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Curso Introducción al Periodismo

Alumno Ricardo Ruiz I-A

Fernando Gallardo, una vida en la consecuencia.

“Dónde hay una empresa de éxito, alguien tomó


alguna vez una decisión valiente”
P.Drucker.

“La peor derrota de una persona es cuando


pierde su entusiasmo”
H.W.Arnold.

“Mi generación es una generación con bastantes historias que contar y que ha
vivido una situación muy intensa tanto nacional como internacionalmente”.
Al escucharlo transmite su vehemencia, su determinación, su afán de “buscar un
sueño imposible” como en “El Hombre de la Mancha”, dónde su Sancho Panza fue
inolvidable.
“Muy cálido, muy emotivo, muy caballeroso y de mal genio”, es lo que dice Iván,
su hijo cuando a través del video nos acerca al hombre, al padre, más allá del actor.
Lo vemos de cara cordial, muy delgado respecto a la imagen impresa en nuestras
retinas, lentes grandes que enmarcan ojos risueños bajo unas pobladas cejas, nariz
significativamente prominente y algo bulbosa, de no gran estatura, contrariamente a lo que
se agiganta en los escenarios y la pantalla.
Con cuarenta años de vida artística a cuestas, (“por el 73 yo lo entrevisté pero él
no se acuerda de mí”, nos confidencia la moderadora), este técnico mecánico que alguna
vez trabajó en Famasol, rememora exultante el momento cuándo en el Teatro Municipal y
desde una alta localidad, vió actuar a Marcel Marceau, “lo que provocó el cambio en mi
vida; hacer maravillas con historias sencillas, con humor en silencio, me permitieron bailar
en la cuneta; la vida valía la pena, lo que no sentía con la máquina; esto me llena de
esperanza y cambia mi futuro”.
Va recordando sus juveniles años de ideales comprometidos, especialmente con
ideales de justicia conversados con un entonces también joven Víctor Jara, en el casino de
la Universidad de Chile: “la bohemia chilena compartía vino con vehemencia, sin
complejos, con el derecho que todo el mundo podía decir lo que se le antojaba”.
A lo largo de su conversación, el animal político tiende a expresarse más a
menudo de lo que se lo permite la cultura domadora. Sin ambages cuenta su filiación al
Partido Comunista desde tempranamente en su vida, ( rememora la anécdota con la actriz
Gloria Münchmeyer sobre el término consecuencia ).
A pesar de sus fantasmas políticos, también se permite entender muchas ideas,
como sus estudios bíblicos en una escuela presbiteriana y dónde la contradicción
permanente “fue muy enriquecedora”.
Aunque continúa una labor de dominancia de la materia con precisión casi
artística en los talleres, deja también lugar a los sueños trastornando sus funciones en la
empresa: “así empecé a acercarme al bichito del teatro”. Para él, en la técnica del dominio
escénico, se comprende los fenómenos de los conflictos de la humanidad en su devenir.
El destino, de la mano de la historia, lo lleva hasta las puertas de la Escuela
Superior de Teatro en Babelsberg, Alemania, y desde entonces como director teatral,
dramaturgo, actor de cine y teleseries, ha mostrado su versatilidad, pasión y especial
identificación con el hombre sencillo, con el hombre de pueblo, sufriente y esperanzado,
también alegre y resignado, como uno de los maestros de “Carrascal 4000”, del que es
autor, hasta el pionero e innovador desnudo de “Los Sinvergüenzas”, bajo la dirección de
Liliana Ross en las tablas nacionales.
Conoce de teatro, vive la actuación, pero su sentido crítico va desde el inicio de la
publicidad en la TV hace ya algunos años de forma soterrada por parte de un popular
animador, matando así el espíritu universitario, hasta el actual Fondart porque “crea artistas
serviles, inútiles que le dan en el gusto a los funcionarios sin ninguna revolución de ideas ni
cuestionamientos”.
Así dentro de una extensa filmografía donde destacan las “Historias de Fútbol”,
“El Chacotero Sentimental”, “Chilean Gothik”, “Monos con navaja”, “Angel Negro”,”Los
Chanchos”, (aún inédita y dónde rayando en la locura, ya que un equipo generador de luz
de las Cristalerías Chile se transforma en un kafkiano submarino, con la fantasía
pseudobélica de su argumento y dónde todos los actores trabajan gratis ), hasta su
participación en Teleduc, la teleserie “Fuera de control”, sus recordados “Cachencho” y el
“Mañungo”, a quienes vistió con todo el espíritu y la humanidad del niño chileno, llenos de
ternura, ocurrencia y picardía, y con argumentos que conquistaban, este actor nominado
como el mejor en 1975 por la prensa, premio APES 2000 como mejor actor y teniendo una
nominación a los premios Altazor, ahora desarrolla vivencialmente su más logrado drama:
la lucha contra el Cáncer.
“Ha cambiado toda mi filosofía de vida, nunca pensé que había tanto cariño, me
he sentido muy respetado. He superado lo de la enfermedad, estoy absolutamente
controlado, no hablo de ello y ya lo tengo asumido.¡¡Hay Fernando para rato!!”
Mirarlo y comprender que este hombre sensible, que enseñaba a los noveles y
esperanzados artistas del reality Protagonistas de la Fama, “ ¡cuidado, el éxito es efímero!”,
de vida consecuente, enérgico, inquieto, dueño de una mística poco común por su oficio,
nos dará una larga función de valentía, hombría y determinación como lo ha hecho en toda
su vida, y con la humildad para enfrentar lo que determina una brújula básica en la ruta del
vivir y así encontrar lo que no aparece nunca, antes de que caiga definitivamente el telón.

Santiago, Agosto del 2003.

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