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org/que-es-la-pastoral-de-la-salud/
La salud es una experiencia sentida, gozosa, plena y armónica de todas y cada una de las dimensiones de
la persona. Por eso, hoy hablamos de: salud física, salud emocional, salud intelectual, salud social, salud
valórica, salud religiosa. ¡Y cómo no! Hablamos de salud económica, laboral, política, ética y ecológica.

https://www.hospitalarias.org/index.php/pastoral-de-la-salud-2
El concepto de salud, en su integralidad, hace referencia no solo a la salud biológica, sino también a la salud
biográfica que abarca los aspectos psicológicos, sociológicos y espirituales o trascendentes de la persona;
ambas conforman su biografía única e irrepetible.

Por ello, cuando el ser humano enferma todas sus dimensiones se ven afectadas y todas requieren una
respuesta adecuada. La atención a las necesidades espirituales y religiosas de los enfermos, familiares y
colaboradores forman parte de la terapéutica integral.

https://www.hospitalarias.org/index.php/valores-hospitalarios

http://www.sanjuandedios.com/historiayvida/la-pastoral-la-salud-los-centros-la
-orden-hospitalaria/
“Debemos dar una asistencia que considere todas las dimensiones de la persona humana: biológica,
psíquica, social y espiritual. Solamente una atención que trate todas estas dimensiones, al menos como
criterio de trabajo y como objetivo a lograr podrá considerarse asistencia integral” [Carta de Identidad
de la Orden, 5.1].

Este servicio debe ser una atención abierta y ofrecida, nunca impuesta, a todas las personas en estos
momentos tan especiales como la enfermedad, el sufrimiento, la discapacidad, la exclusión o cualquier
otra necesidad de quienes son atendidos en nuestros centros.

“A todos los enfermos y marginados, desde el respeto y la libertad, hemos de acercarnos y atender sus
necesidades espirituales, dejándoles el protagonismo, aportándoles lo que necesiten en la medida que
podamos hacerlo” [Carta de Identidad de la Orden, 5.1.3.2].

Las personas que llegan a nuestros centros saben que es el dolor físico y psicológico. Al experimentar en
su propio ser el sufrimiento, acuden pidiendo ayuda. La primera necesidad que sienten es la de curar el
mal que les aflige, o de buscar ayuda para sus exigencias concretas, sin embargo, su petición también
contiene, de forma más o menos explícita, necesidades de tipo espiritual y religioso.

El proceso de atención a las necesidades espirituales consta de: Descubrimiento de necesidades


(Diagnóstico), formulación de objetivos, actividades (tratamiento) y seguimiento (Evaluación).
Hablamos de un método clínico que pretende detectar las necesidades espirituales y religiosas de dar
sentido a lo que se vive, a la reconciliación consigo mismo y con los otros. Necesidad de símbolos, de
ritos y de trascendencia. Detectadas las necesidades, pensar en cómo podemos ayudar al usuario y su
familia en esta particular situación. La ayuda puede ser con la escucha activa y respetuosa, una vista
pastoral, potenciar la autoestima. Ayudar a releer la vida, a la reconciliación con los demás y liberación
de culpas. Colaborar en la orientación de principios y valores, ayudar a discernir y clarificar creencias
cuando estas puedan tener un sesgo patológico. Dar esperanza desde el principio de realidad. Facilitar
prácticas religiosas. Facilitar celebraciones sacramentales. Acompañar al enfermo y la familia ante la
muerte próxima. Ayudar a morir en paz.

Estas breves líneas son una expresión básica de lo que involucra al equipo de pastoral o asistencia
espiritual y religiosa. Expresan un trabajo que contribuye a la atención integral en nuestros centros
hospitalarios.
http://www.hsjd.org/orden/mision-principios-y-filosofia.php

Orden Hospitalaria San Juan de Dios

Nuestra misión
Nuestra misión es evangelizar el mundo del dolor y sufrimiento a través de la promoción de obras y organizaciones
sanitarias y sociales, que presten una asistencia integral a la persona humana, dando preferencia a las personas
más desfavorecidas.

