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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

TEXTO Nº 1

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“UN VIAJE”

El niño Goyito está de viaje.


El niño Goyito va a cumplir
cincuenta y dos años; pero;
pero cuando salió del
vientre de su madre le
llamaron niño Goyito; y
niño goyito le llaman hoy, y
niño Goyito le llamarán
treinta años más, porque hay
muchas gentes que van al
panteón como salieron del
vientre de su madre.
Este niño Goyito, que en
cualquier otra parte seria un don Gregorio de buen tamaño, ha estado recibiendo
por tres años enteros cartas de Chile en que le avisan que es forzoso que se
transporte a aquel país a arreglar ciertos negocios interesantísimos de familia,
que ha quedado embrollados con muerte súbita de un deudo. Los tres años los
consumió la discreción gregoriana en considerar cómo se contestarían estas
cartas y cómo se efectuara este viaje. El buen hombre no podía dedicarse ni a
uno ni a otro. Pero el corresponsal menudeaba sus instancias; y ya fue preciso
consultarse con el confesor, y con el médico, y con los amigos. Pues, señor,
asunto concluido: el niño goyito se va a Chile.
La noticia corrió por toda la parentela, dio conversación y quehaceres a
todos los criados, afanes y devociones a todos los conventos; y convirtió la
casa en una Liorna. Busca costureras por aquí, sastres por allá, fondista por
acullá. Un hacendado de Cañete mandó tejer en Chincha cigarreras. La Madre
Transverberación del Espíritu Santo se encargó en un convento de una parte de
los dulces; Sor María en Gracia fabricó en otro su buena porción de ellos; la
Madre Salomé tomó a su cargo en el suyo las pastillas; una monjita recoleta
mandó de regalo un escapulario; otra, dos estampitas; el Padre Florencio de San
Pedro corrió con los sorbetes; y se encargaron a distintos manufactures y
comisionados sustancias de gallina, botiquín, vinagre, de los cuatro ladrones
para el mareo, camisas a centenares, capingo (don Gregorio llamaba capingo a lo
que llamamos capote), chaqueta y pantalón para los días fríos, chaqueta y

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pantalón para los días templados, chaqueta y pantalón para los días calurosos. En
suma, la expedición de Bonaparte a Egipto no tuvo más preparativos.
Seis meses se consumieron en ellos, gracia a la actividad de las niñas
(hablo de las hermanitas de don Gregorio, la menor de las cuales era su madrina
de bautismo), quienes, sin embargo del dolor de que se hallaban atravesadas
con este viaje, tomaron en un santiamén todas las providencias del caso.
Vamos al buque. Y ¿Quién vera si este buque es bueno o malo? ¡Válgame
Dios! ¡Qué conflicto! ¿Se ocurrirá al ingles don Jorge, que vive en los altos? Ni
pensarlo; las hermanitas dicen que es un bárbaro capaz de embarcarse en un
zapato. Un catalán pulpero, que ha navegado de condestable en la Esmeralda,
es, por fin, el perito. Le costean caballo, va al Callao, práctica su
reconocimiento y vuelve diciendo que el barco es bueno; y que don Goyito irá
tan seguro como en un navío de la Real Armada. Con esta noticia calma la
inquietud.
Despedidas. La calesa trajina por todo Lima. ¿con que se nos va usted?
¿Con que se decide s usted a embarcare?....!Buen valorazo! Don Gregorio se
ofrece a la disposición de todos: se le bañan los ojos en lagrimas a cada
abrazo. Encarga que le encomienden a Dios. A él le encargan jamones, dulces,
lenguas y cobranzas. Y ni a él le encomienda nadie a Dios; ni él se vuelve a
acordar de los jamones, de los dulces, de la lengua, ni de las cobranzas.
Llega el día de la partida. ¡Qué bulla! ¡Qué jarana! ¡Qué Babilonia! Baúles
en el patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvios de
canastos por todas partes. Todo sale, por fin, y todo se embarca, aunque con
bastantes trabajos. Marcha don Gregorio, acompañado de una numerosa
caterva a la que pertenecen también, con pendones y cordón de San Francisco
de Paula, las amantes hermanitas, que sólo por el buen hermano pudieron hacer
el horrendo sacrificio de ir por primera vez al Callao. Las infelices no se quitan
el pañuelo de los ojos; y lo mismo le sucede al viajero. Se acerca la hora del
embarque y se agravan los soponcios. ¿Si nos volveremos a ver?... Por fin, es
forzoso partir; el bote aguarda. Va la comitiva al muelle: abrazos generales,
sollozos, los amigos separa a los hermanos: “¡Adiós, hermanitas mías!” “¡Adiós
Goyito de mi corazón! La alma de mi mamá Chombita te lleve con bien”.
Este viaje ha sido un acontecimiento notable en la familia; ha fijado un
época de eterna recordación; ha constituido una era, como la Cristiana, como la
de la Hegira, como la de la fundación de Roma, como el Diluvio Universa, como
la era de Nabonasar.
Se pregunta en la tertulia:
-¿Cuánto tiempo lleva fulana de casada?
-Aguarde usted. Fulana se casó estando goyito para ir a Chile…
-¿Cuánto tiempo hace que murió el guardián de tal convento?
-Yo le diré a usted; al padre guardián le estaban tocando las agonías al
otro día del embarque de Goyito. Me acuerdo todavía que se las recé estando
enferma en cama de resultas del viaje al Callao..
-¿Qué edad tiene aquel jovencito?
-Déjeme usted recordar. Nació en el año de….Mire usted, este cálculo es
más seguro, son habas contadas: cuando recibimos la primera carta de Goyito,
estaba mudando de dientes. Conque, saque usted la cuenta….
Así viajaban nuestros abuelos; así viajarían si se determinasen a viajar,
muchos de la generación que acaba, y muchos de la generación actual, que
conservan el tipo de los tiempos del virrey Avilés, y ni aun así viajarían otros,
por no viajar de ningún modo.

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Pero las revoluciones hacen del hombre, a fuerza de sacudirlo y pelotearlo,


el mueble más liviano y más portátil; y los infelices que desde la infancia las
han tenido por atmósfera, han sacado de ellas, en medio de mil males, el corto
beneficio siquiera de una gran facilidad locomotiva. ¿La salud, o los negocios, o
cualesquiera otras circunstancias aconsejan un viaje? A ver los periódicos.
Buque para Chile. Señor consignatario, ¿hay camarote? –Bien.-¿Es velero el
bergantín? –Magnifico. - ¿Pasaje? –tanto más cuanto. –Estamos convenidos.
Chica, acomódame una docena de camisas y un almofrez. Esta ligera
apuntación al abogado. Esta otra al procurador. Cuenta, no te descuides con la
lavandera, porque el sábado me voy. Cuatro letras por la imprenta, diciendo adiós
a los amigos. Eh: llegó el sábado. Un abrazo a la mujer, un par de besos a los
chicos, y agur. Dentro de un par de meses estoy de vuelta. Así me han enseñado
a viajar, mal de mi grado, y así me ausento, lectores míos, dentro de pocos días.
Este y no otro es el motivo de daros mi segundo número antes que
paguen sueldos.
No quisiera emprender este viaje; pero es forzoso. No sabéis cuánto me
cuesta el suspender con esta ausencia mis dulces coloquios con el público.
Quizás no sucederá otro tanto a la mayor parte de vosotros, que corresponderéis
a mi amistosa despedida exclamando: ¡Mal rayo te parta, y nunca más vuelvas a
incomodarnos la paciencia! En fin, sea lo que fuere, los enemigos y enemigas
desncasad de mi insoportable tarabilla; preparad vuestros viajes con toda la
calma que queráis, hablad de la opera como os acomode; idos a Amancaes
como y cuando os parezca; bailad zamacueca a taco tendido, a roso y velloso, a
troche y moche, a banderas desplegadas; haced cuanta tontería os venga a la
mente: en suma, aprovechad estos dos meses. Los amigos y amigas tened el
presente artículo por vista y tarjeta de despedida, y rogar a Dios me dé viento
fresco, capitán amable, buena mesa y pronto regreso.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado


de las siguientes palabras:

a) Embrollado: …………………………………………………………………………………

b) Súbito: …………………………………………………………………………………

c) Parentela: …………………………………………………………………………………

d) Condestable: …………………………………………………………………………………

e) Caterva: …………………………………………………………………………………

f) Almofrez: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. Por las referencias que ofrece el autor, ¿en qué época aproximadamente
se desarrollan los hechos narrados?

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. ¿Cuántos años demora don Gregorio en decidir su viaje a Chile? ¿De qué
modo empleó todo ese tiempo?
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________________________________________________________________
3. ¿En qué consistieron los preparativos para el viaje? ¿Quiénes participan
en ellos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
4. ¿Quién práctica el reconocimiento del buque? ¿Cómo procede y cuál
es su veredicto?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
5. ¿Qué significado tuvo para la familia y los amigos este singular viaje?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
6. ¿Cómo se viajaba en los tiempos del Virrey Avilés? ¿Y cómo se viaja, en
cambio, en la época en que partió escribe esta historia?
________________________________________________________________
________________________________________________________________

Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Viaje …………………………………. ………………………………….

b) Niño …………………………………. ………………………………….

c) Confesor …………………………………. ………………………………….

d) Hacendado …………………………………. ………………………………….

e) Hermanas …………………………………. ………………………………….

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TEXTO Nº 2

Lee detenidamente la siguiente lectura:


LECTURA

“Los tres motivos del oidor”


El 27de octubre de 1544 estaban los vecinos de Lima que no les llegaba la
camisa al cuello. Y con razón, eso sí.
Al levantarse de la
cama y abrir puertas
para dar libre paso a
la gracia de Dios, se
hallaron con la
tremenda noticia de
que Francisco de
Carbajal, sin ser de
nadie sentido, se
hacia colado en la
ciudad con cincuenta
de los suyos, puesto
en prisión a varios sujetos principales tildados de amigos del virrey Blasco
Núñez, y ahorcado, no como quiera, a un par de pobres diablos, sino a Pedro
del Barco y Macuin de Florencia, hombres de fuste, y tanto que fueron del
número de los primeros conquistadores, es decir, de los que capturaron a
Atahualpa en la plaza de Cajamarca.
Carbajal previno caritativamente a los vecinos de Lima que estaba resuelto
a seguir ahorcando prójimos y saquear la ciudad si ésta no aceptaba por
gobernador del Perú a Gonzalo Pizarro, quien, con el grueso de su ejercito, se
encontraba esperando la respuesta a dos leguas de camino.
Componían a la sazón la Real Audiencia los licenciados Cepeda, Tejada y
Zárate, pues el licenciado Álvarez había huido el bulto, declarándose a favor del
virrey. Asustados los oidores con la amenaza de Carbajal, convocaron a los
notables en Cabildo. Discutióse el punto muy a la ligera, pues no había tiempo
que perder en largos discursos ni en flores de retórica, y extendiéndose acta
reconociendo a Gonzalo por Gobernador.
Cuando le llegó turno a firmar al oidor Zarate, que, según el Palentino, era
un viejo chocho, empezó por dibujar una cruz, y bajo de ella, antes de estampar
su garabato, escribió: Juro a Dios y a esta Cruz y a las palabras de los Santos
Evangelios que firmo por tres motivos: por miedo, por miedo y por miedo.
Vivía el oidor Zarate en compañía de una hija, doña Teresa, moza de
veinte años muy lozanos, linda desde el zapato hasta la peineta, y que traía en
las venas todo el ardor de su sangre, andaluza, causa más que suficiente para
barruntar que el estado de doncellez se la iba haciendo muy cuesta arriba. La
muchacha, cosa natural en las repazas, tenía su quebradero de cabeza con

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Blasco de Soto, alférez de los tercios de Carbajal, quien la pidió al padre y vio
rechazada la demanda, que su merced quería para marido de su hija hombre de
caudal saneado. No se descorazonó el galán con la negativa, y puso su cuita en
conocimiento de Carbajal.
-¡Cómo se entiende! –gritó furioso don Francisco-. ¡Un oidor de mojiganga
desairar a mi alférez, que es un chico como unas perlas! Conmigo se las habrá el
abuelo. Vamos, galopín, no te atortoles, que o no soy Francisco de Carbajal, o
mañana te casas. Yo apadrino tu boda, y basta. Duéleme que estés de veras
enamorado; porque has de saber, muchacho, que el amor es el vino que más
presto se avinagra; pero eso no es cuenta mía, sino tuya, y tu alma tu palma. Lo
que yo tengo que hacer es casarte, y te casaré como hay viñas en Jerez, y entre
tú y la Teresa multiplicaréis hasta que se gaste la pizarra.
Y el maestre de campo enderezó a casa del oidor, y sin andarse con
dibujos de escolar pidió para su ahijado la mano de la niña. El pobre Zárate se
vio comido de gusanos, balbució mil excusas y terminó dándose a partido. Pero
cuando el notario le exigió que suscribiese un suspiro , cogió la pluma de
ganso y escribió: Conste por esta señal de la cruz que consiento por tres
motivos: por miedo, por miedo, por miedo.
Así llegó a hacerse proverbial en Lima esta frase: Los tres motivos del
oidor, frase que hemos recogido de boca de muchos viejos y que vale tanto
como aquella de las noventa y nueve razones que alegaba el artillero para no
haber hecho una salva: -Razón primera, no tener pólvora. –Guárdese en el
pecho las noventa y ocho restantes.
Al poco del matrimonio de la hija, cayó Zárate gravemente enfermo de
disentería, y en la noche que recibió la Extremaunción llegó a visitarlo Carbajal y
le dijo:
-Vuesa merced se muere porque quiere. Déjese de galenos y bébase, en
tisana, una pulgarada de polvos de cuerno de unicornio, que son tan eficaces
para su mal como huesecito de santo.
-No, mi Señor don Francisco contestó el enfermo; me muero, no por mi
voluntad, sino por tres motivos…
-No los diga, que los sé –interrumpió Carbajal, y salió
riéndose del aposento del moribundo.
Vocabulario:
COMPRENSIÓN DE LECTURA
Con ayuda del diccionario anota el significado de las
siguientes palabras:

a) Lozano: …………………………………………………………………………………

b) Barruntar: …………………………………………………………………………………

c) Rapaza: …………………………………………………………………………………

d) Cuita: …………………………………………………………………………………

e) Tisana: …………………………………………………………………………………

f) Balbucir: …………………………………………………………………………………

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Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿En qué lugar ocurren los hechos? ¿Cómo es ese lugar?


________________________________________________________________

2. ¿En qué época de nuestra historia se desarrolla esta tradición? ¿Quién


gobernaba el Perú por esos años?
________________________________________________________________

3. ¿Qué ocurrió en Lima el 27 de octubre de 1544?


________________________________________________________________

4. ¿Qué pretendían Gonzalo Pizarro y Carbajal? ¿Se cumplieron finalmente


sus deseos?
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5. ¿Quién era Doña Teresa? ¿Cómo la describe el autor?


________________________________________________________________

6. ¿Quién se enamora de doña Teresa?


________________________________________________________________

7. ¿Por qué se opone el oidor Zárate al matrimonio de doña Teresa con el


alférez?
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8. ¿Quién y de qué modo soluciona este problema?


________________________________________________________________

9. ¿A qué hecho hace referencia el título que tiene la tradición?


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Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Camisa …………………………………. ………………………………….

b) Ahorcar …………………………………. ………………………………….

c) Oidor …………………………………. ………………………………….

d) Escribir …………………………………. ………………………………….

e) Enamorado …………………………………. ………………………………….

