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TEMA 72. CAMBIO SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.

FEMINISMO, PACIFISMO Y
ECOLOGISMO

INTRODUCCIÓN

1. CAMBIO SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.


1.1 LA RELACIÓN ENTRE EL CAMBIO SOCIAL Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES.

Todas las sociedades están sometidas a procesos de cambio, el cambio social es constante, e
irresistible. El cambio social hace referencia a las modificaciones en la estructura social, en las
relaciones sociales y a las transformaciones culturales. Para poder hablar de cambio es necesario
identificar los elementos culturales y estructurales de la organización social que se ha transformado
y además describir tales modificaciones con precisión para que el cambio exista, las
transformaciones aludidas han de tener lugar en el tiempo. En el análisis del cambio social, existen
unos aspectos claves que hay que conocer: su orientación e intensidad, sus factores condiciones y
agentes. El concepto de movimiento social “implica un grupo de personas cuya actividad se orienta a
promover o a resistirse al cambio social. Los rasgos característicos de todo movimiento social se
encuentran en la existencia de un sistema de creencias generalizadas y por otra, en la asunción de
tales creencias o doctrinas por sus partidarios.
Al analizar la relación entre el cambio social y los movimientos sociales hemos de considerar que
ambas realidades se influyen recíprocamente. Además en el análisis de tal relación deben
descubrirse los sectores que mantienen el movimiento y aquellos que simpatizan con él, los cambios
sociales que producen tanto el descontento de tales sectores como los medios para expresarlo, y la
relación entre el contenido ideológico del movimiento y las situaciones sociales específicas de los
actores del mismo y sus simpatizantes.

1.2. LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES.


La teoría sociológica que se ocupa del análisis de los nuevos movimientos sociales resalta en su
mayoría la ruptura y discontinuidad producida en relación a movimientos precedentes. Esto es así,
especialmente a partir de los 60. Esta ruptura y discontinuidad son consecuencia de la experiencia
y de la práctica reivindicativa así como de otros factores que luego veremos. Para referirse a tales
movimientos se han empleado conceptos muy dispares intentando captar o describir los métodos
específicos con los que tales movimientos abordan los conflictos. Los activistas de estos movimientos
los designan como “alternativos”. Bajo tal concepto tienen acogida otros movimientos aparte de los
que vamos a desarrollar. Junto a pacifismo, ecologismo y feminismo aparecen otros muchos.
Estudiantil, movimientos ciudadanos, consumidores y usuarios, contraculturales, por el 0,7 % o
Antiglobalización. El ámbito de acción de los movimientos alternativos está constituido por un
espacio de política no institucional, ya que su existencia no está regulada ni existe como práctica
dentro del régimen de la democracia liberal y del Estado del Bienestar. Tampoco es intención de tales
movimientos su institucionalización. Pretenden ser reconocidos, como sujetos políticos por la
comunidad, aún cuando sus procedimientos de actuación no se legitiman por las instituciones
sociales existentes. Su acción se orienta a la consecución de fines beneficiosos para la sociedad en
su conjunto y no únicamente para los medios de cada movimiento.

1.3. CARACTERÍSTICAS DE LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS

Aunque existen unas características específicas de cada uno de los 3 movimientos pueden citarse
otras comunes. Tales características hacen referencia a los contenidos, formas de acción, valores y
sujetos de los movimientos.

1.3.1 CONTENIDOS

Los contenidos de los movimientos alternativos tienen su raíz en determinados valores que no son
valores nuevos pero adquieren una gran relevancia en el contexto de tales movimientos. Dichos
contenidos caben cifrarse en: interés por el espacio físico, su defensa y conservación; protección de
la identidad dignidad y equidad de quienes se definen por su sexo, edad, raza, lengua y religión; la
paz; las condiciones físicas de vida y la supervivencia de la humanidad en general. Alguno de estos
movimientos como los ecologistas, defienden la preservación del entorno físico y social, ya que
estiman su modificación, su “modernización”, como perjudicial. La modernización política, técnica,

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económica y militar se considera incompatible con tal preservación, con carácter más general,
estiman que el proceso de industrialización del sistema capitalista ha tenido y tiene consecuencias
destructivas, irracionales y deshumanizadoras sobre todos los aspectos de la vida del hombre. Frente
a posiciones ideológicas consideradas de izquierdas, los movimientos alternativos critican a las
fuerzas productivas y su constante desarrollo. Rechazan que la clase obrera industrial sea la
protagonista del cambio social porque el sistema cuenta con su apoyo en lo económico, en lo
ideológico y en lo social. La concepción del progreso tal y como se entiende en la vida política y social
es rechazada por los movimientos alternativos. No admiten la idea de progreso como un acontecer
hacia un orden social idealizado que supone mejoras, reformas y situaciones más perfectas. El
progreso que defienden no es el que propugnan las fuerzas políticas y sociales predominantes y que
implica una modernización técnico-burocrática responsable de la destrucción de valores e
identidades que hay que defender. Sus formaciones pretenden reconocer y defender las identidades
que existen, mantener o restaurar completamente lo que a consecuencia de esa idea de progreso se
ha deteriorado, para que no se pierda completamente (equilibrio ecológico, la salud, la paz…etc.) En
el aspecto institucional los movimientos alternativos estiman que para que la idea de progreso social
dominante (su valoración y su dirección) cambie, es necesario quitársela a las instituciones que la
han monopolizado y devolvérsela a las fuerzas sociales que disponen de márgenes de maniobra al no
depender de intereses económicos e institucionales.

