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derecho civil y
medioambiente
Un estudio de la teoría de las
inmisiones y su aplicabilidad en el
derecho chileno
derecho civil y medioambiente
un estudio de la teoría de las inmisiones y su aplicabilidad en el derecho
chileno
© Carlos Felipe Amunátegui Perelló
2013 Legal Publishing Chile • Miraflores 383, piso 10, Santiago, Chile
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Registro de Propiedad Intelectual Nº 235.xxx • I.S.B.N. 978 - 956 - 346 - xxx - x
1ª edición diciembre 2013 Legal Publishing Chile
Tiraje: xxx ejemplares
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constituir delito.
Rita, comencé este libro cuando nadabas en el vientre de Olga. Desde en-
tonces, unas pocas páginas se convirtieron en un montón de ideas, al mismo
tiempo que tú te convertías en una niña. Ayer caminabas por ti misma. Tus
pasos me llevarán lejos, a un futuro donde mirarte con amor.
Página
Capítulo Primero
El Código Civil y las Inmisiones
1. Introducción................................................................ 1
2. L a definición de propiedady sus límites
en el derecho ajeno. .................................................... 5
3. Las servidumbres legales............................................ 20
4. A cciones posesorias y relaciones de ve -
cindad........................................................................... 41
5. Conclusiones. .............................................................. 59
Capítulo Segundo
Teoría y práctica de las inmisiones.
Un estudio histórico-comparativo de la teoría
Página
Capítulo Tercero
Concepto de inmisión y acciones jurisdiccionales
aplicables en el Derecho chileno
1. Introducción
se hace más necesario establecer limitaciones a este derecho [de propiedad] y pasar
de un estado de absoluta independencia a otra de coordinación de los respectivos
derechos e incluso, en algunos casos, de subordinación”. García Sánchez, Justo,
Teoría de la Immissio (Oviedo, Universidad de Oviedo, 1999) p. 14.
Derecho Civil y Medioambiente 3
Victorio Pescio que “Son varias y múltiple las restricciones impuestas al dominio
por el Código Civil inspiradas en un sentido de protección del interés privado…
Las más conspicuas son las que resultan de la relación de vecindad. Debemos
observar, asimismo, que a algunas de ellas el Código les ha atribuido el carácter
de servidumbres”. Pescio, Victorio, Manual de Derecho Civil (Santiago, Editorial
Jurídica, 1978), p. 327.
En el mismo sentido, podemos citar la opinión de Esther Algarra Prats: “Sin
perjuicio de ulteriores precisiones al respecto, he de señalar ahora que las relaciones
de vecindad se enmarcan jurídicamente en el ámbito del derecho de propiedad, y más
concretamente, de la propiedad inmobiliaria”. Algarra Prats, Esther, La defensa
jurídico-civil frente a humos, olores, ruidos y otras agresiones a la propiedad y a
la persona (Madrid, McGraw-Hill, 1995), p. 12.
Derecho Civil y Medioambiente 5
2. La definición de propiedad
y sus límites en el derecho ajeno
4 Así, Alessandri señala: “…el art. 582, que no hace sino reproducir el con-
plus absolue, pourvu qu’on n’en fasse pas un usage prohibé par les lois ou par
les règlemens”.
Derecho Civil y Medioambiente 7
6 Así lo hacen el artículo 439 del Código Sardo de 1837; el artículo 625 del
Código de Holanda de 1838; el artículo 240 del Código Civil de Lucerna de 1839;
el artículo 422 del Código Civil de Bolivia de 1843; el artículo 464 de Código
de Fribourg de 1850; el artículo 170 del Código Civil Danés de 1850; el artículo
591 del proyecto de García Goyena de 1851; el artículo 380 del Código de Valais
de 1853; el artículo 392 de Neuchatel de 1854 y el artículo 436 del Código Civil
italiano de 1865.
La única variación, aparte del Código de Bello, que detectamos en dichos
cuerpos está en el Código de Berna, cuyo libro de las cosas se publica en 1827 y
que establece en su artículo 377 que:
La propiété est le droit de disposer arvitrairement et exclusivement de la subs-
tance et des fruits d’une chose en se conformant aux lois.
7 Véase Montes, Vicente, La propiedad privada en el sistema del Derecho civil
8 Basta para ello simplemente ver el comentario al artículo 391 de las con-
nem haec est, quod dominium nihilo minus eius manet, qui dominus esse non vult,
possessio autem recedit, ut quisque constituit nolle possidere. si quis igitur ea mente
possessionem tradidit, ut postea ei restituatur, desinit possidere.
10 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
nium est ius utendi et abutendi re sua quatenus iuris ratio pattur (Napoli, 1980,
Jovene) pp. 42 y ss. Entre los autores más recientes y con bibliografía más abultada
que afirman exactamente esto encontramos a Rüfner, Thomas, The Roman Concept
of Ownership and the Medieval Doctrine of Dominium Utile in The Creation of
Ius Commune. From Casus to Regula, Cairns, John W. Y Du Plessis, Paul J. (eds.)
(Edinburgh University Press, 2010, Edinburgo), pp. 127-142.
Derecho Civil y Medioambiente 11
16 Éste parece ser creación del mismo Bártolo. Vid Biondi, Biondo, Le servitù
au droit d’autroui, ni aux lois; ius de re libere disponendi, ou ius utendi et abutendi”
Pothier, Robert-Joseph, Ouvres, Traité du droit de domaine de propiété (Paris,
1827, Pichon-Béchet) p. 114. La traducción la tomamos de Pothier, Robert-Joseph,
Obras Completas, Tratado del Derecho de Dominio de la Propiedad (Barcelona,
1882, Imprenta de la viuda e hijos de J. Subirana), t. VII, p. 8.
Sobre la importancia de Pothier para construir una noción abstracta de dominio,
vid Grossi, Paolo, Il dominio e le cose, percezioni medievali e moderne dei diritti
reali (Milano, 1992, Giuffrè), pp. 385 y ss.
19 Pothier, Robert-Joseph, (n. 18) t. VII, p. 14. En su versión francesa dice: “Nous
avons défini le droit de propiété, le droit de disposer à son gré d’una chose, et nous
avons ajouté, sans donner néanmoisatteinte au droit d’autrui... cela s’entend aussi
du droit des propiétaires et possesseurs de héritages voisins”, (n. 18), p. 118.
14 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
20 Así,
expresa:
“La contigüidad de heredades es un cuasi contrato que forma obligaciones
recíprocas entre vecinos, es decir, entre los dueños o posseedores de las heredades
limítrofes. La principal de estas obligaciones es la que concierne al acotamiento de
las heredades, del cual hablaremos en el primer artículo. Referimos en el segundo
las demás obligaciones que esta contigüidad lleva consigo”. Pothier, Robert Jo-
seph, Tratado del contrato de sociedad (Imprenta y Litografía de J. Roger, 1841,
Barcelona) p. 103, parágrafo 230.
Derecho Civil y Medioambiente 15
les règlements, dans l’intérêt, soit du public, soit des particuliers”. Delvincourt,
Claude Etienne, Cours de Code Civil ( Videcoq, Paris, 1834) t. I, p. 149.
De Martino, Francesco, Del possesso in Comentario del códice civile. Libro
23
27 Bello, Andrés, Proyecto de Código Civil (1853) in Obras completas v. XII
30
En contra Pescio, Víctor, (n. 3), p. 274; Lira Urquieta, (n. 4) p. 166; Vo-
danovic, Antonio, Derecho Civil (Santiago, 1940, Nascimento) p. 230, Alessandri
Rodríguez, (n. 4), p. 25, entre otros.
31
En específico el título parece seguir muy de cerca al jurista Juan Sala, cuya
obra Ilustración del Derecho Español aparece citada a propósito de las mismas y
que, al compararlas, presentan una gran cercanía. Al respecto hemos tratado el tema
con cierto detalle en “Inmisiones y querella de amparo. Contribución a la historia
dogmática de un caso de responsabilidad objetiva” en Libro de amigos dedicado al
profesor Italo Merello (Valparaíso, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2011)
pp. 23-31.
Derecho Civil y Medioambiente 19
32 En efecto, el mismo Código Civil se preocupa de señalar que las servidumbres
pueden obedecer a un interés público o privado:
“Art. 839. Las servidumbres legales son relativas al uso público, o a la utilidad
de los particulares. Las servidumbres legales relativas al uso público son:
El uso de las riberas en cuanto necesario para la navegación o flote, que se
regirá por el Código de Aguas;
Y las demás determinadas por los reglamentos u ordenanzas respectivas”.
20 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
Santiago), p. 61.
Derecho Civil y Medioambiente 21
35 “servitus est ius in re aliena constitutum, quo dominus in re sua aliquid pati,
vel non facere tenetur in alterius personae reive utilitatem”. Heineccius, Institutiones
iuris civilis, (Ioann. Christian Dieterich, 1800, Gottingae), p. 185.
36 “Propiamente dixeron los sabios que tal servidumbre como esta es derecho
e uso que ome ha en los edificios, o enlas heredades agenas para servirse dellas a
pro de las suyas”. P 3, t. XXXI, l. I.
