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Alberto B. Bianchi
SUMARIO: I. Agradecimientos. II. El sacrificio especial en la responsabilidad del Estado. III. Desarrollo
en la Argentina. III.1. Los casos fundadores. III.2. La jurisprudencia posterior. III.3. El intento juris-
pruencial de establecer un criterio. III.4. La opinión de la doctrina. III.5. Mi opinión. IV. Conclusiones.
I. Agradecimientos.
Mis primeras palabras son de agradecimiento a la generosidad de la Señora Presi-
denta de la Asociación Argentina de Derecho Administrativo, Doctora Irmgard Lepe-
nies, pues, a pesar de que no pude asistir a las XXXIV Jornadas Nacionales de Derecho
Administrativo celebradas en Santa Fe en 2008, me ha invitado a enviar un trabajo para
este volumen que recoge las ponencias presentada en ellas.
Me ha parecido pertinente formular en esta oportunidad algunas reflexiones sobre
la doctrina del llamado “sacrificio especial” como requisito de procedencia de la res-
ponsabilidad del Estado por acto legislativo.
le, así, un perjuicio diferenciado. Dicho sacrificio excede, entonces, la normal obliga-
ción de soportar las causas públicas y debe ser indemnizado.
La paternidad de esta doctrina parecería corresponderle a Mayer, quien en la edi-
ción de 1895 de su Derecho Administrativo –que hemos conocido en la Argentina por
medio de la edición francesa de 1903– decía: “En la relación entre el Estado y el súbdi-
to, se trata no de pérdidas y de ganancias recíprocas sino del efecto que surte la activi-
dad del Estado sobre los individuos. Esto no ocurre sin que los individuos sufran algu-
nos perjuicios, pero ellos entran en las condiciones de existencia del Estado al cual los
individuos pertenecen; por lo tanto, nada se puede cambiar. Pero a partir del momento
en que esos perjuicios afectan a un individuo de manera desigual y desproporcionada,
empieza a actuar la equidad y cuando el perjuicio se traduce en un daño material co-
rresponde al pasaje de valores que se halla en la repetición de lo indebido, habrá lo que
se llame sacrificio especial, que corresponde al enriquecimiento sin causa y que debe
indemnizarse. La compensación se hace aquí por medio de una indemnización pagada
por la caja común, lo que significa la ‘generalización’ del sacrificio especial, corres-
pondiente a la restitución de valores que han pasado en pugna con la equidad”1.
1
Mayer, Otto, Derecho Administrativo Alemán, versión española de la edición francesa de 1903, Tomo IV,
Buenos Aires, Depalma, 1982, § 53, p. 217.
2
Fallos: 176:111 –1934–.
3
Fallos: 180:107 –1938–.
4
Integrada por los Jueces Sagarna, Nazar Anchorena y Linares.
5
Fallos: 180, en p. 113.
6
Fallos: 248:79 –1960–.
dad a que esta Corte se refirió en Fallos: 180:1077, razón por la cual y sin necesidad de
recurrir a principios legales que rigen otros contratos administrativos, cabe reconocer
el derecho del demandante a ser indemnizado en la medida que el perjuicio ha proveni-
do de la ejecución del decreto citado”8. Agrego el destacado.
Similar tenor tuvo la decisión recaída en “Corporación Inversora Los Pinos S.A.
c/ MCBA”9. Se trataba de una empresa que poseía un permiso municipal para explotar
un hotel alojamiento por horas en un inmueble de su propiedad, permiso que fue revo-
cado años después por un decreto general. Se reclamaron los daños y perjuicios deriva-
dos del cese forzoso de dicha actividad comercial. La Corte entiende que la actividad
desarrollada en el inmueble de la actora es en sí misma lícita y que, por ende, el dere-
cho de aquella no era precario. Sostiene, entonces, que el permiso para habilitar el
hotel alojamiento, lejos de ser la fuente de algún derecho, es una limitación ejercida
por la autoridad pública en ejercicio del poder de policía10. A partir de esta conclusión
desarrolla los fundamentos de la indemnización en los siguientes párrafos que transcri-
bo: “[…] la lesión inferida a la actora en su derecho de propiedad encuentra su tutela en
la indemnización reclamada […] en la cual se resuelve la garantía superior del Artículo
17 de la Constitución Nacional […] la legitimidad del obrar administrativo no empece
al derecho de la actora para reclamar indemnización por el agravio inferido […] por
cuanto dicha indemnización no es la consecuencia de un obrar ilegítimo, sino que tiene
por objeto tutelar la incolumnidad del patrimonio lesionado de la actora al dejar sin
efecto la autorización de que era beneficiaria […] el sacrificio impuesto en forma par-
ticular a la actora en beneficio de la comunidad no es propio que sea soportado única-
mente por aquella de lo contrario sería en desmedro del principio de la igualdad ante
la ley y las cargas públicas consagrado en el Artículo 16 de la Constitución Nacional
[…] siempre que no medie culpa del autorizado […] ”11. Agrego el destacado.
En tercer lugar –y para terminar con estos ejemplos–, en “Columbia S.A. c/ BCRA”12 la
actora pretendía una reparación de los daños y perjuicios ocasionados con la comunica-
ción “A” 144 del Banco Central, que había sustituido los índices de corrección aplica-
bles a los préstamos de capitales ajustables establecidos por las circulares RF 202 y
687 por una tasa máxima. La Corte, sin entrar a analizar si la actora había experimen-
tado el daño alegado, establece los requisitos de la responsabilidad del Estado por acto
legislativo en estos términos: “Que el reconocimiento de la responsabilidad estatal por
su actividad lícita exige para su procedencia el cumplimiento de ciertos requisitos im-
prescindibles, esto es, la existencia de un daño cierto, la relación de causalidad entre el
accionar del Estado y el perjuicio y, obviamente, la posibilidad de imputar jurídica-
mente esos daños a la demandada […] A los cuales cabe añadir, atendiendo a la particu-
7
Alude a “Establecimientos Americanos Gratry”.
