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Qué son Articulaciones

Las articulaciones son los tejidos anatómicos que facilitan los movimientos mecánicos, aportan
elasticidad y sirven de unión entre huesos, huesos y cartílagos o entre el tejido óseo y los dientes.
Las funciones principales de las articulaciones son mantener unidos los huesos del esqueleto y de esta
manera facilitar el movimiento del cuerpo, por ello, podemos caminar, sentarnos, correr, hablar, elaborar
cosas con las manos, entre muchas otras actividades.

Por tanto, las articulaciones, en conjunto con otros tejidos importantes, permiten los movimientos del
cuello, de las rodillas, de los brazos y hombros, de los dedos de manos y pies, de la cadera, entre otros,
con excepción de los huesos que forman el cráneo, que aunque estén conformados por articulaciones, su
movimiento es casi nulo.
Síntomas

Los signos y síntomas más comunes de la artritis comprenden las articulaciones. Según el tipo de artritis
que tengas, los signos y síntomas pueden incluir lo siguiente:

 Dolor

 Rigidez

 Hinchazón

 Enrojecimiento

 Disminución de la amplitud del movimiento


Causas
A día de hoy no se conocen con exactitud las causas que producen la artrosis, pero existen algunos factores de
riesgo asociados a su aparición:
 Edad: aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años.

 Sexo: afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.

 Genética: puede ser también una enfermedad hereditaria. En concreto, la herencia genética en el
desarrollo de la artrosis puede llegar a ser hasta de un 65 por ciento.

 Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares puede llevar, a largo plazo, a la
sobrecarga articular. Por eso, determinadas actividades laborales (peluqueras, albañiles, etc.), pueden
provocar la aparición de artrosis.

 Actividad física elevada: los deportistas de élite tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

 Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos que se produce con la llegada de la


menopausia es uno de los factores de riesgo para su desarrollo.

 Obesidad: no parece participar en el desarrollo de artrosis, pero sí que puede agravarla en determinadas
articulaciones como las rodillas.

 Traumatismos: fracturas y lesiones pueden ser un factor desencadenante.


Los dos tipos principales de artritis, la artrosis y la artritis reumatoide, provocan daños en las
articulaciones de distintas formas.

Artrosis

La artrosis, el tipo más frecuente de artritis, consiste en el daño por desgaste de los cartílagos de la
articulación (el recubrimiento rígido y resbaladizo en los extremos de los huesos). El daño acumulado
puede provocar que los huesos se desgasten entre sí, lo que causa dolor y restricción del movimiento. Este
desgaste puede ocurrir a lo largo de muchos años o puede acelerarse debido a una lesión o infección de
las articulaciones.

Artritis reumatoide

En la artritis reumatoide, el sistema inmunitario del cuerpo ataca el revestimiento de la cápsula de las
articulaciones, que consiste en una membrana dura que encierra todas las partes de las articulaciones. Este
revestimiento, conocido como «membrana sinovial», se inflama y se hincha. El proceso de la enfermedad
puede finalmente destruir el cartílago y el hueso dentro de la articulación.
Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la artritis comprenden:

 Antecedentes familiares. Algunos tipos de artritis son hereditarios, por lo que es probable que
contraigas artritis si tus padres o hermanos tienen este trastorno. Tus genes pueden hacerte más
vulnerable a los factores ambientales que pueden desencadenar artritis.

 Edad. El riesgo de muchos tipos de artritis, entre ellos la artrosis, la artritis reumatoide y la gota,
aumenta con la edad.

 Sexo. Las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de contraer artritis reumatoide,
mientras que la mayoría de las personas que tienen gota, otro tipo de artritis, son hombres.

 Lesión articular previa. Las personas que se han lesionado una articulación, tal vez mientras
hacían deporte, con el tiempo tienen más probabilidades de contraer artritis en esa articulación.

 Obesidad. El peso extra fuerza las articulaciones, en especial las rodillas, caderas y espina dorsal.
Las personas obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis.
Complicaciones

La artritis grave, especialmente si afecta las manos o los brazos, puede dificultar que realices las tareas
diarias. La artritis de articulaciones que soportan peso puede impedirte caminar cómodamente o sentarte
erguido. En algunos casos, las articulaciones pueden torcerse y deformarse.

Tratamientos

El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor y la incapacidad funcional sin provocar
efectos secundarios.
Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el primer paso que deben dar los especialistas es enseñar a los
pacientes a evitar todo lo que contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos
repetitivos, actitudes inadecuadas en el trabajo, el calzado, los útiles de cocina, el mobiliario, etc.
En segundo lugar, se aconseja que cada paciente tenga una tabla de ejercicios personalizada y adaptada que
deberá realizar bajo la supervisión del fisioterapeuta para mejorar el curso de la enfermedad.
Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo decidirá el tratamiento farmacológico adecuado para
cada caso:

Antiinflamatorios y/o analgésicos


En la fase más aguda, el dolor aumenta mucho a causa de la inflamación de la zona afectada. Llegados a este
punto, puede ser necesaria necesaria la prescripción médica de antiinflamatorios y/o analgésicos para reducir la
hinchazón de la zona y así calmar el dolor.

Medicamentos condroprotectores
Son los únicos medicamentos específicos para tratar la artrosis a largo plazo porque actúan directamente sobre la
articulación afectada. No sólo alivian el dolor y mejoran la movilidad, sino que se está demostrando que tienen
capacidad para atacar la enfermedad de raíz, ralentizando el deterioro de la articulación. Entre ellos encontramos
fármacos como el condroitín sulfato, el sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.

En 2015, The Cochrane Library publicó una revisión sobre condroitín sulfato que confirma la eficacia y
seguridad de este fármaco en el tratamiento de la artrosis. Las conclusiones evidencian que los pacientes tratados
con condroitín sulfato presentaron una mejora del dolor y de la capacidad funcional estadísticamente
significativa y clínicamente relevante frente a placebo, demostrando además ventajas de seguridad.

Cirugía
Si el paciente se encuentra en un estadio final de la enfermedad los especialistas recomiendan como opción
terapéutica la cirugía protésica.

Otros datos

Pronóstico
Aunque esta enfermedad no es muy grave, sí disminuye significativamente la calidad de vida de los pacientes.
De hecho, su pronóstico difiere bastante dependiendo de la articulación que esté afectada y la evolución de la
patología.
Además, factores como el diagnóstico temprano y las medidas de prevención articular pueden contribuir
a ralentizar el desarrollo de la artrosis.
En términos generales, la SER explica que la evolución de la patología es lenta y progresiva.

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