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TEXTO Nº 3

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“El amigo Braulio”


En ese tiempo era yo un interno de San Carlos.
Frisaba en los diez y ocho años y tenia compuestos
algunos centenares de versos, sin que se me hubiera
ocurrido publicar ninguno ni confesar a nadie mis
aficiones poéticas. Disfrutaba una especie de
voluptuosidad en creerme un gran poeta inédito.
Repentinamente nacieron en mí los deseos
de ver en letras de molde algunos versos míos. Por
entonces se publicaba en Lima un semanario
ilustrado que gozaba de mucha popularidad y era
leído y comentado los lunes entre los aficionados
del colegio: se llamaba “El Lima Ilustrado”.
Después de leer veinte veces mi colección de poemas, comparar su merito
y rechazar hoy malísimo lo que ayer había creído muy bueno, concluí por
elegir uno, copiarlo en fino papel y con la mejor de mis letras.
Temblando como reo que se dirige a patíbulo, me encaminé un domingo
por la mañana a la imprenta de “El Lima Ilustrado”. Más de una vez quise
regresarme; pero una fuerza secreta me impelía.
Con el sombrero en la mano y haciendo mil reverencias penetré en una
habitación llena de chibaletes, galeras, cajas, tipos de imprenta.
-¿Es señor director? –pregunté queriendo mostrar serenidad, pero
temblando.
-Soy yo, Joven.
Me dio la respuesta un coloso de cabellera crespa, color aceitunado,
mirada inteligente y modales desembarazados y francos. En mangas de camisa,
con un mandil azul, cubierto de sudor y manchado de tinta, se ocupaba en
colar fajas y pegar direcciones.
-Me han encargado le entregue a usted una composición de verso.
-Pasemos al escritorio.
Ahí se cala las gafas, me quita el papel de las manos y sin sentarse ni
acordarse de convídame asiento, se pone a leer con la mayor atención.
Era la primera vez que ojos profanos se fijaban en mis lucubraciones
poéticas. Los que no han manejado una pluma no alcanzan a concebir lo que
siente un hombre al ver violada, por decirlo así, la virginidad de su pensamiento.
Yo seguía, yo espiaba la fisonomía del director para ir adivinando el efecto que le

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causaban mis versos: unas veces me parecía que se entusiasmaba, otras que me
censuraba acremente.
-Y ¿Quién es el autor? –me dijo, concluida la lectura.
Me puse a tartamudear, a querer decir algún nombre supuesto, a murmurar
palabras ininteligibles, hasta que concluí por enmudecer y tornarme como una
granada.
-¿Cómo se llama usted, joven?
-Roque Roca.
-Pues bien: yo publicaré la composición en el próximo número y pondré el
nombre de usted, porque usted es el autor: se lo conozco en la cara. ¿Verdad?
No pude negarlo, mucho más cuando el buen coloso me daba una
palmada en el hombro, me convidó asiento y se puso a conversar conmigo
como si hubiéramos sido amigos de muchos años.
Al salir de la imprenta, yo habría deseado poseer los millones de
Rothschild para elevar una estatua de oro al director de “El Lima Ilustrado”.
II
Cuando el semanario salió a luz con mis versos, produjo en San Carlos el
efecto de una bomba. ¡Poetam habeus”, gritó un muchacho que se acordaba de
no haber podido aprender latín. En el comedor, en los patios, en el dormitorio y
hasta en la capilla escuchaba yo alguna vocecilla tenaz y burlona que entonaba
a gritos o me repetía por lo bajo una estrofa, un verso, un hemistiquio, una
estrofa, un verso, un hemistiquio, un adjetivo de mi composición.
La insolencia de un condiscípulo mío llegó a tanto que al pedirle el
profesor de literatura un ejemplo de versos pareados, indicó los siguientes:
El poeta Roque Roca
echa flores por la boca.
Con decir que el mismo profesor lanzó una carcajada y me dirigió una
pulla, basta para comprender el maravilloso efecto de los dos pareados; a la
media hora los sabia de memoria todo el colegio y andaban escritos con lápiz
negro en las paredes blancas y con polvos blancos en las pizarras negras. No
faltaban variantes, como:
El poeta Roque Roca
echa coles por la boca;
el poeta Roque Roca
echa sapos por la boca.
Un bardo anónimo, no muy versado en la colocación de los acentos,
escribió:
El poeta Roque Roca
es un inconmensurable alcornoque.
Agotada la paciencia, recurrí a las trompadas; mas como el remedio
empeoraba el mal, acabé por decidir que el partido más cuerdo era no hacerles
caso y no volver a publicar una sola línea.
Sólo encontré una voz amiga. Había un muchacho a quien llamábamos el
Metafórico, por su manera extraña y alegórica de expresarse. El Metafórico me
llamó a un lado y me dijo con la mejor buena fe:
Mira, no les hagas caso y sigue montando en el Pegaso: el ruiseñor no
responde a los asnos; poeta – aurora, desprecia a los hombres – coces.
Las palabras me consolaron, aunque venían de un chiflado. ¡Qué voz no
suena dulce y agradablemente cuando se duele de nuestras desgracias y nos
sostiene en nuestras horas de flaqueza!.
Yo contaba con un amigo de corazón: Braulio Pérez. Juntos habíamos
entrado al colegio, seguíamos las mismas asignaturas y durante cinco años

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habíamos estudiando en compañía. En cierta ocasión, una enfermedad le retrasó


en sus cursos; yo velé dos o tres meses para que no perdiera el año. ¿Quién
sino él estaría conmigo? Como ni palabra me había dicho sobre mis versos ni
salido a mi defensa, su conducta me pareció extraña y le hablé con la mayor
franqueza.
-¿Qué dices de lo que pasa?
-Hombre-contestó ¿Por qué publicar los versos sin consultarte con algún
amigo?
-Veras.
-Tu sabes que yo…
-cierto.
-Estoy hasta resentido de tu reserva conmigo.
-Lo hice de pura vergüenza.
-Si alguna vez vuelves a publicar algo…
-¿Publicar?, antes me desguellan.
Mantuve mi resolución un mes, y la habría mantenido mil año, si el
director de “El Lima ilustrado” no se hubiera aparecido en el colegio a decirme
que se hallaba escaso de originales en verso y que me exigía mi colaboración
semanal. Quise excusarme; pero el hombre –lisonjero- me comprometió a
enviarle cada miércoles una composición en verso.
Ocurrí al amigo Braulio, le conté lo sucedido y le enseñé todo mi
cuaderno de versos para que escogiera los menos malos; pero no logramos
quedar de acuerdo: todas mis inspiraciones le parecían flojas, vulgares, indignas
de ver la luz pública en un semanario donde colaboraban los primeros literatos
de Lima. Imposible sacarla de la frase “Todas están malas”. A escondidas del amigo
Braulio, copié los versos que me parecieron mejores y se los remití al director
de “El Lima Ilustrado”.
La tormenta se renovó con mi segunda publicación; pero amainando con la
tercera y cuarta; a la quinta, las burlas habían disminuido, y sólo de cuando en
cuando algún majadero me indignaba los pareados o me dirigía una pulla de
mal gusto.
El único implacable era el amigo Braulio, convertido en mi Aristarco
severo, todo por amistad, como solía repetírmelo. Apenas recibía el número de
“El Lima Ilustrado”, se instalaba en un rincón solitario y, lápiz en mano, se
enseñaba en la critica de mis versos: uno era cojo, el otro pasilargo; éste carecía
acentos, aquel los tenia de más. En cuanto al fondo, peor que la forma.
-Mira me lanzó en una de esas expansiones intimas que sólo se conciben
en la juventud , mira, el hombre no sólo se deshonra con robar y matar, sino
también con escribir malos versos. A ladrones o asesinos nos pueden obligar las
circunstancias; pero ¿Qué nos obliga a ser poetas ridículos?.
III
Hacia dos meses que publicaba yo mis versos, cuando en el mismo
semanario apareció un nuevo colaborador que firmaba sus composiciones con
el seudónimo de Genaro Latino. Mi amigo Braulio empezó a comparar mis
versos con los de Genaro Latino:
-Cuando escribías así, tendrás derecho a publicar -me dijo sin el menor
reparo.
Fui constantemente inmolado en aras de mi rival poético: él era Homero. Virgilio
y Dante; yo, un coplero de mala muerte. Cuando mi nombre desapareció de “El
Lima Ilustrado” para ceder el sitio al de Genaro Latino, muchos de mis
condiscípulos me reconocieron el merito de haber admitido mi nulidad y sabido

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retirarme a tiempo. Sin embargo, algunos insinuaron que el director del


semanario me había negado la hospitalidad.
Todos creían envenenarme la bilis con leerme los versos de mi rival,
figurándose que la envidia me devoraba al corazón. Braulio mismo me atacaba
ya de frente, y se le atribuirá la paternidad de este nuevo pareado:
Ante Genaro Latino
Roque Roca es un pollino.
Un día, Braulio, triunfante y blandiendo un papel, se instala sobre una silla,
pide la atención de los oyentes y empieza a leer una silva de Genaro Latino,
publicada en el último número de “El Lima Ilustrado”. De pronto, cambia de color,
remuerde los labios, estruja el periódico y le guarda en el bolsillo.
-¿Por qué no sigues leyendo? –le pregunta una voz estentórea-. Era el
Metafórico.
-¡Qué siga, que siga! –exclamaron algunos.
-Yo seguiré -dijo el Metafórico. Se encaramó en la silla que el amigo Braulio
acababa de abandonar y leyó:
Nota de la dirección. –Como hay personas que se atribuyen la paternidad
de obras ajenas, avisamos al público (a riesgo de herir la modestia del autor) que
los versos publicados en “El Lima Ilustrado” con el seudónimo de Genaro Latino
son escritos por nuestro antiguo colaborador el joven estudiante de
juridisprudencia don Roque Roca.
El amigo Braulio no volvió a dirigirme la palabra.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el


significado de las siguientes
palabras:

a) Impeler: …………………………………………………………………………………

b) Chibalete: …………………………………………………………………………………

c) Acremente: …………………………………………………………………………………

d) Pulla: …………………………………………………………………………………

e) Endilgar: …………………………………………………………………………………

f) Amainar: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. Por las referencias que ofrece el autor, ¿en qué época aproximadamente
se desarrollan los hechos narrados?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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2. ¿A qué era aficionado Roque Roca? Con respecto a esta afición, ¿Qué
es lo que repentinamente decide?
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3. ¿Cómo logra el joven publicar sus primeros versos? Menciona los
detalles que entran en juego para hacer posible la culminación de
sus deseos.
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________________________________________________________________
4. ¿Qué efecto produjo en San Carlos la lectura de los versos de Roque
Roca?
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5. ¿Quién y de qué modo se solidarizó con el poeta?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
6. ¿Qué actitud tomó el amigo Braulio?
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7. ¿Qué ocurre cuando en el semanario aparece un nuevo colaborador
con el seudónimo de Genaro Latino?
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________________________________________________________________
8. ¿Cómo se descubre que Genaro Latino y Roque Roca son la misma
persona? ¿Qué efecto produce esta revelación en el amigo Braulio?

________________________________________________________________

Razonamiento Verbal:

Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Escribir …………………………………. ………………………………….

b) Publicidad …………………………………. ………………………………….

c) Franqueza …………………………………. ………………………………….

d) Amistad …………………………………. ………………………………….

e) Burlas …………………………………. ………………………………….

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TEXTO Nº 4

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“Malccoy”

Si bien es cierto que el cautiverio ha hecho degenerar la raza indígena, dejando


caer denso velo sobre sus facultades intelectuales, que al presente parecen
adormidas en la atonía, no menos verdad es la de que en sus épocas
primaverales, los indios dejan correr un tanto aquel funesto velo, y como
quien vuelve a la alborada de la vida se entregan a las fiestas tradicionales de
sus mayores.
Una de éstas es el malccoy. Traduciendo libremente el castellano esta
palabra, diríamos: la juventud con su umbrales encantados de amor y de
ensueño; la primera ilusión del niño trocado en hombre, la primera sonrisa
intencionada, después del reír de la felicidad, que no deja cuenta clara para quien
se reconcentre en su examen sicológico.
¡Malccoy! Infinitas veces hemos aislados a estas fiestas campesinas,
compartiendo la sencilla alegría de nuestros compatriotas, sentados sobre el
surco abierto por el arado en tierra húmeda, apagando la sed, en igual vasija de
barro legendario, con la chicha de maíz y cebada elaborada por la feliz madre
del malcco, allá en esas poéticas praderas del Cusco; así se llamen Calca,
Urubamba o Tinta. Los nombres de aquellos indios casi los podríamos apuntar,
tan fresco viven en la mente. Pero entre ellos descuellan los de una pareja que
aún vive resignada y feliz tras la cima de los Andes, allá muy al otro lado de las

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

saladas aguas, del mar. Su historia no es un secreto, y narrarla voy, ofreciéndola


como el fruto de nuestras observaciones.
II
Conviene saber lo que es un malcco, para la ordenada narración de esta
leyenda.
Todos los jóvenes varones que frisan ya en los 16 años, están obligados
a correr la carrera del malcco (pichón).
Los padres se afanan y los hijos llevan la mente abstraída, desde uno de
dos meses antes, con la idea de la carrera.
Generalmente se elige la época de los sombríos o de la cosecha para hacer
la carrera, al finalizar las labores consiguientes.
Se reúnen todos los mocetoncitos de un ayllu, entrados en la edad, y el
más caracterizado de los indios, que ya está por lo regular jubilado de cargos,
elige los dos que han de ser el malcco y correr la carrera: el que la gana, ha de
casarse aquel año.
Figúrese el lector los aprietos de los mancebos que ya tienen el corazón
en cuerpo de alguna ñusta.
Su felicidad queda a merced de la pujanza de sus pies y pulmones.
III
Pedro y Pituca, nacidos en chozas vecinas, desde los tres años al cuidad
de las manadas de ovejas, habían crecido compartiendo el pobre fiambre de
mote frío y chuño cocido al vapor, corriendo campos iguales y contándose
cuentos al borde de las zanjas festonadas de matecillos y de grama. Allí, en
esos bordes, aprendieron tanto los tejidos de sus hondas como el hilado de los
vellones que caían en el tiempo de la trasquila.
Ya no eran niños.
Pituca, aunque la menor, entró la primera en la edad de las efervescencias
del alma que suspira por otra alma. Sus negros ojos adquirieron mayor brillo y
sus pupilas respiraban fuego.
Pedro, tal vez más tranquilo, comenzó a ver que sólo al lado de Pituca
se sentía bien, y los días de faena, en que tenia que suplir a su padre e iba al
pueblo, taciturno y caviloso, respiraba por la choza, por la manada y por la zanja.

¡Pituca! Se decía al tomar la ración de coca ofrecida por su cacique, en


cuyos campos labrada, sin otra recompensa. ¡Pituca! Al mirar las llicllas
coloradas y de puitos verdes tramados con vicuña que lucían las esposas del
alcalde o del regidor de su ayllu.
Un día, sentado a Pituca sobre su falda:
-Urpillay -le dijo-. Mi padre, mi hermano mayor, el compadre
Huancachoque, todos tiene su mujercita. ¿Quieres tú ser mi palomita
compañera? Yo correré el malcco este año, ¡ay!, lo correré por ti, y si tengo tu
palabra, no habrá venado que me dispute la carrera.
-Córrela, Pedrucha- contestó Pituca- porque yo seré buena mujercita para ti,
pues dormida sueño contigo, tu nombre sopla a mi oído los machulas de otra
vida y despierta, cuando te ausentas, me duele el corazón.
-Escupe al suelo –respondióle Pedro abrazándola, y aquel compromiso
quedó sellado así.

