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Rodi

Nahuelka
PerroLocoMoody
CONTRATOS
2° AÑO - ABOGACÍA

IMPORTANTE: El siguiente resumen no exime al compañero de clase de la cuidadosa lectura de los libros
sugeridos por los Catedráticos de la materia y del análisis de lo visto en clase. El presente resumen expresa el mínimo
conocimiento de la materia.

CONTRATOS
Parte General

En Materia de contratos, el Código Civil y Comercial:

 Se regulan y unifican contratos tales como la compraventa (art. 1123 y ss.), permuta
(art. 1126 y 1172), suministro (art. 1176), locación (art. 1187), mandato (art. 1319), mutuo
(art. 1525), comodato (art. 1533), donación (art. 1542), fianza (art. 1574) y renta vitalicia
(art. 1599).

 Se incorporan formas de contratación como el arbitraje (art. 1649), agencia (art. 1479),
concesión (art. 1502), franquicia (art. 1512), fideicomiso (art. 1666), contratos asociativos
(art. 1442), y los celebrados en bolsa o en mercado de valores (art. 1429), entre otros.

 Se regulan los contratos bancarios tipificados, como el depósito -de dinero, a la vista y a
plazo- (art. 1390 y ss.); la cuenta corriente bancaria (art. 1393); el préstamo (art. 1408) y el
descuento bancarios (art. 1409); la apertura de crédito (art. 1410); el servicio de caja de
seguridad (art. 1413); la custodia de títulos (art. 1418); el factoraje (art. 1421) y el leasing
(art. 1227).

Se recepta una serie de principios generales en materia de contratos de consumo, los que
se complementan con la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240).

Se incluye la regulación de las prácticas abusivas, la información y publicidad, las


modalidades especiales y las cláusulas abusivas (Arts. 1092 a 1122 CCyC).

 Se incorpora la figura de la responsabilidad precontractual. Las partes son libres para


promover tratativas dirigidas a la formación del contrato, y para abandonarlas en cualquier
momento (Art. 990).
 Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una oferta, las
partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de
este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber
confiado, sin su culpa, en la celebración del contrato (art. 991).

Se introduce el contrato por adhesión a cláusulas predispuestas (arts. 984 a 989). Se


define al contrato celebrado por adhesión a cláusulas generales predispuestas, indicando los
requisitos que éstas deben tener, y distinguiendo entre cláusulas particulares, ambiguas y abusivas.
El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a
cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el
adherente haya participado en su redacción (art. 984).
Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles y autosuficientes. La
redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible. Se tienen por no convenidas aquellas que
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efectúan un reenvío a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente,


previa o simultáneamente a la conclusión del contrato. Todo esto resulta aplicable a las
contrataciones telefónicas, electrónicas o similares (art. 985).
Control judicial de las cláusulas abusivas. La aprobación administrativa de las cláusulas
generales no obsta a su control judicial. Cuando el juez declara la nulidad parcial del contrato,
simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin comprometer su finalidad (art. 989).

Contrato de Consumo -Relación de Consumo- como nuevas categorías de contratos (arts. 1092 a
1095 CCyC).

 Se incluyen una serie de principios generales de protección del consumidor que actúan
como una “protección mínima”, definiendo el concepto de consumidor, relación de
consumo, contrato de consumo, interpretación y prelación normativa.
 Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en
forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social.
 Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u
onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social (art.
1092).

Contrato de Locación, sus prórrogas y modificaciones, se establece que deben ser hechos
por escrito (art. 1188). Excepto pacto en contrario, la locación se transmite por causa de muerte y
subsiste durante el tiempo convenido, aunque la cosa locada sea enajenada (art. 1189).
Continuador de la Locación: Si la cosa locada es inmueble destinada a habitación, en caso
de abandono o fallecimiento del locatario, la locación puede ser continuada en las mismas
condiciones pactadas, y hasta el vencimiento del plazo contractual, por quien lo habite y acredite
haber recibido del locatario ostensible trato familiar durante el año previo al abandono o
fallecimiento. El derecho del continuador en la locación prevalece sobre el del heredero del
locatario (art. 1190).
Locación Habitacional: Si el destino es habitacional, no puede requerirse del locatario: el
pago de alquileres anticipados por períodos mayores a un mes; depósitos de garantía o exigencias
asimilables, por cantidad mayor del importe equivalente a un mes de alquiler por cada año de
locación contratado; el pago de valor llave o equivalentes (art. 1196).

El contrato de locación de inmueble: cualquiera sea su destino, si carece de plazo expreso y


determinado mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal de dos años (Art. 1198
CCyC):
 Se detallan las obligaciones de las partes:

a) Del locador: Entregar la cosa; conservar la cosa con aptitud para el uso convenido; pagar las
mejoras; si por caso fortuito o fuerza mayor, el locatario se ve impedido de usar o gozar de la
cosa, o esta no puede servir para el objeto de la convención, puede pedir la rescisión del contrato,
o la cesación del pago del precio por el tiempo que no pueda usar o gozar de la cosa; y se atiende
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al supuesto de pérdida de luminosidad del inmueble urbano por construcciones en las fincas
vecinas, situación que no autoriza al locatario a solicitar la reducción del precio ni a resolver el
contrato, excepto que medie dolo del locador (art. 1200 a 1204).

b) Del locatario:
- Tiene prohibido variar el destino; debe conservar la cosa en buen estado;
pagar el canon locativo (a falta de convención, el pago debe ser hecho por anticipado: si la cosa es
mueble, de contado; y si es inmueble, por período mensual); restituir la cosa y entregar las
constancias de los pagos efectuados. No tiene a su cargo el pago de las que graven la cosa, excepto
pacto en contrario (Art. 1205 a 1210 CCyC).
- El locatario puede realizar mejoras en la cosa locada, excepto que esté
prohibido en el contrato, alteren la substancia o forma de la cosa, o haya sido interpelado a
restituirla.
- No tiene derecho a reclamar el pago de mejoras útiles y de mero lujo o
suntuarias, pero, si son mejoras necesarias, puede reclamar su valor al locador (art. 1211).

El leasing es aquel contrato en el cual el dador conviene transferir al tomador la tenencia de un


bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le confiere una opción
de compra por un precio.
El objeto pueden ser muebles, inmuebles, marcas, patentes o modelos industriales y
software, sobre los cuales el dador, tenga la propiedad o el derecho de dar en leasing (art. 1228).
El monto y la periodicidad de cada canon se determinan convencionalmente –Canon- (art.
1229) y el precio por el ejercicio de la opción de compra debe estar establecido en el contrato o
ser determinable según procedimientos o pautas pactadas (art. 1230).
El CCyC dispone que la responsabilidad objetiva emergente del artículo 1757 recae
exclusivamente sobre el tomador o guardián de las cosas dadas en leasing (art. 1243)
Quedan comprendidas dentro del régimen las variantes de leasing, conforme a las diversas
modalidades en la elección del bien. así, el bien objeto del contrato puede: a) comprarse por el
dador a persona indicada por el tomador; b) comprarse por el dador según especificaciones del
tomador o según catálogos, folletos o descripciones identificadas por éste; c) comprarse por el
dador, quien sustituye al tomador, al efecto, en un contrato de compraventa que éste haya
celebrado; d) ser de propiedad del dador con anterioridad a su vinculación contractual con el
tomador; e) adquirirse por el dador al tomador por el mismo contrato o habérselo adquirido con
anterioridad; o f ) estar a disposición jurídica del dador por título que le permita constituir leasing
sobre él (art. 1231).
A efectos de la registración del contrato de leasing son aplicables las normas legales y
reglamentarias que correspondan según la naturaleza de los bienes.
En el caso de cosas muebles no registrables o software, se aplican las normas registrales de
la Ley de Prenda con Registro y las demás que rigen el funcionamiento del Registro de Créditos
Prendarios (art. 1235).
El contrato debidamente inscrito es oponible a los acreedores de las partes. Los acreedores
del tomador pueden subrogarse en los derechos de este para ejercer la opción de compra (art.
1237).
El derecho del tomador a la transmisión a su favor del dominio sobre el bien objeto del
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contrato nace con el ejercicio de la opción de compra y el pago del precio del ejercicio de la
opción. El dominio se adquiere cumplidos esos requisitos (art. 1242).

Respecto del Fideicomiso, Art. 1666 a 1707 CCyC. En ellos se destacan cuestiones tales
como: el fideicomiso como contrato; el ejercicio de los derechos conferidos al beneficiario y al
fideicomisario; las características esenciales del activo fideicomitido; la admisibilidad del
fideicomiso de garantía; la liquidación judicial del fideicomiso; la reglamentación de una situación
de acefalía en el ejercicio de la propiedad fiduciaria y la registralidad de ciertas restricciones
respecto al ejercicio de facultades fiduciarias

En cuanto a Contratos el CCyC adopta el siguiente criterio:

Regula los Contratos de Consumo, (Arts. 1092 al 1122 CCyC, pero no deroga la Ley
24240, sino que modifica sus artículos 1º, 8º, 40bis y 50, según surge del “Anexo de la ley de
derogaciones” (ver art. 2° ley 26.994, que aprueba el Anexo II, que dispone esta y otras
modificaciones normativas). Es decir que el tema tendrá una doble regulación.

DE CONSUMIDOR y de “EQUIPARADO”:

En el texto del CCyC, se sigue un concepto restringido o finalista de consumidor, en línea


con lo que se vino regulando hasta ahora en la ley 24.240:

Art. 1092.- Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre
un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que
adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u
onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

Como puede observarse, el concepto de consumidor y de equiparado al consumidor será


prácticamente idéntico en ambos textos. Decimos que es un concepto restringido o finalista
porque resulta caracterizante del mismo la finalidad por la cual se adquieren o utilizan los bienes
o servicios (“como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social”)

CONCEPTO DE EQUIPARADO

El art. 1092, antes citado, establece que


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Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u
onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

Como puede observarse, el artículo 1092 CCyC, tienen un concepto más restringido del
“equiparado” porque eliminan la expresión “a quien de cualquier manera está expuesto a una
relación de consumo”.

LAS TRES “CATEGORIAS DE CONTRATOS”:

Mediante la regulación de los “contratos por adhesión”, el Código CyC busca a proteger a los
otros débiles jurídicos, los que no entran en la categoría de “consumidores”.

Pueden observarse tres grandes categorías de contratos:

I. Los contratos Discrecionales


II. los celebrados por Adhesión
III. los de Consumo.

I) Los contratos “DISCRECIONALES”, “NEGOCIADOS” o “PARITARIOS” (contratos


donde las partes están en paridad de condiciones), donde rige en plenitud la autonomía de la
voluntad.

II) Los contratos CELEBRADOS POR ADHESIÓN A CLÁUSULAS GENERALES


PREDISPUESTAS

Regulados en los arts. 984 a 989. Son aquellos "mediante el cual uno de los contratantes
adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero,
sin que el adherente haya participado en su redacción." (conf. Art. 984)

En esta categoría de contratos, la autonomía de la voluntad está limitada por normas de


orden público, que tienen la finalidad de evitar abusos por parte del predisponte. Por ejemplo:

Art. 987.- Interpretación. Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se
interpretan en sentido contrario a la parte predisponente.

Art 988.- Cláusulas abusivas. En los contratos previstos en esta sección, se deben tener por no
escritas:

a) las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;


b) las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos
del predisponente que resultan de normas supletorias;
c) las que por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente previsibles.

III) Los CONTRATOS DE CONSUMO (arts. 1092 a 1122)

Estos pueden ser o no celebrados por adhesión. La autonomía de la voluntad está limitada
por normas de orden público, que tienen la finalidad de evitar abusos por parte del proveedor.

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En los contratos de consumo se protege al consumidor, sea o no adherente. Eso no


importa. Es decir, no importa la modalidad de contratación (si hubo o no hubo negociación previa,
conforme surge, por ejemplo, de la lectura de los arts. 1117 y 1118). Lo que importa es que uno de
los contratantes, el proveedor, es un profesional y el otro, el consumidor, no lo es. Esa diferencia
es la que pone al consumidor en situación de debilidad.

RESUMEN LIBRO DE MOSSET ITURRASPE


“CONTRATOS”

CAPÍTULO I
UBICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN

La importancia de los Contratos

A lo largo de nuestra vida establecemos distintos Vínculos Sociales, formando parte en un


principio de nuestra Familia considerándose a la misma como un Grupo Social Primario en el cual
tenemos un vínculo sanguíneo y tenemos un lazo para toda la vida, acompañándonos en todo
momento y dependiendo sobre todo en los primeros momentos desde nuestro nacimiento hasta
que podemos valernos por nosotros mismos para saciar las Necesidades Básicas.

