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Universidad Veracruzana

Facultad de Psicología
Intervención y psicoterapia
Síntesis
La Transferencia y Contratransferencia

Introducción
El éxito de la terapia depende de que se puedan superar las fuerzas que operan en contra de ella
(Appignanesi, Richard; Zárate, 2001), ¿Cuáles son esas fuerzas? Freud identifico 2 obstáculos: la
resistencia a la terapia y la transferencia del paciente.

El neurótico repite en lugar de recordar y lo hace de manera inconsciente, porque reprimir el pasado
ofrece resistencia al recuerdo, concluyendo que el material inconsciente solo puede ser resuelto
cuando se le expone, lo que Freud llamo segunda neurosis o neurosis de transferencia.

Lacan le da un giro al significado de la transferencia y contratransferencia establecido por Freud y


lo redefine en términos de su teoría, como un fenómeno de transferencia de saberes en lugar de
emociones, donde el cliente busca encontrar en el terapeuta el objeto del saber que desconoce.

Desarrollo
TRANSFERENCIA: Es el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre
ciertos objetos, dentro de un determinado tipo de relación establecida con ellos, de un modo
especial, dentro de la relación analítica. Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida
con un marcado sentimiento de actualidad. Casi siempre lo que los psicoanalistas denominan
transferencia, es la transferencia en la cura (Laplanche, Pontalis, & Lagache, 2004).

La transferencia se reconoce clásicamente como el terreno en el que se desarrolla la problemática


de una cura psicoanalítica, caracterizándose ésta por la instauración, modalidades, interpretación
y resolución de la transferencia.

Implica un desplazamiento de valores, de derechos, de entidades, más que un desplazamiento


material de objetos (ejemplos: transferencia de fondos, transferencia de propiedad, etc.).

Para algunos es el conjunto de los fenómenos que constituyen la relación del paciente con el
psicoanalista, por su contraparte el conjunto de las concepciones de cada analista acerca de la
cura, su objeto, su dinámica, su táctica, sus metas, etc.

¿Cuál es el valor terapéutico de la transferencia y de la repetición vivida?

Respecto de la naturaleza de lo que se transfiere: ¿se trata de pautas de comportamiento, tipos de


relación de objeto, sentimientos positivos o negativos, afectos, carga libidinal, fantasmas,
conjunto de una imago o rasgo particular de ésta, o incluso instancia en el sentido de la última
teoría del aparato psíquico?
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Síntesis
La Transferencia y Contratransferencia
El hallazgo de las manifestaciones de transferencia en psicoanálisis, fenómeno acerca del cual
Freud nunca dejó de subrayar hasta qué punto su aparición resultaba extraña, permitió
reconocer en otras situaciones la acción de la transferencia, ya sea porque ésta se encuentre
en el fundamento mismo de la relación en juego, ya sea porque desempeñe, dentro de
ciertos límites a valorar, un papel importante, la historia del concepto, en Freud se observa
una evolución de la transferencia en el pensamiento de Freud. Cuando Freud refiriéndose al sueño,
habla de transferencia, de pensamientos de transferencia, designa con estos términos un tipo de
desplazamiento en el que el deseo inconsciente se expresa y se disfraza a través del material
proporcionado por los restos preconscientes de la vigilia.

De igual forma, en los Estudios sobre la histeria, Freud explicaba los casos en que una determinada
paciente transfería sobre la persona del médico las representaciones inconscientes: El contenido
del deseo aparecía primeramente en la conciencia de la enferma, sin ningún recuerdo de las
circunstancias ambientales que hubieran hecho referirlo al pasado. Entonces el deseo presente, en
función de la compulsión a asociar que dominaba en la conciencia, se ligaba a una persona que
ocupaba legítimamente los pensamientos de la enferma; y como resultado de esta unión
inadecuada que yo denomino falsa conexión, se despertaba el mismo afecto que en otra época
había impulsado a la paciente a rechazar este deseo prohibido.

