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TRABAJO DE CONTRATOS ESTATALES

JERALDINE ANDREA VERA ORTIZ

LIC. CARLOS LIÑAN

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, JURIDICAS Y HUMANISTICAS


PROGRAMA DE DERECHO
29-08-2017

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TABLA DE CONTENIDO
PROGRAMA DE DERECHO

1. INTRODUCCION 3
2. RESUMEN 4
2.2 ABSTRAC 4
3. OBJETIVOS 5
3.1 OBJETIVO GENERAL 5
3.2 OBJETIVO ESPECIFICO 5
4. PRINCIPIO DE TRANSPARENCIA 6
5. PRINCIPIO DE ECONOMIA 7
6. PRINCIPIO DE BUENA FE 8
7. PRINCIPIO DE SELECCIÓN OBJETIVA 9
8. PRINCIPIO DE LIBRE CONCURRENCIA 12
9. PRINCIPIO DE PLANEACION 12
10. CONCLUSIONES 14
11. BIBLIOGRAFIA 15

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1. INTRODUCCION

Entendiendo que los principios son rectores dentro del sistema jurídico y guías para el mejor
manejo de las instituciones estatales con la finalidad de prestar un buen servicio público y de
esa manera satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

Surge el interés de conocer el valor que genera la aplicación de los principios como fuentes
del sistema jurídico y orientadores en la práctica, al momento de adaptarlos a las diferentes
modalidades de contratación estatal de manera eficiente y efectiva con el objetivo de que
estas acciones se adhieran dentro del marco legal.

Este trabajo presentara los antecedentes normativos, los fundamentos constitucionales, una
línea jurisprudencial y la posición del Consejo de Estado frente a la aplicación de cada uno
de ellos para determinar la manera y el momento en que estos deben ser sumados y aplicados
en la práctica contractual

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2. RESUMEN
Para un buen funcionamiento y cumplimiento de las finalidades del estado, la administración
pública debe manejar con mucho cuidado y moralidad los procesos de contratación estatal;
los cuales son realizados a través de las modalidades que han sido creadas con el objetivo de
suplir las necesidades dependiendo de la comunidad en donde se vayan a celebrar; De tal
importancia son estos negocios jurídicos los cuales crean obligaciones y la manifestación de
la voluntad en ambas partes de cumplir con lo estipulado en los contratos que la doctrina,
jurisprudencia y legislación colombiana observan la necesidad de adherir principios rectores
que sean garantizadores de la claridad y las mismas condiciones de oportunidades de las
personas que se afecten directa o indirectamente de la contratación pública.

3.1 ABSTRACT

For a good functioning and fulfillment of the purposes of the condition, the public
administration must handle with a lot of care and morality the processes of state contracting;
which are realized across the modalities that have been created by the aim to replace the
needs depending on the community where they are going to be celebrated. Of such
importance they are these juridical business which believe obligations and the manifestation
of the will in both parts to expire with the stipulated in the contracts that the doctrine,
jurisprudence and Colombian legislation observe the need to adhere governing beginning
that are covenantors of the clarity and the same conditions of opportunities of the persons
who fall ill directly or indirectly of the public contracting.

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3. OBJETIVOS

3.1 OBJETIVO GENERAL


Establecer la importancia y la finalidad de los principios frente a la aplicación como
orientadores en las diferentes modalidades de los contratos estatales.

