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RESUMEN
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ABSTRACT
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de derecho procesal para brindar una respuesta más pronta que la
jurisdicción ordinaria pueda dar, atendiendo a ciertos requisitos de
procedibilidad”.
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propiamente dichos desde que son dependientes o accesorios de otro, aun
cuando pueda existir cierto nivel de controversia al interior del mismo) se
limitan a asegurar el resultado de una sentencia presumiblemente
estimatoria al tiempo de dictarse la medida, con la salvedad que, según la
ley procesal, no implican un prejuzgamiento). Dicho de otro modo "se llama
cautelar al proceso cuando sirve para garantizar el buen fin de otro proceso,
por ello la voz cautelar significa "prevenir", "precaver", y da idea
del carácter provisorio de la medida".
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En primer lugar y, tal como su nombre lo indica, la medida autosatisfactiva
es la que se agota, en su finalidad, con su acogimiento o despacho
estimatorio del pedimento; es decir, el órgano judicial, atendiendo al
requerimiento urgente e inaplazable (luego nos ocuparemos de estos
requisitos) del peticionante, acoge la medida sin que sea necesario, para su
preservación, el inicio ulterior de una acción principal para que ella no
decaiga, como ocurre con todas las medidas cautelares, que son siempre
dependientes de una demanda (acción principal) cuyo resultado la medida
asegura que pueda cumplirse en caso de estimarse la demanda, de manera
tal que aquí tenemos una diferencia fundamental entre la medida
autosatisfactiva y la medida cautelar pues, a diferencia de esta última, la
primera no depende de ninguna otra acción destinada a preservarla.
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2. 2 Como ya señalamos, estas medidas se conceden inaudita et altera pars,
pues por el contexto de urgencia en el que se solicitan no hay tiempo
suficiente como para realizar diligencias adicionales, aunque en ciertos
casos el juez puede ordenar una sustanciación que Peyrano llama «previa y
comprimida».
Las medidas autosatisfactivas tienen como requisito sine qua non, para un
despacho favorable, que se trate de supuestos de suma urgencia donde, de
no mediar una rápida actuación judicial, se produciría la frustración del
derecho invocado y, por lo tanto, sería inútil iniciar luego un proceso
dirigido a tal fin, porque el tiempo es de la esencia de estas medidas.
Tal como ocurre con las medidas cautelares, las medidas autosatisfactivas
pueden ocasionar un daño al afectado, de manera que, en ciertas
circunstancias, es razonable fijar una contracautela según la naturaleza de
la medida y dependiendo de hasta qué punto se desee proteger a la parte
afectada con el despacho de la misma, en la eventualidad que sea revocada.
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principal para evita su caducidad, o decaimiento, como ocurre con las
medidas cautelares”.
Las “medidas temporales sobre el fondo”, que son una especie dentro del
género amplio de las “medidas cautelares”, son de efecto parecido a las
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medidas autosatisfactivas, con la diferencia que las primeras implican, en el
fondo, un antejuicio, pues conceden anticipadamente aquello que es,
precisamente, el petitorio (o una parte del mismo) de la demanda (ya
incoada o por incoarse) y que debe ser materia de una sentencia
estimatoria, mientras que estas últimas no necesitan de una sentencia
confirmatoria, tanto porque no se requiere una acción principal cuanto
porque el despacho de la medida agota su finalidad.
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y expedita intervención del órgano judicial. Posee la característica de que
su vigencia y mantenimiento no dependen de la interposición coetánea o
ulterior de una pretensión procesal Su dictado está sujeto a los siguientes
requisitos: concurrencia de una situación de urgencia, fuerte probabilidad
de que el derecho material del postulante sea atendible, quedando la
exigibilidad de la contracautela sujeta al prudente arbitrio judicial. Hasta
tanto se regule legalmente la medida autosatisfactiva puede
fundamentarse su dictado en la potestad cautelar genérica o en una válida
interpretación analógica extensiva de las disposiciones legales que
expresamente disciplinan diversos supuestos que pueden calificarse como
medidas autosatisfactivas".
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duración es impredecible. En ese sentido, agrega, existen circunstancias
materiales que requieren de la atención más que mediata del órgano
jurisdiccional, cuando se advierte la inminencia en la generación de un
riesgo latente contra un derecho debidamente constituido que puede ser
vulnerado. Añade que estas “son las llamadas emergencias jurídicas ante
las cuales los órganos jurisdiccionales deberán atenderlas con prontitud y
eficacia, sin demora y con remedios a favor del derecho amenazado. Ante
ello, es obvio que un proceso en la tutela normal se advierte como la menos
propicia para la atención de la emergencia. se requiere pues de una tutela
de emergencia, diferente a la normal y que responda con prescindencia de
formulismos procedimentales a efectos de salvar al “paciente” jurídico.
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Sin embargo, la posición de Peyrano y de otros juristas en pro de las
medidas autosatisfactivas encuentra mucha resistencia en la doctrina
argentina, que considera que no se respeta el debido proceso cuando se
prescinde de la bilateralidad, esto es, de citar y oír previamente a la otra
parte.
El mismo Arazi continúa diciendo que “En el año 2005, junto con el Dr.
Augusto Mario Morello, proyectamos una norma referida a los procesos de
trámite urgente, que preveía en forma simple, y conservando la estructura
procesal, los casos en que es preciso una tutela inmediata (“Procesos
urgentes”, J.A. 2005-1-p.3). Ella fue tomada por el Código Procesal de la
Provincia de Santa Cruz (art. 299). Actualizada aquella norma con los
aportes doctrinarios posteriores cabe prever un proceso urgente en los
siguientes términos:
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aplicarán subsidiariamente las disposiciones que regulan las medidas
cautelares en lo que fuesen pertinentes y compatibles con la petición.
Si la medida fue dispuesta inaudita parte, junto con la notificación de
ella se correrá traslado por el plazo que fije el juez, sin que ello obste
a la ejecución de aquella. Si no se contestara el traslado la medida
quedará firme. Si el afectado contesta el traslado oponiéndose a la
medida, el escrito deberá estar debidamente fundado y ofrecerse la
totalidad de la prueba. La oposición se tramitará por el procedimiento
que el juez decida en resolución irrecurrible y se resolverá
desestimándola o haciendo lugar a ella y revocando la decisión
cautelar; si ésta fuese irreversible, su revocación originará el pago de
daños y perjuicios a favor del afectado.
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significa que en ciertos casos no pueda darse audiencia al afectado, pero
sin llegar a dar lugar a la formación de un contradictorio.
7. CONSECTARIOS
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peligro en la demora, al igual que en las medidas cautelares, pero no se
exige no ya una simple apariencia (fumus) del derecho alegado sino una casi
certeza que sea estimada la pretensión del requirente (exigencia, esta
última, que explica que, en el común de los casos, el juez no estime
necesario requerir de una contracautela); 2) en segundo lugar, debe
demostrarse que no existe otra vía que pueda satisfacer de manera célere
la pretensión del peticionante, la que de no ser atendida inmediatamente
le ocasionará un perjuicio irremediable.
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importa una satisfacción definitiva del requerimiento de su postulante,
constituyendo una especie de tutela de urgencia con características que le
son propias.
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