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Luria, texto 1:
2) La conducta del hombre no se ve manejada por la impresión directa de las cosas o de las
situaciones, el hombre ve más allá del contexto, interpreta cosas de situaciones más allá de lo que
es visible, abstrae, etc. Por ejemplo, el hombre no tomará de un pozo de agua envenenada si sabe
que está envenenada.
3) A diferencia de los animales, que solo tienen dos fuentes de proceder, lo hereditario en los genes
y lo que ganan en la experiencia individual, el hombre puede transmitir conocimiento por medio de
la enseñanza.
Según el idealismo, los animales son máquinas que no tienen alma ni consciencia, mientras que los
hombres sí, esto es representación del dualismo.
La ciencia histórica, marca dos factores que nos llevaron de ser animales a ser hombres, el primer,
el trabajo social, que lo podemos ver en los grupos humanos que afilaban las piedras para hacer
armas, pues esto era pensando en efectividad más que en un acto inmediato.
El segundo factor, es el lenguaje, sistema de códigos de los cuales se designan los objetos del mundo
exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos.
Por más elaborado que sea, el lenguaje de los animales no designa nunca objetos, ni destaca
acciones o cualidades de los mismos, por ende, no es lenguaje en el verdadero sentido de la palabra.
Se teoriza que el lenguaje empezó en el ambiente de trabajo de los seres humanos cuando eran
cavernícolas, pero solo se podían entender las en ese entonces “palabras”, cuando eran utilizadas
en el contexto y en el preciso momento en el que sucedían las cosas, acompañadas de determinadas
acciones o gestos.
La aparición del lenguaje introdujo tres cambios en la parte consciente del hombre:
Hay muchas teorías de cómo se originó el lenguaje, la teoría del guau-guau (empezó con
onomatopeyas, imitaciones de sonidos naturales) teoría del ay-ay (Origen desde las
interjecciones, sonidos que vienen desde las emociones, dolor, ira, angustia) teoría ahhh-úh (El
lenguaje vino de los sonidos que hacían los humanos en el momento de esfuerzo físico o del
trabajo), entre otras.
Hay dos tipos de teorías de la aparición del lenguaje, una que apoya que este hizo su debut de
manera temprana y otro que lo hizo de forma tardía. Autores como Pinker, dicen que el lenguaje
empezó a desarrollarse hace cinco millones de años aproximadamente, otros creen que el
lenguaje empezó a aparecer hace dos millones de años. Hay evidencia científica de que los
cráneos de hace dos millones de años, tenían un área de Broca similar al actual.
Corballis cree que la comunicación empezó como lenguaje de señas, con las manos, para luego
pasar a ser lenguaje acompañado de sonidos. El hecho de que el lenguaje comparta conexiones
neuronales con el sistema motor, apoya esta teoría.
En el mismo grupo de la aparición tardía, autores como Bickerton, piensan que el lenguaje hizo
aparición de forma abrupta, no de forma gradual.
Para los teóricos “tempranos”, el lenguaje se dio por medio de la selección natural, permitiendo
a aquellos que dominaban las palabras, trabajar mejor en equipo, emplear las manos para
maniobrar las herramientas y no para hacer gestos con las mismas.
Los animales, aunque no cuentan con las 3 características previamente descritas, tienen una
comunicación exitosa, por ejemplo, las abejas se comunican por medio de un “baile” para hablar
de las flores, sus posiciones, etc.
Los animales se pueden comunicar por medio de comunicación química y olfativa, que es un
tipo de comunicación más lenta pero que dependiendo del ambiente, perdura más que otros
tipos de comunicación. La comunicación visual, exhibe características que pueden ser
estructurales (las plumas de un pavo real, el tamaño de la cornamenta de un ciervo) o
conductuales (la danza de las abejas). Finalmente, está la comunicación acústica, que se
transmite por medio se vibraciones, sonidos u ondas en el agua.
La comunicación de los animales puede ser simbólica, como se ejemplifica en los monos vervet,
donde tienen diferentes conductas según el tipo de depredador que se aproxime.
Los animales que advierten cosas con señales, tienden a sobrevivir o a obtener una recompensa.
