Sunteți pe pagina 1din 10

El Medicamento como un bien social

Intervención del Dr. Pier Paolo Balladelli, Representante de la OPS/OMS para la Argentina
XXX Reunión del COFELESA, Honorable Congreso de la Nación
Buenos Aires, 12 de agosto de 2014

Señor Secretario de Políticas y Regulación, Dr. Gabriel Yedlin; Honorable Presidenta de la Comisión de
Acción Social y Salud Pública de la HCDN, Dip. Nacional Andrea García; Honorable Vice Presidenta de la
Comisión de Salud y Deporte del HSN, Dra Sandra Giménez; Dip. Dra Maria Elena Chieno; Dip. José Guccione
Señor Administrador de ANMAT, Dr Carlos Chiale; Señor Director del Hospital Garrahan; Señores
Legisladores Miembros del COFELESA; Demás autoridades.

Es muy grato para el representante de la OPS/OMS para la Argentina participar en este Honorable
COFELESA para participar en el debate sobre medicamento con objetivo de fortalecer las políticas del
Estado. Les traigo los saludos y el aprecio de la Dra Carissa Etienne, Directora de la OPS y de la Dra Margaret
Chan, Directora general de la OMS.

La expansión en el uso de medicamentos tiene dos vertientes claramente diferenciadas.

Por un lado, los medicamentos son parte de tecnologías sanitarias que permiten devolver a un individuo la
salud (de esta manera es una de la tecnologías más utilizadas para mejorar la salud de la población) y su
utilización masiva ha incrementado de forma impresionante la cantidad y calidad de vida de la población.
Ayudan a tratar, paliar e, incluso prevenir la mayoría de las enfermedades.

No obstante, por otro lado este creciente uso de medicamentos genera desafíos de sostenibilidad en los
sistemas sanitarios (aumento de los gastos sanitarios) e inequidad (incrementando las brechas en salud
entre ricos y pobres) en el sector y en la sociedad.

1
En América Latina y el Caribe, por las condiciones de inequidades en salud existentes en el continente, se
puede afirmar que se la población encuentra especiales dificultades para acceder a medicamentos
esenciales.

De hecho, mi intervención de hoy está enfocada en la consideración de que, si bien en su fase de producción
y comercio el medicamento podría ser considerado un bien privado, en cuanto se rige por las normas de la
propiedad intelectual, sin embargo en su acceso y uso de parte de la población, el medicamento es a todos
los efectos un bien público ya que, conectado a el principio de derecho a la salud y a la vida, permite realizar
los cuidados médicos y proteger o recuperar la salud, así como paliar el dolor en los casos terminales.

En esta intervención, haré referencia a algunos aspectos que, según la Organización que represento en
Argentina, son de considerarse entre los más relevantes a tomar en cuenta en políticas públicas que
pretenden garantizar el acceso al medicamento, a partir de una mirada que lo ve como un bien social.

La perspectiva de no tener acceso a los medicamentos cuando se los necesita es uno de los aspectos donde
se registran mayores diferencias e inequidades entre los diferentes sectores poblacionales, poniendo de
relieve la situación de vulnerabilidad que estructuralmente padecen determinados grupos. En algunos casos
la brecha en el acceso tiene fuertes repercusiones sanitarias. Por ejemplo, en 2004 solo 27% de los enfermos
con tuberculosis tenían acceso al tratamiento acortado directamente observado (DOTS), a pesar de que la
farmacoterapia durante seis meses cuesta alrededor de 10 dólares estadounidenses.

Asimismo, únicamente alrededor de 50% de las personas que viven con VIH/ SIDA tienen acceso al
tratamiento con medicamentos antirretrovirales, a pesar de las considerables reducciones de los precios de
estos fármacos a lo largo de los últimos años.

La mala propaganda de la industria en contra del medicamento genérico es un indicador visible de las
contradicciones entre los intereses lucrativos y el objetivo de restablecer la salud. Según esa mala

2
propaganda sobre el medicamento genérico, éste es: ‘substancia que carece de respaldo y trata de copiar al
original'; 'que no tiene respaldo clínico o científico' y 'son de dudosa procedencia’.

La formulación e implementación de políticas farmacéuticas es una tarea compleja del Estado y suele
ocasionar tensiones y disyuntivas, principalmente porque involucra no solo aspectos sanitarios, sino
también cuestiones industriales y de ciencia y tecnología. Esta triada puede representarse en un triángulo en
cuyos vértices se ubican la política industrial, la política de ciencia y tecnología y la política sanitaria.

Desde la perspectiva industrial se busca, principalmente, la competitividad y la creación de empleo. Entre


los instrumentos utilizados se encuentran las modificaciones de los aranceles, la creación de políticas
fiscales favorecedoras e, incluso, la regulación de los precios de los medicamentos.

Desde la perspectiva de la política de ciencia y tecnología, la preocupación se centra, sobre todo, en la


creación de incentivos para facilitar la investigación y el desarrollo. Diversos son los instrumentos utilizados
para el fomento a la innovación, como las subvenciones directas e indirectas, y el fomento de las alianzas
universidad/industria, entre otras.

