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Facultad de Ciencias

Trabajo de investigación monográfico

Tema : Biografía y aportes de Galileo Galilei

Alumno: Josue Oliver Rojas Barrientos

Código: 20190178

Especialidad :Física-matemática

Sección : C4
´´ Digan lo que digan, la Tierra se mueve´´

Galileo Galilei
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………. 1

CAPÍTULO I

BIOGRAFÍA DE GALILEO GALILEI …………………………………………………….. 2

CAPÍTULO II

APORTES DE GALILEO A LA CIENCIA ……………………………………………. 4

CAPÍTULO III

LOS MAYORES DESCUBRIMIENTOS DE GALILEO……………………………………. 7

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………. 9

REFERENCIAS ……………………………………………………………………………10
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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo académico pretende resaltar el gran aporte que el físico Galileo Galilei

hizo a la ciencia y la forma cómo transformó la mentalidad del mundo a través de sus aportes.

Además,se pretende resaltar algunos aspectos de su vida que merecen ser expuestos porque son

clave para entender cómo es que desarrolló con éxito en una época de oscurantismo científico

cuya mentalidad era controlada por la religión.Además,se dara´a conocer sus invenciones que

transformaron la cultura occidental.


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CAPÍTULO I

BIOGRAFÍA DE GALILEO GALILEI

Nació en la ciudad de Pisa (Italia), en el seno de una familia de comerciantes. A los diez años

de edad, sus padres se trasladaron a Florencia, dejándolo al cuidado de un vecino religioso que

acabaría introduciéndole en la vida eclesiástica. Pocos años más tarde, tan pronto como se

enteró; su padre, un hombre no muy devoto, sacó a su hijo del convento en el que se hallaba y lo

inscribió en la Universidad de Pisa para que estudiara medicina.

El joven Galileo, sin embargo, no encontró en la medicina su vocación. Además, su poca

tolerancia hacia la autoridad, la ignorancia y la falta de espíritu crítico de sus profesores, le

condujo a abandonar la universidad a los 21 años y a centrarse en su verdadera vocación: la

física. Con 25 años, tras hallar algunos importantes descubrimientos en el campo de la mecánica,

consiguió una plaza de profesor de matemáticas en la Universidad de Pisa. A partir de ese

momento, comenzó a compaginar la docencia con la investigación y la invención de nuevo

instrumental científico.

En 1609, un antiguo alumno le hizo saber de un nuevo descubrimiento holandés que

cambiaría su vida para siempre: el monocular (anteojo). Enardecido por las futuras aplicaciones

de ese novedoso, inmaduro y desconocido artefacto, Galileo construyó su propio telescopio

superando en poco tiempo la resolución y posibilidades del instrumento original. El éxito de sus

telescopios no solo le reportó fama por toda Europa y un puesto vitalicio en la Universidad de
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Padua, gracias a ellos, comenzó a observar los astros y aglutinar pruebas que acabarían apoyando

la teoría heliocéntrica que Nicolás Copérnico formuló un siglo antes.

Con tanta imprudencia como entusiasmo, Galileo hizo públicos sus resultados aún sabiendo

que contradecir la teoría geocéntrica podría llevarle ante la Inquisición por herejía. Y así fue.

Poco antes de morir tuvo que retractarse y negar la verdad para no acabar quemado en la

hoguera. Dicen algunos historiadores, que en voz baja, justo después de abjurar, murmuró la

famosa frase: «Eppur si muove» (en español: «y sin embargo, se mueve«) refiriéndose al

movimiento de la Tierra alrededor del sol.


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CAPÍTULO II

APORTES DE GALILEO A LA CIENCIA

Ejemplos de aportaciones de Galileo Galilei

Perfecciona el telescopio. A pesar de no haberlo inventado propiamente, ya que en 1609 el

propio Galileo recibió la noticia de la aparición de un artefacto que permitía ver objetos a

enormes distancias, es justo decir que Galileo contribuyó decisivamente a la fabricación de los

telescopios tal y como los conocemos. Para 1610 el propio científico reconocía haber construido

más de 60 versiones del mismo, de los cuales no todos funcionaban adecuadamente y que, en

alguna ocasión, lo expusieron al bochorno frente a las autoridades. No obstante, los suyos fueron

los primeros en obtener una imagen derecha de lo observado, gracias al uso de lentes divergentes

en el ocular.

