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EL TEMA DE INVESTIGACIÓN

El tema de investigación surge de diversas formas. Para descubrirlo se necesita tener interés por la investigación, una actitud desconfiada, reflexiva y crítica respecto a los diferentes conocimientos
existentes ante una problemática, necesidad, duda o inquietud a investigar. Elegir el tema hace referencia al aspecto que será objeto de investigación. Es importante concebir un tema bien delimitado y
que contribuya a cubrir una necesidad, que sea viable dentro de las circunstancias personales del investigador, así como de la institución, pudiendo llevar la reflexión hasta una pregunta muy concreta.
La elección del tema se inicia con la observación directa de la realidad que se quiere investigar. Por ejemplo, necesidades del mercado (nuevos productos, capacitación de productores del sector
agrícola, formación profesional), aspectos técnicos o de producción, aspectos financieros, estrategias de comercialización, dinámica organizacional o administrativa, comercio exterior, evaluación de
activos, etc.

Con base en la definición anterior, también es necesario realizar una consulta bibliográfica, lo cual puede referirse no solo a textos, revistas o documentos especializados, sino también a investigaciones
sobre el tema. Este conocimiento previo es fundamental para luego pasar al planteamiento del problema (Méndez: 2006, 157). La elección del tema de investigación requiere de una atenta restauración
de los hechos, una relectura de las principales fuentes y de una intensa reflexión.

Selección del Tema y Problema de Investigación

Fuente: Autor, disponible en http://proyectocomuni.blogspot.com/2011/06/planteamiento-del-problema-para-un.html, 20 de mayo 2013.

Planteamiento del problema

Una investigación tiene como propósito fundamental resolver un problema de forma sistemática y rigurosa. Para lograrlo, es ne cesario establecer con claridad qué se está
investigando, por qué es importante hacerlo y para qué se realizará este trabajo. Tales aspectos constituyen el planteamiento de la investigación, el cual se compone de tres
elementos: el problema, la justificación y los objetivos.
Es muy normal y frecuente escuchar a los estudiantes que finalizando la academia se verán abocados a realizar una investigación o proyecto de grado, identificando que la mayor
dificultad es la definición del problema de investigación. Dicha decisión surge de diversas formas. Para descubrirlo necesita tener interés por la investigación, actitud desconfiada,
reflexiva y crítica respecto a los diferentes conocimientos existentes ante una problemática, necesidad, duda o inquietud a investigar. La elección del tema hace referencia al aspecto
que será objeto de investigación.

Ahora bien, «El planteamiento del problema parte de la identificación y descripción de los síntomas que se observan y son relevantes en la situación, relacionándolos con las causas
que lo producen» (Méndez: 2006, 162). Por tanto, plantear el problema conlleva al reconocimiento de los hechos, a centralizar en un contexto, ubicar y describir de manera detallada
la situación específica que se ha venido y se está presentando, relacionado con el tema. Se trata de examinar el grupo de hechos, clasificarlos y seleccionar los que sean relevantes
en algún aspecto para el tema anteriormente definido.

El problema de investigación

El proceso de investigar tiene como punto de partida la adecuada identificación de un problema, el cuál debe reunir algunas condiciones mínimas para constituirse en un asunto
investigable. La identificación de estas situaciones exige que el investigador afine su sentido crítico y logre ver en la realidad aspectos que otros han pasado por alto y permitirían
comprender mejor un parte de la realidad y contribuya incrementar el cuerpo de conocimiento de la disciplina en la cual se halla inmerso (ciencias tecnológicas, ciencias básicas,
ciencias sociales, etc.).

Cuando los investigadores principiantes se dan a la tarea encontrar un área de investigación, con frecuencia afrontan un primer obstáculo que es la aparente e insalvable dificultad
para formular propuestas interesantes. Identificar una situación problemática no debería resultar una labor desalentadora, sino más bien un ejercicio que anime a la curiosidad; el
asunto de fondo está en que nuestros aprendices normalmente no saben ni siquiera en dónde buscar esas fuentes de problemas que no solo les faciliten la labor, sino que animen su
curiosidad.

Una manera recomendable para encontrar temas de investigación es avanzar progresivamente desde los asuntos más generales de la disciplina en la cual se trabaja hacia campos de
conocimiento cada vez más concretos. Así, se puede pasar de establecer cuáles son las líneas de investigación sobre las cuáles se trabaja en la institución en donde se encuentra el
investigador, los temas y subtemas que se proponen en la misma y, una vez hallado el campo de su interés comenzar a indagar sobre aspectos que generen polémica o duda, tales
como desacuerdos entre distintas investigaciones sobre un mismo tema, asuntos de interés público (solución a demandas sociales), necesidades prácticas (como el mejoramiento de
procesos), vacíos de conocimiento (situaciones de la realidad que no son plenamente comprendidas), entre otros. También puede realizarse este proceso de manera inversa, es decir,
establecer la situación indeseada y tratar de enmarcarla en las líneas de investigación institucionales.