Pero también encontramos otros vínculos que van más allá de la Familia y Amistad, siendo
estos relacionados al Ámbito Laboral y lo relativo a las distintas Actividades Económicas que
realizamos para poder obtener los recursos que nos permiten alimentarnos, cuidarnos y
desarrollarnos en la vida en sociedad.

Estas relaciones están regidas por muchas Leyes y Normativas, que son promulgadas y
aceptadas por los ciudadanos de un Estado determinado, mientras que también puede haber
Acuerdos Civiles que se dan solamente entre dos o más partes, siendo realizados en forma
implícita como también aquellos que son efectuados mediante la forma legal de un Contrato.

Este consiste en el establecimiento de un Vínculo Comercial entre un sujeto que actúa


como la parte exigente, y por otro lado un prestador que es quien brindará el servicio que es
exigido, asentando por un lado las Obligaciones que exige el cumplimiento del contrato, mientras
que por otro lado sirve como una herramienta de Derechos para la exigencia de un cumplimiento
(el ejemplo más notorio, el derecho a percibir un sueldo u honorarios por el trabajo realizado).

Ubicación del Contrato en la teoría general del derecho:

El contrato es un acto jurídico que crea relaciones de tipo Patrimonial (definido en el artículo 259 del ccyc)
a su vez está definido en el artículo 957 antes estaba en el 1137.

ART 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

ART 957.- Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento
para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.

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El Art. 1137 CC “el acuerdo de varias personas sobre una declaración de voluntad común
destinada a reglar sus derechos” es una especie dentro del género negocio o acto jurídico. Por lo
tanto el contrato pertenece al derecho privado. Por ejemplo en el derecho Administrativo el Estado
no actúa como parte simplemente, sino que con su poder de imperio; en el derecho Internacional
Público el estado actúa también como tal.

Si bien la teoría general del contrato corresponde al derecho Civil, es preciso reconocer
que existen peculiaridades en la regulación de los contratos en cada rama en particular del derecho
Privado.

La gran diferencia entre el antiguo Código Civil y el Nuevo Código Civil y Comercial, es
básicamente que ahora se asemeja mucho más a la definición de acto jurídico.

La nueva definición de contrato remite al acto jurídico bilateral y plurilateral. Se alude a


partes en su acepción de centro de intereses que son quienes deben manifestar su consentimiento
y, finalmente, a la función o finalidad del mismo consistente en la regulación de relaciones
jurídicas, enunciándolas.

Por lo tanto el contrato es un acto jurídico con las siguientes notas distintivas:

 Es bilateral: por requerir el consentimiento unánime de dos o más personas.


 Unilateral: Donación
 Plurilateral.
 Entre vivos: por no depender del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emana.
 Patrimonial: por tener objeto susceptible de apreciación pecuniaria.
 Causado: por ser la causa fin un elemento estructural.

2- El contrato como fuente de obligaciones:

Es la fuente principal de las obligaciones como lo expresa el ARTÍCULO 726.- Causa. No hay
obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para producirla, de
conformidad con el ordenamiento jurídico. Además la doctrina nombra otras fuentes:

 La ley
 La costumbre (prater legem)
 La buena fe
 El abusivo del derecho (art. 10 CCyC)
 La declaración unilateral de voluntad
 La gestión de negocio ajeno
 El enriquecimiento sin causa
 Los actos ilícitos aquilianos o violaciones del deber jurídico de no dañar

En cuanto a las denominadas conductas sociales típicas (utilización de transporte público,


transporte benévolo, etc.) no constituyen una nueva fuente de obligaciones, ya que estas encuadran
dentro de la figura del contrato.
El contrato dentro del derecho de obligaciones no se limita a ser solo fuente de estos, sino que
también, las puede transmitir, tanto en su aspecto activo (cesión de crédito) o su aspecto pasivo
(cesión de deuda).

Además de crear o transmitir las relaciones jurídicas obligacionales puede modificas esas
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relaciones ya existentes (novación) o bien extinguirlas (pago por entrega de bienes o dación en
pago; transacción; la rescisión por acuerdo de partes).

La buena fe en los contratos. (Según Artículos 961 y 9 del CCyC)

La buena fe, objetivamente, presupone que las declaraciones de voluntad han sido
elaboradas con un criterio que atiende a la recíproca lealtad y corrección debidos y esperados en
todo el iter contractual, desde la etapa formativa hasta que el contrato se agote con la ejecución.
El sentido que debe asignarse al artículo 961 del Código al establecerse que el contrato debe
interpretarse de buena fe, no es otro que "como lo exige la buena fe", aun cuando en la hipótesis a
dilucidar, una de las partes o todas, al tiempo de la celebración o en etapa funcional, no se
hubieran inspirado en la referida regla".

La buena fe constituye un modelo o paradigma de conducta de "ejecución continuada",


desde la etapa de tratativas (punto de partida) hasta la extinción del vínculo (punto de llegada). En
consecuencia, va de suyo que el sentido y alcance que se suministre a lo que sea objeto de
interpretación habrá de atender a aquella que se conforme más acabadamente a un
"desenvolvimiento leal" de la relación contractual y que sea individual y socialmente útil en punto
a la realización de los intereses o resultados que las partes se proponen alcanzar. Y esto deberá
serlo en el marco de un contenido que no se desentienda de las normas éticas pues, de lo contrario,
el ordenamiento legal no lo considerará merecedor de tutela.

Facultades de los jueces y prelación normativa

Art. 960 Facultades de los jueces. Los jueces no tienen facultades para modificar las
estipulaciones de los contratos, excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la
ley, o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.

Art. 962 Carácter de las normas legales. Las normas legales relativas a los contratos son
supletorias de la voluntad de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o
de su contexto, resulte su carácter indisponible.

Art. 963 Prelación normativa. Cuando concurren disposiciones de este


Código y de alguna ley especial, las normas se aplican con el siguiente orden de prelación:
a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código;
b) normas particulares del contrato;
c) normas supletorias de la ley especial;
d) normas supletorias de este Código.

La especial conexidad existente entre el carácter de las normas legales y el criterio de prelación
normativa que se desprende de ambas disposiciones hace preferible su tratamiento conjunto. Cabe
señalar, inicialmente, que la prelación normativa es aplicable para el supuesto de colisión entre
disposiciones del Código y las de leyes especiales.

La primera conclusión a la que cabe arribar es que el artículo 962 del Código confirma si es que
ello era necesario la especial prelación asignada a la autonomía de la voluntad en orden a la
libertad de las partes para dotar de contenido a los contratos (art. 958). Y ello presupone, como
principio, que las normas legales sólo suplen la voluntad de las partes, a menos que del modo en
que se hallen redactados los textos, resulten su carácter imperativo o indisponible. La importancia
que adquiere el carácter de las normas y la prelación normativa de las mismas nos obligan a una
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sistematización que nos auxilie a comprender, simultáneamente, ambas cuestiones dada su


especial vinculación.

Sinalagma genético y funcional: Se considera que existe sinalagma genético cuando las
obligaciones nacen unidas por un vínculo de reciprocidad, que determina que al momento de
celebrarse el contrato cada parte asume su respectiva obligación motivada por la seguridad de
que esas obligaciones son inseparables. El sinalagma funcional radica precisamente en que estas
prestaciones, cuyo efecto tiene su causa también en la celebración del contrato, estén asimismo
recíprocamente vinculadas para que deban ejecutarse simultáneamente si no se garantiza su
oportuna ejecución.

EL ABUSO DEL DERECHO


El abuso del derecho es un principio general que tiene influencia · en todo el sistema de Derecho
Privado.
Es un límite interno al ejercicio de los derechos, pero no se aplica a las libertades
genéricas. Existe el abuso de un derecho subjetivo (art. 10), el abuso de un derecho subjetivo en
relación a un bien de incidencia colectiva (art. 14), y el abuso derivado de situaciones jurídicas
(art. 10). La situación jurídica se refiere al ejercicio de varios derechos en-trelazados por una
estrategia diseñada por su titular, creando un con-texto para desnaturalizar, obstaculizar o impedir
el ejercicio de un derecho o una facultad de la otra parte.

Lo que será relevante en el análisis será el examen de esa realidad objetiva, su regulación
legal y su incidencia en el caso, principalmente el resultado práctico final.
Para descalificar el ejercicio de un derecho por abusivo se dispone de varios criterios: la
regularidad, los fines que la ley tuvo en miras al reconocerlo, la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. Los efectos del acto abusivo son: despojar de toda virtualidad al acto desviado,
privándolo de efectos; impedir el ejercicio de una acción judicial que se funde en el abuso; dar
origen a la tutela preventiva o resarcitoria.

La constitucionalización del CCyC está dado en al Art. 1° del mismo, la cual cita las fuentes a
tomarse, la cual se encuentra la CN, esto es que tiene una estrecha relación entre el código y la
CN; por lo que el CCyC regula casos concretos de la vida actual en base al la CN y a los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos.

3- El contrato y los derechos Reales:

El contrato resulta insuficiente por si solo para producir la adquisición o constitución de


derechos reales. El contrato sirve de título al derecho real. Son contratos que sirven de título al
derecho real (la compraventa, permuta, cesión de derechos y acciones, donación, futura
constitución de usufructo, futra constitución de uso, futura constitución de habitación, futura
constitución de servidumbre real, prenda, hipoteca y anticresis.
Para producir la adquisición o constitución de derechos reales en nuestro derecho es necesario
seguir dos modos:

a. tradición: entrega voluntaria de la cosa por una de las partes y la otra parte la recibe
voluntariamente. o
b. inscripción registral.

Ambos modos persiguen fines publicitarios.


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4- El contrato y los derechos personalísimos o de la personalidad:

Los derechos personalísimos no son en principio objeto de la contratación, la doctrina


señala entre sus caracteres, la no patrimonialidad, intransmisibilidad, imprescriptibilidad e
irrenunciabilidad.

El hombre es un ser gregario que vive en sociedad, ya que lo necesita, El ser humano tiene
derechos que son adquiridos por el solo hecho de ser humanos, estos tienen que ser protegidos respecto al
estado y respecto a los demás, como la vida, la libertad, el honor, la integridad física, identidad ideológica,
identidad espiritual. Ya que hace a la dignidad humana, que básicamente es reconocerse y valerse como tal,
y que los demás lo valoren y lo respeten como ser humano ya que todos somos iguales. Pero existen
perjuicios que hacen que estos derechos sean vulnerados.
Estos derechos personalísimos no pueden ser objeto de contratación, No se puede contratar con
Derechos Personalísimos.
ART 51.- Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y en cualquier circunstancia tiene
derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad.

ART 52.- Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad personal o familiar, honra o
reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte menoscabada en su dignidad personal, puede
reclamar la prevención y reparación de los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V,
Capítulo 1.

ART 53.- Derecho a la imagen. Para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de cualquier modo que
se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes casos:

a. que la persona participe en actos públicos;


b. que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las precauciones suficientes para evitar
un daño innecesario;
c. que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés general.

En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado por el causante en una
disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un mismo grado, resuelve el juez. Pasados
veinte años desde la muerte, la reproducción no ofensiva es libre.
(Es necesario el consentimiento, Relación con Contratos)

ART 54.- Actos peligrosos. No es exigible el cumplimiento del contrato que tiene por objeto la realización de actos
peligrosos para la vida o la integridad de una persona, excepto que correspondan a su actividad habitual y que se
adopten las medidas de prevención y seguridad adecuadas a las circunstancias.

ART 55.- Disposición de derechos personalísimos. El consentimiento para la disposición de los derechos
personalísimos es admitido si no es contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres. Este consentimiento no se
presume, es de interpretación restrictiva, y libremente revocable.

Este artículo establece los parámetros generales para permitir la disposición de derechos personalísimos

ART 56.- Actos de disposición sobre el propio cuerpo. Están prohibidos los actos de disposición del propio cuerpo
que ocasionen una disminución permanente de su integridad o resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas
costumbres, excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra
persona, de conformidad a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico.

La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la legislación especial. El consentimiento
para los actos no comprendidos en la prohibición establecida en el primer párrafo no puede ser suplido, y es
libremente revocable.

Articulo puesto a raíz del comercio ilegal de órganos.


El consentimiento no es suplido, es decir es dado por la persona, excepto que sean requeridos para el mejoramiento
de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona.