Principios y filosofía
. El centro de interés de cuantos vivimos y trabajamos en el hospital o en otra obra asistencial, es la persona
asistida.

. Promovemos y defendemos los derechos del enfermo y necesitado, teniendo en cuenta su dignidad personal.

. Nos comprometemos decididamente en la defensa y promoción de la vida humana.

. Reconocemos el derecho de las personas asistidas a ser convenientemente informadas de su estado de salud.

. Observamos las exigencias del secreto profesional y tratamos de que sean respetadas por cuantos se relacionan
con los enfermos y necesitados.

. Defendemos el derecho a morir con dignidad y a que se respeten y atiendan los justos deseos y las necesidades
espirituales de quienes están en trance de muerte, sabiendo que la vida humana tiene un término temporal y que
está llamada a la plenitud en Cristo

. Respetamos la libertad de conciencia de las personas a quienes asistimos y de nuestros colaboradores, pero
exigimos que se acepte y se respete la identidad de nuestros centros hospitalarios.

. Valoramos y promovemos las cualidades y la profesionalidad de nuestros colaboradores, les estimulamos a


participar activamente en la misión de la Orden y les hacemos partícipes del proceso de decisión en nuestras obras
apostólicas, en función de sus capacidades y áreas de responsabilidad.

. Nos oponemos al afán de lucro; por tanto, observamos y exigimos que se respeten las normas económicas
justas.

http://www.hsjd.org/orden/pastoral-de-la-salud.php

Las personas que nos sentimos parte de la Orden, comprendemos que somos una organización que tiene como
centro de atención la persona asistida, la cual se preocupa por acogerla cordialmente, asistirla, acompañarla y
ayudarla para que su calidad de vida sea la mejor posible; y dentro de las posibilidades, ofrecerle un camino para
descubrir el sentido de la vida.

Esto significa que la pastoral considera a la persona en su globalidad, la incluye en todas sus dimensiones y con
todas sus ambivalencias, considerando la relación real que tiene consigo misma, con las demás personas, con el
entorno, y con Dios.
Por tanto cualquier servicio a la persona, ya sea la acogida cordial en recepción o en otro servicio del centro
hospitalario, la sencilla asistencia en la alimentación, en la higiene personal; la comunicación adecuada de un
diagnóstico, la administración de medicamentos, selección de recursos humanos, la desvinculación de un
colaborador y hasta la orientación existencial, puede tener una cualidad pastoral si se brinda con empatía y con la
conciencia de considerar la persona en forma integral. (Atención integral en Salud)
“Todas las obras de la Orden han de contar con un Servicio de Asistencia Espiritual y Religiosa, dotado de recursos
humanos y materiales necesarios. Pueden formar parte de este Servicio Hermanos, Sacerdotes, Religiosos/as y
Colaboradores que cuenten con una formación adecuada en el ámbito de la pastoral. Estos deben trabajar en
equipo, coordinando sus actividades con los demás servicios de la Obra”.

“Debemos dar una asistencia que considere todas las dimensiones de la persona humana: biológica,
psíquica, social y espiritual. Solamente una atención que trate todas estas dimensiones, al menos como
criterio de trabajo y como objetivo a lograr podrá considerarse asistencia integral”.

Este servicio es una oferta de atención abierta a todos y a cada persona que un momento tan particular como es la
situación de enfermedad, sufrimiento, discapacidad y vulnerabilidad.

“A todos los enfermos y marginados, desde el respeto y la libertad, hemos de acercarnos y atender sus
necesidades espirituales, dejándoles el protagonismo, aportándoles lo que necesiten en la medida que podamos
hacerlo”.

Las personas que llegan a nuestros centros saben que es el dolor físico y psicológico. Al experimentar en su propia
vida el sufrimiento, acuden pidiendo ayuda. La primera necesidad que sienten es la de curar el mal que les aflige, o
de buscar ayuda para sus exigencias concretas, sin embargo, su petición también contiene, de forma más o menos
explícita, necesidades de tipo espiritual y religioso.