En un principio para Freud la transferencia, por lo menos desde un punto de vista teórico, no es
más que un caso particular de desplazamiento del afecto de una representación a otra. Cada
transferencia se debía tratar como cualquier otro síntoma, a fin de mantener o restablecer una
relación terapéutica basada en una cooperación confiada, en la que Freud hace intervenir, entre
otros factores, la influencia personal del médico, sin relacionarla para nada con la transferencia.
Cabe señalar que en un principio Freud consideró que la transferencia no formaba parte de la
esencia de la relación terapéutica. ¿Qué son las transferencias? Son reimpresiones,
reproducciones de las mociones y de los fantasmas, que deben ser develados y hechos conscientes
a medida que progresa el análisis; lo característico de ellas es la substitución de una persona
anteriormente conocida por la persona del médico».

Acerca de estas transferencias Freud indica que no son diferentes por naturaleza, tanto si se
dirigen al analista como a alguna otra persona, y, por otra parte, sólo pueden convertirse en
aliados de la cura a condición de ser explicadas y «destruidas» una por una. La integración
progresiva del descubrimiento del complejo de Edipo no podía dejar de repercutir en la forma en
que entiende Freud la transferencia. Freud, en la primera exposición de conjunto dedicada a la
transferencia, subraya que ésta va ligada a prototipos, imagos (principalmente el imago del padre,
pero también la de la madre, del hermano, etc.): el médico será insertado en una de las "series"
psíquicas que el paciente tiene ya formadas. Freud descubre que lo que se revive en la
transferencia es la relación del sujeto con las figuras parentales, y especialmente la ambivalencia
pulsional que caracteriza dicha relación, por el doloroso camino de la transferencia, de que su
relación con el padre implicaba realmente este complemento inconsciente.
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La Transferencia y Contratransferencia
En este sentido, Freud distingue dos transferencias: una positiva, otra negativa, una transferencia
de sentimientos de ternura y otra de sentimientos hostiles. Se observará la similitud entre estos
términos y los de componentes positivo y negativo del complejo de Edipo. Esta extensión del
concepto de transferencia, que hace de ésta un proceso que estructura el conjunto de la cura según
el prototipo de los conflictos infantiles, conduce a Freud a establecer una noción nueva, la de
neurosis de transferencia, constantemente llegamos a atribuir a todos los síntomas de la
enfermedad una nueva significación transferencial, a reemplazar la neurosis corriente por una
neurosis de transferencia, de la cual el enfermo puede ser curado mediante el trabajo
terapéutico. Desde el punto de vista de su función en la cura, Freud primeramente clasifica la
transferencia, de forma más o menos explícita, entre los obstáculos fundamentales que se
oponen al recuerdo del material reprimido.

Desde un principio Freud señala su aparición como frecuente o incluso general: podemos estar
seguros de encontrarla en todo análisis relativamente serio. Asimismo, en este momento de su
pensamiento, Freud constata que el mecanismo de la transferencia sobre la persona del médico
se desencadena en el mismo momento en que están a punto de ser develados algunos contenidos
reprimidos especialmente importantes. En este sentido, la transferencia aparece como una forma
de resistencia y señala al mismo tiempo la proximidad del conflicto inconsciente. Así, Freud
descubre desde un principio lo que produce la contradicción misma de la transferencia y
explica las formulaciones tan dispares que se han dado acerca de su función: en un sentido
es, en comparación con el recuerdo verbalizado, resistencia de transferencia: en otro sentido,
en la medida en que constituye, tanto para el sujeto como para el analista, un modo privilegiado
de captar «en caliente» los elementos del conflicto infantil, en el terreno en el que se realiza,
dentro de una actualidad irrecusable, la problemática singular del paciente, donde éste se ve
confrontado a la existencia, a la permanencia, a la fuerza de sus deseos y fantasmas
inconscientes: Es el terreno en el que debe obtenerse la victoria. Es innegable que la tarea de
domar los fenómenos de transferencia plantea al psicoanalista las máximas dificultades; pero no
debe olvidarse que tales fenómenos son precisamente los que nos proporcionan el inestimable
servicio de actualizar y manifestar las mociones amorosas, ocultas y olvidadas; ya que, a fin de
cuentas, no es posible dar muerte a algo que se encuentra ausente o en representación de eso
ausente.

