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¿QUIÉN ES EL

DR. HAMER?.

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de


una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato,
inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübingen, donde
conoce a una estudiante de medicina que acabará por convertirse en su
esposa, Sigrid Oldenburg. Con 20 años aprueba el examen preliminar de
medicina y un año después contrae matrimonio en Erlangen, donde aprueba su
licenciatura en teología.

En 1959, con 24 años Ryke Geerd Hamer aprueba el examen estatal de


medicina de Marbourg. Paralelamente a sus estudios de medicina estudió doce
semestres de la carrera de física, si bien no llegó a efectuar el examen, y es
licenciado en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y
Pediatría.

En 1961, obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando durante varios


años en clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg, donde ejerce
también la docencia. En 1972 el Dr. Hamer se especializa en medicina interna,
y ejerce también en compañía de su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, realizando
investigaciones sobre la «angiometría de los tumores cerebrales».

Ha obtenido el diploma de especialista en enfermedades internas del Hospital


Universitario Alemán, y también el diploma de radiólogo.

Tiene además, desde siempre, un hobby singular: patentar inventos. Por


ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer,
que permite operar de forma atraumática, cortando casi 20 veces más
finamente que un bisturí, y una sierra especial para las intervenciones ósea.
Tiene además patentados una couchette para masaje que se adapta
automáticamente al contorno del cuerpo y un aparato que permite el
diagnóstico serológico transcutáneo.

El Dr. Hamer recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus


colegas, y la estima de sus numerosos pacientes. Su carrera profesional e
investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de
reputado especialista.

A las 3 de la madrugada del 18 de agosto de 1978, ante el pueblo de Cavallo


(Córcega) y en el transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un
aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya, dispara, sin motivos ni
causas aparentes, contra una persona desconocida que dormía en la cubierta
de un barco cercano. Esa persona era Dirk Hamer, de 19 años, uno de los hijos
del Dr. Hamer. Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a Munich,
falleciendo cuatro meses después, el 7 de diciembre de 1978, en Heidelberg.

La trágica muerte de su hijo unida a las dificultades de la investigación judicial


que se llevó a cabo, y al desarrollo de un complicado proceso posterior, afectan
profundamente a la familia Hamer. El Dr. Hamer desarrolla al cabo de cuatro
meses un cáncer de testículos, en tanto que su esposa, la Dra. Sigrid Hamer,
recae consecutivamente en varias enfermedades cancerosas hasta fallecer, el
12 de abril de 1985, a causa de un infarto agudo de miocardio.

A partir de la muerte de su hijo y del desarrollo de los cánceres en él mismo y


en su esposa, el Dr. Hamer inicia su investigación y emite la hipótesis de que
tanto su cáncer como el de su mujer pueden estar relacionados con el brutal
conflicto que vivieron en el más completo aislamiento, y que él percibió como el
acontecimiento más grave que le había ocurrido. Sus estudios e
investigaciones le llevaron a formular lo que él ha denominado la Ley de Hierro
del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula toda la Nueva
Medicina.

En octubre de 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad


alemana de Tübingen, y el tribunal médico le coloca ante la alternativa de
abjurar de su tesis o abandonar inmediatamente su trabajo clínico en la
facultad.

En mayo de 1982 la Universidad de Tübingen le devuelve sus documentos de


trabajo sobre las correlaciones entre psiquismo y cáncer, sin haber efectuado
ninguna verificación.

En 1986 la dirección del distrito de Coblence entabla un proceso para condenar


al Dr. Hamer y prohibirle el ejercicio de la medicina por, textualmente, «no
querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis
convencionales sobre el cáncer». Desde 1986 el Dr. Hamer no puede ejercer el
derecho de atender un enfermo. El veredicto queda confirmado en sesión única
en 1990. Se prohibe cualquier proceso de revisión, y se declara al Dr. Hamer
como no poseedor de las facultades de control de sí mismo, declarándosele
incompetente para juzgar las necesidades de tratamientos contra el cáncer.

En 1986 un tribunal condena a la Universidad de Tübingen a reabrir el proceso


de inhabilitación. Silencio hasta 1994. El 3 de enero de 1994, se pronuncia la
ejecución del veredicto, ¡acontecimiento único en la historia de la universidad!.
Ni siquiera con un retraso de 13 años es posible que esta universidad verifique
la Nueva Medicina. El 22 de abril de 1994 declara que: «no está prevista la
verificación en el marco del proceso de habilitación».

El 21 de julio de 1988, el tribunal de primera instancia de Coblence cita al Dr.


Hamer a comparecer ante la cámara correccional del tribunal, para someterle al
examen del profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional. El intento
de internarlo a la fuerza en una institución psquiátrica fracasa.
• El 9 de diciembre de 1988, se realiza la verificación por la Universidad
de Viena. firmada por:
El Profesor Jörg BIRKMAYER, Doctor en Química y Doctor en
Medicina, titular de la cátedra universitaria de Medicina Química y de
Cancerología, especialista de medicina de laboratorio y jefe del
laboratorio médico-químico de la Universidad de Viena,
la Doctora Elisabeth M. ROZKYDAL, Medicina General,
el Doctor Franz REINISCH, especialista de enfermedades internas,
el Doctor Fritz EBERZ,
y el médico asistente Doctor Ryke Geerd HAMER, Medicina Interna,
Psiquiatra, Pediatra, Radiólogo y Teólogo;
efectúan la verificación de su ley, siguiéndole verificaciones posteriores
realizadas por equipos médicos de Munich, Chambéry, Austria...
• Los dias 12 y 13 de Mayo de 1990, se realiza la verificación por la
Conferencia de Médicos de Namur (Bélgica) firmada por:
Médicos de la Conferencia (16 firmas).
• El 24 de junio de 1992, se realiza la verificación por la Clínica Pediátrica
de Gelsenkirchen (Alemania), firmada por:
el profesor Dr. E. A. Stemmann, médico en Jefe
y por el Dr. Elke Mühlpfort, Pedíatra y Medicina Escolar.
• Los días 8 y 9 de Setiembre de 1998, se realiza la verificación porla
Universidad de Trnavská, en el Instituto de Cancerología H1. Elizabeth
de Bratislava y en el Servicio de Cancerología del Hospital de Trnava,
firmada por:
Prof. MUDR. J. Pogády, DrSc, Catedrático de Psiquiatría y Presidente
de la Comisión,
Prof. MUDR. V. Krcmery, DrSc, Decano de la Facultad,
Doc. RN Dr. J. Miklosko, DrSc, Vice-rector de la Facultad de
Investigación.

A pesar de que sólo es necesaria una verificación, la lista cuenta ya con 20


verificaciones.

Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus


descubrimientos, (expuestos como Nueva Medicina), han sido constantes
desde esa fecha. Sin embargo, el 21 de mayo de 1997 el Dr. Hamer fue
arrestado.

Tras pasar un día en el calabozo, la juez Nagel, en Colonia (Alemania) decidió


su encarcelación basándose en tres puntos:

1. haber infringido la ley de práctica médica.


2. no atenerse a razones (¿debe abjurar de sus convicciones para que le
dejen libre?).
3. que existía el temor fundado de que se «fugase» al Estado español.

Según resolución judicial, el Dr. Hamer «podía ser visitado en prisión media
hora dos veces al mes, previa solicitud, y a ser posible, en grupo». Medidas
inconcebibles ya que se le trata como a un peligroso criminal...
La Nueva Medicina, basada en 5 leyes biológicas naturales, ya ha sido pues
validada por médicos y científicos competentes. A pesar de ello, la prensa y
medios de comunicación en general no han escatimado los epítetos insultantes
en relación al Dr. Hamer, y el COMB (Colegio Oficial de Médicos de
Barcelona), que tiene abierto expediente a los «seguidores» del «método»
Hamer, porque «las teorías del doctor Hamer no han estado nunca sometidas a
los debates y a las pruebas a las que se someten las hipótesis, los presuntos
descubrimientos y las nuevas propuestas terapéuticas que realiza la
comunidad científica» (Diario Médico, 19 de septiembre de 1995), no ha hecho
mucho más que sumarse a las voces de descrédito, sin querer afrontar el reto
de estudiar esta gran aportación a la medicina, incorporarla a los estudios
universitarios y ponerla a la práctica en beneficio de todos. Especialmente de
los enfermos actuales y de la investigación futura.

Si ellos no lo hacen ¿quién se supone que debe hacerlo?.

O es que, tal como los cancerosos pintaron en 1956, en los muros del Hospital
de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos».

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PERDER EL MIEDO A LA ENFERMEDAD


COMPRENDIENDO SU DINÁMICA Y SUS CAUSAS
Las Cinco Leyes Biológicas Fundamentales de Hamer explicadas por
Madam Sixt

1. 1. Ley Férrea del Cáncer


(que explica el origen de la
enfermedad manifestada como
cáncer)
2. 2. Ley de la Simpacotonía
y Vagotonía (que explica la
dinámica de la enfermedad)
3. 3. Ley del Sistema
Ontogénico de tumores y
enfermedades afines (que
explica el origen de dichas
afecciones)
4. 4. Ley del Sistema
Ontogénico de microbios y
bacterias (que explica lo que
en realidad son las
infecciones)
5. 5. Ley de la
Quintaesencia o Madam Sixt explicando y Germaine
comprensión del sentido de traduciendo
la enfermedad (con la cual se
entiende que en realidad no
hay enfermedad sino un
profundo sentido en toda la
naturaleza).

Cuando en 1981 el Dr. Hamer sufrió de cáncer en uno de sus testículos,


pudo percatarse de que la enfermedad se había originado después de la
muerte dramática e inesperada de su hijo Dirk. Tras reparar en el hecho,
tuvo oportunidad de subsanar el conflicto psíquico y el cáncer desapareció.
A partir de entonces, el doctor inició su búsqueda de los conflictos psíquicos
que originan las distintas manifestaciones de la enfermedad en el
organismo humano.
Siendo jefe de un servicio hospitalario en Alemania, Hamer tuvo
oportunidad de observar que siempre había una perfecta correspondencia
entre los conflictos psíquicos que reportaban haber sufrido cada uno de sus
pacientes y los órganos afectados por sus respectivas enfermedades.
Posteriormente, puesto que el Dr. Hamer también es diplomado en
radiología, tuvo la inspiración de indagar que ciertas manchas circulares
halladas en las placas de los escáneres cerebrales de sus pacientes los
"artefactos" que hasta entonces se consideraban como fallos provocados
por las máquinas en realidad evidenciaban la existencia de un patrón de
correspondencias entre la zona cerebral donde éstas aparecían y los
órganos afectados por el cáncer. Al retomar todos los dossier de sus
pacientes, el doctor verificó la relación que había entre: a) los impactos
psíquicos provocados por conflictos de orden emocional, b) los órganos
afectados por el cáncer, y c) la localización de las manchas en los
escáneres cerebrales (llamados focos de Hamer desde entonces). Con
base en las correlaciones que pudo hallar al analizar minuciosamente dicha
información, el doctor Hamer estableció las siguientes leyes:

1. 1. Ley Férrea del Cáncer


Todos los tipos de cáncer tienen como origen un síndrome psíquico
vivido en aislamiento que nos pilla por sorpresa. Esto significa que, si
ante una situación vivencial, hay una respuesta cuyo impacto emocional
desequilibra psíquicamente a una persona -situación que denomina Dirk
Hamer Sindrom (DHS) en memoria de su hijo muerto-, dicho impacto
ocasiona también un impacto a nivel cerebral y un impacto a nivel orgánico.
En realidad este es el origen de toda manifestación de enfermedad, sin
embargo, para que se genere una manifestación tan fuerte como el cáncer,
Hamer observó que el impacto, además de ser verdaderamente dramático y
pillar a la persona completamente desprevenida, debe ser vivido en
aislamiento.

Madam Sixt: "Cotidianamente vivimos en un ritmo denominado


normatonía, marcado por el día y la noche. Todos tenemos pequeños
problemas, pequeñas preocupaciones, pero por la noche nos vamos a la
cama y dormimos. Esto es normal. El DHS es una situación que deviene
cuando ocurre un hecho inesperado que nos pilla desprevenidos y que
vivimos en aislamiento. Eso es muy importante porque según los estudios
del Dr. Hamer, no se trata de cualquier problema, ni es una situación de la
infancia lejana, siempre es una situación inesperada, dramática, y vivida en
aislamiento que se ha dado en un pasado reciente. El desencadenante de
las enfermedades que padecemos hoy es reciente. Seis meses,
máximo un año atrás, excepto en algunos casos de epilepsias o
parálisis. Cuando una situación es crónica desde hace mucho tiempo,
tenemos que hay una situación con recesivas, que es lo normal dentro de la
situación que vive la persona. El DHS tiene que ver con la forma de sentir
de la persona, con la manera en que vive y experimenta una situación
conflictiva que lo impacta. La misma situación puede desencadenar un
cáncer en diferentes órganos del cuerpo dependiendo de la forma en
que dicha situación es vivida por la persona. Es el sentir de la persona lo
que va a determinar la localización del impacto cerebral y con ello el
impacto al órgano afectado que corresponde a dicha localización cerebral."

2. 2. Ley de la Simpacotonía y Vagotonía


Toda aparición de un DHS es seguido por una etapa de Simpacotonía
(fase activa del conflicto), y otra de Vagotonía (fase resolutiva o
curativa del conflicto). Esto significa que tras la vivencia de un suceso que
nos ocasiona un conflicto psíquico, el organismo pone en marcha un
sistema para procesar y resolver las implicaciones de dicho conflicto a nivel
biológico. En la primera etapa, también llamada fase fría, el organismo se
prepara para enfrentar el conflicto. Este periodo de simpacotonía es muy
importante, pues permite a la persona sobrevivir a pesar del gran impacto
que acaba de sufrir. Normalmente cambia el carácter de la persona, puede
estar irritable, nerviosa, malhumorada; los familiares suelen notarla rara,
dicen que le ha cambiado el carácter. Come menos, duerme poco o no
duerme, adelgaza, y las palmas de las manos están muy frías. Por el
contrario, durante la siguiente etapa que es la fase de vagotonía o fase
caliente, el organismo va a llegar a la resolución del conflicto. Aquí es donde
empieza en realidad la curación, sin embargo hasta ahora se había estado
pensando que esto era la enfermedad, puesto que es aquí cuando
aparecen los primeros síntomas físicos evidentes que pueden ser desde
ulceraciones hasta tumoraciones cancerígenas, en función de la zona
cerebral que haya sido afectada durante el DHS.

Madam Sixt: "Es muy importante comprender esta ley porque si se


entiende bien, se entiende el fundamento de esta nueva perspectiva.
Tenemos un sistema biológico extraordinariamente bien concebido para
proteger la vida. El DHS, es más que un simple estrés, se trata de una
grave preocupación y este profundo impacto cerebral, va a desencadenar
en el organismo una reacción, una respuesta que se llama de simpacotonía.
A partir de la aparición del DHS todo nuestro organismo entra en estado de
emergencia para intentar buscar una salida a esta situación tan dramática
que nos agobia. En este combate que se inicia, toda nuestra energía se va
a centrar en un punto para encontrar una salida y eso va a hacer que
nuestro cuerpo se enfríe en esos momentos. La segunda fase, la de
vagotonía, va a llevar a la resolución del conflicto. Esta es la terapia natural
que ofrece la naturaleza. Esta es la fase de reparación. En la primera es
donde se combate. Ahora descansamos y nos recuperamos. Aquí es donde
empieza la curación y aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, de
lo que llamamos e interpretamos como enfermedad. Aparece edematización
en el foco de Hammer y en el órgano afectado. Edematizar significa que el
órgano se hincha de líquido, está inflamado. El cerebro es como una
esponja, cuando hay edematización, se hincha de líquido y eso puede
provocar dolor cerebral y a nivel del órgano también. Los tres niveles,
psíquico (emocional), cerebral (mental) y orgánico (corporal), se reparan
simultáneamente. Los dos niveles que podemos ver, el del cerebro y el del
órgano, aparecen hinchados y esto resulta muy evidente en un tac
(Tomógrafo Axial Computarizado). En esta fase va a haber fatiga, pueden
haber pérdidas de sangre, puede haber fiebre, pueden haber dolores,
sudoración... hasta el día en que aparece la crisis epileptoide o crisis de
curación que, dependiendo de la enfermedad, puede presentarse como un
punto de máximo agotamiento o de fiebre intensa en el que sube la
temperatura hasta 40 grados, por ejemplo. Cada tipo de conflicto va a
desencadenar una manifestación diferente. Cuando hay conflictos que
afectan la motricidad, la crisis no es epileptoide sino epiléptica, con los
espasmos conocidos. En la primera parte de la vagotonía los síntomas son
tolerables, en la segunda se incrementan y en la tercera, parecen
alarmantes. Es cuando se suele recurrir al médico. Cuando se hacen
análisis puede que los valores sanguíneos aparezcan alterados. Los
marcadores tumorales (las pruebas que se hacen ahora para el cáncer),
pueden estar disparados. Los médicos se alarman, pero no se asustarían
tanto si entendieran que es el principio de un proceso de curación. El
mensaje de este proceso biológico es "descansa, reposa, permanece en
quietud". Desgraciadamente en esta fase reparadora, que es donde hay
más síntomas, es cuando más nos alarmamos, y a veces lo que ocurre es
que terminamos muriéndonos de miedo. Cuando uno va al médico llega con
un conflicto, pero sale con dos, el segundo es que uno sale muerto de
miedo. El médico trabaja con toda su buena voluntad, pero no conoce esta
perspectiva. Ahora vosotros la conocéis. Esta etapa de crisis epiléptica o
epileptoide es el estupendo sistema que ha encontrado la Madre Naturaleza
para poder evacuar los edemas a nivel cerebral, que es el nivel más
peligroso. En esta etapa de vagotonía, hay una breve parte en la que por
algunos momentos vuelves al estado de simpacotonía y ocurre una
vasocostricción que aprieta y ayuda a evacuar el edema, especialmente a
nivel cerebral. En el momento de estas crisis epileptoides, dependiendo de
la magnitud, es posible que la persona se orine encima. Va a haber un pico
de fiebre alta y sudoración, que son los medios naturales que el cuerpo
tiene para refrescarse, para enfriarse cuando ha habido esta situación. Para
ayudar a pasar este momento a la persona, las cosas pueden variar
dependiendo del daño que hay y de los síntomas, pero por ejemplo se
puede ayudar aplicando compresas frías a nivel local y a nivel cerebral.
Podéis ver que en general no hacen falta medicamentos muy caros ni
procesos muy sofisticados."

3. 3. Ley del sistema de ontología de los tumores y enfermedades


afines
Cuando el DHS impacta una zona perteneciente al endodermo o
mesodermo, durante la fase activa del conflicto se generan
proliferación celular o tumoraciones en los órganos correspondientes,
mientras que cuando se impacta una zona dentro del ectodermo,
durante la fase activa se generan necrosis o ulceraciones en los
órganos correspondientes. Cada órgano que hay en el cuerpo tiene un
relé cerebral, o sea, una correspondencia con cierta zona específica del
cerebro humano que está dividido en tres capas: 1) endodermo (tronco
cerebral y cerebelo), 2) mesodermo, y 3) ectodermo (córtex cerebral).
Dependiendo de la zona carebral impactada durante el DHS, tendremos
una manifestación diferente de dicho impacto en el órgano correspondiente
a dicha zona.

Madam Sixt: "Pensando en las necesidades de los primeros mamíferos,


que son las que tenía que enfrentar el cerebro arcaico (el endodermo),
tenemos que si al intestino llega por ejemplo un trozo de hueso, el
organismo pone en marcha un programa de emergencia que se gobierna
desde el tronco cerebral, quien ordena una multiplicación celular en el punto
donde se encuentra el atasco provocado por el hueso. Esto significa que va
a haber intestino de más, o sea, va a haber un tumor que va a ocasionar
que se produzca más ácido gástrico y este exceso de secreción va a hacer
que este hueso que se ha atascado pueda digerirse, pueda evacuarse. El
tumor tiene la función de digerir el hueso o lo que está atascado. Y lo
mismo ocurre a nivel psíquico cuando no podemos digerir lo que nos ha
ocurrido. En un conflicto figurado, en una situación que dices "esto no me lo
trago, no lo puedo digerir" el intestino va a hacer una proliferación celular
para intentar digerir alguna situación que a la persona le parece indigesta.
"Lo que me ha hecho es una mala jugada, esto no lo digiero", esto no es
objetivo, es subjetivo, pero el intestino responde de la misma manera. Por
ejemplo, el vecino de una persona aparcaba siempre el auto en el camino
que iba hacia su cochera. Él le dijo un par de veces que no aparcara el auto
en su parcela, y al cabo del tiempo se enteró de que el jardín pertenecía a
ambos, pero el vecino ya se había ido al juzgado a poner una denuncia sin
avisarle previamente a la persona. Esta persona vive esto como una mala
jugada porque él cuando le molestó el coche lo avisó y lo intentó arreglar
amigablemente, y el hecho de que el vecino se hubiera ido directamente al
juzgado sin intentar hacer un acuerdo previo, le pareció una mala jugada.
Para digerir esta situación subjetivamente indigesta, su cuerpo respondió
produciendo un temor. Mientras dura la simpacotomía, hay una
hiperactividad en el intestino hasta que encuentra una solución.
El tronco cerebral que es la parte más interna, constituye el cerebro arcaico
y está en correlación con el tejido endodérmico, por lo que todos los
órganos que corresponden a esta zona, van a generar tumores en la fase
activa del conflicto. Por ejemplo, entre los relés que en un tac aparecen en
la zona del tronco cerebral encontramos alvéolos pulmonares, intestino,
hígado, próstata y la matriz, por lo que en la fase activa de un conflicto de
sensibilidad en el que se vean afectados estos órganos, va a haber
proliferación celular, lo que significa, aparición de una tumoración, que es
tejido de más. Desde el punto de vista del sentido biológico, este tumor es
indispensable. También todos los relés del cerebelo, al que corresponden
las mamas y los tejidos de protección como la pleura, el pericardio,
peritoneo, meninges y la piel, generan proliferación celular. Es increíble lo
que la naturaleza ha dispuesto para situaciones de protección ante las
agresiones. Si alguien te insulta o habla mal de ti a tus espaldas y es un
hecho muy dramático de graves consecuencias, puedes crear un melanoma
en la espalda que es una proliferación celular de la dermis en la espalda. La
idea es la protección. Si hay ataques contra el corazón, lo protege el
pericardio; si hay un órgano que es importante proteger es el corazón
porque si éste no funciona, ya no hay vida. Para proteger mejor, el
pericarpio y éstos órganos se hacen más densos. El pericarpio por ejemplo,
se llena de pequeñas tumoraciones que hacen una capa más espesa, más
gruesa para formar una coraza, y eso ocurre en la fase activa del conflicto.
Los órganos que tienen relés en el ectodermo, tales como las vías biliares,
durante la fase activa van a hacer ulceraciones o necrosis de tejido. En una
hepatitis viral, por ejemplo, la persona está en vagotonía, está en
resolución, se están limpiando las vías biliares del hígado que pertenecen a
la hoja embrionaria del ectodermo, el conflicto es contrariedad, rencor en el
territorio. La persona tiene dolor en la zona porque las vías biliares se
hinchan y la gran fatiga que acompaña a la hepatitis es un requerimiento de
la naturaleza para que la persona permanezca en reposo ya que se
necesita mucha energía en estos momentos para efectuar la reparación de
la zona dañada.
Les voy a poner algunos ejemplos para que todo esto se entienda mejor. El
primero es el caso de una mujer a la que le diagnostican cáncer en la mama
izquierda. Es una mujer zurda que vive en la actualidad y de la que yo
puedo dar testimonio. Cuando yo recibo a esta señora, le digo: "Señora, de
acuerdo al esquema de Hammer usted tiene un conflicto con su pareja." Ella
me dice: "No, no, no. Yo tengo un conflicto con mi madre, no con mi pareja",
y durante toda una hora me cuenta los conflictos que tiene con su madre.
Yo le digo: "Vale, efectivamente, usted tiene un conflicto con su madre
porque en el escáner cerebral puedo apreciar que efectivamente hay un
foco de Hammer en la zona que corresponde a la mama derecha, lo cual
indica que hay un conflicto latente con su madre, ese es un conflicto antiguo
que tampoco está curado; sin embargo, la mama izquierda es la que en
estos momentos está teniendo mucha sintomatología, lo cual indica que
está usted pasando por una fase de resolución de un conflicto de
separación de una pareja." Ella me dice nuevamente "No". Yo insisto y le
digo "Ha perdido a un compañero que es como si se lo hubieran arrancado
de su pecho". Y en ese momento la mujer reaccionó y me dijo: "¡Es cierto!
Murió un hombre sobre mi pecho izquierdo. Pero no era mi compañero. Era
el marido de mi mejor amiga". Pero resulta que ella estaba platónicamente
enamorada de él y en el momento en el que expiraba, ella sintió una gran
desesperación y un imperioso deseo de retenerlo, de querer darle vida, de
querer nutrirlo. Y el impacto de que no pudo hacer nada para evitarlo y de
que además murió en sus brazos y no en los de su amiga, fue un impacto
biológico que vivió en soledad, y que no sabía como confrontarse con esa
vivencia. Eso duró seis meses, hasta que decidió irse de vacaciones con su
amiga y ambas finalmente se sinceraron, compartieron su dolor e incluso le
explicó a su amiga toda la verdad de lo que había pasado y cómo lo había
sentido. Y gracias a ello finalmente pudo liberarse de ese peso y solucionar
ese conflicto y fue cuando apareció el tumor en su mama izquierda.
Tenemos también el caso de un hombre que era socio de una empresa
dedicada a la fabricación de PVC que vendía sus productos en distintos
países. Vino a verme porque tenía un cáncer en los testículos. En esta fase
activa viene y me dice. "Me estoy quedando sin testículo, ¿qué me está
pasando?" Y yo le digo "Usted ha hecho un conflicto de pérdida. Usted ha
perdido a alguien, un ser muy querido". Y su mujer que venía
acompañándolo, me dice: ¡Oh, lo que ha perdido mi marido es mucho
dinero. Han cerrado varias sucursales por la situación económica tan difícil
y ha tenido una gran pérdida, pero económica." Y yo le digo: "Sí, pero esto
en el testículo tiene un matiz sexual y de una mala jugada", Yo pensé por
un momento que quizá el hombre había tenido una amante y dejé insinuar
vagamente esta posibilidad. Pero el hombre lo negó categóricamente.
Entonces le dije: "A lo mejor ha perdido usted un animal". Y el hombre se
puso a llorar y me dijo: "Sí, sí, he perdido a mi gato". Y allí estaba ese
hombre tan grande y tan influyente llorando por la muerte de un gato. Y uno
piensa, este hombre que ha tenido que despedir a tanta gente y ha perdido
tanto dinero, ¿qué puede representar para él la muerte de un gato? Pero no
es exactamente la muerte del gato lo que ha hecho la enfermedad. Él está
de viaje y su mujer le telefonea para decirle que el gato al que tanto afecto
le tiene, ha muerto. Él le pide que lleven al gato al centro veterinario para
ponerlo en la cámara frigorífica para que cuando él vuelva lo pueda
enterrar. Él quiere enterrar a su gato, pero cuando llega de viaje y se va
directamente a la clínica, se entera de que el veterinario no tiene ningún
gato. Va a su casa y pregunta por su gato. Le dicen que lo han enterrado en
el jardín. En ese momento es cuando recibe el impacto porque la esposa y
los dos hijos le dicen que era una tontería, que no iban a pasar vergüenzas
en el veterinario porque él quería enterrar a un gato, que simplemente lo
enterraron y ya. Y es el dolor por esa falta de sensibilidad, de atención a sus
sentimientos, que le causa un impacto tremendo, ese es el momento del
DHS. Para él era una pérdida porque tenía un cariño muy especial a ese
gato. Y encima no han cumplido su voluntad... Eso es lo que le da el matiz
de mala jugada. Además constantemente le pedía a su mujer que fueran a
buscar un gatito porque él quería tener otro gatito en la casa, pero la mujer
se negaba. Y yo les dije: "Bueno, pues en este caso, hay que elegir: el
testículo o el gato". Cuando salieron de la consulta, la mujer todavía no
quería tener a otro gato, pero finalmente lo discutieron, lo hablaron,
adquirieron otro gato y este hombre se curó. Desde el momento del impacto
hasta el momento que compraron otro gato, él fue haciendo conflicto y
perdiendo masa del testículo. Lo que genera el conflicto, el DHS, visto
desde afuera puede parecer algo muy anodino, pero para este hombre, el
animal era sumamente importante, era el que mantenía el clima de familia,
un animal crea un ambiente, crea un clima en la familia. Si hay una disputa
en la familia, de repente el gato, el perro entrar y te lamen, te dan la pata y
se para la discusión...
Otro caso muy típico es del cáncer de hígado, que está vinculado al
sentimiento de carencia material, de carencia de dinero. Tenemos el caso
de un hombre al que cuando le faltan dos años para el retiro, el director de
la compañía donde trabaja lo llama a su despacho y le dice que ha pensado
en darle un retiro anticipado para incorporar personal más joven en la
empresa. En ese momento el hombre sufre un gran impacto ya que el
preretiro implica una baja respecto a sus ingresos regulares, y al pensar en
sus cuatro hijos, se angustia porque siente que ya no podrá pagar su
educación. Biológicamente aquí es donde comienza su conflicto. Comienza
su lucha al pensar en cómo poder pagar los estudios de sus cuatro hijos.
Durante la fase de simpacotonía hace negociaciones con el director, va al
sindicato, intenta lograr un buen acuerdo. Y en esa fase de combate, un día
se presenta con toda su buena fe al director y le dice: "Bueno, está bien, yo
acepto este retiro anticipado, pero tú contratas a dos de mis hijos en la
empresa". El director dice "Vale, contrato uno, pero no los dos". Y el hombre
insiste en que no se saldrá hasta que contrate a los dos. El conflicto se
prolonga y finalmente llegan a un acuerdo, pero durante todo ese tiempo de
incertidumbre, el hombre genera un cáncer en el hígado. El sentido
biológico del hígado es hacer reserva mientras él lucha para encontrar una
solución para el futuro de sus hijos. Si este mismo hombre hubiese vivido el
conflicto como una pérdida de territorialidad, hubiese desarrollado una
afección en las coronarias. El hecho de que su primer pensamiento ante la
noticia del retiro anticipado haya sido "¿cómo voy a pagar los estudios de
mis hijos?" en vez de pensar "¿qué voy a hacer ahora sin trabajo?"
determinó que el órgano afectado fuese el hígado y no las coronarias."

4. Ley del sistema de ontogénesis de los microbios y bacterias


Los microbios, bacterias y virus colaboran con el organismo durante
la fase de curación. Si el DHS ha afectado un relé que se encuentra en el
endodermo o en el mesodermo, durante la fase de resolución aparecerán
hongos, microbacterias y gérmenes que ayudarán a eliminar la proliferación
celular o la tumoración que se produjo durante la fase activa; mientras que
si se afectó el ectodermo, durante la fase de resolución aparecerán
microorganismos y virus que ayudarán a restaurar las necrosis o
ulceraciones producidas en la fase activa del conflicto.

Madam Sixt: "Esta ley cambia totalmente la creencia de que los


microorganismos son perjudiciales, pues bajo esta perspectiva, no producen
la enfermedad, sino que aparecen o proliferan durante la fase de reparación
que pone en marcha el organismo y colaboran en sus tareas de
restauración. En la fase de curación aparece el proceso inverso al que se
desató durante la fase activa y se pone en marcha un programa especial de
eliminación de lo que se haya producido durante la fase activa. Por ejemplo
puede haber una citis en peritoneo, y lo que va a hacer esa citis, ese
líquido, ese edema, es favorecer la llegada de microorganismo para la
evacuación de todos estos pequeños tumores del peritoneo. También
tenemos a nuestros amigos los virus y ya sabéis hoy en día todo lo que se
les rehuye, todo lo que se habla sobre las enfermedades de origen viral y
toda la responsabilidad que se les hecha encima, cuando en realidad los
virus tienen principalmente un rol de transportadores de las proteínas y
sustancias nutritivas para rellenar las úlceras. Por ejemplo en una
enfermedad de origen viral como la rubéola, en la fase activa del conflicto
hay como pequeñitas lesiones, ulceraciones en la piel, y en la fase de
curación, nuestros amigos los virus vienen a hacer el relleno. Pero sólo
causarán una enfermedad viral las personas que lleguen a una fase de
resolución, a una etapa de vagotonía. Nunca habrá ninguna infección por
ningún virus o microorganismo en la fase de simpacotonía, siempre
intervienen en la fase de vagotonía. Esta fase es la más importante en todo
el proceso. Después de la crisis epileptoide o de curación, el cerebro
conserva aún algo de edema. Este edema residual tiene un sentido
biológico muy profundo, especialmente en los casos donde aparecen
tumores porque va a permitir que se evacue o se enquiste la tumoración.
Dependiendo de la hoja embrionaria donde está asentada esta tumoración,
hay algunos tumores que se desprenden y se evacuan, otros se enquistan y
quedan perfectamente bien delimitados y enquistados. Sin embargo hay
personas que pueden morir en esta fase. Eso es una realidad, dependiendo
de la gravedad y del órgano lesionado. Por ejemplo, algo que puede ser
mortal son las lesiones en las coronarias, donde se muere de un infarto al
miocardio. Cuando una persona muere por esta causa es que ha tenido un
conflicto que ha durado más de nueve meses y hay una importante lesión.
El edema es excesivo y en esa fase de crisis. Sólo en caso de que el
conflicto haya durado más de nueve meses afectado a las coronarias
hay un infarto mortal, si ha durado menos hay pequeños infartos que
afecta una zona determinada y la persona puede curativa no logra
desprenderse y allí hay un colapso que impide acceder a la normatonía
sobrevivir y solucionar su conflicto. Toda vez que se presenta esta crisis de
curación hay otras tres semanas en las que se observa una gran fatiga. Es
una fase exudativa en la que el cuerpo limpia o expulsa lo que no necesita.
Como requiere mucha energía para terminar de reparar y limpiar la zona
dañada, impone un descanso que resulta imprescindible. En esta fase el
paciente debe estar muy bien cuidado porque es una fase en la que está
muy sensible, muy receptivo y es muy vulnerable a caer nuevamente en
otro conflicto. Evidentemente en esta fase puede haber mucho dolor, como
por ejemplo en el cáncer de huesos porque el periosto, la capa que recubre
el hueso, que es la única que está enervada, se despega debido al edema y
esto es extremadamente doloroso. En esta fase hay que ser muy paciente.
No tener miedo y no decir, "Sí, pero esto se está haciendo muy lago, no
sé..." No. Hay que entender lo que pasa, hay que saber que es natural y
hay que tener mucha paciencia, protegiendo y rodeando a esta persona
durante un mes o mes y medio para que esté tranquila y luego esto se
supera y se vuelve a una normatonía."

5. Ley de la Quintaesencia o comprensión del sentido de la


enfermedad
Toda enfermedad es un programa especial que pone en marcha la
naturaleza y tiene un profundo sentido biológico. Debajo de los
malestares, dolores, trastornos y estorbos, la naturaleza nos brinda la
oportunidad de poder recuperarnos y compensar los desgastes provocados
por los conflictos biológicos que originan los conflictos psíquicos. Si
observamos bien, comprendemos y no tenemos pánico, volveremos de
nuevo a estar curados y regenerados.

Madam Sixt: "Es la quintaesencia, la deducción que se puede extraer de


las otras cuatro leyes. En esta nueva perspectiva de la Medicinad el
Corazón, no hay benigno ni maligno, sólo hay el profundo sentido biológico
de la naturaleza, los ritmos de normatonía, simpacotonía, vagotonía,
normatonía... Y todo esto tiene un profundo sentido. Es necesario advertir
que esto es un esquema ideal, esto supone que la persona soluciona el
conflicto y todo va bien, pero por desgracia este esquema no suele
presentarse mucho aún porque el solo hecho de ir al médico provoca lo que
ellos llaman metástasis, una hipótesis que nunca ha sido probada, como
pasa con la mayoría de los conceptos de la medicina actual. O sea que el
mismo cáncer "se extiende" hacia más de un órgano, cuando lo que en
realidad ocurre es que hay más de un conflicto activo. Por ejemplo en el
caso del señor con cáncer en el hígado, si además de preocuparse por la
subsistencia afectando su hígado, también se hubiera sentido
desvalorizado, podría haber afectado sus huesos y presentar las dos
afecciones. No obstante, como los médicos no comprenden esto, piensan
que el paciente está muy grave y al ofrecer tal diagnóstico generamos un
tercer conflicto provocado por el miedo: "Me voy a morir, de esta no me
salvo..." o "Me voy a morir y qué va a ser de mis hijos, estos niños tan
pequeños..." Entonces cuando la persona regresa al médico un mes
después, ya no sólo tiene cáncer en hígado y huesos, sino cáncer de
pulmón."

Resumen de la Conferencia de Madam Sixt: La Nueva Medicina


pronunciada en las instalaciones de la Asociación Ment Clara en junio del 2000
/ Barcelona
Resumen realizado por Karina Malpica
y autorizado para su publicación por Madam Sixt

Para saber más DFIR recomienda:

• Hamer, Ryke Geerd: Fondement d'une Medicine Nouvelle, ASAC,


Cologne, France, 1993
• Las publicaciones del Dr. Hamer en varios idiomas se distribuyen desde
la editorial: Amici di Dirk: amicididirk@yahoo.de y Amici di Dirk - France
En castellano las distribuye Ediciones de la Nueva Medicina S.L.
Apartado de Correos, 209. 29120 Alhaurín el Grande (Málaga, Spain).
Número de fax: (034) 952-491697.
• Nuevo y revolucionario enfoque de la enfermedad. Importante avance
hacia la curación del cáncer. / Informe especial de Discovery Salud.
Número 11, diciembre del 1999.
• Índice del Dr. Hamer en Free News
• Entrevista al Dr. Hamer en Free News
• Plural 21 - Organización Civil que difunde entre otras cosas la Nueva
Medicina y cuenta con un directorio de practicantes de la misma en
España. Dirección: Cartagena 230, 5º 1ª, 08013 Barcelona Tel: 93 4350
1300 Fax: 93 456 48 25 e-mail: plural-21@pulral-21.org /
plural21@eresmas.com

Camino del Premio Nobel del Dr.Ryke Geerd Hamer


En plena década de investigación sobre el
cerebro, un médico alemán, el Dr. Ryke
Geerd Hamer, manifiesta que si ese
«ordenador central» de nuestro organismo
sufre un impacto por la vivencia de
conflictos biológicos, inseparables del
desarrollo de la vida, se puede originar
una codificación celular errónea que en el
plano orgánico se manifestaría como cáncer.
Partiendo de esta posición, cabe la posibilidad de tratar la
enfermedad con una terapia basada en el conocimiento del
proceso por el verdadero agente de la curación: el propio
enfermo.
(Ana Pena).

Doctor Hamer, nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el


seno de una familia de pastores protestantes. A los 18
años, tras finalizar el bachillerato, inicia estudios de
medicina y de teología en la Universidad de Tübinge. En el
año 1959 se licenció en Ciencias Médicas, en las
especialidades de Psiquiatría y Pediatría, posteriormente
en el año 1961 obtiene el grado de Doctor en Medicina,
trabajando en clínicas universitarias pudiendo ejercer la
docencia. Así en 1972 se especializa en medicina interna,
especializándose en asociación con su esposa en
angiometría de los tumores cerebrales. Dispone de un gran
curriculum, que durante varios años es admirado por todos
sus compañeros, amigos y pacientes.

En 1986 es condenado por no querer abjurar de la Ley de


Hierro del Cáncer y no asumir las tesis convencionales
sobre el cáncer, prohíbiéndole ejercer en la medicina.

¿A qué fué debido esto?, debido a unas circunstancias


desagradables sucedidas en el ámbito familiar que
desencadenó cancer de testiculos en él y en su esposa
diferentes cánceres, comenzó a custionarse, las relaciones
de causalidad entre el alma y las enfermedades. Él Doctor
dedució que hay conflicto en los que podemos prevenir y
reaccionar, pero los conflictos ante los que no tenemos
preparación, y que provocan una violenta perturbación
psíquica, un choque, les llamamos conflictos biológicos,
que llegan a desencadenar enfermedades tales como el
cancer. Todo esto va muy en contra con las tesis de la
medicina y el Dr.al exponerlo fué eliminado de ejercer la
medicina.

El Dr.Hamer, afirma que en cada caso de enfermedad


debemos intentar reconstruir escrupulosamente el
Síndrome Dirk Hamer, con todos sus agentes y
consecuencias.
Debemos retroceder hasta la situación específica de aquel
momento. Es sólo a partir de aquella situación que
podremos comprender por qué el problema ha constituido
para alguien un conflicto biológico.

En el momento de producirse el Síndrome Dirk Hamer, la


forma del conflicto determina la localización cerebral del
Foco de Hamer, así como la localización en el órgano del
cáncer o del equivalente del cáncer.
En efecto, los conflictos no existen por sí mismos, sino que
cada conflicto tiene una forma muy determinada que se
define en el mismo instante del Síndrome Dirk Hamer. La
forma del conflicto se genera por vía asociativa, es decir,
por coordinación instintiva de ideas que generalmente
escapa al filtro de nuestra razón.
Por ejemplo, tomemos un conflicto típico de agua o de
líquido: un camión cisterna pierde todo su contenido en un
accidente de circulación, o el coche de una cooperativa
lechera vuelca y derrama en la calzada toda la leche. Se
produce una asociación con el agua o líquido y, a partir de
un conflicto biológico mentalmente relacionado con el agua,
un conflicto de agua, un tipo específico de cáncer de riñón.
Eso significa pues que a cada forma de conflicto le
corresponde un cáncer determinado, y un emplazamiento
específico en el cerebro.