1.3.2 VALORES.

Los contenidos tienen su base en determinados valores. Éstos no son nuevos pero alcanzan una
gran relevancia y un renovado impulso en el seno de los nuevos movimientos. De tales valores cabe
citar: defensa de la autonomía y la identidad, ser por oposición a tener, libertad frente a igualdad
material.
Los valores de autonomía e identidad ejercen una influencia decisiva en las formas de organizar
alternativas (descentralización, autodependencia, autogobierno, frente a control, manipulación,
burocratización, dependencia….)
Los valores de autonomía y dignidad de la persona, integridad de las condiciones físicas de la vida,
solidaridad y paz en la organización social e igualdad y participación en la vida social y política son
nuevos. Son ideas presentes en las concepciones estéticas y filosóficas de los siglos precedentes.
Son valores heredados de los planteamientos progresistas tanto de la clase obrera como de la
burguesa. Implica ello que el conflicto consiguiente no tiene su origen en el enfrentamiento entre
valores “suyos” y los dominantes en la colectividad. El conflicto por el contrario intenta que la
realidad actual y su racionalidad (técnico burocrática y orientada especialmente al lucro) sea capaz
de satisfacer esos valores. Lo que se niega no son los valores sino la forma en que se realizan. En
definitiva lo que los movimientos alternativos plantean es que los valores que definen una vida
humanizada y adecuada a las verdaderas satisfacciones humanas están amenazados y negados por
la descontrolada racionalización militar, política, económica y tecnológica. Además las instituciones
que definen y realizan tales racionalidades carecen de controles y de fiabilidad como para que no
puedan sobrepasar la línea que marca el desastre. Este hecho es el que determina que los
movimientos alternativos empleen formas de acción no convencionales.

1.3.3 PROCEDIMIENTOS DE ACTUACIÓN.

Las formas de acción hacen referencia a dos ámbitos: el interno y el externo.


El primero hace referencia a como se constituye el movimiento a su forma interna de actuación.
Ciertamente la agrupación de individuos obedece a la asunción común de unos valores y a la
necesidad de defenderlos. Pero existe una profunda diferencia entre la forma de actuar de los
movimientos alternativos respecto a las organizaciones políticas tradicionales. En cuanto a la forma
externa de actuación pretenden mediante diversos procedimientos como las manifestaciones, reunir
a mucha gente. Pero el grupo reunido tiene libertad para que cada individuo posea las creencias y
limitaciones que estime oportunas. Así, tales movimientos poseen estructuras organizativas muy
débiles. Existe otra característica básica que define y determina las formas de acción de estos
movimientos: las reivindicaciones, son de principio y no negociables, por eso en sus tácticas de
acción no tienen cabida ni las negociaciones ni el gradualismo. Además al dotar a sus exigencias de
una valoración tan elevada y universal, no es posible negociarlas porque supondría negarlas en la
práctica. Si la valoración de las exigencias es tan elevada como para afirmar que está en juego la vida
y la supervivencia, fácilmente se entenderá que cualquier otra exigencia inferior puede ser

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desacreditada. Si a ello añadimos lo desacreditadas que están las instituciones que llevan a cabo las
racionalidades aludidas (militares, económicas, técnicas y políticas) se entenderá que no se recurra a
ellas para la solución de los problemas. Finalmente indiquemos que los movimientos alternativos
poseen la convicción de que la historia y la sociedad puedan crearse y cambiarse mediante la acción
de las personas y de las fuerzas sociales que así lo pretendan.

1.3.4 LOS ACTORES.

En lo que se refiere a la base social diremos que varía en función de cada país si bien parecen existir
ciertos sectores sociales que coinciden: algunos individuos pertenecientes a la vieja clase media, la
nueva clase media, y grupos de población situados fuera o periféricos del mercado de trabajo.
En lo que se refiere a su propia definición o concepción ideológica y socioeconómica; se caracterizan
por la inexistencia de códigos relativos a la política (izquierda, derecha, liberal, conservador….) o a la
socioeconomía (burgués, obrero, adinerado, pobre…etc.) Se autoidentifican por el contrario con
elementos básicos que definen al movimiento como el sexo (feminismo) o el género humano
(ecologismo, pacifismo) Ello no significa que carezcan de base social real o de ideología. Aunque
constituyen grupos socioeconómicos, no actúan como tales, sino en nombre de colectividades
atribuidas.

