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El libro
de la Dinastía de Bambú
Con este libro, José María Zonta obtuvo el premio único del Concurso Iberoameri
cano de Poesía “Entreversos”, en su primera edición, convocado por la Fundación
Mar Azul en 2015. El jurado estuvo integrado por Gioconda Belli, Armando Rojas
Guardia y Antonio Gamoneda.
c o le c c i ó n le t ras
poesía
José maría zonta
El libro
de la Dinastía de Bambú
Frontispicio, de
Antonio Gamoneda
Alfredo Del Mazo Maza Wilmer José Ruperti Perdomo
Gobernador Constitucional Presidente de la Fundación Mar Azul
Comité Técnico
Alfonso Sánchez Arteche, Félix Suárez,
Marco Aurelio Chávez Maya
Secretario Ejecutivo
Roque René Santín Villavicencio
ISBN: 978-607-495-588-0
Impreso en México
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio
o procedimiento, sin la autorización previa del Gobierno del Estado de México,
a través del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal.
Frontispicio para El Libro de la Dinastía de Bambú.
Pido al poeta Zonta que me instruya en las lenguas
del cerezo y de los crisantemos. Zonta no puede.
Zonta calla. *
Zonta:
he esperado muchos días a que tus palabras floreciesen. No sufrí
la tardanza; en el tiempo de los frutos pudo haber transcurrido
un sólo segundo,
Escuché al cerezo en este tiempo, escuché su rumor: el cerezo estaba
madurando. No advertí ningún mensaje; desconozco las
lenguas que se hablan bajo nuestros pasos.
Debes ayudarme: he de comprender al cerezo. Tú deseabas ser una
palabra; quizá lo has logrado: ¿eres ya el cerezo y hablas su
lengua?
Zonta, me hablas, tratas de instruirme y yo te escucho, pero tus jui-
cios se desvanecen antes de reunirse con mis juicios.¿Qué
es esto, Zonta? Piensa esta desventura.
En los bosques de mi país, las torturadas raíces, los oxidados vásta-
gos y los frutos suculentos mienten unánimes. No es posi-
ble leer las hojas que caen girando al sotobosque.
* Las palabras y frases que aparecen en letra cursiva están tomadas del libro que se dice en
el título y su autoría es la de José María Zonta. A causa de su colocación en un contexto literal
y rítmico distinto, puede haberse dado necesidad de adoptar para ellas variantes morfológi
cas o sintácticas y, en menos ocasiones, sinónimos. Esto se ha hecho con respeto, cuidando
no alterar el sentido usual ni la función poética advertidos en la fuente.
[7]
Ciertos días, la mentira creciente oculta el rostro de las madres. Yo
he nacido en esta costumbre y no puedo creerte: estoy po-
seído por la extrañeza.
Si tu pensamiento fuese el mío, si yo no pudiese distinguirme de
ti, sabría decirme cada noche cómo los vencedores de Yang
Sei le convirtieron en un crisantemo para que fuera inofensivo;
sabría también del gran crisantemo blanco que, cierto día,
en el Palacio Potala, confesó que él era el que había de florecer
en la tumba de Hui Tse y estaba esperando a que Hui Tse muriese.
Yo deseo conocer estas leyendas tan crueles y bellas, quizá ciertas
también, pero sus palabras se detienen y enturbian en mí
como el agua de un arroyo que no puede ir más allá en el
cauce de una acequia pedregosa.
Zonta: ¿qué mundo tiembla bajo los crisantemos?
Herberto Helder, agonizando en Cascais, me avisó de una jarra de
crisantemos transparentes que temblaba en la oscuridad;
yo no debía pronunciar su nombre porque mi boca se con-
vertiría en una llaga.
¿Qué hacer en esta incertidumbre, en la incertidumbre de los
crisantemos?
Tú conoces la incertidumbre; tú mismo lo has dicho: recuerdas vaga-
mente un viaje a través del Universo para llegar a esta mesa y a
esta taza de té.