Sin duda, esta segunda dimensión adquiere una importancia progresivamente creciente a los ojos
de Freud: La transferencia, tanto en su forma positiva como negativa, se pone al servicio de la
resistencia; pero, en manos del médico, se convierte en el más potente de los instrumentos
terapéuticos y desempeña un papel difícil de sobrevalorar en la dinámica del proceso de curación.
Pero también se apreciará, a la inversa, que, incluso cuando Freud va más lejos en reconocer el
carácter privilegiado de la repetición en la transferencia el enfermo no puede acordarse de todo
lo que está reprimido en él y quizá precisamente no puede recordar lo esencial. Más bien se ve
obligado a repetirlo reprimido, como experiencia vivida en el presente, no deja de subrayar
inmediatamente la necesidad que tiene el analista de limitar al máximo el ámbito de esta neurosis
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La Transferencia y Contratransferencia
de transferencia, de presionar la mayor cantidad posible de contenido hacia el camino del
recuerdo y abandonar lo menos posible a la repetición.

Freud sostuvo siempre que el ideal de la cura era el recuerdo completo y, cuando éste se muestra
imposible, se confía a las «construcciones» para llenar las lagunas del pasado infantil.

En su libro Más allá del principio del placer, Freud dice que la reproducción en la transferencia se
presenta con una fidelidad no deseada y que tiene siempre como contenido un fragmento de la
vida sexual infantil, y por tanto del complejo de Edipo y sus ramificaciones, cada vez se destacará
más la idea de que en la transferencia se actualiza lo esencial del conflicto infantil. Ya es sabido
que, en Más allá del principio del placer, la repetición en la transferencia constituye uno de los
datos invocados por Freud para justificar el hecho de situar en primer plano la compulsión a la
repetición: en la cura se repiten situaciones y emociones, en las que finalmente se expresa la
indestructibilidad de la fantasía inconsciente.

Cabe preguntarse entonces qué sentido debe darse a lo que Freud denomina resistencia de
transferencia. En Inhibición, síntoma y angustia, la relaciona con las resistencias del yo, en la
medida en que, oponiéndose al recuerdo, renueva en lo actual la acción de la represión. Pero
conviene observar que, en el mismo texto, la compulsión a la repetición se califica, en el fondo,
de resistencia del ello. Por último, cuando Freud habla de repetición, en la transferencia, de
las experiencias del pasado, de las actitudes hacia los padres, etc., esta repetición no debe
tomarse en un sentido realista que limitaría la actualización a relaciones efectivamente
vividas; por una parte, lo que se transfiere es, en esencia, la realidad psíquica, es decir, en el
fondo, el deseo inconsciente y las fantasías con él relacionadas; por otra parte, las
manifestaciones transferenciales no son repeticiones literales, sino equivalentes simbólicos, de
lo que es transferido.

CONTRATRANSFERENCIA: Conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a la


persona del analizado y, especialmente, frente a la transferencia de éste (Laplanche et al., 2004).

En muy pocos pasajes alude Freud a lo que él llamó la contratransferencia. En ésta Freud ve el
resultado de la influencia del enfermo sobre los sentimientos inconscientes del médico y subraya
que ningún analista va más allá de lo que le permiten sus propios complejos y resistencias
internas, lo cual tiene como corolario la necesidad del analista de someterse él mismo a un análisis
personal.

A partir de Freud, la contratransferencia ha merecido una atención creciente por parte de los
psicoanalistas, especialmente en la medida en que la cura se ha ido interpretando y describiendo
cada vez más como una relación, y también por la extensión del psicoanálisis a nuevos campos
(análisis de los niños y de los psicóticos).
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La Transferencia y Contratransferencia
El pensamiento de Lacan sobre la transferencia atravesó varias etapas.

