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Die Welle

Las líneas entre el anarquismo, la democracia, la autocracia y el nazismo pueden ser muy
tenues si una idea es deformada. Estos sistemas políticas y sociales encuentran su origen en
el ser humano y se representan en la masa. Aunque es irreal pensar que podemos caer en el
nazismo, ya que somos entes pensantes, constituidos en la eticidad de la cultura. Ante estas
atrocidades acontecidas en la segunda guerra mundial, encontramos un total desacuerdo por
parte de los pueblos, ¿Cómo es posible que una masa desee la aniquilación de otra?, si tan
solo encontramos pequeñas diferencias entre estas. Esto no es cuestión de cultura o de lo
que es correcto o no.
Die Welle, es una película basada en La Tercera Ola, un experimento que pretendía
demostrar que incluso las sociedades libres y abiertas no son inmunes al atractivo de
ideologías autoritarias y dictatoriales. "Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la
comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo", fue el lema del
profesor de historia, Ron Jones, quien convenció a sus alumnos que la democracia solo veía
por el individualismo.
Esta película nos da ejemplos interesantes sobre cómo la masa disuelve al individuo,
transformándolo, tanto en lo que hace, piensa y lo que siente. Desde una perspectiva
psicoanalítica, descifraremos los procesos implicados dentro de la masa, haciendo
referencia los conceptos presentados en psicología de las masas y análisis del yo (1921), de
Freud.
Para empezar con este análisis, considero necesario hacer mención de otro trabajo
de Freud, El malestar en la cultura de 1930, el cual menciona que las pulsiones sexuales y
de muerte al ser sofocadas, genera en el sujeto insatisfacción por este exceso de tensión.
Este exceso de control por parte de la cultura y las instituciones que la portan, aunado al
alto desempleo, la decepción política, la inflación, etc., es decir, estas estructuras sociales,
llevan al sujeto a buscar alternativas que le permitan librar esto. La autocracia podría ser
una solución.
Que se necesita para conformar una masa. En primer lugar, un conductor, Rainer se
convierte en el líder del grupo de autocracia y lo logra con la ideología de fuerza en la
disciplina, además de ser el profesor. Con este ideal empieza a conformarse esta masa. Otro
aspecto importante es la mirada de este líder en alumnos como Tim y Marco, genera esta
ligazón libidinosa, que en un primero momento es con el líder y posteriormente entre los
miembros de la masa, este punto se ejemplificara más adelante. La mirada del líder implica
el reconocimiento, la idealización, caen hipnotizados (enamorados), ante la meta que se
persigue de la unidad.
Está claro que esta masa que se ha empezado a conformar, es organizada. Y esta
organización viene de arriba, del que todo lo ve y todo lo sabe, este padre todopoderoso y
omnipresente. Rainer coloca a sus alumnos de manera específica, sentando aquellos con su
“complemento”, ya que tú eres buena con las matemáticas, te sentaré con alguien que se le
dificulten, con la idea de que todos como unidad, avancemos. Esto implica que Rainer
conoce de la habilidades y debilidades de los miembros de su masa, lo que lo dota de estos
poderes.
En la búsqueda de la cohesión de la masa se busca la uniformidad, la igualdad entre
miembros. Si bien, ya se plantó un mismo ideal, “fuerza por medio de la disciplina”, el
uniforme terminaría de eliminar por completo, o la mayoría, las diferencia entre los
miembros, generando una masa consolidad y homogénea. Una camisa blanca es el
distintivo que representa a la ola y en la película, es donde se presenta un punto crucial para
los miembros de la masa, además, que se introduce otro concepto importante que fortalece
a lo anterior. El enemigo en común, aquel que está en contra de mis ideales autocráticos, de
mi grupo y de mi líder pone en peligro mi posición, quiere destruirme. Con esta idea,
Rainer dirige a su grupo, lo cohesiona, conjuntamente seduciendo a los que están fuera de
la masa, con esta “ilusión de poder”. Marchemos juntos, hagámonos escuchar, caigamos
sobre la cabeza de nuestros enemigos, ellos que son diferentes, ellos que no son
autocráticos, es decir, la clase de democracia.