2. FEMINISMO.
2.1 EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN EL SIGLO XIX.

Nació en la primera mitad del Siglo XIX en Francia en defensa de los derechos políticos y económicos
de las mujeres. Este feminismo originario estimaba que tales derechos se alcanzarían a través de la
lucha obrera por una sociedad socialista a pesar de la oposición que las mujeres francesas
feministas (Dervin, Flora Tristán, Pauline Rolan….) encontraban entre los socialistas franceses. La
feminista americana Margaret Fuller fue la que formuló un principio básico del feminismo posterior:
que la liberación de la mujer sólo pueden obtenerla las propias mujeres. En Suecia y en Alemania las
mujeres aspiraban a una profunda transformación de su condición en la familia y en el matrimonio
(cambio o supresión del matrimonio, legislación que protegiera a las mujeres e hijos fuera del
matrimonio, derecho a tener hijos fuera de tal institución. Sus aspiraciones por tanto, estaban muy
lejos de las sufragistas americanas e inglesas. La primera manifestación feminista en Inglaterra data
de 1825 para denunciar la denominada teoría de los “intereses incluidos” por la cual las mujeres
casadas sólo podían obtener protección a través de la mediación del marido. En 1851 y 1867
surgieron asociaciones femeninas que defendían los derechos políticos de la mujer. En 1880
Josephine Butler fundó la Federación Abolicionista Internacional; orientada a la eliminación de la
prostitución.
A partir de 1868 feministas francesas (Maria Deraisme...) crean periódicos feministas desde los que
exigen sus derechos: igualdad en el matrimonio , la familia y el trabajo, “La Ciudadana”, periódico
creado en 1881 fue el primer órgano de las sufragistas. Una de las conquistas femeninas durante el
Siglo XIX fue el acceso a la educación en todos los niveles, incluido el universitario, a pesar de la
fuerte oposición masculina. En 1888 mediante la Creación del Consejo Internacional de Mujeres
(ICW) se lleva a la práctica una idea ampliamente arraigada entre las feministas. Era que las mujeres
debían unirse y ayudarse a nivel mundial para alcanzar sus derechos. Las dos primeras reuniones
de la ICW tuvieron lugar en Washington (1888) y Londres (1889). En ellas se recopilaron las
reivindicaciones que el feminismo formulado en el XIX para orientar la acción hacia la liberación
femenina. Se define como un interés de toda la humanidad la liberación de la mujer, idea ya
formulada por Flora Tristan y las revoluciones feministas de principios del Siglo XIX. En 1889
(Londres) las feministas discutieron sobre numerosos temas y su posición frente a ellos (paz,
educación, trabajo, sanidad….)

2.2. EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN EL SIGLO XX.


2.2.1 PRIMERA MITAD SIGLO XX.

El ICW continuó sus actividades celebrando periódicamente congresos internacionales en los que se
intentó mejorar la condición de la mujer desde el punto social, moral y educativo. En Francia el
Consejo Nacional de las Mujeres Francesas (CNFF) obtuvo importantes mejoras: legislación y
sanciones a abandono paterno, libre disposición de ingresos de las trabajadoras, ingreso de la mujer
en los organismos administrativos.

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En 1904 se crea en Inglaterra y EE.UU. la IAW., orientada a obtener sufragio femenino, en
numerosos países se crearon secciones de la IAW. Esta y la ICW condenaron conjuntamente la
prostitución. Con la Primera Guerra Mundial y con la escasez de hombres, las mujeres afrontaron el
trabajo en las fábricas de armamento en Europa. Se olvidan entonces las distinciones hombre –
mujer. Éstas a través de la ICW iniciaron la lucha por la paz, sin olvidar las reivindicaciones
feministas especialmente la reivindicación salario igual a igual trabajo. Los incrementos salariales a
las mujeres fueron consecuencia de las luchas obreras y feministas. Terminada la Guerra el derecho
al voto de la mujer fue alcanzado en 21 países. La IAW y la ICW, junto con otras organizaciones
fundaron en Ginebra el Comité Unido de las Organizaciones Representantes de las mujeres que
actuó con un grupo de presión ante la Sociedad de las Naciones.
Quizá fueron las francesas de la CNFF las que mantuvieron una actividad más intensa y combativa.
Muchas fueron las cuestiones reivindicadas: derecho al empleo, igualdad en el acceso a la educación,
mejoras en las condiciones de trabajo e igualdad de salarios. Lograron el acceso igualitario a la
administración y aunque lucharon enérgicamente por el derecho al voto no lo consiguieron. En 1932,
lograron que se conservara la nacionalidad propia al casarse con un extranjero. También derecho a
poseer una identidad propia sin el consentimiento de su marido. También lucharon desde 1920 en la
diferenciación entre sexualidad y procreación. Durante esta época las organizaciones feministas se
esforzaron por alcanzar los derechos económicos, políticos y civiles básicos invocando la dignidad de
la persona.
En la Unión Soviética muchas mujeres participaron en la Revolución del 17. Ésta supondría el
acceso a los derechos civiles, políticos y económicos señalados, protección durante y después del
parto, igualdad entre marido y mujer, derecho al divorcio equiparación de los hijos legítimos e
ilegítimos e igualdad de derechos políticos.
Triunfante la revolución, al transcurrir el tiempo, las conquistas de la mujer fueron en su mayoría
suprimidas. En aras a una mayor productividad, la familia y las mujeres fueron consideradas como
meros instrumentos. La familia fue legalmente regulada en un sentido más tradicional (1929), se
prohibió el aborto (1936) el divorcio se volvió sumamente complicado y la homosexualidad fue
declarada ilegal.
En Alemania e Italia con el fascismo la mujer no pasaba de ser un mero instrumento tanto en lo
familiar como en lo estatal. Ser inferior destinado a servir al marido y al Estado dándole muchos
hijos.

2.2.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX.


2.2.2.1. DE 1945 A 1965.

Las mujeres desempeñaron un papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial, interviniendo en
numerosos frentes: en la resistencia, en el ejército regular y trabajando en las fábricas de
armamento. Concluida la Guerra las cosas cambiaron. A la mayoría se las envió de nuevo a casa al
regreso de los hombres. Las que conservaron el trabajo fue con salarios inferiores a los hombres. Los
servicios colectivos como las guarderías fueron eliminados.
En 1949 se publica en Francia un libro que ejercía una notable influencia en el feminismo posterior
es “El Segundo Sexo” de “Simone de Beauvoir”. En él se afirma que la desigualdad de la mujer no
tenía sus fundamentos en la naturaleza sino en las costumbres y leyes arcaicas de las que las
mujeres eran cómplices. Abogaba porque las féminas ejercieran una profesión como medio de
conquistar la independencia económica y llamaba a su sentimiento de dignidad para superar la
subordinación.
En la URSS la condición de la mujer no varió sustancialmente: continuó siendo considerada como
madre y productora. Era un instrumento de producción y reproducción social.