3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS


Reconocer los diferentes puntos de vista desde la jurisprudencia y la doctrina frente al uso de
los principios en los contratos estatales.
Puntualizar los antecedentes normativos y considerar lo que establece la ley 1157 de 2007
frente a los principios de los contratos estatales

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4. PRINCIPIO DE LA TRANSPARENCIA
El principio de transparencia está sujeto a las modalidades de contratación estatal, el cual
tiene como objetivo garantizar las mismas condiciones de oportunidades para los oferentes
que buscar contratar con el estado; A demás; la transparencia orienta a la administración
pública a regirse bajo el marco legal con ausencia total de subjetividad. Es decir, evita que
los encargados de contratar lo realicen por medio de intereses particulares y efectuando el
contrato con entidades inapropiadas e incluso sin contar con la capacidad requerida
desviándose de la finalidad del negocio jurídico.
Fundamentos legales
Cabe recordar que el principio de transparencia, a que alude el artículo 24 de la Ley 80 de
1983, garantiza la imparcialidad de la administración y por consiguiente la escogencia
objetiva de contratistas. La aplicación de dicho principio implica que dicha escogencia se
efectúe siempre a través de licitación o concurso, salvo las excepciones previstas en la misma
norma, y que en los procesos contractuales los interesados tengan oportunidad de conocer y
controvertir los informes, conceptos y decisiones que se rindan o adopten, para lo cual se
deben establecer etapas que permitan el conocimiento de dichas actuaciones y otorguen la
posibilidad de expresar observaciones. En el mismo sentido, las actuaciones de las
autoridades deben ser públicas y los expedientes que las contengan igualmente deben estar
abiertos al público, permitiendo, en el caso de licitación, el ejercicio del derecho de que trata
el artículo 273 de la Constitución Política.
El Consejo de Estado reafirma en fallo 17767 de 2011 del Consejo de Estado Magistrado
Ponente Olga Melida Valle que:
El principio de transparencia dispone que la selección de los contratistas debe "edificarse
sobre las bases de i) la igualdad respecto de todos los interesados; ii) la objetividad,
neutralidad y claridad de la reglas o condiciones impuestas para la presentación de las
ofertas; iii) la garantía del derecho de contradicción; iv) la publicidad de las actuaciones de
la administración; v) la motivación expresa, precisa y detallada del informe de evaluación,
del acto de adjudicación o de la declaratoria de desierta; vi) la escogencia objetiva del
contratista idóneo que ofrezca la oferta más favorable para los intereses de la
administración".
Con el objetivo de limitar la discrecionalidad del administrador público, se impone el
cumplimiento de requisitos y procedimientos que garantizan la selección de la mejor
propuesta para satisfacer el objeto del contrato a suscribir. En este orden de ideas, la
suscripción del contrato debe estar precedida, de acuerdo con la letra del artículo 24 de la
Ley 80 de 1993 de un proceso de licitación o concurso público y, excepcionalmente, de un
proceso de contratación directa. (…) Es en desarrollo del principio de transparencia que se
impone la obligación de realizar los procesos de licitación, concurso o contratación directa
"sin tener en consideración favores o factores de afecto o de interés" Lo anterior, con el
objetivo de garantizar el derecho a la igualdad entre los oferentes y evitar el favorecimiento
indebido, por cuanto se estarían desconociendo los principios de igualdad e imparcialidad.

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Si bien es cierto el principio de Transparencia tiene como finalidad que las partes del contrato
estatal actúen con rectitud y bajo el sistema jurídico garantista que acobija la constitución
política y sirve como limitante para los gobernantes que buscan pagar favores “políticos” por
medio de la contratación pública y además asegurar la efectividad de la prestación de los
servicios a los ciudadanos.