Esta uniformidad, con camisas blancas, ideales y luchando contra el enemigo en
común, unifican a los miembros de la masa. Entonces, ¿Qué hago si atacan a un miembro
de mi grupo? Bomber y Sinan al ver que están molestando a Tim, los que parecen ser
anarquistas, lo protegen, lo miran, crean este lazo libidinoso. Esto evolucionará en hacer
cosas como grupo, el vandalismo, la propaganda informal, generando el deseo de ser parte
de la masa, del poder y la seguridad que ella genera, este sentimiento de hermandad que
lucha por un bien común y con mayor organización. Estos pequeños actos como dar un
helado únicamente a los miembros mueve algo en el sujeto.
Es cautivador lo que ofrece el grupo, la ola, que golpea una tras otra dotando de
fuerza. Tim con este sentimiento de “poder hacer lo que quiera”, este estado primitivo que
olvida por completo lo finito del sujeto, lo lleva a hacer acciones casi suicidas, temerarias o
agresivas. Subir a lo alto de una construcción para pintar el distintivo de la ola, tapar las
marcas de grupos rivales o pelear con ellos y amenazarlos con un arma. Ya no hay un Tim,
solo el ideal que se ha empezado a “deformar”, guiado por el narcisismo de las pequeñas
diferencias, agrediendo a esto extraño, a eso que atenta con mi estado casi autoerótico.
Todos los miembros de la ola, hipnotizados unos con otros y con el ideal, cada vez
se unifican más, pero, qué pasa con los que no. Surge la duda, ¿Cómo se desmantela la
masa? Si lo que se busca es la unificación y uniformidad, el individualismo sería la
dispersión y la salida de la masa. Karo, quien en sus antiguas relaciones aparentemente es
la líder, se ve superada por la ola. Por los comentarios de su madre, decide no portar los
distintivos, lo que la segrega del grupo. Dentro de la masa, en este estado hipnótico donde
los deseos e impulsos salen a relucir, contrasta la racionalidad y el estandarte de la cultura
característicos de la individualidad. En otras palabras, en la masa, la culpa, la angustia y la
responsabilidad se disuelve, al punto de desaparecer entre todos los miembros y al estar en
individualidad regresan la cultura a aplastar los deseos personales y lo que habla es la
racionalidad. Karo al no perecer a la masa observa que lo que comenzó como autocracia se
empieza a deformar, por los actos vandálicos, la propaganda, el control que ejerce este
ideal.
Se destaca que lo que busca la pulsión sexual es la tendencia a la unificación,
mientras que la pulsión de muerte tiende a la destrucción. Se anteponen como la masa y la
individualidad. Es curioso y sería interesante indagar más al respecto, sin embargo, no hay
que olvidar que las pulsiones interactúan y se encuentran mezcladas, lo que se representa en
múltiples situaciones.
Una de las preguntas con las que se empezó la película fue si era posible que una
dictadura podría volverse a presentar, muchos respondieron que no. Podemos ver que el
sujeto es sumamente maleable, además de que es complicado luchar contra la gran masa.
La identificación, que se ve dentro del grupo tanto con los miembros como con el líder,
identificaciones al rasgo, con el ideal, terminó instaurando un Superyó radical.
Al final, Rainer decide confrontar a sus alumnos, y hacerles entender que lo que
hacían era vandalismo, sus acciones eran violentas, peligrosas y los ideales con los que
comenzaron se habían transformado. Tim, el más fiel seguidor, el que se había identificado
con el ideal y con el líder, el que se encontraba más inmerso en este estado hipnótico se vio
fortalecido, su Yo se vio engrandecido, con seguridad y con fuerza. Al momento de la
disolución surgió esta ambivalencia y atacó a su hermandad y al ver que el ideal,
posiblemente por una identificación narcisista, se había perdido, decidió perderse con él,
salió de la escena como el objeto perdido.
En cualquier momento podemos ser seducidos por el poder de la masa, desde un
grupo en la escuela o fuera de ella, como grupos deportivos o religiosos. En estos están en
juego múltiples ideales que guían el hacer grupal, en ocasiones con un fin “positivo” pero
en muchas otras “negativo”, como es el caso de la masa espontanea que cae en lo más bajo
de la condición humana asemejándose a una manada de animales carroñeros, peleando por
el cadáver. Eso sí, es claro que somos parte de la masa, ya sea en la familia o religión, o con
la pareja, siempre se debe tener en mente que hablamos de la presencia del Otro, es por eso
que no podemos hablar únicamente de la psicología individual si no de una psicología
social.

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