Desde la perspectiva de la política sanitaria, se busca no solo velar por el acceso de la población a los
medicamentos, sino también garantizar la calidad, seguridad y eficacia de los productos, por medio de una
adecuada regulación y vigilancia, su buen desempeño terapéutico y la sostenibilidad del sistema público.

Las preocupaciones sanitarias comparten con la política industrial la necesidad de la promoción de la


competencia a través de los precios, y con la política de ciencia y tecnología la preocupación por promover
avances terapéuticos.

A su vez, esta última comparte con la política industrial el estímulo a la innovación y a la calidad.

3
De este modo, una política farmacéutica debe considerar estos distintos aspectos atendiendo a las
prioridades nacionales. Las políticas sanitarias y sobretodo la política farmacéutica, aliadas a una buena
articulación institucional, pueden actuar como inductoras de las demás políticas sectoriales orientadas al
acceso de la población al medicamento.

Durante los años setenta y ochenta del siglo XX, América Latina no siguió un ritmo uniforme en la regulación
de precios de medicamentos. En algunos casos, los gobiernos centraron su prioridad en el acceso con
criterios como la fijación de precios máximos, la producción pública o los subsidios a ciertos productos para
hacer que los medicamentos fueran más accesibles.

En los noventa, y como parte del denominado Consenso de Washington, las reglas del juego cambiaron
radicalmente debido a los procesos de globalización y la mayoría de los países de América Latina siguieron
políticas de re-estructuración y de desregulación a través de las cua es se debi ito la consideración del
medicamento como bien social y adquirió mayor preponderancia su condición de bien de consumo.

Al mismo tiempo, las autoridades de salud, en muchos países, dejaron de tener incidencia en este tipo de
regulación, mientras que las autoridades económicas ganaron liderazgo. Sin embargo, en la actualidad
algunos países de la Región, como es el caso de Argentina, que ya cuentan con agencias reguladoras, están
recuperando el liderazgo y sus políticas farmacéuticas pueden orientarse a la búsqueda de equilibrios.

Por ejemplo, se ha n sancionado políticas industriales que promuevan de manera creativa la competencia y
la oferta de productos prioritarios, modelos de innovación que atiendan a las necesidades de salud de la
mayoría de la población y de enfermedades descuidadas, y estrategias integrales que mejoren tanto el
acceso como la calidad y el uso de medicamentos en la sociedad.

A nivel global, el acceso a medicamentos esenciales en muchos países es insuficiente e inequitativo. A nivel
mundial, una tercera parte de la población carece de un acceso regular, mediante el cual se salvarían 100
millones de personas.

4
En los países desarrollados, el 70% de los productos farmacéuticos tienen financiación pública, mientras en
países en vía de desarrollo, 50-90% son adquiridos mediante el gasto de bolsillo.

La resolución CD45.R7 de la OPS aprobada en 2004.

Solicita a los países:

Políticas para abordar factores determinantes del acceso


Políticas de medicamentos genéricos
Políticas de prescripción de medicamentos por nombre genérico (incide en costos y en uso racional)
Maximizar eficiencia (contención de los costos)
Aprovechar flexibilidades ADPIC de OMC sobre declaración ministerial Doha
Fortalecer sistemas de suministro

Solicita a la Directora de la OPS que:

 oriente a la construcción de Redes,


 organice un Fondo Estratégico de Medicamentos,
 trabaje sobre uso racional,
 difunda AMS sobre propiedad intelectual,
 apoye construcción de un Observatorio.

5
Los desafíos en el acceso medicamento requieren de políticas farmacéuticas. Para garantizar un acceso de
calidad a los medicamentos, esto quiere decir una disponibilidad equitativa y asequibilidad de los
medicamentos esenciales y de la medicina tradicional para la población son necesarias normas y acciones
sobre los siguientes componentes:

1. Selección y uso racional de medicamentos.

- Formar en la sociedad una concepción del medicamento como un derecho, como un bien social y no
como un bien de consumo.

- Elaboración de una lista nacional de medicamentos esenciales, seleccionados en función de su


relevancia en salud pública, basado sobre evidencias de eficacia y seguridad y respaldado por
estudios comparativos de costo-efectividad.

- Garantizar la continuidad de los medicamentos, esto quiere decir asegurar la disponibilidad de


medicamentos en todo momento, en las formas y cantidades necesarias y a precios asequibles.
Habrá que tomar en cuenta que la disponibilidad de un servicio en si sola no garantiza el acceso. Es
cuando se asegura y comprueba su utilización adecuada cuando se puede verdaderamente
comprobar el acceso.