2.2.2.2 UN NUEVO FEMINISMO.

A fines de los 60 EE.UU. y Europa vieron el nacimiento de nuevos movimientos de mujeres. En


EE.UU Friedman creó la National Organitation of Women (NOW) en 1966 agrupaba sobre todo a
casadas con hijos reivindicando derechos para este colectivo específico. En 1967 un grupo de
solteras se separaron de la NOW creando el Women Liberation Movement (WLM) de carácter más
radical. Es un movimiento en contraposición a organización. A partir de ahí operará como un grupo
de presión política (aborto, igualdad de salarios, no desigualdades en el empleo….)

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Numerosas publicaciones feministas dieron un gran impulso al movimiento, informando de las
reivindicaciones, luchas y logros de las mujeres en el país y en el mundo. En Europa el movimiento
feminista experimentó también un gran impulso siguiendo el ejemplo americano. En Francia en
Mayo de 1968 Anne Tristan funda el Feminin – Masculin Avenir (FMA) un grupo oficial del
Movimiento Democrático Femenino (MDF) que había sido creado por mujeres afiliadas a la
Federación de la Izquierda Democrática y Socialista. El FMA se escindirá dando lugar al MILF
(Movimiento liberación Femenino) cuyos principios cabe cifrar en: denuncia del trabajo doméstico
“invisible”, derecho al aborto y denuncia de la discriminación.
En 1974 Simone de Beauvoir preside una nueva organización denominada Liga del Derecho de las
Mujeres.
Todos estos movimientos aunque enfrentados en ocasiones formularon los postulados
fundamentales del feminismo moderno: demostración que la distinción entre lo público (donde ejerce
la supremacía el hombre) y lo privado (donde se quiere recluir a la mujer) era una distinción política;
denuncia de la “producción invisible” de la mujer en el ámbito familiar, además de servir para
producir fuerza de trabajo y por la que no se contiene retribución alguna; la anterior exploración en
la familia es una causa esencial de la situación de inferioridad femenina en los demás ámbitos
(económico, político y cultural) y no será posible la emancipación mientras las mujeres acepten la
sumisión a la economía doméstica.
Especialmente relevante fue la revisión por las mujeres de las Ciencias Sociales y Humanas,
impulsadas por los descubrimientos en su crítica a la economía formulada por los hombres. La
crítica a la sociología, psicología, antropología, política, e Historia, llevó a las feministas a formular
que bajo unas concepciones supuestamente científicas laten los prejuicios más tradicionales contra
las mujeres. Formularon también la necesidad de unificar lo público y lo privado, la ideología y la
práctica. Apuestan por alternativas al matrimonio y atacan al sexismo que ofrecen los medios de
comunicación como atentatorio a la dignidad de la mujer. En los 70 estas iniciativas se ven
reforzadas en la mayoría de los países, publicación de libros, periódicos, y revistas; actividades en el
ámbito del teatro, cine y espectáculos; participación en la política mediante la creación de partidos
políticos (Francia, Bélgica, Japón…)
También se organizan en el interior y exterior de sindicatos en defensa del empleo, y para conseguir
retribuciones iguales. Pero fue en otros ámbitos (lucha contra la represión sexual y contra la
violencia hacia las mujeres) donde la lucha feminista alcanzó su máxima eficacia y actividad:
derecho a la contracepción, allí donde no está reconocido, al aborto. La violación fue considerada un
delito mayor, y formularon su derecho al placer. Frente a los malos tratos en el matrimonio, las
feministas organizaron redes telefónicas de información y crearon casas de acogida. En el Este de
Europa no varía la situación de la mujer.

2.3 LA SITUACIÓN DE LA MUJER A FINALES DEL SIGLO XX.

A fines del Siglo XX ya se podía afirmar que la revolución de la mujer ha sido y es hoy una de las
más importantes revoluciones sociales de todo del Siglo XX. Pero y pese a los importantes logros
alcanzados, el feminismo tiene aún serias e importantes batallas pendientes, ya que las
desigualdades persisten.

DIFICULTADES DE ACCESO A LA EDUCACIÓN.

El acceso a la educación es menos fácil para las mujeres que para los hombres, y por su puesto la
situación empeora sensiblemente en los países subdesarrollados. En realidad 2 de cada 3
analfabetos del mundo son mujeres. El problema se agrava especialmente en ciertos países islámicos
como Irán. Obviamente esta situación dificulta el acceso de las mujeres al mundo laboral.

DIFICULTADES DE ACCESO AL MERCADO DEL TRABAJO EN CONDICIONES DE IGUALDAD.

La diferencia de salarios entre sexos en los sectores industriales y de servicios (sin contar el empleo
rural, en que la mujer trabaja gratis) era a finales del siglo XX del 70% en Japón y del 15% en
Suecia, uno de los países en los que las mujeres han conseguido un status más igualitario. El
trabajo doméstico sigue sin estar reconocido con trabajo productivo y ningún país ha aceptado su
retribución, ni otorgó beneficios de la Seguridad Social a las amas de casa. En los países industriales
las mujeres son la mayor fuerza de trabajo a tiempo parcial, lo que reduce sus posibilidades de
promoción y las discriminaciones en los planes de pensión.

