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¿Por qué desear?

(Fragmentos)

Por Jean Francois Lyotard.

… Sócrates cuenta en el Banquete que Diotima, una sacerdotisa de Mantinea, le describió


así el nacimiento del amor, Eros: “Cuando nació Afrodita, los dioses celebraron un banquete y,
entre otros, estaba Poros, el hijo de Metis. Después que terminaron de comer, vino a mendigar
Penía, como era de esperar en una ocasión festiva, y estaba cerca de la puerta. Mientras, Poros,
embriagado de néctar – pues aún no existía el vino -, entró en el jardín de Zeus y, entorpecido por
la embriaguez, se durmió. Entonces Penía, impulsada por su carencia de recursos, planea hacerse
un hijo por Poros. Se acuesta a su lado y fue así como concibió a Eros. Por esta razón,
precisamente, es Eros también acompañante de Afrodita, al ser engendrado en la fiesta del
nacimiento de la diosa y al ser, a la vez, por naturaleza, un amante de lo bello, dado que Afrodita
también es bella.

La condición, el destino de Eros procede, evidentemente, a decir de Diotima, de su


herencia: “Siendo, pues, hijo de Poros y Penía, Eros se ha quedado con las siguientes
características. En primer lugar, es siempre pobre, y lejos de ser delicado y bello, como cree la
mayoría, es, más bien, duro y seco, descalzo y sin casa, duerme siempre al raso y descubierto, se
acuesta a la intemperie en las puertas y al borde de los caminos, compañero inseparable de la
indigencia por tener la naturaleza de su madre. Pero, por otra parte, de acuerdo con la naturaleza
de su padre, está al acecho de lo bello y de lo bueno; es valiente, audaz y activo, hábil cazador,
siempre urdiendo alguna trama, ávido de sabiduría y rico en recursos, un amante del conocimiento
a lo largo de toda su vida, un formidable mago, hechicero, y un sofista. No es por naturaleza ni
inmortal ni mortal, sino que en el mismo día unas veces florece y vive, cuando está en la
abundancia, y otras muere, pero recobra la vida de nuevo gracias a la naturaleza de su padre. Mas
lo que consigue siempre se le escapa, de suerte que Eros nunca ni está falto de recursos ni es rico.”
¿QUÉ SE AMA CUANDO SE AMA?

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida


o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer


ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra


de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

Gonzalo Rojas

En Contra la muerte, 1964.


Erotismo

Erotismo es una palabra formada a partir del griego ἔρως: érōs con que se designaba al amor
apasionado unido con el deseo sensual. Tal sentimiento fue personificado en una deidad: Eros
(Téngase en cuenta que en griego moderno la palabra erotas alude al amor romántico).

En castellano y otros idiomas modernos el término «erotismo» connota y denota a todo lo


relacionado con la sexualidad y no simplemente con el acto sexual físico sino también todas sus
proyecciones. De este modo el erotismo puede observarse en combinación con la libido, término
más usado por el psicoanálisis de tipo freudiano. El erotismo trata de todo aquello que emana de
nuestra zona libídica y está relacionado con el sexo y con el amor erótico vis-à-vis el amor cáritas.
El adjetivo erótico nos indica que el tema a tratar está relacionado con el sexo dependiendo del
sustantivo al que califica. Tenemos, por ejemplo, la pintura erótica o la moda erótica.

La dicotomía entre el amor erótico y el amor romántico no es por lo general absoluta, aunque ha
quedado para el aspecto romántico la asociación principal con el amor (en cuanto a que un
verdadero amor es altruista y se supone sublima la sensualidad), es por tal dicotomía que ya en la
Antigüedad los griegos tendían a distinguir entre el eros y el ágape (siendo el segundo el amor
solidario y, pudiera decirse, romántico), tal distinción se tradujo al latín como la existente entre la
cupiditás y la caritás.

