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ARCHIVOS DE FRONTERA:
EL GOBIERNO DE LAS EMOCIONES EN
ARGENTINA Y CHILE DEL PRESENTE

IVAN PINCHEIRA TORRES


(COORDINADOR)
MACARENA FERNÁNDEZ HOFMANN
PABLO LEIGHTON CERDA
SUSANA R. PRESTA
MAXIMILIANO KORSTANJE
RAÚL RODRÍGUEZ FREIRE

E D I C I O N E S E S C A PA R AT E

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ARCHIVOS DE FRONTERA:
EL GOBIERNO DE LAS EMOCIONES EN
ARGENTINA Y CHILE DEL PRESENTE

Ivan Pincheira Torres


(Coordinador)
Macarena Fernández Hofmann
Pablo Leighton Cerda
Susana R. Presta
Maximiliano Korstanje
raúl rodríguez freire

Registro Propiedad Intelectual Nº 222.072


ISBN: 978-956-9065-18-7
Producción General: Miguel Soto I.
Diseño de Portada: Pablo Valenzuela J.

©IVAN PINCHEIRA TORRES


©MACARENA FERNÁNDEZ HOFMANN
©PABLO LEIGHTON CERDA
©SUSANA R. PRESTA
©MAXIMILIANO KORSTANJE
©RAÚL RODRÍGUEZ FREIRE

E-mail: escaparate_ediciones@yahoo.com
www.edicionesescaparate.cl

Octubre 2012
IMPRESO EN CHILE

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada y


transmitida por cualquier medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,
de grabación o de fotocopia, sin autorización previa del editor

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ARCHIVOS DE FRONTERA:
EL GOBIERNO DE LAS EMOCIONES EN
ARGENTINA Y CHILE DEL PRESENTE

IVAN PINCHEIRA TORRES


(COORDINADOR)
MACARENA FERNÁNDEZ HOFMANN
PABLO LEIGHTON CERDA
SUSANA R. PRESTA
MAXIMILIANO KORSTANJE
RAÚL RODRÍGUEZ FREIRE

COLECCIÓN ENSAYOS Y CIENCIAS SOCIALES


E D I C I O N E S E S C A PA R AT E
PROLOGO

MARÍA EMILIA TIJOUX*

Archivos de frontera es un libro que llega simultáneamente borrando


y atrapando aquella línea político/imaginaria que separa a estos dos países del
sur del mundo, para ofrecernos seis textos hilvanados en los relatos de perso-
nas que viven o han vivido sus vidas en espacios cotidianos de los bordes y los
centros de ciudades y barrios argentinos y chilenos. Estos textos nos hablan de
gobierno y de emociones engendradas por un contexto biopolítico que contie-
ne y controla las existencias de individuos y lugares que brotan problemática-
mente para el Estado. Sin embargo, el lugar ‘aparte’ que configuran, no es más
que el resultado de una segregación vestida de estigma, que consigue el dis-
tanciamiento de la sociedad respecto de sus figuras y sus formas. En este mar-
co discriminatorio, surgen distintas vidas de Argentina y de Chile, que a pesar
de verse como ‘de allá y de acá’, se asemejan en sus miserias y persecuciones
como en la repetición de sus ajustes, acomodos y castigos. Son vidas concre-
tas, demasiado reales, pero cuyos protagonistas inventan incesantemente con
el único propósito de resistir a distintas intervenciones: políticas, sociales,
incluso culturales, cuando las instituciones les proponen prácticas alejadas
de su realidad. Y si bien son historias que se producen en uno y otro lado de
la blanca frontera que supuestamente las separa, para hacerlas singulares e
incomparables, al mismo tiempo las acumula sobre un sedimento de victorias,
derrotas político-militares, divisiones, tratados, ventas, muertes y procesos de
dominación que las cubren para hacerlas invisibles y naturalizarlas.

Presentar por lo tanto estos textos como ‘archivos de frontera’ es un


doble acierto de este libro, tanto por el efecto de poder simbólico que la fron-
tera produce en distintos ámbitos, como por la centralidad que tiene el archi-
vo, cuando permite, gracias al descubrimiento de los discursos que relatan
vivencias apagadas por la historia, abrir la puerta a otros hechos provenientes

*
Dra. en Sociología de la Universidad París VIII. Académica e Investigadora del Departamento de Sociología de
la Universidad de Chile. Directora de la revista Actuel Marx/Intervenciones. Coordinadora Núcleo de Investiga-
ción en Sociología del Cuerpo y Emociones, Departamento de Sociología de la Universidad de Chile.

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de la actualidad de nuestras sociedades. Porque mas allá de las líneas policia-
les y aduaneras que traza, la frontera se erige también entre regiones, lugares
y cuerpos intervenidos por prácticas gubernamentales que, por ejemplo, pro-
ducen las ‘tierras de nadie’ tan bien retratadas en los basurales o en los barrios
donde la policía no ingresa, autorizando a que la muerte lo haga sin problema.
Hablamos de zonas marcadas en rojo que se indican en las conferencias de
especialistas, donde sobran los cuerpos que han sido condenados a la vida
breve que les roba la enfermedad, la droga, o, el fuego cruzado entre policía y
bandas que buscan protagonismo.

En estos escenarios temidos nacen, crecen y generalmente permane-


cen los actores de un mundo que han sido ubicados allí para dar pie a los
discursos seguritarios. En su interior, entre sus calles, sus pasajes y rincones,
se construye a un ‘enemigo’ que justifica el miedo de la sociedad, tanto por la
lejanía que su figura tiene con las vidas ‘normales’ de los ciudadanos, como
por la cercanía de su visibilidad entregada por los medios de comunicación
que los muestra como ‘el peligro’ que acecha en cada esquina y cada calle. Sus
cuerpos tienen el tamaño, el color y el olor de la pobreza vestida de humedad
rancia y barro acumulado y que al presentarse ante el mundo, provocan recha-
zo. La ideología política de la seguridad, emanada de los gobiernos, produce,
gracias al cuerpo encarnado en esta figura del ‘mal’, el necesario ‘sentido
común’ que contamina a la sociedad y a la clase política.

Porque el Estado ya no regula, se ha sacudido de su rol de servicio


público, ha subsidiado y privatizado la tierra, el agua, las comunicaciones y
en Chile, la educación la salud y las pensiones, ofreciendo a los privados los
medios y las condiciones para explotar y ganar gracias a la destrucción de los
más desposeídos. Al mismo tiempo, se han desreglamentado las condiciones
laborales que hoy se caracterizan por la flexibilidad y el trabajo precario. Y
para mejor funcionar, estos Estados reducen los costos de la fuerza de trabajo
a través de diversos y sofisticados medios de represión contra los explotados y
los oprimidos con el fin de evitar que cuestionen el orden nuevo de un mundo
que se exhibe globalizado. La producción de exclusión implica sin embargo
‘ocuparse’ de estos excluidos y la integración surge como un objetivo funda-
mental. Las políticas sociales se elaboran como dispositivos que se aplican
contra las personas de barrios y poblaciones consideradas como las nuevas
‘clases peligrosas’. Esto, por oposición a los barrios habitados por los podero-

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sos que exhiben el lujo de una opulencia difícil de entender, al mismo tiempo
que buscan los medios de defender los objetos de esta propiedad privada. Del
otro lado, la miseria, el aburrimiento y la desesperanza, parecen conjugarse en
nuevas y viejas miserias.

