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CONSIDERANDO
con su menor, dado los costos que implica el viaje de México a Argentina, y la
periodicidad en que se llevarán a cabo; que si bien manifiesta el domicilio en que
vivirá la accionante en argentina, sin embargo, que no acredita si el mismo es
departamento o casa, si es un fraccionamiento o desarrollo, si cuenta o no con
seguridad pública o privada; en lo relativo a escuela, que tampoco está acreditado
si el menor asistirá o no a un centro educativo, y que de hacerlo, interrumpirá el
inicio de clases que tiene ya en el Colegio El Roble, S.A., por lo que considera que
estas situaciones ponen en peligro el contacto directo y convivencia de él con su
hijo, afirmando así que éste órgano jurisdiccional debe negar el cambio de
residencia y privilegiar la convivencia del menor con ambos progenitores,
atendiendo a su interés superior.
Respecto al tema de guarda y custodia, dijo el demandado que ambos
convinieron en separarse, por lo que acordaron compartir la guarda y custodia del
menor, estableciendo de común acuerdo un régimen de visitas y convivencias,
determinándose que el menor viviría con su progenitora en el domicilio que antes
era el de ambos, lugar en que él paga el alquiler, por la cantidad de DIECISÉIS
MIL SEISCIENTOS PESOS, además de los gastos relativos a la crianza de su
hijo, así como educación, vestido, transporte, consultas médicas, medicamentos;
y que se convino que él visitaría a su menor los días martes de cada semana,
después de su horario laboral, así como todos los fines de semana, a partir de los
días viernes por la tarde hasta las diecinueve horas con treinta minutos de los días
domingo, de cada mes, reintegrando a su hijo al domicilio de la progenitora, por
lo que solicita se niegue el otorgamiento de guarda y custodia solicitado y se
declare judicialmente la guarda y custodia compartida a favor de ambos
progenitores, lo anterior al considerar que es un derecho de ambos decidir sobre
las actividades escolares y extraescolares del menor, lo relativo a viajes y demás
actividades relacionadas con el mismo para su mejor desarrollo físico, emocional y
psicológico, que de esta manera habrá un reparto equitativo de deberes y
derechos que ambos padres les asiste respecto de su menor hijo.
Finalizó su contestación el demandado, expresando, que si bien es cierto
ambas partes decidieron venir a México, que fue una decisión de los dos, dada la
relación que sostenían y en plan de construir una familia, tan es así que
procrearon al menor “Y”, por lo que si la relación de pareja con la accionante
terminó, sin embargo, que al procrearse al menor, ambos padres tienen
responsabilidades y obligaciones en su crianza; por esa razón expresó, que en
caso de admitir la solicitud de cambio de residencia de la parte actora con su hijo,
implicaría que se admitiera un derecho humano de uno de los progenitores, el cual
no debe estar por encima del interés superior del menor, vulnerándose así
6
1 Voz Derechos Humanos, en Enciclopedia Jurídica Mexicana, Tomo III, Editada por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México 2002, p 421.
2 Los artículos 2.3 y 2.5 del Código Civil, establecen: el primero, que como atributos de la
3La Convención Americana Sobre Derechos Humanos fue adoptada en San José de Costa Rica,
el veintidós de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve y ratificada por México el dos de
marzo de mil novecientos ochenta y uno. Es el instrumento internacional que tutela diversos
derechos humanos, entre ellos, el derecho a una personalidad jurídica, a la vida, a la integridad
personal, a la libertad personal, protección de honra y dignidad, libertad de conciencia, de
pensamiento y expresión, protección a la familia, derecho al nombre, derecho del niño y de
nacionalidad, entre otros.
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todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y
en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las
garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en
los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece; las normas relativas a
los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los
tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia; y, todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen
la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
De lo hasta ahora expuesto en este apartado, se hace patente lo relativo a la
naturaleza de los derechos humanos, y la necesidad de su protección; por lo que
se refiere a nuestro país, todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar
tales derechos; disposición que vincula a esta autoridad, como órgano
jurisdiccional a cumplir cabalmente con ese deber, lo que se patentizará en esta
resolución.
Interés superior del menor. Ahora bien, los derechos humanos son
universales, por ende, deben ser iguales para todos, sin embargo, existen algunas
personas que por sus circunstancias concretas, como puede ser su condición
social, cultural o física o bien, por su situación en determinadas relaciones
sociales, requieren una protección especial, para superar la situación de
desventaja en que se encuentran, por lo que se les ha reconocido ciertos
derechos especiales; entre estas personas, se encuentran los niños4.