¿Qué queremos decir cuando hablamos de necesidades de tipo espiritual o religioso?

La dimensión espiritual, desde el ámbito católico, es constitutiva del ser humano. Hace referencia a la llamada
interna de toda persona a crecer y orientar su vida en la búsqueda de la plenitud, de la felicidad, en la realización
más amplia de ideales. Opera como una especie de impulso interior que mueve a la persona y orienta sus acciones.
Pertenece a la intimidad del ser humano y lo abre a la realización con los demás y con el Otro, que puede ser Dios,
o con cualquier otro nombre que se prefiera para indicar lo sobrenatural, que llena la vida de sentido y significado.

La dimensión espiritual se refiere a la búsqueda del sentido de la vida, contiene las grandes preguntas de la
existencia ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué sentido tiene el
dolor? ¿Qué hay después de la muerte? Son preguntas a las que se pueden responder desde los principios y
valores que cada hombre se plantea para sí mismo, y se refieren al centro más profundo del ser humano, su
espíritu.

La dimensión religiosa es la capacidad del ser humano de vivir una experiencia de encuentro con Dios. Experiencia
que lleva a realizar una opción por una religión histórica específica, por un dios concreto, una doctrina definida y
orientada, que ofrece una escala de valores capaz de dar indicios a responder los grandes interrogantes de la
humanidad.

Es una respuesta a una llamada interior que implica entender y vivir de forma concreta la relación con Dios. “No se
comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con
una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” Esta dimensión considera la
existencia de una comunidad, que acompaña a sus integrantes en el aprendizaje y crecimiento de la fe en el Dios
de dicha religión.
Dimensión espiritual y religiosa no son sinónimos, aunque entre ambas existen referencias recíprocas. La
dimensión espiritual es constitutiva de la persona, la dimensión religiosa es la forma histórica específica en la que el
individuo ha decidido madurar su fuerza espiritual.

MODELO ASISTENCIAL
La atención de las necesidades espirituales y religiosas de las personas atendidas en nuestras Obras Apostólicas
forma parte de la atención integral de cada persona. Por tanto, es imprescindible el trabajo coordinado de todo el
equipo asistencial.

El equipo de pastoral (asistencia espiritual y religiosa), se ocupa de acompañar a toda persona que llega a ser parte
de las obras apostólicas. Requiere, como toda área, un modelo antropológico para definir y concretar la misión de la
Orden, sus tareas, cuidados y estilo asistencial. “La persona es una realidad plural estructurada y constituida por las
dimensiones biológica, psíquica, espiritual y social”
En general, el proceso de atención a las necesidades espirituales consta de:

. Descubrimiento de necesidades (Diagnóstico)

. Formulación de objetivos, actividades (tratamiento) (Salud Integral)

. Seguimiento (Evaluación).

Al presentar este proceso, desplegamos un método clínico que pretende detectar las necesidades espirituales y
religiosas de dar sentido a lo que se vive, a la reconciliación consigo mismo y con los otros. Detectar, además, la
necesidad de símbolos, de ritos y de trascendencia. Luego de descubrir las necesidades, pensar, de acuerdo a un
marco teórico bien definido, en cómo podemos ayudar al usuario, su familia colaborador o vecino en esta particular
situación. La ayuda puede ser con la escucha activa y respetuosa en una visita o encuentro pastoral que ayude a
potenciar la autoestima, a ser agradecidos por la posibilidad de recuperación, a releer la vida desde la esperanza y
el principio de realidad. También tiende a promover la reconciliación con los demás y la liberación de culpas.

