Sunteți pe pagina 1din 14

Sentencia y ejecución de líderes de la Revolución Comunera:

José Antonio Galán y Túpac Amaru II

Carolina Galindo Poblador1

1. Lo que queda de la Revolución Comunera: importancia de una mirada


retrospectiva

De acuerdo con el historiador Mario Aguilera Peña, la Revolución comunera


de la Nueva Granada no tuvo una gran importancia dentro de la
historiografía sino hasta inicios del siglo XX, como resultado de la necesidad
de encontrar elementos históricos en la construcción de la clase obrera y la
recuperación de movimientos populares2. Hasta ese momento la
historiografía se había centrado en esfuerzos de construir una identidad
nacional a partir del papel de las élites y de la construcción de personalidades
heroicas como mito fundacional3, la independencia como el momento en que
convergían las fuerzas revolucionarias en contra de la opresión española.

Algunos historiadores como Indalecio Liévano Aguirre serán pioneros en la


reconstrucción de la historiografía, tratando de mostrar nuevas miradas
sobre el movimiento independentista, que adicionalmente darán lugar a la
reivindicación de las luchas populares encarnadas fundamentalmente en el
movimiento comunero de 1781.

El redescubrimiento del valor de la lucha comunera, no solo para efectos de


la identidad nacional, sino también como forma de explicar fenómenos
sociales actuales ha sido la razón por la cual he decidido retomar algunos
aspectos del movimiento comunero para el presente trabajo. No obstante es
necesario aclarar que no haré mención in extenso de los fenómenos derivados
de esta revolución, me detendré particularmente en el juzgamiento y
ejecución de los líderes más importantes de este movimiento: de un lado José
Antonio Galán como máximo representante del movimiento comunero en
Colombia y por otro lado Túpac Amaru como le presentante más importante
en el orden latinoamericano, del movimiento comunero que recorrió
América.

1
Abogada y magister en Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Correo dcgalindop@unal.edu.co.
2
Aguilera Peña, Mario. Los Comuneros: guerra social y lucha anticolonial. Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia. 1985. Página 2
3
Al respecto, Miguel Ángel Urrego, en “Reforma Política y Nación en Colombia” cita: “Los criollos
independentistas recurren a la exaltación del pasado indígena para reclamar la defensa de una etnia; al
establecimiento de la imagen del criollo explotado; y a la idea de existencia previa de una nación sometida
por la dominación colonial. Por ello, en las primeras
elaboraciones conceptuales sobre la nación se incluye a todos los sometidos por los españoles. De este
proceso surgió una imagen fundamental del discurso criollo de todas las épocas: la existencia de una
polarización entre europeos y americanos, los primeros ricos y poderosos y los segundos agraviados y
despreciados”. Revista Nómada N° 8. Bogotá: Universidad Central. Marzo de 1998. Página 13.
Buscaré entonces a través del presente documento dos objetivos principales:
1. Hacer una recorrido sobre los principales hechos que dieron lugar a las
ejecuciones de estos líderes y 2. Mostrar como las decisiones jurídicas,
especialmente las de corte punitivo en la colonia tuvieron implicaciones
importantes sobre la articulación de los movimientos sociales.

Así pues plantearé como hipótesis de trabajo que, el movimiento comunero


tuvo dos fases de desarrollo, la primera con una fuerte influencia de élite y la
segunda como un movimiento social auténtico que fue duramente perseguido
y que culminó con la condena a muerte de sus principales líderes: Túpac
Amaru y José Antonio Galán. Las sentencias “escarmentatorias” tuvieron una
importante influencia en la desarticulación del movimiento social en las
colonias españolas de finales del siglo XVIII.

2. Estado del Arte

Como se dijo en la introducción, el papel de las revoluciones comuneras no


fue reivindicado sino a partir de las reconstrucciones historiográficas de
inicios del siglo XX. Como lo explica Mario Aguilera, “Hasta comienzos del
siglo XX predominaban en la historiografía colombiana los estudios sobre los
hechos políticos protagonizados por los miembros de las élites dominantes 4”
la importancia del movimiento comunero se centraba en el papel de los
miembros de la élites como Franciso Berbeo y el Marquéz Jorge Lozano de
Peralta.

Por esta misma razón, fueron los hechos independentistas, promovidos por
las élites neogranadinas, las que reemplazaron el mito fundacional en la
historiografía5. De hecho, historiadores contemporáneos como Marixa Lasso
han entrado a reivindicar el papel de otros sectores sociales diferentes a las
élites criollas, como los pardos6, en los procesos independentistas. Sostiene
Lasso que las élites criollas del cabildo de Cartagena no hubieran logrado
deponer a las autoridades españolas sin el apoyo de los pardos, quienes
cooperaron con el proyecto de las élites criollas a cambio del reconocimiento
de su ciudadanía.