En la Declaración de los Derechos del Niño5, se reconoce que el niño, por su
falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales,
incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento. Es
precisamente con ese fin, de otorgar a los niños la protección y cuidado, por el que
se han creado diversos instrumentos de orden internacional, entre ellos, la propia
Convención Americana Sobre Derechos Humanos y la Convención de los
Derechos del Niño, que constituyen el Corpus Iuris que contemplan preceptos y
principios que reconocen el Derecho de los Niños a recibir asistencia y cuidados
especiales y la tutela de todos sus derechos, derivados de la patria potestad, que
es una institución jurídica destinada a dicho fin.
4
Suprema Corte de Justicia de la Nación, “Patria Potestad”, Ob. Cit. p. 1.
5
La Convención de los Derechos del Niño, es un instrumento de Derecho Internacional, adoptada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos
ochenta y nueve, y ratificada por México el veintiuno de septiembre de mil novecientos noventa, en
la que se estatuyen los derechos que todos los Niños y las Niñas, sin distinción alguna deben
gozar, así como las acciones y medidas que los Estados partes se comprometen a adoptar en pro
de dichos derechos.
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Por tanto, a través del derecho familiar, al ser la familia una institución de
orden público e interés social, el Estado tiene preponderantemente, entre otros
intereses, el de proteger a los menores en el pleno ejercicio de sus derechos, a
efecto de que tengan un sano desarrollo integral, como lo previene el artículo 4
de nuestra Ley Fundamental; disposición que es acorde a lo que establece la
Convención sobre los Derechos del Niño, y el artículo 19 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto De San José), que establece, que
todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
7
Valenzuela Reyes, María Delgadina, Derechos Humanos de los Niños y las Niñas ¿Utopía o
Realidad?, Porrúa, México 2013, pp. 96-99.
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argumentó que la petición de guarda y custodia del menor a favor de la parte actora,
fuera perjudicial para su hijo, mucho menos existe medio de prueba que así lo
patentice; contrario a ello, el propio demandado “Z” aceptó al dar contestación al
hecho nueve de la demanda de que convino con “X”, que su menor hijo viviría con
ella (hoja cincuenta y ocho de actuaciones), hecho que reitero en el convenio que
ambas partes presentaron ante este órgano jurisdiccional, en términos de la
promoción 13870 de nueve de diciembre de dos mil trece, en la que se precisó que
la señora “X” habitaría en compañía del menor en el domicilio ubicado en Hacienda
la Antigua número cuarenta y ocho interior mil dos, Colonia Hacienda de las Palmas,
en Huixquilucan, Estado de México, (hoja doscientos cuarenta), convenio que si
bien no fue ratificado por la accionante, si lo fue por el demandado, como se aprecia
de la actuación visible en la hoja quinientos diez de actuaciones; desde luego, ese
convenio no surte los efectos deseados, de que se apruebe en sus términos, sin
embargo, sí patentiza la voluntad del demandado de aceptar que la guarda y
custodia del menor la tenga su progenitora, lo que también reiteró al dar respuesta a
la posición catorce de su confesional de posiciones cuyo desahogo tuvo lugar el
diecinueve de febrero de dos mil catorce.
Cierto que el demandado, argumentó que entre las partes se pactó compartir
la guarda y custodia de su menor hijo, sin embargo, esa afirmación fue negada por
la parte actora, al dar respuesta a la posición doce del pliego que se formuló a “X”,
en la audiencia principal de diecinueve de febrero del año en curso; respecto de esa
afirmación, de haberse pactado una guarda y custodia compartida, no existe medio
de prueba que así lo corrobore, tampoco de hecho tuvo lugar, lo único cierto es que
las partes con motivo de su separación a partir del mes de mayo de dos mil doce,
pactaron un régimen de visitas y convivencias del menor para con su progenitor,
siendo los días martes de cada semana por la tarde y todos los fines de semana a
partir de los días viernes por la tarde hasta las diecinueve horas con treinta minutos
del día domingo, como se aprecia de la respuesta a la posición once del pliego que
absolvió la accionante.
Aunado a lo anterior, de la prueba pericial en materia de psicología, se
advierte que la Licenciada X, al hacer su estudio en la persona de “X”, puntualizó
que la misma cuenta con adecuada capacidad de análisis y síntesis, que no se
detecta daño orgánico a nivel cerebral ni alteraciones sensoperceptuales.