En este marco, puede ser mas entendible que toda tragedia llegue para
condenar de antemano a quienes ya están condenados por una condición de
miseria que se ha ido naturalizando como si así fuera ‘la vida misma’ y que un
país como Chile, ‘castigado’ por la naturaleza que lo hace temblar hasta el fin
de la vida, se inserte plenamente en un desastre que las autoridades enfrentan
como un programa nacional, con discursos fuertes que terminan develando las
contradicciones de una sociedad expresados en la moral religiosa y la ética
empresarial. Este es un programa potente, que intenta paliar el desastre desde
subterfugios expresados por ejemplo, en la belleza corporal de figuras mediá-
ticas que sonríen para suavizar el dolor de la gente que ha perdido a los suyos,
a su casa y sus esperanzas. Se trata del miedo que ingresa por todos los flancos
de la vida. Por dentro, en la intimidad de los hogares que se derrumban y por
fuera, con la inseguridad puesta en el cuerpo de un pobre que pasa por la calle
y al que todos temen. Esto se produjo cuando el terremoto chileno hizo trans-
parente a los espacios y contaminó con la violenta realidad que surgió tras el
maquillaje homogeneizador de tantas y distintas miserias.

Pero además el aparataje represivo estatal combina siempre la ayuda


con los golpes. Todo depende de cuan bueno o cuan malos seamos. Y si lo
malo se pone del lado de quien resiste o busca los modos de resistir a una dic-
tadura cívico militar, el terror aparece completamente armado en la televisión
como el principal medio de comunicación que expone y legitima un régimen
nuevo y sus diversas formas de castigar que funcionan y se naturalizan gra-
cias a la propagación del miedo, esa emoción atractiva y extraña que puede
dirigir regímenes políticos y organizar prácticas concretas como las que en
este libro se examinan. Como advierte Foucault (2004), es de estas prácticas
concretas que brota el sistema de poder que las hace posibles, al mismo tiem-
po que evita llevar a cabo un trabajo deductivo surgido de los universales.
Así por ejemplo puede leerse el miedo que organiza los sentimientos hacia
el Otro negado, objetivándose en figuras como las de esos hombres oscuros,
que Foucault descubre en las vidas anónimas y ocultas, rescatadas en el fondo
de antiguos archivos judiciales u hospitalarios, pero que con todo reemergen

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plenas de un saber que contiene el status político que ayuda a comprender a
otras más actuales, forjadas contra el Estado que las anula y el encierro que las
somete al poder de la subjetividad moderna, que implica un poder y un saber
de prácticas de dominación permanentemente presentes.

Sociológicamente el Estado ha sido definido como “una gran poten-


cia coercitiva y sobre todo como una organización vasta y sabia” (Durkhe-
im, 1928); como el “monopolio de la violencia legítima” (Weber, 1971) que
Bourdieu corrige como “monopolio de la violencia física y simbólica” (1977);
como “la contradicción entre el interés particular y el interés colectivo, que
conduce al interés colectivo a tomar en calidad de Estado a una forma in-
dependiente, separada de los intereses reales del individuo y del conjunto”
(Marx y Engels 1959). En suma, el Estado parece no ser más que una forma
profundamente ambigua, que se nos enseña como un instrumento de emanci-
pación y de libertad que presume la seguridad de los individuos, pero que tam-
bién es maquinaria de un poder destructivo y alienante, o, como duramente
asevera Nietzsche: “el más frío de todos los monstruos fríos” (2003).

En tanto resultado de un proceso monopólico, el Estado moderno ter-


mina legitimando la violencia y posibilitando la acción política de la fuerza
contra toda resistencia de grupos, movimientos o individuos que atenten contra
‘el interés general’. Y cuando se trata de juzgarlos, el Estado no interviene nunca
neutralmente entre los grupos en disputa, porque forma parte de uno de ellos. Y
mientras dure el proceso de búsqueda de obediencia y de legitimidad que preci-
sa, su potencia y su crueldad se develarán con el uso de la fuerza y con la astucia
que despliega para adaptarse a las sociedades donde se instala. La arbitrarie-
dad que lo caracteriza, lo devela como lugar nunca neutro, como un principio
oculto que surge en las manifestaciones del orden público que se arma desde el
desorden, la anarquía o la guerra (Bourdieu, 2012). Y si queremos verlo como
una forma o una estructura, podríamos afirmar que, por arriba, sostiene a la
propiedad privada apoyando a los grupos económicos dominantes y por abajo,
despliega las políticas pensadas y elaboradas por los agentes más cercanos a su
poder, que luego ejecutan otros/as, todos aquellos/as trabajadores de lo social
que deben dar cuenta de ellas. Estamos viviendo claramente, los tiempos de un
Estado que privilegia la seguridad y la represión, ingredientes cotidianos de los
discursos de la clase política. Pero más allá de él, podríamos imaginar ciertas
resistencias, ciertos agravios que lo enfrenten y lo cuestionen.

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La invitación a leer este libro entonces, es una excelente ocasión de
dialogar con ‘los archivos de frontera’ que contiene, dado que sin problema
ninguno atravesamos la realidad prohibitiva de este límite, al leer estas rea-
lidades más reales que su absurda separación, para examinar, más allá de los
Estados, a ese “gobierno” fatal que se ejerce desde distintas instancias sobre la
conducta de cada individuo, hasta lograr que su subjetividad quede amarrada
a las prácticas gubernamentales.

La vida emocional que surge de lo más profundo de cada hombre, mu-


jer o niño y que supone una cierta libertad expresada en sentimientos propios,
permanece atada a una cultura y a una historia que deja entrever a la libertad
presa del cuerpo que la expresa y que traduce lo social ‘maldito’ de dos países,
irremediablemente anclado en la existencia de quienes viven la represión mas
cotidiana.

Vale buscar entonces junto a estos autores, las lógicas de poder que
subyacen a unos sentimientos manifestados en las emociones acuñadas en
la historia del individuo y en la de la sociedad en la cual se han forjado, con
mayor o menos resistencia, con mayor o menor agrado o conciencia de su
propio devenir. Porque las realidades que en este libro se entregan, hace viable
pensar que las resistencias pueden ser un buen comienzo para interrogar al
poder, para conocerlo y reconocerlo en las prácticas más cotidianas y a partir
de ahí, luchar de modo permanente, estratégicamente, contra los aparatos y las
prácticas que lo constituyen.

