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En principio, proceso da cuenta de experiencia.

Por un lado, de experiencia simbólica (el pensamiento, las


ideas). Y, por otro lado, de experiencia material (lo concreto de la experiencia, la práctica concreta).

Por lo tanto, cuando hablamos de aprendizaje y lo calificamos como proceso, vamos a tener en cuenta que para
poder aprender se requiere cierto ritmo, determinado trabajo (que necesariamente también implica tiempo). No
solamente trabajo con las manos, en términos de manipuleo, sino también un trabajo de pensamiento respecto
de las ideas que se ponen en juego en el aprendizaje.

Proceso da cuenta de movimiento. Cuando uno escucha "proceso grupal", esto quiere decir movimiento grupal.
Por otro lado, si pensamos el proceso como un concepto clave que alude a movimiento, luego, el aprendizaje
tampoco es estático. Del mismo modo que la comunicación no es estática. Los grupos no son estáticos. Tienen
movimiento. Ese movimiento se denomina proceso.

Por lo tanto, el aprendizaje no es una relación de causa a efecto, en donde hay uno que enseña y el otro
necesariamente tiene que aprender (sólo porque hay uno que enseña). Así como ponemos la pava arriba de la
hornalla con 100 grados de temperatura y empieza automáticamente a hervir. El aprendizaje no es así. No
necesariamente el docente calienta la pava. Sin embargo, hay determinadas causas que van a producir el
aprendizaje, siempre y cuando el otro, que es el que aprende, tenga deseo (necesidad) de aprender. Por lo
tanto, el alumno no es ni una pava, ni es agua, ni necesita de una hornalla. Son otras cosas.

El proceso del aprendizaje está multi-determinado, no hay una sola causa. En este sentido, el aprendizaje por
causa-efecto está más del lado del aprendizaje tradicional, que sería bastante diferente a la transmisión de
conocimientos en la Psicología Social.

Del mismo modo, el aprendizaje, en términos de proceso, tampoco es una relación de estímulo-respuesta. Por
ejemplo, si viene un médico y me pincha, el nervio, el músculo, responden automáticamente, sin que medie mi
voluntad de que ese nervio o ese músculo se muevan o reciban el estímulo. Ahí no media mi voluntad. Porque
es un acto reflejo. El aprendizaje no tiene nada que ver con eso. Porque se puede estimular a los niños de mil
maneras diferentes, que no necesariamente van a dar una respuesta acorde al estímulo. Es el caso de miles de
chicos que están aprendiendo actualmente en nuestro país, donde las dificultades del aprendizaje no tienen que
ver con que el maestro estimule sino que, justamente, como el aprendizaje está multi-determinado por diferentes
factores, son muchos las causas que influyen en relación a las dificultades en el aprendizaje. Por lo tanto, por
más que se lo estimule, si el niño tiene otras cosas en la cabeza, que hacen a su vida cotidiana, a su relación
con sus padres, con los vecinos, los amigos, el deporte, la televisión, la música, millones de cosas, no
necesariamente vamos a provocar que aprenda simplemente porque se lo estimula.

Esto me parece muy importante para que lo podamos pensar, cómo nos juega en todo caso este concepto de
aprendizaje por estímulo y respuesta cuando encontramos un chico que tiene dificultades en el aprendizaje y se
lo castiga. O se lo controla. O se lo disciplina. Simplemente porque no se obtiene de él la respuesta esperada
cuando, en realidad, hay otras causas que generan estas dificultades. En principio, puede ser también la mala
alimentación. Es algo de lo que nos estamos dando cuenta recién ahora.... Por ejemplo...

El aprendizaje tampoco es una línea permanentemente ascendente, en donde a mayor información, más
aprendizaje. En realidad, no necesariamente la mayor cantidad de información determina (por esto del estímulo-
respuesta, causa-efecto) un mayor aprendizaje. Por lo contrario, el aprendizaje más bien es algo espiralado. Esto
da cuenta de un proceso. El aprendizaje basado en la relación causa-efecto, estímulo-respuesta, no da cuenta
de un proceso. Simplemente es una sumatoria de cosas.

La espiral da cuenta de movimiento. El movimiento se va haciendo en relación a avances y retrocesos. No hay


movimiento que sea lineal, permanentemente ascendente, sino que se puede avanzar, se puede detener, se
puede descender y después del descenso se puede volver a avanzar... Es un proceso.

P.: La línea ascendente sería mayor conocimiento. Al tener una persona mayor información, tiene mayor
conocimiento. Esto no quiere decir que, por tener mayor información, hayamos aprendido.