La asistencia, también contribuye a colaborar en la orientación de principios y valores, a discernir y clarificar


creencias cuando estas puedan tener un sesgo patológico, y acompañar al usuario y su familia ante la muerte
próxima para que, dentro de las circunstancias, se ayude a la persona a morir en paz.

http://elultimoremanente.org/medicos-misioneros/

El aliviar el sufrimiento físico da una oportunidad de ministrar a las necesidades espirituales de la


gente. (Un Llamado al Evangelismo Médico, 10)

Comenzad a hacer obra médico-misionera con las facilidades que tenéis a mano. Encontraréis que así
se os abrirá el camino para tener estudios bíblicos. El Padre celestial os colocará en relación con los
que necesitan saber cómo tratar a sus enfermos. Poned en práctica lo que sabéis con respecto al
tratamiento de la enfermedad. Así se aliviará el sufrimiento, y tendréis oportunidad de impartir el pan
de vida a las almas hambrientas.
(Un Llamado al Evangelismo Médico, p.33)
El ministro será llamado a menudo a desempeñar la parte de un médico. Debe tener una preparación
que lo habilite para administrar los remedios más sencillos para aliviar el sufrimiento. Los ministros y
los instructores bíblicos deben prepararse para este ramo de trabajo; porque al hacerlo, están
siguiendo el ejemplo de Cristo.
(Un Llamado al Evangelismo Médico, p.35-36)

La obra médico-misionera es de origen divino, y tiene que cumplir la más gloriosa misión. En todos sus
aspectos ha de estar en conformidad con la obra de Cristo. Los que trabajen como colaboradores con
Dios representan tan seguramente el carácter de Cristo como Cristo representó el carácter de su
Padre mientras estaba en este mundo (MM, 29, 30).

En la obra médica misionera que se debe hacer, las mujeres deben dar tratamiento a las mujeres. (…)
Cuando las mujeres enfermas son tratadas y cuidadas por mujeres, se cierra la puerta por la cual
Satanás trata de entrar.
(MM, 181)

“La obra medico misionera genuina está ligada, en forma inseparable, a la obediencia de los diez
mandamientos”. (MM, 281)

En los campos nuevos no hay otra obra que tenga tanto éxito como la obra médico-misionera.
(MM, 315).

La obra médico-misionera proporciona a la humanidad el Evangelio de la liberación del sufrimiento. Es


la obra pionera del Evangelio. Es el Evangelio puesto en práctica y es la revelación de la compasión de
Cristo. (MM 316).

La bendición de Dios descansará sobre todo esfuerzo hecho para despertar interés en la reforma
pro-salud; pues ésta se necesita en todas partes. Debe haber un reavivamiento con relación a este
aspecto, pues Dios se propone realizar una gran tarea mediante este agente. Presentad la temperancia
con todas sus ventajas en relación con la salud. Educad a la gente en las leyes de la vida, de manera
que sepan cómo preservar su salud. Los esfuerzos que actualmente se realizan no están de acuerdo
con la mente de Dios. La medicación a base de drogas es una maldición en esta época de mucha
información.
(MM, 343, 344)

Debe darse más atención a preparar y educar a misioneros con referencia especial a la obra en las
ciudades. Cada grupo de obreros debe estar bajo la dirección de un dirigente competente, y siempre
debe tenerse ante ellos la idea de que han de ser misioneros en el más alto sentido del término. Tal
trabajo sistemático, sabiamente conducido, producirá benditos resultados.
(MM, 400).

La intemperancia ha llenado nuestro mundo, y deben establecerse misiones médicas en toda ciudad.
Con esto no quiero decir que deben establecerse instituciones costosas, que exigen una gran inversión
de medios. Estas misiones deben ser dirigidas de tal manera que no constituyan un fuerte drenaje
para la causa; y su obra ha de preparar el camino para el establecimiento de la verdad presente. La
obra médico-misionera debe tener sus representantes en todo lugar, en relación con el
establecimiento de nuestras iglesias. El alivio del sufrimiento corporal abre el camino para el
sanamiento del alma enferma de pecado. (MM, 428).