Yo también recuerdo un largo y ciego viaje; desconocía mi destino.
Ahora he llegado a tu casa y me has sentado a tu mesa.
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Estoy en paz en tu casa: me has ofrecido té de jazmín. Mi paz será
aún más grande si me permites escuchar la música que
cabe en un crisantemo; tú eres hospitalario.
Pero no todavía: debo preguntarte por la virtud de los crisantemos.
¿Es cierto que el sonido que fluye del marfil invisible depara gemi-
dos que nadie exhala, espantosos enjambres de mínimas
incesantes bestias desprovistas de naturaleza y de sombra?
¿Y tú ibas a abrirme las puertas de la incertidumbre?
No, Zonta, recuerda la agonía de Herberto. Sé hospitalario más
simplemente; ahora sé que sólo deseo la paz infusa en el
té de jazmín. Puedes ofrecerme si quieres la transparencia
de tu espíritu o el sosiego de tus venas.
Pero, Zonta, te hablo de la gentileza de tu espíritu, presumo que
tus venas laten tan suavemente como los profundos pisti-
los, y enmudeces. Recuerda que la primera orden de Huan
Xun fue que se abriesen las flores de loto. Si amas al emperador,
háblame.
Tus palabras deben entrar en mí, extender sus raíces y crecer como
un gran magnolio pensativo; yo seré una palabra y tú habrás
creado mi lengua, mi conciencia.
Si esto no sucede será mi llanto el que crecerá y se extenderá; no
prosperará el magnolio sino mis lágrimas, y esto será un
brevísimo instante; un instante tan breve como el que cesa
cuando la rama cede el último durazno;
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y al agotarse la brevedad no habrá en mí otra existencia que el olvido.
Háblame, Zonta: debo aprender sin tardanza la lengua de los
crisantemos.
Antonio Gamoneda
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Taoísmo y poesía
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Taoísmo es tanto una religión como una filosofía, escribí este libro
siguiendo la filosofía taoísta. Este libro es una tesis después de
haber estudiado durante años distintos conceptos del Taoísmo, es
como una graduación universitaria sin licenciatura, sin doctorado.
Que éste obtuviera un premio internacional no lo hace más hondo,
ni más cierto.
Tiene la hondura y la verdad de la búsqueda. Antes de
escribir este libro me puse a buscar, inicié un camino, y cuando
sentí que había llegado en ese recorrido a un pozo, me detuve,
y comencé a escribir. Este libro es la búsqueda de una esfera
espiritual,sin exclusiones, sin enfrentamientos con otras esferas
espirituales occidentales. Cada quien busca su manera de bajar la
fruta del árbol. Este libro es una estación en el recorrido.
No es casual que este texto esté predominado por las
palabrasbúsqueda y camino. No debería haber dogmas en la
Vida, en el Arte, en la Poesía, pero sí creencias, porque son tierra
fértilpara sembrar lo que fuimos, lo que somos, y cosechar lo que
seremos. He tratado de descubrir un sendero para que Maestros
taoístas como Lao Tse, Chuang Tse y Lieh Tse caminen, hablen,
se emocionen. Y ese sendero es también el lector, la otra punta
del hilo de la comprensión. El lector es la brisa que acompaña a
la flecha que busca el entendimiento. La Poesía es búsqueda, no
es decisivoencontrar, pero sí es útil saber qué se está buscando. A
veces el poema es la búsqueda de su última palabra, la que ilumina,
la que en vez de cerrar el poema, abre la comprensión. Creo que la
Poesía no debe aleccionar, sino proponer. La Poesía no es el poder
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del poeta, sino el creer, el conocer, el saber, incluso el dudar. En el
Taoísmo y en la Poesía la palabra es la piedra que cae en el lago
y crea ondulaciones. El poema es la hoja que cae porque ella y el
árbol comprenden que ha llegado la hora del desprendimiento. Y el
lector es el suelo donde se hunde la hoja y germina. Poeta –poema–
lector no es una ecuación, es un trayecto, el poeta es la oruga, el
poema la crisálida y el lector la mariposa.