BIBLIOGRAFÍA

ANSART, P. (1997) Les cliniciens des passions politiques. París: Seuil.


BOURDIEU, P. (2012) Sur l’État. Cours au Collège de France 1989-1992.
París: Seuil/Raisons d’agir.
DURKHEIM, E. (2000) [1928] Le socialisme. París: PUF.
FOUCAULT, M. (2004) Naissance de la biopolitique. París: Seuil/Gallimard.
MARX, C. Y ENGELS, F. (1959) [1845-1846] La Ideología alemana. Montevi-
deo: Pueblos Unidos, Cap. I.
NIETSZCHE, F. (2003) Así habló Zaratustra: Madrid: Alianza Editorial.

11
WACQUANT, L. (2004) Punir les pauvres. Le nouveau gouvernement de
l’insécurité sociale. Marseille: Agone.
WEBER, M. (1971) Economie et société. París: Plon. Pp. 57-59.
MEUNIER, M Y VERSACE R. « Emotion » en Tiberghien Guy et al. (Dir) Dic-
tionnaire des sciences cognitives. París: Armand Colin. Pp. 117-118.

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EL CAPITALISMO COMO RELIGIÓN Y SEGREGACIÓN RACIALIZANTE: DOS
CLAVES PARA LEER LAS FRONTERAS DE LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES.

Adrián Scribano*

El hombre como ser objetivo sensible es por eso un ser paciente,


y por ser un ser que siente su pasión, un ser apasionado. La pasión es la
fuerza esencial del hombre que tiende enérgicamente hacia su objeto.
Carlos Marx

Con este escrito festejamos la aparición de “Archivos de Frontera: El


gobierno de las emociones en Argentina y Chile del presente.”, coordinado
por Ivan Pincheira Torres y, como en toda ocasión de festejo se disparan di-
versas comprensiones y emocionalidades, intentaremos entonces conectarnos
con algunas de las aludidas múltiples posibilidades.

En el capitalismo contemporáneo la identificación, selección, clasifi-


cación, administración, gestión, producción y construcción de emociones for-
man parte de tres procesos fundamentales para la reproducción del mismo a
escala planetaria: la puja por la distribución desigual de nutrientes, la disputa
por los dispositivos de regulación de las sensaciones y la trama de la disposi-
ción desigual de emociones.

Los procesos aludidos, a su vez, son componentes claves en la consti-


tución de las bandas mobesianas que anudan consumo, sociabilidad y ciuda-
danías. Bandas que al desplegarse/anudarse configuran las redes de prácticas
sociales que cotidianamente vivenciamos como las complejas tramas entre
estado, políticas públicas y “mercado”.

La potencial obscuridad de los dos párrafos anteriores pueden ser fá-


cilmente comprendidas si se apela a una escena de la vida de todos los días de

*
Director del “Programa de Estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social (accioncolectiva.com.ar)
inscripto en el CIECS UE CONICET (UNC) y Director del “Grupo de Estudios sobre Sociología de las
Emociones y los Cuerpos” del IIGG-UBA. También dirige la “Revista Latinoamericana de Estudios sobre
Cuerpos, Emociones y Sociedad” (relaces.com.ar) y el CIES (Centro de Investigaciones y Estudios Socio-
lógicos). Investigador Independiente del CONICET. Pertenencia institucional: CIECS-UE-UNC; CIES.

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millones de sujetos en nuestros países: una mamá joven embarazada (que tiene
dos hijos) jefa de hogar desempleada, que vive en una zona de segregación habi-
tacional y “degradación ambiental”, que recibe una transferencia condicionada
de dinero por parte del estado, (que con mucha suerte dispone del equivalente a
10 dólares por día para todos los gastos de la familia), compra en el supermer-
cado/almacén de su barrio algunos alimentos para ese día (por ejemplo fideos,
pan, etc.) y una golosina de “Disney” para la niña de 4 años pues, es el cumplea-
ños (“olvidándose” de ella que con eso “casi” no comerá), que luego camina
bastante para llegar al centro de atención primaria de la salud donde después de
esperar varias horas (con un turno que obtuvo el día anterior) es atendida por
una médica que le dice que esta baja de peso para sus meses de embarazo pero
que “está bien” y que al final de la mañana llega a su casa contenta.

Esta escena es un reflejo aproximado de cómo las articulaciones/des-


articulaciones entre la escasez de nutrientes en embarazadas, el consumo y las
políticas públicas, “marcan” las relaciones sociales (y las de las próximas gene-
raciones) mientras se gestiona la contención (el contentarse) de los sujetos en
un pornográfico estado de sensibilidades que redefinen las ciudadanías posibles.

Es en este contexto que nos parece pertinente acudir aquí, a modo de


disparador de una sintética presentación/comentario/estudio introductorio del
libro, recordar y traer a colación dos temas que atraviesan y anudan la gestión
de las emociones en la actualidad: la segregación racializante y el capitalismo
como religión. Para ello utilizaremos como base para la reflexión el capítulo
“La experiencia vivida del Negro” de Piel Negra, Máscaras Blancas de Franz
Fanon y el conocido texto de Walter Benjamin sobre el “Capitalismo como Re-
ligión”. Ello, en el intento de mostrar que tanto la segregación como el espíritu
religioso del capitalismo, son dos de los entramados fundantes de los estados de
las políticas de los cuerpos y la emociones en las democracias contemporáneas.

W. BENJAMIN: EL CAPITALISMO COMO RELIGIÓN

El capitalismo en tanto generador de mecanismos de soportabilidad


social y dispositivos de regulación de las sensaciones apela a un conjunto de
fantasmas y fantasías sociales que le otorga a sí mismo una estructura reli-
giosa. Desde esta perspectiva es posible comprender cómo en su impulso ha-
cia su auto-reproducción, el capitalismo elabora representaciones colectivas

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cuya función es brindar un cemento que re-liga sus efectos de individuación/
fragmentación; asegura la expansión de la racionalidad instrumental como
lógica de la interacción social en tanto consecuencia de la desacralización/
desencantamiento de las éticas religiosas y profundiza la constitución de una
economía política de la moral basada en creencias compartidas sobre las re-
glas de conducta recortadas al talle de los principios elementales del mercado
como mecanismo explicativo de la conducta de los hombres.

Es así como se puede entender que, el capitalismo en tanto religión


provea de imágenes elementales de cohesión, promueva una forma de arti-
culación de la acción y estructure un conjunto de creencias sobre el origen,
desarrollo y finalidad de ambas.