En ese mismo sentido, y como se dijo anteriormente, la reivindicación de la


importancia histórica del movimiento comunero, se realizó por los
historiadores a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando se reconoció
que no solo se trató de un movimiento de las élites en contra de las medidas

4
Ibid Aguilera Peña. Página 1
5
Urrego, Miguel Ángel. “Reforma Política y Nación en Colombia”. En: Revista Nómada N° 8. Bogotá:
Universidad Central. Marzo de 1998. Página 13.
6
Al respecto ver Lasso, Marixa. “Un mito republicano de armonía racial: raza y patriotismo en Colombia
1810-1812”. En Revista de Estudios Sociales N° 27. Bogotá: Universidad de los Andes. 2007.
económicas del rey de España, sino un movimiento social articulado en
contra de las disposiciones de la corona7.

Otro factor que es importante resaltar del movimiento Comunero es que no


se trata de un movimiento exclusivo de la Nueva Granada. Los movimientos
de comuneros se circunscriben en un proceso de reorganización de las
colonias hispanoamericanas8 derivada de las exigencias de las Reformas
Borbónicas y de factores sobre la tenencia de la tierra. Los levantamientos
comuneros más importantes se dieron en la Capitanía General de Venezuela,
la Audiencia de Quito, y el Virreinato del Río de la Plata, así mismo en
Paraguay, 1723; en Caracas, se protestó contra la Compañía Guipúzcoa en
1749; en Quito los motines de 1765 se dirigieron contra la aduana y el
estanco de aguardiente; hasta llegar al gran levantamiento de Túpac Amaru
en el Cuzco en 17809.

Aunque si bien la historiografía no prestó mucha importancia a los hechos


derivados de los levantamientos comuneros, éstos si generaron cierta alarma
en la corona española, que a su vez enfrentaba peligros externos. Es por esta
razón que fueron duramente reprimidos y como producto de esta represión
se dictaron sendas sentencias escarmentatorias contra los líderes más
prominentes. La función del derecho se circunscribe a la desarticulación del
movimiento social y al castigo ejemplarizante que asegurara la no repetición
de los hechos sucedidos.

Otra discusión que se ha dado en torno a los hechos de los levantamientos


comuneros se centra sobre si estos son un antecedente directo de las luchas
independentistas que tuvieron lugar al iniciarse el siglo XIX. Al respecto las
opiniones se encuentran divididas. Algunos historiadores de las escuelas más
conservadores como Vicente Pérez Silva (de la Academia de Historia de
Nariño) consideran que “De las incidencias transcritas, con respeto de los
diversos criterios sobre el tema, podemos concluir que, además de sacudirse
del yugo tributario que los agobiaba, los comuneros que se levantaron a lo
largo y ancho de nuestro territorio, lo hicieron con el ánimo y el
convencimiento de lograr la liberación y la independencia de la Corona
española. Palmario antecedente de la gesta emancipadora de 1810 .”10 No
obstante, otros historiadores consideran que si bien pueden existir algunas
conexiones entre los hechos, los levantamientos comuneros no son un
antecedente de las luchas independentistas por diferencias en los actores y
los fines. Así lo expresa Leslie Bethell “Las rebeliones del siglo XVIII no fueron
7
Aguilera Peña, Mario. “Los Comuneros: de los tumultos a la organización de masas”. En: anuario
Colombiano de Historia Social y de la Cultura Volumen 11. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
1983. Página 89
8
Ibid, Aguilera, Mario. Los comuneros: guerra social… Página 9
9
Rueda Santos, Rigoberto. La rebelión de los Comuneros. En Huellas Digitales, biblioteca digital. Biblioteca
Nacional de Colombia. http://www.bibliotecanacional.gov.co/index.php?idcategoria=39589. Página. 6
10
Pérez Silva, Vicente. Revolución de los Comuneros: revelaciones documentales y otras incidencias. En:
Revista Credencial Especial Bicentenario. Bogotá: 2010. En
http://www.revistacredencial.com/credencial_historia/libros/Bicentenario/revolucion.html
propiamente hablando “antecedentes” de la independencia. Es verdad que las
autoridades españolas las denunciaron como subversivas, ya fuera por miedo
o con propósitos propagandísticos… Sin embargo, aunque los insurrectos no
formularon ninguna idea de independencia, colaboraron en crear un clima
de opinión que los presenta como un reto fundamental al sistema
tradicional.”11

Como se ha visto, en la historia sobre los levantamientos comuneros no se ha


dicho la última palabra, son muchas las discusiones pendientes y las
perspectivas posibles.

3. Justificación

Como se ha visto, la importancia del movimiento comunero para la


historiografía latinoamericana es evidente, es por ello que resulta interesante
hacer un recuento de los hechos más importantes y de la relevancia que para
el caso de este escrito, algunos sucesos como la ejecución de sus principales
líderes.

Se combinan en este documento varios elementos, por un lado un análisis de


fuentes secundarias sobre el movimiento comunero, una mirada a fuentes
primarias respecto de las ejecuciones de sus principales líderes y por último
el recuento de las consecuencias que estas sentencias “escarmentatorias”
tuvieron sobre la desarticulación del movimiento comunero.

