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Resumen

“Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI


SEN AMARTYA KUMAR

Este artículo revisa el estado actual de las teorías de desarrollo teniendo en cuenta
la experiencia histórica y la evolución interna de la teoría desde finales de la
Segunda Guerra Mundial.

Aunque la comprensión del desarrollo ha mejorado, se han hecho generalizaciones


indebidas y extraídas lecciones infundadas.

El autor rechaza la oposición entre el Estado y Mercado y entre Planificación y


Rentabilidad.

Pone de relieve las diferencias entre dos visiones ideales y extremas del desarrollo:
la concepción BLAST, que lo considera como un proceso cruel, de “sangre, sudor y
lágrimas”, y la concepción GALA, que lo considera amigable y cooperativo.

También, critica la idea de que la supresión de los derechos humanos y otros


“sacrificios” son necesarios en las primeras etapas de desarrollo.

Muestra que el concepto de capital humano es un avance teórico y práctico, pero


aún insuficiente puesto que concibe al ser humano como mero instrumento y no
como fin en sí mismo.

Y propone una visión más profunda que acepta la importancia de la capacidad de la


población para valorar, elegir y actuar libremente; así, combinando la acción del
Estado, la función del mercado y el papel de las organizaciones comunitarias, el
desarrollo debe proporcionar a toda la población las oportunidades necesarias para
vivir dignamente y ejercer una plena libertad.
OTROS COMENTARIOS

El trabajo de Sen ha producido una nueva comprensión de las catástrofes que


aquejan a los más pobres de la sociedad. Cuestiona la perspectiva común según el
cual las hambrunas se deben principalmente a la falta de comida. Analizando varias
catástrofes, demuestra que las hambrunas “se han producido aún cuando las
existencias alimenticias no eran significativamente menores que en años
anteriores”. La hambruna de 1974 en Bangladesh, por ejemplo, se debió a las
inundaciones que elevaron los precios de la comida a la vez que disminuyeron las
oportunidades de empleo agrícola. Sin dinero ni comida, los campesinos fueron
afectados por el hambre en desproporción con el resto de la población.

Jürgen Schuldt, en “Repensando el Desarrollo”, describe los requisitos del


desarrollo humano el pensamiento de Sen como una “cadena de conceptos que se
condicionan mutuamente”: Dotaciones –> Derechos –> Capacidades –>
Realizaciones –> Calidad de Vida. El desarrollo es una “combinación de distintos
procesos”, no un objetivo lejano a ser alcanzado quizás algún día: es verbo, no
sustantivo. Calidad de vida consiste en estar en ese proceso, no en detenerse por
haberlo logrado. Lo importante no es lo que se tiene (capital, oportunidades,
capacidades) sino lo que se hace con ello: “sólo los estados logrados son valuables
en sí mismos, no las oportunidades”.

En el artículo “Teorías del Desarrollo a Principios del Siglo XXI”, Amartya Sen llama a
evitar “generalizaciones sesgadas y demasiado simplistas” del desarrollo, basadas
en información selectiva y la fuerza de su enunciado, sin examen crítico. Por
ejemplo, critica la confrontación entre las dos posiciones extremas de exagerar ya
sea las virtudes de la economía pura de mercado o los logros de la intervención
estatal, proponiendo “la formulación de políticas pragmáticas”, sin “hiperactividad e
intervencionismo” estatal ni un gobierno “inactivo u ocioso”. Con estos
antecedentes, cuestiona los siguientes supuestos del desarrollo:

1. BLAST vs. GALA: A la concepción del desarrollo como “proceso inherentemente


cruel”, que requiere de “sangre, sudor y lágrimas” (tipo BLAST), la contrapone el
desarrollo como “proceso esencialmente amigable” de cooperación y ganancias
mutuas, “saliendo adelante con una ayudita de los amigos” (tipo GALA).

Esto contradice una concepción común entre politólogos de vieja vanguardia,


según la cual la sociedad funciona en base a la pugna o el “agonismo” de
intereses contrarios, pues el hombre es apenas un animal agresivo, conflictivo,
acaparador y egocéntrico, incapaz de construir una sociedad a la vez progresista
y pacífica, diversa y cohesiva, donde prime la cooperación mutua. Bien dice
Jürgen Schuldt que la implantación generalizada del desarrollo humano
requeriría de un “esfuerzo antropológico-filosófico sobre la naturaleza humana”.

2. Sacrificar para Acumular: Según la lógica del “modelo de crecimiento”, la base


del desarrollo es la acumulación de capitales, lo cual implica un “sacrificio
necesario” del consumo de hoy, con bajos los niveles de vida, a favor de una
“explosión de acumulación” para el desarrollo del mañana. Sen arguye que este
enfoque “no constituye un error en sí mismo”, sino que equipara la acumulación
con la formación de capital físico, “obviando la importancia de los recursos
humanos”. Define el bienestar (educación, salud, etc.) en base al consumo y el
crecimiento en base a la inversión; cuando muchos aspectos del consumo social
no guardan relación directa con las inversiones productivas (educación, salud y
empleo para las mujeres, por ejemplo).

