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¿Qué se espera del psicoanálisis y del de la compulsión –aquel que padece de cosas que no quiere hacer

pero que no puede no hacer–.


psicoanalista?*
Entonces, recibimos a este sujeto que padece de algo, que lleva una
Por Colette Soler carga sobre sus espaldas. Hay una posición, un axioma casi, en el
dispositivo que fue inventado por Freud, no por Lacan, por el que
todo el dispositivo le devuelve un mensaje implícito: “tú eres
Hay una cosa que me interroga y que al principio de mi práctica me responsable”. En efecto, un sujeto que llega y que padece de algo que
sorprendió mucho, es el hecho de constatar que algunos sujetos percibe él mismo como extranjero, extraño, ajeno a él mismo... Freud
temen mucho lo que piensan que podrían descubrir en un análisis. Al al principio le invita a hablar, lo que significa: vamos a encontrar la
principio de mi práctica, debo decir, que eso me sorprendía mucho. causa en ti mismo. Y es verdad que esto es violento, es algo que va
Yo suponía que descubrir era una ganancia, pero con el tiempo totalmente a contrapelo de la espera, de cuidado del analizante.
entendí que uno debía tener cuidado, porque quizás, el inconsciente
Entonces, a este sujeto que sufre lo cargamos además, del peso de
del sujeto le puede dar la intuición de que lo que va a descubrir no es
responder. Lo cargamos implícitamente en el dispositivo, –por
tan placentero.
supuesto no le vamos a decir cuando llega “eres responsable” porque
Voy a tomar el problema del lado del analista. Creo que desde el si no se escaparía– (…) Lo que llamo la violencia del acto a la
punto de vista ético, podríamos hacer una definición bastante entrada... algunos sujetos la perciben y no entran, pero generalmente
inquietante de lo que promete el psicoanálisis, ¿Por qué? porque en no se percibe; y creo que no se percibe porque se encuentra
realidad si comprendemos bien lo que llamamos, el acto analítico, encubierta por la transferencia.
podemos decir que hay una violencia del acto analítico (…) Quiero
La transferencia, precisamente introduce al paciente en una cierta
desarrollar un poco este tema, porque creo que es necesario que los
ilusión, en una cierta espera. Voy a precisar lo que defino como
analistas tomen la medida de esto. ¿Cómo se presenta la violencia del
ilusión, no se trata de la eficacia de la transferencia –está claro que
acto analítico a la entrada del análisis? Recibimos un sujeto que sufre,
sin ella no habría análisis–, sino de la transferencia en tanto ella
en todos los casos. Nunca vemos entrar en análisis a un sujeto que no
introduce al paciente generalmente al principio, a la idea de ser
sufre. Siempre se trata de alguien que sufre lo suficiente como para
cuidado, de ser tomado en cuenta. ¿Cuál es quizás la mejor manera
pensar que no puede continuar así y que debe corregir algo, hacer un
de cuidar a un sujeto? Tomarlo en cuenta. Esto es un efecto casi
esfuerzo para corregir algo. Un sujeto que sufre y que padece de
automático. Al principio, basta escuchar a alguien –escuchar digo
cosas sobre las cuales él no puede hacer nada. Puede llegar sufriendo
¿eh?, no dialogar–, es decir acoger su palabra, lo que pueda decir, lo
de cosas que se le imponen, o del lado de la inhibición –aquel que
que sea. Basta esta acogida para que el sujeto se perciba cuidado, a
quiere hacer alguna cosa y no lo logra–, o bien al contrario, del lado
veces el paciente percibe que ha llegado como dicen algunos, “a su
lugar”, “finalmente llego a mi lugar”, “finalmente” se escucha decir... violencia del dispositivo analítico; es decir más empuje a contrapelo si
al principio del análisis. se trata de un análisis. ¿A qué apunta la posición interpretativa? Hay
muchas fórmulas en la historia del psicoanálisis, y lo podemos
Allí podemos leer el efecto de enamoramiento de la entrada. Freud
formular de diversas maneras, podemos decir como decía Freud:
decía que hay una razón estructural que nos permite entender el
revelar el inconsciente, la interpretación apunta a revelar el
enamoramiento de la entrada en análisis. Hay un enamoramiento de
inconsciente, lo que el paciente no sabe.
entrada porque el sujeto tiene la idea de que el analista le da un
espacio que no se encuentra en ninguna parte en la vida, ninguna (…) Entonces, eso también genera una cierta violencia que los sujetos
experimentan más o menos según cada uno. Es violento empujar, casi
En el encuadre de la relación amorosa se intenta desarrollar una
obligar a alguien que no quiere saber... a saber. Y eso no es una
cierta circulación de palabra, pero sabemos bien que cada uno habla
sugestión del discurso común, es un efecto que intentamos producir
su idioma, un idioma sin traducción, un idioma, finalmente, del
realmente.
fantasma de cada uno, de los dos, y no necesita mucho tiempo la
relación amorosa para que cada uno empiece a sospechar que habla Es por eso que Lacan habla –y es algo sorprendente– del horror del
solo... que el otro a pesar de sus esfuerzos, no lo ve, no lo entiende; o acto analítico, del horror frío del discurso analítico. Puede parecer
no la ve, no la entiende. Lo que digo produce risas, pero no es sorprendente, sobre todo cuando hay un gran entusiasmo por el
gracioso, más bien es patético. psicoanálisis.

