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Síntomas
El cólera es una enfermedad muy virulenta que puede causar una grave diarrea
acuosa aguda. La aparición de los síntomas tras la ingestión de alimentos o agua
contaminados puede tardar entre 12 horas y 5 días2. El cólera afecta a niños y
adultos y puede ser mortal en cuestión de horas si no se trata.
Historia
A lo largo del siglo XIX, el cólera se propagó por el mundo desde su reservorio
original en el delta del Ganges, en la India. Seis pandemias en sucesión mataron a
millones de personas en todos los continentes. La actual pandemia (la séptima)
comenzó en el sur de Asia en 1961 y llegó a África en 1971 y a América en 1991.
En la actualidad, el cólera es endémico en muchos países.
Prevención y control
La clave para prevenir el cólera, controlarlo y reducir las defunciones consiste en
adoptar un criterio multidisciplinario basado en la vigilancia, el agua, el
saneamiento y la higiene, la movilización social, el tratamiento y la vacunación
oral.
Vigilancia
La vigilancia del cólera debería formar parte de un sistema integrado de vigilancia
de enfermedades que incluya la recogida de datos en el ámbito local y el
intercambio de información en el ámbito mundial.
Se alienta a los países vecinos a zonas afectadas por el cólera a que refuercen la
vigilancia de la enfermedad y la preparación nacional para detectar brotes y
responder a ellos en caso de que el cólera se propague más allá de las fronteras.
Con arreglo al Reglamento Sanitario Internacional, ya no es obligatorio notificar
todos los casos de cólera. Sin embargo, los eventos de salud pública en los que
interviene esa enfermedad siempre deben evaluarse en relación con los criterios
establecidos en el Reglamento para determinar la necesidad de notificación oficial.
La solución a largo plazo para la lucha contra el cólera (y que beneficia también a
todas las enfermedades que se propagan por vía fecal-oral) se basa en el
desarrollo económico y el acceso universal al agua potable y a un saneamiento
adecuado, fundamentales en la prevención del cólera, tanto epidémico como
endémico.
Entre las medidas para modificar las condiciones ambientales cabe citar las
siguientes:
Tratamiento
El cólera es una enfermedad que se trata fácilmente. La mayoría de los casos
pueden tratarse de forma satisfactoria mediante la pronta administración de sales
de rehidratación oral (SRO). El sobrecito estándar de SRO de la OMS y el
UNICEF se disuelve en 1 litro de agua salubre. Los pacientes adultos pueden
necesitar hasta 6 litros de SRO para tratar una deshidratación moderada en el
primer día.
Fuera de las emergencias, las vacunas están disponibles a través del Grupo
Especial Mundial para el Control del Cólera (véase el apartado siguiente:
Respuesta de la OMS). En estos contextos, las vacunas anticoléricas orales se
utilizan como parte de un plan de control del cólera a más largo plazo que incluye
el fortalecimiento de otros aspectos del control de la enfermedad. En los países
que cumplan los criterios requeridos, el apoyo financiero para las vacunas es
proporcionado por Gavi, la Alianza para las Vacunas.
Hasta el 21 de junio de 2017 se han enviado más de 11 millones de dosis de
vacunas anticoléricas orales con la ayuda de la OMS, con el fin de utilizarlas en
campañas masivas de vacunación. Estas campañas se han llevado a cabo en
zonas donde se han producido brotes y en las de mayor vulnerabilidad debido a
crisis humanitarias, así como en zonas donde la enfermedad es muy endémica o
desde donde se puede propagar a otros lugares. Las solicitudes y envíos de
vacunas se han duplicado cada año.
Respuesta de la OMS
En 2014 se revitalizó el Grupo Especial Mundial para el Control del Cólera
(GTFCC), cuya secretaría es albergada por la OMS. El GTFCC es una red de más
de 50 asociados que intervienen en el control mundial de la enfermedad y entre
los que hay instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y
organizaciones de las Naciones Unidas. A través del GTFCC y con el apoyo de los
donantes, la OMS: