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EL SAPO Y LA ZORRA
TEXTO N° 1
El sapo cantaba a la orilla del río, cuando de pronto se presentó la zorra.
MITO DE INKARI - Sapo, le dijo ¿qué haces?
- Yo cazo mosquitos.
¿Y no te da vergüenza comer mosquitos? Si tu fueras mi sirviente comerías alimentos
Era un tiempo en que no existía el sol, y moraban en la tierra hombres cuyo poder era delicados.
capaz de hacer marchar a voluntad las rocas, o convertir las montañas en llanuras con el - ¿Cómo podré ser tu siervo, si tu ni correr de tus enemigos puedes?
solo disparo de sus hondas. La luna irradiaba en la penumbra, iluminando pobremente las ¿Qué no puedo correr de mis enemigos has dicho? No pretenderás que lo demuestre,
actividades de aquellos seres conocidos con el nombre de “ñaupa-machu”. bufó la zorra.
No es por presumir, cantó el sapo, pero en igualdad de condiciones, corro mucho más
Un día, el Roal, o espíritu creador, jefe de los Apus, les preguntó si querían que les que tú.
legara su poder. Llenos de soberbia, respondieron que tenían el suyo y no necesitaban otro. La zorra herida en su amor propio, arregló una apuesta. El sapo deberá correr bajo el
Irritado por tal respuesta, creó el sol y ordenó su salida. Aterrados los “ñaupas” y casi ciegos agua y la zorra por la orilla; cada cierto tiempo, la zorra llamaría al sapo y éste debería
contestar.
por los destellos del astro, buscaron refugio en pequeñas casas, la mayoría de las cuales
Así fue. Partió la zorra a todo correr, por entre juncos y cañas y después de algún
tenían sus puertas orientadas hacia el lugar por donde había de salir el sol diariamente, tiempo se detuvo, tomó aliento y gritó:
cuyo calor los deshidrató, paulatinamente convirtiendo sus músculos en carnes resecas y ¡Sapo! ¡Sapo!
adheridas a los huesos. Sin embargo, no murieron y son ahora las “soqas” que salen de sus Toc, toc, contestó el sapo.
refugios algunas tardes, a la hora en que el sol se pone en el ocaso, o en oportunidades de Corría la zorra como el viento, la cola entre las piernas, las orejas tendidas y la lengua
luna nueva. afuera.
- Toc toc, seguía cantando el sapo.
La tierra se volvió inactiva y los Apus decidieron forjar nuevos seres. Crearon a inkari Muy arriba, la zorra se detuvo jadeando. Tenía la lengua morada, los ojos rojos como
y Qollari, un hombre y una mujer llenos de sabiduría. Dieron al primero una barreta de oro sangre, y toda ella temblaba. Miró rabiosa el agua y quiso de nuevo seguir corriendo, pero
no pudo: dio unos cuántos pasos más y reventó.
y a la segunda una rueca, como símbolos de poder y laboriosidad.
A la vera del río una larga fila de sapos cantaban a medida que iban saliendo los
luceros de la tarde ¡Toc!, ¡Toc!, ¡Toc!
Inkari había recibido orden de fundar un gran pueblo en el lugar en que, arrojaba la
barreta quedara enhiesta. Probó la primera vez ella cayó mal. La segunda fue a clavarse TEXTO N° 3
entre un conjunto de montañas negras y las orillas de un río. Cayó oblicua y sin embargo,
decidió levantar un poblado que fue el Q´ero. Las condiciones no eran muy propicias y en la EL ORIGEN DE LOS INCAS
misma región creyó conveniente alzar su capital empeñándose afanosamente en la
construcción de lo que hoy son las ruinas de “Tampu”. Fatigado de su labor, sucio y Existen varias versiones del mito del origen de os incas. En todas ellas Manco Capac y
sudoroso, quiso bañarse, pero el frío era intenso. Decidió entonces hacer brotar las aguas Mama Ocllo llegan al Cuzco donde se establecen, pero su lugar de procedencia y las
termales del “Upis”, construyendo unos baños que aún existen. vicisitudes del viaje varían según los mitos.
Inkari levantaba su ciudad contraviniendo el mandato de sus Apus y éstos, para Uno de ellos relata como Manco Cápac y Mama Ocllo, que habitaban en la isla del Sol
en el Lago Titicaca, por mandato de Viracocha, emprendieron una marcha hacia el Norte a
hacerle comprender su error, permitieron que los “ñaupa”, que observaban llenos de
través de la Cordillera con la misión de civilizar a los pueblos que todavía vivían
envidia y rencor a Inkari, cobraran nueva vida. Su primer deseo fue el de exterminar al hijo
salvajemente y no conocían el cultivo de la tierra, la alfarería ni la hilatura. Antes de partir,
de los espíritus de las montañas. Viracocha les entregó una barra de oro que habrían de tirar al suelo allá donde se clavase y
desapareciese era don de deberían asentarse. Al llegar a Huanacauri la barra se hundió y
Tomaron gigantescos bloques de piedra que los hicieron rodar por las pendientes en allí fundaron la ciudad del Cuzco. La población del valle los reconoció como Hijos del Sol y
dirección al lugar en que él trabajaba. Aterrado Inkari, huyó despavorido hacia la región del los aceptó como sus soberanos.
Titicaca, lugar cuya tranquilidad le permitió meditar. Volvió de nuevo con dirección al
Vilcanota, y deteniéndose en las cumbres de la Raya, lanzó una barreta por tercera vez, y Otra versión del mismo mito habla de cuatro hermanos –Ayar Manco. Ayar Uchu, Ayar
esta, fue a clavarse vertical en el centro de un valle fértil. Aquí fundó el Cuzco y fue enviado Cachi y Ayar Ancca – y cuatro hermanas – Mama Ocllo, Mama Rahua, Mama Coca y Mama
allá para poblarlo. Sus demás descendientes se esparcieron por diferentes lugares, dando Huaco – que salieron de “la casa de las cuatro ventanas” camino al Cuzco. Sólo lograron
origen a la estirpe de los Incas. Cumplida su labor, decidió salir nuevamente en compañía finalizar el viaje Ayar Manco y las cuatro hermanas esposas, que tenían por tanto, la
de Qollari, para enseñar a las gentes su saber, y, pasando nuevamente por Q’ero, se internó posibilidad de crear un grupo familiar. Manco es reconocido por los cuzqueños como su
en la selva, no sin antes dejar testimonio de su paso en las huellas que se ven en “Mujurumi” señor y se establece en la parte baja de la ciudad, mientras que la población autóctona queda
e “Inkay Yupin”. en la alta.
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