En esta dirección el escrito de Walter Benjamin sobre el Capitalismo


como Religión1 sea uno de los textos que mejor describa el aludido proceso:

“Hay que ver en el capitalismo una religión, es decir, el capitalis-


mo sirve esencialmente a la satisfacción de las mismas preocupaciones,
suplicios e inquietudes a las que daban respuesta antiguamente las lla-
madas religiones. (…) Podemos desde ahora reconocer en el tiempo pre-
sente tres rasgos de esta estructura religiosa del capitalismo. En primer
lugar, el capitalismo es una religión puramente cultual, quizás la más
extrema que jamás haya existido. En él, todo tiene significación inmedia-
ta respecto del culto, no conoce ninguna dogmática específica, ninguna
teología. El utilitarismo gana bajo este punto de vista toda su coloración
religiosa. El segundo rasgo del capitalismo está estrechamente ligado a
esta concreción del culto: la duración permanente del culto. El capitalis-
mo es la celebración de un culto sans rêve et sans merci2. No existe en él

1
Citamos el texto de Benjamin según la traducción de Rosas (2005), pero también usamos para la interpreta-
ción realizada la traducción al ingles de Kautzer (2005) y el original en Alemán. Las citas se hacen de acuerdo al
acceso realizado por Internet del texto de Rosas consignado en la bibliografía.
2
Chad Kautzer en la nota 2 de su traducción del texto de Benjamin señala que tal ves haya existido, dado el
carácter del manuscrito, un pequeño desplazamiento en la posible traducción del autor desde “sans rêve et sans
merci” que probablemente según Kautzer se refiera a “sans trêve et sans merci” frase directamente relacionada
con el 6ª mandamiento de la Caballería medieval. En dicha nota de Kautzer remite a León Goutier y sus trabajo
al respecto texto en el cual el 6ª Mandamiento esta expresado del siguiente modo: “Thou shalt make war against
the Infidel without cessation, and without mercy.” (1959: p.25). Estas conexiones avalan aún más el rastro de los
nexos entre capitalismo y guerra religiosa contra los incrédulos.

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ningún “día ordinario”, ningún día que no sea día de fiesta en el terri-
ble sentido del despliegue de la pompa sacra, de la tensión extrema del
adorador. En tercer lugar, este culto es culpabilizante. El capitalismo
es probablemente el primer caso de un culto que no es expiatorio sino
culpabilizante. En esto, este sistema religioso se precipita en un movi-
miento colosal (…) Comparación entre las imágenes de los santos de
diferentes religiones y los billetes de banco de diferentes Estados. El es-
píritu que habla en la ornamentación de los billetes” (Benjamin; 1991).

Si se sigue el rastro entre culto, culpa y utilidad se podrán encontrar


la huellas de un complejo de emociones que “convierten” a los pulcros ha-
bitantes/ciudadanos de las democracias realmente existentes, en adoradores
ocupados y pre-ocupados en la reproducción ritual del consumo como único
eslabón kerigmático de los horizontes de las experiencias posibles. Consumo
que divide y provee las percepciones (y las estrategias) sobre y de los mundos
sociales y sus respectivas sensibilidades.

Si bien, hemos analizado en otro lugar las consecuencias políticas y


epistemológicas del escrito de Benjamin para las configuraciones de las polí-
ticas de los cuerpos y las emociones, aquí pretendemos avanzar en una direc-
ción diferente abriendo preguntas que se conecten con la elaboración de las
sensibilidades.3 Entre las muchas posibles hemos seleccionado presentar aquí
las que se enhebran con tres problemáticas fundamentales para el desarrollo
del capitalismo en el siglo XXI en tanto ejes nodales de la constitución de
sensibilidades: los usos de las nanotecnologías, las implicancias cognitivas-
afectivas de las “huellas neurológicas” de la distribución desigual de nutrien-
tes y las narrativas verdes “bio-genéticas” de un planeta depredado.

Tal vez uno de los rasgos más relevantes del capitalismo en tanto re-
ligión es el que se configura en y a través de las prácticas que explican las
complejas relaciones mundo/sujeto. Dichas prácticas adquieren consistencias
de imperativos cognitivos-afectivos,4 que nos dicen a fieles y paganos cómo es

3
“Cuerpos, Emociones y Sociedad: Una lectura desde Walter Benjamin” en RBSE - Volume 11 - Número 33 –
2012. En prensa - http://www.cchla.ufpb.br/rbse/Index.html
4
En diversos lugares hemos hecho referencia al texto “Imperialismo y Sociología” donde el pensador cubano
Enrique Varona describe muy proféticamente las redes de las formas prácticas que se transforman en imperativos
mentales.

16
el mundo y qué lugar ocupa el hombre en ese “cosmos”. Dichos imperativos
devienen creencias compartidas que dan al “entorno” y al “sujeto” el carácter
de obviedad y de estado de cosas (sobre)natural.

Como parte de estas tramas interaccionales en el horizonte de las me-


tamorfosis actuales de la elaboración de creencias capitalistas son los cruces
entre ciencia, emociones/cuerpos y “mercado”.5

¿Cuáles serán las consecuencias sociales, económicas y políticas de la


aplicación de la nanotecnología en la “conquista” de cuerpos y emociones?

En las capas geológicas del texto de Benjamin aparece un índice que se-
ñala en dirección de los procesos religiosos que involucra una estratigrafía de
los fantasmas y fantasías de la actual trama de la reproducción capitalista: los
miedos. Unas de las problemáticas preferidas para el Santo Oficio del Siglo XXI
integrado por las consultoras del mercadeo es la confianza, la fidelización, la
respuesta “instantánea” a las demandas; es decir, cuidar el deseo del cliente como
anverso solidario del miedo, del “desplazamiento” de preferencia, del retraimien-
to del consumo, etc. El mercado entero está permanentemente “pre-ocupado” por
lo que sienten los compradores. Es en este contexto que “hacer sentir” de una
manera y no de otra es su objetivo principal. La TV, Internet, la radio, los periódi-
cos son mega-maquinarias de producir “sensaciones a medida”. Es aquí donde la
nanotecnología pasa ser una aliada cuya potencia es conocida pero cuyas conse-
cuencias se desconocen. Desde los alimentos intervenidos6 en todo su proceso de
producción y el empaquetamiento7, pasando por la industria farmacéutica hasta
llegar a la anatomía corporal, la fe en la “regulación” de las sensaciones nos de-
safían a seguir pensado en sus consecuencias políticas y epistemológicas.

