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marianaqr97@gmail.com
Fase de ubicación
El poema elegido para este ejercicio se llama “Las Moscas” del autor español
Antonio Machado. Este poema pertenece al volumen llamado Soledades (1899-1907)
incluido en el libro o antología Poesías Completas (1936). Soledades se divide en las
siguientes secciones: Del Camino; Canciones; Humorismos, fantasías, apuntes; y
Galerías. “Las Moscas” pertenece a la sección de Humorismos, fantasías, apuntes
(Machado (ed. Fernández), 2010, pp. 209-210). El análisis será enfocado en la
verdadera imagen o significado de las moscas en el poema y las reflexiones
machadistas.
Una difusa conciencia de novedad, el legítimo deseo de definir esta misma conciencia
en el marco de lo que se veía como decadencia artística y política, la más inmediata
ambición de notoriedad, se reflejaron en la prensa y en el libro de 1890-1905 hasta
plantear una nueva querella de antiguos y modernos. (Mainer (ed. Rico), 1980, p. 3.)
nacieron muchos de los discursos en las obras de estos escritores, por lo que
la generación del 98 fue caracterizada “por una hipertrofia del egotismo, por un precoz
y morboso sentimiento de frustración, por la exageración neorromántica de lo
individual, por su mimetismo servil de las modas europeas del momento”. (Mainer (ed.
Rico), 1980, p 3.)
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época (para más información referirse a la fuente consultada) (Heliodoro, 1949, pp.
81-85.)
Para referirse a la obra de Machado, la crítica ha sido muy variada, pues la gran
mayoría se concentra en sus simbolismos, como dice Gutiérrez-Girardot (1969) “como
todas las imágenes de la lírica machadiana que tienen una función simbólica” (p. 16),
igualmente le asignan tópicos principales como la soledad (Gutiérrez-Girardot, 1969,
p. 37), el tiempo (Gutiérrez-Girardot, 1969, p. 24), “el deterioro de las ilusiones, el poder
de la memoria y el sueño, la infancia como tiempo milagroso… Y aquellas ‘galerías del
alma’” (Alvar, Mainer y Navarro, 1997, p. 571). También se dice que “en Soledades no
hay más verdad, más vida, más posibilidad que la voluntaria ilusión, sin engaño, del
mundo que lleva dentro de sí” (Lauxar, 1929, p. 231). En resumidas cuentas, de
Machado podemos decir que es un autor que se centra en sus intimidades, escribe de
sí mismo y su perspectiva de las edades, de la vida, de la soledad y el morir.
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XLVIII
Las Moscas
1. Vosotras, las familiares,
2. inevitables golosas,
3. vosotras, moscas vulgares,
4. me evocáis todas las cosas.
5. ¡Oh, viejas moscas voraces
6. como abejas en abril,
7. viejas moscas pertinaces
8. sobre mi calva infantil!
9. ¡Moscas del primer hastío
10. en el salón familiar,
11. las claras tardes de estío
12. en que yo empecé a soñar!
13. Y en la aborrecida escuela,
14. raudas moscas divertidas,
15. perseguidas
16. por amor de lo que vuela,
17.-que todo es volar- sonoras,
18. rebotando en los cristales
19. en los días otoñales...
20. Moscas de todas las horas,
21. de infancia y adolescencia,
22. de mi juventud dorada;
23. de esta segunda inocencia,
24. que da en no creer en nada,
25. de siempre... Moscas vulgares,
26. que de puro familiares
27. no tendréis digno cantor:
28. yo sé que os habéis posado.
29. sobre el juguete encantado,
30. sobre el librote cerrado,
31. sobre la carta de amor,
32. sobre los párpados yertos
33. de los muertos.
34. Inevitables golosas,
35. que ni labráis como abejas,
36. ni brilláis cual mariposas;
37. pequeñitas, revoltosas,
38. vosotras, amigas viejas,
39. me evocáis todas las cosas.1
Cuadro léxico
1 Antonio Machado Ruiz. …Más de uno (antología poética) (edición de Antonio Fernández Ferrer).
Sevilla: Editorial Renacimiento, 2010, p. 37. (Las citas se tomarán de esta edición y serán referenciadas
a partir de la fase analítica).
