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Anne Robert Jacques Turgot

(París, 1727-id., 1781)

Turgot era un hombre sencillo, honesto y recto, apasionado por la justicia y por
la verdad. Era un idealista, sus enemigos le llamaban doctrinario de los
derechos naturales, "la ley natural". Sus amigos cuentan su encanto y su
alegría en las relaciones íntimas, pero silencioso y torpe en público, dando una
falsa imagen de reserva y desdén. Tanto sus amigos como sus enemigos están
de acuerdo en un punto: su brusquedad y su falta de tacto en las relaciones
humanas.

Las opiniones sobre sus cualidades de hombre de estado están divididas, pero
se considera en general que es el impulsor de un gran número de reformas y
de ideas de la Revolución francesa. A menudo no son sus propias ideas, pero a
él se debe su difusión. Sobre sus cualidades de economista, también las
opiniones están divididas. Por un lado se le considera como un mal 1.

Fisiócrata y un pensador confuso, mientras otros considera que es el fundador


de la economía política moderna y que "a pesar de haber fracasado en el Siglo
XVIII triunfó en el XIX".

La fisiocracia o fisiocratismo era una escuela de pensamiento económico del


siglo XVIII fundada en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la
cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la
intervención del gobierno, esta se apoya en el derecho que tuvieron los
sirvientes del señor feudal para dividirse en grupos y colonizar nuevas tierras
para el desarrollo de la agricultura y la libre competencia que es ideal
fundamental de la clase burguesa. Su doctrina queda resumida en la expresión
«laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar pasar).

El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir "gobierno de
la naturaleza", al considerar los fisiócratas que las leyes humanas, que son
ajenas y que pertenecen al momento histórico que se las demarca, consideran
que debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está
relacionado con la idea de que sólo en las actividades agrícolas la naturaleza
posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la
producción surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas
denominaron de estériles a las actividades como la manufactura o el comercio
donde la producción solo sería suficiente para reponer los insumos utilizados.

Anne Robert Jacques Turgot : Nació en París el 10 de mayo de 1727, con el


título nobiliario de barón de l´Aulne. Era hijo de un prestigioso comerciante,
Michel-Étienne Turgot y de una aristocrática dama normanda, Madeleine
Françoise Martineau de Brétignolles.

Economista y político francés. Abandonó la carrera eclesiástica poco antes de


su ordenación. Luego estudió Derecho, y más tarde, Administración en la
Sorbona. En su formación intelectual, tuvo mucha influencia del pensamiento
económico de la fisiocracia (Condorcet, Pont de Nemours, Gournay), y las
ideas iluministas y de la ilustración, donde recogió la teoría de los derechos
naturales del hombre, por lo que intentó, una vez llegado al poder, una serie de
reformas que iban en contra de los interésese de la monarquía francesa.

Como es obvio fue defensor del pensamiento liberal de la época, de la poca


intervención del estado en la economía, opositor a los gremios, y a favor de la
libre competencia al interior de los mercados, tratando de poner énfasis en la
producción de la industria local y la agricultura, siendo los productos de la tierra
los únicos que deberían soportar gravámenes, por ser generadores de riqueza.
En Turgot vemos la semilla de la ilustración de la emancipación de la
monarquía que no esta en consonancia con el desarrolló de la sociedad y que
en defensa de la nueva clase dirigente que es la nueva clase burguesa.

En agosto de 1761, se nombra a Turgot intendente de la generalidad de


Limoges, que incluía algunas de las regiones más pobres y más sobrecargadas
fiscalmente de Francia. Permanecerá en ella 13 años. Profundamente marcado
por las teorías de François Quesnay y Gournay, y se preocupa de aplicarlas
en la medida de los posible en su provincia. Su primera idea era la de continuar
su trabajo de llevar a cabo un informe catastral de su territorio, con el objetivo
de llegar a una exacta estimación de la taille (impuesto). Consigue una
importante reducción en la contribución de la provincia y propone una tasa
distributiva ("impuesto de reparto"). Otra idea es la sustitución en lo que
corresponde a las corvées (servicios) por una tasa en moneda recaudada en
toda la provincia, con el objetivo de establecer una sólida red que distribuyera
con mayor justicia los gastos de construcción de carreteras, dado que esta
construcción estaba asignada a contratistas, Paralelamente escribió varias
obras de teoría económica como Reflexiones sobre la formación y distribución
de la riqueza (1766).

En 1769, escribe su Memoria sobre los préstamos con interés, con motivo de la
crisis financiera. Por primera vez se trata de manera científica el tema del
préstamo, y no sólo desde un punto de vista religioso. Entre los demás trabajos
que Turgot escribe durante su intendencia están la Memoria sobre minas y
canteras y la Memoria sobre la marca de los hierros, en los que protesta contra
las normas del Estado y su intervención, a la vez que defiende la libre
competencia. Por otra parte, trabaja para favorecer la agricultura y las
industrias locales, entre otras las manufacturas de porcelana.