5
Con Flabian Nievas recientemente hemos reseñado el papel que esto juega en las actuales proximidades/distan-
cias entre certidumbre e incertidumbre. Nievas y Scribano (2012)
6
“De acuerdo con el reporte Nanowerk, dentro del proceso de producción de alimentos la nanotecnología
puede emplearse de varias maneras; como nanocápsulas, que mejoran la biodisponibilidad de nutracéuticos en
ingredientes comunes como el aceite de cocina; nanocápsulas que realzan el sabor, que refinan el gusto de un ali-
mento; nanopartículas que actúan como agentes que gelatinizan o hacen más viscoso un alimento; nanocápsulas
de infusiones derivadas de esteroles vegetales que pueden reemplazar el colesterol de la carne; y nanoemulsiones
y partículas que mejoran la disponibilidad y dispersión de los nutrientes.” (Almengor 2009; p. 46). Ver http://
www.tec.url.edu.gt/boletin/URL_13_QUI01.pdf
7
Mientras escribíamos el presente articulo en el Twitter de Knorr aparecía: “Knorr Argentina. Mucho amor
en esta ensalada de espárragos: vimeo.com/25385248 Feliz viernes! yesterday reply retweet favorite” (énfasis
nuestro)

17
¿Cuáles son las implicancias cognitivas-afectivas de las “huellas neu-
rológicas” de la distribución desigual de nutrientes?

Otro de los señalamientos de Benjamin y que impacta de lleno en las


actuales “contingencias” de la permanente metanoia de esta religión, es su
estructura de culto que vive en una sacra y constante “fiesta”.8 Mirado al bies
esto, sacralizados festejos del consumo mimético y disfrute inmediato tienen
como contra cara al hambre. Una de las aristas que en el proceso de expansión
capitalista hoy se enfatiza (y lo “sobre-determina”) está configurada por el
estado de energías (del cuerpo y las emociones) necesarias para ser “parte”
de los ritos de la religión del capital. Tomar parte del mundo implica necesa-
riamente poseer nutrientes: siendo esto un eje fundamental de la desposesión.
Ahora bien, uno de los aspectos relevantes de la aludida desposesión son las
consecuencias neurológicas de las diversas formas del hambre y la distribu-
ción desigual de nutrientes. Consecuencias que van desde las “simples” alte-
raciones perceptivas, pasan por las “atrofias”9 orgánicas para la vida cotidiana
hasta llegar a las cognitivo-afectivas.10

¿Cuáles son los efectos, para la regulación de las sensaciones, de las


“narrativas verdes” sobre la “sustentabilidad” en un planeta depredado?

Un punto sobresaliente del texto de Benjamin lo constituye la tensión


establecida entre los fantasmas y fantasías que anidan en el lugar ocupado
por el sistema monetario en el culto del capitalismo. Sistema que se apropia
y redibuja las formas míticas depositadas en la estructuración de los sistemas
de intercambio sacralizando su desarrollo natural en términos de leyes e ins-

8
Para una visión totalmente distinta del lugar de la fiesta en la vida cotidiana de la religión neo-colonial CFR
Scribano, Magallanes y Boito (2012)
9
“En el adulto, el desarrollo físico es una condición dada y es un reflejo de su estado de salud y nutrición du-
rante la infancia. Si éstos fueron deficitarios, su capacidad física para trabajar se verá afectada. Del mismo modo,
la desnutrición disminuye las capacidades psicológicas, lo que afectará a la motivación y a la autoestima. Una
persona mal nutrida tendrá más problemas para encontrar trabajo, porque estará siempre en desventaja respecto a
trabajadores con mejor aptitud física. En el caso de encontrar trabajo, al ser menos productivo, su salario también
será más bajo. Como el nivel de renta es un importante medio para obtener capacidades, cuanto menor sea éste
más pobre será la persona y más propenso será a padecer hambre, por lo que su situación se agrava” (Casero
Cañas, 2011; p. 24)
10
“Nutritional deficiencies may result in a variety of disorders that affect either the peripheral nervous system
(PNS) or central nervous system (CNS). More commonly, both are affected simultaneously” (Rodríguez-Sali-
nas, Amador, and Medina 2008; p. 6)

18
tituciones. En la fase actual de profundización depredatoria de los procesos
capitalistas a escala planetaria, la idea de sustentabilidad acompaña a las com-
plejas relaciones entre financiarización de la economía y destrucción de los
activos ambientales como parte de los bienes comunes. Desde la “Responsabi-
lidad Social Empresarial”, pasando por los “Programas de Sustentabilidad” de
las grandes corporaciones hasta las “Políticas de Desarrollo Sustentable” de
las administraciones públicas, se puede observar claramente como ante el fan-
tasma de las obvias consecuencias de la depredación se elaboran un conjunto
de fantasías sociales tendientes a pintar de verde las sensibilidades. Un manto
verde recubre las prácticas pornográficas del interés de los estados y las corpo-
raciones por “suturar” las evidentes fallas del sistema y elaborar mecanismos
de soportabilidad. Sin posibilismo y resignación no hay futuro; por lo tanto
hay que construir afecciones desde esas mismas afecciones: el compromiso
afectivo con la perdurabilidad del planeta (tal como está).

Una de las direcciones/puntos posibles por donde se anudan/traman


los usos de las nanotecnologías, las implicancias cognitivas-afectivas de las
“huellas neurológicas” de la distribución desigual de nutrientes y las narrati-
vas verdes “bio-genéticas” de un planeta depredado es la religiosa elaboración
de un “sistema” de segregación racializante sin el cual muchos de los proce-
sos de “convivencia democrática” no se pueden hacer prácticos, no devenir
hechos carne.

F. FANON: LA EXPERIENCIA VIVIDA DEL NEGRO

La racialización de lo abyecto ha sido desde los inicios del capitalismo


una estrategia de estructuración de los procesos de expropiación excedentaria y
depredación de los bienes comunes. El indio, el esclavo y el negro (entre otros)
han sido objetos de prácticas ideológicas que volvían/vuelven operacional la
concreción de un conjunto de fantasmas que al dividir la sociedad posibilitan/
naturalizan las desigualdades sociales. Tal vez haya sido Fanon quien con mayor
claridad señalara/denunciara la estructura de la aludida operación ideológica. Tal
vez, haya sido Fanon quien indagara con mayor profundidad en las innumerables
tramas existentes entre la segregación racial y la constitución de una economía
política de la moral basada en la discriminación hecha cuerpo. En los procesos de
estructuración contemporánea es posible detectar las continuidades de aquellos
condenados de la tierra con los actuales segregados en las democracias.

19
Es en el aludido contexto que instamos a reconocer que en la actuali-
dad, las formas de reparación de las fallas y quiebres que dejan los resultados
de la desposesión y captación de excedentes de la expansión capitalista, pro-
ducen segregación racializante.

