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CICLO MENSTRUAL

El ciclo menstrual es el proceso hormonal por el que pasa el cuerpo de una mujer
todos los meses para prepararse para un posible embarazo. Los períodos
menstruales regulares durante los años entre la pubertad y la menopausia suelen ser una
señal de que tu cuerpo está funcionando normalmente. Los períodos irregulares,
abundantes o dolorosos no son normales. Muchas mujeres también pueden experimentar
los síntomas del síndrome premenstrual (SPM). Puedes tomar algunas medidas en casa y
hablar con tu médico o enfermera sobre formas para tratar tus problemas durante el
período menstrual y el SPM.

El ciclo menstrual típico dura 28 días; sin embargo, cada mujer es diferente. 2 Además,
la duración del ciclo menstrual de una mujer puede variar de mes a mes. Tus períodos
menstruales aún son "regulares" si generalmente vienen cada 24 a 38 días. 3 Esto
quiere decir que el tiempo transcurrido desde el primer día de tu último período
menstrual hasta el comienzo de tu próximo período es de al menos 24 días pero no
más de 38 días.
El período menstrual de algunas mujeres es tan regular que pueden predecir el día y
la hora en que su período menstrual comenzará. Otras mujeres son regulares pero
solo pueden predecir el comienzo de su período menstrual unos días antes.

FUNCIÓN DE LAS PARTERAS

Hoy en día, muchas mujeres deciden volver a los métodos tradicionales de parto.
En ese tipo de partos, la partera cumple un rol muy especial, ya que no sólo asiste
a la madre sino que también brinda contención emocional.

Traer un hijo al mundo dejó de ser un camino lineal. Hoy en día, cada mamá
puede elegir cómo desea llevar su embarazo y qué clase de parto prefiere.
Pese a los grandes avances de la ciencia en los últimos años, cada vez son más
las mujeres que eligen volver a lo tradicional. Es así como la figura de la partera se
ve renovada.

Al momento de explicar cuáles son las tareas de una partera, debemos entender
que esta actividad concibe la maternidad desde un punto de vista totalmente
diferente al de la medicina.
Mientras que la ciencia médica ve al embarazo como una condición a ser tratada,
el modelo de partería entiende al período de gestación y parto como un proceso
natural.

La responsabilidad de la partera no es solamente preparar a la mujer para dar a


luz, también la asistirá en el parto y durante los días siguientes al nacimiento del
bebé.
Respaldándose en sus conocimientos sobre Medicina, la partera además de saber
responder a todas las dudas que surjan, brinda apoyo emocional y contención a la
futura mamá.

Pese al temor de algunas mujeres, las parteras están capacitadas y pueden


resolver cualquier imprevisto que se presente en el parto de igual modo que lo
haría un profesional médico.
En países como Estados Unidos, la tendencia a elegir este tipo de servicios es
cada vez mayor, la Organización Mundial de la Salud de hecho destacó el trabajo
y los resultados de este tipo de asistencia.

Sin dudas es una manera diferente de llevar adelante el proceso de embarazo, de


un modo más personalizado, utilizando los conocimientos actuales de la ciencia
con técnicas antiquísimas.
Hay una opción para cada mamá ¿Cuál elegís vos?

La regla: ¿Qué productos han usado las mujeres a lo largo


de la historia?

En la Antigüedad controlaban
bastante el cotarro
Los investigadores creen que las egipcias utilizaban papiro y hierbas
para elaborar los primeros tampones. Las romanas utilizaron algodón y
lana. A lo largo y ancho del mundo se utilizaron todo tipo de pieles
animales o musgos con el propósito de absorber la sangre menstrual.
Muy apañadas, vaya.

Sangrado libre, a lo loco


Antes de nada, para ponernos en contexto, hay que tener en cuenta que
antes del siglo XX las mujeres menstruaban con mucha menos
frecuencia a lo largo de su vida:

- Empezaban a menstruar más tarde, muchas en la veintena, y paraban


antes (eso si llegaban a vivir lo suficiente como para llegar a
experimentar la menopausia).

- Se casaban antes, por lo que empezaban a tener hijos más pronto, lo


que disminuía la cantidad de menstruaciones.

- Tenían muchos más hijos y no tenían anticonceptivos, por lo que


pasaban mucho tiempo embarazadas, y por tanto, sin reglas.

- Amamantaban a sus hijos durante periodos largos y con mucha


frecuencia, lo que en muchos casos detenía las menstruaciones.