Pregúntense muchos ahora: «¿Señor, qué quieres que yo haga?» Es el propósito del Señor que su
método de sanar sin drogas sea destacado en toda gran ciudad por medio de nuestras instituciones
médicas. Dios inviste de sagrada dignidad a los que salen con su poder a sanar a los enfermos. Brille la
luz en lugares cada vez más distantes, en todo lugar en que pueda conseguirse entrada. Satanás hará
que la obra sea tan difícil como sea posible, pero el poder divino asistirá a todos los obreros sinceros.
Guiados por la mano de nuestro Padre celestial, salgamos para aprovechar toda oportunidad a fin de
extender la obra de Dios (MM, 432).
En toda ciudad donde tengamos una iglesia, hay necesidad de un lugar donde puedan darse
tratamientos. . . Debe proveerse un lugar donde puedan darse tratamientos para las enfermedades
comunes. El edificio podrá carecer de elegancia y aun podrá ser tosco, pero debe ser amueblado con
las facilidades necesarias para dar tratamientos sencillos (Testimonios, tomo 6, 113).
La obra médico-misionera es la mano derecha del Evangelio. Es necesaria para el progreso de la causa
de Dios. A medida que los hombres y mujeres sean inducidos a ver la importancia de los hábitos de
vida correctos por medio de esa obra, el poder salvador de la verdad se hará conocer. Obreros
preparados para hacer obra médico-misionera deben empezar su trabajo en todas las ciudades. Como
la mano derecha del mensaje del tercer ángel, los métodos de Dios para tratar la enfermedad abrirán
puertas para la entrada de la verdad presente. (Testimonios, t.7, p. 59).

Debido a la instrucción que el Señor me ha dado de tiempo en tiempo, sé que debe haber obreros que
hagan giras médico-evangelísticas entre las ciudades y aldeas. (Testimonios, tomo 9, 172).

Como medio para vencer el prejuicio y ganar acceso a las mentes, debe hacerse obra
médico-misionera, no solamente en uno o dos lugares, sino en muchos lugares donde la verdad no ha
sido todavía proclamada. Hemos de trabajar como misioneros médicos evangélicos, para sanar a las
almas enfermas de pecado dándoles el mensaje de salvación. Esta obra quebrantará el prejuicio como
ninguna otra cosa puede hacerlo. (Testimonios, tomo 9, 211).

La obra médica misionera es el brazo derecho, la mano ayudadora del Evangelio, para abrir puertas
para la proclamación del mensaje. . .
(Evangelismo. 374)

Nada aumentará más la fuerza espiritual y el fervor y profundidad de los sentimientos, como el visitar
y servir a los enfermos y abatidos, ayudándoles a ver la luz y a aferrarse de Jesús por la fe.
(Testimonios para la Iglesia 4, 79)

La obra del Señor es una, y su pueblo ha de ser uno. El no ha indicado que alguna parte del mensaje se
lleve adelante independientemente o llegue a absorberlo todo. En todas sus labores, unió el la obra
médico misionera con el ministerio de la palabra (…) Así también deben los mensajeros del Señor
hacer su obra hoy.
(JT, T2, 530)

La obra misionera médica debe ser para la obra de la iglesia como el brazo derecho para el cuerpo. El
tercer ángel sale a proclamar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. La obra misionera médica es
el Evangelio en práctica.
(JT, T2, 531)

(La obra médico misionera) es una obra que deben hacer las iglesias de toda localidad, en el norte y en
el sur, en el este y en el oeste. A las iglesias se les ha dado la oportunidad de responder en la
realización de este trabajo. ¿Por qué no lo han hecho? Alguien debe cumplir la comisión
(Review and Herald, mayo 25 de 1897).

Hemos llegado a un tiempo cuando todo miembro de la iglesia debe actuar en la obra
médico-misionera. El mundo es un lazareto lleno de víctimas tanto de enfermedades físicas como
espirituales. Por doquiera la gente está pereciendo por falta de conocimiento de las verdades que nos
han sido encomendadas. Los miembros de la iglesia necesitan despertar y darse cuenta de su
responsabilidad de impartir estas verdades (Testimonios 7, 62).