IV
Los maizales verdes esmeraldas se tornaron amarillos como el otro.
El balido de las ovejas y el bufar de los bueyes, los nidos de palomitas
cenizas multiplicados en las ramas de los algarrobos, las retamas y manzanos,

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

anuncian en aquellos campos que ha llegado la estación del otoño: los tendales
se preparan para la cosecha, el agricultor suspira con inquietud codiciosa y las
indiecitas casaderas del yaraví con el cual han de celebrar el malccoy.
Es el día de la faena.
Los mayordomos, cabalgados en lomillos puestos sobre los lomos de
vetusto repasiri mayordomil, que de estos hay dos o tres en las fincas,
recorren al galope las cabañas. Suena la bocina del indio segunda y pronto los
prados se cubren de indios que llevan la segadera y la coyunda con asa de
fierro lustroso.
Son los alegres afanes de la cosecha.
Terminando el recojo de las mieses, viene luego el malccoy.
V
Aquella vez eran las planicies de Hatunccolla, en la finca de mi padre, las
que servían de teatro a las poéticas fiestas de esos buenos indios.
Comenzaron a llegar las indias acompañadas de sus hijas.
En el solar de la izquierda, llamado Tinaco, se reunieron los varones para
la designación de los malccos.
La voz unánime señaló a Pedro y a Sebastián. Este último era un
indiecito de carrillos de terebinto, trenza de azabache y mirada de cernícalo. En
la comarca no le designaban con otro nombre que con el de Chapaducha, y
tenia como tres cosechas de más sobre la edad de Pedro.
Chapaducha llevaba el alma enferma: su dolor casi podía distinguirse al
través de la indiferencia con la cual se adelantó de la fila cuando escuchó su
nombre.
Toda la alegre comitiva se fue derecho al campo de Hatunccolla.
Al salir, se cruzó entre Pedro y Sebastián este brece diálogo.
Sebastián. -¿Tienes tu novia aquí?
Pedro. – Presente y muy hermosa. ¿La tuya?
Sebastián –Duerme en el seno de Allpamama. Murió la pobre de pena
cuando me llevaron en la leva para servir de redoblante en el batallón 6º de
línea, dispersado en las alturas de Quilinquilin.
En aquel momento llegaron al lugar donde aguardaban las mujeres. La
mirada de su madre produjo ligera reacción en el semblante de Chapaducha, y
con rapidez prodigiosa quedaron él y su contenedor, adornados con la lliclla
colorada, terciada como banda, un birrete de lana de colores y ojotas con
tientos corredizos. Se medió la distancia, la señal de la bocina sonó y los dos
mancebos se lanzaron al aire como gamos perseguidos por tirano cazador.
VI
Pituca tenia el corazón en los ojos.
Llevaba pendiente del brazo una guirnalda de claveles rojos y yedra
morada, como las llevan casi todas la mujeres para coronar al ganancioso.
Veinte pasos más, y Pedro traspasó el lindero.
La victoria quedó por él. Chapaducha, con calmosa indiferencia, fue el
primero que abrazó a su vencedor diciéndole al oído: Tuya es, pero ¡me duele
por mi madre!.
La algazara no tuvo limites, coronas, flores y abrazos fueron para
Pedrucha, a quien preocupaba un solo pensamiento. Pituca tardaba en abrazarlo
porque es usanza aguardar que o hagan los mayores. Por fin, adelantóse
hermosa y risueña con la felicidad del alma, y antes que coronase las sienes
de Pedrucha vio caer a sus pies todas las flores con que aquel estaba
adornado, señalándola ante la asamblea y diciendo en voz alta: -Esta es la
virgen que he ganado.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Los indios tienen el corazón lleno de ternura y de generosidad, sus goces


se confunden íntimamente. Chapaducha y su madre olvidaron que formaban
número en la contienda, y sólo pensaron en cumplimentar a la dichosa pareja,
por cuya felicidad fueron todos los yaravíes cantados en el malccoy.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado de las


siguientes palabras:

a) Atonía: …………………………………………………………………………………

b) Matecllo: …………………………………………………………………………………

c) Tendal: …………………………………………………………………………………

d) Bufar: …………………………………………………………………………………

e) Usanza: …………………………………………………………………………………

f) Terebinto: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. Por las referencias que ofrece la autora, ¿en qué época


aproximadamente se desarrollan los hechos narrados?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. Señala cuál es el pasaje en que se advierte la presencia de la autora.
________________________________________________________________

________________________________________________________________
3. ¿En qué consistía la carrera del malcco?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
4. Cuando niños, ¿Cómo vivieron Pedro y Pituca? Una vez adolescentes,
¿Qué sentimiento se despierta en ellos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
5. Presente ya el otoño y llegado el día de la cosecha, ¿Cómo se pone el
campo? ¿Qué hacen los animales y los hombres?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

6. ¿Dónde se realizó el malcco aquella vez?


________________________________________________________________

________________________________________________________________
7. Enumera todos los pasos que se cumplieron en el desarrollo de la
competencia.
________________________________________________________________

________________________________________________________________
8. ¿Con qué reflexión concluye su relato la autora?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Raza …………………………………. ………………………………….

b) Amor …………………………………. ………………………………….

c) Reír …………………………………. ………………………………….

d) Afanar …………………………………. ………………………………….

e) Pujanza …………………………………. ………………………………….

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

TEXTO Nº 5

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“La muerte del


cabecilla”
Un largo camino le quedaba por hacer. A la saliente del pueblo, morralla
del tiempo, el cerro dibujaba su cresta rebelde, y al fondo se desesperaba la
ciudad antiquísima lamentándose en las campanas de sus torrezuelas…!San
Pedro de Juli! Vieja afición de frailes y gamonales….!El salía destinado a
tumbarla toda, desde sus cimientos! A pulverizar la curpa de sus casas
destartaladas. A eso le mandaban los comunarios. Para eso viajó repetidas
veces al Limas. Y a lo misma salía esta vez, y saldría mil si fuese necesario.
Nadie estaba a su lado, mientras sus ojos esperanzados contemplaban las hileras
de casucas y los mojinetes de ichu. Su mujer y sus hijos quedaban ¡esperando!
En la chucilla junto al nevado….
¿Qué te harás ahora, Emeterio Champanilla?
¡Ah!....!Eh kelkere! Es mañoso el bribón, pero tú le conoces sus
triquiñuelas; has aprendido a conocerlas; a puntapiés te enseñó a que las
conocieras….!No hay miedo! Engañarte ahora no es fácil, aunque a decir
verdad tampoco seria raro si te echara tierra a los ojos.
Y caminar, caminar….acullicando la cuca de los tristes; alto, membrudo, de
ojillos de vizcacha, al andar se le enseñaba el tórax y temblaba la musculatura
de sus muslos de piedra.
Así llegó a la Prefectura, al Obispado. Así, reverente y macizo visto al
periodista, al abogado, al proindigena.
Ante todos expuso la ferocidad con que se roba las tierras de la
comunidad; La brutalidad con que se trata a los miserables indios, peones y
alcahuetes gratuitos del gamonal. Le dan oficios, le regalan promesas, una
sonrisa, una mirada de estupor. ¡Ah, y si, él no estuviera habituado a tanta
basura! Pero, en fin…..!Al periódico! El periódico…La publicación que abre
esperanzas en el corazón del sunka. Ya te preguntarán: ¿Y qué has hecho?
¡Aquí está la “publicación”!... ¿Dónde? ¿Dónde? ¡Aquí! ¡Aquí! El papela, el
perrudicus….Y para rematar la aventura, reúne a sus corifeos en la tenducha, y
pide cañazo…
-Si, ahora si vas…..Pero esta vez judemos. Lo que dirán los mistis. ¡Ah, yo
también puedo algo! Lo mal es que comunarios no sabes entender estos. Hasta
ahora estás gastando mis platas….

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

¡Ah! Cuando lo hablé con el Presidente Limas….Todo lo ofreció. ¡Y nadas!


Veremos, veremos…
Está fiebrolento. El alcohol le hace algún bien. Al salir de Juli estaba
triste y sudaba frío…!Weino! Se levanta y se despide. La mañana es clara,
como siempre. Ha avanzado una milla y siente que sus piernas flaquean y que
se le revienta la cabeza. ¡Ya no poides más! Se arrima a una chucilla a pedir
hospedaje. Se lo dan, claro. ¡Cómo se lo iban a negar, viéndolo judido! Pero se lo
dan con desconfianza, con recelo. No lo conocen, no lo conocen.
-Así veniendo desde el Julis, tata…
¡Está cortado por el aire! Mate de primavera para sudar: violetas, claveles,
pensamientos. Flores de panti – panti. Sobre todo flores: aire, cielo y nube,
pampa y ventarrón, agua y berros y corazón de jampatu para el mal aire del
sunka.
Pero se arde.
-Mañana tempranito si vas, tata….No tengas el cuidado. Esto no es nada.
¡La barrigas también dueles! Vine reclamar garantía contra gamonales. ¡Tata!
¡tata! Reclamando mucho tiempo….Todas partes has ido. Algunos consejan quejar
presidente gringos……
Ya le miran de otra manera sus huéspedes. Hay un tácito acatamiento.
¡El cabecilla! ¡El mensajero! Pero Emeterio Champanilla se siente sin fuerzas
para todo y más para movilizarse al amanecer.
Pasa la noche apretando los dientes por no quejarse. ¡Habría sido
temeridad fastidiar a gentes reconocidas! En un jergón piojoso está acurrucado
oyendo la plácida respiración de sus amigos. Pero cuando ve asomarse las luces
del Sol por la ventana liliputiense, como vidrios biliosos, grita; no puede
más….. La noche ha sido una pesadilla interminable. Todo el infierno se le ha
metido al estómago. A veces quería gritar, o quizás gritaría, pero no, se lo
atajaba la vergüenza. De vez en vez le silbaba el aullido del chokollo
penetrante y doloroso. ¡Que frío dulce haría en la pampa! Paciencia, paciencia:
ya se levantaría y volvería a trotar camino de San Pedro de Juli, para irse a su
chucilla, al pie de los nevados, a ver a sus wawitas, a su llokallo, el Julicho tan
penrejo…
Pero la fiebre aumentaba. Le manaba sangre de la nariz. Y luego, como un
relámpago, le dijo el corazón que iba a morirse.
¡A morirse! Y allí, y cuando tal vez era conductor de la salvación para la
comunidad ¡qué suerte wiswi! Pero evidentemente se moría. No había quien lo
atajara. Siquiera estuviera a su lado el achachi del ayllu para cortar el mal.
¡Algo le habían hecho los mistis! Y no se engañaba, algo y mucho le habían
hecho: lo tiucaron como los sapos…
-Yo creendo, tata, si has judido….Haceme el caredar entrigarlos papeles
mojier…Estás veviendo ayllu Suchurijampato, cerquita nomás del Tatacora….
Y se estiró. Su cadáver está enterrado en la pampa de Kancharani, y nada
indica su presencia. Tenia dos cicatrices de bala en la cara y una en la pierna.
¡En Ayohuma, el cerro blanco, dejó bien muertos muchos gendarmes y
cachacos! Pero, todo para nada….Quizás después…Acaso sea su hijo, el
llokalla Julicho, tan penrejo!.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario:

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Con ayuda del diccionario anota el significado de las siguientes palabras:

a) Moralla: …………………………………………………………………………………

b) Gamonal: …………………………………………………………………………………

c) Ichu: …………………………………………………………………………………

d) Triquiñuela: …………………………………………………………………………………

e) Estupor: …………………………………………………………………………………

f) Manar: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué piensa y qué siente el cabecilla en el momento de la partida?


________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. ¿Qué misión le habían confiado y dónde debía cumplirla?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
3. Ante quiénes acude y qué gestiones realiza para resolver los
problemas de su comunidad?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
4. ¿Tiene éxito o fracasa el mensajero? ¿Cómo lo sabes?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
5. ¿Cómo se siente Emeterio Champanilla al emprender el retorno?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
6. ¿Qué le ocurre cuando ha avanzado ya casi una milla?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Cómo pasa el cabecilla aquella noche en la chucilla donde le han dado


hospedaje?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

8. ¿Qué pensamientos y sentimientos le invaden cuando sospecha que


está a punto de morir?

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

________________________________________________________________

9. ¿Cuáles son sus últimas palabras y a quién las dirige?


________________________________________________________________

10. ¿Cómo concluye su relato del autor?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Afición …………………………………. ………………………………….

b) Caminar …………………………………. ………………………………….

c) Esperanzas …………………………………. ………………………………….

d) Sudar …………………………………. ………………………………….

e) Gusto …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 6

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“La Huachua y el Zorro”

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Un zorro muy hermoso, de población de cola y afiladas uñas, con más


astucia que un gavilán, hurtó quinua y trigo de un tendal, con el que armó una
buena trampa, en cuyas redes cayeron innumerables avecillas. Introdujo a todas
dentro de un costal de jerga y llevóse las vivitas a su prole para adiestrarla en
el arte de la cacería al vuelo.
Caminaba taciturno y encorvado por tanto peso, hasta que no pudiendo
más, a media jornada, resolvió dejar la carga en casa de una su comadre
espiritual, una señora alta y bien parecida, de plumaje blanco y pata colorada,
morada a orillas de una gran laguna.
Entablóse entonces el siguiente diálogo:
-Comadre huachua, te dejo esta carga para que me hagas el favor de
guardármela hasta mi regreso; pero sin tocarla; será un favor que te lo
agradeceré en el alma.
-Compadre zorro, no tengo inconveniente en servir a un tan apuesto e
inteligente caballero.
Dio las gracias y partió alegre, dejando el saco.
Sola, la huacha, curiosa como buena mujer, desata el nudo que
aseguraba el saco y, ¡zas…!
¡Oh sorpresa! Empluman un gran frailesco, gaviotas, zorzales y gorriones, y
toman las de Villadiego.
Desaforada la huacha, a aletazos pretendía impedir la fuga; pero fue en
vano, porque ninguna quedó.
Jamás huachua alguna se vio en trance tan amargo. Daba graznidos
lastimeros y extendiendo sus pesadas alas, corría desatentada de un sitio a otro,
lamentando su desgracia y pensando a la vez en la venganza que tomaría el
astuto de su compadre.
Pasado su aturdimiento, le vino una feliz inspiración y se dedicó a
ponerla en práctica, llenando el saco de espinas, que cuidadosamente cubrió
con yerbas y otras malezas.
Al crepúsculo, cuando el Sol majestuosamente comenzaba su descenso tras
las colinas, regresó el zorro, y como no estuviera presente la comadre, échase a
cuestas su carga, y marcha en dirección a su cueva.
Mas siente sumamente pesado el saco, y sobre todo que le pinchan los
cinchones, con la ilusione de que poco le falta para llegar a la casa, donde tomará
suculenta cena en unión de la señora y sus cachorritos.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Caminaba corcoveando con su carga y exclamando: ¡Ay, cómo me hincan


las uñas de los pajaritos! ¡Ay, cómo me punzan las patas de los pajaritos!.
Impacientemente por su tardanza, le esperaban en el dintel de la cueva la
zorra y sus hijuelos que al verle, locos de contento, saltan, brincan, se
aparragan, se revuelcan, y la muy señorona muellemente recostada lamía y
relamía llena de satisfacción su afilado hocico.
El fatigado zorro, siempre gruñendo, exclamaba: ¡Ay, cómo me hincan las
uñas de los pajaritos! ¡Ay, cómo me punzan las patas de los pajaritos!.
Llegó a la feliz morada, y cual una avalancha precipitante sobre el
magnifico presente, madre e hijos, para aligerar tamaña carga; pero retroceden
cariacontecidos al contacto de las uñas de los pajaritos.
El zorro, ensangrentado y muerto de cansancio, arrojó su carga al suelo
ordenando antes se coloquen en acecho en la entrada para evitar la fuga de las
palomitas y gorriones, y se abalanzasen a su voz de mando.
Vacía el saco y a la voz de orden lánzanse sobre la yerba que lo cubría
tales zorzales ni palomitas; sólo enormes matas de espinas llevan prendidas en
el hocico y manos.
Quedaron desconcertados y dando aullidos lastimosos y enternecedores.
Pasaron la noche, hambrientos y doloridos, relamiéndose el hocico y heridas,
lamentándose de su mala fortuna y de su negra suerte.
Caviloso el zorro, pensó en vengarse, mas no regresa en el momento,
temeroso de no poder dar caza a la comadre para castigar tan inicua broma,
sino que pasados dos días se presentó en las cercanías de la casa de la
comadre, jurando interiormente cenársela en unión del ahijado. Pero ésta, no bien
distingue al compadre, de un vuelo se precipita a la laguna, en la que tal era su
miedo, no se creía todavía segura y dando zambullones se internaba hacia
adentro.
El compadre, después de un minucioso y prolijo registro de la casa de la
comadre, encaminase a la laguna, desde cuya orilla da voces a la huachua, que
desatendiendo los ruegos y llamadas, seguía internándose.
El muy rabioso del compadre la decía a gritos que había regresado con
otro encargo para suplicarle se lo guardase, y le juraba por el santo bautismo
de su hijo, no le guardaba rencor ni tomaría venganza por la broma que le
había jugado.
La huachua, que en más de una ocasión había escapado con vida de las
caricias apetitosas del compadre, no dio crédito al tono hipócrita de su
socarronazo compadre, sino que seguía nadando y zambulléndose, y cada vez
más adentro.
Desconcertado y violento, el zorro propúsose desaguar la laguna y dio
comienzo a su tarea: con patas y hocico rasguñaba el suelo, resuelto a abrir
una zanja; pero pronto hubo de renunciar a su temerario empeño porque se le
gastaron las uñas y le acometió el cansancio.
Piensa en otro medio, y como la cólera lo ciega, se resuelve a beberse
toda el agua de la laguna, y bebé; pero bien pronto se convence que el agua se
le salía del mismo modo que entraba, así que se decide a taparse el año, para
lo que coge una coronta y se tapona. Obstruido el canal de salida, loco de
furia, con más ardor bebé y bebé el agua, sin meditar que esta nueva zorrada
le va a ocasionar la muerte, porque inflándosele el vientre revienta como un
vejiga llena de aire.
En sus agonías prorrumpía en lastimeros ayes y tiernas imprecaciones,
que el eco repetía.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

-¡Huachua, huachua de pata colorada, todavía me hincan las uñitas de los


pajaritos! ¡Ay, ay me punzan las piernas de los pajaritos!
Hermoso apólogo que nos enseña que nunca debemos ejercitar venganza
y que cólera es muy mala consejera.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado de las


siguientes palabras:

a) Tendal: …………………………………………………………………………………

b) Jerga: …………………………………………………………………………………

c) Prole: …………………………………………………………………………………

d) Taciturno: …………………………………………………………………………………

e) Zorzales: …………………………………………………………………………………

f) Graznidos: …………………………………………………………………………………

g) Dintel: …………………………………………………………………………………

h) Inicua: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. Al empezar la acción, ¿es de día o es de noche? ¿Cómo lo sabes?