- Muy frecuentemente estaban enfermas y/o malnutridas, lo que


dificultaba el tener menstruaciones regulares.

- Morían antes.

Esto implicaba que, en muchísimas ocasiones, las mujeres no usasen


ningún producto:

"Aparentemente, muchas mujeres


hacían sus propias compresas o, como
las mujeres rurales, no llevaban ni
compresas ni ropa interior. Cuando
tenían la regla dejaban un reguero de
sangre tras ellas"
Muchas se ponían un trapo viejo y a ir tirando, otras aplicaban el
concepto DIY mucho antes de Pinterest y se hacían unas compresas
reutilizables la mar de majas, como estas de punto del s. XIX en
Noruega

Las bragas negras, el apaño universal


Muchas mujeres, especialmente de las zonas rurales, optaban por
sangrar directamente sobre la ropa. Ciertos escritos en torno al a ño
1800 indican que para estos días las mujeres tenían ropa interior negra,
pero nada especialmente absorbente.

La copa menstrual no tiene nada de


nuevo
Qué usaban antes las mujeres cuando
Menstruaban?
Fuego_de_Xolotl

14 de Diciembre de 2015

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Comenzaremos haciendo primero un poco de historia.

La pérdida mensual de sangre en la mujer al ser un


signo externo y evidente, llamó la atención a los
pueblos de la antigüedad. Por tanto no es de extrañar
que llevara aparejados temores sociales o personales
y también diversas supersticiones. Tal vez uno de los
primeros temores inspirados por la menstruación
ocurriera en la prehistoria entre los cazadores, ante el
riesgo de contaminarse con la sangre menstrual y que
pudiese atraer animales aumentando el riesgo de ser
atacados.

Para los persas (800 a.C.), la mujer que había tenido


un hijo, igual que la mujer que estaba menstruando,
era "impura" y se le aislaba por cuatro o más días en
un cuarto que tenía desparramada paja seca y alejada
quince pasos del fuego y el agua (elementos limpios).
En la India oriental (Siglo VI a.C.), los ritos de
purificación de la mujer menstruante eran muy
precisos, y establecían que la mujer debía frotarse los
dientes, hacer gárgaras doce veces y lavarse manos y
pies; posteriormente zambullirse doce veces en el río,
y tras salir de él, frotarse con lodo que llevara estiércol
fresco, volver a zambullirse en el agua treinta y cuatro
veces, y repetir las friegas de lodo; repetir la inmersión
veinticuatro veces, frotarse el cuerpo con azafrán y,
para terminar, otros veinticuatro chapuzones más.

Mucho se ha especulado sobre la causa de la


menstruación y durante mucho tiempo (hasta fines del
Siglo XIX) prevalecieron las ideas de la medicina
griega, que la veían como una forma de excreción de
residuos. Hipócrates (466-377 a.C.) consideraba que
la sangre menstrual era un producto de desecho y esto
era debido a que la mujer generaba demasiada
sangre. Apuntaba que el origen de este sangrado se
debía a que la mujer era excesivamente caliente y solo
por este medio lograba atemperar el organismo.
Galeno (Siglo II d.C.), pensaba lo contrario, pues para
él la sangre menstrual aparecía debido a la
imperfección de la mujer, que era fría y húmeda, por la
falta del calor necesario, lo que causaba una digestión
anormal de los alimentos; la función del sangrado era
eliminar los materiales de desperdicio.

La tradición popular y religiosa romana le imputaba a


la menstruación efectos peligrosos y maravillosos. El
principal divulgador de estas ideas fue Plinio El Viejo
(23-79 dC) quien pensaba que nada era más
poderoso, para bien y para mal, que la sangre mensual
de las mujeres.

Estas son algunas de las cosas que se le atribuían a la


menstruación: podía curar verrugas, manchas de
nacimiento, gota, bocio, hemorroides, epilepsia, lepra,
dolores de cabeza... Podía alejar a los demonios , se
utilizó como una ofrenda a algún dios y para hacer
filtros y encantamientos de amor.

En los siglos XVIII y XIX la "melancolía" se puso de


moda. Los casos de depresión y suicidio, cuando sus
protagonistas eran del género femenino, se
relacionaron con el supremo poder del útero, que
actuaba a capricho sobre el estado de la mujer. La
mayoría de las autoridades médicas creían que
durante el periodo menstrual la mujer estaba
especialmente débil y predispuesta a una gran
variedad de enfermedades perniciosas. Para ello
recomendaban reposo y tratar de evitar cualquier tipo
de actividad física o mental. Estaba completamente
prohibido bailar, andar en bicicleta, correr, remar, así
como cualquier tipo de ejercicios atléticos; también era
peligroso viajar en tren o carruaje.

