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La catástrofe del vuelo UBG-211 (BS211) de US-Bangla Airlines que tuvo lugar el
pasado 12 de marzo cerca del aeropuerto internacional de Katmandú (Nepal) y dejó
51 muertos habría sucedido por el "grave estrés mental" que habría conducido al
capitán del avión, Abid Sultán, a tomar diversas decisiones erróneas durante el
pilotaje.
Un informe filtrado de la investigación oficial al que ha tenido acceso el diario The
Kathmandu Post certifica que el comandante del aparato mostró fatiga y un
comportamiento errático inusual "cuando analizamos la conversación de la
grabadora de voz de cabina", en la que se escucha cómo "lloró en varias
ocasiones".
Ese dispositivo registró una conversación de casi una hora entre Sultán y el copiloto,
Prithula Rashid, que evidenciaría la tensión del piloto y su falta de profesionalidad,
pues en cabina las charlas personales entre colegas "están estrictamente
prohibidas cuando el avión se prepara para aterrizar o despegar".
Además, en un momento del vuelo el capitán aseguró que estaba "muy molesto y
dolido" después de que su compañera "cuestionara su reputación como buen
instructor" y exclamó: "¡Me importa una m****a volar seguro!! Haz tu p***
trabajo!".
Historial de depresión
Posteriormente fue declarado como apto para operar vuelos comerciales y desde
2002 no tenía reportes médicos en los que se mencionaran estos síntomas.
En tanto, la primera oficial que le acompañaba, una piloto de 25 años y que sólo
contaba con 390 horas de vuelo, nunca había aterrizado en Katmandú, conocido
por ser uno de los aeropuertos más difíciles del mundo al encontrarse en un terreno
altamente montañoso.