En mayo de 1991, tras una conferencia en Austria, cerca


de Viena, un médico me presentó el escáner cerebral de
uno de sus pacientes, rogándome que explicase a sus
veinte colegas presentes -la mayoría radiólogos y
especialistas de escaners cerebrales- lo que yo podía
deducir a nivel orgánico y, correlativamente, a nivel
psíquico. La información de que disponía era tan solo de
uno de los tres niveles: el cerebral.

A partir del escáner cerebral diagnostiqué un carcinoma


vesical en inicio de sangrado y en fase de curación; un
antiguo carcinoma prostático; una diabetes; un antiguo
carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de una zona
determinada del cuerpo, informando a la vez de los
correspondientes conflictos. Ante lo cual, el médico se
levantó y afirmó ante todos sus colegas: «¡Mi más sincera
felicitación, Doctor Hamer! Los cinco diagnósticos son cinco
aciertos. Es exactamente lo que tiene el paciente y lo que
ha tenido. ¡Es fantástico!»

Uno de los radiólogos presentes comentó entonces: «A


partir de hoy me he convencido de lo bien fundamentado
de su método. En efecto, ¿cómo, sino, podría adivinar un
carcinoma de la vejiga en inicio de sangrado? Yo mismo no
había hallado nada remarcable en el escáner cerebral, pero
ahora que nos ha mostrado los relés estoy dispuesto a
ratificar seguidamente su diagnóstico».

Esta es la llamada medicina Psicopsomarica, donde la


enfermedad va relacionada con algo más que lo puramente
físico.
El 14-15 de Mayo del 2005, durante la celebración en
Madrid del I Congreso Científico Internacional sobre
Tratamientos Complementarios y Alternativos del Cáncer,
el Sr. José Antonio Campoy, director de la revista Discovery
DSALUD, propuso al Dr. Hamer como aspirante al Premio
Nobel de Medicina. Propuesta que está abierta a todo
aquel que quiera sumarse a ella. Si es su caso, rellene por
favor el formulario de la web de Discovery DSALUD para
poder entregarlo formalmente a los responsables de las
instituciones a las que va dirigido.

Propuesta dirigida al Claustro de Profesores del Karolinska


Institutet de Estocolmo y a los integrantes de la Sección de
Medicina de la Real Academia Sueca de Ciencias.

Si deseas saber más sobre el Dr. Hamer te recomiendo


visites la página http://www.sunoven.de/medicina-
sagrada3.html, podrás encontrar toda la biografía una
entrevista y todo lo relacionado con la medicina
Psicopsomática que fué todo un gran descubrimiento
merecedor de un gran premio noble.

HAMER DETENIDO. AFORTUNADAMENTE


Fernando Frías Sánchez

Por Fernando L. Frías

La semana pasada la policía española, en cumplimiento de una "Euroorden",


procedió a la detención de Gerard Ryke Hamer para ponerlo a disposición de
las autoridades francesas.

Dicho así, no parece gran cosa como noticia. Todos los días la policía
detiene a delincuentes españoles o extranjeros, y en la inmensa mayoría de
los casos apenas merecen una mención en la sección de sucesos; mucho
menos
una noticia destacada o, como en este caso, un artículo en un boletín
digital de difusión del pensamiento crítico. Pero es que Gerard Ryke Hamer
no es un delincuente cualquiera: es nada menos que el fundador de un nuevo
paradigma pseudomédico: la denominada (por Hamer y sus seguidores)
"Nueva
Medicina".
El doctor Hamer... bueno, corrijamos: el señor Hamer. Lo de "doctor",
correspondiente a su titulación como médico, pero en 1986 fue inhabilitado
por un tribunal por dedicarse a prácticas pseudomédicas y poner en peligro
la vida de sus pacientes. Uno de los muchos episodios judiciales que
salpican la trayectoria de este charlatán que ahora parece encaminarse a
pasar una larga temporada alojado en régimen de pensión completa por cuenta
del Estado francés.

El señor Hamer, decíamos, siguió una carrera profesional poco relevante


hasta que a finales de los años 70 una serie de acontecimientos digna del
guión del culebrón más cutre trastocó su vida. Todo comenzó en 1978: en el
transcurso de una fiesta a bordo de un yate, el príncipe Amadeo de Saboya no
tuvo otra ocurrencia que disparar un rifle de cazar elefantes. No parece que
apuntase a nadie en concreto, pero el proyectil, tras uno o dos rebotes, fue
a impactar en uno de los hijos de Hamer, Dirk, que se encontraba en otro
barco. Dirk Hamer, que entonces tenía 19 años, murió cuatro meses después a
consecuencia de las heridas sufridas. Y esta tragedia no se quedó sola: poco
tiempo después, el todavía doctor Hamer era diagnosticado de un cáncer de
testículos, enfermedad a la que siguió la de su esposa, a la que se le
detectó un cáncer de pecho.

Según sus seguidores, aquella serie de incidentes fue lo que desencadenó la


intuición genial que llevó a Gerard Hamer a desarrollar sus teorías. Según
los más bondadosos de sus críticos, lo que desencadenó fue su definitivo
desequilibrio psíquico. Sea como fuere, en 1981 el doctor Hamer presentó
públicamente su "Ley de Hierro del cáncer", calificada como "piedra angular
de la Nueva Medicina".

La "Ley de Hierro" postula que el cáncer tiene su origen en un conflicto


psíquico o emocional que Hamer, en honor a su hijo, bautizó como "DHS" o
"Síndrome Dirk Hamer". El "DHS", localizado en el cerebro, provocaría como
respuesta del organismo un cáncer o una "enfermedad relacionada con el
cáncer". A partir de esta hipótesis, Hamer desarrolló otras cuatro "leyes
biológicas" igual o aún más disparatadas. Así, la "Segunda Ley Biológica"
establece que lo que conocemos como enfermedades no son tales, sino fases
en
la evolución del proceso desencadenado por el "DHS": una primera fase se
correspondería al daño fisiológico provocado por el "DHS", y se manifestaría
como una "enfermedad fría" (es decir, alguna de las enfermedades en las que
los pacientes presentan hipotermia, especialmente en las extremidades), para
a continuación desencadenarse lo que la medicina identifica (erróneamente,
según Hamer) como "enfermedad caliente", en la que los pacientes manifiestan
temperatura alta en manos y pies e incluso fiebre, y que en realidad sería
simplemente la fase en la que el organismo cura los daños causados por el
"DHS". Una curación que, sorprendentemente, se realiza mediante la benéfica
labor de los microbios, dirigidos por el cerebro. Otras "Leyes" nos hablan
de la supuesta correlación entre la naturaleza del "DHS" y el lugar del
cerebro donde se implanta con el tipo de cáncer, o establecen que en
realidad las enfermedades son simplemente procesos biológicos saludables
mediante los cuales el organismo reacciona frente al dichoso "DHS".

Naturalmente, partiendo de estas premisas Hamer y sus seguidores no se


limitan a afirmar que para curar el cáncer lo que hay que tratar es el "DHS"
: dado que las enfermedades en sí son procesos saludables, cualquier intento
de curarlas sería en realidad perjudicial. La causa de que fallezcan tantos
enfermos de cáncer, según Hamer, no es la evolución del cáncer, sino los
tratamientos aplicados por la "medicina convencional", que por tanto deben
evitarse a toda costa.

Hamer y sus seguidores aseguran que sus ideas han sido empíricamente
comprobadas y validadas por numerosos estudios (aunque, por supuesto,
nunca
citan ninguno verificable). Sin embargo, la práctica totalidad de la
profesión médica las considera un completo disparate y se resiste a
aplicarlas. ¿Por qué? Pues nada menos que porque existe una gran
conspiración para acabar con la Humanidad. Según Hamer y sus seguidores,
los
judíos (dirigidos, curiosamente, por el Papa) han conseguido matar a más de
dos mil millones de personas con sus tratamientos a base de morfina,
quimioterapia y radiaciones. Los astutos judíos aplican la "Nueva Medicina"
a sus propios correligionarios en hospitales de Tel a Viv, pero en el resto
del mundo, proclaman los seguidores de Hamer, emplean terapias
"convencionales" con el objetivo de liquidar al resto de la Humanidad.

Con semejantes afirmaciones, no es extraño que las doctrinas de Hamer hayan


encontrado eco en sectores tan dispares -o quizá no tan dispares- como la
"New Age" y los movimientos neonazis. Elogios a la doctrina de Hamer pueden
encontrarse en publicaciones dedicadas a la astrología (que serviría para
diagnosticar la naturaleza del "DHS") y las "terapias alternativas" (que
muchas veces también intentan establecer una relación entre la enfermedad y
los estados anímicos), pero también en revistas y libros de grupos neonazis
y ultraderechistas. Las tesis de Hamer son citadas por los "disidentes" del
SIDA como apoyo a su tesis de que la enfermedad no tiene su causa en el VIH
(dado que para Hamer los "microbios" no son agentes de una enfermedad, sino
medios que el cerebro emplea para la curación del cuerpo), y las revistas de
lo paranormal se deshacen en elogios hacia sus visiones "alternativas" y su
"rebeldía contra el establishment científico y la medicina oficial".

Y sus pacientes, mientras tanto, corren el riesgo de morir. El caso más


famoso en que se vio implicado Hamer fue el de Olivia Pilhar, una niña a la
que se le detectó un cáncer cuando tenía seis años. Olivia empezó a ser
tratada con quimioterapia, pero sus padres, convencidos por el doctor Hamer,
se negaron a que prosiguiera el tratamiento y la confiaron a los "cuidados"
del charlatán. Ante el riesgo de muerte de la pequeña, los responsables del
hospital solicitaron una orden judicial para que prosiguiera el tratamiento
médico, pero durante el proceso los padres de Olivia se la trajeron a
España, donde siguió siendo "tratada" por un seguidor de Hamer.
Afortunadamente, la intervención de numerosos médicos austríacos y la
intercesión del propio Presidente de la República lograron repatriar a la
niña. Cuando Olivia ingresó de nuevo en el hospital, el enorme tumor
canceroso pesaba ya varios kilos. Por suerte, un enérgico tratamiento de
quimioterapia consiguió salvar su vida.

Sin embargo, el caso de Olivia fue una excepción. La inmensa mayoría de los
pacientes tratados con la "Nueva Medicina" acaban falleciendo víctimas del
cáncer, el SIDA y las restantes enfermedades que Hamer y sus secuaces se
niegan a tratar. Empezando por la propia esposa de Hamer, que falleció a
consecuencia de su cáncer de pecho en 1985. Esta circunstancia ha provocado
que en varios países del mundo se hayan abierto procesos judiciales contra
Hamer y sus seguidores; especialmente en Francia, donde la UNADFI (Unión
Nacional de Defensa de las Familias y del Individuo, una importante
asociación dedicada a la lucha contra las sectas destructivas) ha ejercitado
la acusación particular en varios juicios por ejercicio ilegal de la
medicina y negligencia profesional con resultado de muerte. La "Euroorden" a
consecuencia de la cual Hamer fue detenido la semana pasada tiene su origen
precisamente en uno de esos procedimientos, en el cual Hamer fue condenado
a
tres años de prisión por complicidad en el ejercicio ilegal de la medicina.
Hamer ha cumplido ya condenas de prisión en Alemania, y probablemente le
esperen otras en Francia, Bélgica y otros países en los que tiene pendientes
numerosos juicios, que no se han celebrado porque el charlatán se negaba a
salir de España alegando, irónicamente, "problemas de salud".

Además de los juicios penales, Hamer y sus seguidores han sido objeto de la
atención de los Colegios e instituciones médicas de medio mundo, que por una
vez han dejado de lado su tradicional benevolencia hacia las terapias
"alternativas" dada la peligrosidad de la "Nueva Medicina". Las
inhabilitaciones a seguidores del doctor Hamer se cuentan por decenas. En
España, el caso más conocido es el de Vicente Herrera y Adell, inhabilitado
por el Colegio de Médicos de Barcelona a causa de haber aplicado el "método
Hamer" a una paciente que, naturalmente, falleció víctima de cáncer.

La noticia de la detención de Hamer ha causado una oleada de comentarios en


diversos medios. En algunos casos han sido de indignación: los seguidores de
Hamer, evidentemente, han protestado por lo que consideran una reacción de
los poderes establecidos y de la "medicina oficial" contra un pensador
heterodoxo y revolucionario. Pero la mayoría simplemente han manifestado su
incredulidad: ¿por qué, con tanto charlatán suelto, la emprenden contra el
"pobre" "doctor" Hamer?

Quizá la mejor respuesta la podemos encontrar en el informe que sobre la


"Nueva Medicina" elaboró el Grupo Suizo de Estudios sobre Métodos
Complementarios y Alternativos para el Cáncer:

"Consideramos que el método promovido por Hamer es peligroso,


especialmente
porque induce a los pacientes a una falsa sensación de seguridad que hace
que prescindan de otros tratamientos efectivos. En tanto en cuanto Hamer
siga sin presentar ninguna evidencia convincente en apoyo de sus hipótesis,
y mientras la eficacia de la "Nueva Medicina" siga sin demostrarse
científicamente, debemos rechazar enérgicamente este método. En muchos
aspectos, la teoría de la "Nueva Medicina" contradice los hallazgos de la
medicina científica, no sólo en términos de la etiología y diagnosis del
cáncer, sino también en cuanto al desarrollo y el tratamiento de la
enfermedad."

Un
pensamient
o para
recordar...
rimero te ignoran,
Luego se ríen de ti,
Luego luchan contra ti,
¡Y entonces tú ganas!

Mahatma Ghandi

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en 1935 en Frisia (Alemania), estudió


medicina y teología en la Universidad de Tübingen. A la edad de 22 años,
completó su título de maestro en teología y cuatro años después, recibió su
licencia profesional de doctor en medicina. Los años siguientes ejerció en
diferentes clínicas universitarias en Alemania.

En 1972 el Dr. Hamer completó su especialización en medicina interna y


comenzó a trabajar en la Clínica Universitaria de Tübingen como internista a
cargo de pacientes con cáncer. Al mismo tiempo, ejerció práctica médica
privada con su esposa la Dra. Sigrid Hamer, a quien había conocido durante
sus estudios en Tübingen. Él también mostró un extraordinario talento para
inventar equipos médicos.

Entre otros, le pertenece la patente de un escalpelo no traumático (Escalpelo-


Hamer) que corta 20 veces más fino que una navaja de rasurar, una sierra
especial para hueso en cirugía plástica, y una mesa de masaje que se ajusta
automáticamente a los contornos del cuerpo.

Sus inventos proveyeron los medios financieros al Dr. Hamer y a su familia


para irse a Italia, donde él hizo su plan para tratar a los enfermos de los barrios
pobres de Roma sin costo alguno. En Agosto 18 de 1978, estando en Roma,
los Hamer recibieron la traumática noticia de que su hijo Dirk había sido
accidentalmente herido de bala por el Príncipe Italiano Víctor Emmanuel de
Saboya. El 7 de Diciembre de 1978, Dirk sucumbió a las heridas y murió en los
brazos de su padre.

Poco tiempo después de la muerte de Dirk, el Dr. Hamer fue diagnosticado de


cáncer testicular. Debido a que él nunca había estado seriamente enfermo,
postuló que el desarrollo de su cáncer podría estar directamente relacionado
con la pérdida inesperada de su hijo. De hecho, eventualmente él llamó a este
choque inesperado un SDH ó ”Síndrome de Dirk Hamer“ en honor a su hijo
Dirk.

La muerte de Dirk y su propia experiencia con el cáncer llevaron al Dr. Hamer a


un viaje científico extraordinario. En aquel tiempo siendo internista en jefe de
una clínica oncológica en la Universidad de Munich, comenzó a investigar las
historias de sus pacientes con cáncer y pronto aprendió que, como él, todos
ellos habían experimentado un choque inesperado de algún tipo. Pero llevó su
investigación mucho más lejos. Siguiendo la hipótesis de que todos los
procesos corporales son controlados desde el cerebro, él analizó los escáneres
cerebrales de sus pacientes y los comparó con los registros médicos y
psicológicos correspondientes. Para su asombro, encontró una clara
correlación entre ciertos ”choques de conflicto“, cómo se manifiestan estos
choques en el órgano y cómo todos estos procesos están conectados al
cerebro. Hasta entonces, ningún estudio había investigado el origen de la
enfermedad en el cerebro ni el papel del cerebro como mediador entre la
psique y el órgano enfermo.

El Dr. Hamer descubrió que cada enfermedad se origina por un choque ó


trauma que nos toma completamente por sorpresa. En el momento que el
conflicto inesperado ocurre, el choque impacta un área específica en el cerebro
causando una lesión (más tarde llamada Foco de Hamer), visible en un
escáner cerebral como un grupo de anillos concéntricos nítidos. Las células
cerebrales que reciben el impacto envían una señal bioquímica a las células del
cuerpo correspondientes provocando el crecimiento de un tumor, la necrosis de
un tejido o la pérdida funcional, dependiendo qué capa del cerebro recibe el
choque. La razón de porque conflictos específicos están irrefutablemente
unidos a áreas específicas del cerebro es que, a través de nuestra evolución
histórica, cada área del cerebro fue programada para responder de manera
instantánea a conflictos que pudieran amenazar nuestra supervivencia.
Mientras el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro) esta
programada con cuestiones básicas de supervivencia como respiración,
reproducción y alimentación, el cerebro (la parte más nueva) está más
relacionada con temas de tipo social y territorial. El Dr. Hamer también
descubrió que cada enfermedad progresa a través de dos fases: primero, una
fase activa del conflicto, caracterizada por estrés emocional, extremidades
frías, falta de apetito, falta de sueño, y posteriormente, en caso de resolver el
conflicto, una fase de curación. Este es el periodo en el que la psique, el
cerebro y el órgano correspondiente entran en la fase de recuperación,
frecuentemente un proceso difícil, marcado por fatiga, fiebre, inflamación,
infección, y dolor.

El Dr. Hamer llamó a sus descubrimientos ”Las Cinco Leyes Biológicas de la


Nueva Medicina“, ya que su investigación esta completamente acorde a las
leyes naturales de la Embriología y a la lógica de la evolución. A través de los
años, el Dr. Hamer ha sido capaz de confirmar sus descubrimientos con más
de 40,000 estudios de caso. El resultado de este trabajo científico es la
creación de un diagrama ”Psique-Cerebro-Órgano“ que señala la enfermedad,
el contenido del conflicto biológico que la causa, el sitio en el escáner cerebral
donde la lesión correspondiente puede ser observada, cómo se manifiesta esa
enfermedad en la fase activa del conflicto, y qué se debe esperar en la fase de
curación (publicaciones).

La investigación del Dr. Hamer cambia radicalmente las muchas teorías


existentes de la medicina convencional. Su explicación de la enfermedad como
una interacción significativa entre la psique, el cerebro y el órgano
correspondiente refuta la visión de que la enfermedad ocurre por azar o como
resultado de un error de la Naturaleza. Basado en criterios científicos probados,
la Nueva Medicina Germánica rompe con los mitos de las células cancerígenas
malignas o de los microbios destructivos e identifica a las "enfermedades
infecciosas" así como a los tumores cancerosos como medidas naturales de
emergencia biológica practicadas por millones de años y diseñadas para salvar
al organismo, y no para destruirlo como nos fue enseñado. Enfermedades tales
como el cáncer pierden su imagen amenazadora y son reconocidas como
programas especiales significativos de supervivencia biológica con los que
cada ser humano nace.

En Octubre de 1981, el Dr. Hamer presentó su investigación a la Universidad


de Tübingen como tesis pos-doctoral. El objetivo era tener probados sus
descubrimientos en casos equivalentes para que la Nueva Medicina Germánica
pudiera ser enseñada a todos los estudiantes de medicina y los pacientes
pudieran beneficiarse de los descubrimientos lo antes posible. Para su gran
sorpresa, el comité de la Universidad rechazó su trabajo y rehusó evaluar su
tesis, un caso sin precedentes en la historia de las universidades. Más aún
había otra sorpresa. Poco después de haber entregado su tesis, al Dr. Hamer
le fue dado un ultimátum, renegar de sus descubrimientos o no ver renovado su
contrato. Fue extremadamente difícil para él entender por qué estaba siendo
expulsado de la clínica al presentar descubrimientos científicos bien
fundamentados. Después de darle de baja, se retiró a su práctica privada
donde continuó la investigación. Varios intentos de abrir una clínica privada
fallaron debido a esfuerzos concertados para oponérsele. Cartas de los
pacientes del Dr. Hamer dirigidas a las autoridades de salud permanecieron sin
respuesta o fueron regresadas con el comentario: ”¡No aplicable!“.

En 1985, después de 29 años de matrimonio y de ver por cuatro niños, Sigrid


Hamer fallece. Ella nunca se recuperó del pesar por la muerte de su hijo y de
la persistente intimidación de la familia de Saboya.

El hostigamiento al Dr. Hamer culminó in 1986, cuando una sentencia de la


corte le prohibió continuar la practica de la medicina. A pesar del hecho de que
su trabajo científico nunca fue desaprobado, perdió su licencia médica a la
edad de 51 años, debido a que se rehusó a renunciar a sus descubrimientos
sobre el origen del cáncer y a regirse por los principios de la medicina oficial.
Privado de una licencia médica, el Dr. Hamer dependía ahora de otros doctores
para obtener escáneres cerebrales y registros médicos de pacientes. Pero
estaba determinado a continuar su trabajo. Para 1987 ya había analizado más
de 10,000 casos y fue capaz de expandir su descubrimiento de las Cinco Leyes
Biológicas de la Nueva Medicina Germánica a prácticamente todas las
enfermedades conocidas en la medicina. Mientras tanto la prensa y la medicina
establecida no pararon de atacar su trabajo. Periodistas y médicos ”expertos“
retrataban al Dr. Hamer como charlatán, sanador milagroso autoproclamado,
líder de culto, o criminal demente quien negaba a los pacientes con cáncer los
tratamientos convencionales ‘salva vidas’. Hubo aún, solicitudes para evaluar
su condición mental por parte de psiquiatras elegidos por la corte.

En 1997 el Dr. Hamer fue arrestado y sentenciado a 19 meses en prisión por


haber proporcionado a tres personas información médica sin tener licencia
médica. En contraste, trece años después de haber asesinado a Dirk Hamer,
en 1991 Víctor Emmanuel de Saboya había sido sentenciado a solo 6 meses
de audiencias por la posesión ilegal de un arma. Cuando el Dr. Hamer fue
arrestado, la policía buscó sus archivos de pacientes. Subsecuentemente, un
fiscal se vio forzado a admitir durante el juicio que, después de 5 años, 6,000
de 6,500 pacientes casi todos con cáncer ‘terminal’ estaban aún vivos. Y así,
irónicamente, fueron sus oponentes los que proveyeron las estadísticas
actuales probando el notable índice de éxito de la Nueva Medicina Germánica.
Todavía, hasta hoy en día, la Universidad de Tübingen rehúsa probar el trabajo
científico del Dr. Hamer a pesar de dos órdenes de la corte en 1986 y 1994. De
igual manera, la medicina oficial rehúsa aprobar la Nueva Medicina Germánica
a pesar de las numerosas verificaciones tanto por parte de médicos como de
asociaciones profesionales (verificaciones).

El 9 de Septiembre del 2004 el Dr. Hamer fue arrestado en su casa en


España…. y después de un año y medio en la prisión francesa de Fleury
Merogis, el Dr. Hamer fue finalmente liberado en Febrero del 2006

REFLEXIONES SOBRE LA NUEVA MEDICINA.


Entrevista al Doctor Hamer.

El doctor Ryke Geerd Hamer.

Doctor Hamer, ¿qué le indujo a interesarse en el cáncer, y a cuestionarse


las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades?

Hasta 1978 no me había ocupado especialmente de ello. Era internista, es


decir, especialista en medicina interna, y llevaba trabajando 15 años en clínicas
universitarias (C.H.U.). Dirigí cursos durante cinco años, enseñando a
estudiantes. Era un internista normal, tenía en mi haber varios años de práctica
médica... Todo eso hasta 1978.
Luego sucedió algo terrible. Un loco furioso disparó su fusil, sin el menor
motivo, contra mi hijo Dirk, que dormía sobre un barco. Fue un golpe imprevisto
que me pilló totalmente desprevenido. Un golpe contra el que me sentí
impotente y sin capacidad de reacción. En la vida corriente, los sucesos y
conflictos normales no ocasionan sobre nosotros un choque tan brutal. Siempre
tenemos ocasión de prepararnos un poco ante ellos; son lo que
denominaríamos los conflictos ordinarios que solemos tener. Por el contrario, a
los conflictos ante los que no tenemos preparación, y que provocan una
violenta perturbación psíquica, un choque, les llamamos conflictos biológicos.

Fue así como en 1978 caí enfermo a causa de un conflicto biológico, un


conflicto de pérdida, desarrollando un cáncer testicular. En aquellos momentos,
como todavía nunca había enfermado de nada grave, aquello me hizo
reflexionar. Pensé que, sin duda, aquel cáncer testicular debía estar
relacionado, de una u otra manera, con la muerte de mi hijo.

Luego, tres años más tarde, en un clínica de cáncer ginecológico de la


Universidad de Munich en la que era jefe de servicio de medicina interna, tuve
ocasión de investigar si en mis pacientes del centro el mecanismo se había
desarrollado exactamente de la misma forma que en mí. Es decir, si también
ellas habían sufrido un choque conflictual. Descubrí que, efectivamente, en
todas mis pacientes sin excepción se había producido un tal suceso-choque, a
partir del cual habían tenido las manos frías y experimentado pérdida de peso,
insomnio, etc. De manera que, tirando del hilo, se podía remontar hasta el
choque inicial a partir del cual el cáncer debió producirse.

Por entonces esta opinión era hasta tal punto contraria a las tesis oficiales de la
medicina escolar, que tan pronto expuse estas ideas a mis colegas se me
colocó ante la disyuntiva de abandonar mi trabajo de clínica o retractarme.

¡Parece algo propio de la Edad Media! ¿Cómo reaccionó usted ante esta
situación?

Bueno, cuando se es Frison no se puede abjurar, ya que ante la falta de


argumentos que me refutasen hubiese debido abjurar de mis convicciones
íntimas. Por lo tanto me fui. El despido me produjo un conflicto biológico o, más
concretamente, una desvalorización violenta y brutal, lo recuerdo muy bien, ya
que encontré monstruoso que se me pudiera echar de la clínica únicamente por
haber realizado un descubrimiento científico fundamentado, nuevo e irrefutable.
Además, nunca hubiese imaginado que eso fuese posible. Fue totalmente
dramático, ya que hasta el último día pude examinar a mi paciente número 200,
de manera que la Ley de Hierro del Cáncer casi vio la luz in extremis.

¿Podría explicarnos brevemente y de forma sencilla cuáles son los


criterios esenciales de la Ley de Hierro del Cáncer?

La Ley de Hierro del Cáncer es una ley biológica. Conlleva tres criterios, el
primero de los cuales se enuncia así:
• Todo cáncer o enfermedad análoga al cáncer, se inicia con un S.D.H.
(Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque angustiante,
extremadamente brutal y dramático, experimentado en soledad, que se
manifiesta casi simultáneamente a tres niveles: psíquico, cerebral y
orgánico.

Es el S.D.H., Síndrome de Dirk Hamer. Le denominé así porque el choque


provocado por la muerte de mi hijo Dirk fue el origen de mi cáncer testicular.
Luego, este Síndrome Dirk Hamer se convirtió en el eje, la columna vertebral
de toda la Nueva Medicina. Así pues, en cada caso de enfermedad debemos
intentar reconstruir escrupulosamente el Síndrome Dirk Hamer, con todos sus
agentes y consecuencias.

Debemos retroceder hasta la situación específica de aquel momento. Es sólo a


partir de aquella situación que podremos comprender por qué el problema ha
constituido para alguien un conflicto biológico. Por qué razón fue tan dramático.
Por qué el afectado estaba tan solo en aquellos momentos. Por qué nadie
había podido compartirlo con él, y por qué el problema provocaba en él un
conflicto activo. Es decir, que la persona en cuestión no podía escoger entre
dos opciones que se le ofrecían o no tenía ninguna posibilidad de reaccionar
ante el problema.

Un buen médico debe poder efectuar con igual eficiencia la identificación con
un bebé -incluso un embrión-, con un viejo, una jovencita o un animal, y ser
capaz de trasladarse hasta la situación que originó el Síndrome Dirk Hamer.
Ese es el único medio que tiene para poder distinguir entre un problema -de los
que tenemos a centenares- y un conflicto biológico.

La Ley de Hierro del Cáncer tiene además otros dos criterios, ¿no es
cierto?

Sí. El segundo criterio se enuncia así:

• En el momento de producirse el Síndrome Dirk Hamer, la forma del


conflicto determina la localización cerebral del Foco de Hamer, así
como la localización en el órgano del cáncer o del equivalente del
cáncer.

En efecto, los conflictos no existen por sí mismos, sino que cada conflicto tiene
una forma muy determinada que se define en el mismo instante del Síndrome
Dirk Hamer. La forma del conflicto se genera por vía asociativa, es decir, por
coordinación instintiva de ideas que generalmente escapa al filtro de nuestra
razón.

Por ejemplo, tomemos un conflicto típico de agua o de líquido: un camión


cisterna pierde todo su contenido en un accidente de circulación, o el coche de
una cooperativa lechera vuelca y derrama en la calzada toda la leche. Se
produce una asociación con el agua o líquido y, a partir de un conflicto
biológico mentalmente relacionado con el agua, un conflicto de agua, un tipo
específico de cáncer de riñón.
¡Eso significa pues que a cada forma de conflicto le corresponde un
cáncer determinado, y un emplazamiento específico en el cerebro!

Sí. Existe un relé específico a nivel cerebral. En nuestro ejemplo de cáncer de


riñón por conflicto de agua o líquido, en el mismo segundo de producirse el
Síndrome Dirk Hamer se produce un cortocircuito en una localización
predeterminada del cerebro que, según los casos, corresponderá al riñón
derecho o izquierdo. Este cortocircuito puede ser fotografiado con ayuda de los
escaners cerebrales. La zona cerebral toma el aspecto de círculos
concéntricos, como en una diana o un estanque al que se ha arrojado una
piedra.

Hasta ahora, este fenómeno ha sido siempre mal interpretado por los
radiólogos, que lo diagnosticaban como fenómeno de origen artificial
ocasionado por el propio aparato. La localización cerebral que presenta este
tipo de alteración se denomina Foco de Hamer. No fui yo quien le dio tal
nombre, sino mis detractores, haciendo burla de esos «cómicos Focos de
Hamer» en las localizaciones descubiertas por mí.

¿Cómo se enuncia el tercer criterio de la Ley de Hierro del Cáncer?

A la evolución del conflicto le corresponde una evolución determinada del Foco


de Hamer en el cerebro, y una evolución específica de un cáncer o de una
enfermedad equivalente al cáncer en un órgano. Se puede resumir así:

• El conflicto biológico tiene un triple impacto, casi simultáneo, a tres


niveles: psíquico, cerebral y orgánico.

Es fácil de concebir y además se puede hacer la comprobación en el primer


caso que se nos presente: la evolución del conflicto y, -llegado el caso-, de la
enfermedad, es sincrónico en los tres niveles. En la medida en que el conflicto
puede resolverse, constatamos que los cambios debidos a esta solución se
producen sincrónicamente, es decir, en forma paralela en los tres niveles.

Se trata de la acción de un sistema predeterminado, en el sentido estrictamente


científico, de manera que si se conoce uno de los niveles se pueden deducir
limpiamente los otros dos. Es decir, que en último extremo tenemos un único
organismo que podemos concebir a tres niveles pero que de hecho es uno
solo.

He aquí un pequeño ejemplo. En mayo de 1991, tras una conferencia en


Austria, cerca de Viena, un médico me presentó el escáner cerebral de uno de
sus pacientes, rogándome que explicase a sus veinte colegas presentes -la
mayoría radiólogos y especialistas de escaners cerebrales- lo que yo podía
deducir a nivel orgánico y, correlativamente, a nivel psíquico. La información de
que disponía era tan solo de uno de los tres niveles: el cerebral.

A partir del escáner cerebral diagnostiqué un carcinoma vesical en inicio de


sangrado y en fase de curación; un antiguo carcinoma prostático; una diabetes;
un antiguo carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de una zona
determinada del cuerpo, informando a la vez de los correspondientes conflictos.
Ante lo cual, el médico se levantó y afirmó ante todos sus colegas: «¡Mi más
sincera felicitación, Doctor Hamer! Los cinco diagnósticos son cinco aciertos.
Es exactamente lo que tiene el paciente y lo que ha tenido. ¡Es fantástico!»

Uno de los radiólogos presentes comentó entonces: «A partir de hoy me he


convencido de lo bien fundamentado de su método. En efecto, ¿cómo, sino,
podría adivinar un carcinoma de la vejiga en inicio de sangrado? Yo mismo no
había hallado nada remarcable en el escáner cerebral, pero ahora que nos ha
mostrado los relés estoy dispuesto a ratificar seguidamente su diagnóstico».

Detengámonos un instante en el plano psíquico. ¿Cómo detectar que he


sufrido un choque de este tipo, que desencadena a continuación la
correspondiente enfermedad cancerosa? ¿Cómo se reconoce?

Hay criterios precisos que hacen que se distinga con facilidad de los problemas
y conflictos normales con que nos enfrentamos cotidianamente.

Tras un Síndrome Dirk Hamer, el paciente se halla en un estado duradero de


simpaticotonía, de estrés permanente, es decir, con pies y manos
completamente fríos, sin apetito, adelgazando, sin poder dormir por la noche,
sin poder pensar en otra cosa, de día como de noche, que en su conflicto. Este
estado sólo cambia cuando el paciente ha resuelto su conflicto.

Así pues, y a diferencia de los conflictos y problemas normales, vemos que los
pacientes que sufren estos conflictos biológicos mantienen un estrés
permanente que presenta síntomas muy determinados, con lo que además del
desarrollo del cáncer y del foco localizado en el cerebro, visible desde el primer
momento, el paciente manifiesta síntomas psíquicos muy conocidos y definidos
que no pueden pasar desapercibidos.

¿Qué sucede exactamente cuando se resuelve uno de estos conflictos


biológicos?

Volvemos a ver síntomas muy manifiestos en el plano psíquico, cerebral y


orgánico. En el plano psíquico, y a nivel vegetativo, vemos que el paciente
deja repentinamente de reflexionar día y noche sobre su conflicto, recupera su
ritmo normal de sueño y gana otra vez los kilos que había perdido en el
transcurso de la fase simpaticotónica de conflicto activo. En contraposición, se
siente decaído y fatigado, por lo que en ocasiones debe permanecer acostado.

Esto, lejos de ser el principio del fin, es un síntoma muy positivo. La duración
de la fase de curación es variable ya que está en función del conflicto que la ha
precedido y, en general, el paciente tarda en recuperarse tanto tiempo como ha
durado el conflicto. En el punto culminante de la fase de curación, en el curso
de la cual el cuerpo ha almacenado mucha agua, asistimos a una crisis
epiléptica o epileptoide que se manifiesta, según cada enfermedad, a través de
diversos síntomas. Tras esta crisis, el cuerpo elimina de nuevo el agua de los
edemas y regresa lentamente a la normalidad. De igual manera el paciente se
da cuenta de que va recuperando lentamente las fuerzas.
En el curso de la fase de curación, vemos paralelamente en el plano cerebral
que el Foco de Hamer -que durante la fase activa del conflicto mantenía la
configuración de una diana- se edematiza, es decir, se impregna de una
sustancia colorante, y que los anillos visibles por escáner van desapareciendo,
se difuminan, al tiempo que el relé cerebral se tumefacta por completo.

La crisis epiléptica o epileptoide mencionada anteriormente, y que de hecho es


desencadenada por el cerebro, marca también allí el punto culminante del
edema, es decir, el punto de reflexión y de retorno a la normalidad. En el
transcurso de la segunda mitad de la fase de curación empieza a confluir en el
cerebro el tejido conjuntivo cerebral inofensivo, denominado neuroglía, con el
objetivo de reparar el Foco de Hamer. Este tejido conjuntivo, totalmente
inofensivo y que en el escáner cerebral podemos colorear de blanco con un
producto de contraste yodífero, ha sido a menudo y de forma errónea tomado
por un tumor cerebral y extirpado por pura tontería. En efecto, dado que tras el
nacimiento del ser humano las células cerebrales no pueden reproducirse a sí
mismas, es imposible que existan auténticos tumores cerebrales.

En el plano orgánico, vemos ahora lo que hasta aquí era considerado como
más importante, a saber: que el cáncer no progresa. Es decir, que a partir de la
solución del conflicto -que nosotros llamamos conflictolisis- el cáncer se detiene
y deja de proliferar.

Este es un descubrimiento extremadamente importante que, por así decir,


programa de antemano la terapéutica del cáncer. También sobre el plano
orgánico vemos igualmente procesos de reparación muy determinados que
desde ahora examinaremos con más precisión. La crisis epiléptica se
manifiesta también a nivel orgánico al mismo tiempo que los fenómenos
correspondientes lo hacen en los otros dos niveles.

¿Podría describirnos qué es realmente una crisis epiléptica?

La crisis epiléptica es un proceso que ha ejercitado la naturaleza desde hace


millones de años. Se desarrolla simultáneamente a tres niveles. El sentido y
objetivo de esta crisis, que sobreviene en el punto culminante de la fase de
curación, es el de retorno a la normalidad. Es lo que habitualmente
denominamos un ataque de rampa, con rampas musculares que son una forma
específica de crisis epilépticas, a saber, la que se desencadena tras la solución
de un conflicto de motricidad.

Pero las crisis epileptoides, decir, parecidas a las crisis epilépticas, se


producen en principio en todo tipo de enfermedades, si bien con diferencias
según sean éstas. Para este importante fenómeno la naturaleza ha inventado -
por así decir- un truco. En el punto medio de la fase de curación el paciente
experimenta una recaída fisiológica de su conflicto, es decir, que cada paciente
revive brevemente su conflicto, lo que por momentos le coloca en una fase de
estrés: presenta manos frías, sudor frío generalizado y revive brevemente
todos los síntomas de la actividad conflictual. El objetivo de todo ello es
presionar y expulsar el edema cerebral para que el paciente pueda regresar a
la normalidad. Una vez que la crisis epiléptica ha terminado el paciente vuelve
a aumentar la temperatura corporal. Tras ello se sucede una pequeña fase de
pérdida de orina.

Tras la crisis epiléptica el paciente se encamina de lleno a la normalización, lo


que significa que una vez superada la crisis ya no volverá a producirse nada
que pueda asustar o que sea grave. Hacia el final de la fase de curación se
produce una gran fase de pérdida de flujo urinario en el transcurso de la cual el
cuerpo elimina completamente el resto de los edemas.

El momento de peligro se sitúa inmediatamente al final de la crisis epiléptica o


epileptoide, ya que es entonces cuando se descubre si la crisis epileptoide ha
sido o no suficiente para eliminar el vapor. La crisis epiléptica más conocida es
el infarto de miocardio y en la lista de crisis epileptoides más conocida es el
infarto de miocardio, y en la lista de crisis epileptoides figuran preferentemente
la embolia pulmonar, la crisis hepática o la supuesta crisis pneumónica. Para
que en este retorno a la normalidad el cuerpo venza en los casos graves, es
decir, cuando el conflicto ha durado mucho tiempo, le ayudamos con una fuerte
inyección de cortisona. En los casos muy graves se puede ya administrar la
cortisona de antemano.

¿Podría citarnos, como ejemplo, algunos conflictos típicos? Y lo que


también sería interesante, ¿por qué se les denomina conflictos
biológicos?

Les llamamos conflictos biológicos porque se explican desde un punto de


vista ontogenético, se presentan de manera analógica tanto en el hombre como
en el animal, y evolucionan igualmente de forma análoga en ambos. No tienen
nada que ver con los problemas y conflictos con que nos enfrentamos
habitualmente (los conflictos psico-intelectuales). Son conflictos de una calidad
fundamentalmente diferentes, casos de perturbación, por así decir, previstos
por la naturaleza en el programa arcaico de comportamiento grabado en
nuestro cerebro.

Imaginamos que lo pensamos, pero en realidad el conflicto estalló ya en el


intervalo de segundos por vía asociativa antes incluso de que hubiésemos
empezado el acto de pensar. Por ejemplo, cuando un lobo arrebata a la madre
su pequeña oveja, la madre desarrolla un conflicto madre-hijo tal como lo hace
la madre humana. La madre oveja producirá un cáncer de mama en el mismo
lado que la madre humana desarrolla el suyo, según sea diestra o zurda. El
relé cerebral se halla en la misma localización en que en la madre humana se
ubica el relé del comportamiento madre-hijo y, en caso de perturbación, el Foco
de Hamer correspondiente al conflicto madre-hijo o al conflicto de nido. Es la
misma localización donde, en la tetilla del niño pequeño, se localiza el relé para
las relaciones niño-madre.

Todos nuestros conflictos biológicos pueden ser clasificados


ontogenéticamente. Ontogenéticamente nosotros sabemos cuándo -es decir,
en qué etapa de la evolución de las especies- los comportamientos específicos
han sido desarrollados y registrados, de forma que no sólo existen
correlaciones entre órganos y zonas cerebrales, sino también conflictos
íntimamente ligados ontogenéticamente. Una vez más, todas las
perturbaciones psíquicas relacionadas tienen relés vecinos en el cerebro y,
ontogenéticamente hablando, son también vecinas a nivel orgánico, de manera
que presentan la misma formación celular histológica. Es aprendiendo a
considerar nuestro organismo desde un punto de vista ontogenético que
descubrimos la prodigiosa organización de la naturaleza.