El misterio del origen de la menstruación comenzó a


desvelarse en 1908 por dos médicos de la Universidad
de Viena, Fritz Hitschman (1870-1926) y Ludwig Adler
(1876-1958).

Vemos pues que la historia de la menstruación


evoluciona desde el concepto mágico y astral,
pasando por las teorías filosóficas que la catalogaron
como un producto de la digestión además de una
demostración de la inferioridad de la mujer, hasta que
en el siglo XX, gracias a los avances de la ciencia, se
descubrió que los órganos genitales femeninos tenía
funciones específicas orientadas a la búsqueda de la
gestación. Fue así que después de cientos de años de
ignorancia, se lograron eliminar la mayoría de las
supersticiones que existían sobre la sangre menstrual

Vamos a intentar ahora responder a algunas de las


preguntas que nos hemos hecho muchas veces:

¿Qué hacían, cómo se las apañaban nuestras


congéneres en la antigüedad cuando tenían la
regla?

La historia de las mujeres, especialmente sus asuntos


cotidianos, resultaba inadecuada o poco interesante
hasta para hablar de ella. Durante siglos, en las
culturas europeas, las mujeres solo eran "buenas"
para un número limitado de cosas y habida cuenta que
eran los hombres los que dominaban el cotarro, no es
de extrañar que una de las razones por las que no se
sabe muy bien lo que hicieron las mujeres en el
pasado, en cuanto a sus periodos se refiere, es porque
la mayoría de la información que nos ha llegado ha
sido a través de los hombres, y ellos apenas han
hablado de "estas cosas de mujeres". Es casi
imposible saber a ciencia cierta lo que usaron las
mujeres en la mayoría de las culturas, aunque con
toda probabilidad, desde siempre, habrían utilizado
almohadillas, trapos, esponjas, hierba, pieles y otros
materiales absorbentes.

La primera evidencia que ha llegado hasta nuestros


días de qué era lo que usaban las féminas durante la
menstruación viene del antiguo Egipto. Los
investigadores creen que las mujeres egipcias usaron
papiros ablandados y hierbas para producir una
especie de tampones rudimentarios de usar y tirar. En
la época romana se piensa que utilizaban algodón y
lana. Y, en general, en todo el mundo, las pieles de
animales fueron usadas para absorber la sangre
menstrual.
¿Las mujeres del pasado perdían menos sangre
que las de la actualidad? En caso afirmativo, ¿era
una opción, como en algunas partes se apunta,
que esa sangre la absorbieran sus propias ropas?
¿O usaban toallas o algún tipo de compresa? Y si
era así ¿cómo lo sujetaban al cuerpo o a la ropa?
No se sabe, o al menos no se puede estar seguro, de
cuál es el nivel de pérdida de sangre que tenían las
mujeres en el pasado. Al parecer esto puede variar
con la dieta y la gente no estaba tan bien alimentada
en el pasado como ahora.

Aparentemente muchas mujeres de ciertas partes de


Europa entre 1700 y 1900 no utilizaron nada en
especial: ni trapos, ni toallas sanitarias, ni esponjas, ni
cualquier otra cosa durante la menstruación porque
sangraban en su propia ropa. Y dado que la mayoría
de los primeros colonos de América procedían de
Europa, lo más probable es que estadounidenses y
canadienses también lo hicieran así.

En 1757 un médico alemán (Christian TE Reinhard)


dio una razón por la que las mujeres no debían usar
pantalones o ropa interior cerrada: "sus genitales
necesitan aire para permitir que la humedad se
evapore, para evitar que se descomponga y dé olor".
Pero reconoció, sin embargo, que las mujeres podían
usarlos en climas fríos y de protección contra los
insectos.

Antes del siglo XX, las mujeres europeas y


americanas menstruaban con poca frecuencia en
comparación con la actualidad. Comenzaban a
menstruar más tarde, alrededor de la segunda mitad
de la adolescencia y dejaban de hacerlo antes, eso si
es que vivían lo suficiente para experimentar la
menopausia. Por tanto tenían un tiempo más corto de
menstruación.