A medida que la agresión religiosa subvierte las libertades de nuestra nación, los que quieren
defender la libertad de conciencia serán colocados en una posición desfavorable. Por su propia causa,
deben dominar lo referente a la enfermedad, sus causas, su prevención y su cura mientras tienen la
oportunidad. Todos los que hagan esto hallarán un campo de trabajo dondequiera. Habrá personas
que están sufriendo, gran cantidad de ellas, que necesitarán ayuda, no sólo entre las personas de
nuestra misma fe, sino mayormente entre los que no conocen la verdad. La brevedad del tiempo
demanda una energía que no se ha despertado entre los que pretenden creer la verdad presente.
(Counsels on Health, 506).
Nuestros obreros médico-misioneros han de demostrar ahora el más puro ejemplo de abnegación.
Con el conocimiento y la experiencia obtenida en la obra práctica, han de salir a dar tratamientos a los
enfermos. Mientras van de casa en casa, encontrarán acceso a muchos corazones. Muchos que de
otra manera nunca habrían escuchado el mensaje evangélico serán alcanzados.
(Counsels on Health, 538).

Los siervos de Cristo han de seguir su ejemplo. Cuando él iba de lugar en lugar, confortaba a los
dolientes y sanaba a los enfermos. Luego les exponía las grandes verdades referentes a su reino. Esta
es la obra de sus seguidores. Mientras aliviéis los sufrimientos del cuerpo, hallaréis maneras de
ministrar a las necesidades del alma. Podéis señalar al Salvador levantado en alto, y hablarles del
amor del gran Médico, que es el único que tiene poder para restaurar.
(PVGM, 185).

Aquel que os ha dado vuestra comisión os otorgará capacidad y comprensión al consagraros a su


servicio, empeñándoos diligentemente en el trabajo y en el estudio, haciendo lo mejor de que seáis
capaces para traer alivio al enfermo y al que sufre (Counsels on Health, 539).

Hay un mensaje que presentar en cada iglesia con respecto a la reforma pro salud. Hay una obra que
hacer en cada escuela.
(CRA, 547)

Cuando se la une con otros ramos del esfuerzo evangélico, la obra médico-misionera es un
instrumento de la mayor eficacia por medio del cual se prepara el terreno para la siembra de las
simientes de verdad, y también el instrumento por el cual la cosecha es recogida.
(Review and Herald, 10 de septiembre de 1908).

Quiero decirles a mis hermanos en el ministerio…Combinad la obra médico misionera con la


proclamación del mensaje del tercer ángel…Presenten los principios de la reforma pro salud en su
relación con el mensaje del tercer ángel.
La obra que se realiza en el ramo médico misionero es precisamente la obra que Cristo ordenó a sus
seguidores que hicieran. ¿No veis claramente que los que se ocupan en esta obra están cumpliendo la
comisión del salvador? (Testimonios para Ministros., 416)

Mientras sigamos el ejemplo de Cristo en el trabajo para beneficiar a los demás, despertaremos su
interés en el Dios a quien amamos y servimos. (Testimonios t2, 483)

Deben establecerse más escuelas de cocina, y algunos deben trabajar de casa en casa, dando
instrucción en el arte de cocinar alimentos sanos. Muchísimos serán rescatados de la degeneración
física, mental y moral por medio de la influencia de la reforma pro salud, Estos principios se
recomendarán a sí mismos ante aquellos que buscan luz; y los tales avanzarán desde este punto para
recibir toda la verdad para este tiempo.
(CRA, 568)

Es imposible trabajar para la salvación de los hombres y las mujeres sin presentarles la necesidad de
apartarse de las gratificaciones pecaminosas, las cuales destruyen la salud, degradan el alma e
impiden que la verdad divina impresione la mente.
(Ministerio de la Alimentación Saludable, 28)

