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Espacio Temporal Mundial

Geografía de África
Posición geográfica y límites.
África constituye la porción sudoccidental de la gran masa continental llamada viejo
mundo, integrada a sí mismo por Europa y Asia. De estas tres partes, África es la única
que está realmente individualizada, pues las otras dos carecen de verdaderos límites
naturales de separación, y se las considera en conjunto como un único continente con el
nombre de Eurasia.

A este continente se lo denomina con frecuencia como “Continente Negro”, por el


predominio de la raza negra en la composición de su población (sobre todo en la región
subsahariana), y también por el desconocimiento de las regiones interiores del continente
hasta casi fines del siglo XIX.

África se halla netamente separada de Eurasia casi por todas partes, con excepción de un
breve trecho en el noroeste, donde se halla unida a aquella por el desértico istmo de
Suez. Por tal causa es considerada, por algunos autores, como la mayor de las
penínsulas de la masa continental euroasiática. Pero también desde la apertura del canal
de Suez, en noviembre de 1869, construido artificialmente por el hombre, y que puso en
comunicación las aguas del mar Mediterráneo con el mar Rojo, la unión de tierras con el
viejo mundo ha quedado rota, y desde ese momento África es posible de circunnavegar.

El asilamiento del continente africano es muy relativo, mientras que Américas y Australia
se hallan separadas por amplias extensiones oceánicas, las costas africanas tienen
enfrente las costas de Asia (Arabia) y de Europa, separadas por simples mares
continentales de escasa anchura, como el Rojo y el Mediterráneo. El istmo de Suez, así
como los estrechos de Gibraltar y de Túnez, que hasta hace tiempos geológicos recientes
eran también puntos de unión y han permitido el intercambio de la flora y la fauna, así
como los desplazamientos humanos.

En tiempos históricos, el mediterráneo ha constituido un lazo de unión de los pueblos en


sus costas, y no una barrera infranqueable, como lo fue durante mucho tiempo el Océano
Atlántico. Así se explica que la región mediterránea, que comprende los países europeos,
africanos y asiáticos bañados por ese mar, constituye una verdadera unidad geográfica
bien individualizada en sus aspectos climáticos, biogeográficos y aún cultural.

La unión de África con Eurasia era solamente en el istmo de Suez, de 145 Km. de ancho
entre Port Said y Suez, y con una elevación de 16 msnm. En el resto de su contorno, los
límites están determinados por distintos océanos y mares. En toda su costa septentrional
la baña el Mediterráneo, que la separa de Europa. Al oeste el Océano Atlántico, que lo
separa de América de Sur, de la cual dista 2500 Km. en su punto de máxima
aproximación, entre Dakar y Natal; al este por el Océano Indico y el Mar rojo, ambos

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comunicados entre si por el golfo de Adén y el estrecho de Bab el Mandeb, y que la
separan de Asia. Con este último continente, África se halla también en relación de
continuidad, por el istmo de Suez, dado que el canal allí existente, tiene solamente 100 m
de ancho. De Antártida el continente africano dista 3400 Km.

Este continente no constituye una unidad natural, ya sea por es resultado de una
yuxtaposición de tres zonas estructural y morfológicamente distintas, la región del Atlas, el
África de las mesetas y el África austral, o bien porque desde el punto de vista estructural,
morfológico, climático y biogeográfico, África no termina en el mar rojo, sino que se
continúa en la península arábiga.

El lugar donde África se aproxima más a Europa es en estrecho de Gibraltar de apenas


14 Km de ancho, entre Marruecos y España. En el centro de Mediterráneo, entre Túnez y
Sicilia, la separación en el estrecho de Túnez alcanza a 140 Km. Más al este, entre
Cirenaica y Creta, la tierra europea más meridional, la separación es de 300 Km.

La mayor separación de África con Asia, sacando el canal de Suez, es en el mar Rojo,
entre las costas de Dijibuti y el extremo sudeste de Arabia, donde se halla el estrecho de
Bab el Mandeb (puertas de las Lágrimas), es de solo 26 Km. de ancho, en el cual se
halla el islote volcánico de Perín, que se encuentra a solo a 20 Km. de la costa africana.

Por su posición, África ha tenido desde épocas remotas intensas relaciones con Europa
por el Mediterráneo y con Asia por el istmo de Suez y el mar Rojo.

África se extiende casi por igual en los hemisferios Norte y sur.

Sus puntos extremos son:

Norte el Cabo Blanco, sobre el mar Mediterráneo, situado a 37° 19 N

Sur el cabo Agujas a 34° 51 S

Oeste el cabo Verde, sobre el Atlántico a 17° 55 O

Este el cabo Res Hafun, sobre el océano Indico a 51° 22 E

Entre los puntos extremos mencionados, África se extiende 72° 10 en sentido latitudinal y
69° 17 en sentido longitudinal; es decir que entre los puntos extremos Norte y Sur hay una
distancia de 8100 Km., y entre los extremos Este y Oeste es de 7800 Km.