Se casaban muy jóvenes y se usaban pocos medios


de anticoncepción. Su misión era tener hijos y se
tenían bastantes, por lo que sus menstruaciones
desaparecían, obviamente, con cada embarazo.
Amamantaban a sus retoños durante bastante tiempo
y, por regla general, durante el periodo de lactancia se
suspende la menstruación.

La mujeres eran más propensas a estar bajas de


defensas, desnutridas o enfermas (o una combinación
de las tres cosas a la vez) y esto también podía
detener la menstruación.
El lavado y cambio de ropa interior era considerado
como poco saludable ya que las mujeres temían que
se bloqueara el sangrado o que causara un sangrado
más intenso.

Dos escritores alemanes señalaron que prácticamente


solo las mujeres que se dedicaban al teatro usaban
esponjas, cojines o almohadillas que se hacían con
tela, como protección menstrual. La mayoría de las
mujeres sangraban en su propia camisa y a veces
durante días sin cambiarse.

En el siglo XIX, las mujeres usaban ropa interior con


una abertura permanente entre las piernas. Con los
vestidos que se usaban entonces, un tipo de ropa
interior ideado con el sistema tradicional de tirar de ella
hacia abajo a la hora de hacer sus necesidades,
hubiera sido muy engorroso.

Un hombre de Chicago diseñó, aunque no llegó a


fabricarse, una especie de copa menstrual unido al
extremo de un alambre (¡solo un hombre podía diseñar
algo así!) la cual a su vez estaba conectada a un
cinturón alrededor de la cintura de la mujer.

Llegados al siglo XX la ropa empezó a ser más ligera,


por lo que ya no era necesaria la abertura en la ropa
interior pues no resultaba incómodo bajarla y los
calzones podrían entonces cumplir con su función de
ocultar y cubrir los genitales. Pero seguían siendo de
pierna ancha y larga hasta mediados de 1930.

En 1914 casi todas las mujeres usaban toallas


sanitarias de tela. Las toallas sanitarias se lavaban y si
las mujeres no estaban en sus casas porque estaban
de viaje y no podían utilizar las instalaciones donde se
alojaban, solían quemarlas en la chimenea de la
habitación que ocupaban.
En este siglo se idearon y registraron diversas
patentes para sujetar las toallas sanitarias o
almohadillas para el uso de la menstruación.

Al parecer, fue a las enfermeras a quienes se les


ocurrió usar como toallas sanitarias, para contener su
flujo menstrual, los apósitos y vendajes desechables
que usaban para contener la sangre de las heridas de
los soldados. Esta idea enseguida tomó forma y
empezaron a producirse manufacturas de toallas
sanitarias lo suficientemente baratas como para que su
uso se extendiera.

Las primeras compresas con adhesivo aparecieron a


finales de 1960. Esto fue algo revolucionario pues las
mujeres pudieron empezar a deshacerse de los
artilugios que hasta ese momento usaban para sujetar
sus toallas sanitarias. A mediados de los años ochenta
la compresa con cinturón ya no estaba disponible para
su venta.

Curiosidades:

- Las mujeres de hoy en día, en general, tiene la


menstruación antes y la menopausia les llega
alrededor de los 52 años de edad. También demoran
la maternidad, a menudo hasta mediados o finales de
los 30, tienen menos hijos y no siempre los
amamantan. Todo esto conduce a que tengan
muchísimos más periodos, algo que en la teoría, no es
"ni natural ni sano".

- La ovulación y la menstruación mes tras mes se


asocia con muchos problemas de salud, incluyendo un
aumento en el riesgo comprobado de cáncer de ovario,
anemia asociada con reglas abundantes, quistes
ováricos, y endometriosis.

- La actriz Marilyn Monroe sufría un caso grave de


endometriosis por lo que se sometió a muchas
operaciones y tomó analgésicos durante años lo que,
indirectamente, contribuyó a su muerte por una
sobredosis accidental de drogas.

- Sangrar a los enfermos como tratamiento para sus


enfermedades (esto se alargó hasta el siglo XX) fue
algo recomendado por el gran médico griego
Hipócrates, después de observar que las mujeres se
recuperaban de la hinchazón y los dolores después de
comenzar su período. El presidente George
Washington se encuentra entre las muchas personas
que murieron o enfermaron gravemente por esta
práctica tan popular.

- En 1912, el New York Times publicó un artículo en el


que se indicaba: " las mujeres no tienen derecho a
votar porque son emocionalmente inestables cuando
están menstruando y por lo tanto no pueden manejar
esta responsabilidad".