5. PRINCIPIO DE LA ECONOMIA
Me atrevería a establecer que es uno de los principios más importantes de la contratación
estatal, vigilar y velar por el dinero público y el buen manejo de este, con la finalidad de
evitar un detrimento patrimonial, proteger los recursos públicos fiscales y la insatisfacción
de las necesidades de los ciudadanos.
La línea jurisprudencial Economía de la relación contractual
MEMORANDO OJ – 22 - 079 – 2004, Bogotá, 13 de mayo de 2004
El principio de economía pretende que la actividad contractual “no sea el resultado de la
improvisación y el desorden, sino que obedezca a una verdadera planeación para satisfacer
necesidades de la comunidad” (…). Este principio exige al administrador público el
cumplimiento de “procedimientos y etapas estrictamente necesarios para asegurar la
selección objetiva de la propuesta más favorable (…)”. En efecto, el artículo 25 de la Ley
80 de 1993 especifica que dichos requisitos deben cumplirse con anterioridad a la apertura
de los procesos licitatorios o invitaciones a proponer, y en todo caso, nunca después de la
suscripción de los contratos. (…) El principio de responsabilidad, impone al servidor público
la rigurosa vigilancia de la ejecución del contrato, incluida la etapa precontractual, por
cuanto atribuye la obligación de realizar evaluaciones objetivas sobre las propuestas
presentadas, de acuerdo con los pliegos de condiciones efectuados con anterioridad.
Fundamentos legales:
Se encuentra en el artículo 25 de la ley 8 de 1993 señalando que:
 Se indicarán términos perentorios para las distintas etapas de la selección.
 Las normas se interpretarán sin lugar a dilaciones.
 El acto de adjudicación no se someterá a revisiones administrativas posteriores
 Las corporaciones de elección popular y los organismos de control, no intervienen en
los procesos de contratación salvo en la audiencia de adjudicación de licitaciones.
 Las autoridades no exigirán sellos, autenticaciones, documentos originales o
autenticados, reconocimientos de firmas, traducciones oficiales ni cualquier otra
formalidad salvo cuando las leyes especiales lo exijan.

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 Se aplica el silencio administrativo positivo, esto es, que luego de 3 meses de haber
presentado una solicitud ajustada a derecho, sin haber recibido respuesta, se entenderá
que la decisión es favorable al solicitante.
Este principio debería ser aplicado a los contratos estatales en cada una de sus modalidades
y bajo cada uno de sus procesos, en busca de la eliminación de trámites que no son
irrelevantes y por lo contrario generan gastos innecesarios; A demás por la delicadeza que
es manejar el dinero de la población que se va a beneficiar del servicio que prestaría la
administración; y sobre todo por las consecuencias penales y disciplinarias que se podrían
llegar activar por la no aplicación de este principio.

6. PRINCIPIO DE LA BUENA FE

Se debe partir o presumir de las buenas actuaciones e intenciones con que actuarían las partes
intervinientes en el negocio jurídico, el hecho de que la finalidad del estado sea servir a la
comunidad y garantizarle sus derechos satisfaciendo las necesidades; no solo debe ser
tomado como unas frases poéticas sino que los gobernantes deben crear las políticas
necesarias para llevar a cabo tal fin; por lo tanto sus actuaciones deben ser acordes a el marco
legal o sistema jurídico; de igual manera los oferentes deben tener la voluntad de realizar un
trabajo en pro de una sociedad, garantizando el buen trabajo.
La jurisprudencia define este principio a través de la T-209/2006 Magistrado Ponente: Jaime
Cordoba Triviño
“En relación a la existencia y aplicación del principio de buena fe dentro del régimen
colombiano de contratación estatal, es oportuno destacar que a partir del fundamento
constitucional al que se ha hecho mención, el mismo aparece expresamente contenido en el
artículo 28 del Estatuto General de Contratación de la Administración Pública -Ley 80 de
1993, que, al hacer referencia a los criterios de interpretación de las reglas contractuales,
dispone: “En la interpretación de las normas sobre contratos estatales, relativas a
procedimientos de selección y escogencia de contratistas y en la de las cláusulas y
estipulaciones de los contratos, se tendrá en consideración los fines y los principios de que
trata esta ley, los mandatos de la buena fe y la igualdad y equilibrio entre prestaciones y
derechos que caracteriza a los contratos conmutativos”. El valor ético de la confianza como
fundamento del contrato administrativo adquiere relevancia particular porque contribuye a
humanizar las relaciones entre la Administración y el administrado. Dada la supremacía
jurídica de la Administración Pública es necesario que su conducta se someta a los dictados
éticos de la buena fe; por ejemplo, en los contratos administrativos, que es el objeto de esta
tutela, en los que el derecho le confiere a la Administración una posición de potentior
personae, que se manifiesta no sólo en la atribución de las potestades de modificarlo,
terminarlo o interpretarlo mediante el ejercicio de la decisión unilateral y ejecutoria, sino

