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Presentado por:
Camila Andrea Aguilar Patiño
Silvia Sofía Bellizzia Silva
Juan David Ruiz Casallas
David Oswaldo Sánchez Calderón
Juanita Vargas Camelo
Docente:
Pablo Ignacio Reyes Beltrán
Asistente docente:
Ana Marcela Benavides Ramirez
Justificación
Como parte del plan de estudios y la exposición en clase, se trata de dar solución a una
pregunta-problema de acuerdo al tema dado: el liberalismo económico. Se decide enfocar la
amplia temática del liberalismo económico a un espacio temporal específico, el siglo XIX, por
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ser conocido como “el siglo del liberalismo” ya que es aquí donde se evidencia el mayor
desarrollo e influencia de dicha doctrina económica. Consecuentemente, se escudriñan dos
posturas seleccionadas, positivista y crítica, frente a la temática para así conocer de una manera
objetiva la misma y de ésta manera, poder formular la pregunta de investigación que será resuelta
a partir de la postura crítica.
Este proyecto se realiza con el fin de aportar en el aula de clase una visión crítica en cuanto a
lo social sobre el liberalismo económico haciendo uso de los autores que de este tema han hablado
anteriormente para así identificar las condiciones que dieron paso a la acentuación de la
desigualdad social en el siglo XIX con la implementación de esta doctrina económica.
Cabe aclarar que la pregunta se contestará desde los planteamientos de los autores críticos
porque es esta precisamente la que ve en las desigualdades sociales un problema, contrario a los
autores positivistas que ven en ello algo natural. Y es que desde el grupo investigador se ve esta
situación como un verdadero problema de toda sociedad puesto que la diferencia entre sectores
sociales es abismal, esto gracias al liberalismo y luego al capitalismo.
Pregunta de Investigación
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1. Estado del Arte
Malthus y la pobreza
En primer lugar, para poder desarrollar la teoría del liberalismo económico y asimismo, su crítica,
es necesario remitirse a la teoría de Adam Smith, quien propone los fundamentos y la teoría para
el desarrollo del liberalismo como modelo económico. Su planteamiento inicia con la idea de que
el Estado Interventor, aquel Estado que regula e interviene en la economía para la época de vida
de Smith, era un modelo obsoleto y afuncional, por tanto el autor propone un modelo totalmente
opuesto en el cual el mercado se regula a sí mismo mediante leyes de mercado, el liberalismo.
Su enfoque será expuesto en su libro La riqueza de las naciones (1776). Como precedente para
proponer el liberalismo económico, Smith recurre a la crítica del mercantilismo, hablando de una
economía que ya no piense la riqueza como la acumulación de metales preciosos; para él la
riqueza debe verse en el capital.
Riqueza = Acumulación de Capital
Como ya se dijo antes, para Smith lo importante será el capital. Para explicar su teoría, se puede
decir que el autor se encuentra haciendo constante comparación entre el individuo, la persona y
lo internacional. Smith “conecta la naturaleza humana con las políticas públicas cuando sostiene
que los individuos son egoístas por naturaleza motivados para perseguir aquellas actividades
económicas que sirven a su mejor interés.” (Vargas, 2007. p. 69), es decir, reconoce que el ser
humano busca su bienestar por su simple existencia y esto genera a su vez competencia con otros
individuos (de la misma forma en lo internacional) desde que el humano tuvo que buscar las
estrategias para sobrevivir.
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De este modo, al existir dicha competencia, cada persona debe velar por sus intereses y no
depender de la piedad del otro porque, como ya lo dijo Vargas, todos son egoístas, nadie es
benevolente; esta es la importancia de la acumulación de capital para el individuo, si no tiene
capital, no puede sobrevivir porque dependerá de personas que buscan su propio beneficio y no
el de los demás. Finalmente, todas esas actitudes individuales de egoísmo se transmiten y repiten
en el sistema internacional en donde cada Estado debe competir con los demás para no ser
oprimido. Es esa la esencialidad del capital, sobrevivir en el mundo de la competencia: sin capital
no se es competente, ergo, no se sobrevive.
División del trabajo
Otro punto que destaca Smith en “La riqueza de las naciones” es la división del trabajo, antes de
explicar a que hace referencia el autor con ello es preciso decir que, siguiendo el modelo de
acumulación de capital, para adquirir dicho capital será necesario trabajar, de esa manera, el
trabajo se convertirá en lo sagrado, y esto constituirá el paso de una sociedad que se dedica a
contemplar a una que requiere trabajar.