37 La definición usual utilizada en el Medioevo es obra de Bártolo, quien definía
las servidumbres reales como quoddam ius praedio inherens, et ipsus utilitatem re
spiciens, et alterius praedius ius sive libertatem diminuens. [cierto derecho inherente
al predio y que mira la utilidad del mismo, disminuyendo el derecho o la libertad
del otro predio] (n. 16), pp. 182v=364.
38 Así,por ejemplo, Donellus indica:
“Ea est [servitus] quae alieno praedio imposita ad vicini alicujus praedii solius
ususm, eumque perpetuum constituta est”. Vid Hugonis Donelli, Opera Omnia,
Comentariorum de Iure Civili (Osualdi Hilligeri,1839, Maceratae) t. 3, pp. 226.
39 Así,Pothier señala a este respecto:
“Le droit de servitude est le droit de se servir de la chose d’autrui à quelque
usage, ou d’en interdire quelque usage au propiétarire ou possesseur. Jus faciendi
aut prohibendi aliquid in alien”. Pothier, Robert Joseph, Cotume d’Orléans in
Œuvres (Videcoq, 1845, Paris) t. I, p. 312.
22 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
40
Específicamente, y como era de esperarse, un jurista del humanismo recoge
este concepto, Janus a Costa, que citando a Teófilo expesar “Est igitur servitus,
ut recte Theophilus noster, jus quoddam certis modis constitutum, quod efficit, ut
vicinus vicini onera sustineat” in Jani a Costa Praelectiones ad illustriores quos-
dam títulos locaque selecta iuris civilis (B. Voorda, 1723, Lugduni Batavorum)
p. 22. Para más detalles sobre el proceso de transmisión textual, véase Falcone,
Giuseppe, “Note historique sur la définition législative de la servitude” (art. 637
Code Napoléon, art. 1027 Cod. Civ. It.) in Revue Historique de Droit Français et
Étranger 79-1 (2001), pp. 13-30.
41 Tanto es así que García Goyena, al incorporar tal categoría en su Proyecto
42 Expresa Claro Solar al respecto que: “las servidumbres que se derivan de la
situación natural de los lugares no se diferencias de las que la ley impone, y porque
unas y otras no son, en realidad, verdaderas servidumbres, sino prohibiciones o
condiciones establecidas por la ley o por las ordenanzas o reglamentos inherentes
al derecho de propiedad…”. Claro Solar, Luis, Explicaciones de derecho civil y
comparado. De los bienes (Santiago, Nascimento, 1935) t. IX, v. IV, p. 60.
Específicamente respecto a la medianería señala Rivera Serrano que “La
sistemática utilizada evidencia que el Código conceptúa la medianería como una
servidumbre. A pesar de su catalogación, su naturaleza es y ha sido controvertida
por cuanto en la medianería no cabe señalar cuál es el predio dominante y cual el
sirviente… Algunos autores entienden que se la debe concebir como una modali-
dad especial dentro de esta clase de derechos reales, calificándola de servidumbre
recíproca, por ser cada predio dominante y a la vez sirviente. Otros… como una
comunidad especial”. Rivera Serrano, Manuel, Servidumbre de Medianería
(Granada, Comares, 1999), p. 2.
Más enfáticamente expone LLácer Matacás: “No consideramos oportuno utilizar
la expresión “servidumbres legales”, sino que vamos a referirnos a los límites de
la propiedad, que se articulan en torno a las relaciones de vecindad de acuerdo con
la función social de la propiedad (33.1 CE)… La ley 13/1990 presenta el mérito
de haber sistematizado, bajo ‘relaciones de vecindad’ las mal llamadas servidum-
bres legales que en el Código Civil suelen aparecer dispersas”. LLácer Matacás,
María Rosa, Relaciones de Vecindad in AA.VV. Tratado de servidumbres (Navarra,
Aranzadi, 2002), p. 797.
43 Biondi, Biondo, La categoria romana delle servitutes (Milano, Vita e Pen-
siero, 1936), p. 19.
24 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
raleza del dominium con su carácter absoluto e independiente (salvo que hubiese
sido limitado voluntariamente, p. ej. con una servidumbre), las relaciones entre los
titulares de los diversos fundos vecinos se nos presenta bajo la forma de un régimen
negativo, es decir, de una respectiva libertad tutelada y defendida por diferentes
recursos procesales… Lo que existen son medios jurídicos de defensa y no limita-
ciones a la propiedad; por ello los recursos procesales que se concedían para resol-
ver problemas surgidos en las relaciones de vecindad no pueden ser considerados
estrictamente como limitaciones sobre la propiedad”. Paricio, Javier, La denuncia
de obra nueva en el derecho romano clásico (Barcelona, Bosch, 1982) p. 1.
Véase también Biondi, Biondo, (n. 43), p. 20.
Derecho Civil y Medioambiente 25
(G.2.17) y entre los modos de adquirir (G.2.29). Vid Biondi, Biondo, Le servitù
(Milano, Giuffrè, 1967), p. 4.
54 Así, figuran en sus Instituciones 2,3, en el libro 8 del Digesto y en el título
34 del libro 3 del Codex.
28 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
56 Esto explica, por ejemplo, su ausencia del Liber Iudiciorum en época visi-
gótica. Véase Pacheco Caballero, Francisco, Las servidumbres prediales en el
Derecho Histórico español (Lleida, Pagés Editors, 1991), p. 125.
57 Biondi, Biondo, (n. 16), p. 75; Bonfante, Pietro, (n. 46), v. II, p. I. p. 322.
58 En principio, la sistemática es creación de Bártolo de Sasoferrato, sin embargo
fue tan exitosa que en las ediciones posteriores de la Magna Glossa fue incluida
como un apartado previo o prefacio al libro octavo del Digesto. Véanse: Bartoli a
Saxoferrato, (n. 16), p. 182 v y para la Magna Glossa: Accursius, Digestum Vetus
seu Pandectarum Iuris Civilis (Venetiis, 1592) t. I, p. 1091.
30 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
a las urbanas, las rústicas y las reglas relativas a las acciones confesoria y negatoria.
Véase: Hugonis Donelli (n. 38), pp. 3-4.
Derecho Civil y Medioambiente 31
61 “De acquirenda praedii servitute. Acquiri tunc, cum recte constituta est.
Constitui Natura aut Externo facto”. Hugonis Donelli (n. 38), p. 295.
62 Domat, Jean, (n. 17), t. IV p. 188.
63 Pothier, Robert Joseph (n. 39), pp. 312-318.
32 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
(Petrus de Hond, 1751, Rotterdam). Vid Falcone, Giuseppe, (n. 40), pp. 13-30.
65 En efecto, cuando se consultan las actas de la misma llama mucho la atención
la manera acrítica en que se abraza una forma tan revolucionaria de concebir las
servidumbres. El título entero de las servidumbres es adoptado de manera unánime
con algunas observaciones menores. Véase: Fenet, P.A. Recueil Complet des Travaux
Préparatories du Code Civil (Paris, 1827), t. 11, pp. 281-291.
Derecho Civil y Medioambiente 33
vertu duquel le possesseur est obligé d’y souffrir certaines charges ou incommodités,
au profit d’autrui, comme l’écoulement des eaux de la maison voisine, un passa-
ge, une vue, etc”. Guyot, Pierre Jean Jacques Guillaume, Répertoire universal et
raisonné de jurisprudence civil, criminelle, canonique et bénéficiale (Panckoucke,
1783, Paris), t. 58, p. 232
67 Guyot, Jean Jacques Guillaume, (n. 66), t. 58 p. 238.
68 Guyot, Jean Jacques Guillaume, (n. 66), t. 58 p. 240.
69 Así, por ejemplo, Pardesus, en el tratado más popular acerca de servidumbres
“El dueño de una casa tiene derecho para impedir que cerca
de sus paredes haya depósitos o corrientes de agua, o materias
húmedas que puedan dañarla”.
ese problema pues parece específico del Derecho romano y, por lo demás, la influen-
cia del mismo se dio no desde el original clásico, sino desde la versión justinianea
que aparece en el Digesto. Sin embargo, para conocer la controversia en detalle
véase: García Sánchez, Justo, Teoría de la Immissio (n. 1), pp. 61-69.
Para el desarrollo de la tradición medieval de glosadores y comentaristas al
respecto, véase: Lázaro Guillamón, Carmen, (n. 25), p. 112-3.
Celui qui fait creuser un puits ou une fosse d’aisance près d’un mur mitoyen
75
ou non, celui qui veut y construire cheminée ou âtre, forge, four ou fourneau, y
adosser une étable, ou établir contre ce mur un magasin de sel ou amas de matières
corrosives, est obligé à laisser la distance prescrite par les règlements et usages
particuliers sur ces objets, ou à faire les ouvrages prescrits par les mêmes règle-
ments et usages, pour éviter de nuire au voisin.
76
El Art. 590 del Código Civil Español señala:
“Nadie podrá construir cerca de una pared medianera pozos, cloacas, acueductos,
hornos, fraguas, chimeneas, establos, depósitos de materias corrosivas, artefactos
que se muevan por vapor, o fábricas que por sí mismas o por sus productos sean
peligrosas o nocivas, sin guardar las distancias prescritas por los reglamentos y
usos del lugar, y sin ejecutar las obras de resguardo necesarias, con sujeción, en el
modo, a las condiciones que los mismos reglamentos prescriban”.
