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¿ABORTO EN SIGLO XXI?

En las esferas de nuestra sociedad, se debaten las posiciones sobre el aborto. En ese sentido, se

aferran posiciones radicales en contra del aborto, por el contrario, otras, defienden

apasionadamente el aborto, como un “derecho de las mujeres”. Teniendo en cuenta la evolución

del ser humano, desde ese principio animal muy nómada, luego, sedentario y hasta nuestro

tiempo; hemos llevado la tecnología a un alto nivel, donde la ciencia ha florecido a pasos

agigantados. La ciencia médica en su máximo esplendor, con su grande emblema de brindar

protección a la salud humana, y por ende, preservar y asegurar una mejor calidad de vida a

nuestra sociedad… en base a nuestros grandes y florecidos avances científicos, es posible

considerar: ¿Aborto en siglo XXI?

Las posiciones a favor y en contra del aborto, recopilan determinaciones desde la moralidad,

la política y el ámbito jurídico, no obstante, años atrás era un proceso totalmente condenable.

Una determinada población de la humanidad, pretenden adoptar los sistemas de aborto y

suicidio asistido como un componente fundamental de “Derechos Humanos Universales”.

Actualmente, las organizaciones internacionales más importantes, como la OMS

(Organización Mundial de la Salud) y la ONU (Organización de las Naciones Unidas), son

obstinadas con presiones internacionales pro-abortistas. Es así, como la OMS manifiestan un

sistema de favorabilidad, mediante protocolos específicos y óptimos para la realización del

aborto por personal médico calificado (“OMS | Manual de práctica clínica para un aborto

seguro,” 2016). Y lentamente o ligeramente, el aborto parece ingresar y estar andando por los

caminos de “Derechos humanos Universales”.

Las conferencias y debates sobre Planificación Familiar, han sido orientados y dominados por

el aborto. Es bastante difícil aceptar y ver que nuestra sociedad “evolucionada”, con avances

científicos y tecnológicos inigualables, sea la generación que está llevando la bandera pro-
aborto. Aunque, el aborto actualmente no sea considerado como un sistema de planificación

familiar, el discurso predominante de determinados movimientos sociales, son dar viabilidad a

las arquitecturas de planificación familiar pro-aborto, es decir, que se legalice y se auspicie el

aborto como un nuevo método de planificación familiar. Grupos como International Planned

Parenthood, Marie Stopes International e Ipas, son los que empuñan las banderas pro-abortistas

y reclaman la expansión del aborto. Así mismo, la ONU, promueve en su sistema de Derechos

Humanos, el aborto. Es decir, amplifican el aborto y el suicidio asistido como componente

fundamental de los “Derechos Humanos Universales”.

Es reprobable, que seamos la generación más evolucionada, sin embargo, una de las más

inmorales… son muchos los métodos anticonceptivos, que invalidarían esos millones y

millones de abortos legales e ilegales que son practicados en el mundo entero. Desde niños se

presenta en nuestras instituciones de educación métodos, alternativas de prevención y cuidados

en las etapas de la sexualidad. Son innumerables charlas especializadas que se brindan, y, sin

embargo, no tienen aceptación en nuestra sociedad, por lo que se opta por adoptar las corrientes

pro-abortos. La ciencia médica ha avanzado en procesos de planificación anticonceptiva, tanto

para mujeres como para hombres, los sistemas de Salud Públicas y determinadas instituciones,

brindan acceso gratuito y especializado. Por tanto, cometer una atrocidad de estas, es más de

una generación “poco evolucionadas”, el lugar, de una generación de “retroceso”.

Y crece ésta denigración a pasos tan agigantados, que parece que se nos salió de las manos.

Quienes intentamos defender el valor de la vida del feto o embrión, somos considerados la

generación de “retroceso”… las agencias y asociaciones como USAIDS (Agencia de

Asistencia Internacional Estadounidense) y la Organización de Ayuda Cristiana Wordl Vision,

han quedado reducidas e ilimitadas para afrontar las tendencias abrumadoras pro-abortistas1.
Las corrientes LGTB y grupos abortistas, están impacientes reclamando derechos de “libertad”,

y esto, se brindaría más bien a circunstancias de libertinaje que por libertad… los legisladores

pro-aborto no descansan, y unidos a estas organizaciones reclaman fondos monetarios para

realizar y ejecutar sus procedimientos. Así mismo, la ONU mañosamente va generando las

expectativas de estos grupos y en manuales como: “Una guía práctica para el acceso de las

mujeres a la programación de justicia”(ONU-MUJERES, 2015). Ameritan y visualizan la

importancia enfática de la despenalización del aborto.

Pero no todo está perdido. Aunque parezca que nuestra generación sea de doble moral. Donde

nos duele más si un animal es golpeado, que un niño pierda su familia en la guerra; donde, nos

importa más los problemas del prójimo; donde, aplaudimos nuestra idiotez de intentar sacar la

pajita del ojo de nuestro semejante, cuando en el nuestro hay es una viga; que nos interesa más

un partido de fútbol, que las manipulaciones nefastas de la corrupción; y lamentablemente, nos

dolería más, si el hombre practica un aborto a una hembra animal, que si permitimos que ese

mismo hombre practique un aborto a una mujer… y de repente, duele saber que somos la

generación más evolucionada, eso duele… que se perdió la cordura y amamos mejor la

destrucción.

La mayoría de los países consideran el aborto con determinadas restricciones, sin embargo,

éstas parecen ser solo farándula, pues no retienen la avalancha pro-aborto. Sus bases para

justificar el aborto principalmente radican, por eventualidad de violaciones, riesgos para la

madre y cuando el feto posee malformaciones o enfermedades que le impedirán desarrollarse

naturalmente. En Colombia el aborto es legal de acuerdo a las anteriores premisas, lo cual está

considerado en la Sentencia 355-06 de 2006 (Dalén, 2011).

¡Pero no todo está perdido! Aunque se levantan grandes vallados en favor del aborto, estamos

una generación que avanzamos en la moralidad, en el respeto por la vida y el establecimiento


de todos los medios para evitar tocar las puertas del aborto. Según la OMS, en el periodo de

2010-2014 la estadística determinó que se produjeron en promedio 56 millones de abortos por

año (Salud, 2016). Más del número de la población de Colombia, perecieron en los valles del

aborto.

La gran parte de la sociedad se ha volcado para protestar a favor del aborto, y aún, la ciencia

médica está prestando su desarrollo para lucrarse; nuestra generación, la más evolucionada en

ciencia y tecnología, se está precipitando en ese libertinaje. Han hecho del aborto una

“solución” para muchos embarazos no deseados. Se ha perdido la moral en nuestra sociedad y

parece que la Biblia, no está tan mal de profetizar para nuestra generación: “entonces a lo bueno

le dicen malo, y a lo malo bueno”.

Referencias

Dalén, A. (2011). El aborto en Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, Escuela de

Estudios de Género.

OMS | Manual de práctica clínica para un aborto seguro. (2016). WHO.

ONU-MUJERES. (2015). Cómo gestionar evaluaciones con enfoque de género. Manual de

evaluación. 180.

Salud, O. M. de la. (2016). Prevención del aborto peligroso Sede Web. Oms.

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