Según los valores anteriores, África se encuentra situada en su mayor parte dentro de un
área intertropical, ya que se encuentra atravesada por su parte central por el Ecuador y se
encuentra casi por igual más allá de los trópicos. Por lo tanto, en latitud se encuentra
situada en ambos hemisferios, el boreal y el austral; en longitud , la mayor parte de su
territorio queda en el hemisferio oriental y solo una pequeña porción en el occidental.

La superficie de África, considerando únicamente la porción continental, es de 29.565.308


Km2 y con las islas, que suman en total 615.500 Km2, destacándose Madagascar como

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la más importante con unos 587.041 Km2, llega a los 30.180.808 Km2. Es decir unas tres
veces la superficie de Europa, y algo más de la quinta parte de las tierras emergidas. Por
consiguientes, le corresponde a África el segundo lugar en los continentes después de
Asia, o el tercero si consideramos a América como un solo continente. La población de
África asciende a los 1.009.616.000 de personas, según datos estimados en 2010.

La característica más notable de este continente es su configuración maciza y su escasa


variedad física. Tanto su superficie como su contorno carecen de grandes accidentes.
Las islas y penínsulas llegan solo al 2,1% de la superficie total, en tanto si lo comparamos
con Europa, este llega al 35% y América del Norte 25% y Asia 24%

A si mismo, África se distingue por su considerable altitud media, 750 msnm, a causa del
dominio de mesetas y terrazas escalonadas en sus formas de relieve, y por la escasez de
llanuras aluvionales, que solamente forman angostas franjas costeras. Las costas son
monótonas, regulares y con pocos refugios seguros, en general poco favorables para la
instalación humana. En Europa, la parte mas alejada del mar se halla a solo 800 Km.,
mientras que en África se halla a 1600 Km.

Si se establece una comparación entre la superficie y el desarrollo costero se observa que


Europa tiene 1 Km. de costa por cada 300 Km2 de superficie y en África 1 Km. de costa
por cada 1400 Km2 de superficie.

Otros rasgos distintivos de África son los ríos llenos de cascadas y rápidos, sobre todo en
su curso inferior; su cuenca lacustre, que es la segunda más grande del mundo por su
extensión; su semejanza climática entre sus áreas al norte y sur de ecuador; sus extensos
desiertos y sus selvas impenetrables.

África se presenta extendida hacia el norte, en tanto que se va adelgazando hacia el sur.
Por su forma, se puede dividir en dos grandes regiones: al norte una de forma
trapezoidal, y al sur una de forma triangular.

Faltan en África las verdaderas penínsulas, ya que Somalia está tan unida al tronco
continental, que solo con dificultad puede ser considerada como tal. Carece también de
grandes islas continentales como también mares costeros, e incluso hay ausencia de
grandes golfos, solo los de pequeño y gran Sirte (mar mediterráneo) y el de Guinea (Oc.
Atlántico)

El litoral Africano carece también de los variados accidentes de las tierras del viejo
mundo, donde los golfos son vastos y abiertos. En tanto que la costa carece de
accidentes en largos trechos. Por la escasa articulación del litoral, el africano carece de
territorios insulares, lo que constituye otra diferencia con el viejo mundo. Madagascar es
la de mayor tamaño, constituye una región independiente y la separa del continente el
canal de Mozambique, que alcanza una profundidad máxima de 3420 m. De las islas
restantes, la mayoría son oceánicas, ya sea de origen volcánico o coralino, representando
formaciones independientes del continente. Solamente algunas pocas islas se asientan
sobre la plataforma continental.

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Entre las islas oceánicas se hallan las de Canarias, situadas fuera de la plataforma
submarina, pero relacionadas con los montes Atlas; las islas del Golfo de guinea
(Fernando Po, Príncipe, Santo Tome y Annobon), que juntamente con el monte Camerún,
constituyen un alineamiento volcánico. Las islas Madeira y del Cabo verde, así como las
Seychelles y Almirantes (de origen coralino) y las Mascareñas (Mauricio y La Reunión) y
Comores, de origen volcánico, surgen aisladas en medio del océano, asentándose a gran
profundidad. En cuanto a las islas de Ascensión, Santa Elena y Tristán de Cunha, se
encuentran en medio del Océano Atlántico y surgen de la dorsal meso atlántica.