El resto, es volar.
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A Dalí Zonta Blandino,
el paso de los siglos reforzará tu luz
El libro de la Dinastía de Bambú
Para alguien sin amor al prójimo,
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Wu Zetian
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La Dinastía de Madera ha gozado de mil generaciones de felicidad.
Y una mañana del tamaño de un melocotón, un grillo de madera
revela la entrada de Zhao, la primera termita.
El Emperador de Madera sale con su Corte y su ejército infinito
a dialogar con la Termita Zhao,
quien acampa alrededor de ella misma
junto al Río Amarillo, y devora plácidamente dragones de madera,
tigres de madera y crisantemos de madera.
El Emperador se emplaza a una distancia prudente.
—¿Qué buscas, Termita Zhao?
—Busco mi desayuno, Señor.
—¿Y cuánto tiempo te llevará desayunar?
—Mil generaciones, Señor.
Las corazas de los guerreros se estremecen.
—No te preocupes, Señor, sólo comeré a quienes te hayan mentido.
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Orogénesis
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Táorén
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El Emperador Gaozu construye dos graneros:
en el pequeño guarda doscientas mil cosechas de trigo,
en el grande guarda un grano de trigo.
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Llovizna sobre Chang’an
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Montaña Hua Shan
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El pájaro anfibio de Xuanzong
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La mirada de Bai Juyi
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Las ramas se encuentran con los pájaros que se posan sobre ellas.
Hsüeh T’ao
31
Proximidad en Luoyang
32
La casa del sutra de papel
33
Astros en Sichuan
34
El tao del alma de bambú
Invierno repentino en Hui Tse
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Chuang Tse y la brisa
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El Mandato Celeste mira a través de los ojos de nuestra gente.
Mencio
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Ssu Ma Chien y la existencia
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Laozi Huahu Jing
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Su canto me llama desde un remoto desierto.
Ch’in Ch’ang Su
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La brisa en el bosque de bambú de Shunan
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El tao femenino
47
Li Shi y el delirio
48
El principio de territorialidad celeste en Quingming
49
En el ala norte de la ciudad prohibida
50
Cítara de siete cuerdas
51
Mutabilidad de Wu Zetien
52
Li Shi responde al emperador Qi
53
Li Shi no ha dicho su última palabra
54
El tigre de Lieh Tse
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Me desabrocho el fino vestido de seda.
Li Qingzhao (1083)
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Las sandalias de Diaochan
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Muy lejos, en las sombras, oigo que alguien llama.
Sin esperanzas respondo: “Sí”.
Anónimo (Seis Dinastías)
Yang Guifei pasaría por una tejedora de seda de no ser por la niebla
de la montaña Hua Shan.
Ha comprendido que sus posibilidades de sobrevivir al invierno
pasan por aprender el idioma del frío.
Ha comprendido que la dignidad de la estrella
es la misma que la de la luciérnaga.
Ha comprendido que el amor es un punto amarillo en el mapa
que titila.
Entonces se ha comprendido a sí misma,
ahora puede gobernar su travesía.
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Niu-Kua
59
La gallina de Bai Juyi
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Lao Tse escucha el latido del pájaro hogareño
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10.000 Li
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El tao de las hojas que caen
65
*
66
*
67
*
Ahora que ya no tengo tiempo, puedo hacer mis tareas con calma.
68
*
69
*
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El tao de los cinco movimientos
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Qui Long I
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Zhu Que II
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Huang Long III
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Bai Hu IV
77
Xuan Yu V
78
Montaña Heng Shan en Shanxi
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Montaña Tai Shan
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Montaña Heng Shan en Hunan
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Montaña Song Shan
82
Montaña Hua Shan
83
Rehén en el estado de Zhao
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Meng Tian y el jardín
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El octubre de Qin
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El gorrión de Gong Li
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La eternidad de la primavera
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Marco Polo
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La música de Lei Gong
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No permitas que te atrapen los dragones acuáticos.