No es una exageración decir que sólo en el dispositivo analítico se da Creo que aquí hay un gran entusiasmo por el psicoanálisis, más que
el espacio a un sujeto para que desarrolle su palabra. No va más en la vieja Europa. Recuerdo un colega que me decía: “No entiendo
allá…digo que no va más allá, porque el amor de transferencia del qué quiere decir con el horror frío del acto analítico.”
principio disimula el hecho que en el análisis ¡más que en otra parte!,
Se necesita un tiempo de práctica, el analista que empieza no lo
el que escucha no escucha lo que el sujeto quiere decir.
percibe todavía. Porque el psicoanalista que empieza está tomado en
Es decir que hay algo del engaño bajo el encanto de la transferencia. su preocupación para hacer bien lo que debe hacer un analista, y para
El que escucha, el analista, escucha con la perspectiva de verificar que lo puede hacer... se encanta todavía con los efectos
interpretación. Es decir, una perspectiva que intenta captar, cernir, lo terapéuticos y se maravilla en verificar que lo que funcionó para él,
que el sujeto mismo no sabe que dice, no sabe qué significa, y quizás funciona en otro... que hay producción, desciframiento de formación
no quiere significar tampoco. En el transcurso del análisis del inconsciente, producción del inconsciente. Entonces, al principio
encontramos muchas veces, pacientes que pueden decir: ¡pero usted hay algo que quizás disimula... 10 años después, 20, 30 o 40 años
no me entiende! después… se percibe otra cosa.

