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El Dinero no es la Meta Final

"No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal
amo"
Alejandro Dumas

Casi siempre que imparto un curso, incluyo sesiones en el programa para que los asistentes den
su opinión acerca de las cosas importantes en su vida. Por lo general el dinero parece ser una
parte muy importante para la mayoría de la gente, no importa el nivel económico al que
pertenezca. Si es rico, desea más riqueza, si es pobre, por supuesto que desea tener más
dinero.

Algunos establecen sus metas, poniendo una cifra con muchos ceros -por ejemplo 25 millones-
para disfrutar de los beneficios del banco, otros escriben que quieren tener ingresos mensuales
de varios miles de dólares, otros aspiran a encontrar a un tío rico que los herede y muchos otros
sueñan con sacarse la lotería, mientras que otros más establecen que serian más felices si
tuvieran “independencia financiera”.

Cualesquiera que sean tus deseos en relación con el dinero, te quiero aclarar que el dinero
nunca es el resultado final. Lo que realmente deseas, es lo que el dinero compra. Es decir, una
residencia lujosa, un auto deportivo, un viaje a un lugar paradisíaco, ropa de diseñador o
inclusive fama, poder y reconocimiento.

Después de muchos años de experiencia, he llegado a la conclusión de que es mejor visualizar


el objetivo final, que el dinero que se requiere para adquirirlo.

Primero que nada, es mucho mas sencillo y mucho mas emocionante, “verse” en una exclusiva
playa de Acapulco, tomando el sol, con un yate a nuestra disposición, disfrutando de un pescado
a las brasas, con un coco en la mano, atendido como rey y en la mejor compañía, que pensando
en los fajos de billetes que se requieren para pagar los servicios.

En segundo lugar, usualmente un resultado se manifiesta de muchas diferentes maneras y


frecuentemente ganar el dinero necesario para comprar esas vacaciones, no es el único camino
para disfrutarlas.

En otras palabras, lo que necesitas -antes que otra cosa-, es dejar atrás tu mentalidad de
pobreza y cambiar tu modo de pensar, es decir tener una mentalidad de abundancia.

La mayoría de nosotros crecemos con la mentalidad equivocada - la mentalidad de la pobreza.


Nuestros padres -con mucha frecuencia- nos condicionan con la consabida frase de que no hay
bastante -¿crees que el dinero se da en árboles?- y que durante nuestra existencia tendremos
que competir, luchar y sudar para conseguir lo que necesitamos y deseamos. Luego nos
pasamos la vida con un hambre que creemos que nunca puede ser satisfecha.

La vida es como un gran banquete, pero si no estamos preparados para tomar lo que por
derecho nos pertenece, podemos caer en la mediocridad, producto de haber mantenido en
nuestra mente un sentido de inseguridad que nos hace temer en nuestra mente y que
posteriormente se refleja en nuestra triste realidad.

La lección consiste en mantener nuestra mente llena con pensamientos de abundancia, de


oportunidades, de riqueza, de bienestar, porque no importa que tanta riqueza podamos
acumular, si sentimos temor y estamos preocupados constantemente, con un sentido de pérdida,
en realidad no estamos gozando de la vida, ni conocemos el verdadero significado de la
tranquilidad.
Para aclarar todo lo anterior, lo primero que tienes que hacer es revisar, cuál es tu concepto del
dinero y de que manera te relacionas con él. Porque constantemente escucho que las personas
que no lo tienen, se justifican diciendo que el dinero corrompe y es sucio y que por eso es mejor
no tenerlo. Y lo dicen en voz alta, pero por dentro su corazón se desgarra, pidiendo a gritos
tenerlo en su cuenta bancaria.

Realmente el dinero, ni es bueno, ni es malo, simplemente es un instrumento que nos permite


adquirir lo que queremos. Sin embargo si consciente o inconscientemente, crees que el dinero es
sucio, lo que consigues es no poseerlo, porque mentalmente, ya te has librado de él.

Así, que para cambiar ese sentido equivocado en relación al dinero, lo que tienes que hacer es
una especie de ritual que te permita cambiar tu status mental. Cada vez que recibas un pago, ya
sea en efectivo, cheque o en especie, da gracias dentro de ti o en voz alta, repitiendo las
palabras siguientes:
“Doy gracias a la ‘Mente Maestra', por hacer que este dinero haya venido a mi, bendigo al que
me lo dio y deseo de todo corazón, que le sea multiplicado por mil”. Al mismo tiempo, cada vez
que pagues un producto o servicio, repite:
“Que este dinero que pago, regrese a mi multiplicado por mil. Hecho está”.

Es verdaderamente importante, que las palabras del ritual, contengan un sentimiento de


seguridad interior, es decir que “sientas” la abundancia en cada una de tales acciones, porque
desde luego que entre más practiques este ritual y entre más lo sientas en el fondo de tu
corazón, mejores resultados tendrás, pero sobre todo conseguirás disfrutar de calma y la
serenidad. Luego descubrirás, que no se necesita tener mucho dinero para disfrutar de la
abundancia que la vida te da.

Pide a la vida lo que desees, sin dudar en tu mente, de que eso que solicitas se hará realidad;
luego la vida se encargará de que se materialice, porque todo aquello que el hombre puede
imaginar, eso mismo se convierte en “su realidad”.

La riqueza mental -y que posteriormente se convierte en “tú realidad”-, consiste en saber que
todo lo que deseas lo obtendrás en la medida de tus necesidades y no más, porque nadie
requiere más de lo que necesita.

El filósofo griego, Platón dijo: La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la
multiplicación de los deseos.

Así que no persigas el dinero, sino visualiza lo que deseas y desde lo profundo de tu ser, da por
sentado, que eso que quieres ya es parte de tu vida. Nadie te lo puede quitar, porque una vez
que TÚ LO HAS DECIDIDO, has alcanzado el nivel de comunicación con la “Mente Maestra”,
que es la que todo provee, a todos aquellos que han captado el mensaje.

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