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ART 57.- Prácticas prohibidas. Está prohibida toda práctica destinada a producir una alteración genética del embrión
que se transmita a su descendencia. (ENORME IMPORTANCIA) “Linea Germinal”

ART 58.- Investigaciones en seres humanos. La investigación médica en seres humanos mediante intervenciones,
tales como tratamientos, métodos de prevención, pruebas diagnósticas o predictivas, cuya eficacia o seguridad no
están comprobadas científicamente, sólo puede ser realizada si se cumple con los siguientes requisitos:

a. describir claramente el proyecto y el método que se aplicará en un protocolo de investigación;


b. ser realizada por personas con la formación y calificaciones científicas y profesionales apropiadas;
c. contar con la aprobación previa de un comité acreditado de evaluación de ética en la investigación;
d. contar con la autorización previa del organismo público correspondiente;
e. estar fundamentada en una cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas en relación con los beneficios
previsibles que representan para las personas que participan en la investigación y para otras personas afectadas por
el tema que se investiga;
f. contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la persona que participa en la
investigación, a quien se le debe explicar, en términos comprensibles, los objetivos y la metodología de la
investigación, sus riesgos y posibles beneficios; dicho consentimiento es revocable;
g. no implicar para el participante riesgos y molestias desproporcionados en relación con los beneficios que
se espera obtener de la investigación;
h. resguardar la intimidad de la persona que participa en la investigación y la confidencialidad de su información
personal.
i. asegurar que la participación de los sujetos de la investigación no les resulte onerosa a éstos y que tengan acceso a
la atención médica apropiada en caso de eventos adversos relacionados con la investigación, la que debe estar
disponible cuando sea requerida;

j. asegurar a los participantes de la investigación la disponibilidad y accesibilidad a los tratamientos que la


investigación haya demostrado beneficiosos.

ART 59.- Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud. El consentimiento informado
para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración de voluntad expresada por el paciente, emitida luego
de recibir información clara, precisa y adecuada, respecto a:
a. su estado de salud;
b. el procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;
c. los beneficios esperados del procedimiento;
d. los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e. la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el
procedimiento propuesto;
f. las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los alternativos especificados;
g. en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en estado terminal, o haya
sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a rechazar procedimientos quirúrgicos, de hidratación,
alimentación, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o
desproporcionados en relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan por
único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable;
h. el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su enfermedad o padecimiento.

Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud sin su consentimiento libre e
informado, para lo cual se le debe garantizar el acceso a los apoyos que necesite.
Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su consentimiento libre e informado,
excepto disposición legal en contrario.

Si la persona se encuentra absolutamente imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo de la atención médica y
no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el representante legal, el apoyo, el
cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al paciente, siempre que medie situación de
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emergencia con riesgo cierto e inminente de un mal grave para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el
médico puede prescindir del consentimiento si su actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al
paciente

Consentimiento informado, es una declaración unilateral de voluntad que forma parte de un contrato de salud

La doctrina y la jurisprudencia admiten, por lo general, la siguiente enumeración de


derecho de la personalidad:

a. derecho de la vida e integridad física


b. derecho sobre las partes separada del cuerpo y el cadáver
c. derecho a la libertad personal (comprensivo de la libertad negocial)
d. derecho al honor
e. derecho a la esfera secreta de la propia personalidad, que abarca el derecho a la
imagen y el derecho al secreto sobre la propia vida privada
f. derecho a la individualidad física (al nombre)
g. derecho moral del autor

Solo excepcionalmente puede ser alguno de estos derechos objeto de un contrato.


Verbigracia: Enajenación de sangre, o contrato de nodriza, o disposición mortis causa de residuos
corporales.

5- El contrato y los actos jurídicos familiares:

De la comparación del contrato y del acto jurídico familiar se desprenden en


consecuencia, profundas diferencias: en cuanto a su naturaleza pertenecen a zonas jurídicas
separadas y en cuanto a su objeto, uno persigue como fin inmediato el emplazamiento en el
estado de familia o la regulación de las facultades emergentes de los derechos subjetivos
familiares, mientras que el contrato tiene como fin inmediato la creación de una relación
patrimonial. Para Vélez, el matrimonio es una institución social fundada en el consentimiento
de las partes distinta del contrato. Vélez se apartó de Savigny que consideraba al matrimonio
como un contrato.

6- El contrato y los derechos hereditarios:

El testamento no implica un contrato entre el testador y sus sucesores, sencillamente


porque es un acto jurídico unilateral.

Con respecto a los pactos sobre herencia futura, denominados pactos sucesorios el art.
1010 CCyC prohíbe expresamente que la herencia futura sea objeto de contrato. Se excluyen de
esta prohibición los negocios jurídicos entre el causante y sus presuntos herederos; también las
promesas pos mortem (legado).

7- Contrato, convención, pacto. Caracterización de estos vocablos en el derecho Romano y


su posterior evolución:

- CONTRATO proviene de Contractus, expresión latina que significa: unir, estrechar, contraer;

- CONVENCIÓN, Conventio, viene etimológicamente de Cum Venire, “venir juntos;


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- PACTO, Pactum o Pactio, viene de Pactis si: tratar reunidos, ponerse de acuerdo.

En el Derecho Romano convenio y pacto eran conceptos equivalentes. Significaban el


acuerdo de dos o más personas sobre un objeto determinado. Estos se encontraban desprovistos de
forma. En cambio el contrato no significo el acuerdo de voluntades, sino la relación jurídica o el
vínculo obligacional.

El convenio o pacto no bastaba para crear una obligación exigible (la simple promesa no
engendra obligación)

Solo se les reconocía efecto creador a las convenciones con ciertas formalidades. Cada
una de estas convenciones reconocidas en merito a su forma determinada en la ley constituían un
contrato y recibían un nombre en particular.

En esta época se distinguen cuatro formas de contratos:

1. Contratos Reales: se integraban con la tradición de la cosa. Formaban esta categoría


el mutuo o préstamo de consumo; comodato o préstamo de uso; el depósito y la prenda.
2. Contratos Verbales: los formados con palabras solemnes. El principal era la
estipulación en el cual las partes cambiaban oferta y contestación.
3. Contratos Escritos: Se perfeccionaban por medio de la inscripción en el registro del
acreedor, con acuerdo del deudor.
4. Contratos Consensuales: formados por el solo acuerdo de voluntades; primeras
excepciones al principio que restaba valides al acuerdo para dar vida al vínculo
contractual. Comprendía la compraventa, la locación de cosas, la sociedad y el mandato.

En esta época también se reconocen como contratos muchas convenciones constituidas


sobre la base de alguna prestación de dar, o de hacer en forma recíproca. Estos contratos se llaman
innominados.

Por la influencia de la Iglesia se enfrenta al principio Romano por el cual se negaba acción
al pacto desprovisto de forma, la nueva concepción predica el respeto a la palabra empeñada,
identificando la obligación jurídica con la obligación moral.

Por el aumento del comercio se hacía cada vez más difícil continuar con el formalismo, era
necesario simplificar el procedimiento. Pero recién en el Siglo XVI se sanciona una ley; la cual
dice que basta solo un acuerdo de partes para hacer surgir una obligación.

Pero recién con la Escuela Natural y la Escuela Holandesa en el Siglo XVII se reconoce la
obligatoriedad de los convenios y los pactos, asimilándolas al contrato.
La doctrina moderna, aún que muy dividida con respecto al alcance de las figura distingue entre
contrato, convención y pacto.

 Convención: es de género aplicable a toda especie de acto jurídico bilateral, ya se


trate de negocios patrimoniales o familiares.
 Contrato: actúa exclusivamente en el campo de las relaciones jurídicas creditorias
obligacionales.
 Pacto: alude a las cláusulas accesorias que modificas los efectos normales o
naturales de los contratos típicos.
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8- Contrato y acuerdo. Acto colectivo, complejo y colegial:

Contrato y acuerdo: la doctrina dice que debe negarse trascendencia a la distinción esta.

Con respecto a los actos colectivos, complejos y colegial principalmente hay que saber que
es un acto unilateral, pero con pluralidad de sujetos con un fin en común, se dispones todos de un
lado.

Acto colectivo: cada sujeto declara su voluntad con un interés en común pero diferente para cada
uno.

Acto complejo: declaraciones de voluntades distintas, expresadas en interés de uno de los sujetos
actuantes.

Acto colegiado: muchas declaraciones, imputables a un sujeto distinto a aquellos agentes (en
interés de un tercero).

CAPÍTULO II
NOCIÓN Y CLASIFICACIÓN

¿Para qué sirve la clasificación?

La división por clases de los contratos (y la definición de cada una de estas clases) es de
fundamental utilidad tanto para comprender mejor el estudio de los mismos como así también
para analizar los efectos de los contratos.

1- La metodología en materia de contratos:

Vélez se inspiró en el método de Freitas y este en Savigny. Pero Vélez no siguió al pié la
obra de Freitas.

En el Código Francés se confunden las obligaciones con los contratos. Nuestro codificador
las separó claramente, otro acierto del método fue colocar dentro de la Sección dedicada a los
contratos (libro II, sección III) una parte general expuesta en seis capítulos y luego la parte
especial tratando en diecisiete Títulos donde trata los contratos en particular, aquí mismo el
Código Civil tiene un grave error al tratar en el Título dieciocho a la gestión de negocio como si
fuera un contrato cuando en realidad es un cuasicontrato y el empleo útil que también es un
cuasicontrato. Otro error es el tratamiento de “la sociedad conyugal” dentro de los contratos, esta
se debió ubicar en las relaciones de familia.

También se puede criticar el haber colocado a las garantías por saneamiento junto a las
figuras contractuales típicas, siendo que deberían ubicarse dentro de los efectos de los contratos, o
mejor aún dentro de los onerosos.

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2- La teoría general del contrato y la teoría general del acto jurídico:

Al respecto existen tres doctrinas, de las cuales dos son extremas y una intermedia:

1. Legislar de un modo exclusivo sobre los contratos y por relación abarcar a los actos
jurídicos (Código Francés y Suizo)
2. Legislar en forma exclusiva sobre los actos jurídicos y dichas reglas se aplican a los
contratos a menos declaración expresa en contra por la ley o por las partes (no está
plasmado en ningún Código)
3. Dentro de esta postura no hay consenso sobre como dividir las cuestiones comunes a
ambas figuras. Hay quienes prefieren extender hasta el final los preceptos de los
actos jurídicos; otros no tanto como nuestro Código Civil. Si bien sería más
conveniente legislar sobre la totalidad de los principios o preceptos del acto jurídico,
se cambia de opinión al momento de cumplir el Código Civil su función práctica que
es que sus destinatarios lo puedan comprender de manera clara. Por lo tanto se
podría decir que existen principios comunes a todos los contratos que se podrían
ubicar en los actos jurídicos, pero cada contrato en particular tiene sus características
propias, las cuales es preciso formularlas dentro de cada contrato o cada grupo de
contratos.

3- Definición del art. 1137cc. Derecho comparado:

“Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de
voluntad común, destinada a reglar sus derechos”. Este texto es tomado al pie de la letra de
Savigny.
ART 957: Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear,
regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.

Por lo tanto es un acto jurídico bilateral, de amplio contenido “destinado a reglar sus
derechos” (patrimonial, familiar, real, obligacional).

No obstante esto podemos afirmar que para nuestro Código Civil no cualquier acto bilateral que
produzca efectos o declaración de voluntad común es contrato, sino que es necesario que su objeto
sea de contenido patrimonial (susceptible de apreciación pecuniaria). Por lo tanto queda excluida
la posibilidad de constituir o transferir de manera inmediata relaciones jurídicas reales ART 750.-
Tradición. El acreedor no adquiere ningún derecho real sobre la cosa antes de la tradición, excepto
disposición legal en contrario.

En cuanto al derecho comparado, un buen número de Códigos Civiles se abstienen de


definir el contrato, sin perjuicio de señalar su alcance. Así el Código Civil Alemán, el CC Suizo,
el Código Civil de Portugal. Otros Código Civiles si definen el contrato, algunos aludiendo a estos
como fuente de obligaciones, como el Código Civil Francés, el Código Civil Español, el Código
Civil de México. Otros lo definen como acto que dará origen, modificará, extinguirá, o transferirá
una relación jurídica patrimonial (así el Código Civil de Italia, el Código Civil de Perú).

4- Función económica del contrato:

Nos bastaría con decir que es la principal fuente de obligaciones, y ya que estas son
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necesariamente susceptibles de apreciación económica. El derecho de obligaciones se podría decir


que es el derecho del cotidiano comercio de la vida.