En las religiones y sistemas de creencias siempre está presente el erotismo, aunque se lo puede
encontrar en dos facetas aparentemente muy opuestas: por ejemplo en el cristianismo católico los
textos místicos de san Juan de la Cruz y Las Moradas de santa Teresa de Ávila poseen una retórica
llena de un sublimado erotismo dirigido a la deidad, mientras que en otras religiones (como las de
los fenicios, mesopotámicos etc.) existía una prostitución sagrada que llegó a la Grecia clásica, en la
Roma Antigua se hace notorio el contraste entre la "lujuria" con abundante arte erótico o, más que
entre los griegos, directamente pornográfico y la severa castidad y virginidad impuesta a las
vestales. Tales antinomias dentro de un mismo sistema religioso se evidencian asimismo en el
hinduismo donde existen movimientos promotores de las más rigurosas ascesis opuestas a lo
libidinoso junto a exaltaciones de la sexualidad como ocurre con el conocido texto del Kama Sutra
o las imágenes de templos como los de Suria y Khajuraho.

La palabra más usada comúnmente y procedente del inglés es "sexy" que vendría a reflejar el interés
erótico de una persona o de un objeto.

En el mundo de los objetos, el erotismo puede confundirse con el fetichismo que es la derivación,
hacia objetos o partes del cuerpo, de la libido; de tal manera que la vista o una simple imagen real o
mental de esa parte del cuerpo provoque en el fetichista un deseo sexual.

Del erotismo se consiguen libros enteros dedicados a explicar técnicas y cómo ponerlas en práctica.
Un exponente muy divulgado del erotismo literario es el Marqués de Sade que en su época fue
catalogado como depravado por ejercer el libertinaje de manera pública y por acompañar el tema de
las relaciones sexuales con fuertes dosis de violencia.
Una percepción más intelectual del erotismo lleva la cuestión a ámbitos en los cuales se supone una
ausencia del mismo, por ejemplo la obra escultórica realizada por Bernini: el Éxtasis de Santa
Teresa representa al arrobamiento místico con la expresión de una mujer en estado de éxtasis físico.

El erotismo es un dispositivo complejo (ya que abarca diversos componentes de lo subjetivo y lo


social y desde la bioquímica hasta el arte) que genera atracción sexual y que puede ser canalizado
adecuadamente para lograr completa satisfacción de las personas si no afecta de un modo concreto
negativamente a otras.
El Amor

El amor es considerado como el conjunto de sentimientos que se manifiestan entre seres capaces de
desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. El amor no sólo está circunscrito al género
humano sino también a todos aquellos seres que puedan desarrollar nexos emocionales con otros,
por ejemplo, delfines, perros, caballos, etc.

Amor humano
En el ser humano, el amor es un sentimiento real, consistente y profundo que intensifica las
relaciones interpersonales entre un sujeto y otro que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el
encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse más completo o complementado en su
existencia. El amor comienza con el sentimiento de atracción y admiración de un sujeto hacia otro,
que puede ser o no ser correspondido.

Por otra parte, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado. El dar sin recibir a
cambio, el sacrificar y anteponer las necesidades del ser amado por sobre las propias sin que uno lo
considere como sacrificio sino como oportunidad para prodigar el sentimiento, suele ser
considerado amor "verdadero" o "sano".

Para Erich Fromm el amor es un arte[1] y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se
aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión,
elección y actitud.

El amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de como se retroalimente
ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación
depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios
o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía,
voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).

Tipos de amor

Agnolo Bronzino, Alegoría de Venus y Cupido, hacia 1540-1545. Londres, The National Gallery.
El amor representado por los dos dioses acompañados por los "celos" (centro-izquierda), el
"engaño" (centro-derecha), la "necedad" (arriba a la izquierda) y el "tiempo" (arriba a la
derecha).Por otro lado, en las relaciones del hombre con su medio, el amor puede significar una o
más de una de las manifestaciones siguientes del amor, todas ellas relacionadas en mayor o menor
grado. Por ejemplo:

Amor fraternal entre familiares: nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la


familia. Amor de un padre a un hijo, etc.

Amor fraternal hacia los amigos: nace de la necesidad del hombre de socializar.
Amor romántico: nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción
y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha
expectativa, definida en la psiquis.
Amor sexual (deseo).
Amor al prójimo: nace del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar.
Amor a los animales: nace en la necesidad de sentirse protector de los animales.
Amor hacia algo abstracto o inanimado: una idea, una meta, a la patria (patriotismo) o al lugar de
nacimiento, al honor y a la independencia (integridad).

