Sunteți pe pagina 1din 11

UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE HUMANIDADES

Enfermedades gastrointestinales y el estrés

Autora: Wilmar Castillo


HPS-143-01653
Profe: María Alejandra
Sección: MB01TOS

Cabudare, Julio del 2019


Louise Hay, empezó a desarrollar sus obras en base a lo que aprendió en las
reuniones de la “Iglesia Ciencia de la Mente” (la Iglesia de la Ciencia Religiosa), donde
escuchó que los pensamientos y las palabras son “creadoras”, que todos los seres
humanos son responsables de su propia vida y que se puede cambiar la vida si se
cambia el modo de pensar, escogiendo y prestando atención a las palabras que se
utilizan, su teoría se basa en el amor sincero a uno mismo.
Por consiguiente, Louise Hay en su libro “Usted Puede Sanar Su Vida” explica
cómo es posible sanar el cuerpo y el espíritu cambiando las creencias limitantes
enraizadas sobre sí mismos y como, usando ciertas herramientas, se pueden cambiar
los pensamientos y vidas para mejor, las creencias e ideas sobre si mismos a menudo
causan problemas emocionales y males físicos; como se puede ver hasta ahora,
diferentes terapias enfatizan en el hecho de que son los problemas emocionales los que
producen enfermedades, identificando éstos problemas se puede llegar al origen de la
enfermedad lo que nos permitiría lograr la cura o sanación que se necesita.

De esta manera, Louise Hay argumenta que “cada enfermedad es sólo un síntoma
de una causa más profunda, algo de ti con lo que conectas, que no aceptas”. Lo que
significa que la enfermedad es un discurso del cuerpo que no cesa de hablar buscando
el equilibrio, es un conflicto entre quién somos y la vida que llevamos. Según Christian
Flèche, padre de la teoría de la descodificación biológica, decía: “Las enfermedades
son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un
acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado
corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y
los pensamientos”

Dicho de otra manera, el estado de salud de una persona no es otra cosa que la
manifestación exterior de su mundo interior, de cómo gestiona su mundo emocional;
la mayor parte de las aproximaciones psicológicas a la salud conciben las emociones
como entidades, variables internas o procesos responsables del estado de salud-
enfermedad de los individuos.
En relación con lo anterior expuesto, según López (1999), postula que las emociones
perturbadoras influyen negativamente en la salud, ya que hacen más vulnerable el
sistema inmunológico, lo que no permite su correcto funcionamiento, lograr que el
hombre se adapte a su medio implica la mantención de la adecuada sincronización de
las funciones de los sistemas de su organismo y, en caso del surgimiento de un
desequilibrio, esta adaptación depende del restablecimiento de ese equilibrio.

Por su parte, las emociones son procesos psicológicos que, frente a una amenaza a
nuestro equilibrio físico o psicológico, actúan para reestablecerlo, ejerciendo así un
papel adaptativo; sin embargo, en algunos casos, las emociones influyen en la
contracción de enfermedades, la función adaptativa de las emociones depende de la
evaluación que haga cada persona del estímulo que pone en peligro su equilibrio, y de
la respuesta que genere para afrontar el mismo.

Si bien, en varias de las revisiones que se encuentran en la literatura moderna se


hace referencia a cómo la salud física interviene en estados emocionales positivos, poco
se habla de esta relación en sentido inverso. La salud del hombre es un complejo
proceso sustentado en la base de un equilibrio bio-psico-social. Por lo tanto, la salud y
la enfermedad son estados que se encuentran en equilibrio dinámico, y están co-
determinados por variables de tipo biológico, psicológico y social, todas ellas en
constante mutación.

De esta manera, siendo la salud humana un complejo proceso de adaptación en el


que confluyen factores biológicos, psicológicos y sociales, la salud, ese estado de
bienestar físico, psicológico y social no es patrimonio ni responsabilidad exclusiva de
un solo grupo o especialidad profesional, por ende, el concepto salud viene definido
por el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, (en su primera
acepción), como “el estado en el que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus
funciones”.
Así, la salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino que ha de ser entendida de
una forma más positiva, como un proceso continuo que tiene mucho que ver con los
comportamientos y el estilo de vida de una persona o comunidad, así lo manifiesta
Ballester (1998), por el cual el hombre desarrolla al máximo sus capacidades, teniendo
a la plenitud de su autorrealización como entidad personal y como entidad social, lo
argumenta San Martín (1985).