Entre las islas continentales, que representan porciones del continente africano aisladas
por la erosión marina o por hundimiento litoral, y que por lo tanto se hallan próximas al
continente, debemos mencionar las islas de Kerkennah y Jerba, en el golfo de pequeña
Sirte; las islas de Bissagos en la costa de Guinea; las de Zalzíbar, Mafia y Pemba en la
costa oriental; la de Socotra, relacionada con África por una dorsal y el archipiélago
coralino de Dahlak, al sur del mar Rojo

Origen del nombre África


Los antiguos griegos designaban a África con el nombre de Libia, que según Herodoto
era: nombre de mujer de origen desconocido, en tanto que según Verron derivaría de
Libis, voz con la cual los griegos designaban al viento del sur. Según otros autores, su
nombre deriva de los pueblos que vivían al oeste de Egipto, llamados Lubim y por
egipcios Lbu.

El nombre de África aparece por primera vez en algunos escritos aplicado a la parte de
África próxima a Italia, y fue luego extendido a todo el continente. Su origen real es
desconocido; según algunos autores derivaría del griego Afrigos (a= negativo – frigos=
frío, o sea sin frío). Otros piensan que era el nombre propio de Cartago; que en lengua
púnica, Afrigah significaría colonia.

Hasta el siglo III a C., o sea antes de que se llegara a conocer el Mar Rojo, el límite de
África sería el río Nilo, por lo tanto a Egipto se lo consideraba perteneciente a Asia. Fue
solo después de las conquistas de Alejandro Magno, que el límite de África fue extendido
hasta el mar Rojo.

Rasgos Generales de la Estructura y relieve de África


Es una tierra característica de mesetas, con una considerable altura de 760 msnm, que no
tiene grandes alturas. Es un continente compacto que determina consecuencias sobre el
clima y la hidrografía, mostrando un relieve uniforme sobre considerables extensiones.
Las mesetas se hallan formadas por potentes mantos sedimentarios, sobre todo de la era
paleozoica y mesozoica, depositados sobre un basamento cristalino del precámbrico, que
a menudo aflora a la superficie.

El relieve montañoso se presenta, generalmente, dispuesto sobre los bordes del


continente, entre las mesetas y la costa oceánica. Las montañas africanas aparecen

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fraccionadas, y las que se encuentran adosadas a las mesetas no se caracterizan ni por
su longitud ni por su altura. Las únicas zonas de plegamiento son los Atlas, en el
noroeste, y las montañas de Sudáfrica; además es importante la extensa zona de tierras
altas en el este del continente.

Los pliegues de la región del Atlas forman un sistema relacionado con la zona
euroasiática del plegamiento alpino-andino, ocurridos durante la era cenozoica. En
particular se relacionan con los de Europa meridional, sobre todo con la cordillera
Penibética y con los Apeninos, con los cuales se conectan a través de los estrechos de
Gibraltar y de Túnez.

Las montañas sudafricanas son más antiguas, y corresponden al plegamiento Varísico de


fines de la era paleozoica, que creo los pliegues del Cabo, circunscriptos al borde del
continente. Estas elevaciones parecen estar vinculadas, del otro lado del atlántico, con
cadenas en sud América.

Todo el resto de África no presenta en ninguna parte fenómenos de plegamiento, aunque


muchos geólogos consideran que algunas regiones del bloque africano han sido también
afectadas por los plegamientos generales de la era paleozoica; así el movimiento
Caledónico del período Silúrico, origino en el norte del continente los llamados sahárides,
cuyos restos se hallan especialmente en el Sahara, entre los montes Ahaggar y Adamua;
en cuanto al plegamiento Varísico del período carbonífero, se reconoce en las montañas
del Atlas, además de las de Sudáfrica.

Todo el resto de África no muestra en ninguna parte fenómenos de indudable


plegamiento; constituye un enorme cratógeno o cratón, denominado bloque africano que
desde épocas muy antiguas forma parte integrante del continente de godwana,
integrándolo juntamente con América de sur, Madagascar, Arabia, India, Australia y
Antártida. Fragmentado posteriormente, Arabia e India para unirse y formar Asia, originar
los océanos Atlántico e Indico y dispersándose los demás trozos hasta ocupar la posición
actual. Para África comenzó entonces una nueva etapa durante la cual los hundimientos
tectónicos y la erosión han sido los agentes que han determinado el relieve actual.

Hay pues una acentuada uniformidad en la estructura de África, como así mismo en la
configuración vertical, ya que predominan de modo absoluto las mesetas, que al norte
tienen entre 400 y 600, y al sur entre 1000 y 1200 msnm. Después de Antártida y Asia,
África es el continente de mayor altura media 750 msnm. Su relieve es sobre todo tabular
y aún las mismas montañas rara vez presentan forma aguda como en el resto de los
continentes, en tanto que predominan las formas aplanadas. El interior de la meseta
africana aparece hoy en posición deprimida, y por tal motivo se ha comparado al
continente africano con una serie de cubetas circundadas por montañas litorales.