¿Podría darnos algunos ejemplos tomados de nuestra vida cotidiana?

Sí. Tomemos por ejemplo el caso de una madre que lleva a su hijo cogido de la
mano mientras está hablando con una vecina en la acera. De repente, el niño
se suelta de la mano de la madre y se lanza a la calle. Chirrido de neumáticos,
un vehículo que frena bruscamente... y el niño que sale por los aires o es
atropellado. La madre no estaba preparada para un tal suceso y la ha pillado
totalmente desprevenida. Se ha quedado helada de espanto. El niño es
conducido al hospital, en el que permanece quizá durante días enteros entre la
vida y la muerte. Su madre tiene las manos heladas, no puede dormir, ha
perdido el apetito y se halla en estado de estrés permanente. Desde el
momento mismo del accidente empieza a desarrollarse en su pecho izquierdo
(o en su pecho derecho, si es diestra), un nódulo. Ha sufrido un conflicto típico
madre-hijo, con configuración en forma de diana en el cerebelo derecho.
Cuando la madre recibe el alta de los médicos para llevar a su hijo a su casa, y
éstos le dicen: «Ha tenido suerte, ha salido bien de esto, no le quedarán
secuelas», desde ese mismo momento su conflicto entra en fase de curación.
Se ha solucionado el conflicto y a partir de entonces la madre vuelve a tener las
manos calientes, puede volver a dormir de nuevo, recupera peso y tiene otra
vez apetito. He aquí una evolución típica del conflicto, que es casi idéntica tanto
en el hombre como en el animal.

Otro ejemplo puede ser el de una mujer que sorprende a su marido en la cama
con su mejor amiga. La mujer desarrolla una conflicto de frustración sexual que
en el lenguaje biológico es un conflicto de ser-privado-de-unión-carnal-con, y
en el plano orgánico se traduce en un carcinoma de cuello de útero si la mujer
es diestra.

Sin embargo, y ante la misma situación, no todo el mundo reacciona


obligatoriamente de igual manera, ni tiene como resultado obligado el mismo
conflicto. En efecto, si la mujer no amaba ya al marido y desde hacía tiempo
pensaba en el divorcio no siente esta sorpresa de delito flagrante como un
conflicto sexual sino, a lo sumo, como un conflicto humano de falta de
solidaridad con la familia. Éste sería un conflicto de pareja y provocaría un
cáncer de mama del seno derecho, si la mujer es diestra.

Desde el punto de vista psíquico, el mismo suceso, aconteciendo en un


contexto psíquico diferente, sólo es en apariencia el mismo suceso ya que en
realidad se trata de algo totalmente diferente. El determinante no es lo que
sucede, sino cómo lo encaja psíquicamente el paciente en el momento del
Síndrome Dirk Hamer. En este caso, el mismo acontecimiento podría
desencadenar un conflicto de miedo-disgusto, con hipoglucemia (es decir,
disminución en sangre del nivel de glucosa) si la mujer hubiera sorprendido a
su marido en una escena desagradable con, digamos, una prostituta. O bien, el
mismo acontecimiento podría desencadenar una desvalorización de sí mismo -
con o sin conflicto sexual-, si la mujer hubiese sorprendido a su marido con una
chica veinte años más joven que ella. Entonces se hubiera dicho:
«Evidentemente, no puedo competir, yo no puedo ofrecerle eso». En una tal
situación la zona del cuerpo afectada sería el sistema esquelético (la pelvis
púbica), donde se produciría osteolisis, es decir, descalcificaciones, como signo
de la desvalorización sexual.

Es preciso saber todo esto para descubrir lo que el paciente tenía en su cabeza
en el momento del Síndrome Dirk Hamer ya que es en ese preciso instante
cuando se pone a rodar sobre el raíl de la enfermedad. Este raíl es una imagen
en extremo importante porque todas las recaídas y retrocesos que
eventualmente se producirán a continuación seguirán de nuevo el trazado
inicial del raíl. Podemos hablar por eso de una verdadera alergia al conflicto.

Doctor Hamer, ¿se pueden tratar ya pacientes a partir de la Ley de Hierro


del Cáncer?

En principio sí. Pero la Ley de Hierro del Cáncer es tan solo la primera ley
biológica de la Nueva Medicina. En total hay cuatro leyes biológicas que he
descubierto empíricamente, es decir, que se fundamentan en la observación de
15.000 casos parecidos y documentados hasta el momento. Si se quiere
trabajar concienzudamente debería verificarse cada caso en función de las
cuatro leyes biológicas.

Veámoslas pues una por una. ¿Cuál es el enunciado de la segunda ley


biológica descubierta por usted?

La segunda ley biológica de la Nueva Medicina es la ley de las dos fases de las
enfermedades.

¿De todas las enfermedades?... ¿No únicamente del cáncer?

Sí, todas las enfermedades del conjunto de la medicina tienen dos fases.
Antiguamente, al ignorar este contexto se habían listado a grosso modo hasta
un millar de enfermedades.

La mitad eran enfermedades frías, es decir, que el paciente presentaba los


vasos sanguíneos de la piel contraídos, estaba pálido y mostraba pérdida de
peso. El resto de enfermedades eran calientes y cursaban con fiebre, dilatación
de vasos sanguíneos, buen apetito pero mucho cansancio. Todas estas
supuestas enfermedades eran consideradas como afecciones autónomas. Hoy
en día sabemos que todo esto era un error. En todos los casos se trataba tan
solo de enfermedades a medias de forma que actualmente lo que conocemos
por encima son quinientas enfermedades que presentan dos fases:

• La primera fase es siempre la fase fría del conflicto activo, la fase de


estrés simpaticotónico.
• Y la segunda fase, que implica una solución del conflicto, es siempre
una fase caliente, de resolución del conflicto, una fase vagotónica de
curación.

En el cerebro, los Focos de Hamer de las dos fases se sitúan en la misma


posición, pudiendo incluso afirmarse que es el mismo Foco de Hamer. Durante
la fase activa del conflicto los círculos concéntricos en forma de diana aparecen
claramente delimitados. En la fase de curación estos círculos se difuminan en
edemas. Vemos con estos ejemplos que estas leyes biológicas (hablaremos
conjuntamente de las dos restantes) son válidas para el conjunto de la
medicina y no únicamente para el cáncer.

El viejo ciervo, expulsado de su territorio por el ciervo joven, está también en un


estado permanente de estrés, y desarrolla un conflicto biológico, a saber, un
conflicto de territorio, un poco por encima de la oreja derecha. El ciervo se
comporta como un condenado, sueña tan solo con recuperar su territorio. No
come, no duerme y adelgaza porque se halla en un estado de continuo estrés.
Sufre dolores punzantes en el corazón, angina de pecho, pequeñas úlceras en
las arterias coronarias a nivel orgánico. Y regresa a la normalidad una vez que
consigue -justamente porque vuelve a la normalidad- expulsar al rival intruso
reconquistando el territorio. A partir de ese momento entra en la fase de
vagotonía permanente y vuelve a comer de nuevo con normalidad, se siente
invadido por un gran cansancio, engorda y recalienta sus extremidades. En la
cima de la fase de curación sufre un infarto de miocardio como crisis epiléptica.
Si consigue superarlo puede recuperar la posesión de su territorio.

En el reino animal las cosas suceden de forma similar como en el hombre. En


el hombre su territorio será quizá su granja, su familia o su empleo, puesto que
el hombre tiene muchos más territorios parciales. Incluso un automóvil puede
ser un territorio. En el hombre no se produce infarto a menos que el conflicto
haya durado entre 3 y 4 meses y, normalmente, si el conflicto ha durado más
de un año, y si no se ha detectado su pase a la fase de curación vagotónica,
puede convertirse en mortal. Un escáner cerebral permite hacer un rápido
diagnóstico. Resulta sorprendente que los médicos no hayan descubierto
desde hace tiempo este carácter bifásico de todas las enfermedades, siendo
algo tan generalizado.

El motivo resulta tan fácil de ver ahora como difícil lo era antiguamente: se trata
simplemente de que tan solo una parte de los conflictos pueden solucionarse.
Si el conflicto no puede ser solucionado la enfermedad se mantiene en una
única fase, es decir, el individuo permanece en su actividad conflictual. Cada
vez adelgaza más y más y acaba por morir de extenuación o de caquexia. La
ley del carácter bifásico de las enfermedades vale sólo, rigurosamente
hablando, en aquellos casos en que el individuo puede hallar la solución a su
conflicto. Sin embargo esta ley es facultativamente válida para toda
enfermedad y todo conflicto dado que, en principio, todo conflicto puede ser
solucionado de una u otra forma.

Doctor Hamer, ¿cuál es la tercera de las leyes biológicas descubiertas por


usted?
Es el Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer.

¿Qué significa «ontogenético»?

En este contexto, el término ontogenético significa que en medicina se pueden


explicar todas las enfermedades haciéndolas remontar a la evolución de las
especies.

¿Cómo realizó este descubrimiento?

Cuando descubrí el sistema ontogenético de los tumores y equivalentes llevaba


ya observados un gran número de casos, más o menos 10.000. Y trabajé como
debería hacerlo todo científico consciente, a saber, de forma puramente
empírica. Documenté sistemáticamente todos los casos; coleccioné los
escaners cerebrales y los resultados histológicos, luego los reagrupé y
comparé, comprobando que se desprendía de ello un resultado impactante que
hasta entonces se hubiese creído imposible: ¡existe un sistema!.

Muchos pacientes desarrollaban, durante la fase activa, un tumor compacto, es


decir, una proliferación celular. Otros en cambio desarrollaban algo durante la
fase vagotónica, tras la conflictolisis. Y difícilmente podía tratarse de lo mismo.
Existían pues dos clases de proliferación celular, a saber: una especie de
proliferación celular en la fase simpaticotónica de actividad conflictual, y otra
especie de proliferación celular en la fase de curación de aquellas
enfermedades que durante la fase de actividad conflictual habían cursado con
reducción celular (agujeros, necrosis, úlceras, abscesos).

Estas enfermedades presentaban pues proliferación celular en su fase de


curación, con lo que empecé a comparar incansablemente estos diversos
fenómenos. Luego, a fuerza de comparar, acabé por descubrir el sistema de
funcionamiento. Constaté, en efecto, que los tumores que se formaban durante
la fase de actividad conflictual por proliferación celular tenían siempre sus relés
cercanos uno de otro en el cerebro, concretamente en el tronco cerebral y
cerebelo.

Estas dos partes del cerebro constituyen en su conjunto lo que denominamos


el cerebro antiguo. Así pues, todas las enfermedades cancerosas que
manifestaban una proliferación celular en el transcurso de la fase de actividad
conflictual tenían sus relés (el punto desde donde eran dirigidas) en el cerebro
antiguo.

Y todos los supuestos tumores -que no son en el fondo más que una forma de
curar exuberante, excedentaria- eran, durante la fase activa del conflicto,
agujeros, úlceras o necrosis, con relés cerebrales siempre localizados en el
cerebro propiamente dicho.

El descubrimiento de estas correlaciones sistemáticas marcó, en 1987, el


nacimiento del Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del
Cáncer que, tras la Ley de Hierro del Cáncer, y la Ley Bifásica de las
Enfermedades, constituye la primera clasificación sistemática del conjunto de la
medicina.

En este contexto el término ontogenético significa que ni la localización del


Foco de Hamer en el cerebro, ni el tipo de los tumores o de necrosis -es decir,
su formación histológica- son casualidad. Por el contrario, todo está
programado de forma muy lógica e inteligible por la historia de las
transformaciones ocurridas en el individuo desde la fecundación hasta su
perfecta constitución, es decir, la ontogénesis.

Se dice que la ontogenia es la recapitulación de la filogenia. Eso significa que


la evolución de las diferentes especies hasta llegar al hombre queda resumida
durante la fase embrional e infantil. En el desarrollo embrionario sabemos que
existen tres hojas embrionarias diferentes que se forman desde el preciso
instante del desarrollo del embrión, y de las que derivan todos los órganos:

• la capa embrionaria interna, o endodermo,


• la capa embrionaria media, o mesoderno, y
• la capa embrionaria externa, o ectodermo.

Cada célula, cada órgano del cuerpo está ligado a una de estas hojas.
Las células y los órganos que se han desarrollado a partir de la hoja
embrionaria interna (endodermo) tienen sus relés, es decir, sus bases de
control, en el tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro. En caso de
desarrollo de cáncer los órganos derivados de esta hoja embrionaria presentan
tumores compactos del tipo adenocito.

Todas las células y órganos que se han desarrollado a partir de la hoja


embrionaria externa (ectodermo) tienen su relé de control en el córtex
cerebral o telencéfalo, la parte más nueva de nuestro cerebro. En caso de
cáncer, todos ellos muestran reducción celular en forma de úlceras o de
pérdidas funcionales a nivel orgánico, por ejemplo, una diabetes o una
parálisis.

Por lo que respecta a la hoja embrionaria media, distinguimos un grupo más


antiguo y un grupo más reciente. Las células y órganos que pertenecen al
grupo más antiguo de la capa embrionaria media tienen su relé en el cerebelo,
es decir, forman parte del cerebro antiguo y, consecuentemente, en caso de
cáncer desarrollarán tumores compactos en su fase de actividad conflictual y,
más concretamente, del tipo adenocito.

Las células y órganos que forman parte de la capa embrionaria media más
nueva tienen sus puntos de control en la médula cerebral, y en caso de cáncer,
en la fase activa de conflicto presentan necrosis, maceraciones óseas o incluso
reducción celular. Por ejemplo, las caries dentales, agujeros en el bazo, riñones
u ovarios, que se denominan respectivamente: osteolisis ósea, necrosis del
bazo, riñones u ovarios.

Todo esto muestra que el cáncer no es el hecho absurdo de unas células que
proliferan al azar sino un fenómeno completamente comprensible y ya
previsible, que sigue unas directrices muy precisas según sus datos
ontogenéticos.

Si he comprendido bien, no todas las proliferaciones celulares son


idénticas. Para tener una visión de conjunto más clara, ¿podría usted
ejemplarizarnos estos diversos crecimientos a través de algunas
enfermedades?

Sí, y ésta es la verdadera razón de que hasta ahora no se haya podido


encontrar todavía una explicación sistemática a la génesis del cáncer:
sencillamente se desconocía su sistema de funcionamiento.

Según las concepciones de la medicina tradicional, a la que se denomina


medicina académica pero que yo he rebautizado como medicina de escolares,
se realizaban clasificaciones que no tenían absolutamente nada de
sistemáticas. Se diagnosticaba un cáncer cuando unas células manifestaban
un crecimiento excesivo. Sin embargo, tal como podemos ver actualmente, las
células pueden presentar un crecimiento excesivo durante el transcurso de
fases completamente diferentes. Vemos así que hay células que pueden
proliferar durante la fase de actividad conflictual y células que pueden
manifestar un crecimiento excesivo durante el transcurso de la fase de curación
del conflicto.

Tomemos por ejemplo un paciente que presenta un conflicto de indigestión, es


decir, del cual hasta el momento había ya tragado una parte pero que no puede
digerir por completo. Compró una casa y de repente se da cuenta que el
contrato de compra no es válido, que se ha dejado engañar y que pierde la
casa. Puede, por ejemplo, desarrollar un carcinoma de estómago, es decir, una
enorme proliferación celular en el estómago, que es lo que llamamos
adenocarcinoma de estómago con crecimiento en forma de coliflor. Desarrolla
este carcinoma durante el transcurso de la fase activa del conflicto y su Foco
correspondiente está localizado en el cerebro antiguo, al lado derecho del
tronco cerebral, en lo que denominamos puente.

Otro ejemplo: un paciente tiene un conflicto de agua, es decir, un conflicto a


propósito de un líquido, agua o cualquier cosa similar. Por ejemplo, un joven
que está nadando en el Mediterráneo, está exhausto y va a ahogarse pero en
el último segundo es salvado y reanimado. A partir de ese momento sueña
durante meses que se ahoga y decide firmemente no volver a meterse en el
agua. Durante este tiempo desarrolla un cáncer necrótico del parénquimo renal,
es decir, que en el tejido esponjoso del riñón se produce una reducción celular
con necrosis hasta que finalmente todo el tejido renal queda agotado y el riñón
queda fuera de funcionamiento. Años más tarde el conflicto se resuelve
finalmente porque la hija pequeña del paciente deseaba patalear en el agua, y
el paciente decide por primera vez ir a pasar sus vacaciones en el mar. Durante
la fase de curación se forma un grueso quiste renal o proliferación celular que
se solidifica y endurece por medio de una especie de tejido conjuntivo y cuya
finalidad final es la de reconvertirse en tejido renal y eliminar la orina.
En general nos llegamos a preguntar cuál era, en el origen, la finalidad y razón
de ser de los tumores, o quizá incluso, cuál era su sentido actual. En efecto, los
cánceres y tumores no estaban desprovistos de significado, de finalidad, sino
que por el contrario eran algo muy juicioso. Tomemos por ejemplo el bocado
que ya está en el estómago y que por tanto se ha tragado pero que no puede
ser digerido porque es demasiado grande. Para solucionar esta situación el
organismo desarrolla una enorme tumor. Pero este tumor no es algo absurdo,
insensato, se trata de células digestivas, células intestinales que producen
enormes cantidades de jugo digestivo, y que convierten al bocado tragado en
algo digerible de manera que en el reino animal este trozo pueda ser digerido y
proseguir su curso. De igual manera hemos visto que en el origen de los
quistes existía la finalidad de construir de nuevo un gran trozo de riñón capaz
de eliminar la orina.

He aquí pues el significado de los diversos tumores de crecimiento celular que


antiguamente no éramos capaces de discernir, pero que en la actualidad
podemos ya diferenciar y especificar en su triple plano cerebral, histológico y
conflictual. Todas estas correlaciones se resumen en el sistema ontogenético
de tumores y equivalentes del cáncer ya que todas las enfermedades que
conocemos en medicina se desarrollan de conformidad a estas cuatro leyes
biológicas, responden a ellas punto por punto y verifican notablemente el
sistema ontogenético de tumores y equivalentes del cáncer. A nivel psíquico y
cerebral, todos los síntomas en una misma fase son idénticos, sólo se
diferencian a nivel del órgano. En este nivel, cada órgano con relé de control en
el cerebro antiguo provoca proliferación celular en la fase de actividad
conflictual, mientras que los órganos dirigidos por el telencéfalo presentan, en
su fase activa de conflicto, agujeros, necrosis, úlceras, etc. Es decir,
reducciones celulares. Durante la fase de curación todo ocurre a la inversa: los
órganos dirigidos por el cerebro antiguo reducen sus tumores con la ayuda de
microbios especializados en tanto que durante esa misma fase de curación, los
agujeros y úlceras de los órganos gobernados por el telencéfalo son rellenados
de nuevo con ayuda de virus y bacterias, acrecentándose el volumen de la
zona afectada por medio de una tumefacción.

¡He aquí pues la cuarta Ley!

En efecto, el Sistema Ontogenético de los Microbios.

En este contexto se oye hablar mucho del sistema inmunitario. Díganos


pues, Doctor Hamer, ¿cuál es el papel que juegan los microbios en su
sistema?

Hasta ahora concebíamos sólo a los microbios bajo la óptica de las


enfermedades infecciosas, de las cuales se les hacía responsables. Esta
manera de ver las cosas parecía evidente ya que en todas las enfermedades
infecciosas se encontraban siempre microbios. Pues bien, eso no es cierto. De
la misma manera que el sistema inmunitario global no es más que un
espejismo... construido a base de hipótesis. En las enfermedades consideradas
infecciosas habíamos olvidado o negligido su primera fase.
Estas enfermedades, supuestamente infecciosas, estaban siempre precedidas
por una fase de actividad conflictual y es únicamente una vez que se ha
resuelto el conflicto cuando los microbios pueden entrar en acción. Y por
supuesto, están activados y dirigidos por nuestro cerebro. Lejos de ser
nuestros enemigos, son auxiliares nuestros en el sentido de que se llevan los
escombros de las secuelas del cáncer una vez que el tumor, tras haber
cumplido su misión, deja de ser útil. O bien son las bacterias y los virus los que
ayudan rellenando agujeros y reparando los desperfectos ocasionados por las
necrosis y las destrucciones tisulares del otro grupo, el grupo gobernado por el
telencéfalo. Son pues, de principio a fin, nuestros fieles ayudantes, nuestros
trabajadores despreciados. La idea que se tenía del sistema inmunitario (un
ejército luchando contra la invasión de los villanos microbios) es absolutamente
falsa.

En este contexto nos viene al pensamiento la tuberculosis.


Concretamente, la tuberculosis pulmonar. ¿Qué era pues lo que tenían las
personas que hace apenas medio siglo hacían curas de salud para curar
su tuberculosis pulmonar?

Dejando aparte la tuberculosis pleural, y limitándonos a la tuberculosis


pulmonar propiamente dicha, podemos afirmar que ésta es de hecho la fase de
curación tras un cáncer preliminar de manchas redondas en el pulmón. Este
cáncer de manchas redondas en el pulmón tiene siempre como conflicto el
miedo a morir y está siempre gobernado por el tronco cerebral.

En consecuencia durante la fase activa del conflicto aumenta de tamaño, en


tanto que durante la fase de curación se reduce gracias a las micobacterias
(bacterias de la tuberculosis) en la medida en la que éstas se encuentran
presentes, caseificadas y expectoradas a menudo en esputos sangrientos y
dejando tras de sí cavernas que aportan al pulmón una capacidad respiratoria
sensiblemente superior a la que tenía anteriormente mientras estaba atestado
de cánceres compactos bajo la forma de manchas redondas.

Por ello mismo, si durante la fase de curación faltan las micobacterias de la


tuberculosis, las manchas redondas permanecen. Hoy en día todavía tenemos
la posibilidad de ver a menudo, tras varios decenios, esas viejas manchas
redondas en el pulmón, sin capacidad ya de crecimiento pero que no han sido
desactivadas. En su lugar, y en los tiempos en las que las micobacterias de la
tuberculosis estaban omnipresentes, veíamos cavernas, es decir, manchas
redondas vaciadas.

Doctor Hamer, ahora podríamos enfocar la terapia práctica de los


conflictos. ¿Es, en principio, una terapia que se desarrolle por la vía del
diálogo?

Únicamente hablando, no. No tenemos necesidad de esta terapia de diálogo tal


y como antiguamente era utilizada por la psicoterapia, en la que se debía
hablar conjuntamente de no importa qué problema. Se debe hablar,
naturalmente, pero lo mejor es remitirnos de nuevo al reino animal. En efecto,
el animal no puede sobrevivir, no puede resolver su conflicto si no es con una
solución real. El ciervo, por ejemplo, sólo sobrevivirá si reconquista su territorio.
La madre, a quién el predador arrebata el hijo, sólo sobrevivirá si ella le obliga
a soltar a su cachorro, persiguiéndole, o bien -eso es algo que la naturaleza ha
previsto-, si la madre vuelve rápidamente a quedar preñada. Entonces el
conflicto queda realmente resuelto.

A decir verdad, así es como deberíamos proceder también nosotros en


nuestras relaciones humanas, intentando encontrar desde el principio una
solución real al conflicto, es decir, resolverlo en forma práctica. El ciervo
necesita recuperar su territorio o bien conquistar otro. La solución práctica es la
mejor y más duradera: es la solución definitiva.

Sólo cuando esta solución se muestra impracticable podemos intentar una


terapéutica a través del diálogo para, digamos, tener una solución de recambio
como vía de salida, como escapatoria. Aquí es preciso que puntualicemos
también que la terapia aplicada hasta ahora en todas las dificultades psíquicas
ha sido la de calmar, desconectar, tomar tranquilizantes, siendo lo importante
calmarse.

En realidad, si la naturaleza ha programado un estrés no es sin razón, puesto


que es sólo bajo estrés que el individuo puede resolver el conflicto. Para
encontrar una solución real, lejos de suprimir el estrés, es necesario por el
contrario acentuarlo todavía más para poner al individuo en disposición de
resolverlo. Si se administrasen tranquilizantes al ciervo, jamás podría recuperar
su territorio, ya que su actividad quedaría paralizada. Se puede ver pues que,
en psiquiatría, administrando tranquilizantes -es decir, productos químicos-
para calmar a los pacientes, lo único que se consigue es cultivar enfermedades
crónicas, ya que a estos pacientes, privados de sus propios medios naturales
para resolver conflictos, no les queda viento en las velas. De esta manera estos
infelices no podrán jamas resolver sus problemas, y a menudo quedan
condenados a pasar su vida entera tras los barrotes de la psiquiatría.

Doctor Hamer, ¿cómo concebir, de forma concreta, una terapéutica


basada en las cuatro leyes biológicas descubiertas por usted?

Debemos asimilar que el paciente tiene esos tres niveles imaginarios: el plano
psíquico, el cerebral y el orgánico, aunque de hecho el conjunto de los tres
constituye un único organismo. La terapia debe pues desarrollarse a esos tres
niveles imaginarios, o extenderse a ellos.

Debemos verificar si el paciente es diestro o zurdo, a fin de averiguar cuál es


su hemisferio cerebral predominante y del cual se sirve fundamentalmente.

Además, es importante constatar su situación hormonal actual, precisar si, por


ejemplo, una paciente se encuentra en fase de madurez sexual, si está encinta
o si toma la píldora (que bloquea la producción hormonal). Lo mismo es
aplicable -con los oportunos cambios-, al hombre. En efecto, debido a
modificaciones hormonales, puede que la predominancia hemisférica cambie
de lado, puesto que una mujer que toma la píldora reacciona normalmente con
un conflicto de territorio masculino si su pareja la deja o abandona el hogar.
No basta pues con encontrar el conflicto en el plano psíquico, debemos
también poder localizarlo con exactitud en el cerebro, en función de la fase
conflictual que encontremos en el momento de la anamnesis y examen del
paciente.

Y, naturalmente, es preciso que este conflicto, esta enfermedad cancerosa en


el órgano, se corresponda siempre sin ambigüedad con el Foco de Hamer
cerebral, es decir, que a cada localización determinada en el cerebro le
corresponda siempre una enfermedad cancerosa en un órgano también
determinado del cuerpo y viceversa.

Hemos dicho ya que el conflicto debe quedar resuelto a partir del psiquismo, y
que lo mejor es encontrar la solución real, porque la base del conflicto es un
problema real. Siempre que sea posible, es preciso que el hijo enfermo de la
madre -el que tuvo un accidente- se cure y restablezca. Un hombre que ha
perdido su trabajo y que, como consecuencia, presenta un conflicto de
territorio, debe encontrar otro empleo o bien crearse un nuevo territorio
apuntándose a un club, a una asociación, jubilarse o dedicarse a un hobby.

Para cada conflicto existen múltiples posibles soluciones. Muchas de ellas


están ya programadas por la naturaleza. Por ejemplo, antiguamente los
depredadores devoraban muchos corderos. La ovejas solucionaban el conflicto
quedando preñadas lo más rápidamente posible y trayendo al mundo nuevo
corderos. En los humanos, y de forma general, todo tipo de conflicto se detiene
al tercer mes de gestación, y ya no se puede seguir desarrollando ningún
cáncer porque el embarazo tiene prioridad absoluta.

En el plano cerebral, la mayoría de las complicaciones aparecen durante la


fase de curación cuando, como signo de curación, aparece el edema cerebral
local presentándose hipertensión craneal (intracraneal), y siendo preciso vigilar
al paciente para que no entre en coma. Durante esta fase, y en los casos más
leves, el café, el té, azúcar de uva (glucosa), la vitamina C, la Coca Cola y una
bolsita de hielo en la cabeza resultan -como en la antigüedad- más que
suficientes. En los casos graves la elección de remedio recae actualmente en
la cortisona por su acción enlentecedora. La cortisona no es un remedio
contra el cáncer sino más bien un medio puramente sintomático contra el
edema cerebral así como contra todos los edemas orgánicos de la fase de
curación como por ejemplo, los edemas óseos provocados por la inflamación
del periostio.

En los casos graves, y como regla general, conviene recordar lo siguiente:

• absorber poco líquido;


• mantener la cabeza sobrealzada;
• evitar la exposición directa al sol y, en caso de edema cerebral lateral,
• evitar en la medida de lo posible inclinar la cabeza hacia el lado del
edema cerebral.

En el plano orgánico, la única terapia que se contemplaba hasta ahora era la


de suprimir el tumor -o lo que se creía un tumor-, sin intentar averiguar si éste
se había desarrollado durante la fase activa del conflicto o bien si se trataba de
una proliferación desarrollada en el transcurso de la fase de curación. Se
extirpaban indiferentemente uno y otro. Este nivel orgánico se nos presenta hoy
en día bajo una perspectiva completamente diferente. Cuando el conflicto ha
quedado resuelto, el tumor no debe ser operado ni eliminado salvo en rarísimos
y excepcionales casos.

Los tumores de proliferación en fase de curación -que es la forma correcta de


definirlos- raramente tienen necesidad de ser operados. Tan solo en aquellos
casos en los que ocasionan una importante molestia mecánica o limitan al
paciente en sus movimientos, como sucede por ejemplo con un gran quiste
renal, o un gran bazo consecuencia, durante la fase de curación, de una
necrosis preliminar. (La necrosis del bazo se presenta en el substrato orgánico
en un conflicto de sangrado y herida, con caída de trombocitos en la fase de
actividad conflictual, y como esplenomegalia, es decir, aumento del volumen
del bazo, en la fase de curación).

Bajo el prisma de la Nueva Medicina es preciso un replanteo total y un


cuestionarse en cada ocasión acerca de lo que debe hacerse, lo que es
prudente o no hacer. En efecto, si le dejamos al paciente la elección de si
quiere o no operarse de un pequeño tumor intestinal, sabiendo el paciente que
el conflicto que lo ha generado está ya definitivamente resuelto y que, en
consecuencia, este tumor según un grado de probabilidades rayando la
certeza, no va a proseguir su desarrollo, resulta evidente que en un 99,9% de
los casos el paciente responderá: «Doctor, dejemos el tumor tal como está. No
me molesta y no volverá a molestarme en los 30-40 años que me quedan
todavía de vida».

Doctor Hamer ¿podría usted explicarnos por qué esta Ley de Cáncer se
denomina de Hierro?

Porque al igual que el hierro es inalterable. Y es una ley biológica de la misma


manera que es ley biológica el que un niño tenga siempre un padre y una
madre, ya que se precisa la participación de los dos para engendrar un nuevo
ser. Es así como en la Nueva Medicina tenemos cuatro leyes biológicas que
son casi de hierro. La segunda es la Ley de las Dos Fases de las
Enfermedades. La tercera es el Sistema Ontogenético de los Tumores y
Equivalentes del Cáncer. Y la cuarta es el Sistema Ontogenéticamente
condicionado de los Microbios.

Todas estas leyes son de hierro al igual que la Ley de Hierro del Cáncer, y
todas son, en el sentido estrictamente científico del término, reproducibles, es
decir, pueden ser controladas y verificadas desde el primer caso que se nos
presente. Decir que se tiene una ley biológica quiere decir simplemente que se
tiene una regla que enuncia cómo y según qué ley algo tiene lugar. No detalla
lo que se ha programado. Es según estas mismas reglas matemáticas como se
calcula el debe y el haber. Lo que es determinante es lo que el organismo tiene
programado. Si ha programado la solución del conflicto, es decir, si el conflicto
se resuelve, entonces la terapia se desarrolla casi automáticamente. Si no
puede programar la solución del conflicto y éste permanece sin resolver,
entonces, y en virtud de estas mismas leyes, el individuo muere. He aquí por
qué estas leyes se denominan Leyes de Hierro Biológicas.

Doctor Hamer, ¿qué papel juega en este contexto el factor tiempo, en


particular en lo que respecta a las complicaciones a las que se deberá
hacer frente durante la fase de curación?

Naturalmente, el paciente pregunta a su médico: «¿Cuánto tiempo más o


menos pasará hasta que esté curado de mi enfermedad?»

Por poco que hayamos hecho bien nuestro trabajo, localizando el Síndrome
Dirk Hamer y el momento en que el conflicto ha quedado resuelto, podemos
calcular la duración del conflicto. A condición de haber realizado una buena
anamnesis, habremos podido discernir la intensidad del conflicto. Y en función
de la duración y de la intensidad del conflicto estamos en disposición de
evaluar la masa de conflicto.

Normalmente es un hecho que en el 90% de los casos no se presentan


complicaciones notables en la fase de curación. Queda el 10% restante. En los
casos en los que el conflicto ha durado más tiempo o la intensidad ha sido
considerable (o ambas cosas a la vez) el paciente presenta una masa
importante de conflicto que, una vez solucionado, puede crear complicaciones
en forma de edemas cerebrales y, sobre todo, de crisis epilépticas o
epileptoides. Debemos conocer estas complicaciones que, por otro lado, no
son temibles más que en un 10% de los casos en los que, llegado el momento,
pueden conducir a la muerte.

Lo más importante es, sin embargo, que a pesar de todas estas complicaciones
el paciente tenga hoy en día un nuevo enfoque de su enfermedad a través del
cual sabe que su médico está perfectamente al corriente del desarrollo global
de ésta -fase activa y fase de solución del conflicto-, y que es capaz de
controlar y dominar la situación. Como consecuencia el paciente confía
verdaderamente en su médico, y con toda razón.

Ahora, y gracias a la Nueva Medicina, podemos practicar una terapia bien


dirigida a sabiendas, cosa que anteriormente y bajo la perspectiva de la
medicina académica no nos era posible. Gracias a este conocimiento global de
la medicina el paciente no cae nunca en un estado de pánico. O por lo menos,
se asusta lo mismo que cuando antiguamente su médico le diagnosticaba una
angina purulenta. Y sin embargo, ¿qué era una angina purulenta ? Respuesta:
la fase de curación consecutiva a un adenocarcinoma de las amígdalas.

Cada vez más a menudo los médicos proceden a excisiones exploratorias e


informan a los pacientes -lo que es correcto- que tienen un carcinoma
amigdalino. Lo que pasa luego es que el paciente, que no sabe nada de la
Nueva Medicina, entra en un estado de pánico. Este pánico puede general
nuevos choques conflictuales tales como el miedo al cáncer y el terror a la
muerte, que desencadenan un nuevo cáncer. El primer diagnóstico médico
queda así, en apariencia, brillantemente confirmado.
¿Qué sucede en los animales? En el reino animal prácticamente no se ven
nunca aparecer las supuestas metástasis. Un profesor austríaco de Klagenfurt
ha encontrado una original fórmula que explica este fenómeno: «Hamer nos
toma a todos por imbéciles. Dice que los animales tienen suerte porque no
comprenden la voz de los médicos-jefe, lo que explica que no desarrollen
metástasis».

Según usted pues, ¿las metástasis no existen?

Sin ningún tipo de rodeo le contesto que NO. Lo que los ignorantes académicos
tomaban como metástasis son nuevos cánceres desencadenados por nuevos
choques conflictuales completamente yatrógenos, es decir, choques
provocados por diagnósticos y pronósticos médicos.

Esta fábula de las metástasis se fundamentaba en hipótesis sin pruebas e


indemostrables. Ningún investigador ha podido todavía encontrar una sola
célula cancerosa en la sangre arterial de un paciente con cáncer. Y es ahí
donde deberían ser localizadas, si es que se dirigen a nado hacia la periferia,
es decir, hacia las regiones exteriores del cuerpo. Es sobre esta fábula,
completamente hipotética, en que se basa la tesis de que las células
cancerosas durante su migración -todavía no observada nunca a través de la
sangre- se habrían incluso metamorfoseado durante el camino con lo que, por
ejemplo, una célula cancerosa del intestino (que en el interior del intestino
produce un tumor compacto en forma de coliflor) de repente empezaría a
emigrar hacia los huesos donde será capaz de metamorfosearse en necrosis.
Se trata de una hipótesis aberrante digna de un dogmatismo medieval.

El sistema ontogenético demuestra de forma definitiva que es imposible que


una célula gobernada por el cerebro antiguo, y que desarrolla tumores
compactos, pueda dejar de repente los puntos cerebrales que la gobiernan, se
relacione con el telencéfalo y fabrique una necrosis. Se puede admitir que casi
el 80% de los segundos y terceros cánceres han sido provocados por la
maquinaria insensata de ignorantes que se hallan todavía en el estadio de
escolares de la medicina.

Doctor Hamer, en la génesis del cáncer ¿qué papel juegan las


substancias denominadas cancerígenas? ¿Piensa usted que una
nutrición sana puede detener o retardar el cáncer?

No existen substancias cancerígenas. Se han realizado innumerables


experimentos de vivisección en animales y sin embargo todavía no se ha
podido demostrar realmente que se haya encontrado una substancia
cancerígena. Desde luego, las pruebas que se han realizado han sido
completamente idiotas, ya que durante un año se ha estado inyectando en las
narices de ratas unas dosis concentradas de formaldehído, que estas pobres
bestias evitan normalmente como veneno virulento, realizando grandes rodeos.
Al final las ratas han desarrollado un cáncer de la mucosa nasal. De hecho, el
cáncer no fue debido al aldehido fórmico o formol, sino que dado que estas
pobres ratas tienen horror a este producto, que es su bestia negra, han
desarrollado un conflicto de mucosa nasal, por tanto un Síndrome Dirk Hamer,
un conflicto biológico de no querer oler, podríamos decir.

Además, se sabe que no es posible producir cánceres en órganos cuyas


conexiones nerviosas con el cerebro han sido cortadas. No obstante esto
se han llevado a cabo investigaciones sobre casi 1.500 substancias
pretendidamente cancerígenas, que deben tan solo su etiqueta de producto
cancerígeno a la reglamentación insensata impuesta por la vivisección. Con
ello no quiero decir que todas estas substancias resulten inofensivas para
nosotros, únicamente que no producen cáncer o, por lo menos, que no lo
producen sin la intervención del cerebro. En efecto, hasta ahora era admitido
que el cáncer era resultado de células orgánicas que se disparaban por azar.

Todas estas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, al poder


cancerígeno de la anilina o de otros productos, son tan solo puras hipótesis que
no han sido jamás probadas y que resultan indemostrables. Por el contrario, se
ha observado que los 6.000 hamster expuestos al humo de cigarrillo habían
vivido una media de tiempo superior que sus 6.000 congéneres que durante 6
años no habían sido ahumados. El hecho que les pasó por alto fue que los
goldhamsters no tienen en absoluto miedo al humo por la simple razón de que
viven bajo tierra. He aquí por qué en su cerebro no tienen registrado ese
código, esa señal de alarma contra el humo.

En los ratones domésticos sucede todo lo contrario, a la menor emanación de


humo les entra un terrible pánico y huyen. Cuando en la Edad Media se veía
una multitud de ratones huyendo de una casa, se podía estar seguro de que en
uno u otro rincón había fuego. Por tanto, a un cierto número de estos ratones
se les puede provocar cáncer -en forma de manchas redondas en el pulmón-,
lo que se corresponde con un conflicto de miedo a la muerte.

Bastan estos dos ejemplos para explicar y hacer comprender que todas las
experiencias que actualmente se llevan a cabo en animales no son más que
crueldad absurda hacia éstos, dado que en todas ellas se presume que el alma
del animal no existe. Resumiendo, no hay ninguna prueba de que existan
substancias cancerígenas que actúen sobre un órgano, sin que medie la
intervención del cerebro.

¿Y en cuanto a los efectos radioactivos?

La exposición a una radiación radioactiva, como la liberada en el accidente


nuclear de Chernobil, destruye indiscriminadamente las células del cuerpo,
siendo sin embargo las más perjudicadas las células germinativas (los
gametos), y las células óseas, ya que son estas células las que la naturaleza
ha dotado de una tasa de división más elevada.

Cuando la médula ósea -donde se fabrica la sangre- queda perjudicada y


empieza su curación, asistimos a una leucemia que, en principio, es la misma
leucemia que se presenta durante la fase de curación consecutiva a un cáncer
óseo desencadenado por una desvalorización de sí mismo. Por tanto, y
rigurosamente hablando, debemos decir que los síntomas sanguíneos de la
leucemia son no específicos, es decir, que no se manifiestan únicamente en el
cáncer sino en toda curación de la médula ósea. El hecho de que apenas
existan leucémicos sobrevivientes de su enfermedad se debe únicamente a la
ignorancia de la medicina de escolares, cuyo tratamiento con quimio y
radioterapia destruye lo que todavía quedaba de la médula ósea, es decir, que
hace justo lo contrario de lo que debería haberse hecho. En conclusión, la
radioactividad es perniciosa, destruye las células, pero no provoca cáncer
porque éste puede sólo desencadenarse a partir del cerebro.

¿Y la alimentación sana?

Pensar que la alimentación sana puede impedir el cáncer es también algo


absurdo. Naturalmente, un individuo -hombre o animal- que lleva una
alimentación sana está menos sujeto o receptivo a todo tipo de conflictos,
de la misma manera que resulta evidente que un rico desarrolla diez veces
menos cánceres que un pobre porque se consiguen resolver mayor cantidad de
conflictos con una cartera bien repleta.

Por igual motivo, un animal fuerte y robusto pilla menos cánceres que un
animal enfermo y viejo. Es algo innegable que está en la naturaleza de las
cosas, lo cual no quiere decir sin embargo que la vejez sea carcinógena. Lo
que le sucede al animal de más edad es que, simplemente, es más débil. El
ciervo viejo es menos fuerte y por tanto es expulsado fácilmente de su territorio
por un ciervo más joven que rebose fuerza.