El contrato es un elemento práctico que facilita las más variadas actividades económicas.
En nuestro estado capitalista el contrato juega un rol importantísimo para el desarrollo de la
economía moderna, junto a los siguientes principios jurídicos:

a. La propiedad privada.
b. La libertad económica absoluta (libre empresa, libertad de trabajo, autonomía de la
voluntad en sus dos aspectos (libertad de contratar y libertad contractual), la fuerza
vinculante del contrato, etc.

Hoy en día esta concepción clásica sufre la intervención del Estado para apaliar las
desigualdades, pero el contrato continúa siendo el protagonista del desarrollo económico, aunque
ajustado a la protección de los económicamente más débiles. Con excepción de las economías
marxistas en que el Estado es el único dueño de los bienes principales, el contrato pierde fuerza en
lo económico, ya no es preponderante.

5- Elementos del contrato:

Algunas legislaciones, a diferencia de la nuestra traen disposiciones expresas en las que


enumeran los elementos esenciales del contrato. Así el Código Civil Francés enumera cuatro
condiciones (el consentimiento, el objeto, la causa y la capacidad).

La doctrina clásica enumeraba los elementos del contrato en tres grupos:

1. Esenciales: comunes e infaltables en todo contrato, que son “el consentimiento o


acuerdo de voluntades, el objeto y la causa”. Sin ellos cualquier contrato carece de
validez, tampoco puede actuar la autonomía de la voluntad sobre ellos.
2. Naturales: aquellos que en ciertos contratos típico eran establecidos por ley de
manera imperativa. Ej. Forma escritura pública en los contratos mencionados en el art.
1184, gratuidad en el comodato (art. 1533). No los contratos atípicos.
3. Accidentales: para la doctrina clásica estos eran las consecuencias que las partes
pactaban, que no estaba previstas por el legislados, y que al injertase en la figura
abstracta del contrato lo modifican. Ej. Condición, plazo y cargo; cláusula penal, etc.

La doctrina moderna elimina esta distinción y distingue a los elementos y presupuestos del
contrato. Por los primeros entiende a los esenciales de la clásica, y por presupuestos a los dos
restantes, pero no los coloca como elementos, sino como efectos del mismo contrato, además las
partes en ambos casos los pueden modificar.

Alguna doctrina considera que si bien esos efectos son accidentales para el negocio mismo
se consideran esenciales, ya que atentan contra su validez en caso de incumplimiento.

6- Clasificación de los contratos desde el punto de vista jurídico:

Nuestro CC realiza una clasificación enunciativa de los distintos contratos “solo de manera
enunciativa” (art. 966 y sig.)

Unilaterales y Bilaterales (art.966CCYC): son bilaterales o con prestaciones reciprocas aquellos


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que al momento de su perfeccionamiento hacen surgir obligaciones reciprocas (compraventa,


locación, permuta, mandato oneroso, etc.); son unilaterales los que al momento de la celebración
solo hacen nacer obligaciones para una sola de las partes intervinientes (donación, fianza,
depósito, comodato y la renta vitalicia)

ARTÍCULO 966.- Contratos unilaterales y bilaterales. Los contratos son unilaterales cuando una
de las partes se obliga hacia la otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes
se obligan recíprocamente la una hacia la otra.

También pueden ser PLURILATERALES

Se excluya como bilateral a los que nacen como unilaterales pero con posterioridad surge
en virtud de acontecimientos accidentales una obligación para la contraparte. Ej. En el depósito o
comodato si se hacen gastos por el depositario o comodatario tendiente a la conservación de la
cosa. Cierta doctrina los denomina bilaterales imperfectos.
En los bilaterales entre las prestaciones de las partes existe una interdependencia que se denomina
reciprocidad.

En los unilaterales hay un solo deudor y un solo acreedor.

Distinciones de forma: se exigirán tantos ejemplares como partes haya en los bilaterales; en los
unilaterales bastará con un solo ejemplar.

Distinciones de fondo: en los bilaterales una de las partes no podrá demandar a la otra para su
cumplimiento si no prueba ella haber cumplido su obligación y ofreció cumplir a plazo.

Plurilaterales: son una especie de bilaterales. Lo que los diferencia es por el número de
contratantes pero las obligaciones son similares. Tienen efectos distintos en caso de
incumplimiento, etc.

Diferencias:

Bilaterales Plurilaterales
Surgen obligaciones correlativas para cada una de Cada parte adquiere derechos y
las partes. obligaciones respecto a todos los demás
Se concluye por mutuo consentimiento. Es más complejo. Generalmente se
establece a quien recibe la confesión.
El vicio del consentimiento de uno, anula el El vicio del consentimiento solo aula la
contrato. adhesión.
Está limitado a las partes originarias Admiten el ingreso de nuevas partes y el
retiro de los originarios.

Onerosos y Gratuitos : la onerosidad está dada por la contraprestación que sigue a la obligación,
por la ventaja que deviene al sacrifico, sin que sea preciso una relación de equilibrio o
equivalencias entre ambas. Nuestro Código Civil incorporó la lesión objetiva-subjetiva como
causa de nulidad o reajuste del contrato; también vela por la equidad, la llamada excesiva
onerosidad. En la gratuidad se da algo por nada, sin contrapartida Ej.: deposito, mutuo gratuito,
comodato, mandato gratuito, donación, etc.

Desde un punto de vista político-legislativo quien realiza una liberalidad así, disminuye su
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patrimonio, esto puede llegar a transformarlo en una carga para el Estado, por ello el disvalor con
que el Estado ve tales contratos, esto se traduce en las diversas formalidades exigidas en dichos
contratos. La persona del beneficiario es principalísima y por ello el error en la persona es
esencial.

ARTÍCULO 967.- Contratos a título oneroso y a título gratuito. Los contratos son a título
oneroso cuando las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una
prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra. Son a título gratuito cuando aseguran a
uno o a otro de los contratantes alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.

Típico y Atípicos: nuestro Código Civil los denomina erróneamente nominado e innominados,
esto sería solo nombrarlos, pero para considerar a un contrato típico, es necesario que se encuentre
reglado por una norma. No se debe confundir atípico con innominado. Ej. de contrato nominado,
pero atípico: contrato de garaje, contrato de hospedaje, contrato de publicidad.

Para calificar un contrato como típico o no debe tenerse en cuenta más que lo que han
expresado las partes, la finalidad de este, por lo tanto si concuerdan los elementos de este con las
características de los legislados estamos en presencia de un contrato típico.

ARTÍCULO 970.- Contratos nominados e innominados. Los contratos son nominados e


innominados según que la ley los regule especialmente o no. Los contratos innominados están
regidos, en el siguiente orden, por:

a. la voluntad de las partes;

b. las normas generales sobre contratos y obligaciones;

c. los usos y prácticas del lugar de celebración;

d. las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y se
adecuan a su finalidad.

Formales y no Formales:

Los contratos formales se subdividen en:

✓ Formales para su validez (ad solemnitatem): cuando la forma es constitutiva o


sustancial. A su vez estos se dividen en solemnes absolutos (cuando no se respeta la
forma, acarrea la nulidad del contrato y solo engendra obligaciones naturales y
solemnes relativos (cuando la omisión de la forma vuelve a la declaración incapaz para
dar vida al negocio intentado, y a sus efectos específicos, pero idónea para realizar otro
negocio diferente con efectos parcialmente distintos “conversión”.
✓ Formales para su prueba (ad probationem): solo es requerida para ser demostrada
en juicio (no es constitutiva).

ARTÍCULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para

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su validez, son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los
contratos, lo es sólo para que éstos produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no
quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado el instrumento previsto, pero valen
como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando
la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de
prueba de la celebración del contrato.

Principales y Accesorios (Art 856) surge de normas que se refieren a las obligaciones. Un
contrato es principal cuando no depende jurídicamente de otro. Un contrato es accesorio cuando
depende jurídicamente de otro, que es la razón de su existencia (el contrato de fianza art. 1986).

 Principales: aquellos que tienen validez y existencia propia, como ser una compraventa. "
 Accesorios: aquellos cuya existencia y validez dependen de otro contrato al cual
acompañan, como ser una fianza o garantía de locación. "

De disposición y de Administración: no receptado en el Código Civil de Vélez. Un contrato es de


disposición cuando disminuye o modifica sustancialmente los elementos que forman el capital del
patrimonio o lo comprometen por un largo tiempo (compraventa, arrendamiento por más de seis
años). Un contrato es de administración cuando tiene por finalidad hacer producir a los bienes los
beneficios que normalmente pueden obtenerse de ellos (locación por menos de seis años, venta de
frutos).

Constitutivos y Declarativos: los constitutivos son aquellos que crean situaciones jurídicas
nuevas y por ende producen sus efectos desde que se realizan y para el futuro (la mayoría de los
contratos). Los declarativos presuponen la existencia de una situación o relación jurídica anterior y
de algún modo reconocen o definen no solo hace delante sino también retroactivamente.

Regulares e Irregulares : ya sea que el contrato produzca efectos conformes o disconformes a su


naturaleza. Esta irregularidad puede ser por la exclusión o inclusión de un elemento no esencial de
un contrato típico. Depósito de dinero y de cosas consumibles o fungibles, cuando se autoriza el
uso o no se toman las precauciones necesarias para ser identificadas.

Serían los irregulares subtipos o subespecies de los regulares.

De ejecución instantánea y De tracto sucesivo: esta distinción se refiere al cumplimiento del


contrato, ya sea que se realiza en un solo acto o en diverso (tiempo de ejecución). Es de tracto
sucesivo la locación, es de ejecución instantánea la compraventa al contado.

No se podrá hablar de tracto sucesivo en los contratos por los cuales se promete un
resultado, ya que se considera su ejecución al momento de entregar la obra.

 Ejecución instantánea: aquellos en los cuales las partes cumplen con sus derechos y
obligaciones en el momento mismo del contrato, como ser una compraventa manual. "
 Ejecución diferida: aquellos en los cuales las partes postergan su cumplimiento a un
momento posterior al del contrato, como ser una venta hecha con condición suspensiva. "
 Ejecución de tracto sucesivo o periódica: aquellos en los cuales las relaciones de
cumplimiento entre las partes se prolongan en el tiempo, como ser un contrato de trabajo,
una locación, etc. "

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Contratos conmutativos y aleatorios

ARTÍCULO 968.- Contratos conmutativos y aleatorios. Los contratos a título oneroso son
conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando
las ventajas o las pérdidas, para uno de ellos o para todos, dependen de un acontecimiento incierto.

Dentro de la categoría de los contratos a título oneroso, que surge de la distinción


contenida en el artículo anterior, se diferencian los contratos conmutativos —identificándolos
como aquellos en los que las obligaciones a cargo de cada una de las partes pueden ser
determinadas con cierto grado de certeza cualitativa y cuantitativa al tiempo de perfeccionamiento
del consentimiento— de los aleatorios, caracterizado como aquellos en los que las pérdidas o las
ventajas para una o para todas las partes involucradas dependen de un acontecimiento incierto.

Podemos decir que el contrato aleatorio es aquel en el cual la entidad del sacrificio, puesta
en relación con la entidad de la ventaja no puede ser conocida y apreciada en el acto de la
formación del contrato, sino que se revelará a continuación, según el curso de los acontecimientos.
En los conmutativos las partes pueden conocer, al momento del perfeccionamiento el sacrificio y
la ventaja que el negocio comportará.

En los aleatorios este acontecimiento futuro puede depender o no de las partes (contrato de
lotería). Esta condición no afecta al contrato en si, como en los contratos condicionales, solo
afecta el resultado. En la condición propiamente dicha la incertidumbre es objetiva, en los
contratos aleatorios esta puede ser subjetiva.

CAPÍTULO III
FORMACIÓN

1- Formación del contrato (manifestación negocial):

El consentimiento (acuerdo de voluntades) es junto con el objeto y la causa elemento del


contrato. El consentimiento es precedido por la manifestación negocial, que es el conjunto de
actos exteriores (declaraciones o comportamientos) dirigidos a la consecución de un fin, e idóneos
para producirlo.

La voluntad se manifiesta a través del consentimiento en el Derecho Romano clásico ese


consentimiento tenía relevancia de revestir las formalidades requeridas, sin importar la
animosidad. En el Derecho moderno ese consentimiento tiene importancia cuando está provisto de
intención. La intención puede definirse como la preordenación de un hecho voluntario, por el
sujeto que lo realiza, a la consecución de un fin.

Entonces solo podremos hablar de manifestación negocial cuando las voluntades tengan
una intención y haber sido exteriorizada. Esa exteriorización demuestra la intención del sujeto. La
ausencia de voluntad provoca la inexistencia del negocio jurídico. Esta a su vez tiene elementos
internos que son el discernimiento (elemento intelectual, “saber lo que se quiere”), intención (es
el querer, “querer lo que se sabe”) y libertad (consiste en la falta de presión externa); y un
elemento externo que es la exteriorización.