- Incentivar el uso adecuado del medicamento porque, cuando eso se logra, disminuye riesgos y
mejora eficiencia. Un elemento de grande preocupación que hay que tomar en cuenta y regular es el
doble rol del médico quien actúa como agente del paciente y al mismo tiempo del
asegurador/financiador. Otro elemento asociado es el uso irracional del medicamento, que en
mucha medida depende de la capacidad del individuo de percibir su necesidad y satisfacerla. Sobre
esa percepción actúan los productores (la oferta) creando o induciendo la demanda, sin relación

6
con algún análisis de eficacia y eficiencia. A ese fin, juega un papel clave la publicidad en la elección
de las alternativas terapéuticas que lleva hacia los medicamentos de marca, sobre todo los más
recientes y más caros. La lealtad a la marca o acción comercial que intenta influir para que se
entienda que un precio más alto corresponde a un producto de mayor calidad, cuando no siempre
es así.

- Trabajar sobre los recursos humanos: educación permanente en concepto de medicamento


esencial, buenas prácticas de prescripción, información objetiva.

- Apoyo a los estudios sobre la situación de acceso, incluyendo conocer la relación entre falta de
acceso a medicamentos y falta acceso a establecimientos (variables: etnia, genero, edad, domicilio,
ingreso).

2. Precios asequibles.

Introducción.

Antes de mirar a los determinantes relacionados con el precio, quisiera elaborar algunos conceptos
que podrían permitirnos entender la influencia de tres dinámicas sobre los precios del medicamento.

La fuerte diferenciación por marcas en la producción, circulación y consumo de medicamentos tiene


en particular 3 consecuencias:

a. Alta dispersión de precios que son el resultado de una compleja lógica de producción,
comercialización (incluyendo aquí prescripción y dispensación) así como de utilización de los
productos que propician su diferenciación.

7
b. Inelasticidad de precio: las cantidades de medicamentos demandados varían menos que
proporcionalmente a la variación de su precio. La existencia de pocas empresas por el lado de la
oferta (oligopolios) hace que las mismas tengan cierto control sobre el precio, con lo cual éstas
podrían elevar sus precios sin que ello genere grandes disminuciones en la demanda, especialmente
en productos necesarios para el mantenimiento de la salud.

c. Regresividad de su financiación: la población con rentas más bajas gastan en medicamentos


proporcionalmente mucho más que aquellos con rentas altas, porque registran mayores necesidades
relativas y disponen de menores condiciones para adquirirlos. Esta situación es mucho más grave en
los países en desarrollo ya que, en ellos una porción mayor de la financiación de los medicamentos
depende de los ingresos de los hogares. Por ejemplo, en América Latina el gasto farmacéutico privado
representó en media el 78% del gasto total en medicamentos en 2008 y en un estudio reciente el
medicamento constituyó más de la mitad del gasto de bolsillo para salud que, en las categorías más
pobres de la población, constituía a su vez en promedio más de la mitad del total del ingreso familiar.

Los elementos de la dimensión de costo del medicamento sobre los cuales las políticas públicas
pueden intervenir son las siguientes:

- La capacidad de pago de la familia, que en un sistema nacional se resuelve a través de un sistema


nacional que está fundado sobre mecanismos para compartir el riesgo de enfermarse en la
población;

- El fomento de producción local por transferencia de tecnologías;

- La puesta en uso de las flexibilidades de ADPIC logrando así un equilibrio entre en la gestión de la
protección por patentes y la necesidad de un acceso equitativo a los medicamentos esenciales,
según la lista definida por el País;

8
- La protección del bien público por encima de los intereses comerciales (para los cuales el lucro en la
producción está desvinculado del objetivo de su consumo). Incidir a través de la regulación sobre la
concentración oligopólica por segmentos de productos que determina la existencia de un mercado
muy grande y mal distribuido;

- Fomentar para los países que lo necesiten del acceso al mecanismo del Fondo Estratégico de OPS.
Los Estados Miembros de la OPS han solicitado la puesta en acción de un mecanismo que permita a
los países abastecerse a precios asequible y con un acompañamiento técnico en la definición de sus
necesidades y concreción de soluciones institucionales en cuanto a medicamentos.

3. Financiación Sostenible.

- Construcción de un sistema sanitario nacional basado sobre APS, basado sobre riesgo compartido
de enfermar y sostener la oferta de medicamentos.

- Reducción de gastos directos usuarios, por ejemplo reduciendo derechos e impuestos.

- La financiación nacional de la provisión de medicamentos puede ser también un aspecto a tomar en


consideración para renegociar la deuda externa.

4. Sistema de salud basado en la Atención Primaria de Salud (APS) y suministros fiables.

- Políticas farmacéuticas articuladas con las políticas de salud y los sistemas de salud basados en la
APS.

9
- Fomento de la alianza público-privada.

- Garantía de la calidad del medicamento genérico: regulación apropiada con registro, flexibilidades
de la propiedad intelectual, calidad, precio, suministro, prescripción y dispensación), regulación,
evaluación y autorización de la publicidad, BPM; incorporación de medicamentos tradicionales.

- La formulación de políticas farmacéuticas basadas en principios de inocuidad, calidad, eficacia


como es el caso de la RedParf llevan al desarrollo de las capacidades reglamentarias en la Región
(rol fundamental jugado por ANMAT).

- Diseñar y fomentar sistemas nacionales y subnacionales de vigilancia y evaluación.

10

S-ar putea să vă placă și