Doctor Hamer, en la medicina tradicional el dolor es considerado como un


signo negativo. ¿Qué papel juega el dolor en la Nueva Medicina?

Pues sí, los dolores son un capítulo particularmente difícil. Existen diferentes
calidades de dolor. Hay dolores en la fase activa del conflicto, tales como la
angina de pecho o la úlcera de estómago. Y existe otro grupo: los dolores
existentes en el curso de la fase de curación, que vienen provocados por
inflamaciones, tumefacciones o edemas, o incluso por cicatrizaciones.

Los dolores de la fase activa del conflicto, tales como los de la angina de
pecho, desaparecen inmediatamente que se ha resuelto el conflicto. Son
dolores que, si se quiere, pueden ser resueltos psíquicamente.

Por el contrario, los dolores de la fase de curación que, en principio, son algo
positivo, no pueden ser eficazmente combatidos a menos que el paciente
comprenda las relaciones de causa y efecto, preparándose y adaptándose a
ellos como a un trabajo realmente importante que se debe realizar.
Naturalmente existen formas de atenuar los dolores del paciente, ya sea por
medicamentos o por algicidas de uso externo.

Tanto en el hombre como en el animal, los dolores tienen fundamentalmente un


sentido biológico: el de inmovilizar el organismo por completo y el órgano, de
manera que la curación pueda realizarse de forma óptima. Así es como sucede
en la curación del cáncer de hueso. La extensión del periostio (la membrana
conjuntiva que recubre el hueso) provoca fuertes dolores durante la fase de
curación. O bien, por ejemplo, la tensión de la cápsula del hígado, que resulta
dolorosa durante el hinchamiento del hígado en la fase de curación de una
hepatitis. Debe también mencionarse el dolor cicatricial en el transcurso de la
fase tardía de curación, por ejemplo, durante el espesamiento del derrame
pleural tras un cáncer de pleura, o bien el espesamiento de las ascitis, que
constituye la fase de curación de un cáncer del peritoneo.

Lo terrible es que en la medicina actual todos los pacientes que tienen cáncer y
dolores, aunque sean ligeros, reciben inmediatamente morfina o derivados de
la morfina. Incluso una sola inyección puede resultar mortal, puesto que
modifica aterradoramente la oscilación global del cerebro y desmoraliza al
paciente por completo. A partir de ese momento también queda paralizado el
intestino y no puede ya elaborar y asimilar los alimentos. El paciente desarrolla
abulimia y no se da cuenta de que está a punto de que le maten cuando se
encontraba ya en la fase de curación, y que tan solo con que se dejara a la
naturaleza seguir su curso recuperaría la salud en el espacio de algunas
semanas.

Decirle a un preso que se le va a ejecutar en dos semanas despierta una gran


oleada de compasión, aunque sea uno de los peores criminales. Pero si se le
dice a un paciente que se le va a ejecutar a través de inyecciones de morfina y
que durará quince días, seguro que prefiere soportar los dolores antes que
dejarse matar.

Cuando los pacientes consideran de forma retrospectiva el tiempo


relativamente corto que han durado los dolores, agradecen que se les haya
evitado la muerte por morfina, a la cual habrían sucumbido con toda seguridad
en su fase de curación, al cabo de dos o tres semanas de recibir morfina,
Fortral, Valoron o Temgesic.

¿Pero es que acaso los médicos no saben esto?, se preguntan incrédulos.


¡Claro que lo saben los médicos! Se acorazan tras el punto de vista, dogmático
y confortable, de que el dolor es el principio del fin y de que, de todas maneras,
ya no se puede hacer nada. Empecemos pues por abreviar el proceso. La
curación natural del cáncer queda simplemente ignorada por razones
dogmáticas a fin de que el cáncer continúe siendo... una enfermedad de la que
se muere obligatoriamente y a través de la cual el paciente continúa siendo
manipulable.

¿Cómo resumiría lo esencial de la Nueva Medicina, lo más importante, su


eje central?

La Nueva Medicina representa un giro total de la medicina de hipótesis


practicada hasta ahora. A la medicina de escolares le hacen falta entre
quinientas y mil hipótesis y algunos millares de hipótesis suplementarias para
que, a excepción de un batiburrillo de hechos disparatados, no sepa nada en
absoluto, y no haga más que trabajar basándose en estadísticas.

Por primera vez en el conjunto de la medicina, la Nueva Medicina sabe en


función de qué leyes biológicas se desarrollan todas las enfermedades. Y sabe
que en el fondo no son enfermedades reales sino que estas fases de conflicto
activo son necesarias, que están ahí para ayudar a resolver un conflicto que
teníamos en el marco de la naturaleza y que, en el fondo, el conflicto es para
nosotros algo bueno. Es la primera vez que nos es posible tener realmente una
visión sinóptica, en conjunto, de nuestras enfermedades. A nivel psíquico, en el
plano cerebral y en el plano orgánico, en función de las cuatro leyes biológicas.
Y por primera vez en mucho tiempo, la medicina vuelve a ser un arte, un arte
para el médico que tenga buen sentido y manos cálidas. No se puede ya
detener a la Nueva Medicina. Ni tampoco la nueva manera de pensar que
emerge de ella, el fin de la peor forma de esclavitud existente: la total
alienación de sí mismo.

El miedo resultante de la pérdida de confianza natural en nosotros mismos y en


nuestro cuerpo; el abandono de la escucha instintiva de nuestro organismo,
van perdiendo pie y empiezan a tambalearse. Y, comprendiendo las relaciones
de causa y efecto entre el psiquismo y el cuerpo, el paciente capta también el
mecanismo del miedo, el pánico irracional desencadenado por el pronóstico de
los peligros -supuestamente inevitables-, que a partir de ahora sólo son
inevitables y mortales en la medida que el paciente se lo crea y tenga miedo.

Se acaba también el inmenso poder de los médicos, engendrado por el miedo


del pretendido mecanismo autodestructor del cáncer, por el temor del supuesto
crecimiento incontrolado de las metástasis que consumen la vida, etc. La
responsabilidad que los médicos nunca han asumido ni han podido asumir,
tendrán que restituirla ahora a los propios pacientes. Esta Nueva Medicina sólo
puede significar la auténtica libertad para aquel que la ha comprendido
realmente.

Para finalizar, doctor Hamer, ¿puede explicarnos qué significa el título


original de su libro Vermächtnis einer neuer Medizin, es decir Legado de
una Nueva Medicina?

Considero que el descubrimiento de la Nueva Medicina es el legado de mi hijo


Dirk, cuya muerte originó mi cáncer testicular. Yo administro este legado para
transmitirlo fiel y concienzudamente a todos los pacientes, de forma que con
ayuda de esta Nueva Medicina queden capacitados para comprender su
enfermedad y que, habiéndola comprendido, la puedan vencer recobrando así
la salud.

Traducido de la publicación «INTERVIU AU DR. HAMER».

Las 5 leyes biológicas de la nueva medicina


La primera ley biológica de la Nueva Medicina.

La Ley de Hierro del Cáncer.

La expresión Ley de Hierro del Cáncer está vinculada con la historia. Al principio, buscaba única
las causas y los efectos de las enfermedades cancerosas. Cuando en 1981, en Oberaudorf, ce
Kufstein (3 años después de mi propio cáncer), descubrí la primera ley biológica, la llamé
Hierro del Cáncer, con sus tres criterios.

Antes, se tomaba por cáncer un tumor con importante multiplicación celular. Se pensaba q
células cancerosas emigraban hacia otros lugares del cuerpo humano, las metástasis que fina
no existen. Cuando se encontraron los médicos, cada vez más a menudo, confrontado
metástasis óseas, que son todo lo contrario de una multiplicación celular, dado que el hu
lesionado, ya no se supo lo que era realmente el cáncer. El decano de la facultad de Tü
contestó al juez, en 1986, durante el juicio de habilitación, que el cáncer se componía de
gruesas con un núcleo importante y que había mitosis (división celular). Claro que todas las
son gruesas antes de dividirse, casi el doble de las demás, y su núcleo es también dos vece
gordo que antes. Ya que de un núcleo saldrán dos, y de una célula gruesa, dos células norma
creía igualmente que las metástasis óseas, es decir de las cavidades óseas, de donde millo
células habían desaparecido, en lugar de haber creado nuevas células, no podían curarse y no
rellenarse otra vez de tejido óseo (callo). Fue cuando los radiólogos constataron que, en a
pacientes, que presentaban antes necrosis óseas, aparecían más tarde en sus radios, en los m
lugares, unas manchas blancas. No sólo había más tejido óseo que antes (agujero), sino que e
espeso que en un hueso sano. Se llamó a estas manchas blancas, por oposición a las necrosis
metástasis osteoblásticas (que aseguran la formación de la trama ósea). Las necrosis óseas
llamadas metástasis osteoclásticas (agentes destructores de la substancia ósea).

Ya nadie entendía nada el asunto. Las metástasis osteoblásticas no eran, a fin de cuentas, más
curación de la necrosis ósea, igual que el osteosarcoma. No se mencionaba al osteosarcoma m
cuando se abría el periostio, por ejemplo para efectuar una toma. El callo que se formaba para r
la cavidad y que producía una presión en el interior del hueso, curvando el periostio (muy doloro
derramaba durante la intervención en los tejidos lindantes, las células del callo crecían y endure
tejido. Existía entonces un semi-hueso, que nombraban osteosarcoma.

Como siempre ocurre, cuando falta el conocimiento, se recurre a la creación de dogmas. To


repartido entre benigno y maligno.

Fue en 1981 que hice saber que el cáncer, al contrario de lo que se pensaba, provenía de un
psíquico inesperado, choque que toma al ser humano o al animal por sorpresa, lo que llamo el
conflictivo biológico; aquel cáncer se desarrolla mientras exista el conflicto biológico y pod
cuanto cese el conflicto, si se dejase hacer a la naturaleza, desaparecer espontáneamente.

Dejar a la naturaleza actuar, es por ejemplo el aceptar la presencia de micobacterias, no interv


el periostio, no emprender quimioterapia, ni rayos, ni tomar morfina. Todos aquellos tratamien
son biológicos y contrarian el ciclo natural que funciona desde hace millones de año
responsables de las estadísticas del Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer, de Heid
el 98% de las personas afectadas de cáncer y tratadas por ello mueren en los siete años,
fallecen ya al cabo de cinco años.

Con la Nueva Medicina, el 95% de los pacientes no tratados (nada de quimioterapia, etc.) sobr
Para los animales, hablaremos del 80% al 90% de curaciones espontáneas si se deja hac
naturaleza. Antes de 1981, teníamos varias teorías en cuanto al orígen del cáncer, mas na
imaginaba que pudiese sobrevenir durante un choque conflictivo biológico extremadamente
dramáticamente vivido en la soledad (no expresado, no escuchado, no oído). Sin embargo,
hipótesis fue citada ya hace varios siglos, en la Antigüedad, pero había caído en el o
considerada como no científica. Debo ser sincero: entonces, no conocía la quinta ley biológic
ocurre igual con el DHS (Dirk Hamer Syndrom) durante un conflicto biológico! El DHS pone en m
el programa biológico adecuado de la naturaleza, llamado SBS(programa biológico especia
pleno sentido. Siendo el DHS de gran utilidad, pues es el DHS lo que sienta las bases para que
desarrollarse dicho programa y sin él ese 95% no tendría la posibilidad de recuperarse.

Es muy importante, querido lector, comprender perfectamente el DHS, así, habrá comprendido l
de la Nueva Medicina. En efecto, el DHS será el eje, el polo de toda medicina por venir.

Primer criterio.

Todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer es un programa biológico especial adecuado (


empieza por un DHS, a saber un choque conflictivo biológico extremadamente brutal, vivido
soledad. Se localiza en los tres niveles: psíquico–cerebral–orgánico.

Todo lo que no es cáncer es equivalente al cáncer. Quiero hablar de todas las enferm
existentes, a sabiendas de que lo que llamamos hoy en día enfermedad es siempre una f
conflicto (activo o solucionado). Ahora, podríamos llamarla: La Ley de Hierro de toda medicina
nos quedaremos con la denominación de origen).

El psiquísmo, el cerebro y el órgano constituyen el organismo entero. Clasificamos el organis


tres niveles para trabajar mejor en cada nivel de manera científica y biológica. Ya que el DHS tie
incidencia sincronizada en los tres niveles, debemos encontrarlo en cada nivel. Dado que quer
debemos posteriormente reconstruir el DHS, el hecho de poder encontrarlo en los tres
constituye una gran suerte para nuestras investigaciones sobre el psiquismo y el órgano. El
desencadena todo. En el momento preciso del DHS son fijadas a la vez la localización en el ce
la localización del cáncer o su equivalente en el órgano. Pero hay que notar otro punto importan
los raíles de los cuales hablaré más extensamente. Todo lo que siente el individuo en el mome
DHS, que sea por la vista, el oído, el olfato o el tacto, así como los distintos aspectos de su co
quedan anclados en él y se pueden más o menos ver en una tomografía cerebral. Por ejemp
mujer diestra de 40 años sorprende a su marido in fraganti con una bella muchacha de 18 año
lecho conyugal. Si quiere a su marido, tendrá probablemente un conflicto de tipo sexual, pero t
tendrá un conflicto de desvalorización en relación con su pareja, con descalcificación del h
derecho. Si no se trata de una bella muchacha, sino de una prostituta, el conflicto sexual
presente, pero se añadirá un conflicto en relación con el compañero, que ocasiona un cáncer d
derecho, y un conflicto de asco, ya que una prostituta estaba acostada en la cama del matr
además de un conflicto de repugnancia-asco que ocasiona hiperglucemia.

Todos los distintos aspectos, que funcionan casi como el conflicto biológico mismo, con los d
raíles, están presentes ahora. Lo que significa raíl: Cada vez que volvemos a sentir uno
elementos del conflicto, volvemos a vivir el conflicto inicial y regresamos en el raíl. Ejemplo: el c
pelo, la forma de la cara, la silueta del busto de la amante del marido, su olor, su perfume, su v
recuerdan el conflicto inicial. En el caso de un encuentro posterior con cualquiera mujer record
aquella amante, la esposa se encuentra otra vez inmediatamente en el raíl. Esto despierta el co
conflictivo entero. Es la razón por la que la búsqueda del DHS es absolutamente esencial
diagnóstico. No basta con encontrar el DHS, mas nuestros estudiantes tienen también que r
cualquier recuerdo o sensación del enfermo, porque son muy importantes. Sólo podémos en
ciertas recidivas si conocemos los raíles que el DHS dispuso.

Segundo criterio.

En el instante del DHS, es el tenor del conflicto biológico que determina tanto la localización de
de Hamer en el cerebro (FH: configuración en forma de blanco en el cerebro y en algunos ór
como la localización del cáncer o de su equivalente (SBS) en el órgano.

De hecho, el segundo criterio viene precisando el último punto del primer criterio: el conten
conflicto biológico y la localización en el cerebro y en el órgano se determinan en el momento
del DHS. ¡El conflicto biológico es síncronico con los tres niveles, al mismo instante: es
constatarlo, verlo, medirlo!.

El paciente no puede ignorar el DHS en el escaner si sabe de qué se trata, y es igual para
médico. No se puede ignorar una configuración en forma de blanco en una tomografía cere
mismo momento del DHS, el órgano se ve igualmente afectado por una multiplicación celula
otros casos de cánceres, por una pérdida celular conduciendo a una úlcera o a una necrosis (tu
la piel o de la mucosa).

Tal y como ya lo hemos mencionado, se nos ofrece ahora, por segunda vez, la posibilidad de pr
desarrollo de lo que llamamos enfermedad (y que reconocemos por parte del programa e
biológico adecuado previsto por la naturaleza), del mismo modo que se puede prever el desarr
un embarazo.

Tercer criterio.

El desarrollo del SBS en los tres niveles (psíquico, cerebral y orgánico) a partir del DHS y
resolución del conflicto (si hay solución) y la crisis epiléptica son perfectamente sincronizados.

Este tercer criterio hace de la Nueva Medicina, desde el principio, una ciencia, en el sentido
ciencias físicas, naturales y biológicas. Nos permite reconstruir y reproducir cada caso médico,
nunca fue posible con la medicina convencional.

La segunda ley biológica.

Todo SBS sigue una evolución bifásica cuando el conflicto ha sido resuelto.

El esquema anterior muestra un SBS (programa biológico especial) clásico, cuando hubo soluc
conflicto (CL). Es el caso más frecuente, pero en el 5 al 10% de los casos, no hay soluc
conflicto, sea porque el individuo no encuentra solución, sea porque la naturaleza previó justam
no-solución del conflicto, para permitir la formación de grupos sociales, tanto en el medio
(rebaño, manada) como en la familia.

Aquel esquema enseña que el DHS transforma la normotonía (ritmo día/noche) en simpati
permanente, lo que corresponde a un estrés continuo, estrés que permanecerá hasta la soluc
conflicto, cuando, durante la conflictolisis, se instala una vagotonía permanente. Podríamos t
vagotonía por cansancio o reposo continuo. Aquella vagotonía será sólo interrumpida, a su pun
bajo, por la crisis epiléptica, punto simpaticotónico que caracteriza el cambio brusco de
vagotónica, con una necesidad importante de orinar que permitirá la eliminación de gran parte
depósitos líquidos. El SBS se acaba con la vuelta a la normalidad o normotonía.

Cada médico tuvo, para sus exámenes, que aprenderse de memoria las 1000 enfermedade
medicina con sus síntomas y sus terapias. Identificamos aproximadamente 500 enfermedade
(cáncer, angina de pecho, esclerosis en placa, depresión y trastornos mentales, etc.) y alrede
500 enfermedades calientes (infecciones, reumatismo, leucemia, osteosarcoma, enfermed
Hodgkin, etc.). Lo que hemos estudiado como enfermedades no eran más que una fase del SB
las enfermedades frías de la simpaticotonía. No habíamos visto la fase caliente de la vagotonía
u otra enfermedad infecciosa) y para las enfermedades calientes, se nos había escapado la fas
la habíamos, por error, identificado como enfermedad en sí. De aquel modo, no podíamos comp
la enfermedad ni tratar al paciente de manera realmente científica.

Llegamos hasta lo absurdo, cuando identificamos, por ejemplo, la crisis epiléptica del infa
miocardio (extremo simpaticotónico al punto más bajo de la vagotonía) con una enfermedad en s

Desgraciados ignorantes éramos, presumimos 10 enfermedades en el caso del cáncer de


cuando se trataba de un único SBS:

Cáncer de hueso = osteolisis =

• metastasis osteoclásticas: plasmocitoma, osteosarcoma, reumatismo articular


reumatismo articular crónico primario.
• metastasis osteoblásticas: anemia, policitemia, leucopenia y leucemia.

No estudiaremos aún la quinta ley biológica de la Nueva Medicina: la quintaesencia. Si no, te


que reconocer que hemos interpretado las enfermedades como manifestaciones malignas, ave
una naturaleza imperfecta, como el mal, cuando el único mal era nuestra ignorancia sin límit
naturaleza siempre fue perfecta!.

La tercer ley biológica.

El sistema ontogenético de las «enfermedades».

(Cáncer o equivalentes al cáncer) como SBS (programa biológico especial adecuado).


En el esquema, se disciernen dos zonas: una zona inferior amarilla y una zona superior roja.

La parte amarilla corresponde con el cerebro antiguo: formado por tronco cerebral (zona ama
esquema del cerebro), y el cerebelo o mesodermo cerebeloso(zona amarilla con estrías naranja
proviene de la hoja embrionaria media o mesodermo.

La parte roja es cerebro nuevo, formado por mesodermo cerebral y ectodermo.

Miremos otra vez el esquema: podemos ver que al nivel del cerebro antiguo, la fase activa del c
se caracteriza por una multiplicación celular; luego, durante la fase de curación, después de la s
del conflicto (CL), que llamamos también fase post-conflictolítica (o fase PCL), el tumor s
eliminado por micobacterias (tuberculosis).

En lo que concierne el cerebro (zona roja), es todo lo contrario: en fase activa del conflic
destrucción celular (necrosis y úlcera) y en fase PCL, aquellas necrosis y úlceras serán rellen
curadas.

La restitución y la curación de las necrosis y de las úlceras en fase PCL fueron llamados cán
sarcomas, ya que entonces se notaba una multiplicación de células y núcleos gruesos (mitos
realidad, aquello ocurría con el propósito de la curación, mas nadie lo sabía.

La llave del misterio es que tenemos también que tener en cuenta la hoja embrionaria y la local
del relé cerebral específico al órgano. Así, ahora podemos muy claramente clasificar tod
cánceres y las enfermedades equivalentes al cáncer (que no eran más que una de las fa
podemos encontrar del mismo modo, los síntomas y las relaciones de la fase complementaria.

Con la tercera ley biológica, podemos comprender las causas, la base de todos los fenómeno
naturaleza en la medicina:

Podemos comprender que los SBS de cada hoja embrionaria son unos hechos que vuelv
regularidad tanto en nosotros como en todas las criaturas, unos hechos programados en n
cerebro desde hace millones de años, que se desarrollan más o menos del mismo modo, igua
desde hace millones de años.

Nos está dado comprender ahora por qué aquellos fenómenos adecuados fueron creados
naturaleza de distintos modos, ya que existen varias hojas embrionarias.

Podemos saber por qué no nos era posible comprender el cáncer, mientras no habíamos entend
causas y los efectos y, sobre todo, el mecanismo de creación de nuestra evolución en relaci
nuestros programas conflictivos biológicos. Es la razón por la que, en nuestra ignorancia, s
habíamos pretendido que el cáncer era inembargable, maligno, que se trataba de un fen
totalmente incontrolable y que evolucionaba de una manera salvaje, que nadie podía entender
aquello era falso!.

El cáncer y todas las demás supuestas enfermedades que comprendemos ahora como prog
biológicos adecuados (SBS) son de lo más sensato, lógico y comprensíble. Todo está goberna
las cinco leyes biológicas de la naturaleza, como se lo estoy explicando. Lo que constit
verdadero punto de vista científico, ante las 5000 hipótesis no probadas e imposibles de proba
medicina convencional.

La cuarta ley biológica.

El sistema ontogenético de los microbios.

En este esquema, es fácil establecer la correlación entre la hoja embrionaria del órgano,
cerebral y los microbios.
Como podíamos esperarlo, unos sectores límites de las hojas embrionarias se superpone
ejemplo, los órganos gobernados por el cerebelo tal como el corion (dermis), el pericardio (en
del corazón), la pleura (membrana envolviendo el pulmón) y el peritoneo (membrana cubrie
interior de la pared abdominal) son labrados por las micobacterias (tuberculosis) pero también p
ser ayudados por las bacterias que contribuirán a la caseificación bajo forma de sobreinf
término que utilizábamos antes. Aquella ayuda parece sin embargo limitada, parece no afect
que el tejido conjuntivo (interno) intersticial al borde del coríon o del mesotelioma (nombre d
cáncer del peritoneo, de la pleura o del pericardio).

Consideramos los microbios como agentes perjudiciales que tenemos que destruir a toda co
insensato. Tenemos una necesidad urgente de microbios, de todos los microbios presente
nuestra latitud. Si por razones de higiene no tuviéramos ya micobacterias, no podríamos en a
evacuar nuestros tumores en fase de curación. Aquello tiene consecuencias desastrosas pa
número de tumores.

Para un cáncer de la glándula tiroides por ejemplo, aquello quiere decir que, aún cuando el c
esté solucionado, si no puede ser evacuado, una gran cantidad de tiroxína seguirá siendo produ
que, de un punto de vista biológico, es totalmente absurdo. La única razón para que así se
ausencia de micobacterias que normalmente destruirían el tumor y restablecerían el nivel de
hasta la vuelta a la normalidad.

Ocurre lo mismo con el cáncer del intestino grueso. Enormes complicaciones no pueden ser e
más que por una intervención quirúrgica, en ausencia de micobacterias.

Las micobacterias.

Existen desde casi tanto tiempo como los unicelulares, desde hace mucho más tiempo, pues,
animales o el ser humano. Tienen un papel bien determinado, deben caseificar y destruir los tu
gobernados por el cerebelo y el tronco cerebral en cuanto empiece la fase de curación (conflicto

Pero, como los tumores que deben corroer cuando estas hayan cumplido con su funci
micobacterias se desarrollan igualmente en la fase activa del conflicto (fase CA). Puede pare
extraño, porque pensamos casi siempre en las bacterias tales como el estafilococo o el estrepto
cuando las cultivamos, necesitamos un terreno caliente.

Ahora, entendemos por qué apenas podíamos cultivar bacterias in vitro. En un terreno vivo c
embrión de un polluelo, su crecimiento es débil, casi nulo. Hemos dilucidado el mister
micobacterias se desarrollan sólo cuando el bacteriólogo, durante sus manipulaciones, in
embrión un conflicto biológico activo. Pero como no conoce la Nueva Medicina, no podía imagin
sus manipulaciones pudiesen herir al embrión y ser responsables de esta magra cosech
micobacteria serán consideradas, pues como no cultivables.

Sabemos ahora que las micobacterias, llamadas también bacilos ácido-resistentes ya que los
gástricos no los pueden destruir, tienen que estar presentes a partir del DHS. Si las recibimos u
la fase PCL empezada, ya no nos sirven de nada para este preciso SBS, dado que sólo se p
multiplicar en fase activa del conflicto. Visiblemente, nuestro organismo, en perfecta armonía
aliada la micobacteria, no producirá más que bacilos ácido-resistentes necesarios a la caseificac
la evacuación del tumor.
¡Desgraciados, estamos pensando en deber suprimir la tuberculosis!.

Los circuitos de regulación de la naturaleza ya no pueden funcionar si jugamos los aprendices d


y suprimimos ciertos elementos. Casi todo lo que hemos hecho como médicos de los t
modernos no era más que disparate.

Comprendemos también ahora que las pruebas en los animales tales como los conejillos de
estaban lejos del sentido común, dado que los resultados obtenidos eran a menudo falsa
positivos. Me explico:

Se inyecta a un conejillo de Indias una preparación obtenida por centrifugación, por ejem
sedimento urinario, en la cavidad abdominal, aquello, varios días seguidos. El conejillo es objeto
SBS con cáncer del peritoneo, llamado mesotelioma del peritoneo. El conflicto: ataque co
vientre.

Si se deja al pobre animal tranquilo, durante 8 a 10 días, el conflicto encuentra su solución y la


curación se traduce por la aparición habitual de ascitis. Si se inyecta en la preparación centr
unos bacilos ácido-resistentes, la ascitis puncionada 6 a 8 semanas más tarde será tu
nauseabunda.

Ocurre lo mismo si el conejillo contrajo antes bacterias tuberculosas. Se trataba de res


falsamente positivos.

Si no había en ningún caso presencia de micobacterias durante la fase dolorosa activa, el líquid
cavidad abdominal del conejillo era límpido y los tumores no podían desaparecer.

Para la Nueva Medicina, la experimentación en los animales es, naturalmente, un ver


escándalo, sin hablar de la tortura infligida a aquellos seres desafortunados. Los aprendices d
no sabían lo que hacían.

Las bacterias.

Para las bacterias, es distinto. Pertenecen a los órganos gobernados por la médula cerebra
roja): se trata del mesodermo (hoja embrionaria media). Como los órganos gobernados por la
cerebral, se caracterizan por una división celular en fase de curación, a saber: se multiplican dur
fase PCL. Para esta multiplicación, privilegian los edemas, es decir un entorno líquido y caliente

Si llamábamos abcesos fríos los fenómenos de curación tuberculosos (caseificación de los tum
aunque tuviesen lugar en fase PCL, los fenómenos que se deben a las bacterias son a
calientes.

Quiero decir: las micobacterias pertenecen al nivel del cerebro antiguo (zona amarilla) y se com
como todos los tumores: se dividen en fase de conflicto activo.

En cambio, las bacterias pertenecen al nivel del cerebro (zona roja) y actúan como todos los ó
gobernados por éste, particularmente como los órganos gobernados por la médula cerebr
multiplicación celular en fase de curación (fase PCL). Es la razón por la que las bacterias se mul
sólo en fase de conflictolisis (CL).

Los virus en relación con los órganos gobernados por el córtex cerebral se multiplican exclusiva
en fase PCL, así como lo vamos a ver en adelante.

Vemos, pues, que los microbios se integran plenamente al proceso biológico de los SBS. Cr
como lo hicimos, y para nosotros. Son igualmente una parte del todo, un anillo de la cadena,
ignorábamos. Por eso intentamos ciegamente destruir aquellos aliados con antibióticos o sulfam

No son los microbios los que nos matan sino el enorme edema que se forma en el cerebr
conflicto dura demasiado.

Nos queda una cosa por descubrir: las bacterias pueden hacer e igualmente, en cierta m
deshacer.

Los cirujanos utilizan este hecho, descubierto hace 50 años. Por ejemplo, abren una f
conminutiva por perforación con una serie de puntas permanentes y la dejan abierta, porq
fractura abierta accesible a las bacterias se cura más rápidamente que cuando la llaga está c
Las bacterias, pues, facilitan la reconstitución, pero también quitan los fragmentos de huesos
que quedan. Su función principal es aún la reconstitución.

Los virus.

No se trata de organismos vivos propiamente dicho, tales como las bacterias, mas se tr
moléculas proteínicas complejas que se multiplican exclusivamente en fase de curación despué
solución del conflicto y que ayudan a la reconstrucción de la úlcera de la piel o de las mu
Hablamos únicamente de los tejidos de las mucosas del epitelio pavimentoso de las
embrionarias externas (ectodermo). Parecen ser unos catalizadores amicales, tales com
conocemos en química: unas substancias que, por su presencia, producen un efecto sin transfo
proceso químico. Los virus se verán rechazados una vez acabado el trabajo.

Toda fase de curación en la que unos virus deben intervenir cuando se trata de órganos gobe
por el córtex cerebral se desarrolla mucho mejor en presencia de virus. Si durante un período, c
tener que alejar todo virus, ya no es igual hoy en día: hasta debemos procurar que lo
correspondiendo a cierta fase de curación esten presentes.

Todavía no sabemos si los virus son transmisibles o si pueden ser producidos por nuestro org
(se duplican en un entorno proteínico, es obvio).

La quinta ley biológica.

La Quintaesencia.

Lo que llamamos enfermedad es ahora considerado como parte de un programa biológico e


pertinente previsto por la naturaleza en el transcurso de los tiempos (SBS).

Esta quinta ley biológica o Quintaesencia constituye el alma de la Nueva Medicina. Algunos la
Medicina sagrada.

Es la verdad que la Nueva Medicina se encuentra de alguna manera sacralizada por esta qu
que viene completando y concretando la quintaesencia. Piensen en las gigantescas perspectiv
se presentan.
Por un lado, la medicina sagrada es infinitamente científica, fundada en 5 leyes biológicas.

Por otro lado, nos vuelve hacia la medicina antigua de los sacerdotes de Asclepios, que en
época era muy humana...

Por una parte, ya no existen enfermedades en el sentido en el que se entendía antes, ya que to
síntomas que se pueden constatar se explican fácilmente y se pueden controlar sin dificulta
mayoría de los casos.

Por otra parte, vivimos en un mundo que no tiene realmente nada de biológico. ¡La medicina s
no significa que estamos en el paraíso, alejados de todo sufrimiento y de la muerte, en ningún
Mas aquella medicina intelectual que pretende científica, desprovísta de alma, apagada
compasión, la puede dejar el que comprendió y respeta las leyes y las reglas de la Nueva Medic

La medicina ahora se ha vuelto cósmica, ya que aplica las mismas leyes a los seres humanos
animales y a las plantas. Todo es programado ya para cada criatura en su patrimonio. Podem
por vez primera comprender a los que nos rodean, los animales y las plantas. Es un privilegio
vivir con tal conciencia, el poder respirar y compartir con los que nos rodean.

Para mí, es asombroso constatar que la enfermedad es un programa especial cuyo sen
biológico. Esto replantea no sólo las terapias sintomáticas, sino que las vuelve absurdas. ¿
después de este descubrimiento, quisiera intervenir en los maravillosos ciclos de la naturaleza,
programa especial de la naturaleza con significado biológico?.

Las enfermedades no existen ni han existido nunca con el sentido que le dábamos. No son m
fases distintas del programa especial adecuado (SBS) concebido por la naturaleza.

Comprendemos ahora por que el 80 al 90% de los animales se curan espontáneamente por s
aún tratándose de cánceres. Los seres humanos también se curaban espontáneamente antañ
las mismas proporciones, antes de que existiese quimioterapia, radioterapia, morfina: esa medi
la que reinan cinismo y cianuro de potasio, medicina que hunde el paciente en el pánico y l
enfermo. ¡Entendemos también ahora por que el 98% de aquellos pacientes enloquecidos se m
mientras el 95% de los pacientes tratados por la Nueva Medicina sobreviven!.

Ver también : Dr. Ryke Geerd Hamer

Sobre la Nueva Medicina

Se llama Nueva Medicina a una serie de conceptos descriptos por el


médico alemán Rike Hamer, a comienzos de la década del 80, que nos
permiten una evaluación distinta del origen y del proceso de la
enfermedad y que nos propone un profundo cuestionamiento a la relación
entre el enfermo y el médico.

En éste breve artículo, sólo tomaremos una parte de los conceptos de


Hamer para tener un acercamiento a ésta propuesta que muchos definen
como la medicina del futuro.

Hamer describe una triple relación entre:


1) ciertas zonas cerebrales (sólo visibles en una tomografía de cráneo);

2) determinados conflictos que tienen que ver con las crisis de


supervivencia (llamados conflictos biológicos) y

3) los órganos comandados por las zonas cerebrales descriptas.

Es a partir de ésta triple relación, que puede hacerse con una tomografía
de cráneo sin contraste (y muchas veces sin recurrir a biopsias o
estudios cruentos) un diagnóstico del órgano enfermo, el tipo celular
involucrado, su evolución (en algunos casos, puede prevenirse hasta con
15 días de anticipación un infarto), su antigüedad, el colorido del conflicto
que ha producido la enfermedad (lo que orienta al tipo de terapéutica a
realizar a ése nivel) y otro tipo de informaciones que ayudan a la
evaluación y a la elección del tratamiento.

A pesar de lo atractiva de ésta posibilidad, no es éste el punto crucial de


la Nueva Medicina, sino entre otros, lo que Hamer llama la quinta Ley
sobre el sentido biológico de cada enfermedad. Entender la historia de los
llamados conflictos biológicos, apoyados en una comprobación técnica
cual es la tomografía cerebral, es de una ayuda inestimable en un
momento evolutivo en el cual el paradigma científico sigue siendo
necesario.

Veamos un poco más.

La conciencia ha sido definida como la capacidad que tiene un ser vivo de


percibir información, analizarla y emitir una respuesta adecuada. En los
llamados animales inferiores (la escala evolutiva de los vertebrados
comienza en los peces, sigue con los anfibios, reptiles, aves y mamíferos,
entre los cuales estamos), la conciencia les permite dar respuesta a
necesidades básicas como la alimentación y la reproducción.

A medida que la evolución avanza, las respuestas se hacen cada vez más
complejas. Con la adquisición del lenguaje, la cultura y el aprendizaje se
adquieren conductas muy elaboradas. Cuando un animal se ha
atragantado con un trozo de carne que no puede digerir ni expulsar, se
enfrenta a una crisis de supervivencia (se ahoga). Su cerebro ordena
producir mayor cantidad de células en el tubo digestivo que a su vez
elaboran mayor cantidad de jugos que permitan digerir el trozo de carne.
Es una conducta programada en el cerebro ante una crisis de
supervivencia. Si el proceso se mantiene, el órgano se enferma
(esofagitis, gastritis, cáncer de estómago).

El cerebro no distingue entre lo concreto y lo simbólico. En el ser


humano, el trozo de carne atragantado que es capaz de activar un
programa de supervivencia (que no es otra cosa que la enfermedad) es
sustituido por la traición de un amigo, los conflictos familiares o laborales
o cualquier otro que sea indigerible. La civilización actual es una fuente
inagotable de conflictos biológicos y las respuestas para adaptarse a
éstas nuevas situaciones son francamente escasas.

Para que la traición de un amigo se convierta en un conflicto biológico y


no en el usual conflicto psicológico que vivimos cotidianamente, debe
tener ciertas características que Hamer ha desarrollado en sus trabajos.

En el caso de una madre que va paseando con su hijo y éste se suelta


imprevistamente de su mano, la vivencia que predomina en el hecho,
podrá afectar distintos órganos. Si lo vive como una pérdida que tiene
que ver con la preservación de la especie, afectará el ovario (quistes,
tumores). Si lo que predomina es la vivencia del ataque al territorio
arcaico (el nido), se enfermará la glándula mamaria izquierda (si la mujer
es diestra). Si afecta su valoración como madre, producirá
descalcificación en la cabeza del húmero izquierdo.

El miedo frontal producirá agrandamiento de los ganglios del mediastino.


El miedo amenazante que viene por detrás producirá glaucoma.

Los conflictos de ataque a la propia integridad, tendrán que ver con las
lesiones de la dermis (melanomas). La resistencia a una situación con la
diabetes. La suma de un conflicto de frustración con otro de separación o
de invasión de territorio, generarán una sintomatología depresiva.

La profundidad de los estudios de Hamer hacen que el acto médico sea


un hecho científico y no una moda fundada en estadísticas. Una
enfermedad (cualquier enfermedad) puede ser curada si realmente se
sabe qué es. Si no se sabe qué es, sólo se la intenta eliminar. La raíz
latina de curar es todo lo contrario. Curar es hacerse entero.

El hombre moderno se ve enfrentado a nuevas enfermedades. Las


respuestas que vienen desde la medicina no alcanzan para entenderlas ni
superarlas. Los conceptos que trae la Nueva Medicina, permiten
sospechar que el orden médico reinante tiene serias deficiencias en su
concepción de la enfermedad, que haría imposible afirmarse como
terapeuta en los nuevos tiempos. El cáncer y el sida son llamados de
atención que hablan de la dificultad de entender lo que la propia
naturaleza del hombre produce.

Y necesitamos hablar del cuerpo, del alma y del espíritu. Hamer hace un
llamado a los médicos "de manos calientes" para ejercer una verdadera
medicina sagrada.

Entrevista al Dr. Ryke Geerd Hamer.

Colonia, Alemania, 5 de mayo de 1996.


Entrevista al Dr. Ryke Geerd Hamer.
Por Ana Pena (Periodista).
Ana Pena: A principios de abril la prensa austriaca destacó que la
pequeña Olivia Pilhar (cuyo caso, no siempre tratado adecuadamente por
los medios de comunicación, ha sido seguido atentamente desde el
Estado español) había salido del Hospital de Viena, donde se le aplicaba,
contra la decisión de sus padres, tratamiento oncológico convencional.

Se enfatizaba que la niña estaba curada y en buen estado de salud. Ud.


que conoce bien su caso, ¿Considera ciertas estas informaciones? ¿Cuál
es la verdadera y real situación de la pequeña austriaca, en este
momento?

Doctor Hamer: Olivia fue dada oficialmente de alta el 27 de marzo por los
médicos del Hospital Infantil de Viena, aunque, en realidad, estaba tan
enferma como antes.

La Nueva Medicina nunca presentaría como curada a una criatura que,


ahora, sólo tiene un riñón, cuyo peso es tan bajo como el de un
moribundo, con los miembros casi paralizados, que ha resuelto su
carcinoma de hígado (después de haber presentado cavernas y
tuberculosis, en curación) pero aún está en la fase de cirrosis y que,
además, tiene un músculo del corazón tan fino que apenas desarrolla un
30% de su rendimiento y cada día que pasa, tiene el riesgo de que se
desgarre.

Si a mí se me ocurriese decir que la niña, en esta situación, está curada


me tacharían, con razón, de loco. Y es que, según las propias estadísticas
oficiales, los pacientes tratados con quimioterapia, opiáceos o
radioterapia fallecen, en el 98% de los casos, antes de transcurridos 7
años del tratamiento... y el 95% en los 5 años siguientes al mismo.

Que con datos como éstos se hable de éxitos en oncología resulta


engañoso. Si nos atenemos al Boletín Oficial Alemán de enero del 96, las
grandes clínicas hacen un control y seguimiento del 5% de enfermos. De
éstos, apenas constatan éxitos tras la aplicación de quimioterapia en un
0,5%.

Ana Pena: También se ha publicado que la judicatura austriaca ha


retirado la orden internacional de detención contra Ud. ¿Cuál es su
situación actual al respecto? ¿Todavía se achaca a su Nueva Medicina las
muertes de pacientes que no han tenido ni siquiera contacto con ella?

Doctor Hamer: Efectivamente, Austria ha levantado la orden de captura


internacional contra mí, aunque mantiene una orden de captura nacional.
El Fiscal General del Estado austriaco ha afirmado recientemente que la
Nueva Medicina se basa en muertes de personas.

Como ocurre en España, en Austria tampoco se quiere probar mis


descubrimientos. Entonces, se habla sin saber. Si
las personas no se tratan previamente con quimio, radio o morfina, si sólo
siguen y comprenden la Nueva Medicina, sobreviven en un 95% de los
casos, al revés que la medicina convencional.

Pese a ello, se dice que la Nueva Medicina se sustenta de muertes,


mientras se silencian los datos oficiales de mortalidad con los
tratamientos convencionales... A partir de ahí, la justicia austriaca quiere
prohibir a los médicos que trabajen con la Nueva Medicina ¡y amenaza
con castigarlos con años de cárcel incluso! También en España, según
me han comentado, ha habido problemas con los médicos a los que
presionan para que abandonen la Nueva Medicina... Pueden recurrir a
cualquier otra terapia, la que sea, ¡menos la Nueva Medicina!

