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POR UNA VIDA

SIN VIOLENCIA
POR
UNA
VIDA
SIN
VIOLENCIA
Introducción
La violencia contra las mujeres o también llamada “violencia
de género”, impide que las mujeres ejerzan a plenitud sus
derechos humanos y sus libertades fundamentales.

Esta violencia se comete tanto en los espacios públicos como


en los privados: en las calles, los centros de trabajo, las
escuelas y el interior de los hogares. La violencia puede ser
ejercida por desconocidos, vecinos, jefes o compañeros de la
fábrica u oficina, así como por el novio, esposo o algún in-
tegrante de la familia.

La violencia contra las mujeres es un obstáculo para el buen


desarrollo, la convivencia y la paz social de los pueblos.

Este folleto tiene el propósito de contribuir a la erradicación


de este delito y ayudar a comprender por qué ocurre y qué se
puede hacer para erradicarlo.

Las mujeres podrán reconocer aquí los distintos tipos y


modalidades de violencia, identificar si son víctimas de ella y
conocer a dónde pueden acudir para recibir apoyo.

También esperamos que los hombres cambien sus comporta-


mientos y mentalidades, para que juntas(os) vivamos una vida
libre de violencia.

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La violencia contra las mujeres o violencia de género
consiste en una serie de acciones, expresiones y abusos
que los hombres ejercen sobre las mujeres, basada
en una idea equivocada de superioridad masculina. Este
tipo de violencia se manifiesta de diversas maneras en
la vida de las mujeres, que van desde la discrimina-
ción, menosprecio, agresiones físicas o psicológicas,
entre otras, y puede llegar hasta el feminicidio.

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Muchos hombres creen que la opinión de las mujeres no es
importante, usan un lenguaje discriminatorio y ven a las
mujeres no como personas con sentimientos y emociones, sino
como objetos sexuales que pueden usar a su antojo.

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Desde pequeños a
los hombres se les
enseña
a ser agresivos,
competir para ganar,
imponer, atacar,
conquistar, vencer.

Los hombres han dominado por muchos años el espacio público


(el ámbito laboral, la calle, la política, la economía, las institucio-
nes) y han ejercido esta forma de poderío también en el espacio domés-
tico, es decir en el hogar. Las agresiones verbales y físicas producen
inseguridad, dañan la autoestima y provocan miedo en las víctimas.
Durante mucho tiempo esta violencia ha sido tolerada tanto en el
ámbito privado como en el público.
Esta desigualdad e impunidad ha hecho que los hombres imaginen y
piensen que las mujeres valen menos y que son de su propiedad.

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Y a las niñas, en
cambio, se les enseña a
ser sumisas, obedientes,
a callar y a ceder.

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La violencia contra las mujeres puede presentarse
en todos los lugares, como la calle, la oficina, la
escuela y el hogar, y la ejercen todo tipo de perso-
nas: jefes, vecinos, compañeros de trabajo, parientes,
esposos, pareja, novios o personas desconocidas.

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Los medios de comunicación hacen aparecer a las mujeres y
niñas en situaciones de subordinación e inferioridad. Las imágenes
presentan la violencia como algo “normal” y “aceptable”.
La pornografía distorsiona las relaciones entre los sexos, y
convierte el cuerpo de las mujeres en una mercancía dispo-
nible según los deseos masculinos.
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Algunos estudios han indicado que la
violencia es cíclica y puede presentar
tres fases, las cuales pueden aparecer de
manera consecutiva o no consecutiva. La
primera es la tensión, la cual se mani-
fiesta a través de insultos, humillaciones
y hostilidad. La segunda son las agresio-
nes, que llegan a ser físicas, emociona-
les y sexuales. La tercera es cuando el
agresor pide perdón y jura que no
volverá a ocurrir.

Muchas veces las mujeres viven en este


círculo vicioso, pues cree que ella puede
cambiar el comportamiento del agresor o,
peor aún, piensa que la violencia se dio
porque ella la provocó (es común que el
agresor diga que no fue su culpa, que no
lo hubiera hecho si no le hubieran dado
motivos). ¡Cuidado!, la espiral de violencia
llega cada vez más lejos y en muchos
casos el agresor no se detiene y provoca
la muerte de la víctima.

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La violencia contra las mujeres puede presentarse de diferentes
formas. De acuerdo con los medios que utilizan los agresores y los
daños que producen, los tipos de la violencia son:

Violencia Física: son todas las acciones u omisiones


1 intencionales que causan daño a la integridad físi-
ca, como golpes, empujones, cachetadas, pellizcos,
mordidas, mutilaciones, heridas, jalones de cabello,
aventones, etcétera.