Du Fu
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La oración roja e invisible de Longxing
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Aguas termales de Shenhsi
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Yuandao
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El pez de Lieh Tse
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Chuang Tse soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Chuang Tse
que había soñado que era una mariposa
o si era una mariposa y estaba soñando que era Chuang Tse.
Chuang Tse
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El tao de la despedida
Mao Qiang y Li Ji son lo que la gente considera belleza,
pero si los peces las ven se hunden en las profundidades.
Chuang Tse
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Alejados, siempre alejados, mi historia y yo
nos desvaneceremos juntos así.
Tao Yuanming
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También verde es el monasterio
que está junto al bosquecillo de bambúes.
Liu Chang Ching
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Su cuerpo, liberado de ataduras,
descansa como una nube flotante.
Li F’eng
102
El grillo de la Dinastía Tang
103
Meng Zi y la gota de abeja
104
Viento propicio y lluvia oportuna
105
Últimos días de He Xiangu
106
Danza en el monasterio colgante
107
Bosque de álamos de Luntai
En el bosque Luntai, Lao Tse encuentra una oración, doblada, sin usar.
Evidentemente se extravió antes de enviarla a los dioses.
Lao Tse la desdobla
y se entera de que es una oración a favor de que Lao Tse
no encuentre lo que busca.
108
La vida sin días en Daxing’an
109
Observación de Meng Tian
110
Du Fu, ante la tumba de Li Tai Po
111
Las palabras deben siempre detenerse ante lo que el entendimiento ignora.
Chuang Tse
112
Índice
7 Frontispicio, Antonio Gamoneda
11 Taoísmo y poesía
21 Derribo la pared...
22 Wu Zetian
23
24 Orogénesis
25 Táorén
26
27 Llovizna sobre Chang’an
32 Proximidad en Luoyang
33 La casa del sutra de papel
34 Astros en Sichuan
El tao de l a l ma de bambú
El tao fe me ni no
47 Contemplación de Li Shi
48 Li Shi y el delirio
49 El principio de territorialidad celeste en Quingming
50 En el ala norte de la ciudad prohibida
51 Cítara de siete cuerdas
52 Mutabilidad de Wu Zetien
53 Li Shi responde al emperador Qi
54 Li Shi no ha dicho su última palabra
55 El tigre de Lieh Tse
56 Soy hermana de las Cinco Montañas...
57 Las sandalias de Diaochan
58 Yang Guifei pasaría...
59 Niu-Kua
60 La gallina de Bai Juyi
61 Lao Tse escucha el latido del pájaro hogareño
62 10.000 Li
65 El acantilado es un cuenco...
74 Qui Long I
75 Zhu Que II
77 Bai Hu IV
78 Xuan Yu V
79 Montaña Heng Shan en Shanxi
80 Montaña Tai Shan
81 Montaña Heng Shan en Hunan
82 Montaña Song Shan
83 Montaña Huan Shan
El tao de l a de s pe di da
99 La emperatriz comienza...
100 El emperador convoca...
101 La Dinastía de Bambú...
102 La Montaña Tai...
103 El grillo de la Dinastía Tang
104 Meng Zi y la gota de abeja
105 Viento propicio y lluvia oportuna
106 Últimos días de He Xiangu
107 Danza en el monasterio colgante
108 Bosque de álamos de Luntai
109 La vida sin días en Daxing’an
110 Observación de Meng Tian
111 Du fu, ante la tumba de Li Tai po
112 Yang Guifei detiene...
El libro de la Dinastía
de Bambú, de José María Zonta, se ter
minó de editar en octubre de 2017. Para su for
mación se usó la tipografìa Borges, de Alejandro Lo
Celso, de la fundidora PampaType. Concepto editorial: Félix
Suárez, Hugo Ortíz, Juan Carlos Cué y Lucero Estrada. For
mación y portada: Esmaragdaliz Isbeth Villegas Pichardo. Cui
dado de la edición: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez y el autor.
Editor responsable: Félix Suárez.
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