Como sostenemos junto Espoz para la Argentina

“(…) en esta línea de reflexión, uno de los personajes cotidianos


y fantasmáticos de la ciudad en la situación colonial actual es el negro
de mierda (NM) cuya escenificación, caracterización y libreto hunde sus
raíces en una prolongada transposición (micro)-histórica, compleja y
contradictoria, que va del indio, pasa por el gaucho, llega en forma de
migrante interno, se instala como “cabecita”, vuelve como inmigrante
sudaca y se consolida desapercibidamente en la aborrecida y abyecta
“pobreza” del colonizado actual.” (Scribano y Espoz, 2011: p. 109).

El pobre, el trabajador ilegal/informal, el migrante, el/la joven de los


asentamientos precarios, los pueblos originarios, es decir, un conjunto de po-
siciones y condiciones de clase, etnia y edad son clasificados en, por y desde
ese cuerpo abyecto marcado por su misma sociogénesis.

Las murallas mentales, las geometrías corporales de la desigualdad y


los espacios-tiempos “reservados/protegidos” de clase11 dibujan la profundiza-
ción de una segregación que, al racializarse, instancia los fantasmas y fantasías
sociales elaboradas en los cruces y superposiciones entre los mecanismos de
soportabilidad social y los dispositivos de regulación de las sensaciones.

Inscriptas en las tramas del gobierno de las emociones y la segrega-


ción racializante aparecen, entre muchas otras, dos preguntas: ¿Cuáles son las
consecuencias de la herencia entre generaciones de la condición/lugar de asis-
tido? ¿Cuáles son los rangos/umbrales de reacción/resistencia y aceptación/
naturalización de las geometrías de los cuerpos?

Más allá de los alcances y dimensiones que va adquiriendo la adminis-


tración política de las desigualdades sociales con el paso de los años y más allá

11
Para una descripción de la definición de entornos ver Boito-Espoz-Michelazzo (2012); Boito, E. y Espoz, B.
(en prensa); Boito, E. (en prensa).

20
de la “calidad” de los “logros” obtenidos por las prácticas compensatorias de la
desposesión sistemática existen fuertes procesos de “fijación” de las posiciones
y condiciones de asistidos. Estos procesos implican la “sociogénesis” de la re-
producción generacional del “lugar” del asistido, es decir, la configuración de
segunda y/o terceras generaciones de sujetos beneficiarios/usuarios/destinarios
de asistencia. Se han consolidado, por esta vía, un conjunto de procedimientos
de formalización de “identidades” indeterminadas, es decir, aquellas referen-
cias de reconocimiento del sujeto dependientes de las condicionalidades nece-
sarias para ser merecedor de la transferencia/asistencia/beneficio.

Los instrumentos de intervención usados “para-soportar-las-desigual-


dades” deja a millones de sujetos encerrados en el ámbito de lo “privado”: tal
como escribe Fanon: “El negro en su casa, en el siglo XX incluso, ignora ese
momento, experimentado por otros, en que su inferioridad pasa por el otro”
(Fanon, 1973: p. 91) Instrumentos de intervención que reproducen pornográ-
ficamente la dependencia y “suspenden” los rangos de autonomía.

Procesos desde los cuales los asistidos inauguran un conjunto de redes


de sensibilidades que refuerzan su heteronomía y solidifican las interpelaciones
desde los otros como eje de identidades perdidas/atribuidas. “Porque el negro
ya no plantea el problema de ser negro, sino el de serlo para el blanco (...) El
negro no tiene resistencia ontológica a los ojos del blanco” (Fanon, 1973: p. 91).

En conexión directa con lo anterior, se percibe como una de las conse-


cuencias de la gestión de los cuerpos asistidos, la configuración de una estruc-
tura helicoidal que conecta las disposiciones de la meritocracia del asistido,
los consumos diferenciales y la sensaciones del “contentarse”. Las formas
compensatorias de la desigualdad entrelazan emociones a partir de la mode-
lación de los dispositivos de regulación de las sensaciones que producen dis-
posiciones y pre-disposiciones para aceptar, como condición de la recepción
de los beneficios, el adecuarse/adaptarse a ciertos rasgos de esfuerzo/volun-
tad como elementos de clasificación y enclasamiento. Lo cual se conecta a la
elaboración de una sensibilidad de aceptación de la desigualdad y la “lógica/
natural” distribución desigual de consumos diferenciales que configura una
sociodicea que narra el mandato naturalizado del “estar contento con lo que
se tiene” profundizando las distancias entre los derechos de los sujetos y la
aceptación de lo real como intransformable. Se elaboran así, geometrías de los

21
cuerpos en base a umbrales de aceptación de lo dado que debilitan las acciones
autónomas de los “individuos-en-asistencia”.

Sujetos que hacen cuerpo la desigualdad en la aceptabilidad de la asistencia


trasladando la exigencias de racialización como explicación de su propia condición:

“En el mundo blanco el hombre de color tiene dificultades


para elaborar su esquema corporal. El conocimiento del cuerpo es
una actividad estrictamente negadora. Es un conocimiento en terce-
ra persona. En torno al cuerpo reina una atmósfera de incertidum-
bre cierta. (...) No se me impone, más bien es una estructuración
definitiva del yo y del mundo, digo definitiva, porque entre mi cuerpo
y el mundo se instala una dialéctica efectiva” (Fanon, 1973: p. 90)

Es evidente que la dialéctica cuerpo/mundo hace del asistido/condicio-


nado/transferido un individuo con dificultades para tramar sus propias viven-
cias, en tensión permanente con aquellas existencialidades que lo hacen ser
una particularidad dependiente de una universalidad hipostasiada que reserva
su astucia en sus propias demandas de mimesis y seducción. El mundo de
quien otorga/da/establece el beneficio/asistencia se convierte en parámetro
para el “nuevo negro”, para el asistido que ha hecho cuerpo su condición, para
el beneficiario que no puede prescindir de las marcas del beneficio.

Como sostiene Fanon para el negro los asistidos de hoy podrían narrar
“(...) yo había creado por debajo del esquema corporal un esquema histórico-
racial” (Fanon, 1973: p. 92) pues las políticas de los cuerpos, en uno de sus sen-
tidos, son el resultado de la historia social de la intervención estatal hecha carne.

Es por eso que para el asistido no hay nada mejor que quedarse/aferrase a
sus mínimas condiciones de habitabilidad devenidas en condiciones de existen-
cialidad, puesto que: “Mientras el negro permanece en su casa, no sufrirá, salvo
en ocasión de pequeñas luchas intestinas, su ser para otro”. (Fanon, 1973: p- 90)

Una de las características de las políticas de los cuerpos de las pulcras


democracias “progresistas” es la sistemática intensión de meter al pobre en
su casa, en encerrarlo bajo el techo que siempre soñó como mediación de sus
únicas posibilidades de ser propietario, mantenerlo contento en los márgenes
que se dibujan los bordes de una autonomía imaginada.