Se requiere de nosotros que demos a conocer los principios de la reforma pro salud en las grandes
reuniones de nuestro pueblo en nuestros campamentos de reavivamiento espiritual.
(C. Salud, 336)

Cristo, el gran Médico Misionero, es nuestro ejemplo…El curaba a los enfermos y predicaba el
evangelio. En su ministerio, curar y enseñar estaban vinculados estrechamente. Hoy estos no deben
separarse.
(C. Salud, 395)
En nuestros grandes congresos debiera impartirse instrucción acerca de la salud y la temperancia.
(C. Salud, 447)

Los grandes congresos que reúnen a nuestro pueblo proporcionan una excelente oportunidad para
ilustrar los principios de la reforma pro salud.
(C. Salud, 465)

Un conocimiento inteligente del tratamiento de las enfermedades basado en los principios de la


higiene, conquistará la confianza de muchas personas que de otro modo nunca serían alcanzadas con
la verdad.
(C. Salud, 503)

Pronto no se hará ninguna obra en las líneas ministeriales que no sea la obra médico misionera.
(C. Salud, 534)

El Señor me dio gran luz acerca de la reforma por salud. Junto con mi esposo, había de efectuar obra
médico-misionera. Había de dar ejemplo a la iglesia llevando a los enfermos a mi hogar y cuidando de
ellos.
(Review and Herald, 26 julio 1906; MS, t1, 37)

Habría que dar conferencias para enseñar a conservar la salud, evitar la enfermedad y a reposar
cuando el descanso es necesario.
(Mensajes Selectos, tomo 2, 321)

Por la instrucción que el Señor me ha dado una y otra vez, sé que debe haber obreros que hagan giras
médico-evangelísticas por las ciudades y aldeas. Los que hagan este trabajo reunirán una rica cosecha
de almas, tanto de las clases más encumbradas como de las más humildes.
(Mensajes Selectos, tomo 3, 66)

Se necesitan médicos evangelistas. (Consejos Maestros, 451-458)

La obra médico misionera…es la primera obra del evangelio.


(MB, 123)

La obra médico-misionera siempre debería haber existido en la obra de reforma. Pero nunca ha de
convertirse en un motivo de separación de los obreros en el ministerio de su obra. Cristo unió estas
dos ramas en todas sus labores. La obra médico-misionera es parte del gran todo, así como el brazo es
parte del cuerpo.
Los pastores y maestros han de trabajar inteligentemente en sus tareas específicas, instruyendo a los
miembros de iglesia en la manera de trabajar en las tareas médico-misioneras.
(MB, 127)

Diría a mis hermanos en el ministerio: Proseguid esta obra con tacto y habilidad. Poned al trabajo a los
jóvenes y señoritas de nuestras iglesias. Combinad la obra médico-misionera con la proclamación del
mensaje del tercer ángel.
(MB, 128)

La obra médico-misionera es la obra de avanzada del Evangelio, la puerta por la cual ha de hallar
entrada en muchos hogares la verdad para este tiempo. (…) Al ir de casa en casa, hallaran acceso a
muchos corazones. Serán alcanzados muchos que, de otra manera, nunca habrían oído el mensaje
evangélico.
(MB, 129)

En casi cada localidad hay muchos que no asisten a ningún servicio religioso. Si quiere ganárselos para
el Evangelio, éste debe ser llevado hasta sus hogares. Con frecuencia el alivio de sus necesidades
físicas es el único medio por el cual se puede alcanzarlos.
(MB, 130)
Cuando una agresión religiosa destruya las libertades de nuestra nación, aquellos que estarán del lado
de la libertad de conciencia se encontrarán en una posición desfavorable. Por su propio beneficio ellos
deberían, mientras tienen oportunidad, ser más avisados en cuanto a las enfermedades, sus causas,
prevención y curación. Y los que hagan eso, encontrarán un campo de labor en todas partes. Habrá
dolientes, abundancia de ellos, que necesitarán ayuda, no solamente entre aquellos de nuestra propia
fe, sino mayormente entre los que no conocen la verdad.
(MB, 142)