Ana Pena: Tras la campaña desencadenada contra Ud. desde el verano


del 1995, en el Estado español hay una demanda creciente de información
sobre sus descubrimientos pero, paralelamente, no se encuentra una
comprensión profunda al mismo nivel, no tanto entre los pacientes sino
entre sus familiares y, sobre todo, entre la clase médica más
convencional.

Doctor Hamer: Hoy en día hay una forma de dictadura distinta de las
habidas hasta ahora, en cualquier otra época. Se trata de la «dictadura»
del poder de los medios de comunicación... Y hay quienes se permiten,
amparados en ese «poder» mediático, escamotear y pasar por alto un
debate científico... Así, se puede impedir durante 15 años que se
comprueben estos descubrimientos rectamente y de buena fe.

Sólo se necesita una campaña de «caza de brujas» en la prensa para que


la gente piense que la Nueva Medicina (N. M.) está equivocada. No hay
error en estas cinco leyes de la Naturaleza.

Y eso es la Nueva Medicina, que no se basa en hipótesis como la


medicina convencional. Esta medicina no está sustentada por ninguna ley
natural que sea comprobable científicamente. Pero la Nueva Medicina sí
se puede comprobar y, pese a ello, con ayuda de cierta prensa, se hace
esta campaña de desprestigio catastrofista y calumniador... Y, lo que es
más importante, entretanto siguen muriendo muchas personas.

En la historia se han cometido crímenes en algunas épocas, incluso


recientes, en Alemania, Rusia... En aquellos momentos, algunos podían
decir que «no los conocían»...

Pero, ahora y aquí, sí se sabe. Las autoridades médicas, catedráticos,


etc., han tenido la oportunidad de conocer y saber exactamente lo que se
dirime de aquí, pero no quieren afrontar una discusión objetiva. Yo sí
quiero ese debate profesional y serio.

Ocurre que, como no tienen fundamentos ni argumentos para esgrimir en


contra, por eso rehúsan, deniegan esta posibilidad sistemáticamente.

Ana Pena: El peso cultural y social de la visión actual, dominante en


Occidente, ¿Es un handicap para reconectar con nuestra biología,
entendida como un todo, psique-cerebro-órgano? Las llamadas culturas
«primitivas» ¿Tienen ventaja en este sentido?

Doctor Hamer: No es que nuestra civilización sea un obstáculo importante


para comprender bien esta Nueva Medicina en sus tres niveles -psíquico,
cerebral y orgánico- de modo natural. Es verdad que esta civilización se
ha distanciado mucho de las circunstancias biológicas, codificadas en
nuestro cerebro, y que no se pueden cambiar, pero, hoy por hoy, lo que
ocurre es que el verdadero impedimento está en el poder, el mismo en
toda Europa y con las mismas estructuras.

Desde ahí, se quiere impedir que la persona pueda ser más libre, a través
de la Nueva Medicina, puesto que, en el momento en que la persona
comprende bien esta vía no se deja manipular como querrían esos
círculos que pretenden concentrar poderío para manejar a todos los
demás.

Ana Pena: ¿Cuál es su actitud ante esta pseudo-polémica?

Doctor Hamer: Si tuviese la oportunidad de explicar bien, en algún


momento, como son las relaciones y fundamentos de las Leyes
Biológicas para dar a conocer correctamente la Nueva Medicina, y sus
bases científicas naturales, en lugar de tanta polémica, las personas
podrían enterarse, conocerla bien y ponerla a prueba; y, en cuanto
tuviesen una mínima experiencia, verían que es así de clara y lógica.

En vez de ello -lo que sería bastante sencillo y fácil- se levanta esta
«polvareda» en los medios que no tiene nada que ver con una discusión
científica seria. Si algún medio se ofreciese a hacerlo sería muy
clarificador.

Pero no es así. Se sabe que la Nueva Medicina restaría fuerza a


determinadas pretensiones de dominio del mundo.

Ana Pena: ¿Cuáles son, sintéticamente, los fundamentos de esta Nueva


Medicina?

Doctor Hamer: Explicar, brevemente, lo que es la Nueva Medicina, supone


aclarar que se fundamenta en 5 Leyes Biológicas Naturales, no en
hipótesis.

La primera Ley es la Ley «férrea» del cáncer, que nos dice cómo se
produce la enfermedad, cómo cursa todo el proceso en los 3 niveles del
ser y cómo se puede diagnosticar en esos mismos niveles.

La segunda Ley es la que explica las dos fases de las llamadas


enfermedades:

La primera, la fase activa, en la que el cuerpo está «frío», con estrés


simpaticotónico... Y la segunda, cuando el conflicto biológico se
soluciona, fase caliente, de vagotonía, en la que el cuerpo se va
recuperando y regenerando. Esta fase, antes considerada como la «de
estar enfermo», es la fase de solución, en la cual se está regenerando el
organismo.

La tercera es la ley ontegénetica de los tumores y equivalentes al cáncer.


Resulta complicado explicarla de forma abreviada pero, básicamente, es
la que sustenta toda la Nueva Medicina desde el punto de vista de la
ontogenia, de la historia de la evolución del ser, su relación con los tres
niveles antes mencionados, cómo cada órgano está ligado al relé cerebral
correspondiente y cómo se puede apreciar todo el proceso en el cerebro
y en el órgano simultáneamente, aunque el psiquismo, lógicamente, no es
tan sencillo de observar.

La cuarta Ley biológica de la naturaleza es la del sistema ontogénico de


los microbios, a partir de la cual cambia totalmente la actual creencia de
que los microbios son perjudiciales. Desde luego, para la Nueva Medicina
no hay esas categorías de «maligno» o «benigno», son categorías casi
morales, más propias del Antiguo Testamento. Esa visión de cánceres y
microbios «malignos» no es precisamente biológica.

Y, por fin, la quinta Ley es la de la comprensión de que la llamada


«enfermedad» no es más que un proceso lleno de sentido que se
comprende a través de la evolución del ser, un programa especial que
pone en marcha la naturaleza. Esta es realmente la quintaesencia de la
Nueva Medicina, la que le da pleno sentido.

Esta perspectiva, comprensible y lógica, resitúa nuestra visión de las


«enfermedades»; lo que eran simples malestares y estorbos resulta que
son esos programas especiales llenos de sentido que nos brinda la madre
naturaleza. A través de ellos se nos brinda la oportunidad de poder
recuperarnos y compensar los desgastes provocados por ese conflicto
biológico, que es distinto del psicológico.

Por ejemplo, un conflicto de esa índole es cuando un trozo (en el sentido


literal para los animales, en el metafórico para los humanos)... un trozo o
un hueso se queda en el intestino y no puede pasar; inmediatamente, el
organismo pone en marcha un programa especial y se va originando lo
que se llama «cáncer».

En ese momento, ese trozo lo que necesita es mucho jugo gástrico para
que se pueda digerir y resbale por el intestino. Esto sería la primera parte
de este programa especial. En la segunda parte, éste sería caseificado,
sería «comido» por las bacterias de la tuberculosis y todo quedaría otra
vez como antes.

Hasta ahora se pensaba que todo esto era un proceso «maligno», que era
algo malo de la naturaleza, y se creía, por ejemplo, que cuando un
paciente tenía un cólico intestinal, con una tuberculosis, eso era
«maligno»... Pero no hay que tener pánico, ése es el programa especial en
marcha, la naturaleza nos ayuda siempre con estos programas para
regenerar cualquier «mal».

Si observamos bien, comprendemos y no tenemos pánico, volveremos de


nuevo a estar curados y regenerados. Sabemos que entre los animales
ese mismo proceso se produce sin problemas, porque sobreviven,
espontáneamente, en 80 ó 90% sin terapias.

Así podemos entender mejor cómo con nuestras polipragmáticas


pseudoterapias se han desencadenado catástrofes sin sentido.

Ana Pena: Entonces, ¿Cómo ha de comportarse quien conozca la Nueva


Medicina?.

Doctor Hamer: Conociendo estas leyes naturales, la Nueva Medicina se


esmera, con el paciente, en una orientación para ver qué es lo que ha
sucedido, para ayudar a encontrar la solución y facilitar la comprensión y
el apoyo en el proceso de curación.

Sabemos que, verdaderamente, el 95% de los casos saldrían adelante. En


el caso de Olivia, que mencionábamos al principio, si hubiésemos podido
disponer de un mes más (en lugar de ingresarla en el Hospital de Viena),
este gran riñón que confundieron con un tumor cuando no lo era, se
hubiera desinflamado y vuelto a su tamaño normal.

Hubiera sido caseificado por la tuberculosis, porque ella sudaba todas las
noches y tenía un poco de fiebre, pero se encontraba bastante bien,
comía bien, descansaba correctamente... Dos días después del libre
regreso de la niña y sus padres a Australia, después de que firmasen el
acuerdo escrito en el que el Estado austriaco les aseguraba que no iban a
hacer nada a Olivia que sus padres no quisieran, pues, a pesar de eso,
cuando 2 días después de llegar se la llevaron a revisión los oncólogos,
hicieron un informe afirmando que no había prisa ni urgencia en someter
a la niña a tratamiento intensivo.

Ana Pena: Después de tantos años ¿Continúa Ud. insistiendo en que


conozcan y comprueben sus descubrimientos?

Doctor Hamer: Estoy convencido de que, con el tiempo, la mayoría de las


personas que ahora están contra la Nueva Medicina dirán que «no lo
sabían, no se habían enterado bien...», sobre todo los médicos.

Pero entretanto está muriendo mucha gente innecesariamente.

Y lo que convierte esas muertes en un crimen es que se sabe lo que se


hace. Mis adversarios saben perfectamente que es verdadero lo que se ha
descubierto. Para acabar con esta situación y hacer una prueba abierta,
estoy preparado y dispuesto cada día. Me duele que fallezcan tantas
personas cuando ese sufrimiento se podría evitar.
Fuentes:

Los Focos de Hamer


por el Dr. Harry Watt, Munich.

Artículo publicado en el nº 36, octubre-noviembre 1988, de la revista científica


raum&zeit, die neuen dimension der Wissenschaft (Espacio & Tiempo, la nueva
dimensión de la ciencia). Ediciones Ehlers-Verlag GmbH, Poazlagasteig 5,
8157 Dietramszell. Redacción: Hohenzollernstr. 60 800 Munich 40.

Sin duda no es fácil descubrir qué es lo que el doctor Ryke Geerd Hamer ha
encontrado en el transcurso de esta última década, a saber: una manera de
considerar al hombre en su existencia biológica y psíquica, que permite
comprender la naturaleza de los tumores, y clasificar no ya únicamente a los
tumores malignos, sino también a innumerables y variadas afecciones que
hasta ahora nos veíamos obligados a aceptar como una fatalidad generalmente
inexplicable, y en cuyo misterio se intentaba penetrar estableciendo relaciones
de causa y efecto con los supuestos factores de riesgo.

Sin embargo, el hecho de que lo fundamentado y la precisión de su enfoque


hayan sido verificados y confirmados millares de veces y, sobre todo, que este
descubrimiento permita una terapéutica eficaz, con curación en un 97% de los
casos, hace de todo punto inexplicable que, a pesar de las posibilidades de
verificación hasta en sus menores detalles, los responsables de la medicina y
la salud hasta ahora hayan rechazado en bloque e ignorado sistemáticamente
todo el asunto. O mejor dicho, lo hayan condenado al silencio, imponiendo un
hermetismo total para evitar su difusión en la práctica y la enseñanza médica.

Para comprender esta paradoja es preciso haber vivido muy de cerca nuestro
escenario médico, nuestra justicia, y nuestra sociedad, movidos todos ellos
(sobre todo en sus cimas más altas) por el afán de beneficio. Renunciar a la
materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los
marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios
esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los
grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes
conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de
la industria (Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que
correrían esta suerte...). (La medicina contemporánea está unida por un hilo
conductor a la medicina de los campos de concentración, cita un renombrado
analista).

Sin embargo, y a nivel global, todo esto sería positivo. Muchos procesos de
elevado coste y erróneos, (según Hamer) serían entonces innecesarios. Quien
tenga dudas sólo tiene que solicitar a una pequeña editorial de Colonia (Amici
di Dirk Verlagsgesellschaft) la documentación, e inhalar la información a
disposición de todos, sin preocuparse en exceso por las pruebas: porque todo
lo que se dice es verificable, y la prueba ha sido aportada infinidad de veces.
Para reproducir la demostración se precisa una mañana, un escáner y...
pacientes.
Y pasan cosas...

Todo esto, debemos reconocerlo, parece bastante misterioso. A mí también me


pareció misterioso cuando, nueve meses después del período de interinidad y
del inevitable examen para la obtención del diploma de Estado, una paciente
puso ante mis narices un libro en cartón amarillo, titulado «Fundamento de una
Nueva Medicina - Tomo I: El sistema ontogenético de los tumores, cánceres,
leucemia, psicosis, epilepsia.»

También me pareció misterioso cuando, pocas semanas más tarde,


ingenuamente y sin complejos, me presenté en la casa del Dr. Hamer en
Sülzburstrasse, Colonia (tuvo la gentileza cuando le llamé por teléfono, de
recibirme inmediatamente, y me costaba un poco seguirle, a pesar de que lo
conseguí bastante bien). Vi el pequeño despacho de trabajo, en un desorden
aceptable (pero en el que todo era localizable), y el parabrisas con dos
agujeros de bala colgado en un rincón (recibió estos obsequios al recoger de la
imprenta los primeros ejemplares de su libro). Los despachos de la casa
editorial, instalados en unas estancias laterales, y libros apilados a lo largo del
estrecho pasillo. Y luego, un grueso dosier de más de 10 centímetros de
grosor, repleto de órdenes, informes de investigaciones y procedimientos
interpuestos contra él.

No hay duda, aquí pasan cosas...

Y luego, la impresión de que le costaba mucho interrumpir la conversación,


tanto cuando tuve que apresurarme a marchar para acudir a otra cita, como a
la mañana siguiente, cuando le telefoneé para darle las gracias por haberme
recibido la víspera así como por el libro que me había regalado, y para
excusarme por haber tenido que dejarle de una forma tan poco orgánica, con
sus inmensos deseos, tan comprensibles, de comunicarse. De todas maneras
se le veía con estrés, aparentemente sin ser consciente de ello, ya que a pesar
de todo se mantenía sereno y combativo. Debe ser, me decía yo, que está ya
tan acostumbrado...

Pero el colmo de lo insólito es que se haya retirado a este médico el permiso


para ejercer la medicina. Con ocasión de su tesis de agregación, quiso publicar
sus descubrimientos, reservando sin embargo la primicia para la facultad de
Medicina. Sólo abjurando, retractándose públicamente, hubiera obtenido de
nuevo la autorización para ejercer. Y no lo hizo.

Trabajo médico a ciegas, humillado.

Poco después de obtener el doctorado en medicina, al finalizar los estudios que


me habían dado una cierta base pero que me dejaban desamparado ante una
aglomeración inextricable, no sistemática, de hechos y contenidos
aparentemente desprovistos de toda relación unos con otros, luego de un
examen que hasta hoy no he logrado comprender, que era sólo charla -
aparentemente una comedia-, me había retirado del trabajo clínico con mal
sabor de boca, casi, por así decir, por instinto, simplemente porque no podía
soportarlo. Y he aquí que ahora se me ofrecía esto.
Según un dicho, la fortuna viene cuando duermes. Para asumir
responsabilidades es necesario saber retractarse. Es justamente ese saber
retractarse lo que, por desgracia, les falla a la mayoría de colegas, doctores y
profesores, para poder dar el acuerdo o examinar con imparcialidad y completa
neutralidad aquello con lo que se puede dotar a nuestra facultad. La ineptitud
en reconocer su ignorancia y sus errores (que en sí mismos no son un
deshonor), conduce sin transición al crimen consistente en practicar
desvergonzadamente y sin sutileza errores mortales, a partir de aquí
superficiales en todos los grados hasta llegar hasta al Ministerio Federal de la
Salud (Ver acerca de este tema las «Cartas para una Nueva Medicina», que
difunde la casa editora anteriormente mencionada). Tras la lectura y la visita,
hubiera preferido, de haber podido hacerlo, transferir inmediatamente mi
permiso para ejercer a este médico, que hubiera sabido servirse mejor de él
que yo mismo...

Todo está relacionado. Los seguimientos, de los que el Doctor Hamer me


mostró las pruebas contenidas en su dosier, y los descubrimientos capitales en
el campo médico, se iniciaron simultáneamente el 18 de agosto de 1978 ante la
pequeña isla de Cavallo, a lo largo de Córcega, cuando su hijo Dirk fue
mortalmente alcanzado mientras dormía por el tiro de fusil de un príncipe
italiano. El Doctor Hamer escribe especialmente en la dedicatoria de su libro: A
causa de su muerte yo mismo caí poco después enfermo, presentando un
S.D.H. (un Síndrome Dirk Hamer), un conflicto de pérdida con cáncer testicular.
Esta coincidencia asombrosa entre un choque conflictual y dramático y mi
propio cáncer me llevaron a descubrir la Ley de Hierro del Cáncer.

Vigilancia total.

Dirk Hamer murió el 7 de diciembre de 1978 en Heidelberg como resultado de


su herida de bala. Sin embargo, el contencioso legal no siguió su curso
habitual, a saber que se le pidan explicaciones al asesino a quien se abre el
proceso sino que, cosa curiosa, y que causó la indignación del Doctor Hamer,
lo que sucedió fue exactamente lo contrario. De repente, y como el asesino era
un personaje tan representativo como protegido, la bala salió rebotada, y por
haberse atrevido a formular una acusación tan monstruosa contra este asesino,
fue el padre de la víctima quién hasta hoy mismo, es objeto de persecuciones
penales, consta en la lista de búsquedas internacionales y está sometido a una
vigilancia total.

Publicado en noviembre de 1987, el libro que he mencionado anteriormente


corresponde a un estadio relativamente reciente de las investigaciones
científicas del Doctor Hamer. Algunos años antes había publicado la obra
titulada «El cáncer, enfermedad del alma». El resultado de estas
investigaciones pone a prueba a cualquier médico que se haya aplicado con
sabiduría al estudio de la medicina académica.

Cuando, por ejemplo, se dice que todo cáncer es desencadenado por un


choque psíquico brutal, un conflicto agudo y dramático, vivido en soledad, que
el dogma de la siembra hematógena es completamente inexacto, que el infarto
de miocardio corresponde a un fenómeno de involución de la disfunción
cerebral propiamente dicha e indica, por lo tanto, una mejoría sobrevenida en el
curso de una enfermedad, como por ejemplo, en la leucemia, que para el
Doctor Hamer es expresión de curación y, como tal, inofensiva, cuando el lector
formado en medicina académica se encuentra así confrontado con cosas
absolutamente increíbles que, a primera vista, parecen incomprensibles, sólo
una lectura exhaustiva y sin prejuicios es capaz de disipar la confusión inicial.

Ciertamente, embarcarse en esta aventura puede salir caro, pero eso no


significa nada en comparación con el enriquecimiento y la revelación de las
relaciones de causa y efecto que el Doctor Hamer pone en evidencia. Más bien
todo esto es una liberación para los pacientes, que van a verse libres de la
fatalidad, del carácter pretendidamente ineluctable de su destino.

En tanto que los estudios de medicina clínica me dieron la impresión de


páginas de libros arrancadas de mi vida, sin corresponderse con nada vivo o
natural, y cuyos contenidos hacían pensar en esculturas confusas y raras
colocadas en el paisaje del mundo, la medicina adquiría aquí de repente una
forma equilibrada y coherente, a no confundir sin embargo con la pretensión de
ser exhaustiva. Las premisas permiten sacar conclusiones lógicas entre la
historia de la evolución del hombre, del cerebro, de los órganos y de los
mecanismos comportamentales biológicos que corresponden a estas
estructuras.

Es así como la reacción a un conflicto biológico se corresponde exactamente


con la alteración funcional de un área cerebral específica, y sincrónicamente,
en el arranque de un cáncer en el correspondiente órgano. El encadenamiento
acontecimiento psíquico-cerebral-órganico debe ser aquí concebido como un
suceso absolutamente simultáneo en los diferentes niveles.

Transformaciones en el cerebro.

Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con


el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase
activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto
el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede
representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco
cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica
interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la
fase de curación.

Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase


vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este
crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad
conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha
quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos
específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una
restitución cicatricial o una reducción bacteriana.

La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera


comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad
orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o
más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con
las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las
diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se
corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico,
se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen
mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y
los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran
localizados en el córtex cerebral.

La terapéutica exige un exacto conocimiento de estos procesos. Intuición de los


estados de dependencia psíquica del paciente y un máximo de experiencia y
de manejo, de tacto, en el dominio de las complicaciones y situaciones de crisis
relacionadas con la fase de curación consecutiva a la conflictolisis. Sobre el
plano orgánico, la fase de curación comporta -a imitación de la fase de
crecimiento tumoral-, diferencias características según que el tejido dependa de
una u otra de las tres capas embrionarias.

La Ley de Hierro del Cáncer.

Para mayor claridad, citemos textualmente el libro: «La Ley de Hierro del
Cáncer es una ley biológica, empírica, que se basa en la experiencia y en la
observación. Ha sido verificada sin excepción en los casi 10.000 casos que he
examinado hasta ahora. Se trata de un sistema superdeterminado de tres
funciones correlativas, de manera que conociendo una de ellas se está en
disposición de deducir las otras dos».

En un principio, la Ley de Hierro del Cáncer se enunciaba así:

• Primer criterio: toda enfermedad cancerosa se inicia con un S.D.H.


(Síndrome Dirk Hamer), es decir, un choque conflictual, extremadamente
brutal, agudo y dramático, vivido en soledad.
• Segundo criterio: en el instante en que se produce el Síndrome Dirk
Hamer, es el tipo de conflicto lo que determina la localización del cáncer
en el órgano.
• Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, se produce una
correlación exacta entre la evolución del conflicto y la evolución del
cáncer en el órgano.

Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue:

• Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H.


(Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual
extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el
momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el
cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el
arranque de un cáncer en el órgano.
• Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk
Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del
foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano.
• Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación
entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el
cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.

El Sistema Ontogenético de los Tumores es un sistema global y lógico.


Naturalmente, se desprende como consecuencia de la Ley de Hierro del
Cáncer y del descubrimiento del Foco de Hamer en el cerebro. Pero este
sistema ontogenético de la medicina, y en particular de los tumores, reviste
para la medicina una importancia comparable a la de la tabla periódica de los
elementos para las ciencias físicas y naturales. ¡Pone de relieve las
correlaciones existentes en el interior de toda la medicina!

El Sistema Ontogenético de los Tumores.

El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así:

Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de


tejidos histológicos parecidos, si no idénticos. Sin embargo, la capa
embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o
mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El
mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del
tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el
ectodermo cerebral.

Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las


esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una
reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan:

Foco de Hamer en el Tronco cerebral.


Endodermo
Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido).
Foco de Hamer en el Cerebelo.
Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido).
Mesodermo
Foco de Hamer en la Médula cerebral.
Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido).
Foco de Hamer en el Cerebro.
Ectodermo
Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido).

Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere


mucho según sea la capa embrionaria.:

• Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un


enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de
los bacilos de la tuberculosis.
• Mesodermo:

1. Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un


enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo.
Por ejemplo, en el carcinoma mamario.
2. Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción
y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una
osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La
proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa
espontáneamente al final de la fase normal de curación.

• Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con


restitución o restitución cicatricial.

Los conflictos psíquicos como inductores.

Hace milenios que la humanidad experimenta, más o menos conscientemente,


que en último extremo todas las enfermedades tienen un origen psíquico. Esto
se ha convertido en un conocimiento científico, sólidamente anclado en el
patrimonio de los conocimientos universales (tan solo la medicina moderna
convierte a nuestros seres, antaño amados, en un saco repleto de fórmulas
químicas). Ni que decir tiene que lo mismo sucede con las enfermedades
tumorales malignas: era, hasta ahora, algo evidente para cualquiera más o
menos consciente de una realidad espiritual. Pero nadie había llegado siquiera
a suponer, y menos aún a revelar con pruebas fehacientes, de forma tan
precisa y detallada, las relaciones existentes de causa y efecto. Lo específico
de estas enfermedades es lo que de característico existe en este tema en el
suceso psíquico.

El aspecto ontogenético nos da la clave. El tema del conflicto, determinante de


la dirección general y de la orientación, define exactamente la localización del
proceso psíquico concomitante, a saber, no en función de la situación objetiva
del conflicto sino según la forma en que el interesado lo resiente
subjetivamente. El tronco cerebral, cuyo dominio es el control del equilibrio
homeostático interior del organismo, presenta lógicamente Focos de Hamer, y
crea tumores endodérmicos cuando se producen conflictos profundamente
viscerales, tales como el conflicto de la comida, el conflicto del miedo a la
muerte y los conflictos de miedo visceral.

En lo que respecta al cerebelo, su perfeccionamiento corresponde, a nivel


filogenético, al paso del medio acuático a la tierra firme. Se localizan en él
Focos de Hamer, y tumores de tejidos y membranas mesodérmicas
(melanomas, cáncer de seno, mesoteliomas de la pleura, del pericardio, del
peritoneo), así como motivadores de conflicto relacionados con el medio
inmediato y su delimitación (daño a la integridad física y moral, deshonra,
conflictos sexuales interiorizados, conflictos familiares, y conflictos de nido).

Por el contrario, la médula ósea, gracias a la cual el organismo se abre por


entero al exterior, está relacionada por un lado con todos los tejidos de origen
ectodérmico y las partes del organismo ectodérmicas: el epitelio pavimentoso
de la piel exterior, de la mucosa bucal, de la rinofaringe, de la laringe, de los
bronquios, de la parte del esófago, la pequeña curvatura del estómago, el
píloro, el bulbo duodenal, los islotes del páncreas, el epitelio de las vías
biliares, la vejiga, la pelvis renal, la vagina, el cuello y el orificio del útero, el
recto, la mucosa ectodérmica de las coronarias (¡el interior de los vasos
branquiales está compuesta de epitelio pavimentoso!); y por otro lado, el
ectodermo propio del Sistema Nervioso Central, compuesto de neuronas
centrales y periféricas, células ganglionales, neuroglías y epitelio sensorial de
los ojos, de la nariz y de las orejas, además de la neurohipófisis.

Es de remarcar que las células que no se dividen manifiestan alteraciones,


pero no proliferación con formación tumoral. En su origen, existen conflictos
resultantes de la inmediata confrontación y del contacto con el mundo exterior:
el conflicto territorial, el conflicto de demarcación de territorio, la rivalidad
territorial, el desamparo moral, el terror, el miedo, el pánico, el disgusto, la
fetidez, la resistencia. Es precisamente este tema territorial y la cuestión de la
integridad del territorio los que especifican la referencia individual al mundo
exterior.

Se comprende mejor aquí lo que se entiende por conflicto biológico: disputas


que nos afectan por nuestra propia naturaleza, y no ya situaciones conflictuales
en el sentido del concepto psicoanalítico, que describe los fenómenos de otra
manera. Las esferas comportamentales fijadas biológica, genética y
filogenéticamente, con sus modelos específicos, constituyen aquí el
fundamento, el entarimado sobre el que se desarrolla el conflicto y, en caso
favorable, se resuelve.

No todos los conflictos son generadores de cáncer.

En el estado de la actividad conflictual, la simpaticotonía es netamente


preponderante, y se acompaña de pérdida de peso. Una vez que el conflicto se
ha resuelto o se ha suprimido esta fase de estrés, aparece una inervación de
reposo con parasimpaticotonía, o vagotonía pronunciada, laxitud, recuperación
del peso, programación de débil circulación sanguínea. Es preciso destacar
aquí que no todo conflicto es generador de cáncer, si no, no quedaría ya nadie
con vida. Para que se produzca un cáncer es necesario que se produzca un
choque conflictivo fulminante, masivo, que no pueda ser resuelto o integrado.

Cuando se confronta a un paciente con un diagnóstico de cáncer, disparado


por su médico, la amenaza que inmediatamente resiente el paciente puede ser
canalizada de diferentes maneras. O bien, bajo el dominio de un conflicto de
miedo a la muerte, desarrolla un cáncer alveolar en los pulmones
(endodérmico), o, tomando repentina conciencia de la precariedad de su
condición mortal que le condena a ser definitivamente desechado, hace una
desvalorización masiva con reacción cancerígena (mesodérmica) en los
huesos, que se manifiesta por osteolisis, a la que erróneamente se tomará por
metástasis ósea.

Otro punto a tener en cuenta es que se encuentran Focos de Hamer en el


origen de las psicosis: en las esquizofrenias. Siempre existen dos focos
localizados en los dos diferentes hemisferios y correspondientes a dos
conflictos distintos en activo.

La terapéutica.
En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles:

1. En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se


observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que
hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen
determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar
tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo
imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el
conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca
grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste
capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde
vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo
del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la
terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos
preconcebidos!
2. A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a
punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales.
Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar
serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con
la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por
ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede
producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner
cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad.
Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como
punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y
permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores.
3. A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata
únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es
decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña
cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de
curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio.
En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a
recortar o a eliminar órganos.

La moderna falta de instinto.

La duda puede hacernos plantearnos la siguiente pregunta: Si los choques


conflictuales (Síndrome Dirk Hamer) desencadenan tales enfermedades,
¿por qué no alcanzan a todos de la misma forma, ni trastocan en igual
grado?. Respuesta: Todos tenemos capacidad para aguantar una fuerte dosis
de conflictos sin por ello caer enfermos, a condición de que dispongamos del
suficiente tiempo para prepararnos con antelación. Es el fogonazo repentino el
que nos hiela de espanto y nos paraliza, es el Síndrome Dirk Hamer lo que
desencadena el proceso. Lo que tiene de determinante es la absoluta
imposibilidad de integrar este choque conflictual.

Los fenómenos que se desarrollan en las profundidades del subconsciente, los


estados del alma y eventualmente, las enfermedades, vienen a recordarnos
nuestra naturaleza cuando la disonancia llega a convertirse en insoportable. El
terreno sobre el cual se siembran tales choques conflictivos biológicos se
desarrolla paralelamente a la síntesis de la vida. El instinto, que de forma
ordinaria debe guiarnos hasta los límites de lo aceptable, ha debido sumergirse
por debajo del nivel de percepción, cuando los inestimables descubrimientos
del Doctor Hamer, en lugar de ser acogidos con entusiasmo, son recibidos con
la prohibición de ejercer la medicina, y se despliegan esfuerzos inimaginables a
fin de mantenerlos en el hermetismo. No en todas partes, eso es cierto. En el
Estado francés, en América y a la chitacallando también en nuestro país, este
nuevo sistema se aplica ya con éxito por parte de un cierto número de colegas.

Siguen las persecuciones contra el doctor Hamer.

Durante este tiempo, el autor de estos descubrimientos, sin autorización para


ejercer y con una discreción prudente, está obligado a defenderse contra las
tentativas de los tribunales de hacerle internar a la fuerza en un manicomio, lo
que le exige estar implicado en un procedimiento penal. Sin delito cometido que
justifique esta estratagema, se inventa sin empacho uno hecho a medida -el fin
justifica los medios-, y es así como se convoca al interesado a comparecer ante
la cámara correccional del tribunal de gran instancia de Coblenza, en el primer
piso del Palacio de Justicia, calle Karmelinstrasse 14, sala 105, el 21 de julio de
1988, a las 14 horas. Por lo que sé, ésa es la última citación. A pesar de que a
esta reunión fue invitado un cierto experto, el profesor Horn, director del
hospital psiquiátrico regional, 5470 Andernach, el ingreso a la fuerza en el
psiquiátrico fracasa. Pero la cacería a caballo prosigue.

Ante esta situación llevada al límite del absurdo (y que en nuestros días no es
la única), deberemos sin duda esperar largo tiempo antes de que nuestros
pacientes puedan tener acceso normal y regular a un tratamiento de este tipo.
¡Cuántos monumentos no se han erigido con considerable retraso!.

Conclusión.

En resumen, se puede decir que este sistema lógico y coherente permite, con
medios relativamente modestos, curar con eficacia a enfermos que hasta ahora
sucumbían a su mal, o debían seguir viviendo en condiciones deplorables y
presas del pánico. Considera al hombre en su totalidad y no ya -como dice el
doctor Hamer- bajo la forma de un conglomerado de células independientes,
llevando una vida propia y portándose bien casi que por casualidad en un caso
propicio, y singularizándose igualmente al azar cuando van mal. Se ha puesto
en evidencia la coherencia, la unidad de los planos psico-cerebral-orgánico, y
ello descompone y desquicia por completo al conjunto de la medicina científica
vigente hasta ahora. Más le valdrá que empiece cuanto antes a mostrarse
dispuesta a dejarse sacar de quicio...

En cualquier caso va a producirse con todo ello una desmitificación, una


revelación, en la que se verá si se apuesta por el bienestar de los pacientes, o
por el disfrute de las ventajas derivadas de una situación fantasmal, que
funciona únicamente porque la gente cree en ella. Donde el parasitismo de una
corporación debatida más que nunca ha hecho su agosto, podemos esperar
ver levantarse las mayores barricadas, y formarse las mayores resistencias a la
Nueva Medicina del doctor Hamer. Es además una situación clásica.
Simplemente, cada vez que en el transcurso de la Historia se ha producido una
situación parecida, la sorpresa de los contemporáneos y las controversias
suscitadas han sido análogas y se han producido efectos similares.

Los puntos de vista y las concepciones, enlazados en espiga y orquestados sin


la menor verificación, como las tesis a la moda que han invadido el escenario
del cáncer durante las últimas décadas, corresponden más a una infatuación
pasajera de la época que a una realidad insoslayable. El presente es tan solo
una hipótesis que no se ha superado (Robert Musil). Como consecuencia, el
doctor Ryke Geerd Hamer ha saltado muy por encima de la sombra de su
tiempo. Es un desafío a la esencia humana de los médicos actuales. El
obstáculo que les toca franquear exige por su parte un esfuerzo intelectual y
espiritual a la vez

RYKE GEERD HAMER

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de


una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato,
inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübingen, donde
conoce a una estudiante de medicina que acabará por convertirse en su
esposa, Sigrid Oldenburg. Con 20 años aprueba el examen preliminar de
medicina y un año después contrae matrimonio en Erlangen, donde aprueba su
licenciatura en teología.

En 1959, con 24 años Ryke Geerd Hamer aprueba el examen estatal de


medicina de Marbourg. Paralelamente a sus estudios de medicina estudió doce
semestres de la carrera de física, si bien no llegó a efectuar el examen, y es
licenciado en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y
Pediatría.

En 1961, obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando durante varios


años en clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg, donde ejerce
también la docencia. En 1972 el Dr. Hamer se especializa en medicina interna,
y ejerce también en compañía de su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, realizando
investigaciones sobre la «angiometría de los tumores cerebrales»
Ha obtenido el diploma de especialista en enfermedades internas del Hospital
Universitario Alemán, y también el diploma de radiólogo.
Tiene además, desde siempre, un hobby singular: patentar inventos. Por
ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer,
que permite operar de forma atraumática, cortando casi 20 veces más
finamente que un bisturí, y una sierra especial para las intervenciones ósea.
Tiene además patentados una couchette para masaje que se adapta
automáticamente al contorno del cuerpo y un aparato que permite el
diagnóstico serológico transcutáneo.
El Dr. Hamer recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus
colegas, y la estima de sus numerosos pacientes. Su carrera profesional e
investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de
reputado especialista.
A las 3 de la madrugada del 18 de agosto de 1978,
ante el pueblo de Cavallo (Córcega) y en el
transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un
aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya,
dispara, sin motivos ni causas aparentes, contra
una persona desconocida que dormía en la
cubierta de un barco cercano. Esa persona era Dirk
Hamer, de 19 años, uno de los hijos del Dr. Hamer.
Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a
Munich, falleciendo cuatro meses después, el 7 de
diciembre de 1978, en Heidelberg.
La trágica muerte de su hijo unida a las dificultades
de la investigación judicial que se llevó a cabo, y al
desarrollo de un complicado proceso posterior,
afectan profundamente a la familia Hamer. El Dr.
Hamer desarrolla al cabo de cuatro meses un
cáncer de testículos, en tanto que su esposa, la
Dra. Sigrid Hamer, recae consecutivamente en
varias enfermedades cancerosas hasta fallecer, el
12 de abril de 1985, a causa de un infarto agudo de
miocardio.
A partir de la muerte de su hijo y del desarrollo de los cánceres en él mismo y
en su esposa, el Dr. Hamer inicia su investigación y emite la hipótesis de que
tanto su cáncer como el de su mujer pueden estar relacionados con el brutal
conflicto que vivieron en el más completo aislamiento, y que él percibió como el
acontecimiento más grave que le había ocurrido. Sus estudios e
investigaciones le llevaron a formular lo que él ha denominado la Ley de Hierro
del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula toda la Nueva
Medicina.
En octubre de 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad
alemana de Tübingen, y el tribunal médico le coloca ante la alternativa de
abjurar de su tesis o abandonar inmediatamente su trabajo clínico en la
facultad.
En mayo de 1982 la Universidad de Tübingen le devuelve sus documentos de
trabajo sobre las correlaciones entre psiquismo y cáncer, sin haber efectuado
ninguna verificación.
En 1986 la dirección del distrito de Koblenza entabla un proceso para condenar
al Dr. Hamer y prohibirle el ejercicio de la medicina por, textualmente, «no
querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis
convencionales sobre el cáncer» Desde 1986 el Dr. Hamer no puede ejercer el
derecho de atender un enfermo. El veredicto queda confirmado en sesión única
en 1990. Se prohíbe cualquier proceso de revisión, y se declara al Dr. Hamer
como no poseedor de las facultades de control de sí mismo, declarándosele
incompetente para juzgar las necesidades de tratamientos contra el cáncer.
En 1986 un tribunal condena a la Universidad de Tübingen a reabrir el proceso
de inhabilitación. Silencio hasta 1994. El 3 de enero de 1994, se pronuncia la
ejecución del veredicto, ¡acontecimiento único en la historia de la universidad!.
Ni siquiera con un retraso de 13 años es posible que esta universidad verifique
la Nueva Medicina. El 22 de abril de 1994 declara que: «no está prevista la
verificación en el marco del proceso de habilitación»
El 21 de julio de 1988, el tribunal de primera instancia de Koblenza cita al Dr.
Hamer a comparecer ante la cámara correccional del tribunal, para someterle al
examen del profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional. El intento
de internarlo a la fuerza en una institución psiquiátrica fracasa.
· El 9 de diciembre de 1988, el profesor titular de la cátedra de cancerología de
la Universidad de Viena, Dr. Jórg Birkmayer, efectúa la verificación de su ley,
siguiéndole verificaciones posteriores realizadas por equipos médicos de
Munich, Chambéry, Austria...
· El 24 de junio de 1992 se realiza la verificación oficial por la Facultad de
Medicina de Dusseldorf, firmada por el profesor Dr. E. A. Stemmann.
Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus
descubrimientos, (expuestos como Nueva Medicina), han sido constantes
desde esa fecha. Sin embargo, el 21 de mayo de 1997 el Dr. Hamer fue
arrestado.
Tras pasar un día en el calabozo, la juez Nagel, en Colonia (Alemania) decidió
su encarcelación basándose en tres puntos:
1. haber infringido la ley de práctica médica.
2. no atenerse a razones (¿debe abjurar de sus convicciones para que le dejen
libre?).
3. que existía el temor fundado de que se «fugase» al Estado español.
Según resolución judicial, el Dr. Hamer «podía ser visitado en prisión media
hora dos veces al mes, previa solicitud, y a ser posible, en grupo» Medidas
inconcebibles ya que se le trata como a un peligroso criminal...
Los descubrimientos del Dr. Hamer están expuestos brevemente en algunos de
los artículos que siguen. La verificación -o refutación- de sus tesis y supuestos
queda en manos de los científicos y médicos competentes. A pesar de ello, la
prensa y medios de comunicación en general no han escatimado los epítetos
insultantes en relación con el Dr. Hamer, y el COMB (Colegio Oficial de
Médicos de Barcelona), que tiene abierto expediente a los «seguidores» del
«método» Hamer, porque «las teorías del doctor Hamer no han estado nunca
sometidas a los debates y a las pruebas a las que se someten las hipótesis, los
presuntos descubrimientos y las nuevas propuestas terapéuticas que realiza la
comunidad científica» (Diario Médico, 19 de septiembre de 1995), no ha hecho
mucho más que sumarse a las voces de descrédito, sin querer afrontar el reto
de «someter al debate» y a la verificación las tesis expuestas en la Nueva
Medicina por el Dr. Hamer.
Si ellos no lo hacen ¿quién se supone que debe hacerlo?.
O es que, tal como los cancerosos pintaron en 1956, en los muros del Hospital
de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos»
REFLEXIONES SOBRE LA NUEVA MEDICINA

Entrevista realizada al Dr.Ryke Geerd HAMER

Pregunta: Dr. Hamer, ¿cómo ha llegado a interesarse por el cáncer y cuáles


son las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades?

Respuesta: No me ocupé especialmente de ello hasta 1978. Era especialista


en medicina interna. Hasta entonces había trabajado durante quince años en
clínicas universitarias. Durante cinco años entrené a estudiantes, siendo un
internista normal con algunos años de práctica médica hasta ese momento.