Seguidamente se facilita un cuadro léxico elaborado con la finalidad de
esclarecer los términos clave para un entendimiento propio del texto.
El poema inicia con lo que parece ser una invocación a las moscas, procede a
describirlas en su etapa más temprana, como un bebé; posteriormente en su etapa
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infantil; luego en la escuela, posiblemente en su pubertad. Canta a las moscas por su
presencia en la vida del autor, describe los lugares en que se posaron y culmina con
epítetos y el final de un canto.
Fase Analítica
Paratexto
Título.
Asimismo, de la parte pragmática decimos que las moscas nos remiten a temas
como la mortandad, la enfermedad, el asco, el desagrado y hasta desaseo. Así las
cosas, la hipótesis formulada estipula que el poema puede tratar de temas
desagradables, hostiles y mortíferos, contando entre estos el hastío, la suciedad, etc.
Cotexto
Estructura.
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introduce a una etapa más compleja y avanzada que se presume como la pubertad,
pues en el verso “Y en la aborrecida escuela” (v. 13) nos indica su entorno.
Mundo mostrado.
Tiempo: el poema ubica la línea temporal paralela a la vida del autor, pasando
por sus diferentes etapas del desarrollo, desde lo más próximo a su nacimiento que es
su etapa como bebé, hasta la muerte que ha esperado siempre.
Retórica y estilo.
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En cuanto a figuras retóricas de interés para el tema del análisis, es importante
enumerar el símil, la antítesis y la anáfora, que serán explicadas más adelante y
ejemplificadas en detalle.
Sobre el símil podemos decir que “Las marcas formales introductorias del
segmento textual que constituye la figura Símil, son normalmente los elementos: cual,
como…” (Mayoral, 1994, p. 186). Este lo encontramos en el verso “como abejas en
abril” (v. 6), refiriéndose a la voracidad de las moscas dicha en el verso previo: “¡Oh,
viejas moscas voraces” (v. 5). Concretamente lo que dice Mayoral (1994) que nos
permite hacer una asociación entre la voracidad de las moscas y las abejas en abril es
que el símil “declara lo menos conocido por lo más conocido” (p. 185), es decir,
Machado asimila el comportamiento de las abejas como algo popular y conocido que
puede referenciar el comportamiento de las moscas en su vida que, naturalmente por
ser de su campo intimista, el lector no podrá asimilar de primera mano.
En la parte del estilo, el autor asocia adjetivos del poema y acciones con los
seis sentidos para hacer alusión a la percepción del mundo exterior versus la intimidad
del autor. Esto se ejemplifica con la siguiente tabla:
Estrategias discursivas.
Estructuras de mediación
Intratextos.
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este mismo volumen que le preceden. En el poema I se encuentran elementos en
común con el texto analizado como la referencia al salón familiar, sueño infantil, otoño,
la tarde, los cristales y el proceso desde la infancia hasta la muerte (Machado (ed.
Fernández), 2010, pp. 23-25). En el II se encuentra el símbolo del sueño (Machado
(ed. Fernández), 2010, pp. 25-26); en el XI también lo onírico y la tarde, así como el
XXII y el XL (Machado (ed. Fernández), 2010, pp. 27-36). Otro elemento, el verano, es
incluido en el poema XXXIII (Machado (ed. Fernández), 2010, p. 31) y el XL (Machado
(ed. Fernández), 2010, pp. 34-35)
Interdiscurso.
Sobre el modernismo español se dice que “el retratado por Antonio Machado o
por Juan Ramón Jiménez tiene, sin embargo, mucho más de paisaje interior, de
decorado soñado en el que opera mucho más la memoria que la percepción directa”
(Alvar, Mainer y Navarro, 1997, p. 548). Esto anterior nos remite al interdiscurso
presente en el texto, el estético. Si bien el modernismo y el 98 “ambos nacen de una
misma actitud: insatisfacción con el estado de la literatura en aquella época, tendencia
a rebelarse contra las normas estéticas imperantes” (Salinas en Alvar, Mainer y
Navarro, 1997, p. 53) Machado lo hace en una de sus primeras publicaciones mediante
la ironía de las moscas en el texto presente.