Emocionalmente es una persona quien manifiesta su reacción ante los demás
cuando la alaban o la critican, es una persona que cuenta con habilidades para la
toma de decisiones, es capaz de llevar a cabo sus proyectos, tiene tendencias al
perfeccionismo, muestra poca tolerancia a la frustración y al rechazo, es capaz de
enfrentar y resolver sus problemas por sí misma, puede enfrentar cualquier dificultad,
se muestra realista, que refleja fuentes descargas de agresividad que se consideran
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las demás normas jurídicas, sino también en la exigencia de que tales normas,
a la hora de ser aplicadas, se interpreten de acuerdo con los preceptos
constitucionales; de forma que, en caso de que existan varias posibilidades de
interpretación de la norma en cuestión, se elija aquella que mejor se ajuste a lo
dispuesto en la Constitución. En otras palabras, esa supremacía intrínseca no
sólo opera en el momento de la creación de las normas inconstitucionales,
cuyo contenido ha de ser compatible con la Constitución en el momento de su
aprobación, sino que se prologan, ahora como parámetro interpretativo, a la
fase de aplicación de esas normas. A su eficacia normativa directa se añade su
eficacia como marco de referencia o criterio dominante en la interpretación de
las restantes normas. Este principio de interpretación conforme de todas las
normas del ordenamiento a la Constitución, reiteradamente utilizado por esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una consecuencia elemental de la
concepción del ordenamiento como una estructura coherente, como una
unidad o contexto. Es importante advertir que esta regla interpretativa opera
con carácter previo al juicio de invalidez. Es decir, que antes de considerar a
una norma jurídica como constitucionalmente inválida, es necesario agotar
todas las posibilidades de encontrar en ella un significado que la haga
compatible con la Constitución y que le permita, por tanto, subsistir dentro del
ordenamiento; de manera que sólo en el caso de que exista una clara
incompatibilidad o una contradicción insalvable entre la norma ordinaria y la
Constitución, procedería declararla inconstitucional. En esta lógica, el
intérprete debe evitar en la medida de lo posible ese desenlace e interpretar las
normas de tal modo que la contradicción no se produzca y la norma pueda
salvarse. El juez ha de procurar, siempre que sea posible, huir del vacío que se
produce cuando se niega validez a una norma y, en el caso concreto, de ser
posibles varias interpretaciones, debe preferirse aquella que salve la aparente
contradicción. La interpretación de las normas conforme a la Constitución se
ha fundamentado tradicionalmente en el principio de conservación de ley, que
se asienta a su vez en el principio de seguridad jurídica y en la legitimidad
democrática del legislador. En el caso de la ley, fruto de la voluntad de los
representantes democráticamente elegidos, el principio general de
conservación de las normas se ve reforzado por una más intensa presunción
de validez. Los tribunales, en el marco de sus competencias, sólo pueden
declarar la inconstitucionalidad de una ley cuando no resulte posible una
interpretación conforme con la Constitución. En cualquier caso, las normas
son válidas mientras un tribunal no diga lo contrario. Asimismo, hoy en día, el
principio de interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento a
la Constitución, se ve reforzado por el principio pro persona, contenido en el
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México, procrearon al menor “Y”, el seis de enero de dos mil nueve. Este hecho se
acredita con el acta de nacimiento del menor, que obra en la hoja ciento setenta y
nueve de actuaciones;
5.- Que ambas partes decidieron separarse como pareja el uno de mayo de
dos mil doce. Hecho que se acredita con la confesión expresa de ambas pates
vertidas en sus escritos de demanda y contestación a la misma (hecho nueve), así
de la respuesta a la posición doce que dio el demandado a la confesional de
posiciones a su cargo, desahogada en la audiencia principal de diecinueve de
febrero del año en curso;
6.- Que desde la llegada a México por parte del demandado “Z”, labora en
una agencia de publicidad denominada DDB MÉXICO, S.A. DE C.V., lugar en que
tiene una jornada laboral de lunes a jueves de nueve de la mañana a seis treinta de
la tarde y los días viernes de nueve de la mañana a las tres de la tarde, con la