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2- Modos de manifestación negocial: Directa, Indirecta y Presumida por la Ley

Siempre que la eficacia del contrato no dependa exclusivamente de las formalidades


admitidas por la ley, la declaración de voluntad puede exteriorizarse de diversos modos (expresos
o tácitos art. 1145), es expreso cuando se manifiesta verbalmente, por escrito o por cualquier signo
inequívoco; es tácito cuando resulta de hechos o de actos que presupongan al consentimiento o
que autoricen a presumirlo.

La moderna doctrina distingue la manifestación directa de la indirecta:

Directa: cuando determinada intención negocial se desprende inmediatamente de un


comportamiento.

Indirecta: cuando determinada intención negocial se desprende mediatamente de un


comportamiento, que considerado en si no tiene en fin de demostrar dicha intención, pero por
deducción sí.

Estas se realizan por medio de comportamiento declarativos, por medios orales, gráficos o
mímicos y por comportamientos no declarativos, la intención del sujeto se exterioriza por actos de
ejecución (directo o indirecto en ambos casos).

Declaración presunta por ley o presumida: se da cuando la ley le atribuye a un acto una
consecuencia prescindiendo de la real voluntad del otorgante. Fundado en consideraciones de
conveniencia, justicia y equidad. El art. 1146 dice “el consentimiento tácito se presumirá si una de
las parte entregare y la otra recibiere la cosa ofrecida o perdida” y el art. 920 dice “La expresión
de la voluntad puede resultar igualmente de la presunción de la ley en los caso que expresamente
lo disponga”.

3- El silencio como manifestación de voluntad:

El art. 919 dice “El silencio opuesto a actos, o a una interrogación no es considerado como
una manifestación de voluntad, conforme al acto o a la interrogación, sino en los casos en que
haya una obligación de explicarse por la ley o por las relaciones de familia, o a causa de una
relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes”.

El principio consagrado en el texto sostiene que quien calla no dice nada. En materia
contractual tiene importancia el último renglón del art., cuando es tomado (el silencio) como
manifestación de voluntad a causa de la relación del silencio actual y las declaraciones
precedentes.

4- El consentimiento:

El contrato es la resultante negocial de manifestaciones provenientes de dos o más partes.

Consentimiento es el acuerdo de dos declaraciones de voluntad, que partiendo de dos sujetos


diversos se dirigen a un fin común fundiéndose. No es razonable pensar que el acuerdo sobre una
declaración de voluntad común importa una concordancia plena sobre los elementos del contrato,
sino también sobre el significado y alcance del contrato.

Hay casos en que la voluntad declarada no concuerda con la real. Hay tres teorías para decir cuál
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de ellas importa:

a. Teoría clásica de la voluntad: la voluntad interna o real es la que prevalece sobre la


declarada. Tiende a proteger el elemento subjetivo (Savigny).
b. Teoría moderna de la declaración: afirma que debe prevalecer la voluntad declarada.
Tiende a dar preeminencia al elemento objetivo, lo declarado debe ser interpretado como
lo harían dos personas razonables, prescindiendo de las partes.
c. Teoría armónica o mixta: como regla general debe prevalecer la voluntad interna, real y
efectiva de las partes; pero excepcionalmente debe prevalecer la declarada en dos caso:

✓ Cuando la divergencia es imputable de culpa de quien emite la declaración; se


justifica, en base a esa responsabilidad, por malicia o negligencia en el
comportamiento (teoría de la responsabilidad)
✓ Cuando la parte destinataria de la declaración haya procedido de buena fe y lo
exija la seguridad del contrato, tratándose de negocios onerosos (teoría de la
confianza).

5- Gestación del consentimiento (iter contractus o iter consensos):

Esta gestación comienza con el primer contacto entre quienes en el futuro serán partes de
ese contrato, y culmina con el logro del consentimiento.

La doctrina distingue dos modos de formación del consentimiento:

 Formación instantánea: como puede ser el contrato de adhesión.


 Formación de tracto sucesivo. Este a su vez se subdivide en dos: Período de ideación o de la
elaboración del consentimiento y Período de la concreción del acuerdo

✓ Período de ideación o de la elaboración del consentimiento: es el comienzo en el


cual las partes precisan los puntos de discusión, fijan los elementos, y las cláusulas que
podrían integrar el futuro contrato. Esta no crea ningún vínculo, y se tiene la facultad de
apartarse, siempre que sea ejercida (esa facultad) regularmente. La ruptura de las
tratativas sin justificativo, de manera irregular genera responsabilidad precontractual.
✓ Período de la concreción del acuerdo: a mérito de actos que aun no siendo
definitivos, son vinculantes para ambas partes en cuanto no solo determinan los
elementos del futuro contrato, sino que también constituyen figuras negociales
autónomas.

Otros autores consideran tres: período de ideación; período de la concreción de la oferta o


propuesta y período de la comunicación de la misma.

Dentro del primer período (de ideación; no vinculante) podemos mencionar:

- La carta de intención: la voluntad en ella exteriorizada se halla dirigida a producir un efecto


provisorio que se agota en la preparación del contrato. No constituye un acuerdo ni obliga a quien
lo emite (presentación, propósitos, posibilidades, etc.).

- La invitación a ofertar: es la declaración unilateral de voluntad que no engendra


responsabilidad, ni vincula a quien la emite, porque este está invitando a realizar una oferta, que
puede ser aceptada o no (pedir presupuesto).
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- La minuta: son redacciones de las tratativas realizadas hasta el momento, pueden predisponer el
esquema del futuro contrato, hay algunos que contienen el propósito de obligarse, a estas últimas
se las llama perfectas. Estas tienen importancia al momento de conocer la responsabilidad
precontractual de las partes.

- Teoría de la Punktatión: esta teoría profesa que cuando aún estén pendientes las cláusulas sobre
cuestiones accesorias, el acuerdo será vinculante para las partes. Puede resultar difícil saber cuáles
son los puntos en discusión y frente a la minuta surge la duda acerca de si ya es un contrato
obligacional o un mero acuerdo no vinculante. Muchas veces la omisión de puntos accesorios es
suplida por la ley, como en los plazos.

En caso de duda se debe optar por vincular a las partes. El Código Civil de Vélez no lo
receptaba y en caso de duda se tiene por no concluido. La punktatión da por realizado el contrato,
no es que obliga a realizarlo.

6- La oferta o propuesta contractual:

El Código Civil coloca a la oferta en la génesis del consentimiento, ignorando las etapas
anteriores, cuando en realizad esta se ubica en la segunda etapa (concreción del acuerdo).

Concepto:
Podemos decir que es “una proposición unilateral que una de las partes dirige a la otra para
celebrar con ella un contrato”. No es un acto preparatorio del contrato, sino una de las
declaraciones contractuales. Se considera oferta al acto por el cual el contrato queda perfeccionado
luego de su aceptación.

Requisitos:
1. Ser completa o autosuficiente, salvo que pueda ser integrada por la ley.
2. Debe ser dirigida a persona o personas determinadas (art. 1148).

La oferta al público:
La moderna doctrina se inclina por admitir la valides de la oferta hecha a personas
indeterminadas, al público en general o grupo de personas. La ley 24.240 –Ley de protección al
consumidor- obliga a sostenerla a quien la realice hasta que la revoque por los mismos medios.

Especies:
1. Oferta alternativa: tiene por objeto uno entre varios contratos (esto o
aquello) cuya aceptación de uno de los términos basta para perfeccionar el
contrato.
2. Oferta conjunta: aparecen inseparables, se aceptan ambos o en caso de aceptación
parcial implica una contraoferta.

Obligatoriedad:
El art. 1150 “las ofertas pueden ser retractadas mientras no haya sido aceptadas, a no ser
que el que las hubiese hecho, hubiere renunciado a la facultad de retirarlas, o se hubiese obligado
al hacerlas a permanecer en ellas hasta una época determinada”. Por lo tanto en principio puede
ser retractada. La responsabilidad precontractual obligará a quien retracta abusivamente la oferta a
reparar los daños negativos originados en la frustración del contrato y no los positivos o nacidos
del incumplimiento de un contrato válido. Por su parte el art. 1156 también consagra
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responsabilidad precontractual.

En caso de que el plazo no este preestablecido y haya un litigio el juez determinara cual es
el plazo razonable.

Caducidad:

La oferta no es autónoma y depende de la suerte de las partes, así el art. 1149 dice “la
oferta quedará sin efecto alguno si una de las partes falleciere, o perdiere su capacidad para
contratar; el proponente antes de haber sabido la aceptación y la otra antes de haber aceptado”. El
Código Civil Alemán consagro la autonomía de la oferta.

La oferta caduca cuando termina el plazo, es revocada; pero que pasa si la oferta no tiene
plazo, nada dice el Código Civil por lo tanto los jueces determinaran en cada caso en particular
cuando caduca.

7- La aceptación:

Concepto:
Al igual que la oferta, es una declaración unilateral de voluntad, recepticia, destinada al
oferente y dirigida a la celebración del contrato. La aceptación requiere la aceptación de todos los
puntos, de lo contrario importa una contraoferta (art. 1152).

Modalidad:
Puede consistir en una exteriorización directa o indirecta, mediante comportamientos
declarativos o de hecho. Esa liberta de formas puede ser limitada por el oferente (aceptación en
forma escrita).

La doctrina discrepa acerca de cuándo se entiende aceptada una oferta, cuando a propuesta
del oferente, la no contestación significa la aceptación: Para una parte desde que llego la oferta;
para la otra el contrato se concluye en el momento y en el lugar en que ha comenzado la ejecución,
debiendo el aceptante, dar aviso a la otra parte (Código Civil Italiano).

Obligatoriedad:
La primer parte del art. 1155 dice que “el aceptante no queda vinculado por su
manifestación de voluntad, puede retractarse antes que llegue a conocimiento del oferente (esto
solo será posible en el consentimiento entre ausentes); en el consentimiento entre presentes el
conocimiento de la manifestación es coetáneo al de su exteriorización. En caso de que el oferente
ya haya conocido la conformidad, el aceptante no podrá anular el contrato.

Caducidad (art. 1154): la muerte o incapacidad del aceptante, una vez que ha aceptado no tiene
relevancia (no extingue dicha declaración).

8- Consentimiento entre presentes:

Se da cuando la situación les permite el intercambio inmediato de la oferta y la aceptación


(frente a frente, por teléfono, etc.). Nuestro Código Civil dice en el art. 1151 “cuando la oferta no
se acepta inmediatamente, esta es rechazada. Salvo que se hubiere pactado lo contrario.

En caso de la oferta por escrito entre presentes, algunos opinan que hay un plazo implícito,
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pero la doctrina mayoritaria dice que hay que considerar el caso concreto.

9- Contrato por teléfono: se considera entre presentes.

10- Consentimiento entre ausentes:

Cuando las partes que concurran a formar el acuerdo sobre una declaración de voluntad
común se hallan en distintos lugares, imposibilitadas de intercambiar declaraciones sin que medie
un espacio de tiempo considerable.

El problema surge en lo relativo a la determinación del momento y lugar del


perfeccionamiento del acuerdo. ¿Qué ley es aplicable? ¿Desde cuándo se computan los plazos?
¿Qué momento se toma en cuenta a los fines de la retractación de la oferta o de la aceptación?

Métodos para intercambiar declaraciones:

- Por agente, nuncio o mensajero (art. 1151): el consentimiento se entiende formado cuando el
destinatario de la oferta manifiesta al agente su aceptación. El agente es el encargado de llevar la
oferta y traer la aceptación.

- Por correspondencia epistolar. Hay cuatro teorías tendientes a resolver el problema de cuando
se perfecciona el consentimiento. Dos teorías extremas y dos intermedias:

1. Cuando el destinatario de la oferta, la acepta, exteriorizando su voluntad. Se


denomina de la declaración o agnición.
2. Cuando la aceptación es enviada al proponente. Se denomina de la expedición,
emisión o envío.
3. Cuando el oferente recibe el documento donde consta la aceptación ya declarada.
Se llama de la recepción.
4. Exige el efectivo conocimiento de la aceptación por el oferente. Se llama de la
información o recognición.

Sistema adoptado por el Código Civil: nuestro codificador adopto un sistema mixto, sobre la base
del sistema de emisión y el de la información.