22
La asistencialidad racializante parte de una separación binaria cuerpo/
espíritu que es desmentida en los hechos por el hacerse cuerpo de los in-
dicadores necesarios y suficientes para considerarse un merecedor sobre los
cuales, los segregados podrían decir, al igual que Fanon “(...) y es que para
nosotros el cuerpo no se opone a lo que vosotros llamáis espíritu. Estamos en
el mundo, dentro del mundo” (Fanon, 1973: p. 104). El estar-en-el-mundo de
los que reciben y reproducen las faltas legadas desde sus abuelos adquiere en-
carnadura en las hexis corporales y las narraciones de sus biografías en tanto
historia de las condicionalidades “superpuestas” de su familia.

La segregación racializante conecta los condenados de ayer con los


asistidos de hoy a través de los negros de siempre, enraíza en los cuerpos los
lugares posibles para habitar/experienciar el mundo, hace carne la desigual-
dad más allá de cualquier beneficio.

DE FRONTERAS Y EMOCIONES

En el contexto de lo expuesto, el lector podrá advertir la importancia, re-


levancia y oportunidad del libro que tiene en sus manos, no solo por el compro-
miso de los autores, ni por el “diálogo” entre argentinos y chilenos, ni siquiera
por la calidad del mismo, sino, y sobre todo, porque es un pivote para reflexionar
sobre uno de los temas centrales de la actuales formas de estructuración social.

Como hemos intentado reflejar hasta aquí, el capitalismo como reli-


gión en tanto constructor de realidades y fantasías sociales tiene en la puja por
la distribución desigual de nutrientes, la disputa por los dispositivos de regula-
ción de las sensaciones y la trama de la disposición desigual de emociones uno
de sus puntos nodales de reproducción sistémica. Religión que persiste y se
hace carne en las continuidades de la segregación racializante como mecanis-
mo de encapsulamiento conflictual y creación del asistido como continuidad
democrática de lo abyecto/rechazado/discriminado.

Se hace evidente cómo los intentos de sutura de las fallas producidas por la
desigualdad, cómo las “políticas” orientadas a restaurar los quiebres originados en
la expropiación y cómo la “puesta en valor” de los expulsados a través del consumo
son los anversos solidarios de la estructura cultual de una religión que hace de las
mímesis mercancía/sujeto el eslabón central de una economía política de la moral.

23
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tora.

25
PRESENTACIÓN

Durante el mes de septiembre del año 2011, en la ciudad de Buenos


Aires, se llevó a cabo el III Encuentro Latinoamericano de Biopolítica. Expe-
riencia de trabajo que daría continuidad a las dos versiones que anteriormente
habían sido realizadas en Chile. En el marco de este espacio académico com-
partido, ante la constatación de la existencia de puntos de convergencia, un
grupo de investigadores nos propusimos comenzar a dialogar a partir de los
resultados arrojados por nuestras exploraciones. Asumíamos así que, dotán-
donos de una perspectiva que se complejizara en el mayor alcance, podríamos
darle una mayor inteligibilidad a los procesos sobre los cuales cada uno de
nosotros se venía enfocando. Temáticas particulares que, en su conjunto, re-
ferirán a la pregunta por el lugar asignado a las emociones como un legítimo
objeto de gestión gubernamental. Será en este contexto que, junto al concepto
de emoción, la noción de biopolitíca se conformará en otro de los aspectos
aglutinantes de los textos que el lector encontrará aquí disponibles.
En estos términos, reconociendo que los estudios en biopolítica no son
nuevos, pudiendo identificarse una segunda y/o tercera generación de trabajos
sobre estos temas, vamos a sostener que el concepto de biopolítica da cuenta
de los mecanismos por medio de los cuales la vida (humana, animal y vegetal)
se constituye en un objeto de saber, en objeto jurídico, en objeto de cálculos
políticos y económicos. De este modo, haciendo referencia a la configuración
de poder que desde los inicios de la modernidad buscará el control de los más
amplios dominios de la vida de la población, el concepto de biopolítica se ha
consolidado como clave analítica indispensable para la comprensión de nues-
tros contemporáneos regimenes de gobierno.
En diálogo con este marco de análisis, asumiendo que el término «go-
bierno» no está restringido solamente a los Estados, en el sentido de las buro-
cracias legislativas, judiciales y estatales, sino que más bien se refiere a todos
los esfuerzos que desde distintos ámbitos buscan gestionar la conducta de los
individuos, podremos apreciar cómo es que los aspectos subjetivos, ligados al
universo emocional, se ubicarán al centro de las practicas gubernamentales
en nuestras históricas y más recientes sociedades.

27
Estando estrechamente vinculadas a sus contextos culturales y sociales,
las emociones expresan aspectos profundamente internalizados. Es así como,
reconociendo los múltiples aspectos que las conforman, lejos de entenderlas
tan sólo como una pura expresión de la intimidad del sujeto, vamos a enfatizar
que nuestro interés se centrará en cómo las emociones están culturalmente
modeladas. Así se advierte que las emociones, ya sean en su manifestación
fisiológica, como también en su expresión conductual individual, no surgen
y no son expresadas en el vacío: son fenómenos socialmente construidos en
contextos culturalmente definidos.
Dentro de estas claves de análisis, en lo que viene a continuación, va-
mos a concentrarnos en los nexos existentes entre el plano emotivo y las con-
temporáneas prácticas gubernamentales. De esta forma, lo que nos interesa es
dar cuenta del despliegue de unas técnicas de gobierno interesadas en conocer
e intervenir sobre los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo de la
población. Serán estos aspectos, tal como se describe a continuación, los ejes
a desarrollar y problematizar por quienes participamos de esta publicación
colectiva.
Miedo y excepcionalidad en territorios al margen del Estado, de Maca-
rena Fernández, propone que en las sociedades actuales existen espacios don-
de la vida puede ser tomada sin mediación de la ley; por tanto, la excepción es
la regla. A partir de estas coordenadas la socióloga argentina se concentrará en
el caso particular de un barrio popular de la ciudad de Buenos Aires. Siendo
estos sectores los más afectados por el delito, también serán los más expuestos
a situaciones de vulnerabilidad dada las condiciones materiales con las que
cuentan. En este sentido, la forma en que la policía actúa en el barrio, así como
su inacción frente a algunos hechos, van configurando maneras de percibir el
barrio como peligroso. En definitiva, las múltiples formas de vinculación que
se tejen entre los vecinos y la agencia policial van conformando una trama de
relaciones que, a partir de la conformación de subjetividades temerosas, da
cuenta de una particular forma de vivir y habitar el barrio.
Para comprender el Chile actual es necesario establecer el lazo, el vín-
culo histórico que lo une a su pasado dictatorial más inmediato. Teniendo
en cuenta lo anterior, en Televisión + estado de sitio: la doble cadena de
consentimiento y disciplina en la primera semana del Golpe en Chile, Pablo
Leighton revisa el discurso terrorista televisado de la noche del Golpe que
confirma la instalación de la dictadura y explora el rol de ese medio para