Amor a los principios: depende de la aplicación de una norma o regla que es "amada". Por ejemplo,
el amor al principio de ayudar al débil, a la norma de no hacer contra otros lo que no queremos que
ellos nos hagan, etcétera.

Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer en la educación recibida desde la infancia.
Considera a Dios como la fuente de todo amor y se basa en la Fe. En la mayoría de los casos, se
considera que tras la muerte Dios premiaría de alguna forma a las personas que la correspondiente
religión considera virtuosas.

Amor personal.
Amor platónico.
Amor Universal: el que todas las personas pueden llegar a sentir por el medio natural y que los
grandes místicos experimentan como Nirvana.

Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo conciente o inconciente hacia alguien o
algo o la realización de sus objetivos.

Algunos idiomas, como el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor mejor
que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las
cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y amor afectivo
o familiar respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas,
históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras totalmente, por lo
que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional) siendo utilizada con el mismo
significado que eros (amor sexual o romántico). Sin embargo, algunas terminologías vulgares en
español como por ejemplo filito, originado de 'filia, genera jerarquías de seriedad o duración de la
pareja.

Perspectivas sobre el amor

Perspectiva biológica

Amor maternal (cuadro de William-Adolphe Bouguereau, 1869).El concepto de amor no es una


noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos
significados), por lo cual resulta difícil explicarla en términos biológicos. Sin embargo, desde el
punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la
supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más
importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y
trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia).
Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama
"amor" que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones sexuales con
individuos del mismo género (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones
sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana; comportamientos
altruistas son observados desde individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones
milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar
dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas
excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos
(como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los
niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos
(atracción sexual, enamoramiento y amor estable).

Perspectiva psicológica

Tras las investigaciones efectuadas acerca del amor, Robert J. Sternberg propuso 3 componentes:

La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el
acercamiento, el vínculo y la conexión.

La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y
necesidades.

La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese
amor.

Estos tres componentes se pueden relacionar entre sí formando diferentes formas de amor:
intimidad + pasión, pasión + compromiso, intimidad + compromiso, etc.

Por su parte, analizando la preeminencia de una u otra de estas distintas prioridades que motivan los
vínculos amorosos, algunos autores como John Lee proponen una serie de arquetipos amatorios.

Perspectiva histórica y cultural

Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, 250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de
Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, México).Si bien el amor está fundado en capacidades
y necesidades biológicas como el placer sexual y el instinto de reproducción, tiene también una
historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los
trovadores[2], al cristianismo, al movimiento romántico, etcétera), pero los vestigios arqueológicos
de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños,
los coterráneos, entre otros, por lo cual las interpretaciones que postulan que el amor en general es
una construcción cultural específica no parecen fundadas.

Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas
del sexo opuesto como hacia aquellas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento,
los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo
masculino. En algunos idiomas, la palabra "amor" no existe.
Reseña mitológica sobre el amor: el mito del andrógino
En la mitología griega, eran tres los sexos: lo masculino era en un principio descendiente del sol; lo
femenino, de la tierra; y lo que participaba de ambos, de la luna. Y precisamente, como la luna, eran
circulares ellos mismos y su manera de avanzar. Eran, pues, terribles por su fuerza y su vigor y
tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Entonces Zeus y los demás
dioses deliberaron y se encontraban ante un dilema, ya que ni podían matarlos ni hacer desaparecer
su raza, fulminándolos con el rayo como a los gigantes - porque entonces desaparecerían los
honores y sacrificios que los hombres les tributaban -, ni permitir que siguieran siendo altaneros.

Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: "Me parece que tengo una estratagema para
que continúe habiendo hombres y dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo, en
efecto -continuó- voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más
útiles para nosotros, al haber aumentado su número. Así pues, una vez que la naturaleza de este ser
quedó cortada en dos, cada parte echaba de menos a su mitad, y se reunía con ella, se rodeaban con
sus brazos, se abrazaban la una a la otra, anhelando ser una sola por naturaleza. Desde hace tanto
tiempo, pues, el amor de unos a otros es innato en los hombres y aglutinador de la antigua
naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Así pues, cuando se tropiezan con aquella
verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor,
de manera que no están dispuestos a separarse.

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