Exactamente. Tal cual. El ejemplo más claro de esto es si uno mira y escucha todos los noticieros, lee todos los
diarios y revistas y publicaciones. Eso no quiere decir necesariamente que uno esté informado. Después vamos
a ver qué significa eso. Porque, en realidad, esa mayor cantidad de información, si uno la recibe y no la puede
tramitar (aprender) termina siendo finalmente un simple ejercicio donde se apila una serie de ladrillos uno arriba
del otro.

Los invito a pensar no solamente qué cantidad de cosas se conocen, o se aprenden, sino fundamentalmente qué
se aprende y cómo se aprende. Se trata de un modo de conocer el mundo. Y de conocerse uno mismo.
Pensarse en el mundo. Incluido. Situacionalmente. No se aprende en forma estancada. Aprender implica un
proceso, un movimiento. Aprendemos articulando.
Articular significa aprender por saltos cualitativos. Eso quiere decir que la cantidad de información que incorpora
el sujeto se va a transformar en calidad de información. Esto implica un proceso en el que el sujeto pone en
juego las estructuras que tienen que ver con el sentir, el pensar y el hacer e incluye un gran trabajo que el
individuo hace sobre sí mismo.

Salto cualitativo significa un proceso. En el inicio del proceso de aprendizaje se va sumando información. Hasta
que en un momento esta información pasa a tener otro matiz, otro color, pasa a ser pensada de otro modo, de
una manera articulada. Esta información que en un principio era solamente cantidad de cosas, pasa a ser, en un
movimiento ascendente, calidad de cosas.

"...de apropiación instrumental de la realidad mutuamente transformador."

A veces uno tiene registro (y a veces, no) de estos saltos cualitativos. Es el preciso momento en que lo que
hemos aprendido lo transformamos en un instrumento, es decir, nos adueñamos de esa cantidad de información
y la convertimos en un instrumento de cambio. ¿De qué? Primero, de uno mismo, porque el sujeto ya no está en
el mismo lugar del inicio. Y, segundo, del mundo que nos rodea.

Cuando hablo del mundo que nos rodea no me estoy refiriendo a Islandia, ni a Groenlandia. Me refiero al
pequeño entorno que nos rodea, a nuestra vida cotidiana. Por lo tanto, el aprendizaje sirve para transformar la
vida cotidiana y nosotros transformándonos en eso cotidiano. Es lo que le sucede al niño cuando va
aprendiendo. ¿Por qué? Justamente porque va conociendo objetos, a los que manipula, de los que se adueña, y
que pasan a ser también su mundo cotidiano. Tanto es así que si no tiene el osito, o si no está el televisor
prendido, la radio encendida, el pibe no come, por ejemplo. Porque necesita de ese objeto para incorporar y
seguir aprendiendo. Eso implica transformación de la vida cotidiana.

Me estoy refiriendo a transformaciones fundamentalmente en nuestro mundo interno, en términos no solamente


de aprendizaje sino que ese aprendizaje sirva para seguir aprendiendo y que, de alguna manera, critique y
analice nuestro modo de ser en el mundo y también nuestro modo de pensar.

Si el aprendizaje no sirve para criticar, si no es útil para analizar, para cambiar las frases hechas, que dan cuenta
de nuestro propio pensamiento, el aprendizaje no sirve. Si el aprendizaje no es útil para a una persona que
durante muchos años dijo "yo soy así, no hay nada que me cambie", ahí el aprendizaje no es instrumental.
Todos tenemos este tipo de razonamientos. Son frases que dan cuenta de nuestro propio modo de ser en el
mundo y de nuestra manera de pensar y analizar las cosas. Estas frases, vía el aprendizaje, terminan
desarmándose. Se desarman cuando podemos conseguir que lo que estamos aprendiendo se convierta en un
instrumento de transformación. Si no, siguen ahí presentes, exactamente igual como antes.

-Este chico es así y no va a cambiar nunca....-.

-Dejalo, que con él no se puede....-.

-Se parece a tal...-.

-Dejalo, tiene mal carácter, nunca va a cambiar....-.

-No te metas con él....-.

¿Por qué no...? Si el meterse con él implica que él puede cambiar, yo puedo cambiar y aprendemos todos. Y
esta es la transformación del mundo.

El aprendizaje como un instrumento de transformación. ¿De qué manera? Por la vía de la pregunta:

-¿Por qué no me voy a meter con él?-

-¿Por qué se parece a tal?-.

-¿Por qué no va a cambiar?.-.

Preguntas. Indagando... El salto cualitativo se da por la vía de la pregunta. ¿Cualquier tipo de pregunta? No.
Preguntas que abran el campo y que, a su vez, generen otras preguntas. El valor que tiene la pregunta es que
no sólamente permite que aparezca la respuesta, sino que además aparezcan nuevas preguntas.

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