77 Art.
574 Codice Civile de 1865:
“Chi vuole fabbricare contro un muro comune o divisorio, ancorchè propio,
camini, forni, fucine, stalle, magazzini di sale o di materie atte a danneggiarlo,
Derecho Civil y Medioambiente 37
ovvero stabilire in vicinanza della proprietà altrui macchine messe in moto dal
vapore, od altri manufatti, per cui siavi pericolo d’incendio, o di scoppio, o di
esalazioni nocive, deve eseguire le opere e mantenere le distanze, che secondo i
casi siano stabilite dai regolamenti, e in loro mancanza, dall’autorità giudiziaria,
affine di evitare ogni danno al vicino”.
78 Al respecto, véanse Egea Fernández, Joan, Acción negatoria, inmisiones
y defensa de la propiedad (Marcial Pons, Madrid, 1994), p. 71; Algarra Prats,
Esther, (n. 3), p. 81; Del Arco Torres, Miguel Angel y Pons González, Manuel,
Régimen Jurídico de las Servidumbres (Granada, 2002, Comares), p. 639; Díaz Ro-
mero, María del Rosario, “La acción negatoria frente a inmisiones en el derecho de
propiedad” in Estudios jurídicos en homenaje al profesor Luis Díez-Picazo (Madrid,
Thomson, 2003), t. III, p. 3700 y Lázaro Guillamón, Carmen, (n. 25), p. 168.
79 Alessandri Rodríguez, (n. 4), p. 309.
38 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
Ilustración del Derecho Español (Imprenta Real, 1832, Madrid), Libro III, título
XI, parágrafos 10 y ss.
87 Aquí
la suele tratar la tradición francesa siguiendo a Pothier. Así, por ejem-
plo: Pothier, Robert-Joseph, Traité de la possession, pp. 292-314 in Oeuvres
(Delamotte, 1846, Paris), t. IX.
Por ejemplo, Troplong, Raymond Théodore, Le droit civil expliqué, De la
88
nía: Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la posesión.
En cambio, en el llamado Proyecto Inédito la redacción había cambiado hacia
su forma actual:
Art. 1069: Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la
posesión de bienes raíces y de los derechos reales constituidos en ellos.
Derecho Civil y Medioambiente 43
90 En el Proyecto de 1853 el artículo 1073 era el artículo 921 actual, que
establece:
“El poseedor tiene derecho para pedir que no se le turbe o embarace su posesión
o se le despoje de ella, que se le indemnice del daño que ha recibido, y que se le
dé seguridad contra el que fundadamente teme”.
Compáreselo con lo dispuesto en sus Instituciones de Derecho Romano:
“Son interdictos retinendae, el uti possidetis y el utrubi. Dase el primero al
poseedor de una finca que al tiempo de la listiscontestación la posee nec vi, nec
clam, nec precario, contra el que turba esta posesión, para que desista, le indemnice
y le preste fianza de non turbando”.
91 El llamado Proyecto Inédito es Bello, Andrés, (n. 28), pp. 264-265.
92 Alrespecto, véase Barrientos Grandon, Javier, Sala Bañuls, Juan (1731-
1806) y el Código Civil de Chile (1855) in REHJ 31 (2010), pp. 351-368.
44 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
94 Siguiendo a Jiménez Salcedo podemos afirmar que “no es de extrañar que la
prohibición de immittere in alienum se erigiera en la norma fundamental reguladora de
las relaciones de vecindad. Las inmisiones en inmueble ajeno son en principio ilícitas.
De manera que el perjudicado por una immissio está legitimado para impedirla y en
caso de persistencia de la misma, tiene a su disposición los interdictos uti possidetis y
quod vi aut clam, e incluso si quien perturba pretende tener derecho a ello, las acciones
negatorias correspondientes”. Jiménez Salcedo, Mª Carmen, (n. 55) p. 54.
No obstante, existe un problema relativo a la autenticidad de aquella parte del
fragment que declara applicable el interdicto uti possidetis. Al respecto, De Martino
piensa que corresponde a un glosema insertado al final de la respuesta del prudente,
manteniendo en lo demás la sustancial autenticidad del fragmento. Vid De Marti-
no, Francesco, D.8.5.8.5: i rapporti di vicinato e la tipicità delle servitù in Diritto
Economia e società nel mondo romano, (Jovene, 1995, Napoli) v. I, p. 524.
No obstante, en un artículo bastante breve Capogrossi Colognesi ha establecido
la íntima conexión que existe en materia de servidumbres entre la posición que
ocupará en vindicante y el que niega la servidumbre y el ejercicio de interdictos
posesorios, cuya función primordial parece haber sido justamente esta. De ahí que
nosotros nos inclinamos por la autenticidad de la referencia, aunque tal vez se en-
cuentre algo resumida. Vid. Capogrossi Colognesi, Luigi, “Actor and Defendant
in Negatoria Servitus”, pp. 31-36 en Critical Studies in Ancient Law, Comparative
Law and Legal History. Cairns, John W. and Robinson, Olivia F. (Eds.) (Oxford
and Portland, 2001, Oregon).
95 No sólo es en el caso de la taberna de quesos de D.8.5.8.5 en que se entrega la
98
Véase Claro Solar, Luis, (n. 42), p. 516.
Este lamentable cercenamiento de la querella de amparo ha sido sostenido por lo
más granado de nuestra civilística y ha servido de fundamento a numerosas senten-
cias. Citan esta obra, entre las sentencias más recientes, ECS, 17/03/2008, 6668-2006
Transportes Ortiz y Alegría Ltda. con Construcciones Mansilla Hermanos Ltda.,
considerando tercero; ECS, 03/11/2008, 5563-2007 Marcos Riveros Cofré con Luis
Aravena Triviño, considerando séptimo; ECS, 26/05/2008, 1144-2006 Juan Rubio
Jamett con Invecsur Limitada, considerando octavo; ECS, 22/12/2004, 855-2004
Lelvy Laureano Peña Lizama con Sociedad Cervecera CCU Chile Limitada.
Derecho Civil y Medioambiente 49
día tan alocada opinión, que retiraba todo posible efecto práctico
a la institución, parece completamente descartada. No obstante, la
función protectora amplia de la querella de amparo sigue inmanente
en su naturaleza y con una ampliación de su función por parte de
la jurisprudencia ésta podría fácilmente recobrar su plena fuerza en
la defensa de los intereses de los poseedores en las relaciones de
vecindad. Trataremos de ello en detalle en el lugar oportuno, mas
de momento hemos de pasar al estudio de las acciones posesorias
especiales.
libro II acciones que llama posesorias especiales, muchas de las cuales miran, más
que a la posesión, al ejercicio del derecho de propiedad y establecen restricciones
o limitaciones a este ejercicio, a fin de evitar los daños o conflictos que la libertad
de goce de los propietarios pudiera ocasionar”. Vid Claro Solar, Luis, (n. 42),
p. 535. En el mismo sentido: Peñailillo Arévalo, Daniel, (n. 98), pp. 86-87.
Derecho Civil y Medioambiente 51
Art. 941. El dueño de una casa tiene derecho para impedir que
cerca de sus paredes haya depósitos o corrientes de agua, o materias
húmedas que puedan dañarla.
ser cogido por un interdicto, si a un lugar privado, se puede litigar por la [inexi-
stencia] de la servidumbre. Si se estipuló caución de daños, puede litigarse por la
estipulación para que repare los daños causados.
54 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
con el actual 948, Bello señala en nota al pie que este sería una modificación de una
disposición de las Siete Partidas, específicamente la P. 3, tit. 32, L.10 que dispone
la titularidad de una acción especial de derribo de edificios, sean nuevos o viejos,
cuando estos sean peligrosos para los vecinos. Sin embargo, el interdicto romano
ne in loco publico fiat aparece más bien recogida en las leyes 22 a 24, del mismo
título 32 de la Tercera Partida, donde se otorgan acciones populares para prevenir
la construcción de obras en lugares públicos. Su alcance, sin embargo, parece
mucho más restringido que aquél del interdicto romano. Acerca de este proceso,
véase Delgado Schneider, Verónica, “La protección del medio ambiente a través
de las acciones populares del artículo 948 del Código Civil de Andrés Bello: un
estudio histórico-comparativo”, en Sesquicentenrio del Código Civil de Andrés
Bello (Santiago, 2005, LexisNexis) v. II pp. 907-937.
56 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
tendum est id, quod ad usum omnium pertineat, veluti vias publicas, itinera publica:
et ideo quolibet postulante de his interdicitur.
105 Alburquerque, Juan Miguel, La protección o defensa del uso colectivo de
las cosas de dominio público: especial referencia a los interdictos de publicis locis
(loca, itinere, viae, flumina, ripae) (Dykinson, Madrid, 2002), p. 39.
106 Alburquerque, Juan Miguel, (n. 105), p. 57.
Derecho Civil y Medioambiente 57
liberum scientem te emere non posse nec cuiuscumque rei si scias alienationem
esse: ut sacra et religiosa loca aut quorum commercium non sit, ut publica, quae
non in pecunia populi, sed in publico usu habeatur, ut est Campus Martius.