posibilidad de modificación de su horario o para cambiarlo en cualquiera de los
turnos establecidos por la ley, pudiendo ingresar a laborar más temprano o más
tarde, según sea el caso. Hecho que se acredita con la contestación a los hechos
tres y cuatro de la demanda, así como con el contenido del informe expedido por
dicha empresa en fecha dieciocho de marzo de dos mil catorce, que obra en la hoja
cuatrocientos veintiséis de actuaciones;
7.- Que la empresa en que labora el demandado, es una empresa
multinacional, por lo que “Z” atendiendo al tipo de empleo que tiene, realiza viajes a
distintas ciudades del país y al extranjero y que con motivos de viaje en su empleo
ha dejado de ver a su menor hijo ocasionalmente durante esos viajes. Lo anterior se
acredita con la respuesta dada a las posiciones siete, ocho y veinticinco del pliego
sobre el que versó el desahogo de la confesional de posiciones a cargo del
demandado (hojas trescientos cincuenta y dos y trescientos cincuenta y tres);
8.- Que actualmente el demandado tiene una nueva relación de pareja, siendo
la tercera, la primera fue con X, la segunda con Y y la tercera con una persona
desconocida. Este hecho se acredita con la respuesta dada por el demandado a las
posiciones diez, veintiséis y veintisiete del pliego que se formuló al demandado en la
confesional de posiciones a su cargo;
9.- Que en su primera relación de pareja con la señora X, procreó a dos hijas
que radican en Buenos Aires Argentina, de nombres X y Y, por esa razón el
demandado estableció un régimen de visitas y convivencias con la progenitora de
sus menores, para visitarlas en ese lugar. Lo anterior se acredita con la
contestación al hecho siete de la demanda y la respuesta a la posición once del
pliego que se formuló al demandado en la confesional de posiciones a su cargo;
10.- Que no otorga pensión alimenticia alguna a favor de “X”, puesto que la
cantidad de DIECISÉIS MIL PESOS que se comprometió a pagar por concepto de
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pensión, es para el pago de alquiler del inmueble en que habita la actora y su menor
hijo; que paga los gastos de colegiatura e inscripción del menor, más el 50% de los
gastos de vestido, medicinas y honorarios médicos del menor, y el 50% de los
gastos relativos al vehículo que usa la parte actora para su transportación, siendo
una camioneta de la marca Jeep Patriot Modelo 2010. Lo anterior se acredita con lo
expresado en la contestación al hecho diecisiete de la demanda, hojas sesenta y
nueve y setenta de actuaciones;
11.- También está acreditado que en el mes de diciembre de dos mil trece la
parte actora y su menor hijo viajaron a Buenos Aires, Argentina, lugar en que el
menor convivió con distintos familiares, como se aprecia de las placas fotográficas
visibles en las hojas trescientos veintisiete a la trescientos treinta y dos de
actuaciones, respecto de las cuales en la continuación de la audiencia principal de
fecha diecinueve de febrero del año en curso, este órgano jurisdiccional en ejercicio
de la facultad oficiosa que le confiere los artículos 1.250 y 1.251 del Código Adjetivo
Civil, le pidió al demandado que bajo protesta de decir verdad, se pronunciara
respecto a esas imágenes, habiendo expresado así, que reconoce algunas persona
que aparece en las mismas y otras no, entre ellas, reconoció al menor conviviendo
con los padres de la accionante, así como sus hermanos, incluso con la hija del
demandado, de nombre X, así como la progenitora del demandado, de nombre Z,
así como de algunas amigas de “X”, lo que expresó el demandado y que se
identificaron en las imágenes fotográficas con los números romanos I a IX .
12.- En términos del dictamen en materia de psicología que la Licenciada X
realizó a “X”, se advierte que ésta manifestó vivir sola con su hijo en Hacienda la
Antigua número 48, piso 10, departamento 2, en Huixquilucan, y expresó que se
siente sola y triste por no estar con su familia, que le brinde seguridad, afecto y
reconocimiento;
13.- En términos de ese mismo dictamen, se advierte que tanto la accionante
X” como “Z”, mantienen una relación de cordialidad, afecto y juego simbólico con su
menor hijo; y
14.- Que a partir del día siete de abril de dos mil catorce, la parte actora “X” y
su menor hijo se encuentran en Buenos Aires, Argentina, hecho que se corrobora
con el contenido de la promoción 4418 de ocho de abril de dos mil catorce, que obra
en las hojas cuatrocientos setenta y cuatro y cuatrocientos setenta y cinco de
actuaciones.
