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Sin embargo, todas estas dificultades se pueden superar si tenemos motivación. Motivación es una
palabra muy interesante. Viene del verbo latino moveré, que quiere decir ponerse en marcha. Y es
que eso es lo que necesitamos para vencer cualquier tipo de dificultad.
Si nos dejamos vencer por los impedimentos nos paramos, no hacemos nada, dejamos pasar las
oportunidades y veremos cómo los demás nos superan mientras nos quedamos atrás. Sin
embargo, si nos ponemos en marcha, poco a poco veremos cómo superaremos cualquier tipo de
obstáculo. Vamos a ver entonces qué necesitamos para ponernos en marcha, para motivarnos.
Motivación en el estudio
Las razones que pueden motivar a un joven universitario no son las mismas que pueden motivar a
un niño de primaria o a un joven de secundaria. Vamos a considerar algunas motivaciones a corto
plazo. Además, a cada persona le motiva algo diferente o algo en un grado distinto que a los
demás.
1. Los estudios son interesantes. Admitamos que no son tan divertidos como la tele, jugar al play,
una charla con los amigos, un baño a la piscina... Pero me esfuerzo en verlos interesantes y
hacerlos interesantes yo mismo con mi imaginación y mi esfuerzo. Soy consciente de que este
esfuerzo me ayuda.
2. Estudiar y aprovechar bien el tiempo me deja más tiempo libre para divertirme y pasártelo bien.
3. Mis profesores y mis padres me van a estimar, premiar y valorar mucho más...
COLEGIO INTEGRADO SAN PIO X – TALCA
Departamento de Educación Especial y Psicopedagogía
6. Disfruto más en mi tiempo libre, con mis amigos, la tele, Internet si previamente he hecho mi
trabajo bien.
7. Cada vez que alcanzo un pequeño triunfo me animo y me hace sentir más seguro y con ganas de
ir más lejos...
1. Ten clara su meta A nadie le gusta esforzarse si no hay alguna meta que alcanzar. ¿Tú correrías
dos kilómetros todos los días sin ninguna explicación? Seguro que no. Lo harías para estar en
forma, ganar a tus amigos, impresionar a una chica o chico, lograr un premio o clasificación… De la
misma manera, cuando te pongas a estudiar debes tener clara cuál va a ser tu meta. ¿Aprobar el
próximo examen?¿Lograr el título?¿Convencer a tus padres de que lo puedes lograr?... No escogas
algo abstracto como ser mejor persona o cultivar mi espíritu porque las metas abstractas son
como humo en el aire, se disipan rápidamente y no dejan ningún rastro. Tampoco elijas objetivos a
muy largo plazo o simplemente irrealizables como ser catedrático de universidad o llegar a ser el
más listo del mundo. Estos no te ayudarán para nada, porque la consecución de los primeros
puede hacerse eterna y los segundos ofrecen metas ficticias que terminarán con tu motivación.
Escoge metas alcanzables a corto plazo por las que puedas luchar con todas tus fuerzas.
2. Recuerda siempre esa meta y vence a tu mente. Cuando vengan las dificultades en muy fácil
perder la motivación, el movimiento hacia delante necesario. El cuerpo humano no está hecho
para sufrir, ni para estar sentado más de una hora en una silla. Por ello, tu mente comenzará a
lanzarte mensajes de Tú no puedes hacerlo, levántate y sal a la calle, lo que quieres no es tan
importante, no merece la pena… Aparecerán miles de excusas para no seguir. Es entonces cuando
debes recordar esa meta, recordar por qué estás ahí y qué quieres alcanzar. Lucha contra tu
mente y que gane tu corazón.
El sitio donde estudio me distrae: mis hermanos, la tele, mi familia habla fuerte...
Mis conflictos