58 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
5. Conclusiones
1. Nacimiento de la teoría
facias inve eum locum immittas, qua ex re quid illi damni detur, praeterquam quod
lege senatus consulto edicto decretove principum tibi concessum est. De eo, quod
factum erit, interdictum non dabo”.
43.8.6. Cum quidam velum in maeniano immissum haberet, qui vicini lumini-
bus officiebat, utile interdictum competit: “Ne quid in publico immittas, qua ex re
luminibus Gaii Seii officias”.
Derecho Civil y Medioambiente 67
Mª Carmen, (n. 55), p. 48; Lázaro Guillamón, Carmen, (n. 25), p. 87.
70 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
125 Falcone, Giuseppe, (n. 51), pp. 5-360, seguido en este punto por Capogrossi
algo abreviada, toda vez que no indica quiénes serían los sujetos
del mismo, aunque, tal vez, justamente por verse envuelto el
arrendamiento y la existencia de dos sujetos pasivos posibles de
la acción negatoria (la ciudad de Minturno como dueña y Cerelio
Vital como poseedor natural o mero tenedor en lenguaje jurídico
nacional) es que el ejercicio de tal interdicto fuese útil a fin de
clarificar quién sería el sujeto pasivo de la acción negatoria. Lo que
sí es patente es que en época justinianea el principio de tipicidad
de las servidumbres ha decaído, por lo que ya no son sólo los actos
que envuelven la necesidad de una servidumbre preestablecida en
aquellos rígidos moldes del ius civile los que pueden ser reprimidos
con la acción negatoria, sino en general cualquiera que implique
penetración dentro del ámbito de la propiedad ajena. Así, la regula
indicada por Aristón viene a consistir en la prohibición no sólo de
las injerencias directas en lo ajeno, esto es, de realizar actos en el
inmueble vecino, como se desprende del ius excludendi que todo
propietario tiene respecto a terceros, sino también en la exclusión
de un hacer indirecto, de proyectar las consecuencias negativas del
obrar en lo propio dentro del inmueble ajeno, como es el caso de
los humos que se generan producto de la actividad industrial, dentro
del inmueble ajeno. Inmitir pasa a identificarse con la penetración
consecuencial derivada del ejercicio de actos en los bienes propios
sobre bienes vecinos. Es desde esta base que se elaborará la idea
de inmisión para los tiempos futuros.
dubitatur libro quadragensimo primo lectionum, an quis possit ita agere licere fumum
non gravem, puta ex foco, in suo facere aut non licere. Et ait magis non posse agi,
sicut agi non potest ius esse in suo ignem facere aut sedere aut lavare.
Derecho Civil y Medioambiente 73
tal sentido, tal vez porque si no puede servirse de sus bienes para
sus necesidades cotidianas, se vacía de contenido su propiedad y
su libertad para realizar los actos posesorios más básicos en sus
bienes, con lo que el jurista ironiza sobre el tener que pedir permiso
al vecino para lavarse o sentarse. El criterio utilizado por Pomponio
para resolver el problema parece bastante natural, si el humo fuese
leve (esto es, incapaz de producir una perturbación posesoria),
no puede prohibirse la actividad del inmitente, por mucho que
pueda ser algo molesta pues esta incomodidad sería, asimismo,
leve. Sin embargo, dicho fragmento será interpretado de diversas
maneras por la doctrina posterior hasta construir una teoría bastante
compleja al respecto durante el siglo XIX que será llamada “del
uso normal” y que servirá de base no sólo a la represión de las
inmisiones, sino también a la teoría del abuso del derecho.
128 Bonfante, Pietro, (n. 46) v. II, p. I. pp. 343-360 y también Las relaciones
de vecindad (Ed. Reus, 1932, Madrid), p. 25; De Martino, Francesco, (n. 23)
p. 200; Egea Fernández, Joan (n. 98), p. 94; Algarra Prats, Esther, (n. 3), p. 209;
Jiménez Salcedo, Mª Carmen, (n. 55), p. 37
La gran excepción Lázaro Guillamón, Carmen, Von Ulpian bis Accursius:
Responsa über D.8.5.8.5 en RIDA 52 (2005), pp. 233-247
74 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
129 50.10.3 Macer libro secundo de officio praesidiis. pr. Opus novum privato
durante el siglo XIX, nacerá la teoría del abuso del derecho, la cual
tendrá un inmenso desarrollo que excede en mucho el problema de
las inmisiones133.
item potest intellegi quando quis vult aedificare in loco privato, quod potest, dum
tantum non tendat ad inuriam vel aemulationem alterius civitatis.
133 Jiménez Salcedo, Mª Carmen, (n. 55), p. 129.
134 Lázaro Guillamón, Carmen, (n. 128), pp. 240-242.
135 Accursius, (n. 58), p. 1178 [d.8.5.8.5] nota k “Iure. Scilicet servitutis, ut
superior cogatur suscipere fumum, et proper hoc fenestras dimittere; suscipit tamem
sicut naturaliter ascendit: nisi inferior faciat animo iniuriandi, ut infra de inu. l.
fin. et muniat se sicut potest. Sed non sic econtra de aqua que recte proijcitur: at
fumus naturaliter divertit”.
76 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
137 Bartoli a Saxoferrato, (n. 16) 380=190v Dominus partis inferiores non
potest in superiores iure servitutis fumum immittere et dominus partem superioris
non potest in inferiores immittere aquam, nisi aliud actum fit, et quod his competunt
hae actiones et interdicta possessoria. Op. quod licet ignem facere in propium, nec
tenet quis si fumum ascendit ad altum, nisi hoc faciat animo iniuriandi... Gl. Fatet
proprium et dicit quod non licet fumum immittire, hoc est quod dominus aedium
superiorum cogat recipire, sed muniat se sicut potest, ne fumus transeat. Dominus
aedium inferiorum faciat fumum quantum vult, sed enconverso non potest dominus
superiore aqua pijcere, quam aqua directe pijcit, fumum vero ascendit naturaliter...
Et io putare sic dicendum Qnq dominus partis inferioris facit ignem solitum ad
regimem familiae, et tunc potest licite facere nec tenet si fumus ascendat, nisi faciat
animo iniuriandi... Sed si dominus partis inferioris vellet facere tabernam hostariam,
ubi continue fierit ingnis et fumus magnus, hoc facere non liceret…
138 Extrañamente, Algarra Prats entiende la opinión de Bártolo justamente al
139 Pauli Castrensis, (n. 96), pp. 179=178: Aut insolitum, vi hic erat taberna
hostaria, vel alia simili in qua efficit magnus ignis, et gravis fumus ad alium finem,
quod ad usum habitationis et potest prohibire per superiorem et econtraverso
Ubaldi Perusini, (n. 96), p. 325=330: Non licet in alienum immittere, et
140
qui libertate praedii inquitando velut detinet. Is autem est, quisquis in nostro nobis
invitis alquid facit : quisquis in nostrum quid immittit, aut immissum habet. Hugonis
Donelli, (n. 38), p. 388.
142 Domat, Jean, (n. 17), t. IV, p. 194, Título “Si servitus vindicetur, vel ad
alium pertinere negetur” “7. [Caso D.8.5.8.5] Aristo Cerellio Vitalis respondit,
non putare se, ex taberna Casearia fumum in superiora aedificia jure immitti posse,
nisi ei rei servitus talis admittatur. Idemque ait: et ex superiore in inferiora non
aquam, non quid aliud immitti licet. In suo enim alii hactenus facere licet, quatenus
nihil in alienum immittat: fumi autem, sicut aquae, esse immissionem. Posse igitur
superiorem cum inferiorem agere, jus illi non esse id ita facere”.
143 “le droit de disposer á son gré d’une chose sans donner neanmoins atteinte
au droit d’autroui, ni aux lois; ius de re libere disponendi, ou ius utendi et abutendi”
Pothier, Robert-Joseph, (n. 18), p. 114.
80 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
algo que introdujere en la casa vecina un humo demasiado espeso e incómodo, como
el que sale de un horno de cal” Pothier, Robert Joseph, (n. 20), p. 107.
82 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
151 Spangenberg, Ernst Peter Johann, “Einige Bemerkungen über das Nachbar-
wohl aber, was si folge die aussergewöhnliche Benuzung (der Errichtun von Appa-
ranten)”. Spangenberg, Ernst Peter Johann, (n. 151), p. 268.
86 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
155 Gai 2.12. Quaedam praeterea res corporales sunt, quaedam incorpora-
159 Así, Horst señala que la regla de uso normal se interpreta según el principio
de prior tempore potior iure. A la larga, tiende a favorecer el uso más antiguo. Lo
demuestra analizando jurisprudencia alemana desde 1900 en adelante. Vid Hagen,
Horst, Zum Topos der Priorität im privaten Immissionsschutzrecht in Festschrift für
Dieter Medicus zum 70 Geburtstag (Köln, Carl Heymanns, 1999), pp. 161-175.
