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“Séptimo: Que, la conclusión a la que arribó el médico Walter Chevarría Garayar carece de
sustento fáctico, pues al ser interrogado en Juicio Oral no fue firme y coherente en cuanto a su
diagnóstico y por el contrario se mostró oscilante al sostenerlo; que, en consecuencia, no se
advierte en la pericia de parte una concatenación lógica y fuerza convincente de los argumentos
expuestos en ella y tampoco idoneidad del perito que la emitió porque no posee un titulo
legalmente reconocido por algún organismo oficial o profesional en el campo analizado que
acredite entendimiento en la materia; que, no puede ignorarse que el perito o médico también
está sujeto a las mismas pruebas de credibilidad que los testigos, pues el prejuicio es un factor
importante, y en el caso concreto el medico era amigo y vecino del acusado, lo que afecta su
validez o confiabilidad.”
“(…) 2. No son objeto de prueba las máximas de la experiencia, las Leyes naturales, la norma
jurídica interna vigente, aquello que es objeto de cosa juzgada, lo imposible y lo notorio.”
∞ Notorios son, además, los llamados hechos notorios judiciales. Se trata de todo aquellos que el
juez llegó a saber de modo confiable, en relación con su actividad oficial. Ante todo son notorios
judicialmente los acontecimientos que han constituido el fundamento de la decisión, de forma
siempre invariable, en un gran número de procedimientos penales. Son suficientes las
constataciones hechas en las sentencias de otros jueces. Se requiere, como se anotó, que lo
notorio sea evidente, pero podría aceptarse la prueba en contrario, presentando circunstancias
nuevas y no conocidas hasta el momento –no basta la sola negación de lo notorio– [ROXIN].
∞ Debe diferenciarse, sin embargo, la notoriedad de la ciencia privada del juez y de las máximas
de experiencia. La ciencia privada del juez hace referencia a hechos conocidos privadamente por el
juez fuera del proceso. El juzgador los conoce de manera particular, por lo que su introducción en
la sentencia, indebida por cierto, hace incurrir en incongruencia y vulnera la garantía de
imparcialidad. Los hechos notorios, empero, son conocidos y tenidos como ciertos por una
colectividad de individuos, dentro y fuera del proceso.