El art. 1154 dice “La aceptación hace solo perfecto el contrato desde que ella se hubiere mandado
al proponente” (emisión). Con motivo de la caducidad de la oferta por muerte o incapacidad del
proponente se tomó en cuenta el conocimiento de la aceptación (art. 1149) y otro tanto ocurre en
el caso de la retractación que es válida antes que la aceptación haya llegado a conocimiento del
oferente (art. 1155).

- Por telegrama: se supeditan al hecho de que el despacho se entregado a la persona a la cual vaya
dirigido, su agente o procurador. Se aplica la ley 750 art. 44 (reglamentaria de los teléfonos
nacionales).

CAPÍTULO IV
CONTRATOS PREVIOS

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1. Contratos previos a otro futuro o definitivo:

Contrato preliminar: aquel por el cual una de las partes o ambas se comprometen a realizar un
contrato definitivo.

Contrato preparatorio: se realiza previendo la celebración de un contrato o serie de contratos


dando las bases, condiciones o modalidades de dichos contratos.

Alguna doctrina considera que solo el preparatorio es precontrato.

2. El contrato de promesa:

Es el más importante de los contratos preliminares por el cual las partes se obligan a la
celebración de un contrato futuro. La mayoría de los contratos son susceptibles de un preliminar
contrato de promesa, de allí su ubicación en la parte general, así la promesa de compraventa,
denominada boleto. Boleto de Compraventa.

Distintas variantes: distintas teorías:

-Obligación de hacer un contrato futuro: las partes se obligan a prestar en otro tiempo un nuevo
acuerdo de voluntades, que en caso de ser incumplido, se puede demandar judicialmente.

-Obligación de hacer que se resuelva en daños y perjuicios: ya que el hacer es infungible (ya que
no puede ser prestado por terceros ni compulsivamente), el incumplimiento se traduce en una
obligación de indemnización de daños y perjuicios.

-Obligación de hacer el contrato de segunda grado o de cumplimiento: para esta teoría el contrato
de promesa es de primer grado o de obligación, ya concluido obliga a celebrar el ulterior contrato
de cumplimiento. En el segundo contrato no hay una renovación del consentimiento, sino una
ejecución de lo ya convenido.

-Obligación de hacer que es cooperación o colaboración en el contrato definitivo: (ambos


contratos dan nacimiento a obligaciones) la promesa a la vez que sienta las bases o directrices del
contrato futuro, obliga a cooperar en el contrato definitivo desarrollando esas bases, y este, el
contrato definitivo, produce sus efectos típicos. Por lo tanto el primero no es autónomo sino
preparatorio de una ulterior situación contractual y el segundo no es en rigor otro contrato sino la
ley contractual complementada y desarrollada.

Mosset se adhiere a esta última, solo es posible en las promesas bilaterales. Estos contratos
preliminares solo son posibles frente a contratos consensuales (venta, locación, permuta, etc.) pero
su existencia no es jurídicamente posible frente a los contratos reales, ni frente a los solemnes
absolutos.

3. El contrato de opción:

Es un contrato preliminar por el cual una de las partes se obliga a celebrar el definitivo si la
otra parte (optante) manifiesta su voluntad de perfeccionarlo.

Es un simple pacto de cláusula de opción acoplada a un contrato definitivo (compraventa y


retroventa) o una promesa de contrato y así configurada (una promesa unilateral de contrato).
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En la cláusula de opción el optante haciendo uso de la facultad, si decide por la efectividad


del contrato futuro este queda perfecto, en este caso la opción deberá ser notificada al concedente
y el contrato definitivo queda en estado de cumplimiento; en la promesa de contrato el ejercicio de
la facultad solo concluye de momento la promesa del contrato, las parte quedan obligadas a
celebrarlo (el definitivo), si el optante no ejerce su derecho en tiempo determinado el precontrato y
el definitivo devienen ineficaces.

Opción mediatoria: el optante puede designar a un tercero para que celebre el contrato definitivo.

4. El contrato de prelación (preferencia):

Es aquel mediante el cual una de las partes se obliga a contratar con una persona
determinada en caso de querer realizar dicho contrato. El promitente es libre de celebrar el
contrato futuro, pero en caso de hacerlo está obligado a realizarlo con dicha persona, en caso de
incumplimiento da lugar a daños y perjuicios, pero no anula el contrato celebrado con terceros.

5. Contrato reglamentario:

Es un contrato preparatorio. Con el fin de reglamentar ciertos contratos particulares o


celebrarse en el futuro, estipulando las normas, principios a que deberán atenerse. Se trata de una
reglamentación de origen bilateral susceptible de ser modificada y destinada a aplicarse en el
futuro (se distingue de los contratos por adhesión).

No es necesario que contenga todos los elementos.

Las partes no se comprometen a contratar, sino solo en el caso de contratar, se


comprometen a basarse en líneas preestablecidas.

Estas pueden ser:


 Unilaterales: celebrado por ambas partes para reglamentar los futuros contratos de
una de las partes con terceros.
 Bilaterales: dan el esquema para futuros negocios entre partes.

Desde el punto de vista de la función se los denomina individuales o sociales, ya sea que
sean realizados entre partes o entre grupos de partes, estos comprenden a todos los miembros.

6. El contrato normativo:

Es preparatorio. Son acuerdos celebrados para dar origen a futuros contratos tipos, que por
razones de orden público sus normas son estipuladas con anticipación, pero además deben tener
reconocimiento del legislador (colectivo de trabajo).

CAPÍTULO V
MODALIDADES

1. Modalidades en la formación del consentimiento:

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El consentimiento que aparecía como un destilado laborioso de una discusión de persona a


persona, resulta cada vez más, un recuerdo distante.

Por las necesidades del tráfico jurídico el consentimiento fruto de la libre negociación entre
personas de un similar período económico, es para un número cada día mayor de contratos algo
irreal, e impropio de la actual economía. Esto ha traído aparejado para cierta doctrina la
consecuencia de poner en tela de juicio a tales acuerdos (contratos o no).

Por otra parte la autonomía de la voluntad ha perdido terreno en sus dos postulados
(libertad de contratar y libertad contractual).

2. El contrato por adhesión:

Ubicación:
No se trata de un tipo distinto de contrato, sino de una modalidad distinta en la formación
del contrato. La adhesión se vincula con el consentimiento. La doctrina también lo llama con
cláusulas predispuestas, “celebrado sobre la base de condiciones generales de negociación”, etc.

Concepto:
Cuando la redacción de las cláusulas corresponde a una sola de las partes (el
predisponerte), mientras que la otra debe limitarse a aceptarlas o rechazarlas, sin poder
modificarlas (adherente).

Naturaleza jurídica: al respecto hay tres teorías, dos extremas y una intermedias:

1. Clásica o contractualista: postula la igualdad entre los demás contratos en estudio y esta
figura, a las que se los suele denominar por contraste paritarios. Estos dicen que estos
contratos también nacen de la doble voluntad, y sus efectos están delimitados por la voluntad
de ambos. Ya que la sola voluntad del predisponerte no alcanza para obligar a la otra parte.

2. Anticontractualista o denominada del acto unilateral: esta niega naturaleza contractual a


esta figura. Coinciden sus tratadistas en afirmar que el llamado contrato por adhesión es un
acto unilateral, que beneficia o perjudica a quien se adhiere a él. Pero esta adhesión está muy
lejos de volverlo bilateral. Esta adhesión es un requisito accesorio para que entre en vigor.

Este debate está superado por la realidad, ya que el tráfico jurídico actual lo hace
imprescindible.

3. Tesis intermedia: considera que es un negocio de base contractual y de fondo


reglamentario. Es un acto jurídico bilateral ubicado en el medio del contrato, en el cual las
parte libremente contraponen sus obligaciones reciprocas y la institución en la cual el
legislador fija la nueva situación. Acá una de las partes impone su voluntad, obligando al
legislador a intervenir en protección del más débil (ley 24240 de defensa del consumidor). El
contrato por adhesión (típico) se desnaturaliza cuando sus cláusulas se apartan del modelo
razonable. Las cláusulas esenciales deben seguir la vida del contrato.

Su razón de ser:
Es un resultado de las nuevas condiciones económicas, con el fin de reducir el esfuerzo de
las partes y las pérdidas de tiempo, son para contratos en masa.

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Los monopolios son los que imponen este tipo de contratos, ya que no hay posibilidad de
negociar las cláusulas, porque no hay competencia. O en caso de oligopolio (acuerdo entre
empresas).

Ventajas:
✓ Por la uniformidad permite conocer los derechos y obligaciones de las parte en
todos los contratos.
✓ La determinación más exacta de la responsabilidad de la empresa permite reducir
las tarifas.
✓ La predisposición de los formularios contractuales elimina etapas precontractuales,
favoreciendo la rapidez del negocio.
✓ Permite a la empresa uniformar el contenido jurídico de sus relaciones
contractuales.
✓ Favorece la igualdad de trato entre la empresa y las demás partes.

Inconvenientes:
✓ La redacción unilateral de las cláusulas, sin posibilidad de modificarlas.
✓ El predisponerte aprovechando su posición impone cláusulas vejatorias.

Facilitan la comisión de fraudes, dada con la prisa que suelen celebrase esos contratos.

Las cláusulas vejatorias: las cláusulas de positivo beneficio para una de las partes (el
predisponerte) y correlativamente gravosas o vejatorias para la otra (el adherente) no es sino la
consecuencia de la redacción unilateral y falta de discusión.

La lucha contra estas cláusulas puede darse desde distintos frentes:

✓ El legislativo: prohibiciones sobre ciertas cláusulas o sanción de ineficacia, cuando se


hacen presentes.
✓ El administrativo: encargado a comisiones especiales, que detectan estas cláusulas en
distintas áreas y alertan, estas comisiones pueden ser formadas por consumidores,
proveedores, etc.
✓ El judicial: faculta a la justicia a declarar su ineficacia, integrar el contrato, etc.

Las más comunes son:

✓ Las cláusulas de limitación de la responsabilidad.


✓ Prorroga de jurisdicción.
✓ Caducidad.
✓ Compromisoria, etc.

La situación en nuestro Derecho: Es regulado por el CCyC y la Ley 24240 (defensa del
consumidor) que dispone en el art. 37 cuales son las cláusulas que “se tendrán por no convenidas”:

✓ Las que limitan la responsabilidad o desnaturalicen las obligaciones.


✓ Las que importan renuncia a los derechos del consumidor o amplíen los derechos
de la otra parte.
✓ Las que inviertan la carga de la prueba contra el consumidor.

El art. 38 de la Ley Defensa al consumidor, dice que los contratos por adhesión o en
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formularios no pueden contener estas cláusulas.

También están las cláusulas contenidas en las condiciones generales, que son cláusulas que
se encuentran en otro documente distinto, que el del contrato, solo válidas si se prueba el
verdadero conocimiento de la parte que adhiere.

3. El contrato colectivo:

Es aquel que liga a una colectividad, “abstracción hecha del consentimiento individual,
dado directamente de cada uno de los miembros de esta colectividad”. En este caso las voluntades
individuales no serán obedecidas. Los que hayan dicho que no o nada hayan dicho quedan ligados
de la misma forma que los que digan sí.

Los impugnadores de la naturaleza contractual de tal institución se basan en:

a. En su función creadora de normas jurídicas que conduce a calificarlo como un


acuerdo normativo.
b. En la posibilidad de que una voluntad pueda quedar ligada sin su asentimiento, o lo
que es peor aún contra su querer.

4. Contrato por concurso: dos teorías:

a. Constituye una modalidad en la formación del consentimiento. Oferta dirigida por


quien tiene interés en el negocio, se promueve una puja o concurso entre quienes
tienen interés en aceptarla, reservándose el oferente la facultad de elegir con quien
realizará el acuerdo.
b. Esta doctrina dice que en realidad es una declaración, por la cual se invita a ofertar,
reservándose el derecho a elegir la que estima más conveniente (venta en pública
subasta).

CAPÍTULO VI
VICIOS

1. Vicios del consentimiento:

Más que hablar de vicios del consentimiento, corresponde hablar de vicios de las
voluntades individuales de los contratantes.

El art. 1157 CC dice “Lo dispuesto en el titulo; de los hechos; de este libro respecto a los
vicios del consentimiento, tiene lugar en todos los contratos”. Por lo tanto en codificador se
remitió a los hechos y a sus principios generales sobre vicios para considerar a los vicios del
consentimiento, de donde se desprenden (De los hechos producidos por ignorancia y error; De los
hechos producidor por dolo; De los hechos producidos por la fuerza y el temor; respectivamente).

Los Romanos no consideraban a los vicios como obstáculo a la validez del contrato, y eso
por la fuerza del ritualismo que validaba el contrato por la sola observancia de las formas
prescriptas.