160 La redacción actual de dicho cuerpo normativo, luego de la reforma de
1994 es:
§ 906 Zuführung unwägbarer Stoffe
(1) Der Eigentümer eines Grundstücks kann die Zuführung von Gasen, Däm-
pfen, Gerüchen, Rauch, Ruß, Wärme, Geräusch, Erschütterungen und ähnliche von
einem anderen Grundstück ausgehende Einwirkungen insoweit nicht verbieten, als
die Einwirkung die Benutzung seines Grundstücks nicht oder nur unwesentlich
beeinträchtigt. Eine unwesentliche Beeinträchtigung liegt in der Regel vor, wenn
die in Gesetzen oder Rechtsverordnungen festgelegten Grenz– oder Richtwerte von
den nach diesen Vorschriften ermittelten und bewerteten Einwirkungen nicht übers-
chritten werden. Gleiches gilt für Werte in allgemeinen Verwaltungsvorschriften,
die nach §48 des Bundes-Immissionsschutzgesetzes erlassen worden sind und den
Stand der Technik wiedergeben.
(2) Das Gleiche gilt insoweit, als eine wesentliche Beeinträchtigung durch
eine ortsübliche Benutzung des anderen Grundstücks herbeigeführt wird und nicht
90 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
durch Maßnahmen verhindert werden kann, die Benutzern dieser Art wirtschaftlich
zumutbar sind. Hat der Eigentümer hiernach eine Einwirkung zu dulden, so kann er
von dem Benutzer des anderen Grundstücks einen angemessenen Ausgleich in Geld
verlangen, wenn die Einwirkung eine ortsübliche Benutzung seines Grundstücks
oder dessen Ertrag über das zumutbare Maß hinaus beeinträchtigt.
(3) Die Zuführung durch eine besondere Leitung ist unzulässig.
[§ 906 Emisión de sustancias imponderables
(1) El propietario de una finca no puede prohibir la introducción de gases, va-
pores, olores, humo, hollín, calor, ruido, vibraciones y otras influencias similares
emitidas desde de otro bien raíz, en cuanto la emisión no le impida la utilización de
sus bienes, o sólo la afecte ligeramente. Una perturbación insignificante se entiende
normalmente presente, si es acorde con las condiciones establecidas en las leyes o
regulaciones o directrices de la base de dichas prescripciones no se exceden de los
impactos determinados y evaluados. Lo mismo se aplica a los valores de las normas
generales administrativas que se han adoptado de acuerdo con el § 48 de la Ley
Federal de Control de la Contaminación y reflejan el estado del arte.
(2) Lo mismo se aplicará en cuanto la interferencia material sea causada por
el uso de otro bien raíz según la costumbre del lugar y que no pueda ser evitada
por medidas económicamente razonables para los usuarios de esta clase. Cuando
el propietario sea obligado a tolerar una influencia fundándose en estas normas,
puede requerir que el usuario del otro inmueble le compense monetariamente de
forma adecuada si la acción afecta a un uso habitual de su propiedad o de su renta
sobre el monto que pueda estimarse tolerable.
(3) La introducción a través de un canal o cañería especial no es admisible.]
En palabras de Algarra Prats: “La reforma [1994] del 906 BGB introduce dos
innovaciones. La costumbre local ya no es suficiente para exigir al propietario
tolerancia si puede evitarse la inmisión por medidas económicamente razonables”.
Algarra Prats, Esther, (n. 3), p. 70.
Derecho Civil y Medioambiente 91
162 Así,
por ejemplo, en el Código Civil Suizo de 1906 se establece:
Art. 684
III. Rapport de voisinage
1. Atteintes excessives
1. Le propriétaire est tenu, dans l’exercice de son droit, spécialement dans ses
travaux d’exploitation industrielle, de s’abstenir de tout excès au détriment de la
propriété du voisin.
2. Sont interdits en particulier la pollution de l’air, les mauvaises odeurs, le bruit,
les vibrations, les rayonnements ou la privation de lumière ou d’ensoleillement qui
ont un effet dommageable et qui excédent les limites de la tolérance que se doivent
les voisins d’après l’usage local, la situation et la nature des immeubles.
Otro tanto podemos decir del Código Civil Portugués, que en su artículo 1346
contempla una traducción literal del artículo 906 del BGB:
“O proprietário de um imóvel pode opor-se à emissão de fumo, fuligem, vapores,
cheiros, calor ou ruídos, bem como à produção de trepidações e a outros quaisquer
factos semelhantes, provenientes de prédio vizinho, sempre que tais factos importem
um prejuízo substancial para o uso do imóvel ou não resultem da utilização normal
do prédio de que emanam”.
Derecho Civil y Medioambiente 93
(2) Der Eigenthümer eines Grundstückes kann dem Nachbarn die von dessen
Grund ausgehenden Einwirkungen durch Abwässer, Rauch, Wärme, Geruch,
Geräusch, Erschütterung und ähnliche insoweit untersagen, als sie das nach den
örtlichen Verhältnissen gewöhnliche Maß überschreiten und die ortsübliche Benut-
zung des Grundstückes wesentlich beeiträchtigen. Unmittelbare Zuleitung ist ohne
besonderen Rechtstitel unter allen Umständen unzulässig.
(3) Ebenso kann der Grundstückseigentümer einem Nachbarn die von dessen
Bäumen oder anderen Pflanzen ausgehenden Einwirkungen durch den Entzug von
Licht oder Luft insoweit untersagen, als diese das Maß des Abs. 2 überschreiten und
zu einer unzumutbaren Beeinträchtigung der Benutzung des Grundstücks führen.
Bundes- und landesgesetzliche Regelungen über den Schutz von oder vor Bäumen
und anderen Pflanzen, insbesondere über den Wald-, Flur-, Feld-, Ortsbild-, Natur-
und Baumschutz, bleiben unberührt.
Para más detalles sobre el proceso véase: Algarra Prats, Esther, (n. 3), pp. 102
y ss.
164 Algarra Prats, Esther, (n. 3), pp. 68-69
165
“Se ve claramente que era el espectáculo de la gran industria el que daba
esta nueva dirección al pensamiento. Pero frente a los males de la gran industria
Derecho Civil y Medioambiente 95
se demostró que era insuficiente la teoría de las inmisiones por usos normales”.
Bonfante, Pedro, Las relaciones de vecindad (Ed. Reus, 1932, Madrid), p. 31.
166 “El límite del uso normal responde a un pensamiento bastante práctico sin
duda, pero arbitrario e injustificado”. Bonfante, Pedro, (n. 165), p. 33.
96 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
167
En palabras de Bonfante respecto a esta ausencia de normativa:
“Cuando por faltar los textos expresos hay que buscar un principio regulador
supremo, cuando se intenta dar normas para una serie de relaciones cuyo carácter
jurídico es indudable, pues aparecen dentro del campo de una institución jurídica,
pero que carecen de regulación legal, si en tal caso falla el medio siempre inseguro
de la analogía (cosa que sucede a menudo), la ultima ratio del intérprete jurídico está
entonces en recurrir a la función de la institución, a los fines del derecho”. Y como
consecuencia, en materia de inmisiones: “Precisamente el problema de las relaciones
de vecindad es de los que no pueden resolverse, ni con la simple exégesis de los
artículos del Código (si bien en las leyes romanas, gracias a la formación particular
del Corpus iuris, ya la exégesis de por sí sirva de mucho), ni con las reglas de la
analogía”. Bonfante, Pedro (n. 165), pp. 18 y 21 respectivamente.
168 “Chi vuole fabbricare contro un muro comune o divisorio, ancorchè propio,
ou non, celui qui veut y construire cheminée ou âtre, forge, four ou fourneau, y
adosser une étable, ou établir contre ce mur un magasin de sel ou amas de matières
Derecho Civil y Medioambiente 97
corrosives, est obligé à laisser la distance prescrite par les règlements et usages
particuliers sur ces objets, ou à faire les ouvrages prescrits par les mêmes règle-
ments et usages, pour éviter de nuire au voisin.
171 D.8.5.17.2 [Alfenus libro secundo digestorum] Secundum cuius parietem
174 “En un país en que la estación invernal sea dura, no constituirá inmisión el
1994 es:
§ 906 Zuführung unwägbarer Stoffe
(1) Der Eigentümer eines Grundstücks kann die Zuführung von Gasen, Dämp-
fen, Gerüchen, Rauch, Ruß, Wärme, Geräusch, Erschütterungen und ähnliche von
einem anderen Grundstück ausgehende Einwirkungen insoweit nicht verbieten,
als die Einwirkung die Benutzung seines Grundstücks nicht oder nur unwesentlich
beeinträchtigt. Eine unwesentliche Beeinträchtigung liegt in der Regel vor, wenn
die in Gesetzen oder Rechtsverordnungen festgelegten Grenz- oder Richtwerte von
den nach diesen Vorschriften ermittelten und bewerteten Einwirkungen nicht über-
schritten werden. Gleiches gilt für Werte in allgemeinen Verwaltungsvorschriften,
102 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
180 Auf Grund privatrechtlicher, nicht auf besonderen Titeln beruhender An-
sprüche zur Abwehr benachteiligender Einwirkungen von einem Grundstück auf
ein benachbartes Grundstück kann nicht die Einstellung des Betriebs einer Anlage
verlangt werden, deren Genehmigung unanfechtbar ist; es können nur Vorkehrungen
verlangt werden, die benachteiligenden Wirkungen ausschließen. Soweit solche
Vorkehrungen nach dem Stand der Technik nicht durchführbar oder wirtschaftlich
nicht vertretbar sind, kann lediglich Schadensersatz verlangt werden.