- A comienzos del siglo XX, las aspirantes


universitarias eran disuadidas de ir a la universidad
porque no era buena para su útero. La explicación era
que para estudiar se necesitaba toda la sangre en el
cerebro y si se quitaba del útero causaría un daño
permanente a los órganos reproductivos de la mujer.
Un tal Dr. Edward H. Clark escribió un libro en el que
sugería que "la educación superior podría causar la
atrofia en el útero de la mujer".

- Disney hizo una película educativa sobre la historia


de la menstruación. Dura 10 minutos y se hizo en
1946. Lo más probable es que sea la primera película
en la que se diga la palabra vagina.

link: https://www.youtube.com/watch?v=43xSDgksA14
&feature=youtu.be

- En el pasado, las iglesias cristianas negaron la


comunión a las mujeres que menstruaban.

- Los únicos mamíferos que tiene la menopausia son


las elefantas, las ballenas jorobadas y las hembras
humanas.

- Un período menstrual completo, por lo general, llena


menos de la mitad de una taza de sangre, incluyendo
los coágulos. Un sangrado abundante se define por
llenar más de una taza por ciclo (usar una compresa o
un tampón cada hora durante seis horas seguidas o
tener un período que dura más de siete días).

- Los coágulos provienen de los calambres y


contracciones uterinas que son tan fuertes y
frecuentes que a la sangre no le da tiempo a diluirse
antes de salir. Tener coágulos pequeños al día durante
el período es normal.

- El sangrado menstrual tiende a ser más pesado y


largo durante los meses de invierno

- Cuando nace una niña su número de óvulos nace


con ella y tiene alrededor de dos millones. En la
pubertad le quedan solo unos 40000 de los cuales
menos de 500, con el tiempo, son liberados en
realidad.

- Hasta alrededor de los 18 años, los períodos


irregulares son muy comunes debido a que el cuerpo
todavía está trabajando en perfeccionar el sistema.

- El óvulo femenino es la célula más grande del cuerpo


humano y la única célula humana que puede ser vista
a simple vista.

- En cierto momento de la historia, las mujeres que se


quejaban de dolor menstrual fueron tratadas por
psiquiatras ya que los dolores menstruales eran vistos
como un rechazo de la propia feminidad.

- Aunque es poco probable, es posible quedarse


embarazada durante la menstruación.

- Los estudios demuestran que la luz artificial por la


noche influye el ciclo menstrual de una mujer.

- El tampón moderno fue inventado por el Dr. Earle


Haas en 1929 y fue llamado "dispositivo catamenial" o
"dispositivo mensual." Se registró el nombre de la
marca como Tampax.
Un curioso vídeo de promoción de Tampax en
Alemania:

link: https://www.youtube.com/watch?v=m_f2uyx8P3A
&feature=youtu.be

- A lo largo de su vida una mujer utiliza 3.500 días en


menstruar.

- La edad media para dejar de tener el período son los


51 años aunque los síntomas de la menopausia
pueden comenzar tan temprano como a los 32.

- Algunos psicoanalistas, como Freud, han sugerido


que la menstruación es una "señal sangrienta de la
pérdida de la mujer del pene" y que es un recordatorio
a la mujer "de su falta de limpieza e inferioridad."
Parteras, las mujeres que reciben la vida con sus manos

Hoy en Buenaventura llueve. La lluvia empapa la espesura de su selva que llega frondosa hasta

el mar. La música suena en cada esquina: currulaos, bundes y bachatas. En cualquier lugar la

gente del Pacífico canta y baila.

Entre las casitas de madera elevadas de este puerto, el más importante de Colombia sobre el

Pacífico, hay una casa -un nicho como lo llaman acá- dónde un grupo de parteras tradicionales

atienden con cariño y paciencia a varias mujeres embarazadas.


La tradición de la partería en el Pacífico es fuerte. Es un saber ancestral que se ha alimentado

de la sabiduría africana e indígena y enriquecido con la selva: tallos, hojas, bejucos y raíces. Un

legado que permanece viva en un grupo de mujeres parteras.

Para la gente de la región las parteras son las madres de todos, las abuelas de todos. La

mayoría de la gente en Buenaventura, como en tantos otros municipios alejados del país, ha

llegado a este mundo de la mano de una partera.

En la sede de Asoparupa, la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico, encontramos un grupo

de parteras reunidas para recibir, como todos los sábados, capacitación.