Se puede determinar qué tan informativa es una señal, dependiendo de qué tan informativa es,
por ejemplo, si cada vez que se hace determinado sonido, este se relaciona con la aparición de
un depredador, qué tan específica es, por ejemplo, los suricatos hacen un tipo de sonido para 3
tipos de aves, mientras que para los mamíferos en general, hacen un solo tipo de sonido, siendo
el primer ejemplo, el de la especificidad. Por último, depende también de qué tan intencional
es.
Hay 3 leyes del desarrollo del sistema nervioso, la primera ley consiste en la observación del
paso a las funciones hacia arriba. Aquellas funciones que, en estadios iniciales, se realizaban en
centros inferiores del cerebro, ahora se realizan en centros superiores.
Al principio, los bebés tienen movimientos que, si se presentaran en la adultez, serían vistos
como algo anormal, como una enfermedad, algo patológico. Esto se debe a que esos
movimientos son realizados gracias a los centros inferiores, mientras que, en la patología, es
por una alteración de los centros inferiores y superiores.
La segunda ley nos explica cómo se da el paso de los centros inferiores a los superiores. Durante
este paso, los centros inferiores no se separan completamente de las funciones que antes
controlaban, sino que se conservan como una instancia subordinada a la actividad de los centros
superiores. Los centros inferiores antes eran independientes, hacían el 100% de las funciones,
luego, pierden esa independencia y pasan a hacer parte de una unidad. Los centros superiores
no solo ayudan a realizar las funciones, sino que también pasan a dirigir y regular a los inferiores.
En este paso de centros inferiores a superiores, las funciones también cambian, se vuelven más
complejas y se enriquecen.
La tercera ley consiste en que, si por alguna razón hay alguna lesión o anomalía en los centros
superiores, las funciones regresan a los centros inferiores, lo que nos hace ver a las patologías
como una regresión, pero la diferencia está en que, en los niños, la incapacidad para hablar o
caminar se ve en cierta edad, debido a que están en proceso de maduración. En las personas
con lesiones o patologías, sus centros superiores no están madurando, están degradándose o
eliminándose. Estéticamente, ambos casos son parecidos. Dinámicamente, no.
Según Vigotsky, esta ley es errónea, pues hay casos en los que, las funciones no pasan de centros
superiores a inferiores, sino que el centro superior sigue haciéndose cargo de la misma, con la
excepción de que, ahora las vías por donde se llevaba a cabo la función, cambian.
Las lesiones o enfermedades como la encefalitis en el niño, le dan más dificultad a este para
hacer cosas más elaboradas o complejas, pero todo lo que sabía antes de la encefalitis se
mantiene, mientras que las cosas simples y básicas, se vuelven difíciles para el adulto, es decir,
en los niños se afecta más el centro superior y en los adultos el inferior.
Gall fue el primero en intentar localizar atributos psíquicos en distintas partes del cerebro,
“substrato de las distintas facultades mentales, son pequeñas zonas del tejido nervioso de la
corteza cerebral que sobrecrecen al desarrollarse dichas facultades”. De aquí salió la frenología,
eso de que, dependiendo del tamaño de cierta parte de la cabeza de un humano, se pueden
determinar sus facultades.
Esto se derrocó, pues con el tiempo, distintas lesiones en muchos lugares del cerebro,
provocaban afasias parecidas o tenían consecuencias iguales. Esto hizo que, se atribuyeran las
distintas funciones al trabajo del cerebro en conjunto y no localizadas en sitios limitados. Este
movimiento fue denominado como “Antolocalizacionismo”.
Es gracias a este bloque que podemos seleccionar acertadamente las señales básicas, elaborar
programas de conducta y el control permanente de su cumplimiento.
Pavlov: Los procesos que ocurren en una corteza normal se subordinan a la “ley de la
intensidad”, un estímulo fuerte suscita una reacción vigorosa y más estable, uno débil, provoca
una reacción menos acusada y su pauta se extingue o frena. Esta ley es indispensable para
ejecutar cualquier tarea de selectividad organizada, excitación, el orden de los sistemas
informativos, y un comportamiento estable.
Zonas relevantes en este bloque: Zonas superiores del tronco del encéfalo, es decir, tálamo
óptico, hipotálamo y la formación reticular.
Integrado por los aparatos de las zonas anteriores de los hemisferios, y regido por las zonas frontales
del cerebro.