[Nadie tiene derecho a requerir la cesación de actividades en una instalación sobre
la base de reclamaciones en virtud del derecho civil, y no sobre la base de títulos
específicos, a la protección contra los efectos perjudiciales que cualquier bien raíz
que puede tener en los inmuebles vecinos, en la medida en que la autorización de
dicha instalación sea definitiva, sino que sólo podrá requerir medidas preventivas
necesarias para evitar esos efectos perjudiciales. Si estas medidas no son técnica-
mente factibles de acuerdo con el estado de la técnica o económicamente inviables,
la compensación sólo puede ser reclamada por el daño real sufrido.]
104 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
Vid Díaz Romero, María del Rosario, (n. 78), t. III, p. 3708.
182
Por sentencia del Tribunal Supremo español de 12 de diciembre de 1980.
Vid Algarra Prats, Esther, (n. 3), p. 152.
Derecho Civil y Medioambiente 105
184
No obstante, el proyecto Cambacérès de 1796 si incluía dos artículos acerca
de las relaciones de vecindad, el 452 y 453. Para más detalles, véanse: Algarra
Prats, Esther, (n. 3), p. 113 y Abdul-Malak Izam, Leyla, (n. 98), p. 115-116.
185
Ya en 1808, la Corte de Metz falló por primera vez estableciendo esta
obligación. Sin embargo la doctrina parece haberse asentado en 1844 con un pro-
nunciamiento de la Corte de Casación.
186 Art. 1382 Tout fait quelconque de l’homme, qui cause à autrui un dommage,
tema como una laguna. Vid Planiol, Marcel, (n. 24), pp. 733 y ss.
190 Aubry, C. y Rau, C., (n. 188), t. 2, pp. 193-197.
191 “Le voisinage a jadis été rangé, parmi les sources d’obligations, dans la
Trad. Mario Díaz Cruz. T. III, Los Bienes (Habana, Cultural, 1946), p. 400.
Derecho Civil y Medioambiente 109
193 Véanse al respecto, y casi con sus mismas palabras: Hérmard, Joseph, Précis
élémentaire de droit civil (Paris, Sirey, 1934), p. 373; Weill, Alex, Droit civil. Les
biens. (Paris, Dalloz, 1970), p. 125; Bergel, Jean-Louis, Bruschi, Marc y Cimamonti,
Sylvie, Traité de droit civil. Les biens (Paris, LGDJ, 2000), p. 115 y Terré, François
y Simler, Philippe, Droit civil. Les biens (Paris, Dalloz, 2002), pp. 246 y ss.
194 Ripert, Georges, De l’exercise du dorit de propiété dans ses rapports avec
derecho y el uso excesivo del mismo. Tendrá lugar abuso del derecho
cuando exista intención de dañar a otro, se trate de satisfacer un
interés egoísta o, cuando existiendo varias maneras de ejercer un
acto, el dueño elija aquélla que sea más nociva para los demás196.
El uso excesivo, en cambio, es aquel que resulta incuestionable en
sus móviles, pero por su naturaleza extraordinaria, hace responsable
al agente de los perjuicios que cause197.
196 Josserand, Louis, Cours de droit civil positif français (Paris, Sirey, 1930),
pp. 733-734.
197 Josserand, Louis, (n. 196), p. 745.
Derecho Civil y Medioambiente 111
al cabo de un año completo, contado desde el acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla, expiran al cabo de un año completo contado
desde que el poseedor anterior la ha perdido.
Si la nueva posesión ha sido violenta o clandestina, se contará este año desde
el último acto de violencia, o desde que haya cesado la clandestinidad.
Las reglas que sobre la continuación de la posesión se dan en los artículos 717,
718 y 719, se aplican a las acciones posesorias.
Art. 921. El poseedor tiene derecho para pedir que no se le turbe o embarace
su posesión o se le despoje de ella, que se le indemnice del daño que ha recibido,
y que se le dé seguridad contra el que fundadamente teme.
Derecho Civil y Medioambiente 115
203 Art. 830. El dueño del predio sirviente no puede alterar, disminuir, ni hacer
más incómoda para el predio dominante la servidumbre con que está gravado el
suyo.
Al respecto, véase el análisis de Alburquerque sobre la pérdida de un commodum,
un provecho, y la aplicabilidad de los interdictos por inmisiones. Alburquerque,
Juan Miguel, (n. 105), p. 63.
204
Jiménez Salcedo señala que: “para delimitar concretamente el concepto de
inmisión, debemos proceder a la demarcación de dos nociones distintas: lesión de
un derecho y lesión de un simple interés, es decir, daño jurídico y daño solamente
económico… En este sentido podríamos definir una immissio como la lesión produ-
cida en la esfera interna del derecho. Sin que se pueda entender como tal la privación
de ventajas de las que hasta entonces venía disfrutando un inmueble… Sólo habrá
daño jurídico cuando la desaparición de una ventaja implique al mismo tiempo
disminución de un derecho”. Jiménez Salcedo, Mª Carmen, (n. 55), pp. 41-42.
205 Al respecto, la distinción nace de la mano de Bonfante, quien intenta, a través
de ella, evitar los efectos nocivos de la teoría francesa de los troubles de voisinage
que, como ya hemos señalado, cayó en excesos tan notorios como prohibir la ins-
talación de una escuela. Es por ello que expresa: “Sentado ya que sólo hay lesión
de derecho cuando hay invasión en la esfera interna, si, sin apartarnos del camino
recto, procedemos a examinar qué contiene y qué expresa este concepto de lesión de
las condiciones intrínsecas, de invasión de la esfera interna, encontramos que es lo
suficientemente amplio y que llega hasta aquellos límites, hasta los cuales y no más
allá de los cuales debe llegar el buen sentido”. Bonfante, Pedro, (n. 165), p. 53.
Derecho Civil y Medioambiente 117
206 Señala Bonfante: “Pero la disminución del valor económico es el más erróneo
de todos los criterios a que se puede recurrir, porque las más de las veces depende,
como hemos visto, de una modificación de las condiciones externas sobre las cuales
no tengo derecho ninguno”. Bonfante, Pedro, (n. 165), p. 56.
118 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
omitido las necesarias reparaciones, o por haber faltado de otra manera al cuidado
de un buen padre de familia.
212 Al respecto señala Jiménez Salcedo: “La doctrina ha adoptado una postura
uniforme con respecto a las injerencias directas, considerando que éstas no deben
someterse al régimen jurídico de las inmisiones, pues no deben tolerarse bajo nin-
gún concepto, mientras que el immittere in alienum está limitado pero no siempre
prohibido, esto es, admite un cierto grado de tolerancia… El concepto de inmisión
abarca no sólo las inmisiones de cosas materiales sino también la propagación de
calor, humedad, olores, etc”.. Jiménez Salcedo, Mª Carmen, (n. 55), p. 39. Para un
análisis en derecho comparado véase: Egea Fernández, Joan (n. 98), pp. 73-77.
213 Bonfante, Pedro (n. 165) p. 55. Repite la idea en Bonfante, Pietro, (n. 46)
non utitur suo iure; bien considerado, este caso es quizá más grave
que el de la immissio. Por tanto el famoso aforismo romano: in
suo hactenus facere licet quatenus nihil in alienum immittat debe
completarse, con ayuda de los mismos textos romanos, así: et
quatenus nihil in alieno faciat. Insistimos aún: la lesión del derecho
ajeno no se hace sólo con el immittere sino también con el facere.
Podemos pues establecer la regla: toda invasión en la esfera interna
ajena por elementos o por operaciones que hechas en terreno propio
se propaguen al ajeno, puede dar motivo al ejercicio de la acción
negatoria de la perturbación; y agreguemos, al ejercicio de la acción
de resarcimiento por el daño producido, salvo la necesidad de probar
la existencia de culpa en la acción de resarcimiento”.
sean medidas en una escala física. Este concepto ha reemplazado la vieja idea de
corporalidad. Al respecto véase: Egea Fernández, Joan, (n. 98), p. 76.
Derecho Civil y Medioambiente 125
publicum petere permittendum est id, quod ad usum omnium pertineat, veluti vias
publicas, itinera publica: et ideo quolibet postulante de his interdicitur.
Derecho Civil y Medioambiente 127
uso de los bienes colectivos a los que todos los ciudadanos tenía
derecho y que se aplicó en época romana contra las inmisiones
que se realizaran en ellos222. Esta acción posesoria, presente en la
tradición hispánica, fue recogida en la codificación a fin de procurar
la defensa de los bienes nacionales de uso público223.
con el actual 948, Bello señala en nota al pie que este sería una modificación de una
disposición de las Siete Partidas, específicamente la P. 3, tit. 32, L. 10 que dispone
la titularidad de una acción especial de derribo de edificios, sean nuevos o viejos,
cuando estos sean peligrosos para los vecinos. Sin embargo, el interdicto romano
ne in loco publico fiat aparece más bien recogida en las leyes 22 a 24, del mismo
título 32 de la Tercera Partida, donde se otorgan acciones populares para prevenir la
construcción de obras en lugares públicos. Su alcance, sin embargo, parece mucho
más restringido que aquél del interdicto romano. Acerca de este proceso, véase
Delgado Schneider, Verónica, (n. 103), pp. 907-937.
224 Art.
714. Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa, no como
dueño, sino en lugar o a nombre del dueño. El acreedor prendario, el secuestre,
128 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
231 Díaz Romero, María del Rosario, (n. 78), t. III, p. 3699
232 González-Alegre, Manuel, Las relaciones de vecindad (Barcelona, Nauta,
1967), p. 83.
233 Padial Albás, Adoración y Toldrà Roca, Mª Dolors, (n. 2), pp. 55-56.
Martí Martí, Joaquim, La defensa frente a la contaminación acústica y
234
240 L19300 Artículo 3º.- Sin perjuicio de las sanciones que señale la ley, todo
el que culposa o dolosamente cause daño al medio ambiente, estará obligado a
repararlo materialmente, a su costo, si ello fuere posible, e indemnizarlo en con-
formidad a la ley.
L19300 Artículo 51.- Todo el que culposa o dolosamente cause daño ambiental
responderá del mismo en conformidad a la presente ley.
241 Artículo 50.- Estos decretos serán reclamables ante el Tribunal Ambiental
por cualquier persona que considere que no se ajustan a esta ley y a la cual causen
perjuicio. El plazo para interponer el reclamo será de treinta días, contado desde
136 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
2. Acciones aplicables
3. Acciones cautelares
como una de las herramientas con que cuenta la víctima de las inmisiones para
combatirlas, señalando en su coletilla final: D. 8, 5, 8, 5 [Ulpianus libro septimo
decimo ad edictum]... sed et interdictum uti possidetis poterit locum habere, si quis
prohibeatur, qualiter uelit, suo uti.
No obstante, dicha coletilla se ha juzgado interpolada por buena parte de la
doctrina, específicamente como um glosema explicativo agregado por algún co-
mentarista tardío (De Martino, Francesco, (n. 94), v. I, pp. 522-524). Nosotros,
nos vemos tentados a pensar en contra de la idea de interpolación, especialmente
porque los interdictos posesorios solían usarse para fijar las posiciones jurídicas
de las partes antes de la interposición de una acción de fondo (C apogrossi
Colognesi, Luigi, (n. 94), pp. 31-36. Sin embargo, esta es una cuestión que
permanece sin decidirse.
244 Al respecto, podemos citar una tradición ininterrumpida de textos en tal
sentido. Así, sobre este caso expresa Accursio:
“Hic ergo datur pro quasi possessione servitutis, vel libertatis. Vel dic quod
vera possessione rei quae inquietatur pro servitute quam non debet. Et econtra
pro vera possessione rei dominantis, que inquietatur, eo quod servitute debita uti
non permittitur”.
“Aquí, por tanto, se da [el interdicto posesorio] en favor de la cuasi posesión [de
la servidumbre] o por la libertad [del fundo]. Se dice que la verdadera posesión de
la cosa se inquieta por una servidumbre [de humos] que no se debe. Y en contra de
la verdadera posesión del bien dominante, cuando se inquieta por no permitirse el
ejercicio de la servidumbre debida”. Accursius, (n. 96), (761), 1179 nota a.
Por su parte, Bártolo señala:
“Dominus partis inferiores non potest in superiores iure servitutis fumum im-
mittere et dominus partem superioris non potest in inferiores immittere aquam, nisi
aliud actum fit, et p his competunt hae actiones et interdicta possessoria”.
140 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
“El dueño de la parte inferior no puede en los [pisos] superiores inmitir humo
salvo que tenga el derecho de la servidumbre. Por su parte, tampoco puede el dueño
de los pisos superiores inmitir agua en los [pisos] inferiores, ni hacer ningún otro
acto. Y por ello competen estas acciones e interdictos posesorios”.
Bartoli a Saxoferrato, (n. 16), p. 380=190 v.
Baldo mantiene la misma línea, aunque es más sintético:
“Non licet in alienum immittere, et pro incorporalibus sunt prodita iudicia
possessoria”
“No se permite inmitir en lo ajeno y por los [derechos] incorporales [en este
caso de servidumbre] se otorgan juicios posesorios”. Ubaldi Perusini, (n. 96),
p. 325=330.
Por último, Pablo de Castro señala:
“Non licet immittire in alienum et quod servitute vel libertate conservanda, et
ad hoc non solum conpetunt istae actiones reales confesoria et negatoria sed et
interdicta possessoria, ut uti possidetis…”.
“No se permite inmitir en lo ajeno, y el para conservar una servidumbre o prote-
ger la libertad [del fundo] no sólo competen estas acciones [de fondo, confesoria y
negatoria], sino también los interdictos posesorios como el uti possidetis”. Paulus
Catrensis, (n. 96), pp. 179=178.
Derecho Civil y Medioambiente 141
246 Art. 917. Sobre las cosas que no pueden ganarse por prescripción, como las
250 Art. 937. Ninguna prescripción se admitirá contra las obras que corrompan
el aire y lo hagan conocidamente dañoso.
251 COT Art. 143. Es competente para conocer de los interdictos posesorios
el juez de letras del territorio jurisdiccional en que estuvieren situados los bienes
a que se refieren. Si ellos, por su situación, pertenecieren a varios territorios juris-
diccionales, será competente el juez de cualquiera de éstos.
252 CPC Art. 552 (705). Presentada la querella, señalará el tribunal el quinto día
253 Art. 921. El poseedor tiene derecho para pedir que no se le turbe o embarace
255 El único estudio que existe al respecto, aunque con conclusiones contrarias
a las nuestras, es la tesis dirigida por nosotros Barría Troya, Jorge, Responsabilidad
por daños en el artículo 921 del Código Civil Chileno, tesis para optar al grado de
licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile, 2009.
256 Así, De la Puente González, Rafael A., (n. 98):
p. 36: (querella de amparo) “dicha acción no es una novedad del Código cita-
do [CPC], pues también la contempla el artículo 916 del Código Civil i su objeto
principal es evitar que se turbe, que se embarace al poseedor en su posesión y al
mismo tiempo que se le indemnice del daño que ha recibido y se le dé seguridad
contra el que fundadamente teme (art. 921 del C. Civil)”.
p. 40: “Como se ve, por este interdicto [amparo], en resumen, lo que pide el
querellante es que no se le despoje, que se le indemnice del daño sufrido y que
además se le dé garantía o seguridad contra el daño que teme”.
En igual sentido Millán Vergara, Juan (n. 99).
146 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
Por su parte, Alessandri Rodríguez (n. 4), señala en p. 231: “El que entabla
una querella de amparo pide:
“1. Que no se le turbe o despoje de su posesión”.
“2. Que se le indemnice los daños que con actos de perturbación se le hubiere
ocasionado; y”
“3. Que se le dé garantías”.
Esto se reitera en Vodanovich, Antonio, (n. 92), p. 677: “El que entabla una
querella de amparo pide:”
“1.Que no se le turbe o despoje de su posesión;”
“2. Que se le indemnice los daños que con los actos de perturbación se le hu-
bieren ocasionado; y”
“3. Que se le dé garantías.”..
257 Al respecto vid Barría Troya, Jorge, (n. 255).
258
Nº 2 “El que intente la querella de amparo, al formular su demanda, ofrecerá
acreditar... 2º Que se le ha tratado de turbar o molestar en esta posesión por medio
de actos que expresará circunstanciadamente. Si pidiere indemnización del daño
sufrido y seguridades contra el que fundadamente, teme, especificará ese daño y
las medidas o garantías que solicita”.
259 Vid Alessandri Rodríguez, Fernando, Explicaciones de los Códigos de
265 Debemos esta sugerencia a nuestro amigo Patricio Ignacio Carvajal Ra-
mírez.
266 Art.
662: “Otra especie de accesión es la especificación, que se verifica
cuando de la materia perteneciente a una persona, hace otra persona una obra o
artefacto cualquiera, como si de uvas ajenas se hace vino, o de plata ajena una copa,
o de madera ajena una nave”.
“No habiendo conocimiento del hecho por una parte, ni mala fe por otra, el dueño
de la materia tendrá derecho a reclamar la nueva especie, pagando la hechura”.
“A menos que en la obra o artefacto el precio de la nueva especie valga mucho
más que el de la materia, como cuando se pinta en lienzo ajeno, o de mármol ajeno se
hace una estatua; pues en este caso la nueva especie pertenecerá al especificante, y el
dueño de la materia tendrá solamente derecho a la indemnización de perjuicios”.
Derecho Civil y Medioambiente 151
268
Claro Solar, Luis, (n. 42), p. 513: “El art. 926 sólo explica que el derecho
del poseedor privado injustamente de la posesión de pedir que se le restituya la
cosa, comprende la indemnización de todos los perjuicios que la privación injusta
de la posesión le ocasione, y entre ellos la restitución de los frutos que la cosa ha
producido o podido producir durante el tiempo que el usurpador la ha tenido en su
poder, personalmente o por medio de otras personas”.
269 Bello, Andrés, (n. 27), pp. 242-245.
Derecho Civil y Medioambiente 153
Art. 941. El dueño de una casa tiene derecho para impedir que
cerca de sus paredes haya depósitos o corrientes de agua, o materias
húmedas que puedan dañarla.
273 COT Art. 143. Es competente para conocer de los interdictos posesorios
el juez de letras del territorio jurisdiccional en que estuvieren situados los bienes
a que se refieren. Si ellos, por su situación, pertenecieren a varios territorios juris-
diccionales, será competente el juez de cualquiera de éstos.
274 Art.
950. Las acciones concedidas en este título para la indemnización de
un daño sufrido, prescriben para siempre al cabo de un año completo.
Las dirigidas a precaver un daño no prescriben mientras haya justo motivo de temerlo.
Si las dirigidas contra una obra nueva no se instauraren dentro del año, los denun-
ciados o querellados serán amparados en el juicio posesorio, y el denunciante o
querellante podrá solamente perseguir su derecho por la vía ordinaria.
Pero ni aun esta acción tendrá lugar, cuando, según las reglas dadas para las
servidumbres, haya prescrito el derecho.
Derecho Civil y Medioambiente 159
favor de los caminos, plazas u otros lugares de uso público, y para la seguridad de
los que transitan por ellos, los derechos concedidos a los dueños de heredades o
edificios privados.
Y siempre que a consecuencia de una acción popular haya de demolerse o
enmendarse una construcción, o de resarcirse un daño sufrido, se recompensará al
actor, a costa del querellado, con una suma que no baje de la décima, ni exceda a la
tercera parte de lo que cueste la demolición o enmienda, o el resarcimiento del daño;
sin perjuicio de que si se castiga el delito o negligencia con una pena pecuniaria,
se adjudique al actor la mitad.
Art. 949. Las acciones municipales o populares se entenderán sin perjuicio de
las que competan a los inmediatos interesados.
160 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
4. Acciones de fondo
276 Al respecto, véase Abdul-Malak Izam, Leyla, (n. 98), pp. 219-234.
164 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
277
CPC Art. 17 (18). En un mismo juicio podrán entablarse dos o más acciones
con tal que no sean incompatibles. Sin embargo, podrán proponerse en una misma
demanda dos o más acciones incompatibles para que sean resueltas una como
subsidiaria de otra.
CPC Art. 92 (95). La acumulación de autos tendrá lugar siempre que se tramiten
separadamente dos o más procesos que deban constituir un solo juicio y terminar
por una sola sentencia, para mantener la continencia, o unidad de la causa. Habrá,
por tanto, lugar a ella:
1º Cuando la acción o acciones entabladas en un juicio sean iguales a las que
se hayan deducido en otro, o cuando unas y otras emanen directa e inmediatamente
de unos mismos hechos;
2º Cuando las personas y el objeto o materia de los juicios sean idénticos, aunque
las acciones sean distintas, y
3º En general, siempre que la sentencia que haya de pronunciarse en un juicio
deba producir la excepción de cosa juzgada en otro.
Derecho Civil y Medioambiente 165
278
“…[E]l derecho de disponer libremente de una cosa, sin menoscabar, con
todo el derecho de otro ni atentar contra las leyes. Jus de re libere disponendi o
jus utendi et abutendi”. Pothier, Robert-Joseph, (n. 18), t. VII, p. 8. Para la expli-
cación exacta del significado de la limitación en razón del derecho ajeno, Pothier
nos reenvía, inesperadamente, a su tratado de la sociedad, donde ha establecido un
cuasicontrato de vecindad: “Hemos definido el derecho de propiedad, el derecho de
disponer libremente de una cosa; y añadiendo sin menoscabar con todo el derecho
de otro... [se entiende aquí] el derecho de los propietarios y posesores de fincas
lindantes”. Pothier, Robert-Joseph, (n. 18), t. VII, p. 14.
P. 3, t. XXXII, L. 13 Ca segund que dixeron los sabios antiguos maguer el
279
ome aya poder de fazer en lo suyo lo que quisiere. Pero deue lo fazer de manera
que non faga daño, nin tuerto a otro.
280 Art. 856 Si se trata de pozos, letrinas, caballerizas, chimeneas, hogares,
fraguas, hornos u otras obras de que pueda resultar daño a los edificios o heredades
vecinas, deberán observarse las reglas prescritas por las ordenanzas generales o
locales, ora sea medianera o no la pared divisoria. Lo mismo se aplica a los depó-
sitos de pólvora, de materias húmedas o infectas, y de todo lo que pueda dañar a
la solidez, seguridad y salubridad de los edificios.
Derecho Civil y Medioambiente 167
Código Civil:
Art. 891. Los otros derechos reales pueden reivindicarse como el dominio;
excepto el derecho de herencia.
168 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
caso es más bien raro, toda vez que estos suelen ser desplazados
cuando hay riesgo de inmisiones283.
Toldrà Roca, Mª Dolors, (n. 2), pp. 55-56; Martí Martí, Joaquim, (n. 234), p. 93;
Díaz Romero, María del Rosario, (n. 78), t. III p. 3699; Algarra Prats, Esther,
(n. 3), p. 450; González-Alegre, Manuel, (n. 232), p. 83. En Alemania, a fin de
excluir el efecto de cese de la acción negatoria fue necesaria una expresa reforma
legal y la introducción del art. 14 de la Bundes-Immisionsschutzgesetz.
286 Vid Delaveau Swett, Rodrigo, (n. 239), pp. 411-438.
Derecho Civil y Medioambiente 171
287 Art. 947. Las acciones concedidas en este título no tendrán lugar contra el
ejercicio de servidumbre legítimamente constituida.
288 Al respecto señala Martí “En base a esta previsión de indemnización, la
290 Algarra Prats, Esther, (n. 3), p. 51. En idénticos términos, Padial Albás,
(n. 294), t. I, p. 180 y Barros Bourie, Enrique, (n. 292), pp. 101-103.
Específicamente, en materia ambiental se pronuncian en este sentido: Banfi del
Río, Cristián, (n. 295), p. 62 y Hunter Ampuero, Iván, (n. 295), pp. 9-25.
Derecho Civil y Medioambiente 175
297 Art.2329. Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o
negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta.
298 Alessandri Rodríguez, Arturo, (n. 294), t. II, p. 292.
299 Art.2314. El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño
a otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan
las leyes por el delito o cuasidelito.
300 Barros Bourie, Enrique, (n. 292), p. 151.
301 Ducci Claro Carlos, Responsabilidad civil (extracontractual) (Santiago
de Chile, 1936, Imprenta El Imparcial), pp. 133-136.
176 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
302 Al
respecto, véase un interesante artículo Schiele, Carolina y Tocornal, Jo-
sefina “Artículo 2329 del Código Civil. La interpretación de presunción por hechos
propios existe en la jurisprudencia” en RChD 37-1 (2010), pp. 123-139.
303 El artículo más importante al respecto, y crítico con la idea de una presun-
obligación. Sin embargo la doctrina parece haberse asentado en 1844 con un pro-
nunciamiento de la Corte de Casación.
178 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
quando quis vult aedificare in loco privato, quod potest, dum tantum non tendat
ad inuriam vel aemulationem alterius civitatis.
308 Art. 544 Code Napoléon.
309 Josserand, Louis, (n. 196), pp. 733-734.
Derecho Civil y Medioambiente 179
310 Planiol, Marcelo y Ripert, Jorge, (n. 192), p. 392; Ripert, Georges y
Boulanger, Jean, (n. 187), p. 326; Weill, Alex, (n. 193), p. 84; Bergel, Jean-
Louis, Bruschi, Marc y Cimamonti, Sylvie, (n. 193), pp. 111-114; Terré, François
y Simler, Philippe, (n. 193).
180 Carlos Felipe Amunátegui Perelló
311
En efecto, el propio Josserand cita el clásico artículo de Jhering (n. 3) en
traducción, mal interpretándolo en clave de responsabilidad, como fundamento de
su tesis. Josserand, Louis, (n. 196), p. 739.
312
Véanse al respecto, y casi con sus mismas palabras: Hérmard, Joseph,
(n. 193), p. 373; Weill, Alex, (n. 193), p. 125; Bergel, Jean-Louis, Bruschi,
Marc y Cimamonti, Sylvie, (n. 193), p. 115 y Terré, François y Simler, Philippe,
(n. 193), pp. 246 y ss.
313 Planiol, Marcelo y Ripert, Jorge, (n. 192), p. 398; Ripert, Georges y
Boulanger, Jean, (n. 187), p. 326; Weill, Alex, (n. 193), pp. 119-120; Bergel,
Jean-Louis, Bruschi, Marc y Cimamonti, Sylvie, (n. 193), pp. 111-116.
Derecho Civil y Medioambiente 181
316
Por todas reproducimos el considerando sexto de la Sentencia de la Exce-
lentísima Corte Suprema de 9-11-2004 Rol 228-2003 “Danko Antonio Stjepovich
González con Universidad de Antofagasta”.
Considerando Sexto: “El abuso, en general, es un acto calificado por el resultado
y la teoría en que se sustenta está apoyada en un principio fundamental de respon-
sabilidad, o sea, en el ejercicio doloso o culposo de un derecho”.
317 Alessandri Rodríguez, Arturo, (n. 294), t. I, p. 260.
318 Barros Bourie, Enrique, (n. 292), p. 621.
Derecho Civil y Medioambiente 183