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Por último consideremos que los vicios de la voluntad vulneran alguno de los elementos
internos de la misma (discernimiento, intención y libertad).

2. Ignorancia y error:

Son dos estados intelectuales distintos, la ignorancia significa la ausencia completa de


nociones sobre un punto cualquiera; el error supone falsas nociones sobre él.

El error jurídico puede ser:

 Error vicio o motivo: que es la discordancia entre un dato determinado de la realidad


y la representación mental que el sujeto tenía de ese dato al realizar un acto.

Puede ser de hecho o de derecho, es de hecho cuando el error recae sobre un dato
fáctico contenido en el negocio, es de derecho cuando se refiere al Derecho aplicable
en un caso dado, el art. 923 dispone que el error de derecho no excusa de las
consecuencias de los actos lícitos, ni de la responsabilidad de los ilícitos.

 Error obstativo que es la desarmonía objetiva entre la declaración de la voluntad y la


voluntad misma.

El CC distingue entre error esencial y error accidental; el primero es causa de nulidad del
acto (anulable), el segundo no ejerce influencia sobre la validez.

La doctrina clásica enumero como error esencial al que recae sobre:

 Sobre la naturaleza del contrato (art. 924)


 Sobre la persona (925)
 Sobre la causa (926)
 Sobre las cualidades substanciales de la cosa (926)
 Sobre el objeto (927)

La doctrina moderna determina lo esencial del error, de acuerdo a determinar si sobre lo


que se erró era fundamental en ese contrato determinado.

Además de esencial el error deber ser excusable, es decir cuando ha habido razones
suficientes para errar, la culpa de quien yerra quita la posibilidad de invocar el error. En la
doctrina moderna el requisito de excusabilidad, es sustituido por el de la reconocibilidad del error,
es error es reconocible cuando una persona de normal diligencia lo hubiera podido advertir.

3. Dolo:
Acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto es según el art. 931 “toda aserción de
lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se
emplee con ese fin”. El dolo induce al error.

La reticencia dolosa (art. 933) a diferencia de la acción dolosa, es un dolo por omisión
(cuando no se desengaña al contratante frente a un error reconocible) o (no le suministra
información, que de actuar de buena fe, debería).

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Tanto la acción como la omisión dolosa violan la buena fe con que debe celebrarse el
contrato.

El dolo para que produzca la invalidez deber ser:

 Esencial, es decir, determínate para la realización del negocio, si el negocio hubiese sido
igualmente concluido, ese dolo es incidental, no anula el acto, pero si da acciones por
daños y perjuicios.
 Ser grave (932 inc. 1) susceptible de engañar a una persona medianamente prudente.
 Debe haber causado un daño importante (932 inc. 3).
 La persona que pide la nulidad no debe haber incurrido en dolo. El art. 932 inc. 4 niega
la acción a quien también he incurrido en dolo.

El dolo realizado por un tercero lleva también a la nulidad del acto, sin importar si era
conocido o no por la otra parte, solo tendrá importancia en cuanto a la responsabilidad, que será
solidaria si lo conocía frente a las acciones por daños y perjuicios.

4. Violencia:
Comprende la vis absoluta (violencia física o material) y la vis compulsiva (violencia mental,
moral o psíquica).

Entonces interesa la idoneidad de las amenazas para fundar temor, sin dejar de tener en
cuenta a la persona de la víctima. vis compulsiva

Esta puede provenir de una parte o de un tercero, en ambos caso trae aparejada la
anulabilidad, varía la responsabilidad según sea conocida o no por la parte.

En principio la amenaza del ejercicio de un derecho no se configura como violencia, salvo


el ejercido irregular de derecho.

5. Temor reverencial:
Es aquel que por las condiciones objetivas o impresiones subjetivas de la víctima, sin que
coopere la voluntad de la persona temida, hace nacer temor a la víctima. El art. 940 CC…

Alguna doctrina opina que si la parte temida se aprovecha se este temor para que realice el
contrato, este es anulable.

6. Estado de necesidad:
El estado de necesidad coloca a la víctima en la disyuntiva entre dos males graves e
inminentes. En materia de contratos podemos ejemplificar con la penuria extrema que lleva a
contratar en condiciones inicuas o a no lograr satisfacer una necesidad punzante.

Para que se anule el acto deben ser muy duras y apremiante las circunstancias, o que el
beneficiario se aprovechara; es ese caso se produce la lesión.

7. La lesión subjetiva-objetiva:
La doctrina discrepa sobre si esta vicia la voluntad por falta de liberta o un vicio en el
objeto o en la causa del negocio. La mayoría se apega al vicio de la voluntad.

La lesión clásica entendía exclusivamente a la lesión objetiva (desequilibrio entre las


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prestaciones). En este sistema se quitaba importancia a lo que había llevado a la parte perjudicada
a contratar.

El CCyC responde a la lesión objetiva; la tendencia subjetiva, predominante en la


moderna concepción de la lesión se inicia con el CC Alemán.

Para que haya lesión debe haber dos elementos, uno objetivo y el otro subjetivo:

 Objetivo: es una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación


o bien con una notable desproporción en las prestaciones.
 Subjetivo: está dado por la explotación de la necesidad, ligereza o inexperiencia de la
otra parte. Hay un aprovechamiento de la inferioridad de la víctima.

✓ La necesidad se vincula al padecimiento de falta de bienes.


✓ La ligereza en el accionar de un prodigo, se vincula con una debilidad mental.
✓ La inexperiencia es la falta de conocimientos que se adquiere con el uso y la
práctica, linda con la ignorancia y el error.

El aprovechamiento debe ser probado por quien alega le lesión cuando no es muy evidente,
pero cuando fuese notable se presume salvo prueba en contrario.

Para que la acción prospere es necesario que la desproporción se mantenga al momento de la


demanda. El perjudicado tiene dos acciones posible:
 Demandar la nulidad del acto (con las correspondientes devoluciones), pero si el
demandado ofrece un reajuste prospera este.
 Demandar un reajuste en las prestaciones, dirigido a volver equitativo el contrato.

Los cálculos de la desproporción el juez los debe hacer remontándose al tiempo de


celebrado el negocio, sin la desproporción surge con posterioridad ya no hay lesión, sino excesiva
onerosidad sobreviniente, es preciso que el desequilibrio también sea actual.

Esta acción solo es transmisible mortis causa. Prescribe a los 5 años de celebrado el
contrato; la doctrina opina que es muy extenso. No es válida la renuncia a la acción. No debe
confundirse lesión civil con el delito de usura del Derecho Penal.

CAPÍTULO IX
LA OPERACIÓN JURÍDICA

1. El objeto del contrato:

Objeto, Consentimiento y Causa son los elementos estructurales del contrato.

Nada sencillo ha sido para la doctrina determinar cuál es el objeto del contrato.

 Para una doctrina el contrato no tiene objeto, sino efectos, y esos efectos consisten
en obligaciones, y esta son las que contienen al objeto. Sería ilógico identificar al
objeto del contrato con sus efectos, así como sostener que el objeto del contrato y de
la obligación es el mismo. Por lo tanto el contrato es fuente de obligaciones, estas

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pueden ser prestaciones de dar, hacer o no hacer y estas tienen por objeto las cosas o
servicios debidos.
 Otros asimilan el objeto del contrato con el contenido, y se entiende por este el que
las partes han modelado en virtud de su libertad de configuración interna, con las
limitaciones conocidas. Otros se oponen a esta y dicen que el contenido es el
reglamento contractual y el objeto es algo más restringido (las cosas o las
prestaciones mediante las cuales se realiza la función económica del contrato).
 Mosset piensa que el objeto del contrato es la operación jurídica considerada, el
contenido concreto e integral del acuerdo, variable hasta el infinito gracias al
principio consensualista. A su vez esto es asimilar al objeto del contrato con el
contenido, en cuyo caso otros autores realizan un distingo y dicen que el contenido es
la intención consiente de un resultado (en la compraventa, el adquirir inmueble).

La libertad de las partes para contratar sobre el objeto (operación jurídica destina a la
creación, modificación, transmisión o extinción de relaciones jurídicas obligacionales) que más
convenga a sus intereses (autonomía de la voluntad) se encuentra imitada, en consideración a los
particulares que concurren a la celebración del negocio y en atención al interés de la comunidad.
De ahí que se pueden destacar dos aspectos salientes: el objeto fin individual y el objeto fin social.

2. Ilicitud del objeto:

El Objeto debe ser lícito, o sea que la operación jurídica que las partes quieran celebrar
puede ser lícita o ilícita, conforme con el ordenamiento jurídico o contrario a él.

Si se piensa que el objeto del contrato es un bien o un comportamiento, la ilicitud está


impedida, ya que un objeto es neutro (sangre, mesa, pistola).

El contrato ilícito por razón del objeto comprende tres especies diferentes:

a. El contrato ilegal o contrario a normas imperativas (la herencia futura no puede ser
objeto de una operación jurídica contractual).
b. El contrato prohibido o contrario al orden público (cuando los principio contenidos son
contarios a los generales sobre los que descansa el ordenamiento jurídico)
c. El contrato inmoral o contrario a las buenas costumbres (este se identifica con la moral,
puede ser un contrato usurario).

3. Posibilidad del objeto:

Hay que diferenciar nuevamente el objeto de la obligación que deber ser materialmente y
jurídicamente posible, con el objeto del contrato que es la operación jurídica considerada, ésta
también puede ser imposible, material o jurídicamente.

 Imposibilidad material: no se puede contratar sobre cosas inexistentes.


 Imposibilidad jurídica: imposibilidad de vender cosa ajena. Las cosas muebles no
pueden ser objeto de hipoteca; las cosas fuera del comercio no pueden venderse, si
dadas en arrendamiento.

4. Patrimonialidad del objeto:

Partamos de la idea de que nuestro codificador planteó un contenido patrimonial a la


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prestación de obligaciones contractuales y admitió contenido extramatrimonial a las


extracontractuales.

Al señalar los caracteres del contrato como acto jurídico señalamos la patrimonialidad del
mismo.

El criterio del CCyC respecto a las obligaciones nacidas de los contratos es claramente
patrimonial.

Nuestra doctrina ampara siempre los intereses patrimoniales y extramatrimoniales sobre la


base de una prestación siempre patrimonial, esta es la razón que determino la voluntad del
otorgante. Esto es aplicable a todos los actos jurídicos unilaterales y bilaterales; entre vivos y de
última voluntad.

Colocar derechos personalísimos

CAPÍTULO XI
SOLEMNIDADES

1. La forma del contrato.

Concepto: es concepto de forma es susceptible de un doble enfoque:

Genérico: como traducción al mundo exterior de la voluntad del sujeto. Presento en todo
contrato necesariamente. La forma como exteriorización de la voluntad es un elemento estructural
del contrato, sin esta las voluntades carecerían de relevancia jurídica por no ser conocidas.

Restringido: como formalidad requerida por la ley para algunos negocios. La forma como
formalidad, puede ser libre o vinculada o también denominada de contratos formales y no
formales.

Actualmente la regla es la libertad de las formas. Pero la ley en consideración a la


importancia social de los actos, recurre a la formalidad (a mayor importancia del acto mayor rigor
de la forma).

En la antigüedad (Derecho Romano) la regla era la formalidad.

VENTAJAS INCONVENIENTES
Lentitud en la conclusión de los
Mayor reflexión de las consecuencias
contratos
Mayor certeza de los hechos Mayor onerosidad
Nulidad pronunciada por
Asegura la prueba
incumplimiento de formalidades
Uniforma los contratos

Actualmente se puede hablar de un resurgimiento del formalismo, pero este varía en que
no se atiende tanto al fin de la declaración, sino a la publicidad, y su modo habitual es la

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inscripción registral. Así debe ser sobre la adquisición o transmisión de derechos reales sobre
inmuebles.

El renacimiento del formalismo coincide con el opacamiento de la autonomía de la


voluntad, producto del intervencionismo estatal. Esto persigue fundamentalmente la seguridad de
los terceros (art. 10 ley 24240 sobre la forma escrita y los requisitos que debe reunir para la venta
de cosas muebles, en protección del consumidor).

2. Contratos formales y no formales:

Ya sea que la ley exija el cumplimiento de ciertos requisitos al momento de celebración del
contrato - formales -. Pero también la formalidad puede provenir de un acuerdo previo, que las
partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad han pactado como requisito para la validez del
contrato, nunca podrá dejar de lado una forma exigida por la ley. Pero cuando la ley nada dice
juega el principio de libertad de forma.