Para Antonio Machado tanto la soledad como el tiempo eran tópicos que lo
caracterizan (Gutiérrez-Girardot, 1969, pp. 24-37), pero en sus primeras publicaciones
el tiempo lo desarrolló de una forma particular, Tuñón de Lara en Alvar, Mainer y
Navarro (1997) nos dice sobre esto: “el tópico del tempus irreparabile fugit, el tema
más fundamental de toda la obra machadiana, que tiene sin embargo una formulación
distintiva en su obra temprana” (p. 426). Lo anterior se asocia con el tema principal y
estético del texto: la juventud que se va y la vejez inevitable. Machado con el canto a
las moscas apela a una melancolía por los años pueriles, por su adolescencia de “la
carta de amor” (v. 31) por lo estético que se pierde y este tema intimista lo desarrolla
bajo el concepto supracitado trasladado a la simbología de las moscas. El relacionar
la presencia de los insectos desde sus años jóvenes hasta la muerte indica una
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asociación de la juventud como lo deseado, a lo que ellas son voraces, la dulce energía
de un joven, lo ideal; asimismo con lo que en sus otoños se está pudriendo y
desechando.
Símbolos.
El primer símbolo de una importancia más que obvia son las moscas, pues
representan según Pérez-Rioja (2008) “el mal y la peste” (p. 308). En el caso del texto
que nos atañe, las moscas funcionan como augurio de la muerte inevitable, tomando
en cuenta los temas principales del autor ya mencionados y citados tanto en la fase de
ubicación como las cogniciones.
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se les ha interpretado como símbolo de la vida espiritual (p. 35). En el artículo de
Mares, E. y Rodríguez, A. (1982) se dice sobre las abejas en Machado:
Machado, heir to a rich literary tradition, should have utilized several symbolic values
traditionally associated with his selected image; sweetness from corruption; the poet as
a bee; the bee’s mystical connotations; the bee as herald of Spring; the biblical (milk
and honey) indentification of a Golden Age; bees and their activities as the staple of
folk-cultures (p. 13)
De las opciones planteadas, la más cercana al significado del tema apiario en
el texto que se analiza es la tercera y la cuarta, pero más adelante nos indican en “Las
Moscas”: “In the poem ‘Las Moscas’, for example, a quickened life-pulse is identified
with the Spring-time bee, rushing forth to gather its first nectars” (Mares, E. y
Rodríguez, A., 1982, p. 16); esto anterior nos confirma como definitivo simbolismo la
cuarta, la abeja como heraldo anunciante o representante de la primavera.
Un tercer símbolo sería la tarde que se relaciona con el color dorado y el verano,
estos tres símbolos representan en conjunto la etapa de la vejez del hombre. Con
respecto al dorado Pérez-Rioja (2008) citando a Pedro Caba dice que es el “color
tardío”, así como el de la “intuición y presentimiento” (p. 59); respecto al verano,
Chevalier dice que al relacionarse con el amarillo es la época en la que las espigas de
verano vuelven a la tierra, y representa el color del entorno que ha perdido el verdor
(Chevalier, J & Rodríguez, A., 1986, p. 88). En este caso estos tres símbolos aluden a
la pérdida de la lozanía.
Un cuarto símbolo es el otoño, dentro de las estaciones del año que Pérez-Rioja
(2008) dice que en la literatura aluden a la edad del hombre, por lo que se entiende
como la época en la que decae aún más la persona, y más que pérdida de juventud
es una cercanía a la muerte (p. 331).
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nos dice tiempo Gutiérrez-Girardot (1969) que en Machado “en el mundo del sueño el
poeta se siente peregrino de su propia interioridad” (p. 48).
Contexto
Prácticas sociales.
Prácticas discursivas.