28
controlar e ilustrar a la población mediante una cadena permanente de días.
Se propone, así, que la represión violenta y la propagación del miedo y la
disciplina requieren desde la primera noche un grado de consentimiento y de
prácticas culturales, siendo ejemplar la opción de la dictadura por la televi-
sión, pues marca un camino hegemónico de décadas, que perdurará incluso
hasta la actual Post-dictadura.
En Economía Social, Ética y Estrategias de Gobierno. Resignificacio-
nes de una “utopía”, Susana Presta advertirá que la profundización de la crisis
socioeconómica ha revitalizado los preceptos de la Economía Social y Solida-
ria dando lugar a distintos tipos de emprendimientos cooperativos que inten-
tan construir distintos proyectos de vida colectivos. Si bien diversos autores
parten de la premisa de que la Economía Social y Solidaria constituye una
alternativa a la economía de mercado, sin embargo, Susana Presta arribará a la
conclusión de que la Economía Social y Solidaria, lejos de ser una alternativa,
coexiste con los procesos de acumulación de capital en Argentina. Se trata,
entonces, de una progresiva exaltación ficticia de la libertad y la autonomía.
Por ende, las formas de construcción de subjetividad se tornan contradictorias
ya que oscilan entre relaciones de ruptura y relaciones de continuidad con las
estructuras capitalistas dominantes.
De bonos, cheques y vouchers: acerca de la gestión gubernamental
de la felicidad en el neoliberalismo chileno, de Ivan Pincheira, es un texto
que permite apreciar cómo la búsqueda de la felicidad se ha instalado en el
corazón de las prácticas de gobierno modernas. Será, pues, en función de la
prosecución de dichos objetivos que en los actuales regímenes neoliberales
de gobierno se justificará la patente complementariedad entre las prácticas
propiamente estatales y las acciones emprendidas por agentes privados de la
economía. Dentro de este orden de cosas, se concentrará en la política estatal
de entrega de bono, cheques o vouchers. Es así que, junto con poner de mani-
fiesto alguno de los supuestos básicos de la racionalidad neoliberal vigente, a
partir de la descripción y análisis de esta específica práctica estatal, se espera
contribuir a la mejor comprensión de los procedimientos mediante los cuales
se ejecutan las actuales políticas de la felicidad.
A continuación, en Interpretando Chile Ayuda a Chile: El Discurso
Nacional en la tragedia, Maximiliano Korstanje examina meticulosamente el
discurso político nacionalista del programa solidario Chile ayuda a Chile del 5
y 6 de Marzo de 2010 para las víctimas del terremoto acaecido días antes. Ese

29
discurso se estructura en cinco variables: belleza, coacción, deporte u ocio,
estratificación social y grado de producción material o materialidad. De este
modo, se constatará que las contradicciones de la sociedad chilena se replican
en un discurso de doble mensaje que –por un lado- enfatiza explícitamente la
solidaridad, la unión y el poder empresarial para reconstruir una nación devas-
tada en lo anímico y lo material, y que –por otro lado- implícitamente perpetúa
los mismos valores que contribuyeron al desastre.
Finalmente, bajo el titulo Arte, trabajo, universidad, raúl rodríguez
freire se concentrará en la noción de capital humano. Propagada desde la dé-
cada de los 50’ por la escuela de Chicago, a partir de la categoría de capi-
tal humano se suspenderá la noción de trabajo, al que se reemplaza con las
ideas de emprendimiento. De este modo, la estrategia neoliberal consistirá en
transformar a cada trabajador en un empresario de sí mismo. Así se entiende
que hoy en día los gobiernos ya no hablen de obreros ni de trabajo, sino de
emprendedores y de autoempleo. Ahora bien, la universidad no será inmune
a estos emplazamientos. La universidad también está habitada por docentes
y alumnos emprendedores, unos venden saber, otros lo compran, y dado que
ambos habitan el mercado académico, constituyen parte del mismo stock de
capital humano disponible hoy en día en Chile. En definitiva, planteará nues-
tro autor, a partir de la lógica del capital humano se estructura una forma de
gobierno que, incentivando la autonomía y el emprendimiento, buscará que
cada cual se transforme en un empresario de sí mismo. Este es, pues, el tipo
de subjetividad más acorde con los requerimientos del neoliberalismo.
Más allá de que Argentina y Chile compartan una de las franjas fron-
terizas más extensas del planeta –hecho no menor por cuanto es indicativo
de la existencia de una amplia zona de contacto y de intercambio- será la
cercanía de muchos de los procesos vivenciados en nuestras sociedades, lo
que hace que la comparación entre ambas realidades se presente como una
superficie asequible a la hora de inquirir acerca de la gestión gubernamental
de la emotividad. Pero esta pertinencia no es solo producto de las similitudes
que podamos ir extrayendo, sino que también de las diferencias que dichas
prácticas de gobierno exhiban según cada contexto. Es así como, ya sea en las
transversales semejanzas o en las irreductibles diferencias, cualquiera sea el
caso, el contraste entre la situación argentina y chilena se nos revela del todo
apta para una caracterización más acabada de nuestro foco de interés.

30
De esta manera, entonces, dejamos a disposición de quienes se sientan
interesados por indagar junto a nosotros en estas materias una serie de docu-
mentos que, esperamos, permitan contribuir a la mejor comprensión del lugar
asignado a la gestión de las emociones en los presentes regímenes de gobierno
latinoamericanos.

Ivan Pincheira Torres


Santiago de Chile, Octubre 2012.

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ÍNDICE

Prologo
MARÍA EMILIA TIJOUX 7

El capitalismo como religión y segregación racializante:


dos claves para leer las fronteras de la gestión de las emociones
ADRIÁN SCRIBANO 13

Presentación 27

Miedo, policía y excepcionalidad en territorios al margen del Estado.


Una mirada sobre el barrio del Bajo Flores de la ciudad
de Buenos Aires.
MACARENA FERNANDEZ HOFMANN 33

Televisión + estado de sitio:


la perentoria doble cadena del golpe en Chile.
PABLO LEIGHTON CERDA 61

Economía social, ética y estrategias de gobierno.


Resignificaciones de una «utopía».
SUSANA R. PRESTA 83

De bonos, cheques y vouchers: acerca de la gestión


gubernamental de la felicidad en el neoliberalismo chileno.
IVAN PINCHEIRA TORRES 95

Interpretando Chile ayuda a Chile: el discurso nacional en la tragedia.


MAXIMILIANO KORSTANJE 127

Arte, trabajo, universidad.


RAÚL RODRÍGUEZ FREIRE 161

AUTORES 193

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