________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. ¿Cómo consiguió el zorro las avecillas que debía llevar a su prole?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

3. ¿Por qué decide dejar el saco en la casa de su comadre?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

4. ¿A qué hora retorna el zorro? ¿Por qué debe llegar lo más pronto a su
hogar?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

5. ¿Qué ocurre cuando vacía el saco y da la orden de que se lancen sobre


la presa?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

6. ¿Cómo decide el zorro vengarse de la huachua? ¿Qué hace ella


cuando ve llegar a su compadre?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Cómo intenta el zorro capturar a la huachua? ¿Qué le sucede


finalmente?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


Razonamiento Verbal: palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Caminaba …………………………………. ………………………………….

b) Alta …………………………………. ………………………………….

c) Dolor …………………………………. ………………………………….

d) Hincones …………………………………. ………………………………….

e) Vengarse …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 7

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“LOS TRES JIRCAS”


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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Marimba, Rondos y
Paucarbamba.
Tres moles, tres
cumbres, tres centinelas
que se yerguen en torno
de la ciudad de los
Caballeros de León de
Huanuco. Los tres jirca –
yayag, que llaman los
indios.
Marabamba es una
aparente regularidad
geométrica, coronada de
tres puntas, el cono
clásico de las
explosiones geológicas,
la figura menos
complicada, más simple
que afectan estas moles
que viven en perpetua
ansiedad de altura; algo
así como la vela
triangular de un barco
perdido entre el oleaje
de este mar pétreo
llamado los Andes.
Marabamba es a la
vez triste y bello, con la
belleza de los gigantes y
la tristeza de las almas solitarias. En sus flancos graníticos no se ve ni el verde
de las plantas, ni el blanco de los vellones, ni el rojo de los tejados, ni el humo de
las chozas. Es perpetuamente gris, con el gris melancólico de las montañas
muertas y abandonadas. Durante el día, en las horas de sol, desata todo el
orgullo de su fiereza, vibra reverbera, abrasa, crepita. El fantasma de la insolación
pasea entonces por sus flancos. En las noches lunares su tristeza aumenta
hasta reflejarse en el alma del observador y hacerle pensar en el silencio
trágico de las cosas. Parece un predestinado a no sentir la garra inteligente del
arado, ni la linfa fecundamente del riego, ni la germinación de la semilla
bienhechora. Es una de esas tantas inutilidades que la naturaleza ha puesto
delante del hombre como para abatir su orgullo o probar su inteligencia. Mas
quien sabe si Marabamba no sea realmente una inutilidad, quién sabe si en sus
entrañas duerme algún metal de esos que la codicia insaciable del hombre
transformará mañana en moneda, riel, máquina, o instrumento de vida o
muerte.
Rondos es el desorden, la confusión, el túmulo, el atropellamiento de una
fuerza ciega y brutal que odia la forma, la rectitud, la simetría. Es la crispadura
de una ola hidrópica de furia, condenada perpetuamente a no saber del espasmo
de la ola que desfallece en la playa. En cambio es movimiento, vida, esperanza,
amor, riqueza. Por sus arrugas, por sus pliegues sinuosos y profundos el agua
corre y se bifurca, desgranando entre los precipicios y las piedras sus

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

canciones cristalinas y monótonas; rompiendo con la fuerza demoledora de su


empuje los obstáculos y lanzando sobre el valle, en los días tempestuosos, olas
de fango y remolinos de piedras enormes, que semejan el galope aterrador de
una manada de paquidermos enfurecidos.
Rondos, por su aspecto, parece uno de esos cerros artificiales y
caprichosos que la imaginación de los creyentes levanta en los hogares
cristianos en la noche de Navidad. Vense allí cascadas cristalinas y paleras;
manchas de trigales verdes y dorados; ovejas que pacen entre los riscos
lentamente; pastores que van hilando su copo de lana enrollado, como ajorca, al
brazo; grutas tapizadas de helechos, que lloran eternamente lagrimas puras y
transparentes como diamantes; toros que restregan sus cuernos contra las
rocas y desfogan su impaciencia con alaridos entrecortados; bueyes que aran
resignados y lacrimosos, lentos y pensativos, cual si marchan abrumados por
la nostalgia de una potencia perdida; cabras que triscan indiferentes sobre la
cornisa de una escarpadura escalofriante; árboles cimbrados por el peso de
dorados y sabrosos frutos; maizales que semejan cuadros de indios
empenachados; cactus que parecen hidras, que parecen pulpos, que parecen
boas. Y en medio de todo esto, la nota humana, enteramente humana,
representada por casitas blancas y rojas, que de da humean y de noche brillan
como faros escalonados en un mar de tinta, y hasta tiene una iglesia,
decrépita, desvencijada, a la cual las inclemencias de las tempestades y la
incuria del indio, contagiado inexorablemente a la disolución. Una vejez que se
disuelve en las aguas del tiempo.
Paucarbamba, no es como Marabamba ni como Rondos, tal vez porque no
pudo ser como éste o porque no pudo ser como éste o porque no quiso ser
como aquel. Paucarbamba es un cerro áspero, agresivo, turbulento, como
forjado en una hora de soberbia. Tiene erguimientos satánicos, actitudes
amenazadoras, gestos de piedra que anhelara triturar carnes, temblores de
Leviatán furioso, repliegues que esconden abismos traidores, cresta que retan
al cielo. De cuando en cuando verdea y florece y alguna de sus arterias. Es
de los tres el más escarpado, el más erguido, el más soberbio. Mientras
Marabamba parece un gigante sentado y Rondos un gigante tendido y con los
brazos en cruz. Paucarbamba parece un gigante de pie, ceñudo y amenazador. Se
diría que MArabamba piensa, Rondos duerme y Paucarbamba vigila.
Los tres colosos se han situado en torno de la ciudad, equidistantemente,
como defensa y amenaza a la vez. Cuando la niebla intenta bajar al valle en
los días grises y fríos, ellos con sugestiones misteriosas, la atraen, la acarician,
la entretienen y la adormecen para después, con manos invisibles –manos
artífice de ensueño –hacerse turbantes y albornoces, collares y coronas. Y ellos
son también los que refrenan y encauzan la furia de los vientos montañeses,
los que entibian las caricias cortantes y traidoras de los vientos puneños y los
que en la horas en que la tempestad suelta su jauría de truenos desvían hacia
sus cumbres las cóleras flagelantes del rayo.
Y son también amenazas; amenaza de hoy, de mañana, de quién sabe
cuándo. Una amenaza llamada a resolverse en convulsión, en desmoronamiento,
en catástrofe. Porque ¿Quién puede decir que mañana no proseguirán su
marcha? Las montañas son caravanas en descanso, evoluciones en tregua,
cóleras refrendadas, partos indefinidos. La llanura de ayer es la montaña de
hoy, y la montaña de hoy será el abismo o el valle de mañana.
Lo que no seria extraño. Marabamba, Rondos y Paucarbamba tienen
geológicamente vida, hay días en que murmuran, en que un tumulto de voces
interiores pugna por salir para decirle algo a los hombres. Y esas voces no son

28
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

las voces argentinas de sus metales yacentes, sino voces de abismos, de


oquedades, de gestaciones terráqueas, de fuerzas que están buscando en un
dislocamiento el reposo definitivo.
Por eso una tarde en que yo, sentado sobre un peñón de Paucarbamba,
contemplaba con nostalgia de llanura, cómo se hundía el sol tras la cumbre de
Rondos, al levantarme, excitado pro el sacudimiento de un temblor, Pillco, el
indio más viejo, más taimado, más supersticioso, más rebelde, en una palabra,
más incaico de Llicua me decía, poseído de cierto temor solemne:
-Jirca –yayag, bravo. Jirca –yayag, con hambre, taita.
-¿Quién es Jirca-yayag?
-Paucarbamba, taita. Padre Paucarbamba pide oveja, cuca, bescochos
comfuetes.
-¡Ah, Paucarbamba come como los hombres y es goloso como los
niños! Quiere confite y bizcochos.
-Au, taita. Cuando pasa mucho tiempo sin comer, Paucarbamba
piñashcaican. Cuando come, cushiscaican.
-No voy entendiéndote. Pillco.
-Piñashcaican, malhumor; cushiscaican, alegría, taita.
-¿Pero tú crees de buena fe, Pillco, que los cerros son como los hombres?
-Au, taita. Jircas comen; Jircas hablan; jircas son dioses. De día callan,
piensan, murmuran o duermen. De noche andan. Pillco no mirar noche jircas;
hacen daño. Noches nubladas jircas andar más comer más, hablar más. Se juntan
y conversan. Si yo te contara, taita por qué jircas Rondos, Paucarbamba y
Marabamba están aquí….

II
Y he aquí lo que me contó el indio más viejo, más taimado, más
supersticioso y más rebelde de Llicua, después de haberme hecho andar
muchos días tras él, de ofrecerlo dinero, que desdeñó señorialmente, de
regalarle muchos puñados de coca y de prometerle, por el alma de todos los
jircas andinos, el silencio para que su leyenda no sufriera las profanaciones de
la lengua del blanco, ni la cólera implacable de los jircas. Paucarbamba, Rondos
y Marabamba. “Sobre todo -me dijo con mucho misterio –que no sepa
Paucarbamba. Vivo al pie, taita”.
“Maray, Runtus y Páucar fueron tres guerreros venidos de tres lejanas
comarcas. Páucar, vino de la selva; Runtus, del mar; Maray, de las punas. De los
tres. Páucar era el más joven y Runtus, el más viejo. Los tres estuvieron a punto
de chocar un día, atraídos por la misma fuerza: el amor. Pillco –Rumi, curaca de
la tribu de los pillcos, después de haber tenido hasta cincuenta hijos, todos
varones, tuvo al fin una hembra, es decir una orcoma, pues no volvió a tener otra
hija. Pillco – Rumi por esta circunstancia puso en ella todo su amor, todo su
orgullo, y su amor fue tal que a medida que su hija crecía iba considerándola
más digna de Pachacámac que de los hombres. Nació tan fresca, tan exuberante,
tan bella que la llamó desde ese instante Cori -Huayta. Y Cori –Huayta fue el
orgullo del curacazgo, la ambición de los caballeros, la codicia de los
sacerdotes, la alegría de Pillco –Rumi, la complacencia de Pachacamac. Cuando
salía en su litera a recoger flores y granos para la fiesta de Raymi, seguida de
sus doncellas y de sus criados, las gentes se asomaban a las puertas para verla
pasar y los caballeros detenían su marcha embelesados, mirándose después,
durante muchos días, recelosos y mudos.

29
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Pillco –Rumi sabia de estas cosas y sabia también que, según la ley del
curacazgo, su hija estaba destinada a ser esposa de algún hombre. Si la
esterilidad era considerada como una maldición entre los pillcos, la castidad
voluntaria, la castidad sin voto, era tenida como un signo de orgullo, que
debía ser abatido, so pena de ser sacrificada la doncella a la cólera de los
dioses. Y la ley de los pillcos prescribía que los varones debían contraer
matrimonio a los veinte años y las mujeres a los dieciocho. Pillco –Rumi no
estaba conforme con la ley. Pillco –Rumi sintió rebeldías contra ella y comenzó
a odiarla y a pensar en la manera de eludirla. Según él. Cori –Huayta estaba por
encima de la ley. La ley no se había puesto en el caso de que un padre que
tuviera una orcota habría necesariamente de casarla. Cuando se tiene varias
hijas, bien puede cederse todas, menos la elegida por el padre para el cuidado de
su vejez. Y cuando se tiene una como Cori –Huayta, pensaba Pillco –Rumi, todos
los hombres sumados, no merecen la dicha de poseerla.
Y Pillco –Rumi, que , además de padre tierno, era hombre resuelto y
animoso, juró ante su padre el Sol que Cori –Huayta no seria de los hombres
sino de Pachacamac.

III
Y llegó el día en que Pillco –Rumi debía celebrar en la plaza pública el
matrimonio de todos los jóvenes aptos según la ley.
La víspera, Pillco _ Rumi había llamado a su palacio a Racucunca, el gran
sacerdote, y a Karu –Ricag, el más prudente de los amautas, para consultarles el
modo de eludir el cumplimiento de la ley matrimonial.
El amauta dijo:
-La sabiduría de un curaca esta en cumplir la ley. El que mejor la cumple
es el más sabio y el mejor padre de sus súbditos.
Y el gran sacerdote, que no había querido ser el primero en hablar:
-Sólo hay dos medios: sacrificar a Cori – Huayta o dedicarla al culto de
nuestro padre el sol.
Pillco –Rumi se apresuró a objetar:
-Cori –Huayta cumplirá mañana dieciocho años; has pasado ya la edad en
que una doncella entra al servicio de Pachacamac.
Para nuestro padre –repuso Racucunca –todas las doncellas son iguales.
Sólo exige juventud.
Y el gran sacerdote, a quién Cori –Huayta, desde dos años atrás, venia
turbándole la quietud, hasta hacerle meditar horribles sacrilegios, y que parecía
leer en el pensamiento de Pillco –Rumi, añadió:
-No hay hombre en tu curacazgo digno de Cori –Huayta.
El amauta, que a su vez leía en el pensamiento de Racucunca, intervenido
gravemente:
-La belleza es fugaza; vale menos que el valor y la sabiduría. Un joven sabio
y valiente puede hacer la dicha de Cori-Huayta.
Ante tan sentencioso lenguaje, que significaba, que significaba para
Racucunca un reproche y para Pillco –Rumi una advertencia, aquél, disimulando
sus intensiones, replicó:
-Mañana, a la hora de los sacrificios, lo consultaré en las entrañas del
llama.