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En 2005 el 30% del PIB italiano se derivaba de la economía sumergida mayoritariamente
desempeñada por mujeres, y esa cifra es extensiva a la mayoría de las economías nacionales del
primer mundo.
Es verdad que algunas mujeres han asumido tareas de jefes de Estado o de Gobierno (Reino Unido,
India, Pakistán y Alemania, Chile, Argentina, ya en el siglo XXI) que el número de mujeres ejecutivas
ha aumentado sobre todo en el sector público y que algunas mujeres van alcanzando funciones que
hasta ahora constituían baluartes masculinos. Pero ello no quiere decir que se haya logrado la plena
igualdad entre sexos. De hecho el mundo del poder político sigue particularmente cerrado a la mujer
con excepción de los países del Norte de Europa. Además es un hecho el empeoramiento de las
condiciones de vida de las mujeres en ciertos países del mundo, muy especialmente los islámicos.
Como muestra, los acontecimientos en Afganistán con la instauración del régimen integrista de los
talibanes. En Irán tras la instauración de la República islámica se ignoraron los derechos
fundamentales de las mujeres iraníes: sin el permiso de sus maridos no pueden viajar, ni trabajar, ni
realizar estudios sin olvidar que en países como China aún no se ha erradicado la bárbara práctica
de asesinar a las niñas o quemar a las viudas. También en los países excomunistas las condiciones
de vida de las mujeres han empeorado de forma significativa, al haberse incrementado el desempleo
y donde la reorganización de la economía tiende a excluir a las mujeres de los trabajos mejor
cotizados. El hundimiento del bloque soviético creó nuevas discriminaciones y desigualdades y
tienden a poner en tela de juicio determinados derechos adquiridos. Un informe de la OMS recogía
que las mujeres de la Europa post comunista tienen una esperanza de vida de 4 años menor que el
resto de las mujeres del continente.
La protección legal a las mujeres deja mucho que desear en muchos países. Las violaciones y
agresiones sexuales, no tienen el mismo peso de la Ley en todas partes y en algunos países no existe
una ley sancionadora que proteja a la mujer. En la Antigua URSS y en Colombia, el violador puede
lograr una sentencia menor o incluso la libertad, si accede a casarse con la víctima. En la India la
violación no se considera una ofensa para la mujer sino para el marido y su familia.
En España pese a que la Constitución establece la igualdad entre sexos, ciertas diferencias
persisten. Empleos menos prestigiosos que los hombres peor remunerados y con más contratos
eventuales o a tiempo parcial, y cobran, todavía en muchas empresas un salario inferior que éstos
por igual trabajo. Ya en 1990 las mujeres percibían como media un 70% del salario masculino. En el
caso de malos tratos tampoco se queda atrás. El problema de la violencia de género sigue siendo una
grave lacra en países desarrollados como el nuestro. Hoy día las cifras lejos de disminuir aumentan,
siendo un grave problema social, pese a los medios que tratan de ponerse para solucionarlo.

2.4. LAS CONFERENCIAS MUNDIALES SOBRE LA MUJER.

Según la ONU el tema de la condición femenina lleva camino de ocupar el primer lugar en el debate
mundial sobre desarrollo social, económico y político por las consecuencias que de ellas se derivan.
Los avances especialmente en cuestión de derechos son indiscutibles, pero siguen estando
amenazados por su fragilidad. Como muestra de interés mundial que la cuestión de la mujer provoca
tenemos las cuatro Conferencias Mundiales de la Mujer, que han tenido lugar desde 1975.
En 1975 tuvo lugar la I Conferencia Mundial de la Mujer en México. En su Declaración Final se
ponía el acento en el fomento de la igualdad entre el hombre y la mujer, en la plena integración de la
mujer al esfuerzo global del desarrollo y en el incremento de la contribución de la mujer al
fortalecimiento de la paz en el mundo.
En 1980 en Copenhague se señala la importancia de la mujer en el proceso de desarrollo a título no
sólo de agente sino de beneficiaria. En 1985 en Nairobi se renovaba el compromiso de fomentar la
promoción de la mujer y eliminar las formas de discriminación basadas en el sexo.
La IV Conferencia Mundial de la Mujer celebraba en 1995 en Pekín congregó a más de 30.000
participantes. En ella se reconoció que “Las mujeres desempeñan una función decisiva en la familia”
que “La familia es el núcleo básico de la sociedad y como tal debe ser fortalecido”. Como siempre uno
de los puntos más conflictivos fue el que se refería a “considerar la posibilidad de revisar las leyes
que prevén medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos ilegales, pero el que más
reservas acumuló fue el que define la salud reproductiva como un estado de bienestar físico, mental
y social y entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de procrear
y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuando y con qué frecuencia.

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Uno de los acuerdos más novedosos reclamados por las ONG’S fue el de medir y cuantificar
económicamente el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el hogar, en las explotaciones
familiares de subsistencia o en las comunidades locales y calcular el valor global de este trabajo no
pagado en cuentas especiales o incluso oficiales, consistentes, con la contabilidad nacional. Al
margen de los temas polémicos, las delegaciones oficiales consiguieron acuerdos de gran
trascendencia en otros capítulos. En educación los Estados se comprometieron a extender los
programas de alfabetización y a rebajar a la mitad la tasa de analfabetismo femenino, a la mejora del
acceso a la formación profesional y a la educación permanente siempre en la búsqueda de fondo de
igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. Los que lograron un amplio consenso en
pedir a los gobiernos medidas para facilitar la igualdad en el acceso a los recursos, al empleo y a los
intercambios comerciales, y procurar la eliminación de las diferencias salariales en función del sexo.

