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Teoría y crítica literaria I / prof.

José Luis Fernández

Apunte de repaso de Análisis actancial

1. Principios orientadores

1.1. Es conveniente recordar que el modelo es dinámico y relacional, por lo que varios personajes (actores o
figuras en Greimas) pueden desempeñarse bajo distintos roles actanciales.

1.2. Los 6 roles actanciales predefinidos (sujeto, objeto, destinador, destinatario, ayudante, oponente)
corresponden en lo sustantivo a posicionamientos abstractos o fuerzas motoras de la acción diegética
que pueden o no concretarse en actores individualizables. Por esto los roles actanciales podemos
describirlos como fuerzas morales, bienes o valores -también atributos- que se despliegan a través de las
distintas secuencias del argumento. Así, en términos operacionales, es usual para un cuento que solo
algunos casilleros serán completados con actores “de carne y hueso” o figuras individualizables; en otros
casos, podrán corresponder solo a la enunciación de valores o atributos, según corresponda.

1.3. Para definir el posicionamiento de cada actor o personaje concreto dentro de los roles actanciales
predefinidos, debemos preguntarnos cómo incide su actuar en el conjunto del acontecer del relato (cuál
es el sentido profundo de su accionar en relación a los otros actores y, por lo tanto, cuál es la semántica
que da coherencia a su accionar -conforme a cómo esta es mostrada por el narrador e interpretada por
nosotros-.

2. Relaciones actanciales clave

2.1. Para el binomio sujeto/objeto: estos roles actanciales son los principales, por lo que actúan como eje
ordenador del conjunto de la acción diegética de un relato. Esta relación está orientada por un eje de
deseo, por lo que la pregunta clave sobre el actor protagónico es qué quiere, qué lo mueve u orienta su
acción. Para distinguir el Sujeto, es preciso preguntarse por el agente de la mayor cantidad de acciones
nucleares; otro criterio es el grado de atención o foco que pone el narrador en él o ella, de modo tal que
el lector va componiendo el sentido global del argumento a partir de lo que este agente va vivenciando
–independientemente que vaya o no conquistando los objetivos que lo mueven–. Para la determinación
del Objeto, la respuesta puede coincidir con dos planos de articulación: podemos determinarlo
infiriendo el bien o valor buscado o la necesidad por satisfacer –lo que nos lleva a identificar “lo
deseado”–; a veces el rol actancial del objeto puede coincidir con un actor concreto que opera como un
lugar o hito al que se le atribuyen los valores buscados (la amada idealizada, la tierra prometida, “el
ahogado más hermoso del mundo” de García Márquez). Cuando se afirma que la relación sujeto-objeto
es transitiva, es precisamente porque la naturaleza del bien buscado termina por completar la identidad
del sujeto en el programa narrativo que despliega el relato.

2.2. Para el binomio destinador/destinatario: desde los modelos inspiradores (Propp, Souriau), el destinador
se identifica con una fuerza mandante o autoridad (el padre, el rey en la literatura europea tradicional);
en la concepción de Greimas, se desplaza más hacia el eje de la comunicación o el saber. Con todo, no
siempre este rol actancial va a aparecer encarnado en un actor concreto, por lo que operacionalmente
debemos entenderlo como la fuerza moral que guía o mueve a la acción al sujeto; de este modo, el rol
actancial puede ser llenado por valores, pasiones o atributos de la personalidad o conciencia del sujeto.
Para el destinador, el asunto emerge menos complejo, pues se trata de ponderar que actores son los
beneficiarios (potenciales o reales) de la conquista del bien (objeto) por parte del agente protagónico de
la historia. En algunos casos, también pueden consignarse dentro de este rol actancial a aquellos actores
cuyo beneficio se vio malogrado por la no-conquista del objeto o la conquista de un bien equivocado –
esto es muy interesante, pues puede permitir la lectura con dobles fondos o dobles adjudicaciones en
los relatos de semántica más compleja o “abierta” –.

2.3. Para el binomio ayudante/oponente: corresponde al eje del poder, pues a través suyo se pueden
ponderar o evaluar las fuerzas antagónicas en disputa en un relato. Los actores que situamos en el rol de
ayudantes pueden corresponder tanto a personajes como instrumentos facilitadores de la empresa o
aventura que orienta la conquista del objeto por parte del sujeto; por otra parte, los oponentes,
corresponderán a las fuerzas obstaculizadoras de este propósito central. Conviene precisar que, en
términos operativos, tanto los ayudantes como los oponentes pueden corresponder a personajes de
“carne y hueso”, objetos o atributos del propio sujeto.

3. Ejemplo:

Esquema actancial propuesto para “La expresión” de Mario Benedetti (texto entregado en clases)

Sujeto: Milton Estomba ----------------------------------Objeto:


Mantención del fervor del público

Destinador: Vanidad, inseguridad-----------------------Destinatario: Milton Estomba

Ayudante: Sus “expresiones” ----------------------------Oponente: Amnesia / inminente soledad


Sus amigos más cercanos

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