30
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Y mientras Racucunca, ceñudo y solemne, salía por un lado y Kart –Ricag,


tranquilo y grave, por otro, Pillco –Rumi, con el corazón apretado, por la angustia
y la esperanza, quedábase meditando en su infelicidad.
Por eso en la tarde del día fatal, en tanto que el regocijo popular se difundía
por la ciudad y en la plaza pública los corazones de los caballeros destilaban la
miel más pura de sus alegrías; y los guerreros, coronados de plumas tropicales,
en pelotones compactos, esgrimían sus picas de puntas y regatones relucientes,
balanceaban los arcos, blandían las macanas cabezudas, restregaban las
espadas y las flechas, rastrallaban las hondas y batían las banderas
multicolores; y los haravicus, estacionados en los tres ángulos de la plaza,
contaban sus más tiernas canciones eróticas al son de los cobres estridentes
eróticas al son de los cobres estridentes; y las futuras esposas, prendidas en
rubor, coronadas, de flores, enroscadas las gargantas por collares de guayruros
y cuentos de oro, y envueltas en albas túnicas flotantes, giraban lentamente,
cogidas de las manos, en torno de la gran piedra de los sacrificios; y Cori –
Huayta, ignorante de su destino, esperaba la hora de los desposorios; Pillco –
Rumi, de pie sobre el torreón del occidente, los brazos aspados sobre el pecho;
la curva y energía nariz dilatada y palpitante, la boca contraída por una crispatura
de soberbia y resolución y la frente surcada por el arado invisible de un
pensamiento sombrío, encarando al sol el rojizo rostro, como una interrogación al
destino, hacia esta invocación, mezcla de impiedad y apostrofe:
-¿Podrías los hombres más que Pachacamac? ¿No querrás tú, Padre Sol,
cegar con tus ojos los ojos de aquel que pretende posarlos en los encantos de
Cori –Huayta? ¿No podrás tú hacerles olvidar la ley de los sabios, a los
sacerdotes, a los caballeros? Quiero que Cori –Huayta sea la alegría de mi vejez;
quiero que en las mañanas, cuando tú sales y vienes a bañar con el oro de tus
rayos bienhechores la humildad de mi templo, Cori –Huayta sea la que primero
se bañe en ellos, pero sin que los hombres encargados de servirte la
contemplen, porque se despertaría en ellos el irresistible deseo de poseerla.
Cori –Huayta es, señor, digna de ti. ¡Líbrala de los deseos de los hombres!.
Y Pillco –Rumi, más tranquilo después de esta invocación, volviendo el
rostro hacia la multitud, que bullía y clamoreaba más que nunca, clavó en ella una
indefinible mirada de desprecio. Y al reparar en Racucunca, que en ese instante,
con un gran espejo cóncavo, de oro bruñido, recogía un haz de rayo solares para
encender el nevado copo de algodón, del que había de salir el fuego sagrado
para los sacrificios, levantó el puño como una maza, escupió al aire y el arco de
su boca salió, como una flecha envenenada, esta frase: “Cori – Huayta no será
tuya, traidor.. Yo también, como Kart-Ricag, adiviné ayer tu pensamiento.
Primero mataré a Cori –Huayta”
Pero Supay, el espíritu malo, que anda siempre apedreando las aguas de
toda tranquilidad y de toda dicha para gozarse en verlas revueltas y turbias,
comenzó por turbar el regocijo público. Repentinamente enmudecieron las
canciones y los cobres musicales, pararon las danzas, se levantaron azorados
los amautas, temblaron las doncellas, se le escapó de la diestra al gran sacerdote
el espejo cóncavo generador del fuego sagrado, y la multitud prorrumpió en un
inmenso alarido, que hizo estremecer el corazón de Cori –Huayta, al mismo
tiempo que, señalando varios puntos del horizonte, gritaba: “¡Enemigos! Vienen
por nuestras doncellas. ¿Dónde está Pillco –Rumi? ¡Defiéndenos, Pillco –Rumi!
¡Pachacamac, defiéndenos!.
Eran tres enormes columnas de polvo, aparecidas de repente en tres
puntos del horizonte, que parecían tocar el cielo. Avanzaban, avanzaban… Pronto
circuló la noticia. Eran Maray, de la tribu de los paseos; Runtus, de la de los

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

huaylas; y Páucar, de la de los panataguas, la más feroz y guerrera de las tribus.


Cada uno había anunciado a Pillco –Rumi su llegada del primer día del
equinoccio de primavera, con el objeto de disputar la mano de Cori –Huayta,
anunció que Pillco –Rumi desdeñó en su poder y engañado oír las predicciones
de los augures.
Los tres llegaban seguidos de sus ejércitos; los tres habían caminado
durante muchos días, salvando abismos, desafiando tempestades, talando
bosques, devorando llanuras. Y los tres llegaban a lamisca hora, resueltos a no
ceder ante nadie ni ante nada. Runtus, durante el viaje, había caminado
pensando: “Mi vejez es sabiduría. La sabiduría hermosea el rostro y sabe triunfar
de la juventud en el amor”. Y Maray: “La fuerza impone y seduce a los débiles. Y la
mujer es débil y ama al fuerte”. Y Páucar: “La juventud lo puede todo; puede lo
que no alcanza la sabiduría y la fuerza”.
Entonces Pillco –Rumi, que desde el torreón de su palacio había visto
también aparecer en tres puntos del horizonte las columnas de polvo que
levantaban hasta el cielo los ejércitos de Runtus, Páucar y Maray, comprendiendo
a qué venían, en un arranque de suprema desesperación, exclamó invocando
nuevamente a Pachacamac: “Padre Sol, te habla por ultima vez Pillco – Rumi.
Abrasa la ciudad, inunda el valle, o mata a Cori –Huayta antes de que yo pase
por el horror de matarla”.
Ante esta invocación, salida de lo más hondo del corazón de Pillco –
Rumi, Pachacámac, que desde la cima de un arco iris, había estado viendo
desdeñosamente las intrigas de Supay, empeñado en producir un conflicto y
ensangrentar la tierra, cogió una montaña de nieve y la arrojó a los pies de
Páucar, que ya penetraba a la ciudad, convirtiéndose al caer en bullicioso río.
Páucar se detuvo. Después lanzó otra montaña delante de Maray, con el menos
impetuoso y el más retrasado, todavía demoraba en llegar, se limitó a tirarle de
espaldas de un soplo. Luego clavó mirada y convirtiólos, junto con sus
ejércitos, en tres montañas gigantescas. No satisfecho aún de su obra, volvió los
ojos a Cori –Huayta, que asustada, había corrido a refugiarse al lado de su padre,
y mirándola amorosamente exclamó: ¡Huáñucuy! Y Cori –Huayta, más hermosa,
más exuberante, más seductora que nunca, cayó fulminada en los brazos de
Pillco –Rumi.
Ante tal cataclismo, la tribu de los pillcos, aterrorizada, huyó, yendo a
establecerse en otra región, donde fundó una nueva ciudad con el nombre de
Huáñucuy, o Huanuco, en memoria de la gran voz imperiosa que oyeran
pronunciar a Pachacámac.
Desde entonces Runtus, Páucar y Maray están donde los sorprendió la
cólera de Pachacámac, esperando que ésta se aplaque, para que el Huallaga y
el Higueras tornen a sus montañas de nieve y la hija de Pillco –Rumi vuelva a
ser la Flor de Oro del gran valle primaveral de los pillcos..”.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado de las


siguientes palabras:

a) Jirca: …………………………………………………………………………………

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

b) Espasmos: …………………………………………………………………………………

c) Ajorca: …………………………………………………………………………………

d) Incuria: …………………………………………………………………………………

e) Leviatán: …………………………………………………………………………………

f) Haravico: …………………………………………………………………………………

g) Orcoma: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué palabras emplearías para decir cómo eran Pillco –Rumi y Cori –
Huayta? Escribe una sola palabra par definir a cada personaje.
________________________________________________________________

________________________________________________________________

2. ¿En qué lugar ocurren los hechos? ¿Cómo es ese lugar?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

3. ¿En qué época de nuestra historia se desarrolla esta leyenda?


________________________________________________________________

________________________________________________________________
4. ¿Qué dilema enfrenta el curaca de los pillcos con relación al futuro de
su hija? ¿Qué resolución final toma al respecto?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
5. ¿A quiénes acude Pillco –Rumi para consultar la forma de eludir el
cumplimiento de la ley? ¿Qué recomienda cada uno de ellos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

6. ¿Qué es lo que repentinamente turbó el regocijo de los nativos?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Qué peligros habían salvado los tres guerreros para llegar hasta la
tierra de los pillcos? ¿Qué iban pensando en el trayecto?
________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

________________________________________________________________

8. ¿Cómo reacciona Pillco –Rumi cuando ve aparecer los ejércitos de


Runtus, Páucar y Maray?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

9. ¿Qué hizo Pachacámac con los tres guerreros y sus ejércitos? ¿Qué
luego con Cori – Huayta?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

10. ¿Qué determinación tomó ante tal cataclismo la tribu de los pillcos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


Razonamiento Verbal:
palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Complicado …………………………………. ………………………………….

b) Noches …………………………………. ………………………………….

c) Obstáculos …………………………………. ………………………………….

d) Rebelde …………………………………. ………………………………….

e) Murmurar …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 8

LECTURA

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“MI CORBATA”

Me la regaló Marta, una provincianita a quien seduje con mi aplomo y mis


modales de limeño. Estaba hecha de un retazo de seda rosa, oriundo quizá, de
algún vestido en receso, y sobre ella la donante había bordado con puntas
gordas e ingenuas multitud de florecillas azules, que no pude reconocer si eran
miosotis. Me la envió encerrada en una caja de jabón de Windsor, que olía muy
bien.
Yo por aquel tiempo era un pobrete que me comía los codos y andaba de
Ceca en Meca, galopando tras de un empleo en alguna oficina del Estado. Ser
amanuense era entonces mi mayor ambición. Cincuenta soles de sueldo eran
para mí, inestimable tesoro, que sólo muy escasos mortales podían poseer. ¡Oh,
cincuenta soles de sueldo! ¡Con esa suma asegurada hubiera yo doblado el
cabo de la felicidad! ¿Qué como? Cuando se es amado, a pesar de ser pobre, una
gran confianza en el porvenir nos alienta. Y la dulce serranita me amaba. Muchos
pretendientes había despachado por mi causa. Felices horteras endomingados
que le hacían la rueda, mientras le vendían media vara de surah o un corte de
indiana. Así como así, eran mejores que yo los tales horteras desde el punto de
vista matrimonial. Tenían regulares sueldos y lo que ellos llamaban las rebuscas,
cosas que, probablemente yo, me moriría a paseo sin escucharlos siquiera. Sólo
yo era el preferido. Quizá me encontraba distinto también a los jóvenes de su
tierra, sentimentales y turbulentos. A mí no me disgustaba la muchacha. Tenia
bonito pelo, ojos tiernos, y tocaba en el piano “Al pie del Misti” con bastante
sentimiento ¡Con ella y mis 50 soles hubiera sido feliz! Lo único que parecía
apenarla era mi poca fe. Mi creencia de religión.
-¿Cree usted en Dios? –me preguntaba a menudo.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

-Naturalmente –le respondía yo.


-No es bastante, es preciso cumplir con la iglesia, es preciso creer.
La verdad es que yo no creía sino en mi pobreza. Sólo se cree en Dios a
partir de cincuenta soles de sueldo.
Un día fui invitado sin saber cómo a una reunión. Figuraos mi alborozo
cuando recibí la siguiente esquela:
“Grimanesa de Bocardo e hijas, tienen el honor de invitar a usted a su
casa. Aumente 341, a tomar una taza de té la noche del martes”.
Y en el reverso: “Señor Idiáquez”. ¡Canastos! ¡Una taza de té! ¡Yo que ni
siquiera había comido seriamente aquel día!.
Parecióme recibir una invitación celestial y me preguntaba si los filetes de
oro de la esquelita no serian una insignia angélica. Bocardo…!Bocardo! Nombre
sonoro. ¡Qué diablo! Nombre perteneciente sin duda a algún abogado de nota de
esos que llevan siempre como cola esta frase: “Lumbrera del foro peruano”.
¡Nombre que quizá hace y deshace de millones de empleos de cincuenta
soles!.
Me emperejilé lo mejor que puede, con un chaquet de diagonal ribeteado
con trencilla, unos pantalones de esa tela a cuadritos que parece un trazado
para jugar al “León y las ovejas”; un chaleco despampanante, escotado hasta el
ombligo, dejando al descubierto la dudosa pechera de mi única camisa formal,
donde figuraba un grueso botón de doublé y un sombrero hongo de copa no
más alta que una cáscara de nuez, de esos que puso en moda en Lima el ya
olvidado actor Perrín. Y en medio de todo esto, resplandeciente como un astro de
primera magnitud, mi famosa corbata. Famosa sí. ¡Voto al chápiro!
La casa de Aumente Nº 341 era un majestuoso prodigio de simetría.
Constaba de dos ventanas de reja, una a cada lado de la puerta; dos balcones,
uno sobre cada ventana. Adentro, dos departamentos, unos a cada lado del
zaguán. En el fondo, una mampara de vidrieras con una ventana a cada lado.
Todo allí parecía en equilibrio, repartido a ambos lados de alguna cosa, como
hecho ex profeso para demostrar la ley de compensaciones. Entré. Alguien
tocaba un vals al piano cuyos fragmentos se escuchaban entre un sordo
murmullo. Dejé mi sombrero en una salita y penetré en el salón. Multitud de
parejas bailaban atropellándose. Grupos animados conversaban en los rincones,
en el hueco de las ventanas; algunos jóvenes se paseaban solos, con las manos
entre los bolsillos. Vi, asimismo, niñas a quienes nadie sacaba a danzar, bien
por negligencia o por ignorancia del baile. Yo hubiera querido ponerme a
órdenes de la dueña de casa, como se estila en semejantes ocasiones, pero, la
verdad, sentí embarazo. No me atreví a preguntar dónde se la podía encontrar.
Una linda morena vestida color malva, sentada en el extremo de un sofá, me
cautivó bailar el primer instante. Resolví bailar con ella. Cuando se lo propuse,
pareció sorprendida y me miró de arriba abajo. Sin embargo me miró de arriba
abajo. Sin embargo me dijo con amabilidad exquisita:
-Tengo ya compromiso, caballero. Yo me senté a su lado, sin saber qué
decirla al pronto. Me concreté a olerla. Y qué bien olía. ¡Voto al chapiro! ¡Que
pobre me pareció Marta con su jabón de Windsor! Esta, en cambio, embriagaba.
De su seno elevado y palpitante se escapaban oleadas que me desvanecían.
Indudablemente la dicha debería oler a eso. Empezaba a dirigirla la palabra,
cuando un joven se acercó, la dio el brazo y desapareció dejándome lelo.
Entonces me juzgué en la obligación de sacar a una esbelta rubia que mordía
nerviosamente el extremo de su abanico. Miróme de hito en hito y me dijo
secamente: “Estoy cansada”. Luego creí oportuno dirigirme a otra señorita, la
cual me dijo con marcado desden, lo mismo. Volví a la carga con otra que

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

también me despachó fulminándome con una mirada despreciativa. Recorrí las


restantes, a las que acababan de bailar y a las que no habían bailado aún y
todas me petrificaban con aquel terrible y descortés: “estoy cansada”. ¡Y lo
mejor es que salían con el primero que se les presentaba! Empecé a
amoscarme. Me pareció notar que algo chocarrero, existente en mí, hacíame
acreedor al desprecio. Entonces sin saber qué partido tomar, rogué a un joven
que discurría por allí y que me infundió confianza, (hay rostros así, que
infunden confianza), que me explicara el caso, miróme con impertinencia y me
dijo: “¡Tiene usted una corbata imposible. Lo mejor que puede usted hacer es
largarse, joven!” ¡Corbata imposible!. Y me fijé en la de él. En efecto, era una
hermosa corbata color de vino, hecha a mano maestra, atravesada por un
alfiler de oro.
Salí avergonzado, sin despedirme. ¿De quién me iba a despedir? Tal
como había entrado. Nunca he comprendido por qué me invitaron aquella casa.
Quizá por equivocación.
Como es de suponerse, la sangre me hervía. Hubiera deseado aporrear,
abofetear, pisotear a alguien. Maquinaba venganzas terribles contra la para mí
desconocida señora Bocardo. Hubiera deseado decirla: “Venga usted para acá,
grandísima tía, ¿con qué objeto me invita a su cochina taza de té, que ni siquiera
he bebido?”. Y en cuanto a Marta, la muy serrana, ya podía esperarme sentada.
¡Qué ridícula me pareció su corbata! ¡Una corbata que no servia ni para
ahorcarse! ¡Que fuera allá con sus horteras! Lo que es yo….. ¡que si quieres!.
Desde aquel día se presentó a mi mente un mundo elegante y seductor,
desconocido hasta entonces. Comprendí que en la vida había algo mejor que
empleos de cincuenta soles. Me harté de las perrerías de mi existencia, de las
monsergas de mi patrona, de las comidas del restaurante a diez centavos el
plato, esas infames comidas con sabor a chamusquina. ¡Ah, qué mundo tan
perro! ¡Qué indecencia! ¡Había que salir de él a todo transe, como se pudiera,
sin repara en los medios.
Por lo pronto, era menester vestir elegante y usar corbatas atravesadas
por un alfiler de oro. Haciendo acopio de todo el aplomo que me quedaba, me
lancé donde el mejor sastre de Lima. Me hice confeccionar un traje de chaquet
según la ultima moda. Di las señas de mi patrona, a quien anticipadamente
anuncié un supuesto destino en la aduana con sueldo fabulosos y esperé los
acontecimientos. Mi patrona era viuda de un coronel cuyo retrato al óleo, obra del
pintor Palas, se exhibía en el salón amueblado con buen gusto. ¡Cuán distinto del
cuarto que me alquilaba en el interior, donde apenas cabía una cama de
dobleces! La rogué, poniéndome grave, que recibiera la ropa que había
mandado hacer por cuenta del Ministerio de Hacienda. Cuando oyó “Ministerio de
Hacienda” abrió cada ojo la señora…. ¡Voto al chápiro! ¡Jamás he mentido con
más aplomo!.
-¿Supongo que me pagará usted lo atrasado? –me dijo con jubilo.
-Con creces –le respondí yo, echándome atrás.
El mejor sastre de Lima no tuvo inconveniente en dejar el traje en el salón
de una señora donde e exhibía un retrato tan prócer. Cuando la criada le dijo: “El
oven ha salido”, hizo la mar de reverencias.
“¡Oh! No había para qué molestarse, mandaría la cuenta, ¡bah!” Apenas le
vi torcer la esquina, me colé ala casa de mi patrona. Ya estaba allí mi traje
extendido sobre un sofá. ¡Oh, qué maravilla de traje! Figuraos un chaquet
redondeado correctamente, con una gracia mundana singular, una hilera de
botones forrados en tela, unas solapas, bien aisladas, con poca, hombrera; ¡un