África es uno de los más antiguos cratones o núcleos cristalinos precámbricos del planeta;
en efecto, su basamento está formado por terrenos cristalinos, que pueden ser
metamórficos (gneis o esquistos) o bien, ígneos intrusivos (granitos y dioritas)
pertenecientes al período arqueozoico y proterozoico del precámbrico.

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Este zócalo antiquísimo, que aflora sobre grandes extensiones, ha experimentado la
acción de los intensos y repetidos movimientos orogénicos del precámbrico, y ha sido
cubierto posteriormente por potentes mantos de sedimentos del paleozoico y mesozoico
casi horizontales, lo que explica la horizontalidad del relieve.

Las rocas de los terrenos africanos son sumamente variadas; en el basamento


predominan las rocas metamórficas (pizarras, cuarcitas, granitos y dioritas). En los
mantos sedimentarios de disposición horizontal se hallan también rocas muy variadas,
predominando las areniscas de origen continental, como las de la formación del Gran
Karroo, en Sudáfrica, del carbonífero y pérmico (paleozoico) y las areniscas de
Kundelungu (Congo oriental) y de Nubia (Sahara) del cretácico (mesozoico). En abisinia y
en la meseta de los lagos hay también extensos mantos de basaltos horizontales.

Además, en Sudáfrica se hallan abundantes indicios de que esa región ha estado


ocupada por un enorme casquete de hielo durante el período Pérmico (paleozoico). Esto
es visible en el conglomerado de Dwyka, en la base de la formación del Karroo, que
contiene rodados estriados que atestiguan que se trata de una tillita o antigua morena de
fondo

De toda esta serie de observaciones, se deduce que la mayor parte del continente
africano ha sido ascendido sobre el nivel del mar desde tiempos muy remotos; los
sedimentos antiguos, paleozoicos y mesozoicos, de carácter continental; solamente en el
norte del Sahara y a lo largo de Somalia se hallan depósitos marinos, acumulados durante
el mesozoico superior y el cenozoico terciario.

En la cuenca del Lago Chad y en las de los casi todos grandes los ríos, principalmente
alto Nilo, Níger y Congo, el basamento cristalino se encuentra cubierto por extensos
mantos aluvionales recientes

En la era paleozoica, África parece haber estado unida hacia el oeste con América del Sur
y hacia el este con Arabia, Dekán (India), Madagascar, Antártida y Australia, cuyo
desmembramiento se inicio en el mesozoico inferior. En el terciario, el bloque de África,
que abarcaba el centro y sur del continente, se agrego al África menor, extendida al
sudoeste del plegamiento alpino europeo. La enorme presión de las fuerzas orogénicas,
determinaron tales plegamientos, y la masa rígida africana se dividió, formándose
profundas fallas, intensificándose la actividad volcánica. Los mayores quiebres se
produjeron en el África oriental, donde se formaron enormes fosas tectónicas encerradas
y dominadas por extensas acumulaciones volcánicas.

En épocas geológicas recientes, se produjo en algunas zonas interiores la deposición de


espesos mantos aluvionales; a la vez, en los grandes desiertos el zócalo cristalino
precámbrico fue cubierto por una espesa capa de arena y de escombros.

Las actuales características del relieve africano son debida a la acción de los agentes
externos, en especial del agua y el viento, como también las dislocaciones que crearon
los largos hundimientos de la zona oriental y las erupciones volcánicas que los

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acompañaron, cubriendo vastas extensiones de lava o creando conos volcánicos, como
Kilimanjaro y Kenia, que son las mayores elevaciones del continente.

Los relieves de África han sufrido el desgaste de los agentes erosivos, que han actuado
con gran intensidad, originando una topografía muy particular en la cual escasean las
llanuras. Estas únicamente se encuentran en la zona costeras, entre el mar y las
montañas, pero son muy estrechas, de no más de 60 Km. de ancho. De ahí que la
comunicación con el interior sea difícil y esa es la causa por la cual el continente se halla
explorado bien entrado el siglo XIX.

Regiones Morfo – estructurales


En África podemos considerar las siguientes regiones morfo – estructurales: El Noroeste,
llamado también Magreb o África menor, el Sahara, Sudán, la cuenca del Congo, África
Oriental, África Austral y Madagascar.

Noroeste, África menor, Magreb o berebérica


Comprende Marruecos, Argelia y Túnez. Es la única región de África que posee cadenas
montañosas de plegamientos recientes, los montes Atlas, semejantes por su edad y altura
a las cadenas que rodean el mar mediterráneo en el sur de Europa

El Atlas es un sistema complejo de montañas constituidos por una serie de macizos que
se disponen en dos cadenas principales, que encierran una altiplanicie central árida y
esteparia. El atlas se extiende desde el Uad Draa en la costa del Océano Atlántico, hasta
Gabes en Túnez, en el golfo de la pequeña Sirte

Por su origen (plegamiento terciario o alpino de la era cenozoica) los atlas se pueden
considerar como un elemento estructural extraño al África; su desgaste por la acción de
los agentes erosivos no ha sido muy intenso, por la escasez de precipitaciones.