Así como la acumulación de capital debe ser, en la naturaleza de las cosas, previa a la división
del trabajo, el trabajo también puede ser mas subdividido solo en proporción a la cantidad de
materiales que el capital haya acumulado previamente.
Dicho esto, ahora es posible sintetizar la idea de Smith acerca de este apartado. Para él, es
necesario fragmentar los procesos productivos en otros procesos más pequeños y simples esto
con el fin de: 1. Aumentar la cantidad de producción, 2. Aumentar la rapidez de producción, 2.
Mayor capacidad de empleados en una industria, 3. Capacidad de contratación de personal que
puede no tener conocimiento o experiencia en el manejo de un material.
Adicional a lo ya mencionado, esa sacralización del trabajo tiene otra razón de existencia: le
representaría al trabajador un salario mediante el cual el contratante le arrebataría la propiedad
sobre su mano de obra mediante un pago por las tareas que haga para él, para Smith es claro que
el liberalismo permite el desarrollo económico no solo del Estado sino de cada individuo porque
se le incentivará a, con los pocos residuos que le deja su salario, a acumular capital.
Estado mínimo > Economía autorregulada
Este es uno de los aspectos que más caracteriza al liberalismo económico de Smith. Para cuando
Smith teoriza este modelo económico y antes, el Estado es quien regula la economía, se encarga
del ajuste de precios, de la cantidad de producción, etc., en resumen es un Estado Interventor;
esto no es aceptable para Smith, él afirma que es más viable un Estado que se mantenga alejado
de la economía, un estado mínimo, y que la economía, a su vez, se regule por sí misma.
Para darle forma a su propuesta, Smith plantea 2 leyes del mercado por medio de las cuales este
se autorregula sin necesidad del Estado.
- Mano Invisible: Con esta ley se dice que el mercado se regulará por sí mismo gracias a los
intereses particulares de cada individuo, es decir, la suma de estos llevara a la economía a buscar
automáticamente su máximo bienestar.
- Ley de Oferta y Demanda: Esta plantea una relación entre la cantidad de producto que hay en
el mercado (oferta) y la exigencia por parte del consumidor de dicho producto. Así, el mercado
debe dedicarse a satisfacer necesidades de los clientes manteniendo la cantidad de producto
requerida en el mercado para no generar descontento entre los compradores y, a la vez, no generar
excedente innecesario de oferta. En un panorama ideal, dicha autorregulación por esta ley
desembocará en lo que Smith llamó el ‘Punto de Equilibrio’.
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Por otra parte, un elemento que para efectos del presente trabajo es esencial y que además de ello
nos permite encontrar relaciones con la teoría de David Ricardo que, como lo explica Pardo
(2000), “El hecho de que Adam Smith y David Ricardo pertenecieran a la escuela económica
clásica no significa que ambos coincidieran totalmente en sus ideas y argumentos. A pesar de
compartir una misma visión de economía política, la época y el ambiente en que sus vidas se
desarrollaron fueron distintos y, en esas circunstancias, sus apreciaciones sobre la manera en
que el sistema económico opera pudieron diferir.”; este elemento es la desigualdad social.
Para Smith la desigualdad es simplemente natural, existe si existe el liberalismo, aun así, hace la
claridad en decir que el hecho de que económicamente (y por tanto socialmente) seamos
desiguales no significa que nuestros derechos lo sean, seguimos teniendo las mismas libertades
y, en teoría capacidades. Además de esto, la desigualdad está directamente ligada con la
obtención de salarios puesto que esto conlleva una expropiación de la mano de obra. Sin embargo,
Smith reconoce que no hay que reaccionar ante este problema puesto que es innato de la
economía.
Noam Chomsky: la desigualdad
Chomsky, en su obra Requiém por el Sueño Americano, aborda la desigualdad tomando como
enfoque la búsqueda del sueño americano que, en palabras suyas, no es más que una propaganda
y de la realidad que rodea a la potencia Estado Unidos. Así pues
la desigualdad actual no tiene precedentes. En términos absolutos se trata de uno de los peores
momentos de la historia de los Estados Unidos pero, si se analiza en profundidad, es evidente
que proviene de la extrema riqueza de un minúsculo sector de la población, la pequeña fracción
del uno por ciento. En otros períodos, como en la Edad Dorada* de finales del siglo xix o los
locos años veinte, se vivió una situación parecida, pero nuestra época es un caso extremo. Un
análisis actual de la distribución de la riqueza muestra que la desigualdad proviene
principalmente de la superriqueza: literalmente, el uno por ciento de la población es
inmensamente rico. (Chomsky, 2017).