Descubre la ley de isocronía de los péndulos. Se llama así al principio rector de la dinámica

del péndulo, por lo que es justo decir que Galileo los descubrió tal y como los entendemos hoy

en día. Formuló un principio que establece que la oscilación de un péndulo de una longitud

determinada es independiente de la distancia máxima en que se aleja del punto de equilibrio.

Dicho principio es el del isocronismo, e intentó aplicarlo por primera vez en los mecanismos de

los relojes.

Construye el primer termoscopio de la historia. Ideado en 1592 por Galileo, este tipo de

termómetro impreciso permitía distinguir las subidas y las bajadas de la temperatura, aunque no

permitiera medirlas ni propusiera ningún tipo de escala puntual. Aun así, era un avance enorme

para la época, y la base para cualquier tecnología de medición de la temperatura. Hoy en día se

conservan, pero como objetos decorativos.


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Postula la ley del movimiento uniformemente acelerado. Se conoce aún hoy con este nombre

a un tipo de movimiento que experimenta un cuerpo, cuya velocidad incrementa en el tiempo en

intervalos regulares y en cantidades regulares. Galileo llega a este descubrimiento a través de una

serie de teoremas e hipótesis matemáticas y de, se dice, la observación de una piedra que cae, y

cuya velocidad aumenta de manera regular en el tiempo.

Defendió y comprobó las teorías copernicanas sobre las aristotélicas. Esto se refiere,

específicamente, a la visión geocéntrica propuesta por Aristóteles trescientos años antes de

Cristo, y que era formalmente aceptada por la Iglesia Católica, pues era cónsona con sus

preceptos creacionistas. Galileo defendió en cambio la tesis de Nicolás Copérnico, para quien el

centro del universo no podía ser la tierra, en torno a la cual giraran los astros, sino el sol: la tesis

heliocéntrica. Esta defensa mediante diversas pruebas como la observación de la luna, de las

mareas, de otros fenómenos del cosmos y del nacimiento de nuevas estrellas (nova), le valdría a

Galileo la persecución por parte de las fuerzas de la Iglesia y de sus numerosos rivales

científicos.

Demuestra la existencia de montañas en la luna. Esta comprobación, así como las demás que

acusan su interés por la astronomía, son posteriores, claro, a la confección del telescopio, aparato

que revolucionó la vida del italiano. La observación de las montañas de la luna contradecía los

preceptos aristotélicos de la perfección del cielo, según las cuales la luna era lisa e inmutable.

Esto a pesar de que fue incapaz de calcular correctamente sus dimensiones, dada la imposibilidad

de conocer la distancia entre la tierra y la luna en aquella época.

Descubre los satélites de Júpiter. Quizá el hallazgo más célebre de Galileo, tanto así que a las

lunas de Júpiter se las conoce hoy en día como los “satélites galileanos”: Ío, Europa, Calixto,
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Ganímedes. Esta observación fue revolucionaria, ya que constatar que estas cuatro lunas

orbitaban en torno a otro planeta demostraba que no todos los astros celestes giraban alrededor

del planeta Tierra, y ello evidenciaba lo falso del modelo geocéntrico combatido por Galileo.

Estudia las manchas solares. Este descubrimiento también permitía refutar la supuesta

perfección de los cielos, a pesar de que científicos de la época los atribuían a la sombra de ciertos

planetoides entre el sol y la tierra. La demostración de estas manchas permitía suponer la

rotación del Sol, y por lo tanto también la de la Tierra. Comprobar la rotación terrestre era

atentar contra la idea de que el Sol estaba en movimiento alrededor suyo.

Investiga la naturaleza de la Vía Láctea. Galileo hace muchas otras observaciones sobre las

estrellas de nuestra galaxia, dentro del alcance de su modesto telescopio. Observa novas

(estrellas nuevas), prueba que muchas estrellas visibles del firmamento son en verdad cúmulos

de ellas, o vislumbra por vez primera los anillos de Saturno.