La sección occidental o marroquí es la más antigua; en ella se distinguen 4 cadenas: el


Rifeño o Riff; el atlas Medio; el Gran Atlas y el Anti Atlas.

La cadena del Riff o Rifeño describe un semicírculo, desde el cabo de tres forcas hasta
el estrecho de Gibraltar, bordeando la costa del mar mediterráneo y relacionándose con la
cordillera Penibética del sur de España. Si ser excesivamente elevado es inaccesible
desde el mar. Pasada la desembocadura del río Muluya se prolonga hacia el este en una
serie de cadenas aisladas próximas a la costa, siendo la mas importante el de la Gran
Kabila, al norte de Argelia, que culmina en el macizo de Djurjura de 2300 msnm

En el Atlas medio, más elevado que el riff, culmina en el Djebel Musa, de 3400 msnm.
Esta cadena se prolonga en Argelia con distintas denominaciones (Atlas Tall o pequeño
Atlas) y luego para terminar en el norte de Túnez

El Gran Atlas se extiende desde el cabo Ghir, en el atlántico, hasta el límite de Marruecos
con Argelia. Es una cadena en general abrupta, con numerosas cumbres que sobrepasan

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los 3500 msnm y pasos situados a considerable altitud. Durante varios meses del año la
zona alta de esta cadena se encuentra cubierta de nieves. El paso de Tezin Teluet divide
el gran Atlas en dos partes: la occidental, que es la más elevada (Toubkhal 4165 msnm) y
la oriental un poco más baja (Djebel Aiachi 4073 msnm).

El Atlas Sahariano es un desprendimiento del Gran atlas en dirección al este, esta


formado por una serie de cadenas paralelas que se caracterizan por su aridez y separan
el altiplano argelino de las zonas desérticas

En el territorio de Marruecos se desprende del gran Atlas otra cadena, el Anti Atlas, que
con dirección sudoeste va a terminar junto al océano Atlántico. Esta limitado por el norte
por el valle Uad Sus, que lo separa del Gran Atlas y hacia el sur por el valle Uad Draa,
que lo separa del desierto del Sahara. Es de poca elevación, alcanzando 2360 en Djebel
Kest.

La sección oriental del Atlas, el Atlas Argelino – tunecino es de distinta configuración, y


menos elevado; los dos conjuntos de cadenas que lo forman se van separando cada vez
más, para encerrar un altiplano árido.

Las dos cadenas que forman este complejo son: el Atlas Télico, al norte y el Atlas del
Sahara, al sur, encerrando las elevadas mesetas argelinas llamadas “altiplanos de los
Chotts”, pues allí abundan lagos salados, completamente secos en verano, los chotts son
verdaderas estepas áridas interrumpidas por depresiones salitrosas que se originan con
las escasas precipitaciones, que no han permitido la formación de corrientes fluviales. Los
chotts no son lagos, sino estanques salados, en grandes áreas secos y cubiertos por una
costra de sal.

El Sahara (Gran desierto)


Es la región desértica más extensa del globo, y también el rasgo fisiográfico más
característico de toda África. En su conjunto ocupa una superficie de 9 millones de Km2,
es decir solo algo menos que todo el continente europeo, y casi un tercio del continente
africano. Forma parte de la faja continua de desiertos y estepas que desde el Atlántico, se
extienden a través de África y Asia hasta Manchuria

El Sahara se extiende desde el Atlántico hasta el mar Rojo, solo interrumpido por la
cuenca del río Nilo, que forma un oasis estrecho y alargado. Su límite norte se halla
marcado por el Uad Draa y los Chotts argelino – tunecinos, que lo separan del Atlas.
Luego se extienden directamente hasta el mar Mediterráneo. Por el sur llega hasta la
sabana del Sudan, siendo el límite una línea que une la boca del rio Senegal con el codo
septentrional del río Niger, el lago Chad, la confluencia del los ríos Nilo y Atbara, y el
puerto de Suakin en el mar Rojo. Es decir que el Sahara comprende toda África
septentrional situada al norte del paralelo de 16°, solo excluida la zona del Magreb.