Esta desigualdad, para él, se ha producido por los cambios políticos económicos y sociales a lo
largo de la historia, pues el gobierno ha trabajado de tal manera que brinda beneficios a los
superricos marginando a los que no lo son.
En lo que respecta a la visión de Karl Marx, el pensador encuentra tres puntos de discrepancia
con el liberalismo económico. El primero corresponde a lo expresa, junto con Federico Engels
en el Manifiesto del Partido Comunista de 1848. Donde da a entender una serie de antagonismos
entre clases sociales: “Hombres libres y esclavos [...], en una palabra, opresores y oprimidos, en
lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya disimulada; una guerra
que termina siempre, bien por una transformación revolucionaria de la sociedad, bien por la
destrucción de las dos clases antagónicas” (Marx y Engels, 1848, p. 25). Esta diferenciación
explícita entre clases sociales demuestra su papel histórico y da paso al establecimiento del
proletariado y la burguesía como la dualidad antagonista de la sociedad capitalista; el primero el
cual vive en constante opresión por el segundo de acuerdo con las políticas económicas que
establece el liberalismo y que consecuentemente caracterizan el capitalismo. La clase burguesa
se considera como ese pequeño grupo de la sociedad que ejerce el poder sobre los medios de
producción y que trata a los obreros como una mercancía y los obliga a venderse al detal como
cualquier otro artículo de comercio. Este antagonismo de clase indica las bases para la
desigualdad social del siglo XIX, debido también en parte a la educación recibida por cada una
de las partes, en donde la burguesía, al tener razones como estar involucrada en la posesión de
riquezas materiales necesitó mayor preocupación en este ámbito.
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El segundo punto corresponde a la propiedad privada, el pilar fundamental del liberalismo
económico. Marx afirma que esta debe ser abolida, para que de esta manera, la abundancia sea
colectiva y por consiguiente desaparezcan las clases sociales. “La propiedad privada actual, la
propiedad burguesa es la última y la más perfecta expresión del modo de producción y
apropiación basados en los antagonismos de clases, sobre la explotación de los unos sobre los
otros. En este sentido los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición
de la propiedad privada” (Marx y Engels, 1848, p. 51). Mientras los liberales consideran a la
propiedada privada como una base para el establecimiento de cualquier civilización, Marx la
concebía como un obstáculo que provocaba la opresión hacia la clase proletaria.
Finalmente, lo que respecta al tercer punto es el tema de la religión. Por un lado, los liberales se
mantuvieron agnósticos, pero consideraban que la religión era para la plebe inculta; y para Marx,
la religión era el enemigo de la prosperidad porque no les dejaba ver las cosas.
Hipótesis
Debido al enfoque individualista y competitivo que tiene el mercado autorregulado liberal, se
acentuó la desigualdad entre clases sociales en el siglo XIX, a partir de mecanismos como la
acumulación originaria de capital por vía de la desposesión, la concentración y la privatización
de los medios de producción provocando la desigualdad social, ocasionando un nuevo fenómeno
social conocido como pobreza.
2. Marco Teórico
Dado que este proyecto va encaminado a identificar las condiciones que dieron paso al
aumento de la desigualdad social en el siglo XIX con la implementación del liberalismo como
doctrina económica, será necesario establecer unos ejes conceptuales relacionados con esta y con
las teorías que hacen parte de ella. Así como posiciones críticas existentes con el fin de que sirvan
de soporte y de guía en la comprensión del proyecto y puedan establecer las bases teóricas para
cumplir con su objetivo.
Liberalismo económico
Para empezar, el liberalismo, propiamente en el siglo XIX se caracterizó por ser un modo de
pensamiento que confía al mercado un papel determinante en la formación, organización y
evolución de las relaciones sociales. Así como afirma Kervegan (1991): “[…] para esta
concepción, el mercado autorregulado, se organiza entonces de manera esencialmente no política.
Es decir, esta esfera se encuentra expulsada.”