Rosmilda Quiñones representante legal de la asociación, afirma que ya lleva 29 años en esta

labor:

“Nosotras no somos parteras de libro -continúa- es hablando, es mirando, tocando, analizando,

observando como lo hace la partera, la viejita que ya no escribe, esa partera no lee, pero esa

partera con su conocimiento, con sus manos sabe cuando esa niño está en buena o mala

posición y esa partera sabe cómo hay que voltearlo para evitar una cesárea innecesaria”.

Irene Aramburo Congo aprendió de su abuela, una comadrona que se llamaba Mercedes

Calimeña.

“Donde ella iba, allá iba yo, como las casas eran de chonta, ella estaba en la pieza con la

paridora y yo por las hendijas estaba mirando y fíjese que a mi no se me ha complicado un

parto. Yo he sacado mellizos, primerizas, sentados, de pie”.

El trabajo de una partera es más que sólo asistir el momento del parto… Saben que para traer

una vida al mundo se necesita tiempo y mucha energía. Las parteras saben que el momento
del nacimiento es rudo. Para ellas muchas de las prácticas de la obstetricia occidental van en

contravía de su experiencia.

Colombia es el cuarto país con más muertes maternas en América Latina. En 2010, por cada

100,000 nacimientos, 76 madres murieron. Para reducir esta cifra, el Fondo Mundial de

Población de Naciones Unidas ha recomendado fortalecer el trabajo y proteger el saber

tradicional de las parteras, las únicas capaces de asistir a muchas madres en las zonas más

alejadas del país.

“Estamos en la búsqueda del reconocimiento de esta labor


en el Sistema General de Salud. Uno de los sueños que tiene
Asoparupa es que podamos avanzar en todo eso integrado
con la medicina occidental,” asegura Rosmilda.

Las hemorragias y la hipertensión son las principales causas de mortalidad materna en paises

en vía de desarrollo. La Organización Mundial de la Salud estima que con una buena

capacitación y un sistema de salud adecuado, las parteras pueden prestar cerca del 90 por

ciento de la atención que requieren madres y recién nacidos y pueden reducir potencialmente

las muertes maternas y neonatales en dos tercios.

La Asociación de Parteras Unidas del Pacífico –sin mucho apoyo del estado- se ha encargado

de conectar los muchos saberes de partería que hay a lo largo y ancho de Colombia, en las

regiones más aisladas y necesitadas. Pero la tarea no es fácil. La medicina occidental las sigue

mirando de reojo.

Por lo pronto, el Ministerio de Salud no reconoce la partería como una práctica médica. En las

clínicas, cuando las parteras llegan acompañando a madres a punto de dar a luz, se les impide
el ingreso. A veces, se tienen que camuflar como auxiliares de enfermería. Cuando un niño nace

en manos de una partera no se reconoce aún su testimonio para declarar el nacimiento y expedir

el registro que lo hará ciudadano. Vale más la firma esteril de un doctor de paso que la caricia

amorosa y sabia de una mujer que con sus manos saluda la vida.

Mónica Mora, un reportaje para Radio Nacional de Colombia.

La primera patente de la copa menstrual data del año 1937, y su diseño


es básicamente el mismo desde entonces. A pesar de todas las
campañas publicitarias que se hicieron, el invento no empezó a hacerse
un hueco hasta bien entrada la década de los 90.
Esponja menstrual
Esta esponja se comercializaba en los años 40, y aunque parece que
había muchas similares, esta era la única que explícitamente se
anunciaba como una esponja pensada para recoger los fluidos
menstruales.

Los tampones como producto de


masas

La producción en masa de tampones empezó en los años 30, y para la


década de los 50 y los 60 las chicas adolescentes ya eran el principal
objetivo de la publicidad de las grandes marcas.
Las bragas de regla (y no hablamos
de las del fondo de tu cajón)

Resulta que los tampones de antes eran menos eficaces que los de
ahora con el tema de manchas y fugas, así que hacían un 2x1 en ventas
colocándonos también unas bragas de regla. Personalmente, me quedo
con el modelo hecho de forma accidental en casa, tiene más encanto.

Arneses sujeta compresas


Cuando las compresas desechables empezaron a venderse a principios
del s. XX, las mujeres tenían que sujetarlas a la ropa interior con
alfileres (eso sí que es andar por la vida con tensió n), así que, en
comparación, cuando apareció este invento debió parecerles la hostia.

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