3. PACIFISMO
3.1 DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.

El pacifismo es la doctrina o conjunto de ideas y de actitudes de un movimiento social que se


caracteriza en la Segunda mitad del Siglo XX por: su oposición moral a la guerra como método para
alcanzar fines políticos y para resolver controversias. Su actividad a favor de que se establezca una
paz permanente y estable entre los Estados y dentro de ellos; la autonomía y no alineamiento frente
a los gobiernos, incluyendo al del país en que se actúa; el uso de métodos no violentos para lograr
sus objetivos.
Existen múltiples formas de pacifismo: Desde los pacifistas más radicales hasta los activistas que
realizan campañas por cuestiones específicas (como detener pruebas nucleares). Unos grupos
pacíficos propugnan la oposición a la guerra o su preparación, usando formas de resistencia no
violenta, mientras que otros impulsan el entendimiento, la cooperación y la mediación entre países
en el conflicto, a la vez que se interesan por la promoción de la justicia al entender que la paz se
logra a largo plazo en el marco de sistemas sociales justos. En el terreno de las alternativas,
activistas y grupos pacifistas evolucionaron en los 80 hacia propuestas de defensas alternativas con
estrategias y armamentos no ofensivos que en algunos casos han sido considerados como neo-
militaristas por parte de los pacifistas más radicales. Por otra parte existen activistas
antiimperialistas y objetores de conciencia antimilitaristas que justifican determinados niveles de
violencia.

3.2 HISTORIA

Parece que las raíces más profundas del pacifismo se encuentran en los orígenes de las religiones.
Las religiones orientales (jainismo, budismo están en la base de la tradición pacifista. La figura de
Jesucristo y su doctrina formulan un modelo que encaja perfectamente con el pacifismo más
extremo: “Ama al prójimo como a ti mismo” “Amad a vuestros enemigos”, “Devolved bien por mal”….)
Las doctrinas de Jesús pretenden alcanzar una serie de valores como son el amor, la humildad, la
justicia, la comunidad, la paz.
Los cristianos posteriores cuando el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio Romano,
no estuvieron ya comprometidos (tanto) con la ética radical pacifista. Esto quedó para movimientos
heterodoxos. Y muchos de éstos entre los siglos V y XV, desarrollaron posturas pacifistas (cátaros,
valdenses, y bogomilos). Autores señalan el Siglo XVI como el del comienzo del pacifismo moderno,
con la aparición del movimiento de los anabaptistas, y de otros grupos religiosos como los menoritas.
Rechazaron actuar en actividades que implicarán violencia: Aunque fueron sometidos a una fuerte
persecución algunas ramas siguen manteniendo hoy esa postura. En el XVII, los cuáqueros ingleses
intentaron aplicar el pacifismo a la política. Plantearon su pacifismo como una acción que se
enfrenta con la violencia social e institucional (racismo, injusticia social y económica, la guerra y la
pena de muerte). En los Siglos XVIII y XIX, el pacifismo se vio influido por la decadencia de las bases
religiosas de la doctrina social y política. A destacar las formulaciones del anarquista Willian
Godwin, quien afirma que el carácter inmoral e irracional del uso de la fuerza incluso en apoyo de la
justicia. Hablar de violencia revolucionaria era para él una contradicción. Esta tendencia fue
continuada por Tucker, Barthelemy de Ligt y Tolstoi (1908). Tolstoi parte de la “no resistencia”. La
ley del Amor y la no resistencia significaban además el rechazo a toda violencia, a la iglesia ortodoxa
rusa y al Estado. Algunos autores consideran a Tolstoi como el puente entre el pacifismo histórico y
la no-violencia contemporánea. La figura pacifista más relevante del siglo XX fue Mohandas K.
Gandhi. Siendo hindú, su práctica existencial y su filosofía de la no-violencia resultan de la síntesis