4. Marco Teórico y metodológico

Los levantamientos comuneros se dan en un momento histórico marcado por


grandes dificultades para la corona españaola. Por un lado debe mantener un
continuo de guerras externas y por otro lado se ve obligada a responder por
una reforma administrativa de grandes dimensiones.

España es gobernada por Carlos III, un monarca que debe enfrentar dos
grandes desafíos: por un lado los ya incipientes cambios en las formas de
producción y la pérdida de poder económico y político de su corona (frente
a otras potencias como la inglesa) y por otro lado una costosa reforma
administrativa que responde a los desafíos planteados por la arremetida
inglesa en el territorio europeo y sobre las colonias americanas12.

Es un periodo de pequeñas pero desgastantes guerras. Durante el periodo


1756 a 1763 se lleva a cabo la Guerra de los Siete Años, posteriormente, entre
1783 a 1779 se lleva a cabo una nueva guerra contra Inglaterra que
determinó la intervención española en la independencia norteamericana. La
lucha de España se centró en tratar de recuperar su posición de potencia
11
Bethell, Leslie. Historia de Amèrica Latina. La independencia. Barcelona: Editorial Crítica. 2000. Página
32
12
Ibid. Aguilera Peña. Mario. Los comuneros: guerra social…Página 10
frente al resto de Europa y en mantener sus posesiones de ultramar, las cuales
se encontraban amenazadas por el poderío naval inglés13.

Internamente, las reformas realizadas por Carlos III requerían de grandes


inversiones por parte de la Corona: la laicización de la educación, la
reorganización de las Fuerzas Militares y los inicios de la industrialización.
Esta situación desembocó en la necesidad de nuevos impuestos y gravámenes
tanto al interior de la misma España como en los territorios colonizados. Las
colonias no representaban ya para España un negocio lucrativo, según Mario
Aguilera: “Las colonias eran una carga fiscal cada vez mayor y la rentabilidad
de la empresa colonial bajaba: sin embargo, el fisco español y los proyectos
de industrialización dependían de las colonias14.”

La decisión de crear nuevos impuestos para las colonias no era la mejor. Los
criollos ya habían hecho recurrentes reclamos para tener una mayor
participación en el gobierno, la distribución de la tierra tenía descontentos a
los mestizos y los productores de materias primas no se encontraban
dispuestos a seguir pagando tan altos impuestos por el comercio con la
península. No obstante, el rey no podía echar para atrás sus proyectos y
decide enviar un grupo de visitadores a América con el fin de llevar a cabo
reformas tributarias que garantizaran un mayor ingreso para la corona15.

La nueva organización económica exigía una nueva organización


administrativa que incluyó la creación del Virreinato del Rio de la Plata y la
reorganización administrativa que incluyó la institución de nuevas
Audiencias (BBAA, Caracas y Cuzco), que se encargaran de una eficiente
recolección de recursos, la defensa de los territorios de las amenazas externas
(especialmente de la influencia inglesa) y la consolidación del poder Real. De
acuerdo con Jaramillo Uribe la función de los visitadores fue la de “aplicar
en el Virreinato de Nueva Granada la política borbónica encaminada a
reorganizar la administración colonial, con el fin de hacerla más eficiente,
más racional y moderna; en una palabra, más capaz de producir mayores
rendimientos fiscales para la real hacienda de la monarquía y de insertar la
economía de las colonias americanas en el proyecto general que permitiría a
España desarrollar una economía industrial y capitalista que la hiciera
competidora posible y émula de la economía inglesa que por entonces
arrancaba hacia la revolución industrial Estas reformas se denominaron
genéricamente “Reformas Borbónicas”, las cuales despertaron airadas
reacciones por todo el continente (no solo en la Nueva Granada)”16.

13
Ibid.
14
Ibid. Página 12
15
Jaramillo Uribe, Jaime. “Entre bambalinas burocráticas de la revolución comunera de 1781”. En Historia
Crítica Nº 6. Universidad de los Andes. Bogotá 1992.
16
Ibid
No obstante, estas reformas profundizaron la grave situación social de las
colonias. Los impuestos afectaban tanto a los mestizos como a los criollos a
ello se sumaban otros problemas de índole social: la carencia de recursos y la
arbitraria distribución de la tierra provocaba disputas entre los mestizos y los
criollos. Los criollos querían acceso a los cargos públicos en manos de los
Españoles. La población indígena había casi que desaparecido y se habían
iniciado importantes movimientos emancipatorios por parte de los negros
cimarrones quienes se habían refugiado en palenques17.

Para Mario Aguilera la acentuación de las cargas fiscales “tuvo el poder de


encender la chispa insurreccional y de generalizar la protesta 18” Se inicia un
ciclo de rebeliones comuneras en Suramérica que se sintetiza en el
levantamiento de Túpac Amaru en 1780.