37
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

chaquet digno del Ministro de Hacienda! Corri a mi tugurio, lo dejé sobre mi


camastro y volví donde mi patrona desolado…
-¿Qué necesita usted? – me dijo ésta con tono cariñoso.
-¡Ah! Señora, ¡usted sabe!, mi sueldo no lo recibiré hasta fin de mes….!
necesito ahora cien soles para ciertos gastos!...
-Con el mayor gusto, Idiáquez respondióme. Sólo le voy a pedir un favor:
si usted puede colocar a mi hijo en su oficina….no es porque necesite nada,
mientras yo viva…. ¡usted sabe! …. ¡pero! ¡Es tan bonito estar en la Aduana!.
Le ofrecí destinar a toda su familia. Entonces me dijo: “¿Gusta usted
doscientos?. Puse una cara de banquero que teme comprometerse y por fin la
dije: “¡Bueno, venga!”.
¡Si me hubieras visto volver una hora después, en un coche cargado de
camisas, sombreros, pares de botas bastones y cajas de estupendas y
lujosísimas corbatas…! Pero prefiero mostrarme en Mercaderes, con mi
chaquet, exhibiendo una corbata modelo, atravesada por un alfiler de oro, y con
unos escarpines que, a su vez, caían sobre dos botas de charol, flamantes.
Ninguna mujer me pareció bastante bonita. Ninguna tienda bastante abastecida.
Ninguna corbata bastante lujosa. La calle de Mercaderes fue para mí persona.
Hombres y mujeres me miraban fija y tenazmente, con envidia aquéllos, con
complacencia éstas. De pronto al salir de donde Guillón, encontré a la morena del
baile, magníficamente ataviada, irresistible, encantadora. Estaba vestida claro y
llevaba en la mano multitud de paquetitos. Me miró con una de aquellas
miradas con que las mujeres suelen decir “me gustas”. La seguí. Iba en
compañía de una criada, de una persona de esas en quienes no se repara jamás.
Ella volvió la cara sonriente. Parecía que quisiera decirme: “Atrévete”. Yo me
acerqué, y después de saludarla correctamente, la deslicé al oído todas aquellas
frases que son del caso: “¿Tan temprano de paseo?”. “¡Con razón la mañana
está tan hermosa!”. “¿Qué le parece a usted el calor?” Contestóme con amabilidad
inusitada, hízome recuerdos del baile donde “nos divertimos tanto” y me rogó
que fuera a su casa donde sus padres tendrían gran gusto recibiéndome.
Me enamoré terriblemente de la señorita en cuestión. Acudí a su casa donde
fui tratado con grandes agasajos, la despatarré con una docena de corbatas
hábilmente combinadas. La pedí en matrimonio y a los cuatro meses me casaba
con ella entrando en posesión de una fortuna respetable. ¡Al demontre las
perrerías!.
Hoy soy padre de una numerosa familia que da bailes a los que concurren
las mejores corbatas de Lima. Poseo casas en la Capital. Una hacienda en las
afueras. Quintas en el campo. Minas en Casapalca. Voy jueves y domingos al
Paseo Colón en un elegante carruaje y he hecho varios viajes a Europa. Mi
mujer no contenta con hacerme rico, ha querido hacerme célebre: gracias a ella
he sido diputado, senador y…. lo demás. Todo sin más esfuerzo que un cambio
de corbata.
Pero he aquí entre nos, os confesaré que no soy feliz. Mi mujer es cariñosa,
es cierto. ¡Me anuda cada corbata! Pero me parece que piensa más en sus
trajes que en su marido. Mis hijos también piensan más en sus caballos que en
su padre. Yo me he vuelto ambicioso y pienso más en la “cosa pública” que en
mi mujer y en mis hijos. Más feliz hubiera sido con mi arequipeñita. ¡Oh! Esa
que me quería arrancado y por mí mismo. Con ella y mis cincuenta soles
hubiera vivido ignorado, sin ambiciones que me consumen, ni desengaños que
me consumen, ni desengaños que me torturan. ¿Qué habrá sido de ella? A
veces, cuando estoy muy triste, saco del fondo de mi gaveta la corbata que me

38
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

regaló y me enternezco recordando a Marta y aspirando ese olor ya


desvanecido del jabón de Windsor.
Decididamente la verdadera dicha debe oler a jabón de Windsor.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado de las


siguientes palabras:

a) Miosotis: …………………………………………………………………………………

b) Amanuense: …………………………………………………………………………………

c) Amoscar: …………………………………………………………………………………

d) Hortera: …………………………………………………………………………………

e) Chocarrero: …………………………………………………………………………………

f) Chaquet: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué palabras emplearías para decir cómo son Idiáquez, Marta y la


morena del baile? Escribe una sola palabra para definir a cada
personaje.
________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. ¿Cómo podrías demostrar que los hechos narrados transcurren en el
Perú?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
3. Por las referencias que ofrece el autor, ¿en qué época aproximadamente
se desarrolla esta historia?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

4. ¿Cómo era la corbata que Marta le regaló a Idiáquez?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

39
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

5. Al comienzo, ¿Cuál era la máxima aspiración de Idiáquez? En medio de


su pobreza,, ¿Cuál era su único consuelo?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
6. ¿Por qué le causó alborozo a Idiáquez la llegada de la sorpresiva
esquela?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Cómo se vistió para asistir a la reunión?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

8. ¿Qué ocurre cuando Idiáquez invita a bailar a la morena vestida color


malva y a otras señoritas?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

9. Molesto por lo que le ocurría, ¿a quién acude para que le explique el


caso? ¿Cuál es lo que se presenta en su mente como proyecto para el
futuro?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

10. Para cumplir ese proyecto, ¿Qué acciones desarrolla Idiáquez?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

11. ¿A quién ve Idiáquez al salir de donde Guillón? ¿Qué consecuencias


tiene para su vida este encuentro?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

12. ¿Por qué íntimamente él no se considera feliz?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

Razonamiento Verbal:
Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes
palabras:

40
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Sinónimo Antónimo

a) Hito …………………………………. ………………………………….

b) Bailar …………………………………. ………………………………….

c) Mundana …………………………………. ………………………………….

d) Exhibía …………………………………. ………………………………….

e) Banquero …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 9

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“EL BARRANCO”

En el barranco de k´ello-k´ello se encontraron la tropa de caballos de don


Garayar y los becerros de la señora Grimalda. Ricacha y Palucha gritaron desde
la entrada del barranco:
-¡Sujetaychis! ¡Sujetaychis!.
Pero la piara atropelló. En el camino que cruza el barranco, se revolvieron
los becerros, llorando.
-¡Sujetaychis!-. Los mak´tillos Ricacha y Pablucha subieron, camino arriba,
arañando la tierra.
Las mulas se animaron en el camino, sacudiendo sus cabezas; resoplando
las narices, entraron a carrera en la quebrada; las madrineras atropellaron por
delante. Atorandose con el polvo, los becerritos se arrimaron al cerro; algunos
pudieron volverse y corrieron entre la píara. La mula nazqueña de don Garayar
levantó sus dos patas y clavó sus cascos en la frente del “Pringo”. El “Pringo”
cayo al barranco, rebotó varias veces entre los peñascos y llegó hasta el
fondo del abismo. Boqueando sangre murió a la orilla del riachuelo.
La piara siguió, quebrada adentro, levantando polvo.
-¡Antes, uno nomás ha muerto! ¡Hubiera gritado, pues, más fuerte! –
Hablando, el mulero de don Garayar se agachó en el canto del camino para
mirar el barranco.
-¡Ay señorcito! ¡La señora nos latigueará: seguro nos colgará en e troja!
-¡Pringuchallaya! Pringucha!
Mirando el barranco, los mak´tillos llamaron a gritos al becerrito muerto.

41
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

La Ene, madre del “Pringo”, era la vaca lechera de la señora Grimalda. Un


balde lleno le ordenaban todos los días. La llamaban Ene, porque en el lomo negro
tenia dibujada una letra N, en piel blanca. La Ene era alta y robusta; ya había
dado a la patrona varios novillos grandes y varias lecheras. La patrona la
miraba todos los días, contenta:

¡Es mi vaca! ¡Mi mamacha!.


Le hacia cariño, palmeándola en el cuello.
Esta vez, su cría era el “Pingo”. La vaquera lo bautizó con ese nombre
desde el primer día. el “Pringo”, porque era blanco entero. El mayordomo quería
llamarlo “Misti”, porque era el más fino y el más grande de todas las crías de
su edad.
-Parece extranjero –decía.
Pero todos los concertados de la señora, los becerros y la gente del
pueblo lo llamaron “Pringo”. Es una nombre más cariñoso, más de indios, por
eso quedó.
Los becerros entraron llorando a la casa de la señora. Doña Grimalda
salió al corredor para saber. Entonces los becerros subieron las gradas,
atropellándose; se arrodillaron en el suelo del corredor; y sin decir nada todavía,
besaron el traje de la patrona; se taparon la cara con la falda de su dueña, y
gimieron, atorandose con su saliva y con sus lagrimas.
-¡Mamitay!
-¡No pues! ¡Mamitay!.
Doña Grimalda gritó, empujando con los pies a los muchachos.
-¡Caray! ¿Qué pasa?
-“Pringos” pues, mamitay. En K´ello-k´llo, empujando mulas de dos
Garayar.
-¡“Pringo” pues! ¡Muriendo ya, mamitay!.
Ganándose, ganándose, los dos becerros abrazaron los pies de doña
Grimalda, uno más que otro; querían besar los pies de la patrona.
-¡Ay Dios mío! ¡Mi becerrito! ¡Santusa, Federico Antonio…!
Bajó las gradas y llamó a sus concertados desde el patio.
-“¡Corran a K´ello-k´ello! ¡Se ha desbarrancado el “Pringo”! ¿Qué hacen
ésos, amontonados allí? ¡Vayan por delante!.
Los becerros saltaron las gradas y pasaron al zaguán, arrastrando sus
ponchos. Toda la gente de la señora Salió tras de ellos.
Trajeron cargado al “Pringo”. Lo tendieron sobre un poncho, en el
corredor. Doña Grimalda lloró largo rato, en cuclillas junto al becerrito muerto.
Pero la vaquera y los mak´tillos, lloraron todo el día, hasta que entró el sol.
-¡Mi papacito! ¡Pringuchalaya!
-¡Ay niñito, súmak´wawacha!

42
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

-¡Súmak´wawacha!
Mientras el mayordomo le abría el cuerpo con su cuchillo grande; mientras le
sacaba el cuerito; mientras hundía sus puños en la carne, para separar el cuero,
la vaquera y los mak´tillos, seguían llamando:
-¡Niñicha! ¡Por qué, pues!
- Por qué, pues, súmak´wawacha!.
Al día siguiente, temprano, la Ene bajaría el cerro bramando en el camino.
Guiando a las lecheras vendría como siempre. Llamaría primero desde el
zaguán. A esa hora, ya goteaba leche de sus pezones hinchados.
Pero el mayordomo le dio un consejo a la señora.
-Así he hecho yo también, mamita, en mi chacra de las punas –le dijo.
Y la señora aceptó.
Rayando la aurora, don Fermín clavó dos estacas en el patio de ordeñar, y
sobre las estacas un palo de lambras. Después trajo al patio el cuero del
“Pringo”, lo tendió sobre el palo, estirándolo y ajustando las puntas con calvos,
sobre la tierra.
A la salida del sol, las vacas lecheras estaban ya en el callejón llamando
a sus crías. La ene se paraba frente al zaguán; y desde allí bramaba sin
descanso, hasta que le abrían la puerta. Gritando todavía pasaba el patio y
entraba al corral del ordeñar.
Esa mañana, la Ene llegó apurada, rozando su hocico en el zaguán, llamó
a su “Pringo”. El mismo don Fermín le abrió la puerta. La cava pasó corriendo
el patio. La señora se había levantado ya, y estaba sentada en las gradas del
corredor.
La Ene entró al corral. Estirando el cuello, bramando despacito, se acercó
donde su “Pringo”; empezó a lamerle, como todas las mañanas. Grande le lamía,
su lengua áspera señalaba el cuero del becerrito. La vaquera le maniató bien;
ordeñándole un poquito humedeció los pezones, para empezar. La leche hacia
ruido sobre el balde.
-¡Mamaya! ¡Y´astá, mamaya! –llamando a gritos pasó del corral al patio, el
Pablucha.
La señora entró al corral, y vio a su vaca. Estaba lamiendo el cuerito del
“Pringo”, mirándolo tranquila, con sus ojos dulces.
Así fue, todas las mañanas; hasta que la vaquera y el mayordomo se
cansaron de clavar el cuero del “Pringo”. Cuando la leche de la Ene empezó a
secarse, tiraban nomás el cuerito sobre un montón de piedras que había en el
corral, al pie del muro. La vaca corría hasta el extremo del corral, buscando a su
hijo; se paraba junto al cerco, mirando el cuero del becerrito. Todas las mañanas
lavaba con su lengua el cuero del “Pringo”. Y la vaquera la ordeñaba, hasta la
última gota.
Como todas las vacas, la Ene también, acabado el ordeño, empezaba a
rumiar; después se echaba en el suelo, junto al cuerito seco del “Pringo”, y
seguía, con los ojos medio cerrados. Mientras, el sol alto despejaba las nubes,
alumbraba fuerte y caldeaba la gran quebrada.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Con ayuda del diccionario anota el significado de las


Vocabulario: siguientes palabras:

a) Piara: …………………………………………………………………………………

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

b) Madrinera …………………………………………………………………………………
:

c) Trojal: …………………………………………………………………………………

d) Novillo: …………………………………………………………………………………

e) Bramar: …………………………………………………………………………………

f) Maniatar: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. La Ene en el cuento parece realmente una persona. ¿Qué rasgos


humanos atribuye Arguedas a este animal?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

2. ¿Cómo es el lugar donde viven y actúan los personajes de este relato?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

3. ¿Cuánto tiempo real calculas que debe durar esta historia?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

4. ¿Cómo se produjo el accidente en el cual pierde la vida el “Pringo”?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

5. ¿Qué comentario hace al respecto el mulero de don Garayar? ¿Cómo


reaccionan Ricacha y Pablucha?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

6. ¿Quiénes comunicaron a doña Grimalda la infausta noticia? ¿Cómo


reaccionó la patrona?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Cómo reciben al “Pringo” la patrona, la vaquera y los mak´tillos?