8
Fallos: 248, en p. 83.
9
Fallos: 293:617 –1975–.
10
Fallos: 293, en p. 627.
11
Fallos: 293, en pp. 628/631.
12
Fallos: 315:1026 –1992–.
lar relación que en el caso vincula a las partes, la necesaria verificación de la existen-
cia de un sacrificio especial en el afectado, como así también la ausencia de un deber
jurídico a su cargo de soportar el daño. Y es precisamente en la consideración de la
concurrencia de tales recaudos, particularmente los últimos, que –conforme lo hasta
aquí expuesto– la sentencia impugnada satisface sólo de manera aparente la exigencia
de constituir una derivación razonada del derecho vigente con aplicación a las concre-
tas circunstancias de la causa”13. Agrego el destacado.
13
Fallos: 315, en p. 1031.
14
“Corporación Inversora Los Pinos”, Fallos: 293, en p. 630.
15
“Buenos Aires Eximport S.A. c/ Estado Nacional”, Fallos: 316:397 –1993–, en p. 406.
16
Fallos: 316, en p. 406.
17
Fallos: 318:1.531 –1995–.
una lesión a una situación jurídicamente protegida. Dicho en otros términos, la diluci-
dación del presente litigio pasa por resolver si puede admitir un derecho adquirido del
administrado al mantenimiento de una pauta cambiaria”18.
Como puede verse, la jurisprudencia no tiene en claro todavía si, habiendo una
situación jurídicamente protegida –pauta cualitativa de “Revestek”–, se aplica también
la pauta de exclusión en razón de la cantidad –“Buenos Aires Eximport”– o no. En
otros términos, la Corte ha dicho que, habiendo un derecho adquirido –situación jurídi-
camente protegida–, existe derecho a la indemnización, sin parar mientes –aparente-
mente– en la cantidad, pero al mismo tiempo ha sentado que la pretensión de que todos
sean igualmente beneficiados encubre un objetivo claramente utópico, incoherente desde
el punto de vista lógico e impracticable del económico. Todo ello nos coloca ante una
duda que, quizás, sea despejada en un futuro fallo.
III.5. Mi opinión.
De lo dicho hasta aquí puede advertirse que la noción de sacrificio especial es un
tema todavía no resuelto. Ciertamente es fácil admitir que cuando una ley ha perjudica-
do a una persona, a dos, o a tres, estamos ante un sacrificio especial. Tampoco existe
mayor inconveniente en admitirlo si el grupo de afectados es más numeroso, pero aún
así reducido en proporción al resto de la comunidad.
18
Fallos: 318, en p. 1541.
19
Marienhoff, Miguel S., “Responsabilidad del Estado por su actividad legislativa”, LL, 1983-B, p. 910.
20
Cassagne, Juan Carlos, “La Responsabilidad extracontractual del Estado en el campo del Derecho Admi-
nistrativo”, ED, 100-986, especialmente p. 995.
21
Diez, Manuel María, Derecho Administrativo, Tomo V, Buenos Aires, Plus Ultra, 1971, p. 151.
22
Fiorini, Bartolomé, Derecho Administrativo, Tomo II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1976, 2ª edición, p. 740.
23
Gordillo, Agustín, Tratado de Derecho Administrativo, Tomo II, Buenos Aires, Fundación de Derecho
Administrativo, 2003, 6ª edición, p. XX-30.
24
Reiriz, María Graciela, Responsabilidad del Estado, Buenos Aires, Eudeba, 1969, p. 67.
25
Estrada, Juan Ramón de, “Responsabilidad del Estado por sus actos legislativos y discrecionales –Funda-
mento y límites de la actividad estatal conforme a derecho–”, ED, 102-839.
26
Tawil, Guido S., “Una nueva aplicación de la doctrina ‘Cantón’”, ED, 131-455, especialmente p. 461.
27
Ibarlucía, Emilio A., “La responsabilidad del Estado y las devaluaciones monetarias”, ED, 105-998.
28
Y suponer aquí ya es mucho, como ha dicho González Pérez. González Pérez, Jesús, Responsabilidad
Patrimonial de las Administraciones Públicas, Madrid, Civitas, 1996, p. 48.
principio de que nadie tiene derecho al mantenimiento perpetuo de las leyes29. En am-
bos casos es la garantía de la igualdad del Artículo 16 de la Constitución la que provee
el techo jurídico final de esta problemática.
IV. Conclusiones.
Nadie puede discutir a esta altura que procede la responsabilidad del Estado por
acto legislativo.
Sin embargo, al momento de hacer efectiva la misma las reglas no son claras, pues
la clave de arco de toda la cuestión, esto es, el llamado sacrificio especial, depende
enteramente de la casuística judicial.
Todo ello dificulta la posibilidad de establecer soluciones en casos donde el núme-
ro de afectados en relación con el total de la comunidad es significativo.
29
La Corte ha dicho reiteradamente que nadie tiene derecho al mantenimiento de una ley determinada, lo que
es enteramente razonable, pues, de lo contrario, la actividad del Estado quedaría maniatada. Véanse entre
muchos otros: “Milo c/ Nación Argentina”, Fallos: 256:235 –1965–; “Facomate S.A. c/ Nación Argentina”,
Fallos: 272:229 –1968–; “Unola de Argentina Ltda. c/ YPF y BANADE”, Fallos: 321:2.683 –1998–.