Quiero deciros que pronto no habrá obra que se pueda hacer en los ramos ministeriales, sino la obra
médico-misionera.
(MB, 144)

Nunca seréis ministros según la orden evangélica hasta que mostréis un interés decidido en la obra
médico-misionera, el evangelio de la salud y de la bendición y de la fortaleza.
(MB, 145)

Como medio de vencer los prejuicios y poder llegar a las mentes, debe hacerse obra misionera
médica. . . . Hemos de trabajar como misioneros médicos evangélicos para curar a las almas enfermas
de pecado, dándoles el mensaje de salvación. Esta obra derribará prejuicios como ninguna otra puede
hacerlo.
(MB, 314)

Antes de que dispusiéramos de sanatorio alguno, mi esposo y yo comenzamos la obra de carácter


médico. Traíamos a nuestra casa enfermos que habían sido desahuciados por los médicos. Cuando no
sabíamos qué hacer por ellos, orábamos a Dios muy fervientemente y él siempre envió su bendición.
(MB, 343)

Antes de que se estableciera nuestro sanatorio, mi esposo y yo íbamos de casa en casa dando
tratamientos. Con la bendición de Dios salvamos las vidas de muchos que sufrían.
(MB, 344)

La obra médico-misionera es la obra de avanzada, Ha de combinarse con el ministerio evangélico. Es el


Evangelio en la práctica, el Evangelio ejercido prácticamente. Me ha entristecido mucho el ver que
nuestros hermanos no han emprendido esta obra como debieran. . .
(MB, 358)

Por su propio bien, mientras tienen oportunidad, debieran adquirir conocimientos con respecto a las
enfermedades, sus causas, su prevención y su curación. Y los que lo hagan tendrán oportunidad de
trabajar en todas partes. Habrá pacientes en abundancia que necesitarán ayuda, no sólo entre los de
nuestra fe, sino más aún entre los que no conocen la verdad.
(MAR, 183)

En una escena que pasó ante mí, ví cierta obra hecha por los médicos misioneros. Nuestros hermanos
dirigentes la contemplaban, observando lo que se hacía, pero no parecían comprenderla.
(ATO, 150)

En el curso de su ministerio, Jesús dedicó más tiempo a la curación de los enfermos que a la
predicación.
(MC, 12)

El Salvador aprovechaba cada curación que hacía para sentar principios divinos en la mente del alma.
(MC, 13)

La curación física va enlazada con la comisión de predicar el Evangelio…En la obra del Evangelio, la
enseñanza y la curación jamás deben ir separadas.
(MC, 131)
Muchos no tienen fe en Dios y han perdido la confianza en el hombre. Pero aprecian actos de simpatía
y de ayuda. Al ver a una persona que viene a su hogar no motivada por la alabanza terrenal o la
compensación, y que ministra al enfermo, alimenta al hambriento, viste al desnudo, consuela al triste
y les señala a todos a Aquel de cuyo amor y piedad el obrero humano es solamente un mensajero,
cuando ven esto sus corazones son tocados. Brota gratitud, se enciende la fe. Ven que Dios tiene
cuidado por ellos, y cuando la Palabra es abierta están preparados para escuchar.
(Review and Herald, 9 mayo, 1912)
Ninguna línea debe trazarse entre la verdadera obra médico-misionera y el ministerio evangélico.
Ambas cosas deben combinarse. No han de considerarse como línea de trabajo separadas la una de la
otra. Han de unirse en una conjunción inseparable, así como la mano está unida con el cuerpo.
(Carta 102, 1900)

Ningún tema entre los que son presentados a los habitantes de nuestras ciudades atraería un interés
tan grande como el que concierne a la salud física.
(Temperancia, 174)

Los niños pueden tomar parte en la obra médico-misionera.


(2JT, 461)

Hay más religión en una buena cocina de lo que muchos se imaginan.


(1JT, 191)

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