Descubre las fases de Venus. Este otro hallazgo, en 1610, reforzó en Galileo la fe en el

sistema copernicano, ya que podía medirse el tamaño aparente de Venus y explicarlo conforme a

su paso alrededor del sol, cosa que no tenía sentido conforme al sistema de Ptolomeo defendido

por los jesuitas, en que todos los astros giraban alrededor de la Tierra. De cara a estas pruebas

irrefutables, muchos de sus rivales se acogieron en las teorías de Tycho Brahe, en la que el Sol y

la Luna giraban en torno a la Tierra y el resto de los planetas en torno al Sol.


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CAPÍTULO III

LOS MAYORES DESCUBRIMIENTOS DE GALILEO

Sus mayores descubrimientos llegarían con la invención de un telescopio en 1609. Existía ya

un catalejo creado por un holandés que permitía ver estrellas invisibles a la vista. Galileo lo

perfeccionó y consiguió que no deformara los objetos y que los ampliara hasta seis veces. El 21

de agosto de ese año presentó el aparato en la plaza de San Marco de Venecia y fue un éxito

entre el público

Con el telescopio pudo Galileo descubrir las fases lunares y la existencia de montañas en el

satélite. Estudió las manchas solares y vio los anillos de Saturno, aunque no sabía exactamente lo

que eran. Uno de sus hallazgos más significativos llegaría el 4 de marzo de 1610 cuando vio

cuatro satélites, llamados después “satélites galileanos”, que giraban alrededor de Júpiter. El

astrónomo publicó este avance en su libro “El mensajero de las estrellas” y con él demostraba

que la teoría geocéntrica no era correcta y apoyaba la heliocéntrica de Copérnico.

Su descubrimiento le granjeó numerosos enemigos lo que llegó a la Inquisición que le

convocó en 1616 para responder a las acusaciones que se vertían contra él. Como resultado, la

Iglesia incluyó la obra de Copérnico en la lista de libros proscritos y prohibió a Galileo enseñar

públicamente las teorías copernicanas.

Sin embargo, en 1632 se editó “Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, en los

que se enfrentaban las teorías de los aristotélicos con las de la nueva astronomía. La Iglesia
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interpretó la obra como una desobediencia a la prohibición de hablar de Copérnico y volvió a

llamarle el 12 de abril de 1633. Tenía casi setenta años y fue sometido a un duro interrogatorio

de más de 20 días. Finalmente fue declarado culpable y su libro se incluyó dentro del Listado de

Libros Prohibidos.

Galileo fue condenado a prisión perpetua y, para evitar la condena a muerte, se vio obligado a

retractarse de rodillas. Dicen que, a pesar de ello, tras abjurar de su descubrimiento, exclamó en

baja voz: Eppur si muove, “Y sin embargo, se mueve”, refiriéndose a la Tierra.

A Galileo le permitieron cumplir su pena en su casa de Arcetri (Italia). Durante ese tiempo

escribió una de sus obras más importantes, “Discursos y demostraciones matemáticas en torno a

dos nuevas ciencias”, que sentó las bases de la ciencia de la mecánica que usarían científicos

como Isaac Newton.


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CONCLUSIONES

Como hemos apreciado en el presente trabajo, Galileo era un amante de las ciencias y en

especial por la física. Él fue, inicialmente, estudiante de medicina hasta que descubrió su

verdadera vocación. Gracias a sus estudios se pudo comprender mejor varios aspectos

astronómicos con ayuda de su telescopio .Este, si bien es cierto, no fue creado por él, empero sí

lo perfeccionó. Además, gracias a su aporte muchos empezaron a buscar la verdad dejando a un

lado las creencias religiosas impulsadas por la Iglesia Catolica. Galileo confirmó que realmente

la Tierra se movía alrededor del sol lo que no se creía desde la época aristotélica. Las

invenciones de Galileo le sirvieron a Isaac Newton que luego complementaria las cuestiones de

la gravitación.
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REFERENCIAS

BQ. (2017). Cultura tecnologica. Obtenido de https://blog.bq.com/es/galileo-galilei/

Cajal, A. (s.f.). Lifeder. Obtenido de https://www.lifeder.com/aportaciones-galileo-

galilei/#Aportes_principales

Saber es práctico. (2019). Saber es práctico. Obtenido de Saber es práctico:

https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/galileo/

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