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de las religiones orientales y del cristianismo. Para Gandhi la vida es una búsqueda de la verdad.
Buscándola, toda persona se enfrentará a cualquier situación de injusticia, lo que implica una
confrontación de intereses y de valores; el fin no vale más que los medios. Gandhi afirmaba que todo
reside en los medios y que la unión de medios y fines se realiza mediante la fuerza más grande que la
humanidad tiene a su disposición: la no violencia. Esta no-violencia puede concebirse, bien como
una forma de vivir y de actuar, o bien como una forma de luchar contra la injusticia. Inició
campañas de lo que denominó Satyagraha (“que mantiene la verdad”) enfrentándose a injusticias
concretas del imperialismo británico en la India. Él encabezó la resistencia no violenta al gobierno
inglés en la India de 1919 a 1947. Utilizó dos técnicas de no-violencia, la desobediencia civil y la no
cooperación. La primera se concreta en no cumplir las leyes que representan la injusticia o la
apoyan. La segunda consiste en no apoyar o no participar en cualquier cosa que sea injusta,
mediante el boicot, la huelga…etc. Gandhi afirma que el conflicto es un proceso dialéctico. Por ello
no se alcanza la verdad si una de las partes aplasta a la otra.
La 1ª Guerra Mundial influyó enormemente en el desarrollo del pacifismo en el presente siglo. Miles
de jóvenes ingleses prometieron entre 1920 y 1930, no volver a combatir “por la patria y el rey”
(juramento de Oxford). En EEUU se produjeron movimientos similares. Los pacifistas de esta época
pusieron de manifiesto que incitaban al conflicto los fabricantes de armas y que la economía basada
en el beneficio privado tendía a provocar guerras y violencia. Con la II Guerra Mundial, todos estos
movimientos fortalecieron sus posiciones, del creciente militarismo y de las guerras internacionales
surgió otro pacifismo fundado no sólo en una ética y perspectiva religiosa, sino en un análisis
humanista y político. En su base se encuentran intelectuales como Bertrand Rusell. Sus escritos
están en la base del surgimiento de varios movimientos pacifistas y antimilitaristas como el “Bristish
no more movement” y la “Compaign for Nuclear Disarmament” (CND). Tras la II Guerra Mundial y los
acontecimientos de Hiroshima y Nagasaki, provocaron el surgimiento de un clima de pacifismo
antinuclear. Científicos e ingenieros (Rusell, Einstein,…) de Alemania, URSS, GB, EEUU y de otros
países se comprometieron a no trabajar en estos campos. En los decenios siguientes hasta hoy, el
pacifismo fue la ideología de una minoría que se fue radicalizando. En los primeros 80 supusieron
una gran actividad del movimiento pacifista europeo y un reforzamiento de muchas de sus
organizaciones, especialmente la CND, que vio como sus miembros aumentaban de forma
importante. En EEUU hubo también importantes movimientos de protesta. En Europa Oriental,
surgieron también pequeños grupos pacifistas. Tras la caída del muro de Berlín y la desaparición de
uno de los bloques militares, la actividad pacifista ha decaído notablemente. El movimiento por la
paz se encuentra a finales de los 90 y a principios del siglo XXI en un momento crítico. Pese a la
magnitud de los conflictos surgidos tras la Guerra Fría y al debate internacional, los grupos
pacifistas están en una de sus fases de menor actividad pública en los países que tradicionalmente
han tenido una presencia relevante. Su última participación masiva ocurrió durante la Guerra del
Golfo (1990-1991). Pero en casos como Yugoslavia, Somalia, Ruanda o Angola, las respuestas del
pacifismo han sido en general, limitadas. Sí, se puede hablar, del éxito en campañas de
sensibilización con objetivos a largo plazo como “Hay secretos que matan” (1997). España, con la que
se ha conseguido un compromiso político de control y transparencia en el comercio de armas o, a
nivel internacional la campaña para la prohibición de las minas antipersonales que han culminado
con la firma del tratado de Ottawa.
Al parecer hoy día el movimiento pacifista se encuentra muy diluido dentro del movimiento
antiglobalización que en la actualidad es el que se encuentra en primera línea en cuanto a actividad
y presencia en los medios de comunicación. Ello hace que el pacifismo y otros movimientos como el
ecologista queden matizados, hayan perdido cierta autonomía y se mezclen entre ellos ante la única
denominación de antiglobalización.

4. ECOLOGISMO.

En Occidente el movimiento ecologista comenzó a atraer la atención de la sociedad hacia la


degradación ambiental en los 60, pero ya se había denunciado con anterioridad, en reivindicaciones
políticas, los problemas derivados de: La contaminación, la sobreexplotación de los recursos
naturales y los límites naturales del desarrollo. El ecologismo contemporáneo hunde sus raíces en
todas aquellas críticas que han denunciado las consecuencias perjudiciales del proceso de
modernización, tales como las derivadas de la industria acelerada, la urbanización precipitada o las
migraciones masivas. Se pueden relacionar las preocupaciones manifestadas por el Club de Roma,
en su informe de los años 70 “Los límites del crecimiento”, por el irracional uso de los recursos
naturales. La actitud conservacionista de los espacios naturales de hoy, ya se vislumbra en las obras

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de los poetas y viajeros románticos desde el siglo XVIII. Aunque numerosas ciencias sociales
asimilaron los conceptos de la ecología (término que se debe al biólogo alemán Ernst Haeckel), fueron
los movimientos sociales los que generalizaron su uso desde los años 60 y 70. Entendieron que la
ecología permitía demostrar las consecuencias negativas que la actividad humana tenía sobre el
entorno, así como la dependencia esencial de las colectividades humanas para el mantenimiento y
perpetuación del medio.

4.2. CORRIENTES DEL PENSAMIENTO ECOLOGISTA.

Los individuos, grupos y organizaciones que integran el grupo ecologista pueden ser adscritos a una
de las tres categorías:
CONSERVACIONISTA. Defiende la protección de la naturaleza por razones estéticas, éticas y/o
religiosas. Apela al sentido de la responsabilidad del ser humano en su “gestión” de la naturaleza.
Las críticas concentran su atención en los defectos (deterioro de los espacios naturales) sin
considerar las causas y los contextos globales que posibilitan dichos efectos (un modo de producción
y un consumo irracional e insostenible)
AMBIENTALISTA. Subraya el modo en que la naturaleza puede ser puesta al servicio de los intereses
humanos. El tipo de medidas propuestas por esta corriente “antropogénica” son el reflejo de disputas
ideológicas más profundas como: establecer mecanismos reguladores del mercado con medidas
impositivas del tipo “quien contamina paga” o la nacionalización de la propiedad para eliminar el
beneficio privado como causante de la degradación ambiental. Reconocen imprescindible para
mejorar el medio ambiente, ejercer presión sobre las autoridades.
ECOLOGISTA (en sentido estricto). Plantea cambios radicales en los modos de organización social y
político. Su sociedad ideal tiene en cuenta que la finitud de los recursos impone límites naturales al
crecimiento de la economía y de la población; el consumo de bienes materiales debe ser reducido
significativamente.