Este problema demuestra por qué es imposible eliminar los extremos de pobreza
sin eliminar los extremos de riqueza, cosa que no menciona Sen. Mientras el
poder político sirva intereses económicos y las decisiones que afectan a las
masas dependan de unos pocos en cuyas manos está el capital físico, no se
tomarán las decisiones apropiadas a largo plazo. Su aspiración de ganancia a
corto plazo se contrapone a la acumulación de “capital humano”, que requiere
de planificación a largo plazo.

3. Agresividad vs. “Corazones Blandos”: En el pasado, la acumulación de capitales


se ha logrado en base a una actitud dura y agresiva, contraria a los “corazones
blandos” que proponían tempranas medidas distributivas o equitativas. Se creía
que los beneficios para todos sólo podrían llegar a los niveles inferiores después
de la acumulación, mediante su “escurrimiento hacia abajo”. Sen propone una
combinación de políticas sociales y económicas como solución, citando el caso
de Corea del Sur y Taiwán.

Lo que no considera Sen es que no se puede dejar a los “corazones blandos” a la


merced de los “corazones duros”. Es necesario democratizar el gobierno de la
economía y las políticas de desarrollo, no sólo nacional, sino también a nivel
local e internacional – mediante la constitución de gobiernos federados locales y
de un gobierno federal mundial. Sólo así se podrá crear un marco jurídico seguro
dentro del cual pueden aplicarse las políticas propuestas, sin caer presos de
intereses económicos anárquicos, tanto a nivel micro como macro.

4. Autoritarismo y Desarrollo: Se dice que “los derechos civiles y políticos


obstaculizan el crecimiento económico” (“hipótesis de Lee”). Sen arguye que en
unos casos ha sido así y en otros no, recuerda que no hay que confundir
antecedentes con causas, e insiste que habría que defender la “relevancia
intrínseca de los derechos humanos” aún si no fomentan el crecimiento
económico. Subraya el “efecto incentivador” de los derechos y que ningún país
democrático ha tenido una hambruna importante, que más bien se dan cuando
los gobernantes saben que su liderazgo no corre peligro. La ventaja de la
democracia es que “extiende los efectos del hambre a los grupos del poder”.

El verdadero problema, que no percata Sen, es que la mayoría de democracias


son incipientes e inmaduras, convencidas de que la vía al progreso es la pugna de
poderes entre sectores económicos y partidos políticos. Cuando el gobierno
propone y la oposición dispone, el carro no anda. La solución no es menos
democracia, sino entender bien la democracia como un gobierno cooperativo, no
conflictivo; y los derechos como una responsabilidad de promoverlos en otros,
no sólo una posibilidad de exigirlos para uno mismo.

5. Más allá del capital humano: No es suficiente ensalzar la importancia del rol del
“capital humano” como “instrumento” del crecimiento económico. Es necesario
distinguir entre fines y medios: así como el ser humano puede ser un medio para
el fin del desarrollo económico, la economía debe constituir un medio para el fin
del desarrollo humano. Esta diferencia debe plasmarse en políticas estatales.

En conclusión, el análisis de Sen en cuanto a los problemas es magistral, como en la


mayoría de los grandes pensadores. Pero sus soluciones propuestas, ¿hasta qué
punto han sido o serán tomadas en serio por los econócratas, tecnócratas y,
especialmente, politócratas que dominan las políticas de desarrollo?

Los politólogos de vieja vanguardia describen la democracia en términos similares a


la concepción del desarrollo como un “proceso inherentemente cruel”, que
requiere de “sangre, sudor y lágrimas” (tipo BLAST). Según esta perspectiva, la
sociedad funciona en base a la pugna o el “agonismo” de intereses contrarios y
sería imposible construir una sociedad a la vez progresista y pacífica, diversa y
cohesiva, donde prime la cooperación mutua. Pues según esta concepción, el ser
humano, siendo lobo del hombre, es apenas un animal agresivo, conflictivo,
acaparador y egocéntrico que haría lo posible por avanzar él solo, sin dejar al otro
progresar también.

¿Cómo conciliar esta concepción del hombre y su sociedad con las aspiraciones de
un desarrollo socioeconómico concebido como un “proceso esencialmente
amigable” de cooperación y ganancias mutuas, “saliendo adelante con una ayudita
de los amigos” (tipo GALA), al estilo de Amartya Sen? ¿Son conciliables, o requeriría
el desarrollo humano de una profunda revisión de nuestros supuestos básicos
acerca de la naturaleza del ser humano, como sugiere Jürgen Schuldt, y de su
sociedad?.

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