Después ocurrió algo terrible. Un individuo enfurecido y fuera de sí disparó sin


la menor razón sobre mi hijo Dirk que dormía en la cubierta de un barco. Fue
un choque imprevisto que me cogió absolutamente desprevenido, que me hizo
sentirme impotente y que no pude asimilar.

En la vida cotidiana, los conflictos y problemas normales no provocan en


nosotros un choque tan brutal, puesto que tenemos siempre ocasión de
prepararnos para afrontarlos. Por el contrario, los conflictos para los que no
estamos preparados y que producen una perturbación psíquica violenta, un
schock, a éstos les llamamos conflictos biológicos.

Y fue así, como en 1978 caí enfermo por un conflicto biológico. Concretamente
por un conflicto de pérdida, desarrollando un cáncer testicular. Hasta entonces
nunca había estado seriamente enfermo, por lo que reflexioné y pensé que
este cáncer se debía sin ninguno género de dudas a la muerte de mi hijo.
Tres años más tarde, en una clínica de oncología ginecológica
de la universidad de Munich, donde era Jefe de Servicio de
Medicina Interna, tuve la ocasión de investigar en mis pacientes
de este Hospital Universitario el mecanismo de desarrollo del
cáncer tal y cual como lo sufrí. Descubrí que efectivamente, en
todos mis pacientes sin excepción, se había producido un shock
y que a partir de éste momento sus manos se volvieron frías
con perdida de peso e insomnio. De esta forma se podía seguir
el hilo hasta el choque inicial cuando el cáncer habría
aparecido.

En esta época esta opinión era totalmente contraria a las tesis


oficiales de la Medicina Académica y a partir del día en que la
expuse ante mis colegas, tuve que elegir entre abandonar de
hecho la clínica o abjurar de mis ideas.
Pregunta: ¡Cómo en la Edad Media! , Y ¿Cómo reaccionó Ud. ante esta
situación?

Respuesta: Naturalmente cuando se es teutón no se puede abjurar y más aún


en ausencia de argumentos capaces de rebatir mi convicción más intima, así
que me despedí. A partir de éste momento sufrí un conflicto biológico, es decir,
una desvalorización violenta y brutal. Esto me pareció muy fuerte, encontrando
monstruoso ser despedido de la clínica por la única razón de haber realizado
un descubrimiento científico nuevo, fundamentado e irrefutable. Jamás hubiera
imaginado que esto fuera posible, fue extremadamente dramático, pues
justamente hasta el último día llegué a examinar a 200 pacientes, así que la
Ley Férrea del Cáncer salió a la luz del día “in extremis”
Pregunta: ¿Podría explicarnos brevemente y en términos sencillos para todos
cuales son los criterios esenciales de la Ley Férrea del Cáncer?

Respuesta: Es una ley biológica. Comprende tres criterios

1.- “ Todo cáncer o enfermedad análoga al cáncer comienza por un DHS


(Síndrome de Dirk Hammer) consistente en un choque conflictual
extremadamente brutal, dramático y vivido en completo aislamiento,
produciéndose simultanea o casi simultáneamente a 3 niveles:
1. Psíquico
2. Cerebral
3. Orgánico.

Este DHS o Síndrome de Dirk Hammer, lo he llamado así porque fue el shock
producido por la muerte de mi hijo Dirk, el que dio origen a mi cáncer de
testículo. Este síndrome DHS es la base de toda la Nueva Medicina. Por tanto
en cada uno de los casos patológicos, es necesario reconstruir
escrupulosamente el DHS con todas sus causas y consecuencias.

Debemos tratar de situarnos en el momento específico del shock, ya que es a


partir de ahí cuando podemos comprender por qué el problema es un conflicto
biológico. Cual fue la razón de tal situación dramática. Porqué el interesado
estaba sólo en aquel momento, porqué nadie podía ayudarle y porqué razón
produjo un conflicto activo. Es decir, que la persona en cuestión no pudo elegir
entre las dos posibilidades que se le presentaban o bien, no podía reaccionar
ante el problema.

Un buen médico debe poder identificarse, tanto con un niño, con un embrión,
con un anciano, una chica o un animal, siendo capaz de trasladarse a la
situación de la época del DHS. Esto es para él el único medio de hacer una
diferenciación clara entre un problema de los que tenemos a cientos y un
conflicto biológico.
Pregunta: ¿Pero esta Ley del Cáncer tiene aún dos
criterios más, no es verdad?

Respuesta: Si, el segundo criterio se enuncia así:

2.- Desde el mismo momento en que se presenta el DHS,


el tipo de conflicto determina claramente la localización del
Foco de Hamer en el cerebro y la localización en el
órgano, ya sea de cáncer o de otra enfermedad análoga.
El contenido del conflicto, su esencia, es definido en el
instante en que ocurre el DHS y éste contenido se
engendra por vía asociativa, es decir, por medio de una
coordinación instintiva de ideas, que escapan
generalmente al filtro de nuestra razón.

Veamos ahora por ejemplo un conflicto típico de agua o


líquido Un camión cisterna pierde toda su carga en el
curso de un accidente de circulación o un camión de una
cooperativa lechera se vuelca y derrama toda la leche
sobre la calzada. Se produce en éste caso una asociación
con líquido y por tanto el conflicto biológico formulado
mentalmente sería de agua, barro, líquido,
correspondiéndose al nivel orgánico con un cáncer de
riñón.
Pregunta: Esto quiere decir que a cada contenido de cada
conflicto corresponde un cáncer específico y un foco
determinado a nivel cerebral?

Respuesta: Sí, un “relé” específico en el cerebro. En el caso


del cáncer de riñón, en el mismo instante del DHS, se produce
un cortocircuito en un lugar determinado del cerebro y
correspondiéndose, según el caso, en el riñón derecho o en el
izquierdo. Este cortocircuito puede ser fotografiado con la
ayuda de un scanner cerebral. El área afectada aparece en
forma de unos círculos concéntricos en forma de diana, como
el diseño que se forma en un estanque cuando se arroja una
piedra. Actualmente estas imágenes continúan siendo mal
interpretadas por los departamentos de radiografías y sus
responsables que las consideran como“artificios” producidos
por el aparato.

Un “relé” con esta imagen, se le denomina Foco de Hamer. No


he sido yo quien lo ha bautizado así, sino mis detractores que
se burlaban de estos divertidos focos. ( En alemán la palabra
foco significa también hogar y fogón)
Pregunta: Y cómo se enuncia el tercer criterio de la Ley Férrea del Cáncer?

Respuesta: En el desarrollo del conflicto corresponde una transformación


claramente determinada en el foco de Hamer en el cerebro, así como una
específica evolución de un cáncer o de otra enfermedad análoga en el órgano.
Esto significa que el conflicto biológico tiene un triple impacto casi simultaneo:
Psíquico, cerebral y orgánico. En un sentido estrictamente científico, se puede
hablar de la existencia de un sistema superdeterminado, ya que si se conoce
uno de los niveles podemos deducir fácilmente los otros dos. Es decir, en el
fondo tenemos un solo organismo que aunque podamos concebirlo a tres
niveles, se trata en realidad de una unidad.

Para comprender esto mejor pongamos un ejemplo. Tras una conferencia


cerca de Viena en mayo de 1991 un médico me presentó el scanner de uno de
sus pacientes, rogándome que explicara a sus 20 colegas presentes la mayoría
de los cuales eran radiólogos y expertos en interpretación de scanners
cerebrales, lo que yo deducía en el plano orgánico y correlativamente en el
psíquico. Disponía de un solo plano, el cerebral. Basándome en el scanner
diagnostiqué un carcinoma de vesícula biliar con principio de hemorragia y en
fase de curación. Un antiguo carcinoma de próstata, una diabetes, un antiguo
carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de un área determinada del
cuerpo, con sus conflictos correspondientes. Entonces el médico se levantó y
dijo entre todos sus colegas: “ Le felicito sinceramente doctor Hamer, cinco
diagnósticos, cinco aciertos. Es exactamente que tiene el paciente y Ud. ha
sido capaz incluso de poder especificar lo que tiene ahora y lo que había
tenido. Es sencillamente fantástico”. Uno de los radiólogos presentes, dijo
entonces, “ a partir de hoy estoy convencido de que su método tiene una buena
fundamentación, ¿como si no pudiese Ud. adivinar un carcinoma de vesícula
con principio de hemorragia?. Yo no tendría nada que señalar en este scanner
cerebral, pero a partir de ahora que nos ha enseñado estos “relés”, entiendo
perfectamente sus diagnósticos”.
Pregunta: Podríamos abordar ahora el aspecto psíquico.
¿Cómo apreciar si efectivamente se ha sufrido un shock que
a su vez ocasione una enfermedad cancerosa?.

Respuesta: Bien, existen criterios muy precisos que


distinguen netamente los conflictos biológicos de los
problemas normales que vivimos cada día.

Mas exactamente, a partir del DHS el paciente se encuentra


inmerso en un estado de simpaticotonía permanente, de
stress continuo, manos y pies fríos, perdida del apetito y de
peso, insomnio, no hace otra cosa mas que pensar día y
noche en su conflicto, y este estado no se altera, no cambia
hasta que se resuelve el conflicto. Así pues, a diferencia de
los conflictos normales, está inmerso en un stress
permanente que presenta unos síntomas bien determinados.
De esta forma, además del crecimiento del cáncer y de la
localización en el cerebro, también podemos observar que el
paciente manifiesta síntomas psíquicos bien conocidos y
definidos los cuales no pueden pasar desapercibidos.
Pregunta: ¿Qué ocurre entonces cuando el conflicto se resuelve?

Respuesta: En este caso también observamos de nuevo la aparición de


síntomas manifiestos en los niveles psíquicos, cerebral y orgánico.

A nivel psíquico y a nivel vegetativo, observamos que el paciente deja de dar


vueltas a su conflicto día y noche, comienza a dormir y recupera los kilos que
había perdido durante la fase de simpaticotonía del conflicto activo. Sin
embargo, se siente molido, muy fatigado, debe permanecer acostado. Lejos de
ser el comienzo del fin, esto es un signo muy positivo. La duración de la fase de
curación es variable, está en función del conflicto pasado, el paciente tarda
mas o menos tanto en curarse como el tiempo que ha tardado el conflicto en
resolverse.

En el punto culminante de la fase de curación, en la cual el cuerpo a


almacenado una gran cantidad de agua, podemos asistir a una crisis epiléptica
o epileptoide que se manifiesta en cada enfermedad con diversos síntomas. A
partir de esta crisis, el cuerpo elimina de nuevo el agua de los edemas y vuelve
lentamente a la normalidad. El paciente se da cuenta como poco a poco va
recuperando sus fuerzas y paralelamente a nivel cerebral como la localización
del Foco de Hamer – que durante la fase activa del conflicto presentaba la
configuración de una diana – se edematiza, impregnándose de una sustancia
coloreada, los anillos concéntricos que se observaban en el scanner, se
difuminan oscureciéndose y el foco (relé) cerebral, todo él se entumece.

La crisis epiléptica o epileptoide mencionada anteriormente es desencadenada


por el cerebro, marcando así el punto culminante del edema es decir el punto
de vuelta y retorno a la normalidad. Durante la segunda parte de la fase de
curación, el tejido conjuntivo cerebral o neuroglia, se almacena en el cerebro
con el fin de reparar el foco de Hamer. Este tejido cerebral, absolutamente
inofensivo que en el scanner podemos colorear en blanco con un medio de
contraste yodado, ha sido en muchas ocasiones erróneamente tomado por un
tumor cerebral y extirpado inútilmente. En efecto, dado que las neuronas no
pueden multiplicarse después del nacimiento, no pueden nunca desarrollar
auténticos tumores cerebrales.

A nivel orgánico, considerado hasta ahora lo más importante, el cáncer no


progresa. O sea, a partir de la resolución del conflicto, que nosotros
denominamos conflictolisis, el cáncer se detiene, deja de progresar.
Este es un descubrimiento sumamente importante, protocolo de antemano a la
terapéutica del cáncer. En el nivel orgánico se dan procesos de reparación muy
claros. La crisis epiléptica se manifiesta a nivel orgánico al mismo tiempo que
los fenómenos correspondientes en los otros dos niveles.

Pregunta: ¿Podría describirnos una crisis


epiléptica?.

Respuesta: La crisis epiléptica es un proceso que


la naturaleza ha utilizado hace millones de años.
Se desarrolla simultáneamente a tres niveles. El
sentido y el por qué de esta crisis que sobreviene
en el punto culminante de la fase de curación, es
el de volver a la normalidad. Lo que normalmente
llamamos calambres musculares, no es mas que
una forma especial de crisis epiléptica, que se
desencadena después de la solución de un
conflicto de motricidad.

Pero las crisis epileptoides, parecidas a las


epilépticas, sobrevienen en principio en todas las
enfermedades, con pequeñas diferencias según el
tipo de enfermedad. La naturaleza tiene por así
decirlo, un truco para este importante fenómeno.
En medio de la fase de curación, el paciente hace
recidivas psicológicas de su conflicto, lo que le
introduce por un instante en fase de stress, tiene
las manos frías con sudores fríos, y revive
brevemente todos los síntomas de la actividad
conflictual. El objetivo perseguido es el de exprimir
y expulsar el edema cerebral para que el paciente
sane. Una vez transcurrida la crisis, el paciente se
calienta, se aviva de nuevo y empieza a eliminar
orina. A partir de aquí el proceso se disipa hacia la
total normalización, lo que significa que una vez
remontada la crisis no se producirá nada grave. La
segunda fase de la curación es la fase de flujo
urinario, eliminándose lo que queda de los
edemas. El punto peligroso se sitúa
inmediatamente al final de la crisis epiléptica o
epileptoide, según si ha sido o no suficiente para
eliminar los edemas.

La crisis epiléptica más conocida es el infarto de


miocardio, también son muy numerosas la
embolia pulmonar, la crisis hepática y la
pneumónica .

En los casos graves, cuando el conflicto ha


durado mucho tiempo nosotros lo tratamos con
una fuerte inyección de cortisona. En los casos
muy graves, se puede administrar con anterioridad
la cortisona.
Pregunta: ¿Podría referir algunos ejemplos de conflictos típicos?, ¿Por qué los
llama Ud. conflictos biológicos?.

Respuesta: Los denominamos conflictos biológicos porque se explican desde


un punto de vista ontogénico, presentándose indistintamente en los humanos y
en el resto de los animales, evolucionando igualmente de forma análoga. No
tienen nada que ver con los conflictos o problemas habituales, con los
conflictos físicos-intelectuales. Son de una cualidad fundamentalmente
diferente, casos de perturbaciones previstas por la naturaleza en el programa
arcaico de comportamiento localizado en el cerebro.

Nos imaginamos saber lo que pensamos, pero en realidad el conflicto ha


estallado en el espacio de un segundo por vía asociativa, antes de que
nosotros hayamos empezado a pensar. Ejemplo: cuando un lobo arrebata su
cría a la oveja, ésta hace un conflicto madre-hijo de igual forma que lo hace la
madre humana. La madre oveja va a hacer un cáncer en la mama en el mismo
lado que la madre humana, según sea diestra o zurda. El “relé” en el cerebro
de la oveja está en el mismo sitio que en el de la madre humana y
correspondería a una perturbación de la relación madre hijo o a un conflicto de
nido. También los encontramos en los lactantes en el caso de perturbaciones
en la relación hijo-madre.

Todos nuestros conflictos biológicos pueden clasificarse ontogénicamente.


Hablar de ontogénesis significa que según las etapas en que se encuentre la
evolución de las especies, se desarrollan comportamientos de forma que no
solo hay correlación ontogénica entre órganos y áreas cerebrales sino también
entre órganos, áreas cerebrales y conflictos.

Todas las perturbaciones psíquicas tienen sus relés en el cerebro que


ontogénicamente hablando tienen su correspondencia en el plano orgánico
teniendo la misma formación celular histológica. Aprendiendo a considerar
nuestro organismo bajo un punto de vista ontogénico, es como descubrimos la
prodigiosa organización de la naturaleza.
Pregunta: ¿Podría citarnos algunos ejemplos en nuestra vida cotidiana?

Respuesta: Si, tomemos el caso de una madre que lleva a su hijo de la mano
mientras va conversando con una vecina por la calle. De pronto, el niño se
suelta de su mano y se lanza a la calzada... se oye el chirriar de los frenos de
un coche y el niño es atropellado. La madre no esperaba nada de esto y se
queda helada de miedo. El niño permanece en el hospital días enteros entre la
vida y la muerte. Su madre, con las manos heladas, no puede dormir ni comer,
está en un stress permanente y desde el mismo instante del accidente un
nódulo se desarrolla en su mano izquierda, ya que es diestra. Ha hecho un
típico conflicto madre-hijo con configuración en forma de diana en el hemisferio
derecho.

Cuando la madre es autorizada a llevar a su hijo a casa y los médicos le dicen:


“Ha tenido mucha suerte, se ha librado de una buena, no tendrá secuelas”,
desde este mismo instante su conflicto entra en fase de curación, su conflicto
se ha resuelto y, a partir de este momento, la madre tiene las manos calientes,
duerme, recupera peso. He aquí una evolución típica de conflicto biológico, casi
la misma en la especie humana y en el resto de los animales.

He aquí otro ejemplo: una mujer sorprende a su marido en la cama con su


mejor amiga. Hace un conflicto de frustración sexual. En el lenguaje biológico
es un conflicto de ser privado de la unión carnal, con un carcinoma de cuello de
útero a nivel orgánico si la mujer es diestra. Sin embargo, en la misma situación
no todo el mundo reacciona de la misma manera. La mujer, por ejemplo, que
no quiere a su marido y lleva tiempo pensando en el divorcio, ante esta
sorpresa de “flagrante delito” no vive un conflicto sexual, a lo sumo un
problema humano de falta de solidaridad con la familia. Este caso sería un
conflicto de pareja y causaría un cáncer de mama del lado derecho si la mujer
es diestra.

Desde el punto de vista psíquico, el mismo suceso, si sobreviene en un estado


mental diferente, en apariencia es el mismo aunque en realidad totalmente
diferente. Lo determinante no es lo que pase, sino cómo el paciente lo recibe
psíquicamente en el instante del DHS. El mismo suceso podría, de igual
manera, producir un conflicto de “miedo-asco” con hipoglucemia (tasa baja de
azúcar en sangre) si la mujer hubiera sorprendido a su marido en una situación
obscena, como con una prostituta. Podría haber provocado una desvalorización
de sí misma, con o sin conflicto sexual, si la mujer hubiera sorprendido a su
marido con una muchacha 20 años más joven que ella, en cuyo caso se
hubiera dicho: “claro, no puedo ofrecerle lo mismo”. En esta situación el área
del cuerpo afectada sería el sistema esquelético, la zona de la pelvis, que
sufriría osteolisis, es decir, descalcificaciones como signo de desvalorización
sexual.

Es preciso conocer todos estos detalles para descubrir qué es lo que el


paciente ha tenido en la mente en el momento del DHS. Es justo en este
preciso instante en el que se instala el rail sobre el que va a discurrir la
enfermedad. Es una imagen extremadamente importante porque todas las
recaídas y recidivas que luego se pueden reproducir eventualmente, después
van a seguir este trazado inicial. Podríamos hablar de una verdadera alergia al
conflicto.

Pregunta: Doctor Hamer ¿Puede ya tratar a un paciente a partir de la Ley


Férrea del Cáncer?.

Respuesta: En principio sí, pero esta ley del cáncer no es la primera ley
biológica de la Nueva Medicina. Hay un total de cuatro leyes biológicas que he
encontrado empíricamente, basadas en la observación de 15.000 casos
estudiados y documentados. Se debe verificar cada caso en función de estas
cuatro leyes biológicas.
Pregunta: ¿Cómo se enuncia la segunda ley biológica?.

Respuesta: La segunda ley, en la Nueva Medicina es la de la naturaleza


bifásica de las enfermedades.

Pregunta: ¿De todas las enfermedades? ¿No solamente del cáncer?

Respuesta: Si, todas las enfermedades conocidas en la medicina son


bifásicas. Ignorando esto, contabilizábamos aproximadamente un millar de
enfermedades. Quinientas de ellas eran enfermedades frías en las que el
paciente mantenía los capilares de la piel contraídos, estaba pálido y había
perdido peso, las otras quinientas eran calientes, cursaban con fiebre, capilares
dilatados, buen apetito pero una gran fatiga.

Todas estas enfermedades eran consideradas autónomas. Actualmente


sabemos que todo esto no era correcto. Lo que en realidad ocurre es que cada
caso es una de las dos partes de la misma enfermedad, de manera que
conocemos ahora quinientas enfermedades bifásicas.

La primera fase se corresponde con la parte fría del conflicto activo: la fase de
estrés simpaticotónico y la segunda fase es la que implica la solución del
conflicto. Siempre es una fase cálida, de conflicto resuelto, una fase vagotónica
de curación. En el cerebro, la localización del foco de Hamer es obviamente el
mismo. Durante la fase activa del conflicto, los anillos concéntricos en forma de
diana son perfectamente nítidos, y en la fase de curación los anillos se
edematizan, perdiendo la configuración anterior. Vemos con estos ejemplos
que estas leyes biológicas son validas para todo el conjunto de la medicina y
no sólo para el cáncer.

El viejo ciervo expulsado de su territorio por otro joven, permanece en un


estado de stress continuo haciendo un conflicto biológico a saber uno de
territorio, con un foco de Hamer en el hemisferio derecho por debajo de la oreja
derecha. El ciervo trata por todos los medios de recuperar su territorio.

Ya no duerme, no come, pierde peso y se encuentra en un estado de stress


permanente. Dolores en el corazón-angina de pecho- lo que a nivel orgánico
significa la existencia de pequeñas ulceras en las arterias coronarias. Está
acelerado, en cuanto logra expulsar al intruso de su territorio y recuperarlo,
entra en una fase de vagotonía permanente, recuperando el apetito con una
sensación de enorme laxitud, recupera peso y sus extremidades están
calientes. En el apogeo de la fase curación hace un infarto de miocardio, como
crisis epileptoide. Si se sobrepone, podrá recuperar finalmente el dominio de su
territorio.

En el mundo animal los eventos ocurren obviamente como en la especie


humana. En nuestro caso el territorio podría haber sido la casa, la familia o el
empleo. Los territorios son múltiples, el mismo coche podría serlo.

En el hombre no aparece el infarto si el conflicto ha durado de 3 a 4 meses y


normalmente es mortal si el conflicto ha durado mas de un año y si no se ha
percibido la entrada en la fase de curación vagotónica un scanner cerebral
permite realizar con rapidez el diagnostico.

Nos podríamos preguntar porque los médicos no han descubierto después de


tanto tiempo el carácter bifásico de todas las enfermedades. Ahora tenemos la
respuesta, ya que no todos los conflictos encuentran solución. Si el conflicto no
se puede resolver, la enfermedad es monofásica es decir el individuo continúa
en actividad conflictual hasta morir de extenuación o caquexia. La ley del
carácter bifásico de las enfermedades no se cumple rigurosamente hablando
sólo en los casos en que se puede llegar a la solución del conflicto. Sin
embargo ésta ley es facultativa para todas las enfermedades y para todos los
conflictos lo cual implica que en principio, todo conflicto puede resolverse de
alguna manera o de otra.

Pregunta: ¿Cuál es la tercera ley de la Nueva Medicina?

Respuesta: Es el sistema ontogénico de los tumores ( y enfermedades


equivalentes al cáncer) El termino ontogénico significa en este contexto que en
medicina se pueden explicar todas las enfermedades a través de la evolución
de las especies

Pregunta: ¿Qué es lo que le ha llevado a este descubrimiento?

Respuesta: He descubierto el sistema ontogénico de tumores equivalentes al


cáncer en unos 10.000 casos y he trabajado como cualquier científico
consciente, es decir, de forma puramente empírica. He documentado
sistemáticamente todos los casos, coleccionados todos los scanner cerebrales
y los resultados histológicos. Después de reagrupados y comparados se
deduce un resultado que parecía imposible. ¡Existe un maravilloso sistema que
lo explica todo! . Había cantidad de pacientes en los que se desarrollaba, en la
fase activa un tumor compacto, es decir, una proliferación celular y había otros
en los que se desarrollaba algo durante la fase vagotónica, después de la
conflictolisis. Esto difícilmente podría ser lo mismo.
Había pues dos formas de proliferación celular: una en la fase simpaticotónica
de actividad conflictual y otra en la fase de curación. Es decir, en el curso de
las enfermedades en las que durante la fase de conflicto activo se produce una
reducción celular, necrosis, ulceras, abscesos, en la fase de curación se
produce proliferación celular.

He reflexionado incansablemente en estos fenómenos y a fuerza de comparar


he terminado por descubrir el sistema: he constatado que los tumores formados
en la fase de activación conflictual tienen siempre sus relés en el tronco
cerebral y en el cerebelo, es decir están regidos por el cerebro antiguo,
mientras que en los casos de tumores en la fase de curación los relés se
encuentran en el cerebro propiamente dicho.

En éste contexto el término ontogénico significa que ni la localización del foco


de Hamer en el cerebro, ni el tipo de tumores o necrosis, es decir su formación
histológica es fortuita, sino que todo está programado lógica e inteligentemente
por las transformaciones sufridas en el individuo desde la fecundación hasta el
ser adulto. Esto es ontogénesis.
Se dice que la ontogénesis está comprendida en la filogénesis es decir que la
evolución de las diferentes especies hasta el hombre es recogida en la fase
embrionaria e infantil. Sabemos que en el desarrollo embrionario se forman tres
hojas embrionarias diferentes, de las que derivan todos los órganos. La interna
o endodermo, la media o mesodermo y la externa o ectodermo. Cada célula,
cada órgano del cuerpo está relacionado con estas hojas. Las que derivan del
endodermo tienen su origen en el tronco cerebral, la parte más antigua del
cerebro. En el caso de cáncer se producen tumores compactos de tipo
adenocítico. En los órganos, células desarrolladas a partir del ectodermo, las
conexiones cerebrales pertenecen a la corteza cerebral del telencéfalo, la parte
más moderna del cerebro, corteza cerebral. En caso de cáncer hacen
reducción celular en forma de úlceras o perdidas funcionales a nivel orgánico:
diabetes o parálisis.

En la hoja embrionaria media -mesodermo- distinguimos un grupo más antiguo


y un grupo más joven. Las células u órganos que pertenecen al grupo más
antiguo del mesodermo, tienen relación con el cerebelo, una parte del cerebro
antiguo y que por consiguiente en el caso del cáncer producen tumores
compactos de tipo adenocítico en la fase de actividad conflictual. Las células y
órganos derivados de la parte mas joven del mesodermo están comandados
por la médula del cerebro y en el caso del cáncer producen en la fase activa del
conflicto reducción celular, necrosis, caries dentales, descalcificaciones óseas,
necrosis en el bazo, riñones y ovarios.

De esto se deduce que el cáncer no es el resultado absurdo de células que


proliferan al azar sino de un fenómeno comprensible y previsible que se
comporta de manera precisa y sigue códigos ontogénicos.
Pregunta: Si he entendido bien, todos los crecimientos no son idénticos podría,
quizás para tener una visión global más clara, darnos un ejemplo de este
crecimiento?.

Respuesta: Si. Hasta ahora no se ha podido encontrar una explicación


sistemática de la génesis del cáncer, simplemente porque no existía un sistema
de acuerdo a las concepciones de la medicina académica a la que he
rebautizado como “ Medicina de escolares”, había clasificaciones que en
realidad no tenían nada de sistemáticas. Se decía que había cáncer cuando las
células manifestaban un crecimiento anárquico, pero según vemos ahora las
células pueden sufrir un crecimiento exagerado en el curso de fases totalmente
diferentes, de forma que unas células pueden proliferar en la fase de actividad
conflictual y otras en la fase de curación de conflicto.

Tomemos el caso de un paciente que tiene un conflicto de indigestión es decir


algo que ha tomado, tragado pero que no puede digerir por ejemplo ha
comprado una casa y se da cuenta que el contrato es un engaño y pierde la
propiedad. Entonces puede desarrollar un carcinoma gástrico, es decir una
enorme proliferación de células en el estomago que denominamos
adenocarcinóma y se desarrolla como una coliflor. Hace pues un carcinoma a
lo largo de la fase activa del conflicto y la localización correspondiente está
situada en el cerebro antiguo, sobre el lado derecho del tronco cerebral,
denominado el puente.

Otro ejemplo, un paciente hace un conflicto de agua, es decir un conflicto


relacionado con un líquido o algo similar. Como el caso de un muchacho
nadando en el Mediterráneo que queda exhausto, siente que se va a ahogar y
en ese momento decide no meterse mas en el agua, durante este tiempo ha
desarrollado un cáncer necrótico de parénquima renal (tejido esponjoso del
riñón) produciéndose una perdida celular, una necrosis hasta desaparecer el
tejido renal dejando de funcionar el riñón. Años mas tarde el conflicto se
resuelve tras pasar unas vacaciones junto al mar atendiendo al deseo de su
hija de nadar en la playa. Se forma entonces, en esta fase de curación, un gran
quiste renal, es decir, una proliferación celular. La finalidad de este quiste es la
de endurecer el tejido conjuntivo para recuperar la función renal y eliminar
orina.

Preguntándonos cuál sería la finalidad de los tumores descubrimos que tienen


su razón de ser, y son totalmente coherentes. Tomemos como ejemplo un trozo
que ya está en el estómago no se puede digerir por ser demasiado grande.
Para remediar esta situación el organismo produce un enorme tumor. Éste
tumor no es algo absurdo, se trata de células digestivas, células intestinales
que producen enormes cantidades de jugo digestivo disminuyendo el tamaño
del trozo con la consiguiente digestión. De la misma forma hay quistes de riñón
que se originan con la finalidad de reconstruir una nueva porción del mismo y
pueda ser capaz de eliminar orina.

Ahora podemos distinguir los diferentes tumores gracias a la triple lectura


cerebral, histológica y conflictual. Estas correlaciones están contenidas en éste
sistema ontogénico de los tumores equivalentes al cáncer. Todas las
enfermedades que conocemos en medicina se desarrollan conforme a estas
cuatro leyes biológicas y responden punto por punto a éste sistema.
En el nivel psíquico y cerebral los síntomas de una misma fase siempre son los
mismos y sólo se diferencian en el nivel orgánico. Así los órganos que tienen
sus “relés” en el cerebro antiguo hacen proliferación celular en la fase de
actividad conflictual y los órganos regidos por el telencéfalo hacen necrosis o
úlceras es decir, reducción celular en la fase activa del conflicto. En la fase de
curación ocurre exactamente lo contrario. Los órganos regidos por el cerebro
antiguo reducen sus tumores con la colaboración de microbios especializados,
mientras que las reducciones celulares de los órganos regidos por el
telencéfalo son reparadas con la colaboración de virus y bacterias.

Pregunta: ¿Entonces estamos muy cerca de la cuarta ley?

Respuesta: Si, es el sistema ontogénico de los microbios.

Pregunta: Dr. Hamer, ¿Cuál es pues, el papel desempeñado por los microbios
en su sistema?. En este contexto, ¿se puede hablar también del sistema
inmunitario?.

Respuesta: Hasta ahora, nuestra concepción de los microbios era su relación


con las enfermedades infecciosas, ya que siempre estaban presentes en
dichas enfermedades. Pero esto no era verdad. Además el sistema inmunitario
no era mas que un gran espejismo edificado sobre una hipótesis falsa. En
efecto en estas enfermedades presuntamente infecciosas habíamos olvidado
esta primera fase.

Las enfermedades infecciosas están siempre precedidas de una fase de


actividad conflictual y solamente una vez que el conflicto está resuelto estos
microbios pueden entrar en acción. Evidentemente son dirigidos por nuestro
cerebro y activados por él. Los microbios lejos de ser nuestros enemigos son
nuestros auxiliares en el sentido de que ellos limpian las secuelas del cáncer,
es decir el tumor que se ha vuelto inútil después de acabar su misión. Las
bacterias y los virus ayudan a rellenar agujeros a reparar los desgastes
producidos por la necrosis y las destrucciones de los tejidos del grupo regido
por el telencéfalo. Son desde luego nuestros más fieles aliados, nuestros
“obreros inmigrados”. La idea que teníamos sobre el sistema inmunitario -un
ejercito luchando contra la invasión de microorganismos malignos- es
definitivamente falsa.

Pregunta: En este contexto se piensa naturalmente en la tuberculosis en


especial en la pulmonar. ¿Qué hacían entonces las personas que hace medio
siglo acudían a sanatorios al aire libre para sanar de sus tuberculosis
pulmonares?

Respuesta: Si hacemos abstracción de la tuberculosis pleural y nos limitamos


a la pulmonar propiamente dicha, podemos decir entonces que ésta siempre se
hacía presente en la fase de curación, después de un cáncer con manchas
redondas en el pulmón cuyo conflicto es siempre el miedo a morir y siempre
regido por el tronco cerebral.
Consecuentemente, el cáncer aumenta durante la fase activa del conflicto en
tanto que en fase de curación estos cánceres son reducidos por mico bacterias
(bacterias de la tuberculosis) y en la medida en que están presentes pueden
ser expectoradas normalmente en forma de esputos sangrientos dejando tras
de sí cavernas con una función respiratoria sensiblemente superior a la que
tenía el pulmón habitado por los cánceres compactos que aparecían como
manchas redondas.

Sin embargo, si las mico bacterias de la tuberculosis faltan a lo largo de la fase


de curación, las manchas redondas perduran y en el lugar donde vemos
muchas cavernas, manchas redondas vacías, siempre las mico bacterias de la
tuberculosis había estado omnipresentes
Pregunta: Dr. Hamer, podríamos hablar ahora de
la terapia práctica de los conflictos. ¿Cree Ud. que
la terapia debe comenzar por el diálogo?

Respuesta: No. En realidad no es exactamente


eso. No necesitamos una terapia de diálogo como
en la psicoterapia. También hay que dialogar,
claro, pero lo mejor será evocar el reino animal.
De hecho el animal no puede sobrevivir al
conflicto nada más que con una solución real del
problema. Por ejemplo el ciervo no puede
sobrevivir mas que reconquistando su territorio. La
madre a quien el depredador arrebata a su
pequeño no sobrevive si no lo puede recuperar o
bien –y aquí es donde la naturaleza ha previsto
una solución- si la madre lo antes posible tiene
otra nueva cría, sólo entonces se resuelve el
conflicto.

En realidad, es así como nosotros deberíamos


proceder en nuestras relaciones humanas, es
decir encontrando una solución real al conflicto. El
ciervo recupera su territorio o bien conquista otro.
La solución práctica es la mejor solución. La
verdadera es una solución definitiva.

Sólo cuando ésta solución es imposible es cuando


debemos intentar una terapia con el diálogo, una
solución de intercambio como puente de salida.
También es conveniente hacer hincapié en que la
terapia aplicada hasta ahora se basa en calmar,
desconectar, tomar tranquilizantes y ansiolíticos.

En realidad la naturaleza no programa el stress


sin sentido pues con él resuelve el individuo su
conflicto. Y para encontrar una solución real, lejos
de suprimir el stress, es necesario acentuarlo para
que el individuo sea capaz de resolverlo. Si se le
administraran tranquilizantes al ciervo jamás
podría recuperar su territorio y quedaría
paralizado en su actividad.

Se ve claramente que administrando


tranquilizantes ( productos químicos) en
psiquiatría lo único que se consigue es cultivar y
sostener enfermedades crónicas ya que privados
de medios naturales de resolución de sus
conflictos estas pobres personas ya no podrán
nunca resolverlos y estarán condenados de por
vida a permanecer tras los barrotes de la
psiquiatría.
Pregunta: ¿Cómo concebir una terapéutica basada en las cuatro leyes
biológicas descubiertas por Ud.?.

Respuesta: Es preciso meternos en la cabeza que el paciente tiene tres


niveles imaginarios: el psíquico, el cerebral y el orgánico y que los tres en
conjunto constituyen un solo organismo. Por lo tanto es necesario que la
terapia se desarrolle en estos tres niveles en primer lugar hay que encontrar el
DHS, es decir, el choque conflictual y comprender la base o esencia del
conflicto y en la medida de lo posible definirlo concretamente y en detalle. Es
necesario verificar si el paciente es diestro o zurdo a fin de saber cual es el
hemisferio cerebral dominante del que se sirve fundamentalmente. También
hay que constatar la situación hormonal actual, precisando por ejemplo si una
paciente está en fase de madurez sexual, embarazada o si toma la píldora que
bloquea su producción hormonal. De igual forma en el hombre. Por
modificaciones hormonales se puede cambiar el predominio hemisférico de un
lado a otro por ejemplo una mujer que toma la píldora reacciona normalmente
por un conflicto de territorio masculino si su pareja la abandona.

No es suficiente con encontrar el conflicto a nivel psíquico, es preciso


localizarlo exactamente en el cerebro, en función de la fase conflictual en la
que encontramos al paciente en el momento de realizar la historia clínica.
Naturalmente se requiere que éste conflicto o enfermedad cancerosa en el
órgano corresponda siempre y sin ambigüedades al foco de Hamer en el
cerebro. Ya hemos dicho que el conflicto debe ser resuelto desde el psiquismo.
Lo mejor es encontrar una solución real. Es un problema real el que está en la
base del conflicto. Un hombre que ha perdido su empleo y que en
consecuencia ha tenido un conflicto de territorio debe poder encontrar otro
empleo o crearse otro territorio que lo reemplace, por ejemplo, hacerse
miembro de un club, una asociación o jubilarse y dedicarse a un hobby.

Así pues existen generalmente una serie de soluciones posibles para cada
conflicto. Muchas de estas soluciones están ya programadas por la naturaleza.
Antaño, los animales de presa devoraban muchas ovejas. Este conflicto lo
solucionaban las hembras quedándose preñadas lo mas pronto posible
regulando así las poblaciones de ovejas. En general, en los humanos, todo
conflicto se detiene a partir del tercer mes de embarazo y ningún cáncer puede
desarrollarse, pues la naturaleza le da al embarazo prioridad absoluta.

A nivel cerebral, la mayor parte de las complicaciones se producen en la fase


de curación, cuando el edema cerebral local aparece como síntoma de
curación. Es entonces cuando debemos vigilar la aparición de hipertensión
intracraneal y que el paciente no entre en coma a lo largo de ésta fase en los
casos más leves el café, el té, la glucosa, la vitamina C, la Coca Cola o una
bolsa de hielo sobre la cabeza son suficientes. En los casos graves, la solución
es la cortisona.

La cortisona no es en sí un remedio contra el cáncer propiamente dicho, sino


un medicamento puramente sintomático contra el edema cerebral y contra
todos los edemas orgánicos que se produzcan en la fase de curación como el
caso de los edemas óseos que se producen por la inflamación del periostio.

Conviene recordar como principio general en los casos graves tomar poco
líquido, mantener la cabeza elevada evitar la exposición directa al sol. En el
caso de edema cerebral lateral, evitar en lo posible recostar la cabeza sobre el
lado donde está el edema.

A nivel orgánico, la única terapia utilizada hasta ahora, era la de suprimir el


tumor, o lo que se consideraba como tumor, sin investigar si se hubiera
desarrollado durante la fase activa del conflicto o si se trataba de una
proliferación en el transcurso de una curación. Se extirpaba todo
indistintamente. Este nivel orgánico se nos presenta ahora de una forma
totalmente distinta. Cuando el conflicto se ha resuelto el tumor no debe ser
jamás extirpado o eliminado, salvo en rarísimos casos.
“Los tumores de proliferación en fase de curación”, que es la forma correcta de
definirlos, raramente necesitan ser operados como en los casos en que
produzcan una seria dificultad mecánica o que entorpezca al paciente en sus
movimientos como puede ser el caso de un gran quiste renal de un enorme
bazo que se han formado en la fase de curación consecutiva a una necrosis
extensa del bazo. Este era el sustrato orgánico de un conflicto de hemorragia y
de lesión con disminución de trombocitos en la fase de actividad conflictual con
la consiguiente esplenomegalia (aumento del volumen del bazo) en la fase de
curación.

Desde el punto de vista de la nueva medicina hay que reconsiderar todo de


nuevo, preguntarse por lo que se debe seguir haciendo y por lo que ya no es
necesario. Si dejamos elegir a un paciente entre operarse de un pequeño tumor
en el intestino, sabiendo que el conflicto está definitivamente resuelto y por lo
tanto este tumor seguramente no va a producir molestias entonces el paciente
responderá en un 99% de los casos: Doctor, dejemos el tumor donde está ya
que no me va a molestar en los 30 o 40 años que me queden de vida.
Pregunta: Dr. Hamer ¿Podría explicarnos porqué habla de una Ley Férrea del
Cáncer?.
Respuesta: porque es inalterable, es una ley biológica tal como es la ley
biológica que un niño tenga siempre un padre y una madre para poder venir al
mundo. En la nueva medicina tenemos cuatro leyes biológicas que son
inalterables. La segunda ley es la de las dos fases de toda enfermedad. La
tercera ley es la de la existencia de un sistema ontogénico de tumores y
equivalentes al cáncer y la cuarta ley es la del sistema ontogénicamente
condicionado de los microbios.

Todas estas leyes son inalterables, como la ley del cáncer y todas son en el
sentido estrictamente científico del término, reproducibles, es decir, que son
controlables y verificables.

Una ley biológica quiere decir simplemente que tenemos una norma o regla
que nos indica como se va a desarrollar el proceso. Y si igual a como sucede
con las reglas matemáticas en la contabilidad, lo que determina es lo que el
mismo organismo tiene programado. Si el conflicto se resuelve, entonces
automáticamente aparece la curación. Si no se puede llegar a la solución del
conflicto, el individuo muere en virtud de estas mismas leyes. He aquí porqué
estas leyes biológicas son “férreas”.