En la década de 1950 Lacan presenta la contratransferencia como una Resistencia, como un


obstáculo que obstruye el progreso de la cura psicoanalítica. Lo mismo que todas las resistencias
a la cura.

Lacan pensó que la contratransferencia es en última instancia una resistencia del analista. Él
define entonces la contratransferencia como "la suma de los prejuicios, pasiones, perplejidades e
incluso de la información insuficiente del analista en un cierto momento del proceso dialéctico"
de la cura (E, 225). Lacan acepta que los analistas tienen sentimientos respecto de sus pacientes, y
que a veces el analista puede dirigir mejor la cura si reflexiona sobre esas reacciones.

El primer abordaje detallado del tema es "Intervención sobre la transferencia" (Lacan, 1951), en el
cual describe la transferencia en términos dialécticos tomados de Hegel. Critica a la psicología del
yo por definirla en términos de AFECTO: "La transferencia no se refiere a ninguna propiedad o
afecto misteriosos, e incluso cuando se revela bajo la apariencia de la emoción, sólo adquiere
sentido en virtud del momento dialéctico en el cual se produce" (EE., 225).

En otras palabras, Lacan dice que, aunque la transferencia a menudo se manifiesta en forma de
afectos particularmente fuertes, como el AMOR y el odio, no consiste en tales emociones, sino en
la estructura de una relación intersubjetiva. (Evans, 2007)

Lacan sitúa la esencia de la transferencia en lo simbólico y no en lo imaginario, la transferencia suele


manifestarse con la apariencia de amor, primero y principalmente se trata de amor al saber.

En 1953 Lacan señala que la transferencia está implícita en el hábito de habla, el cual supone un
intercambio de signos que transforman al emisor y al oyente.

Lacan articula el concepto de transferencia con el de SUJETO de supuesto SABER: esta articulación
será en adelante central en la concepción lacaniana del fenómeno; por cierto, es esta idea de la
transferencia lo que ha llegado a verse como el más complejo intento de Lacan por teorizar el tema.
Según esta idea, la transferencia consiste en la atribución de saber al Otro, en la suposición de que
el Otro es un sujeto que sabe.

Lacan concibe la transferencia en torno al saber, “Somos portadores de un saber separado de


nosotros”, para Lacan la transferencia implica atribuir un sujeto a ese saber (el analista) y una vez
que se establece esta suposición se produce la transferencia, para él la transferencia no deriva de
que el analista se parezca a la mamá o al papá, sino a la palabra. (Leader & Groves, 2008)
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La Transferencia y Contratransferencia
En la década de 1960 Lacan se vuelve muy crítico del término "contratransferencia". Dice que
supone una relación simétrica entre el analista y el analizante, pero la transferencia no es de
ningún modo una relación simétrica.

Opinión personal
Yo creo que la transferencia y contratransferencia, son fenómenos de suma importancia para hacer
salir de lo oculto el verdadero conflicto inconsciente, pero se requiere ser muy hábil para identificar,
analizar y hacer que la transferencia y contratransferencia operen en favor de la cura.

Conclusión
En el modelo psicoanalítico los fenómenos de transferencia y contratransferencia son
fundamentales para alcanzar la cura, pero se debe ser muy cuidadoso en su manejo, porque es un
arma de doble fino que en manos inexpertas puede llegar a perjudicar el proceso en lugar de ayudar
a resolverlo.

Filemón Córdova Jiménez

Xalapa Ver. a 10 de marzo de 2019.

Referencias

Appignanesi, Richard; Zárate, O. (2001). Freud para principiantes, 176.


Evans, D. (2007). Diccionario Introductorio del Psicoanálisis Lacaniano. Paidós. Retrieved from
www.paidosargentina.com.ar
Laplanche, J., Pontalis, J.-B., & Lagache, D. (2004). Diccionario de Psicoanálisis.
Leader, D., & Groves, J. (2008). Lacan para principiantes.

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