2 Violencia Patrimonial: Son todas las acciones u


omisiones que ocasionan daños o menoscabos en
los bienes muebles o inmuebles o en el patrimo-
nio de las mujeres. Esta violencia puede consis-
tir en la sustracción, destrucción, desaparición,
ocultamiento o retención de objetos, documentos
personales, bienes, valores o recursos económicos.

Violencia Psicoemocional: Son todas las acciones u omisiones


3 dirigidas a desvalorar, intimidar o controlar sus acciones,
comportamientos y decisiones; consiste en prohibiciones, coac-
ciones, condicionamientos, intimidaciones, insultos, amenazas,
celos, desdén, indiferencia, descuido reiterado, chantaje, hu-
millaciones, comparaciones destructivas, abandono o actitudes
devaluatorias. Este tipo de violencia es muy peligrosa, ya que
el daño no se percibe a simple vista.

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Violencia Económica: Son aquellas acciones
4 u omisiones que afectan la economía de las
mujeres, a través de limitaciones que buscan
controlar los ingresos económicos; incluye
por ejemplo: la percepción de un salario
menor por igual trabajo, la explotación
laboral, la exigencia de exámenes de embara-
zo en el trabajo, o la negación de alguna
promoción o ascenso por ser mujer.

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Violencia Sexual: Son todas las acciones u omisiones que
5 amenazan, ponen en riesgo o lesionan la libertad, seguri-
dad, integridad y desarrollo psicosexual de las mujeres; por
ejemplo las miradas o palabras lascivas, prácticas sexuales
no voluntarias, acoso, violación, explotación sexual comer-
cial, trata de personas o el uso denigrante de la imagen
de las mujeres.

Violencia contra los Derechos Reproductivos: Son las ac-


6 ciones u omisiones que limitan o vulneran el derecho de las
mujeres a decidir libre y voluntariamente sobre su función
reproductiva, en relación con el número y espaciamiento de
las hijas e hijos, el acceso a métodos anticonceptivos, el
acceso a una maternidad elegida y segura, a servicios obs-
tétricos de atención prenatal y de emergencia, así como a
servicios de aborto seguro en el marco previsto por la ley.

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Violencia Feminicida: Constituye la forma extre-
7 ma de violencia contra las mujeres, producto
de la violación de sus derechos humanos y
puede culminar en homicidio u otras formas de
muerte violenta de mujeres.

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La violencia contra las mujeres adquiere diversas modalidades, de acuer-
do a los lugares (públicos o privados) donde ocurre.

Las modalidades de violencia contra las mujeres son:

1. Violencia Familiar: Es aquella que puede ocurrir dentro o fuera del


domicilio de la víctima, la persona agresora es aquella con quien se
tiene o ha tenido algún parentesco por consanguinidad o por afinidad,
derivada de concubinato, matrimonio, o sociedad de convivencia (padre,
esposo, pareja, tío, abuelo, hermano, etcétera).

2. Violencia Laboral: Se ejerce en el ámbito laboral, por ejemplo cuando se


niega a contratar a las mujeres o a respetar su permanencia en un tra-
bajo; incluye también las descalificación al trabajo realizado, las amenazas,
la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación
por condición de género. Las personas agresoras suelen ser los jefes, jefas
o compañeras y compañeros de trabajo.

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3. Violencia Docente: Es aquella que daña la autoestima de las
alumnas o maestras con actos de discriminación por su sexo, edad,
condición social, académica, limitaciones o características físicas; los
agresores pueden ser maestras o maestros, directores, prefectos,
alumnos.

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4. Violencia en la Comunidad: Es aquella cometida de forma individual
o colectiva, que atenta contra la seguridad e integridad personal de
las mujeres, y que puede ocurrir en el barrio, colonia, en los espa-
cios públicos o de uso común, de libre tránsito o en inmuebles públicos.
Provoca discriminación, marginación o exclusión social.

5. Violencia Institucional: Son los actos u omisiones de las servidoras


y servidores públicos que discriminen o tengan como fin dilatar, obsta-
culizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las
mujeres, así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas
a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos
de violencia.

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Todas las mujeres tienen el derecho humano a vivir una vida libre de
violencia, este derecho se encuentra reconocido en la Ley de Acceso de
las Mujeres a una Vida libre del Violencia para el Distrito Federal, que
entró en vigor el 8 de marzo de 2008.

La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida


libre de Violencia para el DF surge en respuesta al
compromiso que el Gobierno de la Ciudad de México ha asumido por
respetar y garantizar los derechos humanos de las mujeres. Este or-
denamiento responde también a los compromisos contraídos por el esta-
do Mexicano en diversos ordenamientos internacionales, tales como la
Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Pre-
venir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Belem
do Pará.