Desde esta perspectiva, existen indicadores que hacen notar que los factores
psicológicos pueden influir de manera significativa sobre algunas enfermedades
causadas por otros factores; desde hace algo más de dos décadas las ciencias médicas
y psicológicas han estado forjando una concepción más amplia de cómo las vidas
emocionales afectan directa e indirectamente el bienestar físico, al investigar los
vínculos reales entre los acontecimientos psicológicos, la función cerebral, la secreción
hormonal y la potencia de la respuesta inmunológica; este nuevo campo del saber ha
sido denominado psiconeuroinmunología.

Según el psiquiatra, Dr. George F. Solomon, esta es definida como “un campo
científico interdisciplinar que se dedica al estudio e investigación de los mecanismos
de interacción y comunicación entre el cerebro (mente/conducta) y los sistemas
responsables del mantenimiento homeostático del organismo, los sistemas: nervioso
(central y autónomo), inmunológico y neuroendocrino, así como sus implicaciones
clínicas”.

Ahora bien, la psiconeuroinmunología está relacionada con la salud, existen


factores como el amor, el optimismo, la esperanza, el efecto placebo, el buen humor,
la risa, el soporte social y el altruismo, que han sido estudiados en sus correlatos
inmunológicos y fisiológicos, en los cuales se han encontrado que la actividad de las
células T, B y NK mejora en relación a los valores basales, aumenta la IgA, disminuye
la activación simpática, así como la presión arterial y la viscosidad de la sangre,
disminuye el cortisol y mejoran otros parámetros indicadores de salud.
Además, también la psiconeuroinmunología está relacionada con la enfermedad,
para combatir las enfermedades, la psiconeuroinmunología debe proveer básicamente
el conocimiento de la dinámica biológica de la medicina humana y alternativa o
técnicas médicas complementarias, ofrece también desarrollar nuevos modelos no
lineales de salud y enfermedad. Por su singularidad, la psiconeuroinmunología, es un
puente para las disciplinas tradicionales de psiquiatría, psicología, neurología,
endocrinología, inmunología, neurociencias, medicina interna, incluyendo también la
cirugía (cicatrización de heridas), la colaboración interdisciplinaria es generalmente
esencial e intrínseca para su investigación.

Dado que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico tienen íntimas


uniones, las perturbaciones en un sistema, se reflejaría en el otro, algunos de éstos
pueden tener implicaciones para la salud física, involucrando en conjunto la salud
mental y la salud física, de igual manera, también se han estudiado las modificaciones
inmunológicas y fisiológicas que producen los pensamientos y emociones negativos,
como los estilos de pensamiento pesimista, la desesperanza, baja autoestima, ansiedad,
cólera, depresión, estrés crónico, los cuales en todos los casos presentan valores
alejados de los parámetros relacionados a la salud.

Al comparar estas evidencias, el objetivo de este estudio es relacionar el estrés y la


enfermedad gastrointestinal llevando a cabo esta investigación desde un punto de vista
científico y como se relaciona este capítulo con el método científico, dicho esto, la
misma se realiza con una metodología correlacional. Actualmente el estrés ha ido
formando parte de la vida diaria, cuando se presenta en niveles bajos es de cierta forma
saludable pues las personas pueden sentirse motivadas y esto puede contribuir a ser
productivo.
No obstante cuando el estrés es desmedido puede volverse perjudicial para la salud
del organismo entonces pueden presentarse enfermedades físicas o psicológicas. Desde
los experimentos con monos de Brady, Porter, Conrad & Mason (1958), hasta otros
estudios recientes Montaño, Dossman, Herrera, Bromet & Moreno (2006); Juárez,
Cano & Olarte (2004), han reconocido que las manifestaciones de ciertos síntomas
desagradables del sistema digestivo (dolor, nauseas, vómito, diarrea, dificultad para el
tránsito de comida, entre otros) o hasta padecer desórdenes gastrointestinales como
colitis ulcerosa, dispepsia funcional, síndrome de intestino irritable y gastritis se
asocian a la presencia del estrés.

Según Zolezzi (2007), han diseñado el Modelo Biopsicosocial de la Enfermedad


Funcional Digestiva con estudios y observaciones sobre factores genéticos, ambiente
familiar en la edad temprana, factores psicosociales, interacción intestino-cerebro, esto
con el objetivo de dar un mayor sustento científico a las enfermedades
gastrointestinales, por consiguiente los sucesos vitales cotidianos pueden causar estrés
psicosocial posteriormente ocasionar malestares gastrointestinales y consecuentemente
la manifestación de enfermedades inflamatorias del intestino como la colitis, de la cual
se conoce acerca de su pato-fisiología y tratamiento a pesar de que su etiología todavía
es poco conocida, sin embargo se ha sugerido que las causas son multifactoriales dando
especial importancia a la participación del estrés, argumentado por Tobón, Vinaccia,
(2007).