4.3. HISTORIA DEL MOVIMIENTO ECOLOGISTA.

Como antecedentes a los movimientos actuales tenemos las organizaciones reformadoras y sindicales
de mitad del siglo XIX que lucharon por la reforma y mejora de las condiciones sanitarias, higiénicas
y de salud pública. También los grupos “progresistas de conservación” en EEUU de finales del XIX
son otro antecedente.
Contra la contaminación causada en Inglaterra por la 1ª Revolución Industrial, se manifestaron
tanto los sindicatos como los grupos reformistas y filantrópicos. Utilizaban términos como salud,
higiene y saneamiento y no los utilizados por los movimientos actuales. EEUU en su gran
industrialización desde la G. Civil a la 1ª Guerra Mundial, orientó más la preocupación hacia la
sobreexplotación de los bosques que a la contaminación ambiental. El movimiento progresista de
conservación (finales del s. XIX) tiene su raíz en la destrucción anárquica de los recursos naturales.
Este movimiento, abogó por la intervención pública, al objeto de ordenar y racionalizar tal
explotación. Con el paso del tiempo, la situación descrita persistió. En G.B. y en otros países
industriales europeos, los ecologistas se concentraron en las condiciones urbanas, mientras que, en
EEUU, lo hacían en la explotación de los recursos naturales. En 1962 la bióloga Carson publicó
“Primavera silenciosa”, en él expuso que los nuevos productos químicos sintéticos, especialmente los
pesticidas como el DDT, contaminaban los ecosistemas y la biosfera. Ningún animal o ser humano
escapaba a tal contaminación. Además de ser contaminantes, invisibles e inodoros, eran más
peligrosos e insidiosos que los de la Revolución Industrial. Afectaban a todas las clases sociales, al
difundirse por la cadena alimenticia. Nuevos grupos, especialmente la clase media, se sintieron
vulnerados. Esto provocó la aparición de un movimiento ecologista, protagonizado por la clase media
a finales de los años 60. Aún así, la contaminación era la principal preocupación en esos años.
Aunque afectaba fundamentalmente a la clase obrera, eran las clases media y alta las que se
movilizaban ante los problemas medioambientales y de contaminación. Esto porque desde los años
30 a los 60, la degradación del medio ambiente sufrió un cambio cualitativo, afectando a sectores
sociales cada vez más amplios. En EEUU el movimiento ecologista de finales de los 60 y principios de
los 70 guarda una estrecha relación con los movimientos juveniles universitarios a favor de los
derechos civiles y en contra de la guerra de Vietnam. En otros países están presentes los cambios
ambientales reseñados y las crisis políticas que durante este tiempo afectaron al mundo. En Gran
Bretaña, el movimiento ecologista ha tendido a ser, desde sus orígenes, elitista y conservador. En
Suecia es obra de la clase media y adinerada, que ve en la contaminación una nueva amenaza

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directa. En España entronca con las tradiciones políticas del anarquismo y del comunismo libertario
y su interés por el medio ambiente y la descentralización.
En Francia el movimiento ecologista es hijo del Mayo del 68. Se produce el éxodo urbano en busca de
una sociedad ideal, libre y libertaria lejos de la civilización tecnicista.
Como en el resto de los países, el movimiento ecologista quizá no se hubiera desarrollado sin la
aparición de las centrales nucleares. Gracias a ellas el ecologismo adquirió consistencia y permitió la
fusión de las diferentes corrientes ideológicas. Esto se produce entre 1974 y 1976, afirmándose como
movimiento poderoso en 1977 y 1978. En esta época en la que el movimiento ecologista se organizó
como fuerza de oposición y como alternativa política, en varios países europeos (Francia, Alemania),
aquí a partir de la política radical estudiantil de 1968 nace el movimiento antinuclear más fuerte de
Europa. En 1979 se crean los Verdes alemanes. Este año se fundaron otros grupos similares en
otros países, que se agruparon en la alianza Verde, con vistas a acciones pacifistas conjuntas y una
coordinación en el Parlamento Europeo.
En España se agruparon en torno a diferentes coordinadoras (antinuclear en 1977, movimiento
ecologista en 1978…) En las elecciones legislativas de 1986 se presentaron divididos.
En el movimiento ecológico caben desde los provos de carácter anarquista, de Holanda a finales de
los 60, pasando por posiciones liberales, conservadoras y reformistas en Alemania, en Holanda y
Francia, también puede apreciarse una tendencia radical de inspiración anarcolibertaria.
A grandes rasgos, en el movimiento ecologista actual, se distinguen dos tipos de organización. Por un
lado están las grandes organizaciones internacionales como Greenpeace o Amigos de la Tierra, que
cuentan con una amplia base de suscriptores; su estructura está centralizada y jerarquizada y
actúan con acciones espectaculares de gran difusión. En contraste, existen una gran cantidad de
grupúsculos ecologistas, que abundan en barrios, pueblos y ciudades, cuya acción local se
caracteriza por su descentralización, independencia y por estar basadas en las relaciones
interpersonales y solidarias a tiempo parcial.
Esta dualidad en la organización del pensamiento ecologista es la respuesta al principio “pensar
globalmente y actuar localmente” y es una razón estratégica para conseguir objetivos concretos.

La pluralidad de puntos acceso a las competencias políticas en materia ambiental, se traduce en una
pluralidad de organización.

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