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El DSM IV lo clasifica como enfermedad siempre y cuando sea una conducta recurrente
durante al menos seis meses, necesaria para la excitaci�n sexual y que afecte la
vida social o laboral del sujeto. En el caso de que �sta no afecte la vida social o
laboral del paciente, se considera simplemente como una manifestaci�n de su
sexualidad.
Manifestaciones
Los objetos fetiches m�s frecuentes suelen ser elementos de vestir masculinos y
femeninos, incluyendo bragas/tangas, sujetadores (brasieres), calzoncillos,
guantes, medias, minifaldas, zapatos, botas, corbatas, ba�adores, ropa deportiva e
incluso delantales. Hay que matizar que, para el fetichista, estos objetos suelen
ser mucho m�s excitantes si ya los ha llevado puestos la persona. Y aunque estos
objetos pueden resultar excitantes para muchas personas porque proyectan una imagen
mental del cuerpo de la persona, para el fetichista, en cambio, el objeto es
realmente mucho m�s excitante que la persona en s�. Durante la conducta sexual
solitaria, el fetiche se lleva puesto, se huele o se frota contra los genitales.
Fetichismo y psicoan�lisis
El padre del psicoan�lisis Sigmund Freud (1856-1939), en su libro Tres ensayos para
una teor�a sexual, se refiere en diversos apartados al fetichismo como
manifestaci�n perversa.
Hay autores que no consideran la atracci�n hacia partes del cuerpo como fetichismo,
sino que denominan a esta parafilia "parcialismo". En el fetichismo, el objeto
fetiche se puede emplear durante la masturbaci�n o bien lo lleva puesto el otro
miembro de la pareja durante la actividad sexual, por ejemplo, unas medias, botas
tac�n aguja, unos zapatos, o una mujer fumando (conocida como capnolagnia o bien
capnogalia, etc.) con el fin de provocar la excitaci�n de su compa�ero sexual, ya
que frecuentemente el fetiche es necesario para la excitaci�n sexual.