• El levantamiento de Túpac Amaru

De acuerdo con David Cahill “En 1777 José Gabriel Túpac Amaru se trasladó
a Lima para una extensa estadía con el propósito de litigar por su
reconocimiento como Marqués de Santiago de Oropesa. Este título llevaba
ipso facto la concesión de un mayorazgo en el fértil valle de Vilcanota; pero
el marquesado estaba preñado de cierto significado político, aparte del
consabido prestigio y riqueza que solían conllevar los títulos de Castilla y los
mayorazgos. La elevación al Marquesado de Oropesa era la prueba decisiva
para la sucesión en un supuesto trono inca, es decir, para ser reconocido
social y oficialmente como heredero y descendiente directo del último inca,
el primer Túpac Amaru, quien terminó degollado a instancias del virrey
Francisco de Toledo.19” no obstante le fue negado su derecho a suceder en el
marquesado lo cual generó en Túpac Amaru cierta insatisfacción hacia los
Españoles. Si bien el era considerado un “criollo” para efectos del tratamiento
preferencias en materias sucesorales, no dejaba de ser descendiente de
indígenas.

Dada su posición privilegiada se dedicaba a la administración de sus tierras


y de algunas minas, no obstante la negativa de su derecho sucesoral y otros
hechos como los malos tratos del Corregidor de Tinta Antonio de Arriaga a
los habitantes de Tinta y la negativa a su petición formal ante la Real
Audiencia de Lima para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio
en las minas lo llevaron a tomar la decisión de levantarse en contra de las
decisiones y especialmente del Corregidor.

El 10 de noviembre de 1780 da muerte, en la plaza del Cusco al corregidor


Arriaga como primer acto de insurrección. La noticia del levantamiento
17
Ibíd.. Rueda Santos, Rigoberto. La rebelión de los Comuneros. …. Páginas 3 y 4
18
Ibid. Aguilera, Mario. Los comuneros: guerra social… Página 22
19
Cahill, David. Nobleza, identidad y rebelión: los incas nobles del Cuzco frente a Tupac Amarú. Tomado de:
www.LibrosTauro.com.ar
indígena del Perú se extendió por varios territorios dentro y fuera del
Virreinato del Perú, de asegún lo dicho por Mario Aguilera “diversos hechos
demuestran la influencia del alzamiento de Túpac Amaru en la insurrección
comunera: no solo se advierte que noticias de este suceso se esparcían desde
Santafé hacia el socorro, foco principal de la sublevación, sino que Túpac
Amaru fue proclamado Rey de América por los indios de Silos20”. Uno de los
aspectos que quizá más llama la atención del levantamiento de Túpac Amaru,
es el establecimiento e un “incipiente nacionalismo21”, en el llamamiento que
haces a las “gentes del Perú” para revelarse en contra de los españoles. Se
trataba del reconocimiento de las diferencias entre los locales Peruanos y los
advenedizos españoles. Esta actitud influiría también el movimiento
comunero en otras regiones pero específicamente en el segundo momento del
movimiento.

Sin embargo, Túpac fue derrotado militarmente y el 4 de mayo de 1781 fue


ejecutado.

• Revolución Comunera en la Nueva Granada

En la Nueva Granada se presentaron continuos motines: Tuta en 1752, Cota


en 1779, Tunja en 1765, no obstante dos levantamiento de gran importancia
precedieron el movimiento de 1781: el motín de Vélez de 1740 y el
levantamiento de Neiva en 1767. El primero como resultado de las exigencias
hechas a los trapiches de Vélez por parte del Corregidor de Tunja, los
habitantes de Vélez decidieron tomar la casa del Corregido de Vélez y
saquearla. En el caso de Neiva un hacendado promueve un levantamiento en
contra del gobernador, quien fue tomado rehén y se firmó un documento de
capitulaciones22.

El Movimiento Comunero de 1781 puede verse en dos momentos diferentes:


1. La agitación social que tuvo su primer momento en Socorro con dirección
de las élites criollas y 2. la formación de ejércitos resueltos a llevar a Santafé
en donde fue fundamental la beligerancia de las capas de mestizos e
indígenas.

La rebelión de Socorro es el resultado de la insatisfacción popular frente al


aumento de las Alcábalas, del precio del Estanco del aguardiente y la sal y el
haberse revivido un viejo impuesto: el impuesto de la Armada de Barbolento.
Todo por órdenes del Visitador Real Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres
(1778). No obstante, otros factores se sumaron a otras condiciones
particulares de la región santandereana: “En primer lugar, existía en dicha
región una masa excedente de población que no encontraba acomodo dentro
de los sistemas de trabajo existentes23.” Adicionalmente cuestiones de tipo
20
Ibid. Aguilera Peña, Mario. Los comuneros: guerra social… Página. 22
21
Ibid. Bethell, Leslie. Historia de Amèrica Latina… Página 32
22
Ibid Aguilera Peña, Mario. Los comuneros: guerra social… Página 23
23
Ibíd. Aguilera Peña, Mario. “Los Comuneros: de los tumultos… Página 89
demográfico: una acelerado crecimiento de su población que había creados
condiciones de carestía escasez en los alimentos.