En Poema de otoño, una de sus grandes y últimas composiciones, se unen los dos ríos
que alimentan su poesía: la meditación ante la muerte y el erotismo panteísta… se
presenta como variaciones sobre el viejo y gastado tema de la brevedad de la vida…
es verdad que temía a la muerte; también lo es que la amó y la deseó (Paz en Alvar,
Mainer y Navarro, 1997, p. 171).
Prácticas ideológicas.
Fase Interpretativo-Explicativa
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como etapa fundamental de la persona y ser humano, también las capacidades que
se pueden adquirir en esta, ya que el “ni labráis como abejas” (v. 35) se refiere a la
capacidad de producción que aminora con los años, cuando solamente las
capacidades cambian. Los valores que promueve son la hipocresía, la intolerancia, la
injusticia, el desprecio, la discriminación e indiferencia. En los valores que cuestiona
está la igualdad, la solidaridad, la inclusión, el altruismo y la fraternidad.
Filias y Fobias
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El autor en su texto promueve como filias los sentimientos de juventud y
producción, el provecho de esta época de vida para beneficio propio y social, así como
la temprana edad y la esperanza para los años que vienen que eso puede brindar; son
fobias la vejez y la decadencia del cuerpo y la mente, esto promoviendo un rechazo a
la idea natural y pertinente de la muerte, así como de los años de provecho en una
persona.
En lo personal no me identifico con las filias del personaje, ya que si bien los
años de juventud generan esperanzas e ilusiones sobre el futuro tienden a ser
asociados con la impericia y la falta de experiencia, por lo que hay un rechazo en la
sociedad hacia el potencial de la persona joven. No es del todo veraz que los años
lozanos sean tan románticos como se pinta en el texto, ya que no todas las
experiencias de vida y psiques son iguales, por más joven que sea una persona esto
no significa que no haya pensamientos negativos y hasta pesimistas, no evade la
conciencia de la muerte venidera o incluso auto proporcionada. De la misma forma
considero las fobias, puesto que es cierto que según qué persona los años de vejez
modifican en una forma decadente la salud emocional, no lo percibo como una fobia
ya que la muerte es parte del ciclo de la vida y nosotros vamos a ella sin excepción.
Referencias bibliográficas
17
Alvar, C., Mainer, J. & Navarro, R. (1997). Antonio Machado o la poética de la memoria.
Breve historia de la literatura española (pp. 571-574). Madrid: Alianza Editorial.
Gilman, S. (Oct-dic, 1947). La Generación del Noventa y Ocho by Pedro Laín Entralgo.
Nueva Revista de Filología Hispánica, Vol 1 (N°2). Recuperado de
http://www.jstor.org/stable/40296461
Lauxan. (mayo 1929). Machado y Sus Soledades. Hispania, Vol 12 (N° 3). Recuperado
de http://www.jstor.org/stable/331385
18
Pérez, J. (2008). Diccionario de símbolos y mitos: las ciencias y las artes en su
expresión figurada. Madrid: Tecnos.
Anexos
Los siguientes anexos son los textos citados como intratextos del poema
analizado en el trabajo2
Anexo 1
El Viajero
Anexo 2
II
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
y pedantones al paño
y no conocen la prisa
Anexo 3
XI
Yo voy soñando caminos
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las polvorientas encinas!...
ya no siento el corazón».
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
en el corazón clavada».
Anexo 4
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XXII
Sobre la tierra amarga,
Imágenes amigas,
y quimeras rosadas
Anexo 5
XXXIII
¿Mi amor?... ¿Recuerdas; dime,
lánguidos y amarillos
¿Recuerdas la amapola
la amapola marchita,
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negro crespón del campo?...
y el humilde, en la mañana,
Anexo 6
XXXVII
o soñando amarguras
Me respondió la noche:
tú sabes mi secreto;
yo no sé tu secreto,
humilde y solitario,
yo te busqué en tu sueño,
laberinto de espejos.
Anexo 7
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XL
Inventario galante
y el chispear de estrellas
Y tu morena carne,
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano…
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.
De tu morena gracia,
de tu soñar gitano
de tu mirar de sombra
De tu mirar de sombra
de florecillas nuevas
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
28
Los regaré con agua
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