Conforme a estos hechos que se encuentran plenamente acreditados, se
hace manifiesto, que el motivo por el cual la accionante “X” se trasladó a México, fue
por la relación de pareja que sostenía con el demandado en Argentina, desde el año
dos mil cinco y por la propuesta de trabajo de “Z” en nuestro país, por parte de la
empresa transnacional DDB MÉXICO S.A. DE C.V., así como la propuesta del
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demandado para con la accionante, de hacer una vida en común, para fundar una
familia y mejorar profesional y económicamente; lo anterior inició al momento en que
la accionante ingresó a la República Mexicana como dependiente del demandado,
estableciendo su domicilio familiar en la colonia Hacienda de las Palmas de este
Municipio, siendo así como procrearon al menor aludido.
Ese fin se satisfizo hasta el momento en que tuvo lugar la separación de las
partes, que fue el uno de mayo de dos mil doce, fecha a partir de la cual la parte
actora se quedó a vivir acompañada de su menor hijo en el domicilio familiar; desde
ese momento, las partes pactaron un régimen de visitas y convivencias, mediante el
cual el progenitor convivía con su menor los días martes y los fines de semana.
Con lo anterior se hace manifiesto que el objetivo por el cual las partes
decidieron trasladarse a México y vivir como pareja, no tenía lugar ya, el proyecto de
familia no se consolidó; contrario a ello, la progenitora y su menor hijo empezaron a
vivir solos a partir de mayo de dos mil doce, siendo por ello muy limitada la
convivencia tanto del accionante, como de su menor hijo; en tanto, que el
demandado siguió con su vida profesional y laboral, consolidándolo, tan es así, que
en términos del informe que obra en la hoja cuatrocientos treinta y uno, tiene un
sueldo bruto de CIENTO DOS MIL NOVECIENTOS SESENTA PESOS, y tiene la
posibilidad de viajar a distintas ciudades del país y el extranjero; aunado a que el
mismo inició una nueva relación con una tercera pareja, como lo confesó en las
posiciones veintiséis y veintisiete del pliego que obra en la hoja trescientos
cincuenta y tres, en las que incluso expresó que el tiempo de visita con su menor hijo
lo comparte también con su nueva pareja.
Lo anterior es considerado como perjudicial al menor, al ya no ver la
consolidación de su familia, al no ver ya juntos a sus señores padres y convivir con la
nueva pareja de “Z”, lo anterior dada la edad con la que cuenta el mismo, por lo que
le puede causar problemas emocionales. Por esta razón, se encuentra justificado lo
expresado por la parte actora a la perito, en el sentido de que se siente sola y triste,
por no estar con su familia, que le brinde seguridad, afecto y reconocimiento,
considerándose así justificada su petición de que se le autorice el cambio de
domicilio y de residencia a la República de Argentina, porque en tal lugar se
evidencia plena convivencia en lo personal de “X” con su familia paterna, sus
hermanos, amigos, así como la convivencia, del menor con esa familia, incluso con
la familia del propio demandado, como él mismo lo expresó que reconoció algunas
imágenes fotográficas de su hijo conviviendo con su hija de nombre X y progenitora
de éste.
Determinación que también se justifica, al estar plenamente acreditado que el
demandado tiene dos hijas en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina de nombres X y
Y, con quienes ejerce su derecho de visita y convivencia que pactó con la
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progenitora de éstas, por lo que si ejerce ese derecho de visita y convivencia para
con sus dos hijas, nada le impide que en ejercicio de ese derecho, también visite y
conviva en Buenos Aires, Argentina con su menor hijo.
Pertinente resulta señalar, que la accionante “X” tiene un nivel académico de
Licenciatura en Relaciones de Trabajo (hecho que se acredita con lo expresado a la
perito en Psicología, así como con lo expresado por la propia accionante en la
confesional de posiciones a su cargo), y trabaja en una empresa de publicidad móvil,
teniendo la posibilidad de mantener su trabajo en Buenos Aires, como lo expresó el
Director de Administración y Finanzas de la empresa HUNTMADS S.A. en el informe
de quince de enero de dos mil catorce, que obra en la hoja trescientos nueve; lo
relativo a la profesión de la parte actora, así como de la oferta de trabajo en
Argentina, y que la misma puede obtener una fuente laboral de ingresos en su país
de origen, es del pleno conocimiento del demandado, como lo expresó al dar
respuesta a las posiciones treinta, treinta y uno y treinta y dos del pliego de
posiciones a que se ha hecho referencia, por tanto, se encuentra plenamente
acreditado la posibilidad que tiene la accionante, de conseguir un trabajo y solventar
la manutención de su menor hijo en aquél país.