La Ley contempla tres ejes rectores de actuación: prevención, atención


y acceso a la justicia. Para las mujeres víctimas de violencia se prevé
el establecimiento de casas de emergencia; contempla también la emisión
de órdenes de protección de emergencia, preventivas y de naturaleza civil,
para salvaguardar la seguridad de las mujeres y las víctimas indirectas;
así como la representación legal para las mujeres, a través de abo-
gadas victimales. Además, incluye la alerta de género con el objetivo
de implementar acciones de emergencia para garantizar el cese de la
violencia feminicida.

La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida libre del Violencia para
el DF, coloca como fundamental la reparación del daño y el acceso de
las mujeres a la justicia; destacan como directrices fundamentales: el
derecho de las víctimas a ser tratadas con respeto, a ser valoradas y
educadas libres de estereotipos y a acceder a procedimientos expeditos y
accesibles de procuración y administración de justicia.

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Es importante que sepas que, para favorecer el acceso de las mujeres
a la justicia, recientemente, el 18 de marzo de 2011, en la Ciudad de
México se realizaron modificaciones el Código Penal del DF; así los
tipos y modalidades de la violencia se encuentran incluidas en dicho
Código y constituyen un delito que debe sancionarse.

Estas modificaciones son un avance importantísimo en materia de aten-


ción a la violencia contra las mujeres.

Ahora, en la Ciudad de México, el camino para acceder a la justicia


es más corto.

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¿Qué hacemos para erradicar de nuestra
sociedad la violencia contra las mujeres?

La cultura, los valores y pre-


juicios influyen en la manera de
pensar, sentir y actuar de las
personas. Muchas veces a la
violencia se le minimiza, se le
justifica o hasta se le hace apa-
recer como sinónimo de “hombría”
o como algo “gracioso”.
Algunas frases coloquiales, pe-
lículas, canciones, cierta progra-
mación en la televisión, etcétera,
refuerzan estos comportamientos
y nos dejan una visión equivocada
que nos puede confundir.
Aquí te presentamos algunos
mitos que podemos empezar a
desterrar de nuestros pensamien-
tos y comportamientos:

“Los trapos sucios


se lavan en casa”
¡Falso! En ocasiones, ante la
violencia familiar las víctimas
se callan y las personas que
son testigos no intervienen
por un supuesto respeto a la
intimidad. Ningún acto que dañe
a una mujer puede ser conside-
rado como algo privado.
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“Las mujeres provocan la violencia de los hombres”
¡Falso! Ninguna víctima es culpable de la violencia que se
ejerce en su contra. En ocasiones los agresores se escudan
diciendo que fueron las mujeres quienes provocaron la agre-
sión, esto es absolutamente falso. Sin importar el lugar, la
circunstancia, el tipo, el tiempo o la hora en la que se perpe-
túa la violencia, las mujeres no son responsables de ésta.

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“La violencia sólo existe en las familias pobres”
¡Falso! La violencia ocurre en todos los grupos de la sociedad, sean
éstos acomodados, adinerados, de clase media o de escasos recursos.

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“Estaba borracho, por eso lo hice”
¡Falso! Los hombres violentos niegan sus agresiones y no recono-
cen esta conducta, escudándose en haber estado bajo el efecto del
alcohol o de alguna droga. El hecho es que estos hombres suelen
ser violentos con o sin la influencia de estupefacientes. No hay que
confundirse ni caer en el engaño.

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“Si la mujer no lo deja, es porque
le gusta”
¡Falso! Se piensa que si la mujer aguanta es porque le gusta que
la maltraten, sin reconocer que muchas veces existe dependencia
económica, falta de relaciones afectivas dónde apoyarse, pérdida de
autoestima, depresión, miedo y hasta amenazas.

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“Cuando las mujeres dicen No es SÍ”
¡Falso! Nada más absurdo que eso. Algunos hombres pien-
san que las mujeres no se atreven a expresar sus deseos e
intentan decidir por ellas. ¡Cuando una mujer dice que NO, es
NO!

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Debemos comenzar a erradicar los mitos de la cultura machista, los
cuales reproducen la violencia en contra de las mujeres, en detri-
mento de toda nuestra sociedad.
La violencia no es un asunto “natural”; en esta Ciudad muchas pare-
jas practican la equidad en sus relaciones a través de la colabora-
ción, la búsqueda común de soluciones a los problemas que plantea
la supervivencia, la distribución del trabajo doméstico, la igualdad
de derechos y obligaciones, el aprecio, la comprensión, el cariño, el
amor y la solidaridad. ¡Podemos comenzar desde hoy!

¡Recuerda que vivir sin violencia es un derecho de todas las mujeres!