El Sahara constituye el ejemplo clásico de un desierto. Su altura media es de 500 msnm,


pero esta lejos de ser una superficie horizontal, presentando variados aspectos
morfológicos. En el predominan mesetas rocosas, que los árabes denominan “hamadas” y

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los bereberes “tassili”. Hay además desiertos de escombros “serir” y desiertos de arena
“erg”. Tan enorme es hoy el Sahara, pero antes tenía extensiones mucho más reducidas,
como lo atestiguan los numerosos cursos de agua secos que se encuentran “uadis”,
profundos y encajonados, que muestran restos de delta y que todavía, en ocasiones,
llevan agua cuando coincide con alguna lluvia local.

El Sahara es una de las regiones más secas del globo, esa sequedad no es por la
naturaleza de las rocas, ni al relieve, sino debido a la escasez de precipitaciones. Lo que
le confiere identidad al Sahara es el clima, que es excesivamente cálido por el día y muy
frío por la noche. Las lluvias so rarísimas y además sumamente irregulares, y cuando se
producen son cortos chaparrones de forma torrencial. Los nativos de estas regiones
llaman al Sahara “país de la sed”

Las temperaturas se caracterizan por las grandes oscilaciones entre el día y la noche
(gran amplitud térmica diaria); este proceso es uno de los principales factores de
transformación del relieve, pues las rocas se dilatan durante el día por las altas
temperaturas y se contraen durante la noche, con el resultado final de dividirlas en trozos
cada vez más pequeños. Durante el día el termómetro puede marcar 50° C a la sombra y
durante la noche descender a varios grados bajo cero. Durante el invierno el Sahara se
transforma en una zona anticiclónica (alta presión) que emite vientos extremadamente
secos. En verano se transforma en una zona ciclónica (baja presión) que atrae vientos,
pero estos vientos han condensado la humedad en los rebordes montañosos y por lo
tanto llegan a la zona como secos.

En este clima, el viento ejerce su acción abrasiva (corrosión) redondeando y facetando las
rocas y los escombros, que por tal motivo se denominan ventifactos, y desgastando las
rocas que toman forma de hongo. El viento por deflación, removiendo el material más
finos (arenas, limos, arcillas), el cual es levantado y transportado hacia regiones
marginales mas húmedas, donde se deposita y origina campos de duna o erg. Las arenas
se hallan acumuladas en dunas alineadas en series larguísimas y aproximadamente
paralelas. Las dunas son colinas de arena movedizas, que el viento constantemente
remueve y empuja; alcanzan alturas considerables, que pueden superar los 100 metros.

El Sahara impresiona en grandes extensiones como vasto mar de arena, por lo general
inmóvil y silencioso; pero cuando soplan los vientos huracanados, ya que se trate del
“Simun”, del “Harmattan”, del “Ghibli”, se levantan densas nubes de arena, que pueden
llegar a sepultar a grande caravanas de camellos. Estas suelen recorrer el desierto
haciendo etapas en los oasis, que a veces se hallan separados por varios días de marcha

En el Sahara la morfología es muy variada; predominan los altiplanos acentuadamente


recortados por la erosión propia del clima desérticos, con alternancia de zonas cubiertas
de escombros (serir) o de arena (erg). También existen verdaderos relieves montañosos,
a veces de considerable altitud. Se destacan los macizos de Ahaggar de origen volcánico
que llegan a los 3000 msnm; de Air de 1800 msnm; el Adrar y los montes Tibesti, al sur
de Libia con su pico Emi Kussi de 3415 msnm

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Todos estos montes se hallan unidos por un umbral ascendido que con rumbo NO – SE
divide netamente al Sahara en dos partes, una occidental y otra oriental. La sección
occidental es la de menor elevación, hallándose por debajo de los 200 msnm en la franja
cercana al Océano atlántico y el resto de la región entre los 200 y los 500 msnm. En la
parte central la meseta del Sahara se halla entre los 500 y los 1000 msnm, levantándose
por sobe ella los macizos ya mencionados. Solo yendo hacia el sur, donde el Sahara se
acerca al Sudan, se hallan las depresión del lago Chad y las arenas bajas de Bodele y
Borku, donde el terreno desciende a unos 250 msnm.

La sección oriental del Sahara comprende el desierto de Libia al oeste del Nilo y el
desierto de Arabia al este del gran río y hasta la costa del mar Rojo. Allí se encuentra la
máxima depresión absoluta de África, la de “Qattarah”, que desciende hasta los -134 m.
Hacia el sur la altura aumenta y grandes zonas del desierto arábigo pasan los 1000
msnm.