Así como en cualquier otra doctrina económica, “las teorías de Smith y de Ricardo sobre el
libre comercio se apoyaban en bases puramente lógicas. Para tener un efecto práctico en la
política, estos argumentos tenían que convencer a los grandes grupos de influencia de que el libre
comercio los beneficiaría.” (Cameron & Neal, 1990). Frente a esta doctrina, ha salido una
contraparte crítica que se tomará para la analizar los conceptos a tratar en este marco teórico:
marxismo.
En lo que corresponde a una posición crítica marxista, se puede destacar el juicio que se tiene
sobre el capitalismo, la propiedad privada, siendo estas las causantes de la relación dominantes-
oprimidos. En lo que concierne al primer elemento, Godínez (2018) afirma que “el liberalismo
antecede indudablemente al término capitalismo”, lo cual implica que el capitalismo constituye
uno de los pilares fundamentales del liberalismo económico, al tratarse de una consecuencia
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provocada por este. “Uno de los principales enfoques de la crítica marxista al modelo liberal
consiste en una temática común en la que se encasilla al capitalismo como un sistema casi
diabólico - lleno de fallas debido a que se basa en la explotación del proletariado (quienes venden
su mano de obra a un precio injusto pero no cuentan con medios de producción) por parte de la
burguesía (dueños de todo el capital que no trabajan sino que viven lujosamente de las rentas de
sus negocios) queriendo mostrarse semejante a la esclavitud.” (Pineda, Carmona y Marín, 2014,
p. 5). Entonces, se ve en esto una clasificación de la sociedad entre proletariado y burguesía que
demuestra la brecha social existente en la europa del siglo XIX.
Pero, viendo esta consecuencia desde la perspectiva de Marx, esta se caracteriza por “el cambio
del capital variable por la fuerza de trabajo viva, con la consiguiente eliminación del obrero del
producto” (Marx, 1867, p. 663) Por lo que el significado, que él le asigna al papel de los obreros
dentro del sistema capitalista, se limita a considerar como productivos a aquellos que produzcan
plusvalía, es decir a aquellos que producen para el capital; esta premisa está consignada en su
libro El Capital (1867): “La producción capitalista no es ya producción de mercancías, sino que
es, sustancialmente, producción de plusvalías” (Marx, 1867, p. 631). Su punto de vista, permite,
además de ver el papel del obrero, la comprensión del proceso económico y de la evolución de
la humanidad a través del “modo de producción”, pues la lucha entre clases sociales por el control
de los medios de comunicación deja en evidencia, lo que Cameron y Neal (1990, p. 28)
consideran como el “elemento dinámico”.
Desigualdad social
A este punto, se evidencia ya una distinción entre clases sociales, de cual Marx y Engels hacen
mención en El Manifiesto Comunista (1848) “La historia de toda la humanidad hasta nuestros
días no ha sido sino la historia de la lucha de clases” (p. 25). La lucha de clases se da, en la época
de la burguesía, entre la clase proletaria y la burguesía; esta última se ha formado sobre los medios
de producción, además de que “ha aglomerado la población, centralizando los medios de
producción y concentrando la propiedad en un pequeño número de manos” (Marx y Engels, 1848,
p. 33). Esta distribución de la propiedad produce una desigualdad social que la lucha tiene como
objetivo acabar.
“Las desigualdades sociales cuyo aumento debería ser aceptado hasta el límite de lo tolerable, a
menudo se consideran útiles para un crecimiento que terminará por beneficiar a todos y, por tanto,
legítimas.” (Valier, 1993). En este sentido, si bien esta teoría económica no pretende eliminar las
clases sociales, si defiende su limitación, no apuesta por su aceptación total porque entiende que
se abrirían grandes brechas, sin embargo, la implementación de este modelo económico refleja
el beneficio de pocos, y esto, sin duda, es una apertura de las desigualdades sociales.
Retomado como un análisis de los ajustes espacio-temporales propuesto por Harvey sobre las
crisis de sobreacumulación de capital -con base en el concepto de “caída de la tasa de ganancia”
de Marx- que se ven en el capitalismo.
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Explica que las crisis se ven reflejadas en un excedente de fuerza de trabajo y de capital, que si
no se devaluan sistémicamente se deben ejercer ciertas acciones para controlar los excedentes.