3. Conversión del negocio jurídico:

En ocasiones que la ley exige una determinada forma ad subsantiam (prescripta para la
existencia de la declaración) y si esta no se cumple, la ley puede disponer que ese negocio viciado
en su forma engendre otro parcialmente distinto. Para ello es necesario que el primer negocio
contenga los requisitos de fondo y sustancia del segundo (elemento objetivo) y segundo que las
partes no se nieguen a la conversión (elemento subjetivo).

Esto se fundamenta en la buena fe, que preside la celebración, interpretación y ejecución


del contrato y en la necesidad práctica del negocio jurídico perseguido por las partes .

4. El instrumento como concepto autónomo:

El documento donde consta la declaración es distinto de ella. Puede ocurrir que para
algunos efectos basta la declaración, cuando la ley no exige una determinada forma escrita, como
en el caso de la compraventa de cosas muebles. Cuando la declaración se plasma en un documento
hay documentación. Puede acontecer que para que la declaración tenga validez se requiera la
documentación, pera si esta no se puede presentar, se puede probar por otros medios.

Finalmente si la documentación es exigida ad probationen, solo se podrá probar con estos


instrumentos.

5. Formalidad del doble ejemplar:

Se da en los contratos bilaterales, tantos ejemplares como partes con intereses distintos
existan, tienen el fin de poner a las partes en igualdad de condiciones respecto a la prueba del
contrato. Si hay defectos en la redacción de los ejemplares pero se puede probar la existencia del
contrato por otro medio, el acto es válido. Por lo tanto que la formalidad es exigida ad
substantiam, o sea para la validez del contrato, pero probada la documentación puede probarse por
otros medios.

Omitido el requisito del doble ejemplar se vuelve ineficaz el documento único. El contrato
podrá probarse por otros medios, admitiendo la doctrina y la jurisprudencia que el documento
puede servir de principio de prueba por escrito.
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Por lo tanto creemos que no es una formalidad ad probationem, puesto que se puede probar
por otros medios. Es una formalidad para que la declaración tenga validez.

6. Clasificación de los contratos formales:

Partiendo de la idea de que los contratos son formales cuando la ley exige ciertas
formalidades en el momento de su celebración, estas pueden ser:

 Ad probationem: tienen el fin de prueba (art. 1193 el documento no puede ser


suplido por otro medio probatorio en los contratos por más de $10.000). No pueden
ser probadas en juicio por otros medios.
 Ad solemnitatem: la forma es exigida para constituir el contrato, no su prueba; su
omisión implica privar al contrato de sus efectos propios. No obstante la omisión, el
contrato podrá convertirse en otro cuando esa solemnidad es relativa (art. 1185),
pero si es absoluta no tendrá efectos civiles, sí naturales (art. 1810).

7. Contratos que deben celebrarse en escritura pública

El art. 1184 CC, establece que no solo contratos que deben hacerse por escritura pública,
sino también otros actos que no son contratos, y aclara como excepción a los que fuesen
celebrados por subasta pública.

a. Los contratos que tuviesen por objeto la transmisión de bienes inmuebles, en


propiedad o usufructo, o alguna obligación o gravamen sobre los mismos, o traspaso de
derechos reales sobre inmuebles de otro.
b. Las particiones extrajudiciales de herencia, salvo que mediare convenio por
instrumento privado presentada al juez de la sucesión.
c. Los contratos de sociedad civil, sus prórrogas y modificaciones.
d. Las convenciones matrimoniales y la constitución de dote.
e. Toda constitución de renta vitalicia.
f. La cesión, repudiación o renuncia de derechos hereditarios.
g. Los poderes generales o especiales que deban presentarse en juicio, y los poderes
para administrar bienes, y cualesquiera otros que tengan por objeto un acto redactado o
que deba redactarse en escritura pública.
h. Las transacciones sobre bienes inmuebles.
i. La cesión de acciones o derechos procedentes de actos consignados en escritura
pública.
j. Todos los actos que sean accesorios de contratos redactados en escritura pública.
k. Los pagos de obligaciones consignadas en escritura pública, con excepción de los
pagos parciales, de intereses, canon o alquileres.

8. La obligación de hacer escritura pública

El art. 1185 CC dice que “Los contratos que debiendo ser hechos en escritura pública,
fuesen hechos por instrumento particular, firmado por las partes o que fuesen hechos por
instrumento particular en que las partes se obligasen a reducirlo a escritura pública, no quedan
concluidos como tales, mientras la escritura pública no se halle firmada; pero quedarán concluidos
como contratos en que las partes se han obligado a hacer escritura pública”. De manera similar se
expresa el art. 1188, pero reduce a los contratos hechos de forma verbal, el efecto anteriormente
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descrito.

La doctrina discrepa acerca de la naturaleza jurídica del contrato que obliga a las partes a
escriturar (conversión).

a. Para algunos (Mosset) este (boleto, no la compraventa) es una promesa bilateral


de realizar el contrato definitivo. Uno es el contrato preliminar y el otro el
definitivo.
b. Otros opinan que ese boleto es el contrato definitivo. Y que la obligación de
realizar la escritura pública es un contrato dispositivo complementario (de
segundo grado o de cumplimiento). Para esta tesis el boleto ya es la compraventa.

El incumplimiento de esta obligación de hacer da derecho a reclamar judicialmente su


cumplimiento (otorgar escritura pública) bajo pena de pago de perdidas e intereses.

Por su parte la segunda tesis encuentra sustento en un párrafo que se incorporó por la ley
17711 al art. 2355 “La posesión será legítima cuando haya sido adquirido el inmueble de buena fe,
mediando boleto de compraventa”

CAPÍTULO XII
DEMOSTRACIÓN EN JUICIO

1. La prueba del contrato.

Concepto: probar un contrato es demostrar la existencia de una relación jurídica entre


partes; es también establecer la naturaleza y el contenido exacto de los derechos y obligaciones
emergentes del mismo.

Se trata de averiguar primeramente que obligaciones se hallan incluidas en el contrato y a


continuación, las prestaciones que contiene cada una de esas obligaciones. Luego determinar si las
obligaciones contraídas son de medio o resultado. Conocer el contenido del contrato resulta
liminar para ubicar la responsabilidad en que incurre el autor del daño, es el ámbito contractual o
extracontractual. Determinar la naturaleza de las prestaciones es fundamental a los fines de la
prueba.

2. Metodología:

Lo atinente a la prueba no se encuentra en la teoría del contrato, ni en la de los actos o


negocios jurídicos, sino al considerar la tutela de los derechos en general, este sería el lugar más
adecuado.

Vélez, siguiendo a Freitas incorporó a la teoría del contrato, un capítulo destinado a la


prueba de los mismos (art. 1190 a 1194), además de estar en otros lugares lo atinente a la prueba,
y también en la reglamentación de cada uno de los contrato típicos.

3. Medios probatorios:

La falta de prueba no anula al acto, pero lo esteriliza, quita eficacia civil, aunque no

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naturales.

El interés de probar se refleja en lo que se denomina carga de la prueba, y esto se refiere a


qué parte en el proceso tiene la obligación de probar. En materia contractual se encuentra el
principio clásico que dice que respecto a la existencia del contrato es el demandante quien debe
probar, en cuanto al incumplimiento, el demandado debe demostrar los hechos en que se funda
para librarse, o porque no le es imputable.

En las obligaciones de resultado es el deudor el que debe demostrar el cumplimiento,


distinto es la posición con respecto a las obligaciones de medios, paradójicamente debe probar el
incumplimiento el acreedor, algo que resulta muy difícil.

La doctrina procesal moderna dice que le corresponde probar a quien está en mejores
condiciones de hacerlo.

Los instrumentos aptos, en que las partes se apoyan para convencer al juez se denominan
medios probatorios. no obstante respetando los modos en que los Códigos de Procedimientos
Provinciales lo dispongan:

• Por instrumento público.


• Por instrumentos particulares firmados o no.
• Por confesión de parte, judicial o extrajudicial. (excluye)
• Por juramento judicial. (excluye)
• Por presunciones legales o judiciales. (excluye)
• Por testigos.

Asimismo la doctrina se encarga de jerarquizar a los medios de prueba:

1. Los capaces de suministrar la prueba plena (documentos públicos o privados reconocidos).


2. Los que valen como principio de prueba (art. 1192 “…cualquier documento que emana del
adversario que haga verosímil el hecho litigioso”).
3. Los que excluyen la prueba.
4. Los que invierten la carga de la prueba (presunciones iuris tantum). Medios probatorios y
excluyentes de la prueba:
• Instrumento público: pertenecen a la categoría de los medios preconstituidos,
cuyo fundamento está en la confianza, hacen plena prueba. Su fuerza probatorio
puede ser destruida por una acción civil o criminal de falsedad, hasta tanto
hacen plena fe de los hechos cumplidos por el oficial público, entre parte y
frente a terceros.
• Documentos privados: estos son también preconstituidos, pero su eficacia
probatoria está condicionada al reconocimiento de las firmas entre partes, y para
que tenga efectos frente a terceros, a la fecha cierta.
• Cartas misivas: su valor probatorio es muy variable, dependerá de sus términos
y de quien la haga valer que se podrá reputar como prueba plena. Podrá
presentarle cualquiera de las partes cuando estos son el autor y el destinatario
(propietario). Si el destinatario quiere hacerla valer en un juicio frente a un
tercero esta es similar a un testimonio; si esta es confidencial es necesaria la
autorización del autor (remitente).
• Confesión de parte: es la declaración que una parte hace de la verdad de los
hechos, desfavorable a ella y favorable a la otra parte.
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No crea el hecho, sino que lo reconoce o admite. Hay discusión doctrinaria


acerca de que si es un medio probatorio (doctrina clásica), o un medio que
excluye la prueba (doctrina moderna), puesto que en la confesión se excluye la
necesidad de probar de la otra parte.
Esta puede ser espontánea o provocada y también expresa o ficta.
La confesión extrajudicial es la realizada fuera del juicio a la otra parte (por
escrito o verbalmente), hace plena prueba siempre que sea acreditada por medios
establecidos por ley.
• Juramento judicial: constituye la reafirmación en forma solemne de lo antes
afirmado, por lo que al igual que a la confesión no se la consideraría un medio
probatorio, sino un modo de excluir la prueba.
• Presunciones legales o judiciales: presunción etimológicamente significa
“asumir antes”, dar por admitida la realidad de los hechos antes de cualquier
demostración. De allí que en cierta mediada excluyen la carga de la prueba las
presunciones iure et de iure, o modifican la carga ordinaria, las iuris tantum.
En las presunciones judiciales es el juez sobre la base de cómo acaecen
ciertos hechos el que las realiza, sin aguardar la prueba.
• Los testigos: la demostración de la verdad queda encomendada a delicados
factores sensibles, aquí el juez deberá valorar el valor de tal prueba:
• Ante la imposibilidad de obtener prueba escrita.
• Que hubiese un principio de prueba por escrito.
• Que el contrato tuviera un principio de ejecución.
• Otros medios probatorios: la mayoría de los Códigos de Procedimientos
incorporan otros medios probatorios tales como la pericia, la inspección judicial,
los informes, etc.
• Pericia: realizada por especialista en la materia (no es vinculante).
• Inspección: puede tener por objeto lugares o cosas (puede ser
importante).
• Informes: procederá únicamente respecto de actos o hechos que
resulten de la documentación, archivos o registros contables del
informante.
Otros pueden ser la fotografía, video, grabaciones de audio, etc.

4. La prueba de los contratos formales:

La forma puede tener el fin de dar validez al contrato o a probarlo.

 Cuando es ad substantiam -lo sustancial-, y no se han realizado las formas este es


nulo, por lo que no se requiere probar nada. Puede ocurrir que se hayan realizado las
formalidades, pero se extraviaron los documentos, en tal caso probando la realización de
las solemnidades se tendrá por realizado el contrato.
 Cuando la forma es exigida ad probationem (art. 1193) su omisión impide probar el
contrato, pero en los siguientes casos se hace un excepción y se admiten otros medios
probatorios (testimonio, presunciones, etc):
 Imposibilidad de obtener la prueba exigida por
la ley (no fue posible la forma).
 Principio de prueba por escrito.
 Principio de ejecución.

No es necesario la documentación; puesta ésta, hace a la demostración y no a la validez del


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negocio.

5. Conflicto de pruebas. Instrumento público e instrumento privado:

El contenido de un instrumento público puede ser modificado o quedar sin efecto por un
contra-instrumento público o privado que los interesados otorguen. Los efectos de los contra
instrumentos privados frente a los públicos solo son factibles frente a las partes, no así frente a
terceros de buena fe como los sucesores a título singular.

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