Una vez configurado el movimiento, se designaron como líderes del


movimiento a un grupo de criollos de buena posición con respaldo popular:
Juan Francisco Berbeo, designado comandante General, y como capitanes
generales Antonio Monsalve, Francisco Rosillo y José Antonio Estévez, a los
que se agregan después Ramón Ramírez y Joaquín Fernáupo que después se
denominó Consejo de Guerra.
Solo algunos mestizos alcanzaron algún grado de poder, ellos fueron el
labrador José Antonio Galán, el portero del Cabildo del Socorro, Manuel José
Ortíz, y el tejedor de mantas Isidro Molina. El ejército comunero alcanzo a
tener cerca de 20 mil hombres cuyo principal objetivo era alcanzar Santafé.

Llegando a Zipaquirá, el 2 de junio de 1781, un negociador (el Arzobispo


Caballero y Góngora, esperaba al ejército comunero con la propuesta de un
acuerdo. Ello llevo a la división del ejército entre quienes apoyaban un
acuerdo (elites criollas) y quienes consideraban importante continuar (los
rebeldes socorranos). Mientras que algunos comuneros liderados por la élite
criolla deciden firmar las capitulaciones, los demás deciden continuar con el
movimiento24.

El acuerdo contenía 35 puntos dentro de los que se destaca: la eliminación


del impuesto de Barlovento, del estanco del tabaco y de la sal, el
nombramiento de corregidores criollos en el Socorro, no dependientes de
Tunja y una condonación de las deudas sobre impuestos25
El acuerdo contenido en las capitulaciones fue desconocido por el Virrey
quien decidió recrudecer la persecución del movimiento. Es en este momento
cuando José Antonio Galán, quien ya había desobedecido las órdenes de
Berbeo, continuó las acciones encaminadas para llegar a Santafé. Sus
acciones incluían la liberación de esclavos, el reparto de tierras y la
sustitución de autoridades a lo largo del valle del río Magdalena 26. Este es el
segundo momento del levantamiento comunero, hay un abandono de la élite
y una continuación del mismo por parte de mestizos, campesinos y pobres.

Estas acciones desencadenaron nuevas rebeliones, específicamente entre


mestizos, indígenas y negros cimarrones, ya sin ningún tipo de intervención
de la élite criolla. Incluso, conociendo ya las noticias que venían del Perú,
decidieron reconocer a Túpac Amaru como nuevo rey en las Indias. José
Antonio Galán volvió al Socorro el 2 de septiembre y posteriormente reunificó
su ejército, sin embargo, después de maniobras engañosas por parte del
Arzobispo, fue detenido el 13 de octubre para ser juzgado y posteriormente
asesinado.

24
Ibíd. Rueda Santos, Rigoberto. La rebelión de los Comuneros. …. Páginas 9
25
Documento de Capitulaciones firmado en Zipaquirá el 5 de junio de 1781
26
Ibíd. Rueda Santos, Rigoberto. La rebelión de los Comuneros. …. Páginas 12
5. Los textos

He seleccionado dos sentencias, proferidas por la Real Audiencia de Santafé


de Bogotá en el caso de José Antonio Galán y el Visitador del Virreinato del
Perú en el Caso de Túpac Amaru II. Las mismas se encuentran escritas y
publicadas en castellano.

La Real Audiencia de Santafé Creada el 7 de abril de 1550 como cuerpo


colegiado encargado de regular las pugnas entre los gobernadores en los
nuevos territorios. Gobernó de esta manera hasta 1563. De allí en adelante
sufre algunas modificaciones hasta llegar a ocuparse de tres tipos de
funciones: gubernativas, consultivas y juridiciales27. Judicialmente, cumplían
con importantes funciones que les otorgaban control político y
administrativo. Eran una especie de tribunal de segunda instancia en el cual
podían apelarse las resoluciones de los virreyes y de los gobernadores, en
materias de gobierno28.

Para el momento de la sentencia de José Antonio Galán, la Real Audiencia de


Santafé estaba conformada por 5 oidores y estaba presidida por el Virrey.
Oidores: Francisco Javier de Serna (a la vez Alguacil Mayor de la Corte), Juan
Francisco Pey Cruz, Antonio Mon y Velarde, Joaquin Vasco y Vargas y Pedro
Catani. Virrey: Arz. Antonio Caballero y Góngora.29
La sentencia se caracteriza por su rudeza y por ser una tradicional sentencia
de escarmiento. En primer lugar se le adjudican a los capitanes una serie de
delitos que a continuación se enumeran:

“(…) dando principio a su escandaloso desenfreno por la invasión hecha en


Puente Real de Vélez, desde donde pasó a Facatativá para interceptar la
correspondencia de oficio, y pública, que venía de la plaza de Cartagena para
esta capital, acuadillando y capitaneando un cuerpo de gentes, con las que
sublevó a aquel pueblo, saqueó las Administraciones de aguardiente, tabaco
y naipes, nombró capitanes a los sediciosos y rebeldes, y faltando al sagrado
respeto de la justicia, se hizo fuerte con formal resistencia a dos partidas de
honrados vecinos que salieron de esta ciudad, para impedir sus hostilidades,
hasta el extremo de desarmarlos y hacerlos prisioneros, y continuando su
voracidad y designios infames se condujo a Villeta y Guaduas, en donde,
repitiendo los excesos del saqueo, atropelló también al Alcalde ordinario de
esta Villa, don Joseph de Acosta, sacándolo con improperios, y mano armada
del refugio y asilo, que la calamidad le había obligado a tomar, le robó de su
tienda y repartió los efectos, dejando nombrados capitanes, continuó a
Mariquita donde insultó al Gobernador de aquella Provincia, (…) y tomando
dinero de los Administradores, regresó por la Mesa a Chiquinquirá,
27
Mayorga, Fernando. La Real Audiencia: órgano colegiado de justicia en el periodo hispánico, en Revista
Credencial Nº 148. Bogotá, Abril de 2002.
28
Ibíd
29
Sentencia de muerte contra los capitanes comuneros Galán, Ortíz, Molina y Arcantúz del 30 de Enero de
1782. Biblioteca Nacional de Colombia.
atropellando, en este pueblo, en compañía de sus hermanos, a don Félix de
Arellano, por haber oido decir tenía orden de prenderlo, y últimamente se
restituyó a Mogotes, desde donde hecho el terror y escándalo de los pueblos,
que lo miraban como invulnerable, y prestaban ascenso a sus patrañas y
fantásticas ilusiones, suscitaba y promovía por sí mismo con hechos y dichos
sediciosos nueva rebelión, escribiendo cartas a sus corresponsales,
comunicándoles sus detestables y execrables proyectos, suponiendo tener
aliados, que le protegían, abultando el número de malvados secuaces y
pueblos rebeldes: esparciendo por todas partes noticias de conmoción, hasta
que viendo frustrados sus infames designios se puso en fuga con el corto
número de secuaces, que fueron aprehendidos con él, haciendo en este acto
resistencia a la justicia, por cuya causa se ejecutó una muerte y quedaron
heridos algunos. (…)un monstruo de maldad, y objeto de abominación, cuyo
nombre y memoria debe ser proscrita, y borrada del número de aquellos
felices vasallos, que han tenido la dicha de nacer en los dominios de un rey,
el más piadoso, el más benigno, el más amante y el más digno de ser amado
de todos sus súbditos como el que la Divina Providencia nos ha dispensado
en la muy augusta y católica persona del señor don Carlos tercero (que Dios
guarde) que tan liberalmente ha erogado y eroga a expensas de su real erario
considerables sumas para proveer estos vastos dominios de los auxilios
espirituales y temporales,(…)”

Esta es tan solo una parte de los cargos presentado contra José Antonio Galán
y algunos de sus colaboradores, los mismos dan cuenta del éxito que en
principio tuvo el movimiento comunero y como este logró permear una
buena parte del territorio, especialmente la rivera del río Magdalena. Así
mismo es evidente cómo el sistema penal se encontraba constituido con el fin
de defender la soberanía del rey y la prevalencia de la religión católica. Los
delitos se asemejan a graves delitos que merecen una reprimenda no solo de
carácter físico sino también espiritual. Llama la atención que el contenido
mismo de la sentencia sugiere los dos castigos. Por un lado los acusados son
condenados a padecer una serie de torturas previas y por último, a la horca
como parte del castigo físico y con respecto al espiritual hay dos formas de
castigo: la destrucción del cuerpo (y las acciones dirigidas a que esto sirva de
escarmiento para la población) y segundo, la eliminación de la memoria, la
necesidad de desaparecer todo rastro del condenado, su familia y su legado.
Así se manifiesta en la sentencia:

“condenamos a Joseph Antonio Galán a que sea sacado de la cárcel,


arrastrado y llevado al lugar del suplicio donde sea puesto en la horca hasta
que naturalmente muera, que bajado se le corte la cabeza, se divida su cuerpo
en cuatro partes y pasado el resto por las llamas (para lo que se encenderá
una hoguera delante del patíbulo), su cabeza será conducida a las Guaduas,
teatro de sus escandalosos insultos: la mano derecha puesta en la plaza del
Socorro; la izquierda en la Villa de San Gil; el pie derecho en Charalá, lugar
de su nacimiento; y el pie izquierdo en el lugar de Mogotes: declarada por
infame su descendencia, ocupados todos sus bienes y aplicados al real fisco;
asolada su casa y sembrada de sal, para que de esta manera se dé al olvido su
infame nombre y acabe con tal vil persona, tan detestable memoria, sin que
quede otra que del odio y espanto que inspira la fealdad del delito.
(…)confiscados sus bienes, demolidas sus casas y declaradas por infames sus
descendencias, para que tan terrible espectáculo sirva de vergüenza y
confusión a los que han seguido a estos cabezas, inspirando el horror, que es
debido a los que han mirado con indiferencia, estos infames vasallos del rey
católico, bastardos hijos de su Patria! (…) y declaramos que esta sentencia
debe ser ejecutada sin embargo de súplica, ni otro recurso, como
pronunciada como a reos convictos, confesos y notorios; (…) no pudiendo
nadie, en los sucesivo, disculparse en tan horrendos crímenes de conjuración,
levantamiento o resistencia al rey o sus ministros, con el afectado pretexto de
ignorancia, rusticidad o injusto miedo; y mandamos a todos los jueces y
justicias de su Majestad celen con la mayor escrupulosidad y vigilancia el
evitar toda concurrencia o conversación dirigida a criticar las providencias
del Gobierno, procediendo con el más activo celo contra los agresores o
autores, ya de especies sediciosas, ya de pasquines o libelos infamatorios por
todo rigor de derecho, dando oportuna y circunstanciada noticia de cuanto
ocurra a este superior tribunal, pues su más leve omisión o disimulo en tan
importante encargo, será el más grave y culpable descuido que sin remisión
les hará experimentar toda la indignación y desagrado de nuestro muy
amado soberano, (…)30”

Hay otros dos temas de vital importancia: contra la sentencia no procedía


recurso alguno, obvia consecuencia de un sistema punitivo arbitrario y poco
equitativo y segundo que incorpora una grave amenaza para quienes en
adelante se atrevan a iniciar algún tipo de movimiento en contra de la corona.
Otros compañeros de José Antonio Galán no fueron sentenciados a muerte
pero en todo caso fueron torturados públicamente y luego enviados a
prisiones en África31 de por vida.

La sentencia proferida contra Túpac Amaru es muy similar a la de José


Antonio Galán, pero guarda algunas particularidades, la primera de ellas que
quien profiere la sentencia no es el órgano competente: la Real Audiencia del
Cuzco sino José Antonio de Areche Visitador Regente, que arribó a Lima en
1777 y quien despojó al Virrey Manuel de Güirior, de sus tradicionales
atribuciones y se aprovechó de los poderes a él otorgados para establecer
nuevos tributos y hacer cambios en la hacienda del virreinato con el fin de
aumentar considerablemente las rentas enviadas a España32.

30
Ibíd
31
Ibíd
32
Gómez, Arturo. Para qué vino a Perú el visitador Areche. En http://www.historiayfotos.com/2008/07/para-
qu-vino-per-el-visitador-areche.html
Se caracterizó por la severidad en la represión de los movimientos
revolucionarios que se organizaron en contra de sus arbitrarias medidas en
el Virreinato del Perú, las cuales tuvieron implicaciones incluso en el
Virreinato de Buenos Aires.

La sentencia tiene las mismas características de fondo de la de José Antonio


Galán: la idea es escarmentar a la población para que no se repitan los hechos
acaecidos en los levantamientos comuneros y borrar cualquier tipo de
recuerdo sobre los mismos. En la sentencia se dice: “ por el horrendo crimen
de rebelión o alzamiento general de los indios, mestizos y otras castas,
pensado más ha de cinco años y ejecutado en casi todos los territorios de este
virreinato y el de Buenos Aires, con la idea (en que está convencido) de
quererse coronar señor de ellos y libertador de las que llamaba miserias de
estas clases de habitantes que logró seducir, a la cual dió principio con
ahorcar a su corregidor don Antonio de Arriaga (…)debo condenar y
condeno a ]osé Gabriel Túpac Amaro a que sea sacado a la plaza principal y
publica de esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde presencie
la ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer, Micaela Bastidas, sus
dos hijos, Hipólito y Fernando Tupac Amaro, a su tío Francisco Tupac Amaro,
a su cuñado Antonio Bastidas, y a algunos de los otros principales capitanes
y auxiliadores de su inicua y perversa intención o proyecto, los cuales han de
morir en el propio día, y concluidas estas sentencias, se le cortará por el
verdugo la lengua, y después, amarrado o atado por cada uno de los brazos y
pies con cuerdas fuertes, y de modo que cada una de estas se pueda atar o
prender con facilidad a otras que pendan de las cinchas de cuatro caballos,
para que, puesto de este modo, o de suerte que cada uno de estos tire de su
lado mirando a otras cuatro esquinas o puntas de la plaza, marchen, partan
o arranquen a una voz los caballos de forma que quede dividido su cuerpo
en otras tantas partes, llevándose éste luego que sea hora al cerro o altura
llamada de Piccho, (…)que todos los individuos de su familia que hasta ahora
no han venido ni viniesen a poder de nuestras armas y de la justicia que
suspira por ellos para castigarlos con iguales rigurosos y afrentosas penas,
queden infames e inhábiles para adquirir, poseer u obtener, de cualquier
modo, herencia alguna o sucesión, si en algún tiempo quisiesen o hubiese
quienes pretendan derecho a ella; que se recojan los autos seguidos sobre su
descendencia en la expresada real audiencia, quemándose públicamente por
el verdugo en la plaza pública de Lima, para que no quede memoria de tales
documentos, y de los que sólo hubiese en ellos testimonio, se reconocerán y
averiguará adonde paran los originales, dentro del término que se asigne
para la propia ejecución.”