________________________________________________________________

44
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

________________________________________________________________

8. ¿Qué hace el mayordomo con el becerrito muerto?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

Razonamiento Verbal:
Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes
palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Tropa …………………………………. ………………………………….

b) Abismo …………………………………. ………………………………….

c) Atropellar …………………………………. ………………………………….

d) Robusta …………………………………. ………………………………….

e) Abrazar …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 10

LECTURA Lee detenidamente la siguiente lectura:

“LA FAMILIA PICHILIN”


Frecuentaba el molino de Otero un
extraño personaje – Rafael Mata
(Pichilín) mezcla de cazador de pájaros
al servicio de mamita, y torero de la
cuadrilla del negro Valdez (El Maestro).
Habitaba Pichilín un altillo de
maderas podridas, ubicado entre el
molino y la puerta de la Luna que por el
lado de los ochavos de sombra, daba
entrada a la Plaza de Acho. Debido a
esa circunstancia, cuando mis padres
llegaron a Otero, Pichilín fue uno de los
primeros vecinos que acudieron para
ofrecerles sus respetos. Más tarde, la
afición de mamita por los pájaros

45
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

cantores, contribuyó a que las relaciones entre Pichilín y los nuevos ocupantes
del molino fuesen cada día más estrechas, y antes de un año, Pichilín era ya el
abastecedor oficial de las pajareras de mamita, la señora Pichilina lavaba nuestra
ropa blanca, y los pichilincitos hacían mandados que mamita pagaba
espléndidamente con un bizcocho, una prenda de vestir de medio uso, o una que
otra pesetilla.
La familia Pichilín era un modelo de trabajo y de buenas costumbres. ¡Nada
de jaranas ni de San Lunes!... Desde la azotea del molino dominábamos el
altillo que ante nuestros ojos, aparecía como una inmensa colmena donde todo el
mundo trabajaba. Pichilín pasaba horas y horas confeccionando banderillas, o
remendando sus capotes de brega, o sus redes de cazar pájaros. La señora
Pichilina, cuando no estaba delante de la batea, estaba planchando, o preparando
tamales. Los pichilincitos o cargaban agua, o encendían candela, o colgaban de
barandas y cordeles la ropa recién lavada.
¡Todo el mundo trabajaba, y todo el mundo parecía contento! Allí no se
peleaba ni se oían palabrotas, como en la casa del carretero Papito. El señor
Pichilín silbaba alegremente mientras cosía; la señora Pichilina cantaba la Oda a
Grau, mientras sacaba la mugre; y los pichilincitos – a pesar de que andaban con
las patitas en el suelo –reían, bromeaban, y se daban de topetones entrando y
saliendo en el altillo que temblaba como una hamaca.
Cuando mamita subía a la azotea para ayudarnos a volar cometas, sonreía
dulcemente ante ese cuadro de humilde felicidad hogareña, y nos invitaba a
que siguiéramos el ejemplo de los pichilincitos: - ¡No pelean ni se arrancan los
pelos! ¡Comen lo que su mamá quiere darles.
¡Mamita tenia razón! Los Pichilincitos eran tiernos y cariñosos entre ellos.
Los más grandecitos cuidaban a los pequeños. Les lavaban la carita; les
cambiaban los calzones; les daban la mamadera….y a la hora de comer, daba
gusto contemplar cómo se abalanzaban sobre el plato de carne, yucas y coles,
reservándose para el final un plátano de la isla bien mosqueadito, o un camote
que chorreaba miel.
El sábado era el gran día para la familia Pichilín. Desde muy temprano,
los muchachos salían con inmensos atados que olían a jabón de coco, y donde
iba la ropa limpia para los parroquianos del molino de Otero, el capellán de
Copacabana, el dueño de la Botica del Peinado, el panadero de la esquina de los
Borricos. …
Cuando los pichilincitos regresaban, la señora Pichilina ya les tenia lista la
canasta donde tapaditos con un costal de yute, estaban los tamales que debía
vender cada muchacho, y ella misma arrancaba con la suya. Había que oír la
gracia que ponía en el pregón: -¡Tamalera! ¡Ya se va a la tamalera suáááá!
Raro era el sábado en que la familia Pichilín, no recibiera doce o quince
soles de plata por concepto de venta de tamales y de lavado de ropa. Por otra
parte, el sábado también era día propicio para la venta de pájaros que Pichilín
efectuaba colocando sus jaulas en la esquina de Zavala y Paz Soldán, o
rematándolos al viejo Soria, un comerciante de la calle de la Concepción, que
vendía aceitunas, quesos, y pájaros de todas clases.
Por esa época, era grande la afición que había en Lima por los pájaros
cantores. Uno de los buenos aficionados -el entonces Coronel don Enrique
Varela pagaba tres soles por cada huanchaco.
En total: un buen sábado no lo hubiera dejado la familia Pichilín por menos
de veinticinco soles. ¡Y los limeños de hoy no pueden tener idea de lo que
ahora medio siglo, podía hacerse con veinticinco soles!...

46
EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Pero durante la temporada de toros, la dicha del sábado era opacada por la
corrida del domingo. En este día, desde que Pichilín empezaba a revisar sobre
su camastro el gastadísimo traje de luces corinto y oro, hasta que regresaba
de la Plaza de Acho, una nube de tristeza velaba el pobre altillo, y la familia
entera andaba como en sueños. ¡Nadie hablaba! ¡Nadie reía! Y a la hora del
almuerzo, ¡nadie quería probar bocado!
A las dos de la tarde, Pichilín empezaba a vestirse ayudado por el mayor
de los pichilincitos. Desde la azotea adonde habíamos subido acompañados por
mamita, no perdíamos detalle…La operación de ceñirse la inmensa faja, era
delicadísima. Mientras el muchacho, desde un extremo de la habitación, sostenía
una punta, Pichilín -girando sobre los talones y con los brazos abiertos –iba
acercándose desde el otro extremo, hasta tener toda la faja enrollada en la
cintura.
El trenzado de la negra y rizosa coleta, y la colocación de la montera,
también requerían mucho cuidado. La montera debía encajar ni muy adelante, ni
muy atrás. Y la moña de la colecta, debía defender la parte posterior del cerebro.
Mientras tanto, la señora Pichilina, hecha un mar de llanto, y los
muchachos, permanecían arrodillados frente a una imagen del Señor de los
Milagros, a cuyos pies, se había colocado el habito morado que Pichilín vestía
en la procesión del 18 de octubre. Por que Pichilín –al igual que Simón Delgado
(Bobito), Manuel Tovar (Volante). Toribio Seminario (Mentirilla) y demás
banderilleros de la cuadrilla de Ángel Valdez (El Maestro) –pertenecía a la
“Hermandad de Cargadores del Señor de los Milagros”, y cargaba las
pesadísimas andas que a tanto negro ha vuelto tísico, desde la iglesia de las
Nazarenas hasta la de la Concepción.
La zambita Nieves aseguraba que Pichilín cumplía su cometido con mucha
devoción. Sudaba como un filtro y las piernas le temblaban, pero él -siguiendo
la costumbre tradicional de los cargadores no hacia sino besar el cordón del
habito y, ¡santo remedio! ¡La fatiga desaparecía!.
A las tres en punto, Pichilín tomaba el capote de paseo y comenzaba a
bajar la escalera del altillo. ¡Cuántas veces pensaría que ni iba a regresar más!
Este era un momento muy emocionante, y que ponía nerviosa a mamita. Los
pichilincitos se prendían a las rodillas del padre, y le cubrían las manos de
besos y de lagrimas, mientras la señora Pichilina –sin fuerzas para moverse de
su sitio –clavaba los ojos en el Señor de los Milagros, y balbuceaba: -¡Señor!
¡Señor! ¡Defiende el pan de estas pobres criaturas!.
No bien había salido el padre, el pichilincito mayor encendía velas a
cada una de las mil estampas de santos que había en el altillo, y la familia,
traspasada de angustia, se dedicaba a rezar rosario tras rosario todo el tiempo
que duraba la corrida.
Invariablemente, al dejar la azotea, mamita se arrojaba pálida y temblorosa
en brazos, de papá, y le suplicaba: -¡Dale trabajo en el molino, para que deje de
ser torero!...E invariablemente también, papá ofrecía dar trabajo en el molino a
Pichilín, y al día siguiente: ¡se olvidaba del ofrecimiento!
Mamita no insistía porque no le gustaba ser machacona pero sentía que
se le entrujaba el corazón.
Terminada la corrida, Pichilín sacaba el cuerpo a Bobito, Volante y demás
banderilleros, y en lugar de acompañarlos a enmonarse con el guarapo y la
chicha que el negro Caravelí preparaba en su cebichería de la calle del Chivato,
se dirigía a la puerta de la Cecina, para reclamar las menudencias de los toros
muertos en la lidia de esa tarde, y que los empresarios acostumbraban regalar a

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

la cuadrilla del Ángel Valdez. Y así, con el capote de paseo en un brazo y la lata
llena de bofes en una mano, trepaba en dos trancos a su altillo.
A partir de ese momento, el cuadro del altillo variaba completamente. Los
pichilincitos se precipitaban sobre el padre, y entre gritos y exclamaciones de
jubilo, uno le quitaba la montera, otro lo despojaba del capote, otro le recibía la
lata de menudencias mientras la señora Pichilina –ebria de gozo – le presentaba al
pichilincito de pecho que el torero le arrebataba de los brazos, para comérselo a
besos.
Antes de cambiarse el traje de luces, Pichilín –cubierto de sudor y
oliendo a sangre de fiera, y con las pupilas agrandadas por la fe –caía de
rodillas ante la sagrada imagen, y rezaba fervorosamente…Después, los
pichilincitos colocaban al Señor las flores que mamita jamás dejaba de mandarle
los domingos de corrida, y besaban el cuadro temblando de emoción…..
El lunes siguiente -acabada la gran sopa de mondongo y la chanfainita en
que se convertían las menudencias de la víspera –Pichilín tomaba sus útiles de
cazar pájaros, y olvidado completamente de los toros, se encaminaba a las
haciendas del Valle de Lurigancho en busca de jilgueros, huanchacos, tordos y
demás músicos de pluma que tanto abundaban por esos andarriales.
Los aficionados que frecuentaban el molino decían que ante los toros,
Pichilín era poco menos que una maleta. Carecía de la agilidad de Bobito, del
arrojo de Fosforito, y de la elegancia de Volante. No sabia banderillar sino al
cuarteo; y con el capote en la mano no hacia sino destroncar a los toros
lastimosamente. Por último, aseguraban que no era el estimulo de la gloria, sino
del dinero, el que impulsaba a Pichilín en la Plaza de Acho.
Algo de cierto debe haber existido en esa confirmación, pues según el
mismo Pichilín, su verdadera vocación no era la tauromaquia, sino la caza de
pájaros cantores. Y su más legítimo orgullo no consistía en ser banderillero de
la cuadrilla del negro Ángel Valdez, sino en ser el primer pajarero de Lima; el
más habil conocedor de la vida y costumbres de los seres emplumados; el que
sabia emplear los más eficaces métodos para hacerlos caer en trampas y en
ligas, para criarlos, y para sacarles provecho.
¡Indudablemente, Pichilín decía la verdad! ¡Era el primer pajarero de Lima!
Y cuidado que por esos tiempos, en el barrio de Cantagallo y en la Portada de
Barbones, vivían profesionales como Esteban Merlino (Frejolín) y Manuel
Palomino (Huanchacuta); fuera de don Eugenio Rosell (Barba de Oro) y el
rumboso don Juan Manuel de la Puente –hacendado de “San Juan” -que eran,
pajareros por pura afición.
¡Pero Pichilín se llevaba de calle a todos ellos! ¡Nadie conocía más que él
en materia de pájaros, redes y trampas; y nadie preparaba ligas y añagazas
como las que salían de sus manos!
Para las ligas – asunto delicado y dificilísimo Pichilín escogía la mejor
semilla que llegaba de Huamantanga, y que se vendía en el Tambo de Rivas.
Sobre el mismo batán que empleaba para moler el maíz de los tamales, Pichilín
molía y molía la semilla, lavándola a cada rato, hasta obtener lo que los
pajareros llaman hebra. Luego, iba templándola con aceite hasta conseguir una
materia viscosa que se pegaba fuertemente a los dedos, y que debía guardarse
en un mate con agua.
Conservar fresca la liga; manejar sin desperdiciarla, y templarla de acuerdo
con la temperatura del día y la fuerza de los pájaros, eran cuestiones en que nadie
echaba pan a Pichilín.
Respecto de las añagazas que servían de reclamos en las jaulas, Pichilín
las confeccionaba en un periquete vaciando las entrañas del pájaro, y

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

rellenándolo con polvo de alumbre, o de tabaco. Ya se sabía que pieza disecada


por Pichilín, ni tenía mal olor, ni la atacaba la polilla…
Ahora bien, todo pajarero tiene su especialidad. La de Pichilín era la caza
de la crianza de esos lindos jilgueros que bajaban de la sierra por la quebrada
de Matucana, y que en llegando a Vitarte se desparraman por todos los valles
vecinos de Lima. Muchas páginas podrían escribirse con los datos que sobre
esta clase de animalitos, había acumulado Pichilín en sus largos años de
pajarero. Mamita experimentaba placer escuchándolo, y quedaba asombrada ante
la finura y penetración de sus observaciones.
Decía Pichilín que los jilgueros emigraban de la sierra alrededor de la
fiesta de Santa Rosa (30 de agosto), y permanecían en la costa hasta San José
(19 de marzo), poco más o menos. Llegaban con plumaje de pichones todavía:
recién negreando la cabecita de los machos, y muy vivo el amarillo de las
hembras. Venían ávidos de semillas de capulí cimarrón, altamisa y flamadera, y
armando grescas infernales. Pichilín reconocía varias clases de jilgueros que se
diferenciaban por el canto y el lugar que escogían para residir. Los que al llega a
Vitarte se quedaban por las haciendas del valle de Ate –“Inquisidor”, “La Molina”,
“Monterrico” y “Vásquez” -se llamaban tarinos a causa de rápido –tri, tra, ta, ta,
ta –se esparcían por “Pedreros”, “Campoy”, “Ascarrunz”, “Chacarilla” y demás
haciendas de Lurigancho. Los piteadotes cantando pí-pí- pí seguían el río de
Surco y bajaban hasta Chorrillos, donde peleaban con los pájaros –moscas que
revoloteaban entre las rojas bromelias del Morro Solar.
Los tirulíes –que silbaban: titulí, tirulí, - iban hasta “Conde Villa Señor”, “San
Agustín”, “La Tabeada” y otros fundos del valle de Bocanegra….
Los mencionados hasta aquí, eran los jilgueros corrientes que emigraban
todos los años. Pero había otros que sólo llegaban raras veces. Se les llamaba
griegos, y eran muy grandes, hermosos y cantores. Se alimentaban con semillas
de culén que únicamente existían en el fundo “San Tadeo”, cerca de Chorillos.
A los pocos jilgueros que por San Román no regresaban a los valles
serranos y que escogían para anidar los Picus de la Plaza Grau, del Callao – se
les conocía con el nombre de inviernizos.
En cuanto a útiles para cazar, Pichilín empleaba los de uso tradicional
entre los pajareros limeños. El cebadero, o sea la jaula de caña con sus
respectivas añagazas de putillas, o de cardenales, y que por medio de un
cardenales, y que por medio de un ingenioso mecanismo se convertía en trampa.
El amansadero, también de caña, donde los pájaros recién capturados iban
acostumbrándose a la cautividad, y que siempre estaba ensangrentada por los
cabezazos de los rabiosos huanchacos. Las redes, que debían ser de seda
italiana, y que cuando salían demasiado blancas, había que sumergirlas en agua
con pepa de palta…El mate con la liga, la botella con el aceite para templarla, y
el cuchillo de monte, completaban el avío.
La clase de pájaros que Pichilín obtenía, variaba según la estación. En la
época en que no había jilgueros en Lima, cazaba gorriones que buscaban
gusanitos entre los viejos sauces de la Piedra Liza, o las chaucas que picaban
los plátanos pintones de la hacienda “Chacarilla” o las cuculíes que cantaban
en los Picus de “Ascarrunz”.
Tampoco faltaban por esa época huanchacos y periquitos en los maizales
de “Flores”, ni tordos entre los cañaverales de “Monte Quemado”.
Existían tres formas clásicas de cazar. En comedero (lugar donde había
granos o frutas) se cazaba después de medio día, cuando los pájaros tenían ya
el buche lleno, y no hacia falta que comieran o no en sus primeras horas de
cautiverio. En pasaje, o sea en el camino que poco antes de caer el sol, seguían