En primer lugar, entre las enfermedades gastrointestinales se encuentra la bacteria


Helicobacter pylori (H. pylori) es considerada en la actualidad el principal agente
etiológico de la úlcera péptica, según lo señala los autores Carella (1999) y Haug,
(2002), es una bacteria Gram negativa, microaerofílica, que coloniza eficientemente la
mucosa gástrica humana. Fue aislada por primera vez en el año 1982 Robin Warren y
Barry Marshal a partir de tejidos de biopsia gástrica, desde 1994 se considera que H.
pylori es carcinógeno para el ser humano, e incluso se ha asociado a otras
enfermedades, tales como accidentes cerebrovasculares, tiroiditis autoinmune, diabetes
mellitus, entre otras, tiene una alta prevalencia en la población.
Sin embargo, Al inicio se postularon los factores de estrés psicosocial como su
causa; hoy en día se piensa que hay un esquema multifactorial en el cual el estrés
psicosocial es una variable de interacción; es factible que los factores psicológicos y la
H pylori no sólo sean factores etiológicos de la dispepsia funcional, sino que también
interactúen entre sí. Esto es lo que puede observarse en el estudio realizado por Jan y
Horowitz (2000) en personas con el síndrome del colon irritable (SCI). Este estudio se
hizo con 69 pacientes diagnosticados con SCI en quienes se evaluaron los síntomas de
dispepsia, la H. pylori, las condiciones sociodemográficas y los factores psicológicos
(estrés percibido, rasgo de ansiedad y depresión).

Por consiguiente, las variables sociodemográficas y psicológicas también fueron


evaluadas en 52 personas de control. Se halló que la infección por H. pylori estuvo
presente en el 47,8% de los pacientes con SCI y esta infección se asoció de forma
significativa con dolor epigástrico y llenura. También se halló que el estrés percibido
se asoció con la intensidad de los síntomas de dispepsia. En el caso de la DF tipo úlcera,
los factores psicológicos podrían interaccionar con la H. pylori de la siguiente manera:
la bacteria siempre produce una gastritis crónica histológica y asintomática, por ende,
el estrés podría llevar a alteraciones motoras y sensoriales que unidas a la gastritis
histológica de la bacteria, podrían desencadenar el dolor epigástrico.

Visto de esta manera, el incremento de problemas familiares, el bajo amor y soporte


social por la pareja, estuvieron significativamente asociados con el desarrollo de la
enfermedad; las investigaciones realizadas al respecto indican que hay un impacto
significativo del apoyo social sobre indicadores de salud, es decir, no hay duda de que
la mala salud está relacionada con la falta o bajos niveles de apoyo Schwarzer y Leppin,
(1989) Sandin, (1999). Cuanto mayor sea el apoyo social que una persona recibe y
percibe por parte de los parientes, amigos, familia, compañeros de trabajo y comunidad,
menor será la probabilidad de que esa persona enferme Rodríguez- Marín (1995).
Por otro lado la dispepsia funcional (DF) que actualmente se considera un problema
gastrointestinal también se supone de origen biopsicosocial y del mismo modo se ha
asociado con alteraciones de salud mental específicas como ansiedad, depresión y
somatización de lo cual existe evidencia sólida (Núñez, Tobón, Vinaccia & Sandín,
2006). Por su parte Tobón, Vinaccia & Sandín, (2004) proponen un enfoque heurístico
que trata de integrar la investigación realizada acerca de la asociación del estrés con la
DF. Por otro lado se ha mostrado que la presencia del estrés psicosocial y emociones
negativas Tobón, Vinnacia y Sandín (2003) e incluso afectividad negativa Vinaccia,
Contreras, Bedoya, Carillo, Cuartas, López y Cano (2004) juegan un rol importante
para el curso de esta enfermedad y en general de los trastornos intestinales.

Sin embargo en un estudio realizado por Montaño, en el 2006 en una muestra de


pacientes colombianos con gastritis crónica e infección por Helicobacterpilory, que
también es considerada como un padecimiento gastrointestinal, no encontraron
asociaciones con el estrés psicosocial. No obstante cabe reconocer que en ocasiones
puede haber dificultad para lograr el diagnóstico acertado ya que los síntomas de estas
enfermedades a veces tienden a confundir a los profesionales de la salud, argumentado
por los autores: Manning, Thompson (1978) Talley, Phillips, Melton, Mulvihill,
Wiltgen, Zinsmeister (1990); Zolezzi, (2007) Drossman, (2008), y esto también podría
repercutir cuando se hacen intentos de asociar los síntomas correspondientes al estrés.