Pregunta: ¿Qué papel juega en este contexto el factor tiempo, en particular en


lo que concierne a las complicaciones que pueden sobrevenir en la fase de
curación?.

Respuesta: Por supuesto el paciente pregunta a su médico, cuanto tiempo


mas o menos transcurrirá hasta que cure esta enfermedad?. Por poco que
hayamos trabajado bien, es decir, que hayamos encontrado el DHS y que de
momento el conflicto se haya resuelto, podemos calcular cuanto tiempo ha
durado el conflicto.

Con la condición de haber realizado una buena anamnesis, podemos discernir


la intensidad del conflicto y en función de la duración e intensidad del conflicto
podemos mas o menos evaluar el grueso de dicho conflicto. Normalmente es
un hecho que en el 90% de los casos no se dan complicaciones en la fase de
curación. Queda desde luego el 10%. Si el conflicto ha durado mucho tiempo o
si la intensidad ha sido considerable o ambas a la vez, de manera que el
paciente tiene una importante masa de conflicto, después de resolverse, puede
haber complicaciones en forma e edemas cerebrales y sobretodo crisis
epilépticas o epileptoides, en el curso de la fase de curación. Hay que
reconocer estas complicaciones. Estas sólo se han reconocido en un 10% de
los casos que incluso pueden acabar con la muerte.

Pero desde que sabemos esto, ya podemos abordarlos con medicamentos,


especialmente con cortisona y contrarrestar el avance. Así se dominan en gran
parte estas complicaciones y hacemos pasar esta fase de curación a pacientes
que de otra forma seguramente hubieran muerto.

Lo más importante, es que después de todas estas complicaciones el paciente


tenga hoy una nueva visión de su enfermedad, ya que se da cuenta de que el
médico está perfectamente al corriente del desarrollo global de su enfermedad
–fase activa y fase de solución del conflicto- y que es capaz en consecuencia
de dirigir, de dominar juiciosamente cada intervención individual y llevar cada
tratamiento en función de la situación. Por consiguiente el paciente tiene
completa confianza en su médico y con razón.

Gracias a la nueva medicina es posible ahora practicar una terapéutica


“enfocada” lo que no podíamos realizar con la medicina académica. Gracias a
este conocimiento global de la enfermedad no hay pánico no mas que cuando
el médico diagnostica anginas purulentas, ¿qué era la angina purulenta?
Correspondía a la fase de curación consecutiva a un adenocarcinoma de
amígdalas. Los médicos cada vez mas realizan incisiones exploradoras y dicen
a los pacientes –lo que es correcto- que tienen carcinoma de amígdalas.
Enseguida, el paciente que no conoce la nueva medicina, entra en pánico que
puede generar nuevos choques conflictuales tales como pánico al cáncer, a la
muerte que derivan entonces en un nuevo cáncer. Así el primer diagnostico del
médico se ve brillantemente confirmado.

¿Y que pasa en los animales?. En el reino animal vemos que jamás aparecen
metástasis. Un profesor austriaco en Klagenfurt ha encontrado una formula
original para explicar éste fenómeno: “ Hamer nos toma a todos por imbeciles,
dice que los animales tienen la suerte de no entender a los médicos y esto es
lo que explica que en ellos no se den metástasis”.
Pregunta: ¿Según Ud. las metástasis no existen?

Respuesta: Sin ningún género de duda no existen. Pero lo que los ignorantes
toman por metástasis no son mas que nuevos cánceres producidos por nuevos
choques conflictuales. Es decir, en primer lugar son iatrogénicos, choques
provocados por los diagnósticos y pronósticos médicos. Estos “cuentos” sobre
metástasis se fundamentan en hipótesis sin probar, indemostrables. Nunca
ningún investigador ha encontrado o aislado ninguna célula cancerosa en la
sangre arterial de pacientes con cáncer. Es ahí donde se las debiera encontrar
cuando se dirigen hacia la periferia, es decir hacia las regiones externas del
cuerpo. Y es una fábula, de igual forma hipotética según la cual, las células
cancerosas a lo largo de su emigración –jamás observada a través de la
sangre- sufrirían una metamorfosis a lo largo de su recorrido. Así una célula
cancerosa del intestino en el cual se ha formado un tumor compacto en forma
de coliflor, se introduciría emigrando en un hueso y allí sería capaz de
transformarse en necrosis. Esta es una hipótesis aberrante que se asemeja al
dogmatismo medieval.

El sistema ontogénico ha refutado definitivamente que una célula regida por el


cerebro antiguo y que haga tumores compactos, se desconecte de su ” relé”
cerebral desde donde es dirigida y se enganche a un “ relé” del telencéfalo y
pueda desarrollar una necrosis.

Creemos que aproximadamente el 80% de los cánceres secundarios y


terciarios son producidos por la maquinaria insensata de ignorantes con un
nivel de aprendices de la medicina.
Pregunta: ¿Qué papel juegan en la génesis del cáncer las
sustancias cancerígenas?. ¿Piensa Ud. que una alimentación
sana puede impedir o dificultar el desarrollo del cáncer?.

Respuesta: Las sustancias cancerígenas no existen. Se han


hecho tantas experiencias de vivisección con animales y jamás
se ha encontrado la evidencia de sustancias cancerígenas. Bien
entendido, se han realizado ensayos absolutamente absurdos
durante un año entero se han inyectado en los orificios nasales
de ratas dosis concentradas de formaldehído, que estas pobres
ratas evitan normalmente como un veneno peligroso. Al cabo de
un tiempo estas ratas desarrollan canceres en la mucosa nasal.
Pero estos cánceres no son producidos por el formaldehído
(formol) Parece ser que estas pobres ratas tienen un terrible
pánico a este producto y esto genera un conflicto de la mucosa
nasal y por tanto un DHS, un conflicto biológico de no quererlo
oler.
Por el contrario, sabemos que no es posible producir cánceres en los órganos
cuyas conexiones nerviosas con el cerebro estén interrumpidas. Ello no impide
que se especule investigando sobre aproximadamente 1.500 sustancias
pretendidamente cancerígenas que deben esta etiqueta a las reglamentaciones
insensatas que impone la vivisección. Lo que no quiere decir que todas estas
sustancias sean inofensivas para nosotros sino que ellas no tienen que ver con
el cáncer y mucho menos sin la intervención del cerebro. Hasta ahora, en
efecto se admitía que el cáncer era debido a células orgánicas que se
desarrollaban al azar.

Todas estas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, de las


anilinas o de otros productos sólo son hipótesis que nunca se han comprobado
y que son indemostrabales. Incluso se ha encontrado que 6.000 hamsters
expuestos al humo del cigarrillo vivieron como media mas tiempo que sus
6.000 compañeros que no habían sido ahumados. Se había olvidado de manea
negligente el hecho de que los hamsters no temen en absoluto el humo porque
viven bajo tierra. He aquí porqué su cerebro no posee un código de señal de
alarma contra el humo.

En cambio con los ratones domésticos pasa justo lo contrario a la mínima


emanación de humo entran en pánico y huyen. En la Edad Media, el hecho de
ver ratones saliendo despavoridos de una casa hacía pensar que había fuego
en alguna parte. En un gran porcentaje de ratones se pueden producir
cánceres con manchas redondas en pulmón por conflicto de miedo a la muerte.

Estos dos ejemplos son suficientes para explicar y comprender que casi todos
los experimentos hechos actualmente con animales es sólo una absurda
crueldad hacia ellos, debido a que jamás se ha considerado la existencia del
alma del animal. En resumen no hay absolutamente ninguna prueba sobre la
existencia de substancias cancerígenas que afecten al organismo sin la
intervención del cerebro.
Pregunta: ¿Qué son entonces los efectos radiactivos?.
Respuesta: La exposición a la radioactividad, liberada por un accidente
nuclear como la de Chernobyl, destruye sin discriminación las células de
nuestro cuerpo. Las más afectadas son las células germinativas, gametos y las
células de la médula ósea ya que estas tienen la tasa de división más alta del
organismo. Cuando la médula ósea es deteriorada y luego sobreviene la
curación entonces asistimos a una leucemia que en principio es idéntica a la
que sobreviene durante la fase de curación consecutiva a un cáncer óseo y que
se habría desarrollado por un conflicto de desvalorización.

Hablando con rigor debemos decir en consecuencia que los síntomas


sanguíneos de la leucemia no son específicos es decir, no se manifiestan
solamente en el cáncer sino en toda clase de curación de la médula ósea.

El hecho de que no haya más enfermos de leucemia que sobrevivan a su


enfermedad es debido a la ignorancia de los aprendices de medicina cuyo
tratamiento con quimio y radioterapia destruye aún mas la médula ósea, es
decir, que hacen exactamente lo contrario de lo que debería hacerse.

En resumen la radioactividad es perniciosa, destruye nuestras células pero no


produce cáncer porque éste no se puede desarrollar sin el concurso del
cerebro.

Y ¿la alimentación sana?

Es absurdo que se aconseje una alimentación sana para evitar el cáncer


naturalmente un individuo –humano o no- que lleva una alimentación sana es
menos receptivo a cualquier tipo de conflicto de la misma forma que el rico
sufre diez veces menos cáncer que el pobre, pues el rico resuelve mejor sus
conflictos con su billetera bien repleta. De igual forma, un animal fuerte y sano
tiene menos cánceres que el animal enfermo y viejo. Esto no quiere decir que
la vejez sea cancerígena. Lo que ocurre simplemente es que el animal viejo es
más débil, el viejo ciervo es expulsado fácilmente de su territorio que uno joven
rebosante de fuerza.
Pregunta: ¿Qué papel juega el dolor en la Nueva Medicina? En la medicina
aplicada hasta ahora es considerado como un signo negativo

Respuesta: Los dolores son un capítulo particularmente difícil. Existen


diferentes calidades de dolor. Dolores en la fase activa del conflicto como en la
angina de pecho o en la úlcera de estómago. Y hay otro grupo que cursan
durante la fase de curación producido por inflamaciones, tumefacciones,
edemas y también por cicatrizaciones.

Los dolores en la fase activa del conflicto desaparecen inmediatamente al


resolverse el conflicto. Estos dolores se pueden resolver psíquicamente.

Por el contrario los dolores de la fase de curación que en principio es positivo,


no pueden ser combatidos eficazmente sin que el paciente comprenda las
relaciones de causa efecto preparándose y comprendiendo que es un trabajo
sumamente importante e indispensable. Naturalmente existen formas de
atenuar el dolor a través de medicamentos analgésicos de uso externo.

Tanto en el ser humano como en el animal los dolores tienen un sentido


fundamentalmente biológico: el de mantener inmóvil al organismo, en reposo el
órgano afectado de forma que la curación se pueda llevar a cabo óptimamente.
Y es así por ejemplo lo que sucede durante la curación de un cáncer de
huesos. La distensión del periostio o membrana conjuntiva que cubre al hueso,
durante la fase de curación produce fuertes dolores. O como en el caso de la
distensión de la cápsula del hígado que produce fuertes dolores a lo largo de la
curación de una hepatitis. Conviene mencionar el dolor de la cicatrización
durante la fase de curación en el proceso de condensación de una pleura tras
un cáncer de pleura o bien en el espesamiento de la ascitis, que constituye la
fase de curación tras un cáncer de peritoneo.

Lo terrible de la medicina actual es que todos los pacientes que padecen


cáncer y dolores reciben inmediatamente morfina o derivados opiáceos,
pudiendo ocurrir que una sola inyección puede ocasionar la muerte. Los
opiáceos como la morfina modifica terriblemente la oscilación global del
cerebro y desmoralizan por completo al paciente. Además el intestino se
paraliza con lo que no se realiza la digestión y asimilación de los alimentos. El
paciente se vuelve abúlico y no es consciente que le están acercando a la
muerte mientras está en fase de curación y no sabe que permitiendo a la
naturaleza actuar recuperaría su salud en el espacio de algunas semanas.
Si se le dice a un preso que va a ser ejecutado en dos
semanas se produce una enorme ola de compasión. Si se le
dijera a un paciente que se le va a realizar –con inyecciones
de morfina- una ejecución que va a durar 15 días,
seguramente decidiría soportar sus enormes dolores antes
que morir.

Cuando pasado el tiempo los pacientes consideran lo


relativamente poco que han durado los dolores se dan cuenta
que han sido rescatados de la muerte que produce la morfina
a la cual seguramente habrían sucumbido –en fase de
curación- al cabo de 2 o 3 semanas de tratamiento paliativo.
¿Es que los médicos no lo saben? Preguntan ellos
incrédulos. Claro que lo saben, pero se refugian en el dogma.
El dolor es el comienzo del fin, de todas formas no hay nada
que hacer.

La curación natural del cáncer es simplemente ignorada por


razones dogmáticas a fin de que el cáncer sea una
enfermedad en la que el paciente muere obligatoriamente y
siga siendo manipulable.
Pregunta: ¿Cómo podría resumir la esencia de la nueva medicina, lo más
importante, el punto central?

Respuesta: La Nueva Medicina es la completa inversión de la medicina


hipotética practicada hasta ahora. Se practica una medicina académica basada
en hipótesis (entre 500 y 1000) y con unas cuantas miles de hipótesis
suplementarias, una gran mezcolanza de hechos disparatados y trabajando
siempre bajo el poder de la estadística.

Por primera vez en el marco de la medicina, la nueva medicina conoce


perfectamente el funcionamiento de las leyes biológicas sobre las que se
desarrollan todas las enfermedades. Sabe que realmente no son enfermedades
verdaderas, de estas fases de conflicto activo son necesarias, que deben
ayudarnos a resolver los conflictos que tenemos en el cuadro de la naturaleza o
sea en el fondo el conflicto es algo bueno para nosotros. Y también por primera
vez es posible tener una clara visión sinóptica y global de nuestras
enfermedades.

En función de estas cuatro leyes, y con los tres planos psíquico, cerebral y
orgánico, la medicina vuelve a ser un arte, un arte para el médico con sentido
común y con manos cálidas. Ya no hay forma de detener a la nueva medicina.
Ni otra forma de pensar que la que emerge con ella, la plena forma de
esclavitud, es decir, la total aniquilación de sí mismo acaba de terminar.
El miedo, resultado de la perdida de confianza natural en uno mismo y en
nuestro cuerpo, del abandono de ésta escucha instintiva de nuestro organismo
va a perder pie. Al comprender las relaciones de causa- efecto entre el
psiquismo y el cuerpo, el paciente se hace consciente del mecanismo que
desencadena la angustia irracional producida por el diagnostico mortal ya que
el paciente así lo cree finalizando también el inmenso poder de los médicos
engendrado por miedo de un mal pretendido “mecanismo autodestructor del
cáncer”, por el temor al mal llamado “crecimiento indefinido de las metástasis
que consumen la vida”.

La responsabilidad de los médicos la cual nunca la han asumido plenamente, la


deben restituir a los pacientes. Esta nueva medicina no puede representar una
nueva libertad mas que a quien verdaderamente la ha entendido.
Pregunta: Dr. Hamer ¿Qué significa el título original de su libro: “Vermächtnis
einer Neuen Medizin”, es decir, “Testamento o legado de una nueva
medicina?".

Respuesta: Estimo que el descubrimiento de la nueva medicina es el legado


de mi hijo Dirk, pues su muerte fue el origen de mi cáncer testicular. Ofrezco
este legado para transmitirlo fiel y concienzudamente a todos los enfermos, de
manera que con la ayuda de esta nueva medicina puedan comprender su
enfermedad y así puedan remontarla, y recuperar la salud.

Editado por el grupo de apoyo a la medicina del Doctor RYKE GEERD HAMER
de España, 1993
C/ León Gil de Palacio, 2 Escalera 2ª -3º C – Madrid 28007

El doctor Ryke Geerd Hamer, en libertad

A las diez y diez de la mañana del pasado jueves 16 de febrero el doctor Ryke
Geerd Hamer -prestigioso médico alemán creador de la llamada Nueva
Medicina Germánica - fue liberado de su vergonzoso encarcelamiento en la
prisión de Fleury-Mérogis (Francia) después de 525 días (17 meses y una
semana). Sus primeros instantes de libertad, sus primeras reflexiones y
deseos, fueron plasmados por Bernard Asquin en un artículo que con el título
Hamer, libre publicó en la revista Votre Santé.

"Fue muy emotivo ver a su compañera -llegada de Málaga, donde Hamer


reside desde 1993- lanzarse a sus brazos. Ella, menuda, aún joven, y él
impresionante por su enorme corpachón y a pesar de sus 70 años con la
alegría de un adolescente en la mirada. Después de estos abrazos y nuestros
saludos (éramos tres para recibirlo) su primer gesto fue abrir los brazos,
inspirar profundamente y exclamar con los ojos mirando al cielo: ¡"Qué bella es
la libertad!".

Que se tranquilicen pues quienes temían encontrar a un hombre disminuido


físicamente y derrotado moralmente: su energía y su determinación están
intactas. En cuanto a su fuerza física, ¡mejor no hablar! O más bien hablemos
ya que trajo él solo, desde su celda hasta la salida de la prisión, no solamente
todas sus cosas sino además 150 kilos de libros y documentos distribuidos en
7 u 8 bolsos enormes, casi imposibles de levantar (¡algo sé al respecto!).

(…) Después de colocar su equipaje en dos coches su primer deseo fue beber
un café. Nos detuvimos en un fast food para tomar un desayuno copioso y poco
dietético. Allí, finalmente, relajado, nos transmitió el temor que había sentido de
no salir nunca vivo de esa prisión ya que es un universo donde todo puede
suceder. Nos habló de las terribles condiciones de su detención (…) Y muy
rápidamente relegó todo eso al pasado para reanudar lo que ha sido su vida: el
reconocimiento de la Nueva Medicina Germánica para beneficio único de todos
los que sufren en su carne y en su alma, de todos los que se mueren cada día
en todos los países".

(…) Los billetes de avión preveían la salida del aeropuerto Charles-de-Gaulle a


las 19,35 con destino Málaga así que reanudamos nuestro viaje por carretera
bajo la lluvia en dirección a Roissy. Tras facturar los equipajes tomamos un
aperitivo muy agradable en un restaurante del aeropuerto lo que nos permitió
aún algunas horas de conversación, esencialmente en inglés, con algunas
palabras de francés cuando quería garantizar que las cosas quedaban claras y
a veces, llevado por su entusiasmo, en español o en alemán.
Nos habló de su principal deseo: conseguir una verificación oficial a escala
mundial, lo único que podría cambiar las cosas dado que todas las
comprobaciones que tuvieron lugar en Alemania, Austria, Bélgica, Francia y
Eslovaquia se han desacreditado sistemáticamente o se han boicoteado. Se
llegó hasta negar su existencia -como ocurrió con el protocolo de comprobación
de Trnava, el 8 y 9 de septiembre de 1998 en el Instituto de Oncolología Santa-
Isabel de Bratislava- durante el juicio del 31 de enero de 2000 en Chambéry.

(…) Pero algo me apesadumbraba desde la mañana. Habíamos experimentado


hasta qué punto Francia le había decepcionado y le había dañado. Por eso le
hicimos saber que una determinada parte de Francia así como médicos cada
vez más informados y conscientes de la situación de fracaso de medio siglo de
Oncología le dedicaban un verdadero apoyo emocional. A la hora de la salida
deseé presentarle mis excusas, como ciudadano francés, por todo lo que había
sufrido en nuestro territorio sabiendo que una serie de enormes científicos
piensan que un día tendrá el Premio Nobel".

El Dr. Hamer, en suma, ha sido finalmente puesto en libertad... condicional. De


ahí que hasta el final de su pena -a finales de agosto 2006- no pueda volver a
Francia. Ni puede... ni creemos que quiera. Estamos seguros de que el doctor
Hamer va a volver a explicar a todo aquel que quiera escucharle sus
postulados y convicciones. Por supuesto, contará con todo nuestro apoyo
Los Focos de Hamer
por el Dr. Harry Watt, Munich.

Artículo publicado en el nº 36, octubre-noviembre 1988, de la revista científica


raum&zeit, die neuen dimension der Wissenschaft (Espacio & Tiempo, la nueva
dimensión de la ciencia). Ediciones Ehlers-Verlag GmbH, Poazlagasteig 5,
8157 Dietramszell. Redacción: Hohenzollernstr. 60 800 Munich 40.

Sin duda no es fácil descubrir qué es lo que el doctor Ryke Geerd Hamer ha
encontrado en el transcurso de esta última década, a saber: una manera de
considerar al hombre en su existencia biológica y psíquica, que permite
comprender la naturaleza de los tumores, y clasificar no ya únicamente a los
tumores malignos, sino también a innumerables y variadas afecciones que
hasta ahora nos veíamos obligados a aceptar como una fatalidad generalmente
inexplicable, y en cuyo misterio se intentaba penetrar estableciendo relaciones
de causa y efecto con los supuestos factores de riesgo.

Sin embargo, el hecho de que lo fundamentado y la precisión de su enfoque


hayan sido verificados y confirmados millares de veces y, sobre todo, que este
descubrimiento permita una terapéutica eficaz, con curación en un 97% de los
casos, hace de todo punto inexplicable que, a pesar de las posibilidades de
verificación hasta en sus menores detalles, los responsables de la medicina y
la salud hasta ahora hayan rechazado en bloque e ignorado sistemáticamente
todo el asunto. O mejor dicho, lo hayan condenado al silencio, imponiendo un
hermetismo total para evitar su difusión en la práctica y la enseñanza médica.
Para comprender esta paradoja es preciso haber vivido muy de cerca nuestro
escenario médico, nuestra justicia, y nuestra sociedad, movidos todos ellos
(sobre todo en sus cimas más altas) por el afán de beneficio. Renunciar a la
materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los
marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios
esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los
grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes
conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de
la industria (Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que
correrían esta suerte...). (La medicina contemporánea está unida por un hilo
conductor a la medicina de los campos de concentración, cita un renombrado
analista).

Sin embargo, y a nivel global, todo esto sería positivo. Muchos procesos de
elevado coste y erróneos, (según Hamer) serían entonces innecesarios. Quien
tenga dudas sólo tiene que solicitar a una pequeña editorial de Colonia (Amici
di Dirk Verlagsgesellschaft) la documentación, e inhalar la información a
disposición de todos, sin preocuparse en exceso por las pruebas: porque todo
lo que se dice es verificable, y la prueba ha sido aportada infinidad de veces.
Para reproducir la demostración se precisa una mañana, un escáner y...
pacientes.

Y pasan cosas...

Todo esto, debemos reconocerlo, parece bastante misterioso. A mí también me


pareció misterioso cuando, nueve meses después del período de interinidad y
del inevitable examen para la obtención del diploma de Estado, una paciente
puso ante mis narices un libro en cartón amarillo, titulado «Fundamento de una
Nueva Medicina - Tomo I: El sistema ontogenético de los tumores, cánceres,
leucemia, psicosis, epilepsia».

También me pareció misterioso cuando, pocas semanas más tarde,


ingenuamente y sin complejos, me presenté en la casa del Dr. Hamer en
Sülzburstrasse, Colonia (tuvo la gentileza cuando le llamé por teléfono, de
recibirme inmediatamente, y me costaba un poco seguirle, a pesar de que lo
conseguí bastante bien). Vi el pequeño despacho de trabajo, en un desorden
aceptable (pero en el que todo era localizable), y el parabrisas con dos
agujeros de bala colgado en un rincón (recibió estos obsequios al recoger de la
imprenta los primeros ejemplares de su libro). Los despachos de la casa
editorial, instalados en unas estancias laterales, y libros apilados a lo largo del
estrecho pasillo. Y luego, un grueso dossier de más de 10 centímetros de
grosor, repleto de órdenes, informes de investigaciones y procedimientos
interpuestos contra él.

No hay duda, aquí pasan cosas...

Y luego, la impresión de que le costaba mucho interrumpir la conversación,


tanto cuando tuve que apresurarme a marchar para acudir a otra cita, como a
la mañana siguiente, cuando le telefoneé para darle las gracias por haberme
recibido la víspera así como por el libro que me había regalado, y para
excusarme por haber tenido que dejarle de una forma tan poco orgánica, con
sus inmensos deseos, tan comprensibles, de comunicarse. De todas maneras
se le veía con estrés, aparentemente sin ser consciente de ello, ya que a pesar
de todo se mantenía sereno y combativo. Debe ser, me decía yo, que está ya
tan acostumbrado...

Pero el colmo de lo insólito es que se haya retirado a este médico el permiso


para ejercer la medicina. Con ocasión de su tesis de agregación, quiso publicar
sus descubrimientos, reservando sin embargo la primicia para la facultad de
Medicina. Sólo abjurando, retractándose públicamente, hubiera obtenido de
nuevo la autorización para ejercer. Y no lo hizo.

Trabajo médico a ciegas, humillado.

Poco después de obtener el doctorado en medicina, al finalizar los estudios que


me habían dado una cierta base pero que me dejaban desamparado ante una
aglomeración inextricable, no sistemática, de hechos y contenidos
aparentemente desprovistos de toda relación unos con otros, luego de un
examen que hasta hoy no he logrado comprender, que era sólo charla -
aparentemente una comedia-, me había retirado del trabajo clínico con mal
sabor de boca, casi, por así decir, por instinto, simplemente porque no podía
soportarlo. Y he aquí que ahora se me ofrecía esto.

Según un dicho, la fortuna viene cuando duermes. Para asumir


responsabilidades es necesario saber retractarse. Es justamente ese saber
retractarse lo que, por desgracia, les falla a la mayoría de colegas, doctores y
profesores, para poder dar el acuerdo o examinar con imparcialidad y completa
neutralidad aquello con lo que se puede dotar a nuestra facultad. La ineptitud
en reconocer su ignorancia y sus errores (que en sí mismos no son un
deshonor), conduce sin transición al crimen consistente en practicar
desvergonzadamente y sin sutileza errores mortales, a partir de aquí
superficiales en todos los grados hasta llegar hasta al Ministerio Federal de la
Salud (Ver acerca de este tema las «Cartas para una Nueva Medicina», que
difunde la casa editora anteriormente mencionada). Tras la lectura y la visita,
hubiera preferido, de haber podido hacerlo, transferir inmediatamente mi
permiso para ejercer a este médico, que hubiera sabido servirse mejor de él
que yo mismo...

Todo está relacionado. Los seguimientos, de los que el Doctor Hamer me


mostró las pruebas contenidas en su dossier, y los descubrimientos capitales
en el campo médico, se iniciaron simultáneamente el 18 de agosto de 1978
ante la pequeña isla de Carvallo, a lo largo de Córcega, cuando su hijo Dirk fue
mortalmente alcanzado mientras dormía por el tiro de fusil de un príncipe
italiano. El Doctor Hamer escribe especialmente en la dedicatoria de su libro: A
causa de su muerte yo mismo caí poco después enfermo, presentando un
S.D.H. (un Síndrome Dirk Hamer), un conflicto de pérdida con cáncer testicular.
Esta coincidencia asombrosa entre un choque conflictual y dramático y mi
propio cáncer me llevaron a descubrir la Ley de Hierro del Cáncer.

Vigilancia total.
Dirk Hamer murió el 7 de diciembre de 1978 en Heidelberg como resultado de
su herida de bala. Sin embargo, el contencioso legal no siguió su curso
habitual, a saber que se le pidan explicaciones al asesino a quien se abre el
proceso sino que, cosa curiosa, y que causó la indignación del Doctor Hamer,
lo que sucedió fue exactamente lo contrario. De repente, y como el asesino era
un personaje tan representativo como protegido, la bala salió rebotada, y por
haberse atrevido a formular una acusación tan monstruosa contra este asesino,
fue el padre de la víctima quién hasta hoy mismo, es objeto de persecuciones
penales, consta en la lista de búsquedas internacionales y está sometido a una
vigilancia total.

Publicado en noviembre de 1987, el libro que he mencionado anteriormente


corresponde a un estadio relativamente reciente de las investigaciones
científicas del Doctor Hamer. Algunos años antes había publicado la obra
titulada «El cáncer, enfermedad del alma». El resultado de estas
investigaciones pone a prueba a cualquier médico que se haya aplicado con
sabiduría al estudio de la medicina académica.

Cuando, por ejemplo, se dice que todo cáncer es desencadenado por un


choque psíquico brutal, un conflicto agudo y dramático, vivido en soledad, que
el dogma de la siembra hematógena es completamente inexacto, que el infarto
de miocardio corresponde a un fenómeno de involución de la disfunción
cerebral propiamente dicha e indica, por lo tanto, una mejoría sobrevenida en el
curso de una enfermedad, como por ejemplo, en la leucemia, que para el
Doctor Hamer es expresión de curación y, como tal, inofensiva, cuando el lector
formado en medicina académica se encuentra así confrontado con cosas
absolutamente increíbles que, a primera vista, parecen incomprensibles, sólo
una lectura exhaustiva y sin prejuicios es capaz de disipar la confusión inicial.

Ciertamente, embarcarse en esta aventura puede salir caro, pero eso no


significa nada en comparación con el enriquecimiento y la revelación de las
relaciones de causa y efecto que el Doctor Hamer pone en evidencia. Más bien
todo esto es una liberación para los pacientes, que van a verse libres de la
fatalidad, del carácter pretendidamente ineluctable de su destino.

En tanto que los estudios de medicina clínica me dieron la impresión de


páginas de libros arrancadas de mi vida, sin corresponderse con nada vivo o
natural, y cuyos contenidos hacían pensar en esculturas confusas y raras
colocadas en el paisaje del mundo, la medicina adquiría aquí de repente una
forma equilibrada y coherente, a no confundir sin embargo con la pretensión de
ser exhaustiva. Las premisas permiten sacar conclusiones lógicas entre la
historia de la evolución del hombre, del cerebro, de los órganos y de los
mecanismos comportamentales biológicos que corresponden a estas
estructuras.

Es así como la reacción a un conflicto biológico se corresponde exactamente


con la alteración funcional de un área cerebral específica, y sincrónicamente,
en el arranque de un cáncer en el correspondiente órgano. El encadenamiento
acontecimiento psíquico-cerebral-órganico debe ser aquí concebido como un
suceso absolutamente simultáneo en los diferentes niveles.
Transformaciones en el cerebro.

Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con


el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase
activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto
el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede
representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco
cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica
interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la
fase de curación.

Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase


vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este
crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad
conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha
quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos
específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una
restitución cicatricial o una reducción bacteriana.

La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera


comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad
orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o
más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con
las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las
diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se
corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico,
se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen
mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y
los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran
localizados en el córtex cerebral.

La terapéutica exige un exacto conocimiento de estos procesos. Intuición de los


estados de dependencia psíquica del paciente y un máximo de experiencia y
de manejo, de tacto, en el dominio de las complicaciones y situaciones de crisis
relacionadas con la fase de curación consecutiva a la conflictolisis. Sobre el
plano orgánico, la fase de curación comporta -a imitación de la fase de
crecimiento tumoral-, diferencias características según que el tejido dependa de
una u otra de las tres capas embrionarias.

La Ley de Hierro del Cáncer.

Para mayor claridad, citemos textualmente el libro: «La Ley de Hierro del
Cáncer es una ley biológica, empírica, que se basa en la experiencia y en la
observación. Ha sido verificada sin excepción en los casi 10.000 casos que he
examinado hasta ahora. Se trata de un sistema superdeterminado de tres
funciones correlativas, de manera que conociendo una de ellas se está en
disposición de deducir las otras dos».

En un principio, la Ley de Hierro del Cáncer se enunciaba así:


• Primer criterio: toda enfermedad cancerosa se inicia con un S.D.H.
(Síndrome Dirk Hamer), es decir, un choque conflictual, extremadamente
brutal, agudo y dramático, vivido en soledad.
• Segundo criterio: en el instante en que se produce el Síndrome Dirk
Hamer, es el tipo de conflicto lo que determina la localización del cáncer
en el órgano.
• Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, se produce una
correlación exacta entre la evolución del conflicto y la evolución del
cáncer en el órgano.

Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue:

• Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H.


(Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual
extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el
momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el
cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el
arranque de un cáncer en el órgano.
• Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk
Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del
foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano.
• Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación
entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el
cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.

El Sistema Ontogenético de los Tumores es un sistema global y lógico.


Naturalmente, se desprende como consecuencia de la Ley de Hierro del
Cáncer y del descubrimiento del Foco de Hamer en el cerebro. Pero este
sistema ontogenético de la medicina, y en particular de los tumores, reviste
para la medicina una importancia comparable a la de la tabla periódica de los
elementos para las ciencias físicas y naturales. ¡Pone de relieve las
correlaciones existentes en el interior de toda la medicina!

El Sistema Ontogenético de los Tumores.

El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así:

Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de


tejidos histológicos parecidos, sí no idénticos. Sin embargo, la capa
embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o
mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El
mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del
tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el
ectodermo cerebral.

Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las


esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una
reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan:

Endodermo Foco de Hamer en el Tronco cerebral.


Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido).
Foco de Hamer en el Cerebelo.
Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido).
Mesodermo
Foco de Hamer en la Médula cerebral.
Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido).
Foco de Hamer en el Cerebro.
Ectodermo
Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido).

Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere


mucho según sea la capa embrionaria.:

• Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un


enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de
los bacilos de la tuberculosis.
• Mesodermo:

1. Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un


enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo.
Por ejemplo, en el carcinoma mamario.
2. Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción
y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una
osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La
proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa
espontáneamente al final de la fase normal de curación.

• Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con


restitución o restitución cicatricial.

Los conflictos psíquicos como inductores.

Hace milenios que la humanidad experimenta, más o menos conscientemente,


que en último extremo todas las enfermedades tienen un origen psíquico. Esto
se ha convertido en un conocimiento científico, sólidamente anclado en el
patrimonio de los conocimientos universales (tan solo la medicina moderna
convierte a nuestros seres, antaño amados, en un saco repleto de fórmulas
químicas). Ni que decir tiene que lo mismo sucede con las enfermedades
tumorales malignas: era, hasta ahora, algo evidente para cualquiera más o
menos consciente de una realidad espiritual. Pero nadie había llegado siquiera
a suponer, y menos aún a revelar con pruebas fehacientes, de forma tan
precisa y detalláda, las relaciones existentes de causa y efecto. Lo específico
de estas enfermedades es lo que de característico existe en este tema en el
suceso psíquico.

El aspecto ontogenético nos da la clave. El tema del conflicto, determinante de


la dirección general y de la orientación, define exactamente la localización del
proceso psíquico concomitante, a saber, no en función de la situación objetiva
del conflicto sino según la forma en que el interesado lo resiente
subjetivamente. El tronco cerebral, cuyo dominio es el control del equilibrio
homeostático interior del organismo, presenta lógicamente Focos de Hamer, y
crea tumores endodérmicos cuando se producen conflictos profundamente
viscerales, tales como el conflicto de la comida, el conflicto del miedo a la
muerte y los conflictos de miedo visceral.

En lo que respecta al cerebelo, su perfeccionamiento corresponde, a nivel


filogenético, al paso del medio acuático a la tierra firme. Se localizan en él
Focos de Hamer, y tumores de tejidos y membranas mesodérmicas
(melanomas, cáncer de seno, mesoteliomas de la pleura, del pericardio, del
peritoneo), así como motivadores de conflicto relacionados con el medio
inmediato y su delimitación (daño a la integridad física y moral, deshonra,
conflictos sexuales interiorizados, conflictos familiares, y conflictos de nido).

Por el contrario, la médula ósea, cuyos tejidos que de ella derivan nos
proporcionan el sosten, y son: huesos, músculos, cartílagos, tendones, tejido
conectivo, que en conflictos de desvalorización de sí mismo (dependiendo del
nivel de desvalorización + ó - profunda, se da en un tejido u otro), se da
necrosis de tejido, esto es perdida de sustancia , en la fase de conflicto activa.
También se encuentran aquí el bazo, como centro de reserva de la sangre,
dando respuesta a los conflictos como transfusiones, que en la naturaleza son
las hemorragias. La parte mesodérmica del ovario, en conflictos de pérdida, y
conflictos con connotaciones sexuales con un hombre. Dandose crecimiento
celular solo en fase de solución de conflicto, es solo tejido cicatricial nada
peligroso.

También en el ectodermo se da pérdida de sustancia el conflicto activo


(úlceras), y crecimiento celular cuando las úlceras son reparadas. Gracias a
esta capa embrionaria el organismo se abre por entero al exterior, está
relacionada por un lado con todos los tejidos de origen ectodérmico y las partes
del organismo ectodérmicas: el epitelio pavimentoso de la piel exterior, de la
mucosa bucal, de la rinofaringe, de la laringe, de los bronquios, de la parte del
esófago, la pequeña curvatura del estómago, el píloro, el bulbo duodenal, los
islotes del páncreas, el epitelio de las vías biliares, la vejiga, la pelvis renal, la
vagina, el cuello y el orificio del útero, el recto, la mucosa ectodérmica de las
coronarias (¡el interior de los vasos branquiales está compuesta de epitelio
pavimentoso!); y por otro lado, el ectodermo propio del Sistema Nervioso
Central, compuesto de neuronas centrales y periféricas, células ganglionales,
neuroglías y epitelio sensorial de los ojos, de la nariz y de las orejas, además
de la neurohipófisis, que en fase activa de conflicto se da una pérdida
funcional.

Es de remarcar que las células que no se dividen manifiestan alteraciones,


pero no hay proliferación con formación tumoral. En su origen, existen
conflictos resultantes de la inmediata confrontación y del contacto con el mundo
exterior: el conflicto territorial, el conflicto de demarcación de territorio, la
rivalidad territorial, el desamparo moral, el terror, el miedo, el pánico, el
disgusto, la fetidez, la resistencia. Es precisamente este tema territorial y la
cuestión de la integridad del territorio los que especifican la referencia individual
al mundo exterior.
Se comprende mejor aquí lo que se entiende por conflicto biológico: disputas
que nos afectan por nuestra propia naturaleza, y no ya situaciones conflictuales
en el sentido del concepto psicoanalítico, que describe los fenómenos de otra
manera. Las esferas comportamentales fijadas biológica, genética y
filogenéticamente, con sus modelos específicos, constituyen aquí el
fundamento, el entarimado sobre el que se desarrolla el conflicto y, en caso
favorable, se resuelve.

No todos los conflictos son generadores de cáncer.

En el estado de la actividad conflictual, la simpaticotonía es netamente


preponderante, y se acompaña de pérdida de peso. Una vez que el conflicto se
ha resuelto o se ha suprimido esta fase de estrés, aparece una inervación de
reposo con parasimpaticotonía, o vagotonía pronunciada, laxitud, recuperación
del peso, programación de débil circulación sanguínea. Es preciso destacar
aquí que no todo conflicto es generador de cáncer, si no, no quedaría ya nadie
con vida. Para que se produzca un cáncer es necesario que se produzca un
choque conflictivo fulminante, masivo, que no pueda ser resuelto o integrado.

Cuando se confronta a un paciente con un diagnóstico de cáncer, disparado


por su médico, la amenaza que inmediatamente resiente el paciente puede ser
canalizada de diferentes maneras. O bien, bajo el dominio de un conflicto de
miedo a la muerte, desarrolla un cáncer alveolar en los pulmones
(endodérmico), o, tomando repentina conciencia de la precariedad de su
condición mortal que le condena a ser definitivamente desechado, hace una
desvalorización masiva con reacción cancerígena (mesodérmica) en los
huesos, que se manifiesta por osteolisis, a la que erróneamente se tomará por
metástasis ósea.

Otro punto a tener en cuenta es que se encuentran Focos de Hamer en el


origen de las psicosis: en las esquizofrenias. Siempre existen dos focos
localizados en los dos diferentes hemisferios y correspondientes a dos
conflictos distintos en activo.

La terapéutica.

En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles:

1. En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se


observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que
hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen
determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar
tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo
imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el
conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca
grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste
capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde
vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo
del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la
terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos
preconcebidos!
2. A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a
punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales.
Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar
serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con
la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por
ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede
producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner
cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad.
Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como
punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y
permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores.
3. A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata
únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es
decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña
cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de
curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio.
En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a
recortar o a eliminar órganos.

La moderna falta de instinto.

La duda puede hacernos plantearnos la siguiente pregunta: Si los choques


conflictuales (Síndrome Dirk Hamer) desencadenan tales enfermedades,
¿por qué no alcanzan a todos de la misma forma, ni trastocan en igual
grado?. Respuesta: Todos tenemos capacidad para aguantar una fuerte dosis
de conflictos sin por ello caer enfermos, a condición de que dispongamos del
suficiente tiempo para prepararnos con antelación. Es el fogonazo repentino el
que nos hiela de espanto y nos paraliza, es el Síndrome Dirk Hamer lo que
desencadena el proceso. Lo que tiene de determinante es la absoluta
imposibilidad de integrar este choque conflictual.

Los fenómenos que se desarrollan en las profundidades del subconsciente, los


estados del alma y eventualmente, las enfermedades, vienen a recordarnos
nuestra naturaleza cuando la disonancia llega a convertirse en insoportable. El
terreno sobre el cual se siembran tales choques conflictivos biológicos se
desarrolla paralelamente a la síntesis de la vida. El instinto, que de forma
ordinaria debe guiarnos hasta los límites de lo aceptable, ha debido sumergirse
por debajo del nivel de percepción, cuando los inestimables descubrimientos
del Doctor Hamer, en lugar de ser acogidos con entusiasmo, son recibidos con
la prohibición de ejercer la medicina, y se despliegan esfuerzos inimaginables a
fin de mantenerlos en el hermetismo. No en todas partes, eso es cierto. En el
Estado francés, en América y a la chitacallando también en nuestro país, este
nuevo sistema se aplica ya con éxito por parte de un cierto número de colegas.