Obviamente, los problemas de investigación no se presentan de forma espontánea y completa, es necesario determinar el context o en el cuál se presenta, establecer su sus partes,
identificar las relaciones existentes entre ellas, determinar los asuntos conflictivos, en síntesis, ir profundizando paulatinamente para ver en la realidad los vacíos de conocimiento que
ameritan ser llenados.
La situación problemática

La primera aproximación a la definición de un problema de investigación consiste en la identificación del contexto en el cuál se produce el fenómeno que suscita nuestro interés y la
manera como se manifiesta. Debe advertirse que en esta primera fase todavía no se cuenta con un problema formulado, sino con una situación indeseada que será materia de estudio
para, posteriormente determinar qué medios son necesarios para su solución. Como es primordial encontrar dónde radica la clave del problema, conviene dejar en claro cuáles son los
efectos observables (positivos o negativos), los hechos o elementos que dan origen a la situación indeseada, y las relaciones que se pueden observar entre causas y efectos.

Para establecer los componentes del problema y realizar los análisis conceptuales es recomendable acudir a diversas técnicas los mentefactos, los árboles de problemas, los
diagramas de espina de pescado, las matrices de Vester, la cartografía conceptual, lo mapas mentales, o cualquier otro instru mento que permita aislar los hechos, los conceptos y
visualizar relaciones entre ellos.

Formulación del problema

Una vez planteado el problema de investigación, es necesario hacerlo concreto, mediante una síntesis y estructuración del planteamiento del problema. Entonces, formular o definir el
problema es la especificación de la situación que se desea investigar. Una vez realizada la descripción de la situación problemática, debe aterrizarse la idea en la pregunta central de
la investigación o también es posible plantear una afirmación que oriente a la investigación. En otras palabras, es el aspect o desconocido de la situación planteada y que como
investigador, se desea conocer.

Por tanto, lo que se busca es reducir el problema a términos concretos, claros y explícitos, se sugiere no emplear términos a mbiguos o abstractos. La formulación del problema está
en correspondencia directa con el objetivo general de la investigación.

El problema planteado deberá cumplir con algunas condiciones básicas que permitan desarrollar un trabajo productivo que, de un lado, permita responde r la pregunta y, de otro,
contribuya a la generación de nuevo conocimiento. Estas condiciones son:

 Relevancia. Es decir, que la pregunta permita obtener conocimiento importante que pueda generar beneficios a la sociedad. Las preguntas que pueden ser respondidas con un
simple “si” o “no”, no aportan realmente datos suficientes para resolver una situación problemática, de modo que los cuestionamientos han de orientarse a establecer relaciones o
características de los componentes de un fenómeno, antes que a generar verdades absolutas.
 Originalidad. En primer lugar, el interrogante propuesto no debería tener respuesta conocida (si la hay, qué sentido tiene hacer la investigación); en segundo término, la
respuesta debería permitir prever, al menos, dos respuestas posibles, sin que exista una preferencia sobre alguna de las posibles soluciones (la investigación permitirá
establecer cuál es el camino más conveniente)
 Claridad. Al enunciar el problema, no debe generarse duda sobre los componentes involucrados ni sobre las relaciones que se busca establecer entre ellos. También implica
establecer el área del conocimiento en la cual se enmarca el asunto que se pretende estudiar.
 Precisión. Plantear un problema implica, de un lado, hacer una pregunta válida, y de otro, anticipar una posible solución a la misma, de modo que se pueda prever el tipo de
resultado que se espera obtener: puede ser análisis de componentes, si lo pretendido es caracterizar un fenómeno; una explicación causal, si se busca determinar las razones
por las cuáles este se presenta; una nueva herramienta, entre otros.
La delimitación del problema

Para terminar, una vez establecida la pregunta de investigación es necesario determinar los aspectos que serán tenidos en cuenta para resolverla. Acá, resulta de capital importancia
establecer tanto las características que se desean observar, como los agentes involucrados y la forma en que estos se relacionan. Estos aspectos permiten al investigador determinar
con precisión los alcances de su trabajo y deben estar en concordancia con las limitaciones a que pueda verse enfrentado, bien sea para la obtención de la inf ormación (los datos) o
para el procesamiento de los mismos. Una situación problemática puede ser fuente de diversos problemas y algunos de ellos pueden r esultar imposibles de investigar, bien sea por
cuestiones teóricas o prácticas.

Al desglosar la situación en sus componentes, el investigador escoge una parte de la situación sobre la cual desea profundizar porque considera que es importante por el nuevo
conocimiento que aporta y por su incidencia en el contexto general, de modo que pueda concentrar sus esfuerzos en una porción de la realidad que resulte manejable tanto en
términos de recursos como en el horizonte temporal que proponga su estudio.

Sistematización del problema


Como lo indica Méndez (2006, 166-167), sistematizar el problema es descomponer o desagregar el problema formulado anteriormente, teniendo en cuenta las variables que hacen
parte del mismo. De lo cual, las respuestas a dichas preguntas permiten al investigador responder a la pregunta general (la formulación del problema).

De manera concreta, a sistematización del problema comprende las preguntas específicas que se derivan de la pregunta general y corresponden a los objetivos específicos.

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