De este modo, el tipo de personalidad también podría estar jugando un papel


importante Tobón (ob. cit.) dado que algunos rasgos como el neuroticismo o aquel que
se refieren a la propensión a la ansiedad podrían fomentar la presencia de síntomas para
este tipo de malestares gastrointestinales según Cano, Vinaccia, Gaviria, Tobón (ob.
cit.), otro factor considerado importante en diversos estudios es el uso de las estrategias
de afrontamiento de forma inadecuada y de lo cual existe evidencia contradictoria al
tratar de asociar esta variable a las enfermedades gastrointestinales Tobón (ob. cit.).
Por otro lado, entre las enfermedades gastrointestinales se encuentra el colon irritable,
El mayor estudio de las enfermedades funcionales se enfoca a las molestias digestivas
bajas y sucesivamente se habla de colon espástico Ryle, (1928), Colon Irritable Jordan
y Kiefer, (1929), Síndrome de Colon Irritable Chaudhary y Truelove, (1962) y
Síndrome de Intestino Irritable SII (De Lor, 1966). Lo más interesante de todo esto es
que aunque estas molestias no estaban bien definidas, ya hay estudios de tratamientos
para estas molestias desde 1959, con las subsecuentes recomendaciones terapéuticas.

El colon irritable es una enfermedad que afecta principalmente a personas jóvenes,


como resultado de una disfunción del sistema nervioso central que altera la
funcionalidad del sistema nervioso entérico, con manifestaciones clínicas de trastornos
de la motilidad y/o hipersensibilidad visceral generalmente asociadas a procesos
psicosociales Un estudio de casos y controles hecho con 103 pacientes demostró que
los factores psicosociales como el estrés psicológico, los eventos estresantes de la vida
y el soporte social adverso fueron asociados con desórdenes gastrointestinales
Funcionales.

Según Jordan (2005) Entre un 50% y un 90% de pacientes con colon irritable tienen
problemas psiquiátricos como trastorno de pánico, trastorno de ansiedad generalizado,
fobia social, trastorno de estrés postraumático y depresión mayor, ambos aspectos,
fisiológicos y psicosociales, juegan un papel clave en el desarrollo y establecimiento
de la enfermedad; así mismo, Kiefer (1929) Los pacientes con colon irritable presentan
más alto nivel de estrés psicosocial y de ACTH y cortisol, lo cual influye sobre la
motilidad intestinal al desencadenar hipersensibilidad visceral. Estos hallazgos
aumentan la evidencia de la interacción que existe entre el cerebro y el intestino.
La enfermedad inflamatoria del colon, así como la enfermedad de Crohn y la colitis
ulcerativa son enfermedades crónicas con gran impacto psicológico y social, y
potencialidad de incapacidad, lo cual afecta de una a tres personas por cada 1.000
habitantes de la población general en los Estados Unidos, aunque se ha avanzado
bastante en entender la fisiopatología y el tratamiento, su etiología permanece
desconocida. Se ha demostrado que la presencia de estrés psicosocial está asociada con
la actividad de la enfermedad, por lo cual son factores importantes para su desarrollo y
la permanencia del cuadro clínico.

Los resultados de este estudio soportan nuevamente la utilidad del modelo


biopsicosocial en este tipo de patologías y sugieren la necesidad de que el médico de
atención primaria y el especialista hagan intervenciones que disminuyan el impacto del
estrés en este tipo de pacientes para evitar recidivas frecuentes.

Variables: Enfermedad Gastrointestinal y estrés

Sistema de hipótesis

H1: Relación entre la enfermedad Gastrointestinal y el estrés.

H2: Reducir el estrés disminuye las enfermedades gastrointestinales.

Instrumentos Psicológicos

El Cuestionario de Afrontamiento del Estrés (CAE) es una medida de autoinforme


diseñada para evaluar siete estilos básicos de afrontamiento: focalizado en la solución
del problema, autofocalización negativa, reevaluación positiva, expresión emocional
abierta, evitación, búsqueda de apoyo social, y religión. Los coeficientes de fiabilidad
de Cronbach para las 7 subescalas variaron entre 0,64 y 0,92 (media = 0,79).

Centrándonos en el ámbito de la gastroenterología se han elaborado diversos


cuestionarios específicos para valorar la calidad de vida tanto en pacientes con
enfermedades orgánicas, como con enfermedades funcionales, en la siguiente tabla se
muestran alguno de ellos:

S-ar putea să vă placă și