No obstante cabe resaltar algunas particularidades:

• La sentencia no solo condena a muerte a Túpac Amaru sino a su


familia, bajo los mismos suplicios, ordena además que Túpac sea
testigo de la muerte de sus familiares antes de ser ejecutado.
• La condena es aún más dolorosa que la proferida a José Antonio Galán.
La tortura infligida durante la condena ha sido brutal.
• Como en la de José Antonio Galán se advierte de lo que puede suceder
a quien desee repetir los levantamientos, tiene efectos sobre la
memoria y ordena la confiscación de todos los bienes de Túpac.
• Por último determina un castigo general al pueblo indígena
prohibiéndoles usar sus ropas rituales o cualquier tipo de
identificación “Al propio fin, se prohíbe que usen los indios, los trajes
de su gentilidad, y especialmente los de la nobleza de ella, que sólo
sirven de representarles los que usaban sus antiguos incas,
recordándoles memorias que nada otra cosa influyen que el
conciliarles más y más odio a la nación dominante, fuera de ser su
aspecto ridículo y poco conforme a la pureza de nuestra religión, pues
colocan en varias partes de el al sol, que fuera su primera deidad,
extendiéndose esta resolución a todas las provincias de esta América
Meridional, dejando del todo extinguidos tales trajes, tanto los que
directamente representan las vestiduras de sus gentiles reyes con sus
insignias33”

6. Conclusiones

 Sin duda el movimiento comunero y la eliminación de sus principales


cabezas tuvo repercusiones de índole político, especialmente en la
conformación de movimientos sociales y en la creación de identidades
sociales y étnicas.

 No obstante en mi concepto no puede afirmarse que son antecedentes


directos de las luchas independentistas, dada la naturaleza de los
levantamientos y el papel que jugaron los movimientos dado el
predominio de las élites por encima del pueblo llano.

 En relación con el tema jurídico, cabe resaltar la aplicación de severos


castigos, poco respeto al debido proceso y en general una evidente
premodernidad.

 Las reflexiones de César Bonesana y Césare Becaría darían lugar durante


finales del siglo XIX y XX a la humanización del derecho penal.

7. Bibliografía
• Aguilera Peña, Mario. “Los Comuneros: de los tumultos a la
organización de masas”. En: anuario Colombiano de Historia Social y
33
Sentencia escarmentatoria contra Túpac Amaru del 15 de Mayo de 1781
de la Cultura Volumen 11. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
1983.
• Aguilera Peña, Mario, Los comuneros: guerra social y lucha
anticolonial, Universidad nacional de Colombia, Bogotá, 1985.
• Bethell, Leslie. Historia de Amèrica Latina. La independencia.
Barcelona: Editorial Crítica. 2000.
• Cahill, David. La sublevación de Tupac Amaru y sus consecuencias,
Documento de Trabajo Nº 105 Instituto de Estudios Peruanos. Lima,
1999.
• Cahill, David. Nobleza, identidad y rebelión: los incas nobles del Cuzco
frente a Tupac Amarú. Tomado de: www.LibrosTauro.com.ar
• Jaramillo Uribe, Jaime. Entre bambalinas burocráticas de la Revolución
Comunera. En Historia Crítica Nº 6. Universidad de los Andes. Bogotá
1992.
• Lasso, Marixa. “Un mito republicano de armonía racial: raza y
patriotismo en Colombia 1810-1812”. En Revista de Estudios
Sociales N° 27. Bogotá: Universidad de los Andes. 2007.
• Mayorga, Fernando. La Real Audiencia: órgano colegiado de justicia
en el periodo hispánico, en Revista Credencial Nº 148. Bogotá, Abril
de 2002.
• Morales Padrón, Francisco. Los virreinatos de América, en Revista
Cuenta y Razón Nº 115. Madrid, 2009.
• Pérez Silva, Vicente. Revolución de los Comuneros: revelaciones
documentales y otras incidencias. En: Revista Credencial Especial
Bicentenario. Bogotá: 2010
• Rueda Santos, Rigoberto. La rebelión de los Comuneros. En Huellas
Digitales, biblioteca digital. Biblioteca Nacional de Colombia.
http://www.bibliotecanacional.gov.co/index.php?idcategoria=3958
9
• Urrego, Miguel Ángel. “Reforma Política y Nación en Colombia”. En:
Revista Nómada N° 8. Bogotá: Universidad Central. Marzo de 1998.

S-ar putea să vă placă și