Los Uadis del desierto se han formado en épocas geológicas pasadas, en el cual el
Sahara poseía un clima más húmedo que el actual. Pero no todo es desolado en este
enorme desierto; de trecho en trecho se hallan distribuidos, como islas en medio del
océano, afloramientos de aguas subterráneas, es decir “Oasis”, donde reaparecen las
aguas que se infiltran en los bordes del continente, y luego circulan de manera
subterránea por debajo del desierto. En los oasis, gracias a la presencia de agua, crece
una vegetación muy rica, sobre todo de palmeras datileras, donde se reúne la mayoría de
la población, formada por pastores nómades, ya sean árabes, beduinos, tuaregs o moros,
los cuales recorren el desierto en dromedarios o a caballo de oasis en oasis. El extremo
oriental del Sahara se halla atravesado por el valle del Nilo, que en realidad es también un
gran oasis de gran fertilidad, la civilización de Egipto debe el agua a este río.

El Sudán
Al sur del Sahara y desde la desembocadura del río Senegal hasta Abisinia, se extiende
el Sudán, nombre que en árabe significa “país de los negro”. El límite sur del Sudán esta
marcado por la costa del Golfo de Guinea y luego por la cuenca del río Congo. El Sudán
es un conjunto de mesetas escalonadas y de cuencas, dentro de las cuales la mayor es la
del lago Chad. Su estructura es análoga a la del Sahara, pero las diferentes condiciones
climáticas, en particular las precipitaciones más abundantes, han determinado el
desarrollo de una rica red hidrográfica superficial, formada por ríos perennes; por
consiguiente su aspecto es muy diferente al del Sahara, ya que sea por su morfología,
dado que las formas dependen de la erosión fluvial y no eólica, y también por su
vegetación natural, que hacia el norte predomina la vegetación herbácea y al ir al sur va
pasando a una vegetación de sabana

En general, en el Sudán predomina el típico aterrazamiento de las mesetas africanas, que


descienden a la costa por medio de escalones más o menos empinados. Próximos a la
costa se levantan varios macizos montañosos; las mayores elevaciones se tienen en las
altiplanicies donde se hallan las nacientes del Níger y del Senegal, en las proximidades
del Atlántico, con el macizo granítico de Futa Djalon (1515 msnm) y que se continúan al

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sudeste en los montes Loma (1948 msnm) y los montes Nimba (1854 msnm). El Futa
Djalon es un importante centro hidrográfico; de el descienden en distintas direcciones los
ríos Senegal, Gambia, Níger y otros de menor importancia.

El Sudán se distinguen tres partes: Sudán occidental, oriental y central

El Sudán occidental es el dominio de los ríos atlánticos, en especial el Senegal y el Níger;


tiene una altitud media entre 300 y 500 msnm y hacia el sur las mesetas forman un
reborde, que en algunas partes superan los 1500 msnm

El Sudán central corresponde a la cuenca del lago Chad, zona carente de salida al mar.
En parte montañoso (montes Adamaua 2680 msnm) y en parte formado por mesetas
entre los 300 y 1000 msnm. Cuando nos acercamos a la cuenca del lago Chad (16000
Km2) es bajo y pantanoso. Hacia el este se vuelve a eleva, donde los montes Marra
alcanzan los 2000 msnm. En esta zona se halla la divisoria de agua entre la cuenca del
lago Chad y la cuenca del Nilo

El Sudán oriental se encuentra atravesado por la cuenca superior del Nilo. Esta zona está
dominada por las estepas y las sabanas, drenada por el río Nilo y con una elevación de
500 a 1000 msnm. En el extremo sudeste presenta una amplia cuenca pantanosa de
forma casi circular, donde se el Nilo con el Bahr el Ghazal.

La franja costera Atlántica, entre el cabo Verde y el cabo Frío (10° Lat. S) constituye la
Guinea, dividida en alta y baja guinea, donde se encuentra el cono volcánico del monte
Camerún (4075 msnm)

Cuenca del Congo


Es la mayor cuneca deprimida de toda África y está formada por la amplia cuenca
drenada por el río Congo, y rodeada por tierras altas desde las cuales descienden
numerosos ríos. La cuenca esta limitada al norte por las alturas del Sudán oriental y
central. Hacia el sur por la divisoria de agua del río Zambeze. Al Este por la alturas del
altiplano oriental africano. Al Oeste se halla el reborde sobreelevado de la meseta
africana, a través de la cual el Congo se abre paso mediante saltos y rápidos. Los suelos
típicos de la cuenca del Congo son del tipo Lateríticos, es decir ricos en hierro y por lo
tanto de color rojo por l oxidación de los mismos. Estos suelo son de gran fertilidad y
están cubriendo la roca cristalina antigua hasta con 10 metros de espesor.

Mesetas Orientales
Entre la cuenca del Congo y el Océano Indico, y desde el Nilo medio, mar Rojo y golfo de
Adén hasta el Río Zambeze, se extiende la región más elevada y de estructura más
irregular de toda África, formada por una serie de mesetas ricas en volcanes y por lagos
de origen tectónico.