Una de esas maneras es la del ajuste espacial que propone Harvey, pero que, en palabras de él,
se debe complementar con una temporalidad puesto que son “inversiones de largo plazo en
infraestructuras físicas y sociales (por ejemplo, en redes de transporte y comunicaciones,
educación e investigación) cuyo valor tarda muchos años en realizarse a través de la actividad
productiva a la que contribuyen.” (Harvey, 2004). Por ende, terminó atribuyendo la volatilidad
del capitalismo en los años de crisis a unos ajustes espacio-temporales que no funcionaron.
Sin embargo, en el momento de hablar de la acumulación del capital, volvió a refugiarse en Marx
y su concepto acumulación orginaria que, de acuerdo con Marx (1867, p. 910) los obreros libres
no se encuentran en la misma dirección en que se encuentran los medios de producción, es decir,
no son dueños de estos. De esta forma, la producción capitalista reproduce y acentúa esta
incompatibilidad. Es por esto que “La llamada acumulación originaria, no es, más, pues que el
proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción” (Marx, 1867, p.
910) y es considerado histórico porque responde a los resultados de la transformación de la
estructura de la sociedad feudal.
Pero, al considerarlo poco pertinente pues era algo que seguía en curso, decidió reemplazarlo por
el concepto de acumulación por desposesión. Descrito por Harvey, el concepto de Marx
Como la crítica marxista ha destacado, el liberalismo económico junto con sus pilares: el
capitalismo y la propiedad privada, han conseguido provocar una distribución desigual de las
riquezas, que consecuentemente han provocado el surgimiento de un nuevo problema: la pobreza.
En palabras de Cameron y Neal (1989, p. 19) se resume en: “¿Por qué unas naciones son ricas y
otras pobres? Esta pregunta aparentemente simple remite al fondo de uno de los problemas
contemporáneos más apremiantes: el del desarrollo económico desigual.” Pero ¿qué es de por sí
la pobreza?
La pobreza podría definirse, de acuerdo Victor Isidro (2013, p. 91) quien cita a la Cepal (2003 p.
16) como un “fenómeno social y económico complejo, que tiene múltiples facetas y causas”
(Como se cita en Isidro, 2013). Lo que indica que este nuevo problema se relaciona y depende
del contexto histórico propio de cada nación. Sin embargo, para los clásicos como Smith o
Ricardo, la pobreza vendría siendo la cualidad del hombre que carece de ingresos o servicios, o
que por lo menos, estos son insuficientes para perpetuar su raza. Textualmente Smith (1997, p.
66) menciona al respecto que “el hombre ha de vivir de su trabajo y los salarios han de ser, por
lo menos, lo suficientemente elevados para mantenerlo. En la mayoría de las ocasiones es
indispensable que gane algo más que el sustento, porque de otro modo sería imposible mantener
una familia y la raza de esos trabajadores no pasaría de la primera generación.” De esta manera,
se crea una relación estrecha entre el concepto de pobreza con la distribución de la riqueza.
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Por otro lado, Karl Marx, en El Capital, realiza una analogía entre el pecado original y la
acumilación de capital, donde da a entender que en el sistema capitalista, los obreros o
trabajadores se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para conseguir a cambio los elementos
necesarios para su subsistencia:
3. Objetivos
I. Objetivo General
Establecer las condiciones que dieron paso a que el liberalismo, como doctrina
económica, acentuará desigualdades sociales en el Siglo XIX.
● Caracterizar el liberalismo como modelo económico en el siglo XIX por medio del
diálogo entre las teorías clásicas-positivistas y las críticas
● Construir una interpretación crítica del problema de investigación a partir de los
planteamientos desarrollados por Noam Chomsky, Karl Marx, Víctor Manuel
Moncayo y David Harvey
● Reconocer las características y mecanismos resaltados en los planteamientos de Noam
Chomsky, Karl Marx, Víctor Manuel Moncayo y David Harvey para demostrar la
desigualdad social que generó una economía autorregulada
4. Referencias
Cameron, R., & Neal, L. (1990). Historia económica mundial. Madrid: Alianza editorial.
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Chomsky, N. (2011). El beneficio es lo que cuenta. Barcelona: Crítica.
Harvey, D. (2003). “Capítulo IV: La acumulación por desposesión” en: “El nuevo
imperialismo”. Madrid: Ediciones Akal.
Moncayo, V. (2004). “Capítulo II: Sobre las transformaciones del Estado Capitalista” en:
“El Leviatán Derrotado: Reflexiones sobre teoría del Estado y el caso colombiano”.
Bogotá: Grupo Editorial Norma, pp. 75-91.
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Cepal
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