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Si te encuentras en el hogar y crees que tu integridad y la de tu
familia está en riesgo, ten en cuenta los siguientes consejos:

1. Mantén a la mano tanto tus documentos personales y los de las


víctimas indirectas (hijas, hijos, madre, hermanas, tías, etcétera).
Incluye en esos documentos: actas de nacimiento, CURP, comprobantes
de domicilio, escrituras y todo documento que acredite la propiedad de
un bien (una casa, un auto, etcétera). No olvides los documentos que
demuestren algún trámite legal en contra del agresor, como denun-
cias o actas que haya levantado.

2. Ten a la mano los números telefónicos a los cuales puedes


solicitar auxilio.

3. Ten a la mano números telefónicos y direcciones de personas que


te puedan brindar ayuda. Incluye los números de tus vecinas, vecinos
y familiares.

4. Prepara los objetos de uso personal, tanto tuyos como los de


las víctimas indirectas (hijas, hijos, hermanas, etcétera), las cua-
les tendrías que llevar contigo en caso de salir de tu hogar (ropa,
materiales de trabajo, etcétera).

5. Comentar con algunas personas de tu confianza que eres víctima


de violencia o que tienes temor de serlo. Avísales que podrías reque-
rir de su ayuda en algún momento. Puedes establecer alguna clave
o señal que le permita identificar que requieres su ayuda para, entre
otras cosas, llamar a una patrulla, llamar a una ambulancia, lla-
mar a tus familiares, solicitar ayuda a alguna institución, etcétera.
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¿Qué hacer y a dónde acudir en
caso de violencia?
En la Ciudad de México existen programas y servicios dirigidos a
para prevenir, atender y sancionar la violencia contra las mujeres.
Acércate a ellos para recibir asesoría legal y psicológica, atención
médica, acompañamiento y orientación especializada.

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¡No estás sola!

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Programas y servicios que el Gobierno de
la Ciudad de México te ofrece:

Unidades del Instituto de las Mujeres de la Ciudad


de México. Hay una Unidad del Inmujeres DF en cada
Delegación donde se proporcionan asesorías jurídi-
cas y psicológicas, talleres, pláticas; grupos de
prevención de la violencia. Llama al 5512•2831 ext.
121 para conocer la ubicación más cercana a tu do-
micilio o búscanos en internet en
www.inmujeres.df.gob.mx

Programa de Prevención y Atención a la Violencia


de Género (Secretaría de Salud del DF). Llama al
51321200 ext. 1027 y 1679 o acude a tu Centro de
Salud más cercano.

Centro de Terapia de Apoyo, CTA (Procuraduría Gene-


ral de Justicia del DF). Llama al 5200•9632 o acu-
de a Calle Enrique Peztalozzi, No. 1115, Col. Del
Valle, Del. Benito Juárez.

Programa Línea Mujer de Locatel:


Llama al 5658•1111.
Medidas de Protección para mujeres víctimas de vio-
lencia. La Procuraduría General de Justicia del DF
tramita ante las y los jueces del Tribunal Supe-
rior de Justicia del DF, las medidas de protección;
tienes derecho a ser tendida los 365 días del año.
Acude a Calle General Gabriel Hernández, No. 56,
esq. Dr. Lavista, Col. Doctores, del. Cuauhtémoc, o
llama al 5345•5248.
Seguro contra la violencia familiar (Dirección
General de Igualdad y Diversidad Social de la Se-
cretaría de Desarrollo Social del DF). Llama al
5510•2131 ext.113 para obtener información sobre
este programa.

Centro de Atención a la Violencia Familiar (CAVI):


Acude a Calle General Gabriel Hernández, No. 56,
esq. Dr. Lavista, Col. Doctores, del. Cuauhtémoc, o
llama al 5345•5248.
Unidades de Atención y Prevención de la Violencia
Familiar, UAPVIF (Dirección General de Igualdad
y Diversidad Social de la Secretaría de Desarro-

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llo Social del DF). Brindan asesorías legales y
psicológicas a víctimas de violencia. Llama al
5510•2131.
Programa de Reinserción Social para Mujeres Víc-
timas de Violencia Familiar (IASIS). Llama al
5510•2131 ext.113 para obtener información sobre
este programa.

Tratamiento psicoterapéutico a personas generado-


ras de violencia (Procuraduría General de Justicia
del DF): Pregunta al 5345•5058.

Programa para Prevenir la Trata de Personas, el


Abuso Sexual y la Explotación Sexual Comercial In-
fantil (Procuraduría General de Justicia del DF):
Infórmate en el 5200•9632 o acude a Calle Enrique
Peztalozzi, No. 1115, Col. Del Valle, Del. Benito
Juárez.

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Por una vida sin violencia
Se terminó de imprimir en noviembre de 2011 en los talleres de Corporación Mexicana de Impresión

Texto:
Lucero González e Inmujeres DF

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