La principal característica Morfo-estructural son sus hundimientos lineales que surcan


profundamente las mesetas, y que han sido determinadas por fallas de gran rechazo y el

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subsiguiente hundimiento de zonas alargadas, en sentido meridiano, comprendida entre
esas fallas.

De esta manera se han originado fosas tectónicas de paredes elevadas, casi verticales,
en cuyo fondo se han acumulado las aguas de lluvia, originando lagos alargados en
sentido de la falla. Por su parte en los bordes de las fallas salieron enormes coladas
volcánicas, edificando grandes conos volcánicos, como los son el Kilimanjaro (5890
msnm) que es la mayor altura del continente y el Kenia (5195 msnm)

Estos hundimientos tectónicos de disponen en dos alineamientos que se extienden desde


las inmediaciones del río Zambeze hasta la zona del mar Muerto en Asia. Esta falla pasa
por los lagos Rodolfo, Estefanía, Abaya (Margarita) y Zuai, luego alcanza el valle del río
Auaca, en Etiopia, donde llega al mar Rojo

La otra rama de la falla tectónica se inicia en el Lago Nyassa, pero se desvía hacia el
oeste, pasando por los Lagos Tangaika, Kivu, Eduardo y Alberto, para terminar en l alto
valle del Nilo.

Toda esta vasta región de altiplanos tiene una morfología que permite distinguir
subregiones. Al norte de las mesetas de los lagos se halla el gran altiplano Etíope-Somalí,
formado por rocas cristalinas del precámbrico, cubierta por sedimentos y rocas volcánicas
del mesozoico y cenozoico. Este macizo está dividido en dos secciones, Etiopía al oeste y
Somalia al este

África Austral
Al sur de la divisoria de aguas de la cuenca del Congo, se inicia el África Austral, al sur de
una línea que se extiende entre el río Cuanza y del Zambeze. Es un conjunto de extensos
altiplanos, de una altura media de 1000 msnm y en la cual se nota un reborde costero;
estos son de considerable altitud y descienden en forma escalonada hacia la costa,
dejando una franja de llanura costeras, hacia el interior descienden de forma más suave.

En esta zona interior se extiende el desierto de Kalahari, que en su mayor parte se


encuentra sobre los 1000 msnm y solo es un poco menor en la zona de los pantanos de
Makalikari donde se pierde el río Okavango.

En el África de sudoeste, donde se hallan los montes de Damarland y los Namaland,


encontramos el desierto de Namibia, en donde cuya formación tiene un papel importante
la corriente frío de Benguela, que corre de sur a norte, paralela a la costa, y determina la
extrema sequedad del ambiente.

Pasando el río Orange, se hallan las montañas de Sudáfrica, que se disponen en arco a lo
largo del sur del continente. Están formadas por cordones paralelos limitando mesetas
áridas, aunque no desérticas, que tienen su mayor altura en el monte Sneeberg de 2503
msnm, en medio los montes Zwaterberge (montes negros) y al sur los montes
Langeberge ; entre ellos quedan respectivamente la meseta del Gran Karoo al norte y la

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del pequeño Karoo al sur. En dirección al oeste se hallan los montes Drakensberge
(Dragón) que terminan en el valle del río Limpopo.

En la región del Kalahari se distinguen varias cuencas menores; además no presenta


grandes acumulaciones de arena como en el Sahara, son que en cambio predominan las
acumulaciones de grava y escombros.

En el norte del África austral se halla la cuenca del río Zambeze y del Okavango, que
logran abrirse paso mediante una serie de rápidos antes de llegar a las llanuras litorales.
Más al sur se encuentra la cuenca del río Limpopo y hacia el sudoeste la del río Orange,
que se origina en los montes Drakensberge, cerca del Océano Indico y desemboca en el
Atlántico.

Madagascar
Es la cuarta isla del globo, por su tamaño, y se encuentra separada de África por el ancho
y profundo canal de Mozambique; pero antes ha estado unida al tronco africano en
épocas remotas (era Mesozoica) dada su estructura de mesetas análogas a las de África
Austral.

Madagascar está formada por un amplio altiplano central de rocas cristalinas


(precámbricas) que descienden rápidamente hacia la costa oriental, mientras que hacia el
canal de Mozambique lo hace por medio de terrazas escalonadas terminando con una
amplia llanura aluvional. El macizo central llamado Ankaratra tiene su punto más elevado
a los 2644 msnm. La cima más alta de toda la isla se encuentra en el norte, en el monte
Tsaratanana (2880 msnm)

Madagascar está rodeada de islas menores, como las Comores y Albabra, las islas
Almirantes y Seychelles, las Macareñas (Reunión, Mauricio y Rodríguez). El origen de las
islas es variado, Comores, Reunión y Mauricio surgen de las profundidades del Océano
Indico y su origen es volcánico, mientras que las de Almirantes y Seychelles son de origen
coralino.

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