Respecto a la convivencia e identificación afectiva del menor para con sus
progenitores, está fuera de discusión que es buena con ambos padres, no obstante
lo anterior, este órgano jurisdiccional velando por el interés superior del menor,
concluye que la vida que ha tenido el menor a partir que la separación de sus padres,
ha sido muy limitada en su desarrollo emocional, afectivo, social y familiar, porque su
convivencia se limita a la realizada con su progenitora, quien ejerce la guarda y
custodia del mismo, así como la convivencia con su progenitor en los días martes y
fines de semana; contrario a esa convivencia limitada, de las imágenes fotográficas a
que se ha hecho referencia (visible en las hojas trescientos veintisiete a la
trescientos treinta y dos), se hace manifiesto y patente la convivencia pletórica,
armónica, saludable y familiar del menor para con la familia de ambos progenitores.
Por supuesto que la anterior consideración no implica que este órgano
jurisdiccional reste importancia a la convivencia del demandado con su menor hijo y
lo relativo a su crianza, que por supuesto es una necesidad y un derecho para
ambos, sin embargo, esa convivencia es limitada, al ya no existir el proyecto de
familia que el demandado propuso a la accionante, así como al tener una nueva
relación con una tercera pareja, también al tener un empleo que lo absorbe en
tiempo, al laborar de lunes a jueves de las nueve de la mañana a las seis treinta de
la tarde y los días viernes de nueve de la mañana a las tres de la tarde, con la
posibilidad de modificación de su horario, para cambiarlo en cualquiera de los turnos
previstos por la ley, al ser la fuente laboral una empresa transnacional y salir de viaje
por cuestiones de trabajo tanto al interior de la república, como al extranjero.
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accionante y su menor hijo, se encontraba muy limitada a partir de que tuvo lugar
la separación y en una situación de vulnerabilidad, al encontrarse en riesgo de
perder su trabajo al haberse trasladado la administración de la empresa en que
laboraba a la Ciudad de Buenos Aires, como se ha puntualizado.
Consecuentemente, al haberse realizado el pronunciamiento sobre guarda
y custodia del menor y solicitud de autorización de cambio de domicilio y
residencia de la accionante con su menor hijo a la República de Argentina, a
continuación se procede a determinar lo conducente sobre el derecho de un
régimen de visitas y convivencias del demandado “Z” con su menor hijo “Y”;
lo anterior, en atención a que el infante no se encuentra bajo la guarda y custodia
de su progenitor, sin embargo, velando precisamente por el interés superior del
menor, mediante el cual tiene derecho a conocer su identidad y convivir con sus
padres, con apoyo en el segundo párrafo del artículo 4.205 del Código Civil en vigor
y los dispositivos 4, 7, 9, 10, 11 y 18 de la Convención de los Derechos del Niño, que
previenen lo relativo al fortalecimiento de los lazos filiales, y establecen que el
derecho de convivir no es únicamente en beneficio de los padres, sino que también
implica un derecho supremo del menor, para propiciar su sano desarrollo, salvo
cuando la convivencia no se permita, en cuyo caso es necesario demostrar, que la
convivencia entre el menor con sus progenitores es perjudicial; circunstancia que no
quedó probada en autos; por tanto, es procedente establecer un régimen de
convivencia entre el menor con su progenitor, siendo de manera libre para “Z”, es
decir, cuando tenga la posibilidad de ir a Buenos Aires, República de Argentina,
convivirá con su menor hijo; lo anterior es posible, en atención a que está
plenamente acreditado que el demandado ejerce su derecho de visita y convivencia
respecto a sus dos hijas de nombres X y Y, por lo que al hacer esa visita y
convivencia, bien existe la posibilidad de que visite y conviva con su hijo “Y”.
Estableciéndose como obligación para la progenitora, de cuando menos una vez al
año, se traslade con su menor hijo a la República Mexicana, para que permita la
convivencia del menor con su progenitor, debiendo ponerse de acuerdo para ello con
el demandado, en etapa de ejecución de sentencia, con el apercibimiento que de no
ser así, se establecerá que sea en algún periodo vacacional, lo que habrá de
determinarse en el momento procesal oportuno.
Previniéndose para ello, a la accionante para que permita las facilidades
necesarias que hagan factible el régimen de convivencia decretado, que tendrá lugar
en los términos precisados, mientras subsistan las condiciones de ambos
progenitores en cuanto a sus lugares de residencia y de empleo; sin perjuicio de que
dicho régimen se pueda modificar en lo futuro de acuerdo a las necesidades y
condiciones del menor.
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R E S U E L V E
JUEZ SECRETARIO