Durante la hambruna de 1770–1771, obliga a la monarquia a ayudar a los


pobres y en especial a los comuneros, y organiza en todos los talleres de la
provincia oficinas de caridad para proporcionar una actividad a los capacitados
para trabajar, y un socorro a los desvalidos. Ese año escribió “Cartas sobre la
libertad del comercio de grano”, dirigidas al abad Terray, controlador general de
las finanzas, defendiendo la libertad de comercio, tres de esas cartas han
desaparecido, tras haber sido enviadas por Turgot a Luis XVI más adelante y
nunca se han recuperado, pero las que quedan demuestran que el libre
comercio es conveniente para el propietario, para el granjero y también para el
consumidor, y pide por ello una eliminación de las trabas, en este punto
observamos como Turgot realiza una abstracción de la sociedad en la que se
encuentra los actores económicos y analiza cual es su relación al interior del
mercado

Tras haber trazado el origen del comercio, Turgot desarrolla la teoría de


Quesnay según la cual el suelo es la única fuente de riqueza, y divide la
sociedad en tres clases: los cultivadores, los asalariados o artesanos, y los
propietarios. Tras haber discutido sobre la evolución de los distintos sistemas
de cultivo, sobre la naturaleza de los intercambios y de las negociaciones, de la
moneda, y de la función del capital, escoge la teoría del "impuesto único",
según la cual únicamente el producto neto del suelo debe ser tasado.

Turgot es nombrado ministro de Maurepas, el mentor del rey, al que había sido
muy recomendado por un amigo común, el abad Very. Su nombramiento como
ministro de Marina en julio de 1774 tiene una buena acogida, en especial entre
los filósofos. Un mes más tarde, es nombrado Inspector General de Finanzas.
Su primera acción es la de someter al rey una declaración de principios: no
habría bancarrota, no aumentaría los impuestos, no se endeudarían. La política
de Turgot, ante une situación financiera desesperada, fue la de controlar de
modo estricto el gasto en todos los ministerios. Todos los gastos deben ser
aprobados desde entonces por el Inspector. Se lucha contra los abusos de las
"compras al contado", a la vez que Turgot solicita personalmente al rey una
generosa dotación de empleos y pensiones.

Turgot anula también algunos contratos, como las de la fabricación de la


pólvora para cañón y la administración de la mensajería, Más tarde, sustituye el
servicio de diligencias por otros vehículos más confortables, llamados
"turgotinas".

Las medidas de Turgot consiguen reducir el déficit de manera significativa, y


mejoran el crédito de tal modo que en 1776, justo antes de su cese, consigue
negociar un préstamo al 4% con banqueros, pero el déficit sigue siendo tan
importante que le impide probar de modo inmediato su idea favorita: la
sustitución de los impuestos indirectos por una tasa sobre los valores
inmobiliarios. Suprime sin embargo un gran número de impuestos y tasas
menores, y se opone, con criterios financieros a la participación de Francia en
la guerra de independencia de los Estados Unidos, Sin éxito.

En lo relativo a sus relaciones con Adam Smith, Turgot escribe : "me vi honrado
con su amistad y aprecio, pero nunca con su correspondencia", pero no existen
dudas sobre el hecho de que Adam Smith conoció a Turgot en París y se
admite comúnmente que La riqueza de las naciones debe mucho a Turgot.
Finalmente, Turgot presenta al Consejo del rey en enero de 1776 sus famosos
Seis decretos de Turgot. De los seis, cuatro tienen una importancia subsidiaria.

En el preámbulo, Turgot anuncia con valentía su objetivo de abolir los


privilegios y de someter a los tres órdenes a imposición; sin embargo, pronto el
clero se vio exento.

Sus ataques contra los privilegios le ocasionan el odio de la nobleza y del


Parlamento de París; su reforma de la Casa real, el odio de la corte; su
legislación de libre cambio el de los financieros; sus opiniones sobre la
tolerancia y su campaña contra los juramentos obligatorios para los
protestantes, el del clero.

Las cosas se habrían mantenido si hubiese mantenido la confianza del rey,


pero éste también se da cuenta de que Turgot no cuenta con el favor de los
demás ministros. Incluso su amigo Malesherbes opina que es demasiado
impulsivo.

Malesherbes es probablemente a causa del mucho poder con que cuentan los
dos órdenes privilegiados. Su plan personal podemos encontrarlo en su
Memoria sobre los municipios, que se sometió al rey con carácter informal. En
el sistema que Turgot propone, sólo los propietarios deben formar al
electorado, sin que se haga distinción entre los tres órdenes. Los habitantes de
las ciudades deben elegir representantes por zona municipal, éstos a su vez
eligen a los gobiernos provinciales, y estos últimos una gran diputación, que no
tiene poder legislativo alguno, pero debe ser consultada a la hora de establecer
tasas. Se necesita combinar un completo sistema de educación y otro de
caridad para socorrer a los pobres.

Luis XVI retrocede ante la amplitud del plan de Turgot. Turgot se ve obligado a
elegir entre una reforma superficial del sistema existente y una reforma total de
los privilegios, para lo que era necesario ser un ministro popular y contar con
un rey fuerte.

En abril se producen disturbios en Dijon, y a principios de mayo tienen lugar las


grandes revueltas conocidas como la "guerra de la harina", que se puede
considerar el preámbulo de la Revolución francesa. Turgot demuestra una gran
firmeza y una gran decisión en la represión de los disturbios, y consigue el
apoyo de Luis. Su posición se ve reforzada con la entrada de Malesherbes
entre los ministros en julio de 1775.

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