Siguen las persecuciones contra el doctor Hamer.

Durante este tiempo, el autor de estos descubrimientos, sin autorización para


ejercer y con una discreción prudente, está obligado a defenderse contra las
tentativas de los tribunales de hacerle internar a la fuerza en un manicomio, lo
que le exige estar implicado en un procedimiento penal. Sin delito cometido que
justifique esta estratagema, se inventa sin empacho uno hecho a medida -el fin
justifica los medios-, y es así como se convoca al interesado a comparecer ante
la cámara correccional del tribunal de gran instancia de Coblenza, en el primer
piso del Palacio de Justicia, calle Karmelinstrasse 14, sala 105, el 21 de julio de
1988, a las 14 horas. Por lo que sé, ésa es la última citación. A pesar de que a
esta reunión fue invitado un cierto experto, el profesor Horn, director del
hospital psiquiátrico regional, 5470 Andernach, el ingreso a la fuerza en el
psiquiátrico fracasa. Pero la cacería a caballo prosigue.

Ante esta situación llevada al límite del absurdo (y que en nuestros días no es
la única), deberemos sin duda esperar largo tiempo antes de que nuestros
pacientes puedan tener acceso normal y regular a un tratamiento de este tipo.
¡Cuántos monumentos no se han erigido con considerable retraso!.

Conclusión.

En resumen, se puede decir que este sistema lógico y coherente permite, con
medios relativamente modestos, curar con eficacia a enfermos que hasta ahora
sucumbían a su mal, o debían seguir viviendo en condiciones deplorables y
presas del pánico. Considera al hombre en su totalidad y no ya -como dice el
doctor Hamer- bajo la forma de un conglomerado de células independientes,
llevando una vida propia y portándose bien casi que por casualidad en un caso
propicio, y singularizándose igualmente al azar cuando van mal. Se ha puesto
en evidencia la coherencia, la unidad de los planos psico-cerebral-orgánico, y
ello descompone y desquicia por completo al conjunto de la medicina científica
vigente hasta ahora. Más le valdrá que empiece cuanto antes a mostrarse
dispuesta a dejarse sacar de quicio...

En cualquier caso va a producirse con todo ello una desmitificación, una


revelación, en la que se verá si se apuesta por el bienestar de los pacientes, o
por el disfrute de las ventajas derivadas de una situación fantasmal, que
funciona únicamente porque la gente cree en ella. Donde el parasitismo de una
corporación debatida más que nunca ha hecho su agosto, podemos esperar
ver levantarse las mayores barricadas, y formarse las mayores resistencias a la
Nueva Medicina del doctor Hamer. Es además una situación clásica.
Simplemente, cada vez que en el transcurso de la Historia se ha producido una
situación parecida, la sorpresa de los contemporáneos y las controversias
suscitadas han sido análogas y se han producido efectos similares.

Los puntos de vista y las concepciones, enlazados en espiga y orquestados sin


la menor verificación, como las tesis a la moda que han invadido el escenario
del cáncer durante las últimas décadas, corresponden más a una infatuación
pasajera de la época que a una realidad insoslayable. El presente es tan solo
una hipótesis que no se ha superado (Robert Musil). Como consecuencia, el
doctor Ryke Geerd Hamer ha saltado muy por encima de la sombra de su
tiempo. Es un desafío a la esencia humana de los médicos actuales. El
obstáculo que les toca franquear exige por su parte un esfuerzo intelectual y
espiritual a la vez
Las MEDIDAS TERAPÉUTICAS en la NUEVA MEDICINA GERMÁNICA®
requieren sentido común

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Introducción

El Papel del Paciente

Complicaciones

Medidas Terapéuticas

Solución del Conflicto


Introducción

El Papel del Paciente

Complicaciones

Medidas Terapéuticas

Solución del Conflicto


Introducción

Aplicar el sentido común sería tan simple, tan enriquecedor, tan


adecuadamente a tono con las necesidades del paciente y una base
fundamental de la práctica médica profesional. Pero lo que parece simple es a
menudo la tarea más difícil de llevar a cabo. Se debe recordar que a través de
las épocas, nuestros ancestros solían seleccionar a los individuos más sabios
(en términos del sentido común) para servir como doctores, hechiceros y
hombres de medicina; una persona que estuviese familiarizada con los altibajos
del alma humana era considerada ”sabia“.

De acuerdo con los principios de la Nueva Medicina Germánica® (NMG),


cualquier intervención terapéutica en el tratamiento de pacientes con cáncer
comienza explicando el contexto, ayudando al paciente a sobreponerse al
miedo inquietante de que ”células metastásicas“ se encuentran desplazándose
por su cuerpo, y explicando la patogénesis y progresión de su enfermedad,
algo de lo que el quizá ya se encuentra al pendiente. La Nueva Medicina
Germánica es diametralmente opuesta a las terapias médicas convencionales,
incluyendo sus aplicaciones más exóticas. En la medicina convencional, el
paciente, ser que sufre y que soporta su enfermedad, es usualmente sujeto al
mero tratamiento de sus síntomas, con cirugía, radiación y quimioterapia,
morfina, o también con salvado, brotes de soya, inyecciones de muérdago,
remolachas, etc.

El Papel del Paciente

Este (no-) sistema completo se ha vuelto obsoleto. Ahora el paciente se


convierte en un ”agente“ activo en el tratamiento de su enfermedad. El
asume la responsabilidad de resolver un conflicto, quizás con cierto apoyo,
pero básicamente él tiene que resolver su conflicto por sí mismo. Una solución
real es ciertamente lo mejor y lo más viable, una solución definitiva. No
hay una aproximación que se ajuste a todos, no hay en adelante, una receta
general que deba ser aplicada para poder obtener soluciones posibles. Solo
existen posibles caminos para una solución óptima, y estos difieren de un
paciente a otro. Está claro que una solución real puede no ser posible para
algunos conflictos– éstos requieren una aproximación intelectual. Una
perspectiva espiritual o religiosa puede ser útil para lograr esto, así como el
apoyo de un amigo querido, como dice el lema: un dolor compartido es dolor a
la mitad. Ofrecer apoyo espiritual al resolver un conflicto en un nivel intelectual
ciertamente ha sido un elemento central de la religión a través de las épocas.
Basados en los principios de la Nueva Medicina Germánica®, sólo podemos
decir a los pacientes acerca de los diferentes caminos para resolver su
situación. Finalmente y desde luego, depende del paciente y sólo de él mismo,
qué camino elige. En otras palabras, el paciente maneja su propia terapia, pero
siempre asistido por su médico, por si se presentan complicaciones.

Así, un paciente que va y viene entre las creencias de la medicina convencional


y el concepto de la Nueva Medicina Germánica® sentirá como estarse
mojando continuamente con baños de agua helada y agua caliente. Estando
ya afectado por su enfermedad, el paciente no mantendrá su defensa por
mucho tiempo. La mera mención de un diagnóstico de cáncer o del término
”metástasis generalizada“ lo propulsará hacia un abismo de total impotencia.
Para la mayoría de los pacientes, el supuesto común de que el cáncer
continuará creciendo constituye una sentencia de muerte. Ser llevado de la
esperanza al pánico, de la actividad a la pasividad, es entonces una situación
catastrófica para el paciente. Alternar entre estas ”duchas frías y calientes“ trae
las peores complicaciones.

Complicaciones

Existe un número de complicaciones que también pueden ocurrir durante la


fase de curación. Éstas no solo incluyen el proceso reparativo en el cerebro,
sino también los mecanismos de reparación del cuerpo llevados a cabo en los
crecimientos cancerosos. Esto es una ocurrencia normal en todos los procesos
reparativos llevados a cabo durante la fase de vagotonía después de una
llamada ”enfermedad“, como la hepatitis ó la influenza. El paciente percibe
como completamente aceptable el estar cansado y falto de energía por varias
semanas, o en el caso de la hepatitis, por varios meses. Desde luego, un
paciente con hepatitis que se encuentra en la fase de curación, que esta
cansado y exhausto, contrariamente y a pesar de sentirse bien, tenderá a
pensar que esto no es normal. Muchos pacientes quienes cursaban todavía
con su cáncer activo (simpaticotonía), comienzan a sentirse tan cansados
durante la subsiguiente vagotonía que su debilidad visible los obliga a quedarse
en cama. Cada paciente con cáncer debe aprende que esta etapa es buena y
deseada, y que de hecho esta es la etapa óptima. Por ejemplo, un paciente que
se ha fracturado un hueso, esperará experimentar dolor mientras la fractura
sana. Le es dicho que el hueso roto tiene que regenerarse por medio de la
formación de células callosas, y que esto en ocasiones duele. Esto es
básicamente similar en los pacientes con lesiones osteolíticas. La osteolisis
tiene que recalcificarse, el tejido que rodea al hueso aumenta de volumen
notablemente, y este proceso se acompaña en ocasiones por un dolor severo,
especialmente en las vértebras, cuando los foramina intervertebralia ó
forámenes intervertebrales (pequeñas aberturas entre las vértebras) son
comprimidos y empujan las estructuras nerviosas de la columna lumbar. En
muchos pacientes el dolor es casi intolerable. Desde luego, un paciente que
sabe que el dolor es parte integrante del proceso de curación que lleva hacia la
recalcificación, estará mucho más preparado para tolerar este dolor. Lograr la
vagotonía en la fase de curación después de un estado de simpaticotonía en la
fase activa del conflicto es como dar la bienvenida a la lluvia en una sequía.

En este punto el proceso de reparación del cuerpo se instala no solo en la


lesión cerebral causada por el conflicto, sino que se llevan a cabo y se
completan en el cuerpo todas las tareas ”suspendidas“ ó ”atrasadas“. Por
ejemplo, una inflamación previa, se reactivará; el sangrado, previamente en un
nivel mínimo, incrementa; y el peso que fue perdido es ahora recuperado. Los
"tumores malignos" ó las necrosis son reparadas, recalcificadas, y degradadas
por microbios en el cuerpo. Desde luego, aunque muchas de estas respuestas
son normales e incluso deseables, éstas pueden derivar en complicaciones,
como el sangrado, o el aumento de volumen causado por el edema, llevando a
comprometer funciones vitales (Ej. difteria comprometiendo las vías aéreas, un
carcinoma bronquial comprometiendo los bronquios, o un carcinoma a los
conductos biliares). Ninguna complicación entonces debe ser subestimada.

Distinguimos dos tipos de complicaciones: aquellas que ocurren en la fase


activa del conflicto (tales como los desórdenes que aparecen en los pacientes
diabéticos) y aquellas que ocurren durante la fase de curación. En el nivel
cerebral, la mayoría de las complicaciones aparecen durante la fase de
curación cuando se forma el edema cerebral, como señal de curación,
produciendo presión en el cerebro. En este punto se necesita hacer todo lo
posible para prevenir que el paciente caiga en un coma. En casos menos
severos, el café, el té, la fructosa, la vitamina C, los refrescos de cola o una
compresa helada aplicada en la cabeza, tal como en los viejos tiempos, son
medidas útiles. De todos los pacientes en la fase de curación, entre el 60 y 70
% no requieren medicación. Desde luego, la decisión de suspender la
administración de medicamentos, solo debe de hacerse una vez que el escáner
cerebral ha mostrado claramente que esto no es necesario. Podemos aprender
mucho de la Madre Naturaleza: un animal en la fase de curación se mantiene
quieto de manera natural, duerme mucho y espera calmadamente hasta que
alcanza el estado de normotonía. Durante esta fase de curación, ningún animal
con un edema cerebral se expondría por sí mismo a la luz directa del sol,
porque sabe instintivamente que el sol le hace más daño que beneficio. Es
recomendable aplicar compresas frescas a la marca caliente de la lesión
cerebral (Foco de Hamer) especialmente en la noche, periodo de descanso
vagotónico del ritmo normal día-noche. Los pacientes en la fase de curación
sufren más durante la noche, hasta las 3 o 4 de la mañana cuando el
organismo cambia al ritmo de día. Mi experiencia ha mostrado que el 95% de
los pacientes sobreviven a estas complicaciones. Para el 5% restante, este
número podría llegar a reducirse en un futuro, y el punto crítico ser pasado a
través de tratamiento de cuidados intensivos, en particular aquellos que sufren
de complicaciones en el cerebro.
Si ahora sabemos que prácticamente en todos los cánceres resultarán
síntomas cerebrales después de la solución del conflicto – ahora el paciente
estará listo y aceptará de manera calmada los dolores de cabeza temporales,
el vómito, la sensación de mareo o la visión doble, etc. como síntomas de
curación y no será más, lanzado hacia ataques de pánico. En la mayoría de
los casos, todo transcurrirá sin consecuencias serias.

Los médicos tienen que considerar las muchas complicaciones posibles que
puedan presentarse tal como en cualquier otra ”enfermedad“: una tarea con la
cual tratar. Debemos recordar constantemente, ¿de qué sirve que el paciente
no muera debido al cáncer sino debido a una complicación que el cuidado
profiláctico pudo haber prevenido? La muerte es final. Casi todos los pacientes
que fueron a verme eran aquellos calificados como casos sin esperanza por la
medicina convencional. Y estuve forzado a ver sucumbir a muchos pacientes a
sus enfermedades, pacientes que no pude ayudar más en ese punto, con los
precarios medios disponibles porque mis antiguos colegas eligieron no
apoyarme. Muchos de esos pacientes no tuvieron que haber muerto. Estoy
convencido de que si tan solo algunos de mi antiguo grupo, en particular
colegas especializados en neurocirugía y en cuidados intensivos, hubieran
contribuido con su habilidad, hubiésemos sido capaces de manejar estas
complicaciones en un tiempo muy corto.

Medidas Terapéuticas

Las medidas terapéuticas en la NMG ocurren en 3 niveles (ver ”Pasos de la


Terapia en la NMG“):

Nivel psicológico: terapia psicológica práctica, basada en aproximaciones de


sentido común

Nivel cerebral: observación del progreso y terapia de las complicaciones


cerebrales

Nivel orgánico: terapia de las complicaciones orgánicas


Cuando se inicia la terapia, debemos tener en mente que todo lo que pasa en
el organismo ocurre simultáneamente y en una forma sincronizada. Bajo
ninguna circunstancia debemos estar tentados a dividir la Nueva Medicina
Germánica® en subespecialidades, con alguien a cargo del cuidado del alma,
otro del cerebro y un tercero de los órganos. Como regla, debemos distinguir
entre la fase activa del conflicto - (fase ac) y la fase de curación (pos-
conflictolisis, fase pcl). Si el individuo se encuentra todavía experimentando el
conflicto activo, el choque del conflicto ó SDH debe ser determinado en orden
de saber la duración máxima del conflicto, el contenido del conflicto y su
manifestación en los órganos. Más aún, es muy importante identificar el
progreso del conflicto, en particular su intensidad, de manera que se pueda
evaluar la masa del conflicto apropiadamente.

Es igualmente importante saber si el paciente es zurdo o diestro, y cual es su


estado hormonal actual: por ejemplo, si la paciente femenina se encuentra en
la madurez sexual o si ya ha entrado a la menopausia, o si ella toma
anticonceptivos. Lo mismo aplica, mutatis mutandis, a los pacientes
masculinos.

Solución del Conflicto

Las soluciones para los conflictos – se deben encontrar junto con el


paciente. Entre mejor desarrollada se encuentre la intuición del terapeuta y más
pronunciado esté su sentido común, más fácil será asistir al paciente en
encontrar una solución real y práctica o intelectual al conflicto. En mi opinión,
una solución de conflicto elegida por el paciente parece ser la más benéfica
porque él estará completamente de acuerdo. El paciente será capaz de vencer
su conflicto de pánico solo si es tranquilizado y liberado de la preocupación, tal
como cualquier animal que vence su pánico tan pronto como siente o ve a su
guarida, su nido, su madre, rebaño, grupo, otros animales, etc. Los sedantes
de cualquier tipo no solo distorsionan el cuadro completo sino que pueden
involucrar el riesgo de tornar un conflicto activo agudo en un conflicto pendiente
subagudo. Cualquier tipo de agitación es también muy peligrosa y debe ser
evitada porque los eventos molestos o perturbadores, así parezcan triviales,
pueden escalar y accionar un nuevo conflicto o una recaída de conflicto en
cualquier momento.

Cuando el conflicto del paciente ha sido resuelto, es importante llevar a cabo


una tomografía computarizada cerebral tan pronto como sea posible debido a
que la inminente crisis epileptoide puede accionar una complicación la cual
debe de ser tratada en adelante. En el caso de un conflicto de pérdida de
territorio, el potencial de un ataque cardiaco inminente debe de estimarse. El
ataque cardiaco ocurre aproximadamente de 2 a 6 semanas después de la
solución del conflicto.

Contra medidas apropiadas pueden aplicarse entonces si es necesario.

La CIRUGÍA en la NMG solo debe ser considerada si se estima apropiada, Ej.


si el proceso de curación espontáneo natural tomará mucho tiempo y resultarán
consecuencias severas para el paciente. Por ejemplo, el seno de una paciente
femenina pudo haber sido dañado hasta el punto donde el curso biológico
continuo ya no puede ser psicológicamente aceptable para el paciente.

Un tratamiento con MEDICACIÓN no es solo del dominio de la medicina


convencional; en la NMG, desde luego, el uso de fármacos se restringe a
prevenir y aliviar las complicaciones que aparecen durante el proceso natural
de curación. No usamos medicación para tratar el cáncer, en contraste a la
llamada aproximación quimioterapéutica, que no está nada lejos del exorcismo.
Me puedes preguntar, bueno, ¿cuál es exactamente el tratamiento terapéutico
para una enfermedad cancerosa?

Un sabio y carismático médico sabrá inmediatamente a que me refiero. Sólo


pregúntale a una madre cómo maneja la tristeza de su hijo. Sorprendida por
esta pregunta, ella contestará que no sabe cómo, pero que siempre se las ha
arreglado para reconfortar a su hijo y hacerlo feliz. De manera similar, no puedo
proveer reglas probadas y ciertas sobre cómo aproximarse a un paciente en un
nivel ”psicoterapéutico“, y menos puedo hacerlo en términos de tratamientos de
terapia para la familia del paciente, para su supervisor, sus colegas de trabajo o
sus vecinos de forma que ellos puedan ”participar“, especialmente si son parte
del conflicto. No sólo tratamos al paciente sino que también las personas
en su ambiente deben de ser siempre alentadas para participar también. Si
no, el paciente no puede ser ayudado. Esto es prácticamente cuestión de
habilidad y tacto del médico tratante. Pero a menudo, y Dios es mi testigo, los
familiares del tío, el cuñado, ó el padre no están siquiera interesados en que el
paciente continúe vivo, y que posiblemente se vean retrasadas las ”cuestiones
de herencias“. ¡Aquí es donde la terapia verdaderamente tiene sus límites!

No hay necesidad de tener pánico en la NMG. Muy pocos conflictos


sucesivos, especialmente los conflictos de pánico, son activados, porque
habiendo el paciente entendido sus principios desde el inicio ó aún mejor,
desde antes de que ocurriera su enfermedad, éste reaccionará muy
calmadamente frente a los síntomas predecibles, en particular hacia aquellos
encontrados durante la fase de curación. Contrariamente a las suposiciones
comunes, él sabe que estos no constituyen enfermedades. El paciente sabe
que cada proceso es parte de un programa biológico significativo
especial activado por la Madre Naturaleza en su propio beneficio.

El paciente será capaz de entender qué está ocurriendo y por qué tiene
que ocurrir y sabrá que el 95% de los pacientes tratados con la NMG
sobrevivirán. Ciertamente, muchos de nosotros en algún momento u otro
experimentaremos un nuevo conflicto y sufriremos un nuevo ”cáncer“, pero esto
es parte normal de la vida, y no es una cosa tan mala, una vez que has
entendido los principios de la Nueva Medicina Germánica®.

Algunos pacientes pueden dudar, en vista del hecho de que la aproximación en


la terapia de la NMG no se sostiene de las (dudosas) creencias médicas
convencionales. Desde luego, lógicamente la comprensión de los
principios de la NMG dicta en un amplio grado qué tipo de terapia debería
usarse.

La terapia de la NMG se asemeja lo más posible a lo que consideramos


biológicamente lógico para los humanos y animales similares. No es una
”medicina que pueda ser tragada“ – como apropiadamente la describió un
antiguo paciente. Esto no significa, claro está, que no empleemos
medicación si la encontramos útil y buena para el paciente. De hecho, toda
medicación con un efecto sintomático positivo debe usarse para el beneficio del
paciente, pero sólo después de habernos preguntado si el doctor se lo
prescribiría a su propia esposa

LA SALUD PSÍQUICA DESDE EL PUNTO DE VISTA HOLÍSTICO-


ESPIRITUAL

Dr. Claudio Burga Montoya, Médico de la U.B.A.

Lic. Claudia Perez Gaona, Licenciada en Psicología Clinica ( U.B.A.)

Asistimos a una época en la que aún persisten modelos “aparentemente”


antagónicos para tratar las enfermedades de los seres humanos.

Proponemos el desarrollo de nuevos abordajes curativos que impliquen una


integración de propuestas provenientes de medicinas holísticas, alternativas,
extra-académicas, también llamadas blandas o más inocuas. Estas ven al ser
humano como una totalidad cuerpo-mente, lo cual precisa de la comprensión
profunda de la problemática de la persona y, si el caso lo exigiese por su
urgencia, el uso de medicinas químicas tanto de origen natural (fitoterapias,
vitaminoterapias) o medicamentos de síntesis. En cada caso particular,
apelamos a la elección de las medidas más inocuas posibles para la curación
total.

Lo que en nuestra cultura actual se manifiesta habitualmente es una


disociación de estas distintas terapéuticas. Proponemos una manera nueva de
pensar los viejos problemas, un CAMBIO DE PARADIGMAS que nos
conduzcan desde los antagonismos, hacia la INTEGRACIÓN: un ejercicio de
apertura y valoración de las cualidades de ambos hemisferios cerebrales.

Observamos que nuestra sociedad, tanto como la formación académica que


recibimos, valoran casi “exclusivamente” las cualidades de la lógica, la razón, el
cálculo, el análisis, la lectura lineal: causa- efecto, lo “científico” (calificado en
términos de mediciones, estadísticas y casuísticas numéricas).Es decir
relaciones funcionales, concientes, “acciones” médicas: todas ellas inherentes
al hemisferio izquierdo en forma tan predominante, que absolutamente anula y/
o descalifica lo proveniente de nuestras otras capacidades. Ellas son el
pensamiento analógico, la visión de conjunto, la intuición, las relaciones
esenciales (y no solo funcionales), la inclusión del Alma (y no sólo del cuerpo) .

Proponemos evitar los diagnósticos duros y la presunción de cronicidad, ya


que fijan al paciente en una posición equivocada que no propende a la
curación. Observamos que las terapéuticas que practicamos hacen
innecesarios tales diagnósticos, en la medida que ayudan a la movilidad de los
síntomas y a la activación de los propios recursos de salud del paciente, que se
ven anestesiados por otros tratamientos. Por otra parte, lo considerado
“normal” es sólo un frecuencia estadística más ligada a Eros, y lo “anormal”
está más ligado a Tanathos , el polo de la muerte. La dificultad y a la vez lo
maravilloso es encontrar el punto medio.

DESARROLLO

Este nuevo orden de cosas supone la superación de los actuales


antagonismos, equivocadamente considerados territorios opuestos para
convertirlos en una verdadera integración de opciones según las necesidades
lo impongan:

Hemisferio derecho INTEGRADO CON hemisferio


Izquierdo
Intuición “ razón
Energía “ materia
Alma “ cuerpo
Pensamiento analógico “ Pensamiento
lógico
Lo Holístico “ Lo Académico
Alcalino “ Ácido
Relaciones esenciales “ Relaciones
funcionales
Magnético “ Eléctrico
Sentimiento “ Pensamiento
Vivimos en un mundo de POLARIDADES, y esto constituye EL PROBLEMA
CENTRAL

DE NUESTRA EXISTENCIA: constantemente estamos frente a dos


posibilidades de acción y esto nos obliga a decidir. Habiendo dos posibilidades,
sólo podemos realizar una y dejar irrealizada la otra. Pretender no elegir es ya
elegir algo, por ende ponemos en acción nuestro código de valores. Pero en
este mecanismo, perdemos progresivamente la noción del otro polo y las
verdades intrínsecas que contiene.

Desde el momento en que decimos YO y nos discriminamos así del TU (EL


NO YO), quedamos presos de diferentes contrapuntos:

lo interno y lo externo

mujer y hombre

bien y mal

verdad y mentira.

Es un problema de nuestro EGO el no poder percibir, reconocer o imaginar


siquiera LA UNIDAD, EL TODO. Es decir, más allá de la polaridad que como
individuos soportamos, está LA UNIDAD, el TODO, el lugar donde se aúnan los
“contrarios”, más allá del tiempo y el espacio, está el SER PURO en reposo
permanente, sin forma ni actividad.

Nuestro PENSAMIENTO precisa de la premisa de la polaridad por los


mecanismos que le son inherentes, pero el mundo en sí no es polar, sólo el
CONOCIMIENTO que tenemos de él lo es.

SALUD: es un estado de integridad, en conexión con la verdadera esencia.


ENFERMEDAD: Es negar uno de los dos polos: su sombra. La evitación del
verdadero aprendizaje del Alma. La persona erra el fin de su existencia: lo que
implica una desconexión de lo que venimos a aprender.
CURACIÓN: SUPERACIÓN DE LA POLARIDAD, integrando la sombra.

El Yo: el ego, la personalidad, uniéndose al Ser, al Alma, a lo


esencial.

Como terapeutas, estamos frente al desafío de eliminar los aparentes VERSUS


y enriquecer nuestra comprensión del hombre desde todas las caras del
múltiple prisma que éste es en realidad. Esto nos exige tolerancia a las
paradojas, a la incertidumbre y a la ambivalencia, y excluye la pretensión de
alcanzar la unívoca verdad mediante la destrucción de una de las opciones.
Superar el conflicto supone ir más allá de las demarcaciones auto impuestas.
La crisis del paciente es el vórtice del cambio que nos dá la oportunidad de
generar un salto cualitativo en su enfermedad. No tiene que ver con un tiempo
lineal sino con un tiempo circular que puede generar un cambio de estructura
que lleve a la curación o al mejoramiento de su estado. Es necesario
comprender el sufrimiento esencial para poder trascenderlo y no luchar “contra”
la enfermedad o el síntoma, al que vemos como potencialmente mutable.

Incursionar en el fascinante mundo de la Psicología y Salud Holísticas no


implica apartarse de un camino conocido, académico, seguro, verificable para
iniciar otro, sino celebrar el encuentro entre ambos lados de la misma moneda (
la razón y la intuición), renunciando a la divisoria, siendo permeables al
intercambio de los dos hemisferios cerebrales, evitando concientemente el
predominio alternativo de uno a expensas del otro.

PENSAR CON EL CORAZÓN Y SENTIR CON LA MENTE: sintetiza para


nosotros la alquimia de la vida: lo funcional y lo esencial, lo analítico y la visión
de conjunto, el pensamiento digital y el analógico, la forma y el contenido.

*La dialéctica llama a este proceso tesis, antítesis y síntesis.

*El Tao simboliza la unidad: El lado oscuro contiene en sí una pequeña porción
de lo claro y el claro incorpora algo de la oscuridad, complementando los
opuestos.

Somos seres multidimensionales, dotados de cuerpo físico, mental, emocional


y espiritual.

Los remedios florales y los homeopáticos ALINEAN los cuerpos nombrados,


ejerciendo una capacidad de armonía INTEGRAL, PROFUNDA y
EQUILIBRADA. Nosotros, como médicos, psicólogos, terapeutas holísticos
¿seremos capaces de alinear nuestros conocimientos del hombre en varios
planos, no sólo su cuerpo físico o mental?

Aprender es des-aferrarse de lo conocido, des-bloquear nuestra mente, des-


apegarse de lo viejo para RE-LIGAR con libertad, para INTEGRAR al hombre
con su esencia, para RESTAURAR la ruptura producida por nuestra mirada en
una sola dirección.

Si escuchamos el lenguaje del síntoma, nos indica el camino de la verdadera


CURACIÓN., y no el alivio con el abordaje solo farmacológico, que no
contempla la comprensión profunda de la angustia existencial de ese individuo.

El arte del tratamiento es volver a conectarlo con su circuito de afectividad


verdadero. Esto tiene que ver con las “acciones” que puede llevar a cabo y no
con un mero análisis de la situación, que se pueda convertir en un discurrir sin
ningún resultado práctico.

El trabajo homeopático y/ o floral tiene un recorrido progresivo, a través de las


distintos planos energéticos llevando la enfermedad desde el sistema nervioso
hacia planos más superficiales, observándose en la práctica que al mejorar su
psiquismo se agravan ciertos síntomas físicos.
En este contexto, las flores van integrando hemisferios y otros aspectos
complementarios para lograr mayor contacto con lo que la persona tendrá que
estimular para superar su conflictiva e ir hacia una vida de relación. Este es el
fin último de nuestra existencia, ir hacia el nosotros, que tiene que ver con
trascender el ego a través de la conexión con nuestra sabiduría interior. Esta
proviene del contacto con nuestra Alma que es la parte que anhela aprender en
nosotros.
El conocimiento intelectual, hemisferio izquierdo ,lógico-racional no se debe
confundir con la verdadera sabiduría que proviene del corazón, relacionada con
el sentirnos y sentir al otro. Como la sabiduría proviene del interior, por eso es
singular, en cambio los conocimientos son adquiridos y acumulativos ya que
provienen del exterior.

Cuando SENTIMOS, la comunicación transita por el canal de lo verdadero y


trascendente (transformación) lo cual sana al vínculo, a la persona, y al mundo.

Por eso las personas que nos dedicamos a CURAR no podemos estar
pensando en factores como el tiempo o cualquier otra cosa que nos impida
estar REALMENTE PRESENTES, porque sino, no hay unión ni entrega, y así
es imposible crear el VÍNCULO. Esto implica que trabajamos solo a través de
esta CONEXIÓN, inmersos en la díada Sanador-sanado. Sí estamos atentos,
permanentemente estaremos aprendiendo de todos y de todo lo que nos pasa.
Intuímos que nos van llegando aquellos pacientes con los que tenemos
especial sintonía y con los cuales el aprendizaje será mutuo, a los que estamos
capacitados para curar porque nuestra sabiduría interior, en constante
expansión, ya atisba a resolver ese aspecto en el otro. Esto a su vez refuerza
ese conocimiento intrínseco en nosotros y nos ayuda a reconocerlo desde otro
lugar que

nos ayude a evolucionar.

Material utilizado, Método, forma de trabajo

Interconsulta ( médico, psicóloga, psiquiatra )- antipsiquiatría (estrategias con la


familia y de alejamiento temporario de su hogar)- redes de contención externa-
Técnicas varias: medicación homeopática, psiquiátrica, dieta naturista, testeo
muscular ,con el consiguiente equilibrio de meridianos de acupuntura,
auriculoterapia, desbloqueo de puntos neurolinfáticos en el cuerpo y
neurovasculares en la cabeza, limpiando el stress de las situaciones
traumáticas de la vida,con el trabajo sobre los focos de Hammer a nivel
cerebral con Soft laser, entrevistas psicológicas con la paciente y con
miembros de su grupo familiar y/ o personas allegadas que pudieran dar
contención, ejercicios de meditación, práctica de Yoga, etc.

Discusión

análisis del trabajo, comparación con otros estudios, tablas, gráficos,


estadísticas.

EL CASO E:

Historia y perfil psicológico familiar:


La paciente tiene 59 años, casada, nacida en el interior. El esposo tiene un alto
cargo laboral pero padece la crisis social-económica actual con alto grado de
stress y responsabilidades auto impuestas excesivas para su status actual. Por
ejemplo, sus cuatro hijas, ya adultas, dependen económicamente de ellos en
diversas medidas. El suele irritarse mucho, es violento, dominante pero no
hace nada por cambiar este modelo que lo beneficia secundariamente en no
pocas cosas. “Tiene siete mujeres a su cargo”, contando al personal doméstico.

También se encoleriza mucho con E., en especial descalificando sus opiniones,


su juvenil estilo de vestirse, sus arrebatos emotivos y/ o exacerbando sus
estados.

Su capacidad de contención es baja a nula y su capacidad para desatar los


“picos emocionales” de ella es notoria. Es de consignar que también él tuvo
problemas psiquiátricos varios, que quedaron sin resolver, entre los cuales
constan dos intentos de suicidio. Están juntos hace 44 años y la dependencia
mutua, pero en especial la de él, es paradójicamente muy marcada.

E. comienza a cursar la menopausia. Queriendo verse mejor, dos años antes


comienza a tomar anfetaminas, uno de los factores que consideramos
desencadenantes de su trastorno bipolar. Luego de un pico de excitación,
violencia y euforia que irrumpe ante la internación geriátrica de una tía y la
mala praxis a la que se veía sometida, el marido simplemente retira las
denuncias policiales que ella hiciera oportunamente y exige que se la medique.
Ninguna interpretación le aclara el lugar simbólico de esta tía en su vida, ni la
identificación con la vivencia de injusticia y malos tratos, tantas veces padecido
por ella (ya que su marido solía violentarse hasta físicamente).

E. viene a nuestra consulta homeopática presa de un estado depresivo que


lleva siete meses de evolución. Se presenta con una nerviosidad ansiosa, mal
humor proveniente de reiteradas peleas familiares donde ella siente que dos
de sus hijas la atacan y dos la defienden, dramatizando el conflicto familiar.
Reprocha a los otros sus faltas hasta llegar a ser hiriente y no soporta que se la
contradiga. Ante esta constante confrontación que la agobia ostensiblemente,
elige inconscientemente la depresión como mecanismo de evasión, que le
permite aislarse de su familia y entorno. Los síntomas físicos que eran efectos
adversos de la medicación : sensación de cabeza en el aire, visión borrosa,
náuseas, zumbido de oídos, mucha fatiga, mareos al pararse y falta de apetito.

La medicación con la que había sido tratada fue: Risperdal, 1 mg,(¼ 3 veces
por semana) Clorpromazina ,25 mg /día, Fluoxetina, 20 mg/día(3 veces
semanales), Haloperidol inyectable y Akinetón, a la que se le agregó el crudo
diagnóstico de que su vida siempre estaría signada por estos estallidos, sin
anticipación posible y mucho menos posibilidad de cura. El estigma de la
enfermedad mental de E. prendió rápidamente en su familia, ávida de un
depositario de todo lo irresuelto en cada uno de ellos. De allí que insistieran en
la continuación del mismo tratamiento durante meses, pese a la evidencia de
su empeoramiento progresivo. Ya no salía de su cama, ni dormía, perdió peso
considerablemente, se sentía “drogada” y literalmente no podía estar parada.
El vínculo terapéutico con nosotros fue inmediatamente positivo. La
medicación instituida fue la siguiente: Trazodone, 50 mg/día, Hipérico, 300 mg,
Gingko Biloba 80 mg, D-L fenilalanina, 400 mg. Se le recomiendan sesiones
psicológicas a las que comienza a asistir con regularidad. Prosigue la mejoría
en la medida en que va pudiendo tomar su medicación y poner en práctica
algunas indicaciones del equipo tratante: comienza clases de Yoga y relajación,
sale a tomar sol al jardín, mejora su dieta basada en el naturismo,
comenzamos la comprensión profunda de lo acontecido y también lo
reforzamos con afirmaciones positivas acerca de su propia colaboración en su
mejoría y salud integral Primera semana: Natrum Muriatricum, 30. Segunda
semana: Ignatia 30 (una microdosis) ante una exacerbada sensación de
injusticia. Tercera semana: Sepia 200, con lo que mejora su estado general,
pero persiste el insomnio. Aumentó el apetito, y mejoraron los mareos y no
siente tristeza, excepto al despertar. Cuarta semana: Sepia 1000 con lo que
mejora la visión borrosa y la sensación de flojedad. Sexta semana : refiere
estar bien, sin náuseas, 50% mejor de la tristeza, pero el mal humor no mejora
y está fastidiosa. Se le retira la medicación farmacológica y el complejo de
plantas, agregándole Valeriana 900 mg para mejorar el sueño y se le
desobstruyen los bloqueos linfáticos. Tres meses después ya no refiere estar
triste, no tiene mal humor y en caso de estar sola no busca salir
compulsivamente de la casa.

Al tomar más confianza empieza a decir frases como “esta vez mi médico lo
elegí yo”, “el problema mío es en realidad de los dos,” y comienza a
desarticular el lapidario diagnóstico anterior acerca de su cronicidad. Por estos
tiempos, el marido no acepta ser citado salvo para reportar sobre ella y se
resiste a ver su rol en este problema.

Cuando mejora un poco más, él comienza a hostigarla ostensiblemente, celarla


, negarle el dinero para Yoga y a quejarse de los costes del tratamiento,
ofreciendo volver a los médicos de la Obra Social, claramente de otra línea
terapéutica. Ella va haciéndose cargo de su bronca e intenta no auto agredirse
más como antes cuando solía descargarlo, masoquistamente sobre ella. Se va
algunas horas cuando él está violento, anhela cierta independencia económica,
insiste en que por primera vez se está cansando. Hasta entonces, había sido
sumisa y auto agresiva, optando por deprimirse. Esta vez está enojada, se
siente tratada injustamente, como a una niña, juzgada, y manifiesta querer
estar lejos de él, disimuladamente. Por primera vez acepta una invitación de fin
de semana que lo encoleriza terriblemente. También intenta armar algún
proyecto laboral vendiendo sus tejidos y pone excusas para estar menos en su
casa. Allí agregamos una fórmula floral al tratamiento para trabajar su
sensación de víctima, la comprensión global, el perdón, las quejas, el
sometimiento y la pérdida de conexión con su Yo esencial, su maestro interior.
También cambiamos su medicamento por Belladona 200 por síntomas
correspondientes con su incipiente fase maníaca que iba en plena evolución
ante la permanente y aún irresuelta conflictiva de pareja. Ante la angustiosa
demanda familiar, se la medica con Litio 900 mg y Clonazepám 2 mg. .En todo
momento se siente algo rebelde con la medicación por las malas experiencias
anteriores con lo que discontinúa la ingesta por intolerancia a nuestra
indicación de que se la administren y la poca capacidad familiar para hacerse
cargo de esta responsabilidad.

Decidimos tener entrevistas con él, con algunas hijas y con un médico allegado
a la familia, buscando descomprimir la creciente violencia de ambos. La
solución que hallamos fue que ella se hospedara unos días en un Spa de este
médico amigo para que no llegue a un nuevo episodio “maníaco”completo. En
menos de una semana la familia la regresa a su casa, pero ya más
discriminados y serenos. Se le cambia el medicamento homeopático a
Veratrum Album 30 que va aliviando progresivamente la ansiedad y permite un
mejor vínculo con el marido que a su vez acepta tratarse homeopáticamente
como había sido sugerido desde hacía tiempo. Ella ya duerme mejor, él
comienza a contenerse un poco.

Hemos intentado una entrevista familiar ampliada en oportunidad de la


internación, pero fue rotundamente rechazada por el marido. Actualmente, ante
la conflictiva situación de una de sus hijas se les reitera la necesidad de una
entrevista familiar que fue mejor aceptada.

Resultados

Intentamos no diagnosticar como “paciente” sólo al asignado por la familia, o al


que consulta, ya que partimos de la premisa que la familia está afectada en
más o menos medida por el conflicto. Lo que devolverá la armonía al “paciente”
será la integración de las terapéuticas lo más inocuas posibles (sin que por
esto sean insuficientes) si el caso lo permite, aunados con la contención de la
red familiar junto con el exhaustivo seguimiento terapéutico correspondiente.
Este incluyó medicaciones homeopáticas, florales y/ o equilibrio de los
meridianos de acupuntura, magnetoterapia , etc,

Conclusiones

Creemos que lo que favoreció su restablecimiento fueron: la


complementariedad de las técnicas usadas, la cuidadosa evitación de un
diagnóstico cronificante, la comprensión “familiar” del síntoma para que no
recaiga exclusivamente sobre ella el peso de la enfermedad, la confianza que
logró sentir por el equipo tratante (en la medida que fue “elegido”por ella), el
reconocimiento del predominio del hemisferio derecho y no obstante el trabajo
de equilibramiento de ambos hemisferios, la revalorización de sus “cualidades”
innatas, cambiando la mirada hasta ahora desvalorizante sobre ellas y el
apartamiento de su hogar por cinco días en el momento oportuno para
descomprimir la situación general .

La psiquiatría a la que ella venía sometida usaba la polifarmacología, siendo


posible sustituirla por medicaciones naturales y un solo fármaco que eliminaron
los efectos adversos y mejoraron su equilibrio psicofísico en tres meses. De
haber sido una familia naturalmente más continente, hubiéramos podido
contenerla con menos medicación química. Actualmente nos proponemos
reforzar las estrategias familiares, cosa que no era posible en aquel momento
por las resistencias de ellos. La familia pareció necesitar la mejoría de la
paciente para afianzar su confianza en nosotros.

En el trabajo homeopático, encontrar el similimum no siempre es posible al


principio en pacientes polimedicados.

La medicación psicofarmacológica también tuvo el sentido de contener el


cuadro hasta tanto la mejoría del paciente permita la retirada del mismo, lo que
le dá a la homeopatía un carácter de evolutividad sintomática.

Bibliografía

----La enfermedad como camino: Dethlefsen y Dahlke

La curación cuántica : Dr Deepak Chopra

Escritos del Dr Edward Bach

La conciencia sin fronteras :Ken Wilberg

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