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

para ir a sus nidos, y en dormidero, o sea en el árbol o mata en que se


acomodaban para pasar la noche..
Así transcurría la vida de Pichilín -cazando por vocación y toreando por
necesidad –cuando llegó la corrida de la “Bomba Lima” en que debía lidiarse
Verduguillo, un bravísimo toro que durante mucho tiempo había vivido cimarrón
en el monte de la “Rinconada de Mala”, haciendo fechorías sin cuenta. ¡Y el
famoso Verduguillo, después de mandar a la enfermería al espada Mariano Soria
(Chacayano), ensartó a Pichilín por la ingle y le ocasionó una herida de media
cuarta!.
En cuanto mamita supo la desgracia, mandó llamar al doctor don Lino
Alarco, médico de la familia, y se dirigió con él al altillo de Pichilín. ¡Imposible
seria describir fielmente la escena que mamita presenció al llegar al altillo!....En
su pobre camastro tinto en sangre, rodeado de su mujer y de sus hijos que
gemían desgarradoramente y lo bañaban en lagrimas, Pichilín permanecía
inerte, envuelto aún en su capote de paseo.
En un rincón del cuarto, los banderilleros de Ángel Valdez tenían la barbilla
hundida en el pecho, y hacían esfuerzos por no llorar. El oro y la seda de sus
trajes de luces, contrastaba con la miseria de la habitación…
Al ingresar mamita, siente pares de ojos en los que se pintaba la más
profunda desesperación, se clavaron en ella…y mamita decía que todos esos
ojos la habían mirado con tal expresión de reproche, que la habían hecho perder la
cabeza….
¡Reproche, sí! ¡Reproche por no haber hecho todo lo posible para alejar de
los toros a ese padre de familia! ¡Reproche por no haber insistido ante papá!
¡Reproche por no haber rogado! ¡Por no haber suplicado! ¡En último caso, por
no haberse impuesto! ¡Sí! ¡Por no haberse impuesto!.
Terminábamos de rezar, y ya nos dirigíamos a la cama, cuando mamita
penetró como una tromba en el comedor donde papá, pensativo y con el rabo
entre las piernas, fumaba cigarro tras cigarro.
¡Aquélla que penetraba como una tromba, no era mamita! ¡No tenía ni su
figura ni su espíritu! ¡Era un ser al que jamás habíamos visto: impetuoso,
vibrante, frenético y que con el cabello en desorden y la sien radiante, se
plantaba delante de papá en actitud de reina que reclama un derecho!...
Papá se restregó los ojos, pues creía estar soñando:
-¡Ahora mando yo! ¡Sí! ¡Ahora mando yo! ¡No suplico! ¡Mando! -dijo mamita
dando sobre la mesa un golpe que le hizo lanzar un grito de dolor.
No oímos ni vimos más…Nieves nos hizo abandonar el comedor
precipitadamente, y ya en el dormitorio nos hizo saber que la herida de Pichilín
nos hizo saber que la herida de Pichilín no era mortal; pero que necesitaría
mucho tiempo para se curaron: -¡”Pobre Pichilín! ¡Tan buen padre como es!....
Al día siguiente, mientras Nieves frotaba con tintura
de árnica la mano aún dolorida de mamita, papá entró al
dormitorio y entregó a mamita una esquela, y una bolsita
de papel. En la esquela, venia el nombramiento de don
Rafael Mata como guardián del molino de Otero. En la
bolsita de papel, venia la negra y rizosa coleta que esa
misma mañana, papá había cortado a Pichilín en presencia
de la familia, y de Ángel Valdez y su cuadrilla..
Con el rostro dilatado por la satisfacción, papá abrió
los brazos. ¡Mamita se precipitó en ellos, convertida en la
tierna y mansa paloma de toda la vida!.... ¡Después,

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

pensando en la felicidad que iba a dar, lloró! ¡Lloró dulce y calladamente,


reclinada sobre ese corazón tan noble, y que tanto la amaba!

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el significado de las


siguientes palabras:

a) Enmonarse: …………………………………………………………………………………

b) Guarapo: …………………………………………………………………………………

c) Periquete: …………………………………………………………………………………

d) Andurrial: …………………………………………………………………………………

e) Añagazas: …………………………………………………………………………………

f) Bromelia: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión: Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Quién es y que aspecto tiene el protagonista de esta historia? ¿Qué


otros personajes intervinieron en el cuento?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
2. ¿Qué palabras emplearías para decir cómo eran Pichilín y mamita?
Escribe una sola palabra para definir a cada personaje.
________________________________________________________________

________________________________________________________________

3. ¿En qué ciudad del Perú ocurren los hechos? ¿Qué lugares de esta
ciudad se citan en el texto?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

4. Si consideramos a los personajes, instituciones, costumbres, etc. a los


que se hace referencia, ¿en qué época aproximadamente se desarrolla
la acción.
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

5. ¿Cómo vivía la familia de Pichilín? ¿Qué labores diarias cumplía el


padre? ¿En qué se ocupaba la señora Pichilina? ¿Qué hacían los
pichilincitos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

6. Los oficios que tenía Pichilín, ¿Los practicaba por vocación o por
necesidad? Explica tu respuesta.
________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Por qué el sábado era el gran día para la familia Pichilín?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

8. En cambio, llegaba la temporada de toros, ¿Qué ocurría los domingos?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

9. ¿Qué opinaban los aficionados acerca de las condiciones que mostraba


Pichilín para el toreo?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

10. ¿Era cierta la fama de Pichilín en materia de pájaros, redes y trampas?


¿Por qué?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
11. ¿En qué época emigraban los jilgueros de la sierra? ¿Hasta cuándo
permanecían en la costa?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
12. ¿Qué clases de jilgueros reconocía Pichilín y cómo los diferenciaba?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
13. ¿Qué ocurrió cuando se realizó la corrida de la “Bomba Lima”?
________________________________________________________________
________________________________________________________________
14. ¿Cómo reaccionó mamita al ver el triste cuadro que presentaba el
herido rodeado de su mujer y de sus hijos?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Radiante …………………………………. ………………………………….

b) Fechorías …………………………………. ………………………………….

c) Suplicar …………………………………. ………………………………….

d) Experimentar …………………………………. ………………………………….

e) Elegancia …………………………………. ………………………………….

TEXTO Nº 11

LECTURA

Lee detenidamente la siguiente lectura:

“ESA VEZ DEL HUAYCO”


Alrededor de don Teofilo Navarro no queda sino contagiador aire
entristecido. Su casa, pura pampa quedó después del huaico –agua de mala
entraña –que lo tumbó todo.
Todos los vecinos están medio que están nomás. La mitad se les fue
tratando de levantar pared con la mirada y la otra mitad para consolarlo:
-Con un poco de voluntad, podrá usted levantarse de nuevo.
El casi fue así:
Todas las veces de susto le decían: -Don Tofe, haga usted construir muro
de piedra a su casa, no sea que el huaico…
Pero él se reía con suficiencia, y para decir algo por contestar, repetía:
-Que venga el huaico. Que me lleve. De resbaladera acabará la pena.
Lo decía por decir porque en el pueblo, con penas y todo, siempre
somos felices.
Después que levantó su casa, en que hubo apurado trajín para terminar,
luego de la techa, en que hubo demorado canto de no acabar con música y
zapateo para afirmar el suelo, se hizo tranquilidad. Y como él lo dijo desafiador:
-Hasta que otro guapo se atreva, pared y techo contra viento y noche que
revienten de impotencia.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Fabricaba y componía sombreros. A la puerta de su casa, aguja en mano,


sombrero en horna, silbido y canto para rellenar hueco de tarde nostalgiosa, lo
veíamos cumplir.
En el invierno paz, no en el verano. Medio que se quisquillaba don Tofe
mirando temeroso el agua que crecía hasta engrosar el río. Decía:
-¡Esto es costumbre! ¿Habrá por qué temer?
Muchas veces la campana madrina de la iglesia, en talantanes de peligro,
anunciaba desbordera, y don Tofe, creído, corría que corría para ver. Allí estaba
intactita la casa a la orilla del cauce.

La noche en que sucedió no podía ser, aunque se hubiese roto el brazo


el sacristán o hubiera podido más y rompiera las campanas avisando. Era
cumpleaños de doña Adelaida Suárez. No se podía creer. Y más cuando la fiesta
había sido con música y la agasajada era persona que estaba bien con Dios.
Don Tofe decía:
-Beber, beber, que la vida se ha de acabar.
Verlo era un gusto, alegre como estaba, a pesar de que la Grimalda, su
mujer, con su tremenda barriga, sentada en un rincón censuraba.
Primero fue un rumor creciente que llegó, junto con el grito de Julián Mayta
que salía corriendo de la huerta:
¡Está entrando agua!... ¡Está trayendo piedras!...
Muy pocos lo oyeron. En ese instante entró el agua hasta el patio. No
debía ser grave la cosa….El agua avanzaba rápidamente como buscando algo.
Entonces sí que reaccionamos, aunque de primera intención no se tomó
ninguna iniciativa. En la sala de la derecha, ebrios los músicos, sin darse cuenta,
bromeaban todavía. Yo comencé a correr sin saber a dónde.
Un golpe fuerte en la sala de la izquierda que da al cauce, comprendiendo
el peligro, nos puso con la cara seria. Y cuando ya lampón y pico los hombres
se disponían, se inundaron las salas y los cuartos. La cocina con sus viejas era
un grito de rezos. El agua furiosa sabia de memoria su trabajo, lo que hacia. En
un santiamén todo estuvo inundado sobre la altura de los cimientos.
En el momento en que los animales salían al escape, las paredes
empezaron a ceder. Las mujeres (doña Eulalia Espinoza principalmente) gritaban,
clamaban al cielo. Y los hombres lisureaban dándose coraje.
No se podía. Era torrente de fuerza. Las paredes del corral vencidas se
cayeron. Don Antonio Ebúsquez era el único de carácter que se dejaba oír:
-¡Rompan la puerta falsa que da al cauce para desatorar!.
Pero la lluvia lo atoraba a él, porque era como río que bajaba.
En la tiniebla éramos gente oscurecida, loca, como la entrada de esa
noche de rayos y de truenos.

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Al relámpago, apurado seguía bajando el aluvión. Desde el corral, por el


patio, al camino, y luego al río bajaba. De la puerta del zaguán quedaban astillas.
Vimos a la Grimalda. Subida sobre un batan lloraba a más no poder.
Pensaba en Dios con todos sus dolores.
II
De agua, de noche, de viento, fue la tumbadero de la casa de don Tofe. Con
gritos de parto también, pues la Grimalda, ayudaba por Roque Barrera y subida
sobre una mesita que a la vez la contenía contra la pared sobre el poyo,
comenzó a descuartizarse.
Doña Toribia estuvo felizmente, atendiéndola como pudo. Roque a duras
penas contenía la mesa y sostenía también a la Grimalda, Doña Toribia, con las
manos de agua, terrosa, remangándose el brazo, la asistía:
Grimalda se animaba casi quebrándole el brazo al Roque con el esfuerzo:
-¡Ayude usted! ¡Ayude usted! Mamá Tullí.
Sin embargo, fue como una lucha el nacimiento, mientras el agua
amenazaba con derribarnos.
Luego doña Toribia, serena como siempre, descorchetándose el monillo,
cobijó a la criatura que ya gritaba, junto a sus lacios senos.
Otro grito fuerte fue como una protesta, pero con el llanto del niño nos
renació el valor. A su mamá hubiera podido también reanimarla; no, ella había
fallecido antes de oírlo.
Total, todo se apagó. Solamente cuando la pena arreciaba, mirando los
cimientos lavados que quedaban, pasó la lluvia. El huaico bajó su correntada o
habría bajado antes: oíamos un rumor entre violento y tranquilo.
En adelante se comenzó a buscar:
-¡Don Macshi!... ¡Mamá Brígida! …. ¡Lázaro!...
Oía su nombre cada cual y cada cual contestaba animándose. Don Tofe,
sin haberse enterado todavía buscaba a su Grimalda.
Media puerta del zaguán, inservible, había ido a parar a la chacra de
enfrente. Las sillas y ventanas desparramadas. Dice Demetrio López que un
cerdo había varado cerca de Vilcabamba.
Los muros y cimientos quedaron débiles. Algunos baúles amarrados al
manzano estaban astillados. Allí quedaba también el batan de don Jacinto
Navarro, centenaria piedra donde molieron los abuelos.
Lo demás y más fuerte se supo cuando don Tofe llegó hasta nosotros, con
su mujer muerta en brazos. Detrás doña Toribia con el recién nacido.
Esas dos caras fueron para nosotros un ¡golpe! Que nunca habiamos
sentido.
En el velorio, en casa de don Nicolás Arosemena, no se rió por primera vez
los chistes de Roque.
En un ángulo de la salad, don Teofilo se quejaba. Parecía que el aire de
esa mala noche se le había secado en la cara. Eran como furia vencida las huellas
de su rostro. Repetía:
-¡Quién lo hubiera dicho…!
En fin, la velada fue de razonar pesimista, con ese café consolador
apenas.
¡Cómo se recordó la muerte! ¡Cuantos nombres! Eladio Amaro, Fortunato
Rojas, Pedro Tintush. ¡Pero nunca desgraciados!
-¡Ah, ya se fueron!
Se sintió la muerte a muerte. Adentro, hasta los tuétanos como angustia;
afuera, en los miembros ateridos, como temblor desconocido.
Ni coca ni aguardiente pudieron esa noche…

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Desde entonces don Tofe, medio vivo, medio fantasma, allí está.
-Zurcidor de sombreros –dicen. Mientras, bendiciendo, retoña el valle de la
gente que habla por hablar:
-¡Caído, con la cara en el suelo!
-¡Zurcidor de sombreros viejos!
Pero nadie sabe lo de nadie. De repente, un día…

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Vocabulario: Con ayuda del diccionario anota el


significado de las siguientes palabras:

a) Huaico: …………………………………………………………………………………

b) Monillo: …………………………………………………………………………………

c) Poyo: …………………………………………………………………………………

d) Aterido: …………………………………………………………………………………

e) Tuétanos: …………………………………………………………………………………

f) Santiamén: …………………………………………………………………………………

Preguntas de Comprensión:

Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo es el lugar donde viven y actúan los


personajes de esta historia?

________________________________________________________________

________________________________________________________________

2. ¿En qué momento del día ocurren las principales acciones de este
cuento (huaico, parto, velorio)?
________________________________________________________________

________________________________________________________________
3. ¿Quién era don Teofilo Navarro ( o don Tofe) y a qué se dedicaba? Cita
algunos rasgos de su carácter o temperamento.
________________________________________________________________

________________________________________________________________

4. ¿Qué le recomendaban los vecinos a don Tofe?

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

________________________________________________________________

________________________________________________________________

5. ¿Qué actitud adoptaba él y que les respondía?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

6. ¿Llegó por fin Tofe a levantar su casa? ¿Cómo lo sabes?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

7. ¿Qué celebraba don Tofe y sus amigos esa noche trágica?


________________________________________________________________

________________________________________________________________

8. ¿Cómo se enteraron que estaba entrando el agua y que ya llegaba


hasta el patio?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

9. ¿Cómo evoluciona el huaico y qué perjuicios origina? ¿Cuál es la


reacción de los vecinos frente a esta tragedia?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

________________________________________________________________

________________________________________________________________

10. En otro plano narrativo el autor aborda las incidencias del parto: ¿Cómo
se desenvuelve éste y cuál es su resultado?
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________________________________________________________________
11. ¿Qué ocurre luego en el velorio? ¿Cómo estaba el ánimo de la gente?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

12. ¿Qué cambio sufre la personalidad de don Tofe a partir de ese


momento? ¿Cómo interpretas tú las palabras que el autor expresa al
concluir su relato?
________________________________________________________________

________________________________________________________________

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EL HÁBITO LECTOR EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS – PRIMER GRADO DE SECUNDARIA

Razonamiento Verbal: Escribe el Sinónimo y Antónimo de las siguientes


palabras:

Sinónimo Antónimo

a) Contagiado …………………………………. ………………………………….

b) Desafío …………………………………. ………………………………….

c) Engrosar …………………………………. ………………………………….

d) Coraje …………………………………. ………………………………….

e) Atoraba …………………………………. ………………………………….

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