Hay un hiato entre la intención de la palabra del analizante y la Se percibe donde empuja el dispositivo. Y es así que entiendo la
intención de la interpretación. Esto constituye otra forma de la expresión tan fuerte: “el horror del acto”. Lacan mismo la comentó y
es así que la podemos entender, hablando del hecho que cada sujeto totalmente un desconocido salvo en los ambientes profesionales,
en un análisis debe haber –lo dice así, traduzco– cernido su horror incluso muchos pueden no producir libros, charlas, etcétera, y ser
propio de la castración. No el horror general, sino su horror propio, es buenos analistas en el acto.
decir, como para él, en su singularidad de ser hablante, se presentan
Entiendo al analista como el desecho de la operación, en tanto ese
la castración y la exigencia indomable de goce. Aquí utiliza la frase:
beneficio no se devuelve del lado de su nombre.
“su horror propio”, y considera que haber cernido este punto es una
condición para producir un analista. Y en realidad creo que eso, quizás, es algo más insoportable ahora
que 50 años atrás, o 100 años atrás. Quiero decir, más insoportable
Ahora por supuesto, voy a continuar hablando de lo inquietante del
en el régimen del discurso capitalista actual. Porque no debemos
discurso analítico. Por supuesto, el análisis genera una violencia, para
olvidar –cuando hablamos del sujeto postmoderno, cuando hablamos
obtener algo, y es por eso que creo que el problema del final del
de las nuevas características de los sujetos que vienen a pedir un
análisis, –no en el sentido sólo del momento en el cual se detiene el
análisis– que los analistas pertenecen, al conjunto del discurso
proceso, sino en el sentido del resultado para el sujeto– es algo
capitalista; y que caen de la misma manera, bajo la presión de los
capital para todos los analistas.
valores del discurso capitalista, y los valores del discurso capitalista...
¿Por qué ejercemos esta violencia del acto analítico? Tenemos firmes los conocemos: ¡Éxito en todo! Éxito profesional, amoroso, familiar,
razones, pero que quizás no se perciben antes del final verdadero. competitividad, lucha para mostrarse, lograr aparecer en las pantallas
Creo que se trata del hecho que el acto analítico es el único acto, – de televisión, en los medios; etcétera. Hay un empuje, un cierto sí
después podemos examinar los tipos de acto que existen– del cual el mismo individualista. Y los analistas están bajo el mismo empuje,
beneficio no va al agente del acto. El beneficio del acto es para el quizás eso explique un poco su propensión actual –que no existía
analizante, no para el analista, para el analizante que logra su hace 50 años atrás– a aparecer en todos los periódicos, la televisión y
identidad, lo digo así, su identidad de separación. Al analista que ha los medios para hacerse conocer fuera del ambiente del acto
trabajado a contrapelo, y para eso se necesita un deseo específico analítico. Me lo explico así, porque realmente no se ve bien el
para hacerlo, al final nada le vuelve del beneficio del acto. El beneficio beneficio para el análisis, el beneficio para el discurso analítico de la
es para el analizante (…) Entonces digo que, dejando de lado los publicidad mediática, incluso introduce confusión. Creo que el
productores de la teoría, realmente, en cuanto al acto analítico, el beneficio no es para el psicoanálisis. Me pregunto, al menos, que
agente del acto, el analista cualquiera, es un analista anónimo. No sería sin los analistas que intentan compensar un poco el rigor del
anónimo para sus pacientes, pero anónimo en el sentido de que el acto analítico para soportarlo en un tiempo donde vivimos en un
beneficio del acto va del otro lado, del lado del analizante. Por eso discurso sin trascendencia, es decir, un discurso que no promete nada
hay una frase de Lacan realmente interesante: “El ruido... –quiere que sobrepase los objetivos individuales. Un siglo atrás no era así. Un
decir, el ruido mediático–, el ruido no conviene al nombre del siglo atrás hubo grandes causas colectivas, se prometía la Revolución,
analista”. Creo que apuntaba a este punto, un analista puede ser se prometía el hombre nuevo. Bueno, al final... no fue un éxito pero
las subjetividades eran llevadas por grandes esperanzas que
sobrepasaban los intereses individuales, podemos pensar que era una
gran ilusión quizás, pero sin embargo, la gran ilusión llevaba a los
sujetos. Hubo otras épocas donde era la religión que llevaba a los
sujetos con objetivos, perspectivas, no reducidas al sí mismo
individual.

Ahora, el discurso analítico no puede más que llevar a cada uno a


ocuparse lo mejor posible de sus cosas, como dicen los analizantes:
“A cada uno sus cosas”.

Soportar el rigor del acto analítico en este ambiente del discurso, me


parece, realmente bastante difícil, y entonces, cuando pienso en el
porvenir del psicoanálisis, considero que no pasa por la amenaza de
ver desaparecer los analizantes. Creo que la amenaza más grande
sería ver desaparecer a los sujetos que quieren sostener el acto
analítico tal como es: con su rigor en nuestro tiempo.

Y creo que si hay analistas, es decir si hay todavía sujetos que quieren,
que aceptan esta predicación... analizantes habrá. Porque la
transferencia tiene su razón fundamental en la estructura del
lenguaje y en la existencia del analista.

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