el otro? Todos saben hasta qué punto el encuentro con la filosofía puede
constituir un acontecimiento: es el momento de la pubertad, donde se juega para los
adolescentes esa delicada transición entre el niño y el adulto, el compromiso afectivo,
sexual y político, quizás, el momento en que la clase de "filo" puede permitir elaborar por
primera vez sin duda su pensamiento singular, ejercitar su espíritu crítico, elegir su
camino. ¿Qué queremos para los que construirán el mañana? ¿Tener la idea, gracias a
Freud, que uno puede sentirse superado por sus pensamientos, sus actos, por una fuerza
pulsional sobre la cual es posible saber un poco más, o formatear mentes estrictamente
adaptadas a la ley del mercado?
¿Por qué entonces, si se trata de preservar cierto pluralismo (como lo afirman sus
detractores), combatir el psicoanálisis? Más allá de la eterna crítica de la falta de
cientificidad del psicoanálisis, ¿No se trata sobre todo de introducir de forma exclusiva
una corriente cognitivo-conductual, por no decir una ideología exclusiva, no sólo en el
campo académico sino también en el pedagógico, el sanitario, el médico-social, el
educativo?
La crítica de los cognitivos se basa además en una epistemología tan ruidosa como
empírica y simplista, que ignora otras perspectivas críticas que interrogan a la ciencia
misma y cuestionan el ideal de la justificación. Feyerabend, especialmente en su "Contra
el método", muestra que la ciencia es un campo profundamente anárquico en el que la
proliferación de teorías siempre es beneficiosa [10]. El psicoanálisis no es menos científico
que la ciencia misma, sólo que es capaz de conocer sus propios límites.
¿Por qué gastar tanta energía en él (utilizando los medios de comunicación, las
autoridades públicas, el gobierno, la Asamblea Nacional -¿Quién no recuerda la resolución
liberal de D. Fasquelles?) si está tan moribundo y anticuado? ¿Se tendrá demasiado amor
por él?
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https://www.lemonde.fr/idees/article/2019/02/08/elisabeth-roudinesco-les-
psychanalystes-contribute-to-their propio declin_5420766_3232.html
[2] Jérôme Sackur, Joel Swendsen, "El psicoanálisis es su mejor enemigo", Le Monde, 20
de marzo de 2019
[https://www.lemonde..fr/idees/article/2019/03/20/la-psychanalyse-est-son-propre-
meilleur-ennemi_5438887_3232.html]https:
//www.lemonde..fr/idees/article/2019/03/20/la-psychanalyse-est-son-propre-meilleur-
ennemi_5438887_3232.html
[4] Solène Cordier, "El desorden de las familias de niños autistas que enfrentan las
sospechas de los servicios sociales", Le Monde, 31 de marzo de 2019.
https://www.lemonde.fr/societe/article/2019/03/30/le-desarroi-des-familles-d-enfants-
autistes-face-aux-services-sociaux_5443535_3224.html
[5] Didier Eribon, transmitido "Por Jupiter! Del 11 de marzo de 2019 sobre Francia Inter.
[6] Aurélie Pfauwadel, Sophie Marret-Maleval, "Las formas de renovación del psicoanálisis
son numerosas", Le Monde, 1 de abril de 2019.
https://www.lemonde.fr/idees/article/2019/04/01/les-voies-de-renouvellement-de-la-
psychanalyse-sont-nombreuses_5444312_3232.html
[8] Los Centros Psicoanalíticos de Consulta y Tratamiento (CPCT, por sus siglas en francés)
fueron creados en toda Francia por la É C F a principios de la década de 2000 y ofrecen
consultas y tratamientos analíticos de duración limitada sin compensación financiera.
[10] Paul Feyerabend, Contra el método. Bosquejo de una teoría anarquista del
conocimiento, París, Seuil, 1979.
https://mailchi.mp/78653221cc10/el-psicoanlisis-no-est-moribundo-tln-941-suplemento-
especial-importante