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Informe MacBride

El Informe MacBride, también conocido como "Voces Múltiples, Un Solo Mundo", es un


documento de la Unesco.

Quien fue el creador:

Publicado en 1980 y redactado por una comisión presidida por el irlandés Seán MacBride,
ganador del premio Nobel de la Paz.

Donde se hizo

Este informe se presentó en la Conferencia General de la UNESCO en el año 1980

El informe MacBride es un documento, de carácter político e intelectual, impulsado por la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) cuyo
objetivo era el desarrollo de un nuevo equilibrio mundial en el ámbito de la información y de la
comunicación.

Para que se hizo

habla, explícitamente, de las relaciones que se establecen entre los campos de la


comunicación, las relaciones de poder y la democracia

De que se trataba

En el documento se establecieron los principios, las acciones y los puntos en los que debería
basarse ese Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación (NOMIC) que se
proponía en el informe.

Porque se llama aso

El título original de este informe es "Un sólo mundo, voces múltiples", al que se terminó por
conocer como "Informe MacBride"
Títulos del Informe MacBride[editar]
Tras presentar, en 1980, la investigación desarrollada por la Comisión MacBride, los miembros
de ésta establecieron 82 recomendaciones que quedaron divididas en los siguientes títulos:

 Política de Comunicación para la independencia y el autodesarrollo


 Refuerzo de las licencias para las tecnologías apropiadas
 Nuevas tareas sociales para los medios de comunicación
 Integración de la comunicación al desarrollo
 El recurso de la ética y las normas para la integridad profesional
 La democratización de la comunicación: Componente esencial del derecho humano
 El refuerzo de la identidad cultural para la dignidad humana
 El acceso a la información técnica: Recursos esenciales para el desarrollo
 Promoción de la cooperación internacional para los mecanismos adecuados
 Miembros asociados del desarrollo: Todos los actores implicados

El Fracaso del Informe MacBride[editar]


El lema que estuvo presente durante todo el Informe MacBride fue la solidaridadinternacional.
Para que las líneas de actuación y las recomendaciones de esta Comisión fueran efectivas,
éstas debían ser apoyadas por el Sistema de Naciones Unidas y, concretamente, por la
UNESCO. El informe se aprobó en 1980, una fecha en la que la revolución tecnológica
favorecía a los países desarrollados y, sobre todo, a Estados Unidos. Los países
desarrollados se sintieron ofendidos con la propuesta porque ésta promulgaba el derecho de
todos a acceder a las nuevas tecnologías y el derecho de todos a emitir cualquier tipo de
información, hecho que mermaba los intereses económicos de los países desarrollados.
Precisamente, con la llegada de Ronald Reagan al Gobierno, Estados Unidos se desmarcó
totalmente del Informe MacBride y elaboró un programa de desarrollo con unas pautas de
actuación contrario a la ONU y a la UNESCO. Este programa norteamericano dejaba ya de
lado las propuestas que hacían referencia a la eliminación de los desequilibrios mundiales, al
control del monopolio en el campo de la comunicación, la supresión de barreras y la pluralidad
de las fuentes y los canales de información, todos ellos aspectos claves en el Informe
MacBride. Así, Estados Unidos anunció, poco tiempo después, que dejaba de formar parte de
la UNESCO. El trabajo de la Comisión presidida por Sean MacBride empezó a considerarse,
por parte del bando estadounidense, como un "conjunto de proyectos sovietizantes" que eran
prácticamente incompatibles con las libertades de las sociedades democráticas.
Estas ideas fueron compartidas, desde que Estados Unidos anunció su retirada de la
UNESCO hasta su salida real (1985), por los grandes grupos mediáticos. Los
estadounidenses consideraron que el informe "Un sólo mundo, voces múltiples" se convirtió en
una obsesión para MacBride y lo tacharon de incompatible con la libertad de expresión y la
libertad de información. A partir de entonces, Sean MacBride empezó a carecer de credibilidad
e, incluso, de voz y M'Bow, uno de los grandes apoyos de MacBride, fue relevado de su cargo
como Director General de la UNESCO. Con la salida de M'Bow de la UNESCO, ésta
desarrolló una nueva estrategia de comunicación que eliminaba totalmente las pautas y
objetivos del Informe MacBride y terminaba para siempre con el espíritu de consenso que
había hecho posible su elaboración.
Así, en 1989, se celebra la XXIV Conferencia General de la UNESCO en la que se borran
todos los principios que el Informe MacBride había promulgado y se vuelve a los inicios de la
UNESCO, es decir, vuelven a debatirse aspectos relacionados con los flujos de información y
el papel de los medios de comunicación en los países en desarrollo, pero desde el punto de
vista inicial de la UNESCO. Un punto de vista que había favorecido siempre a Estados Unidos,
desde 1946 hasta 1970, y a los países desarrollados.

El germen del Informe MacBride[editar]


En junio de 1977, Sean MacBride pronunció un discurso en la UNESCO sobre el papel de la
prensa y la importancia de ésta en la sociedad. El discurso se centró en la fragilidad y la
vulnerabilidad de la prensa a consecuencia de las grandes presiones económicas, financieras
y políticas que sufrían los medios de comunicación del momento. Estas presiones tenían su
origen en los intereses de las multinacionales de los grandes grupos de comunicación.
En ese mismo discurso, MacBride sugirió que una organización como la UNESCO tendría que
encargarse de investigar la cuestión planteada y que, además, ésta debería proponer un
objeto de declaración o, incluso, una convención que intentara proteger el derecho a la libertad
de expresión y de información con el fin de evitar que los medios de comunicación fueran
manipulados por los gobiernos de turno o por los intereses económicos.
Su discurso tuvo tanto calado en la UNESCO que, unos meses más tarde, M. M'Bow,
entonces Director General de la UNESCO, le propuso ser el Presidente de una Comisión
Internacional que se encargara de estudiar los problemas que existían en el ámbito de la
comunicación.
En esa Comisión participaron grandes personalidades del mundo de la información y de la
comunicación. Entre ellos destacaron: Hubert Beuce-Mery, fundador de Le Monde; Gabriel
García Márquez, escritor colombiano; y Leonid Zamiatin, Portavoz del Gobierno
soviético. Betty Zimmerman (Canadá), fue la única mujer en integrar la Comisión y la única
con experiencia en medios electrónicos.

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