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también en otros poderes y privilegios, tales como el de control y dirección, el de imponer
sanciones, etc.”
El fundamento constitucional establece en su artículo 83 de la Constitución parte de un
supuesto de carácter objetivo muy preciso: cuando en la vida nacional se cumplan
actuaciones de los particulares o de las autoridades públicas todas estas personas deben
ceñirse a “los postulados de la buena fe” con lo que se quiere significar, que quienes así
actúen deben acogerse a proposiciones “cuya verdad se admite sin pruebas y que es necesario
para servir de base en ulteriores razonamientos”.
La parte final del artículo 83 agrega que la buena fe “se presumirá en todas las gestiones que
los particulares adelanten ante las autoridades”. Este ordenamiento de contenido objetivo
consagra a través de la norma jurídica una presunción constitucional desvirtuarle por prueba
fehaciente en contrario; ello quiere decir que la antigua presunción de buena fe contenida en
el artículo 769 del C.C. y cuya aplicación en diversos contextos jurídicos fue motivo de
controversia, por mandato constitucional hoy en día tiene aplicación en toda la actividad
jurídica que se cumple en la Nación.
El principio de buena fe esta originado de un derecho inherente del hombre, como la
dignidad. Es decir, esta intrínseco en el ser humano y se debe presumir que sus actuaciones
están ligadas de moralidad y honradez; en los contratos estatales como lo exprese al inicio
ambas partes deben actuar bajo el marco legal buscando satisfacer las necesidades de una
población.

7. PRINCIPIO DE SELECCIÓN OBJETIVA

En el escenario de la contratación pública colombiana, se considera que existe una serie de


vacíos legales, en virtud que el legislador con fundamento en el principio de configuración
legislativa, otorga a la selección objetiva una connotación dual al considerarla al mismo
tiempo como principio y regla o deber, sin examinar las consecuencias que tendría en algunos
contextos concretos la aplicación de la misma categoría, o peor aún, aplicar las consecuencias
que derivan del incumplimiento de un principio o de una regla o viceversa.
Los antecedentes regulatorios de la contratación estatal en Colombia, se remontan al Decreto
ley 150 de 1976, normativa que no contemplaba la selección objetiva, ni como principio ni
como regla en la contratación Estatal, para aquella época se establecieron los llamados
criterios para la adjudicación, que debían ser tenidos en cuenta por la administración al
momento de adjudicar a un licitante, siempre que su oferta fuere la más favorable y se ajustara
a las condiciones establecidas por la administración.
Con el advenimiento del Decreto 222 de 1983, en su artículo 33 se contemplaban los
llamados requisitos, para la escogencia del contratista, dentro de los que se contemplaba
 El precio

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 El plazo
 La calidad
 El cumplimiento de contratos anteriores
 Solvencia económica
 Capacidad técnica
 Organización
 Equipos
 Experiencia de los oferentes.
La ley 80 de 1993, consagró el deber de la selección objetiva, teniendo en cuenta que en su
momento señaló que: “Es objetiva la selección en la cual la escogencia se hace al
ofrecimiento más favorable a la entidad y a los fines que ella busca, sin tener en consideración
factores de afecto o de interés y, en general, cualquier clase de motivación subjetiva”.
(Artículo 29 de la ley 80, 1993).
Así por ejemplo el parágrafo 2 del artículo 24 de la ley 80, al referirse a la obligación del
gobierno nacional de expedir un reglamento para la contratación directa recabó que dichas
disposiciones deberían garantizar y desarrollar los principios de economía, trasparencia y
selección objetiva, previstos en la ley. De igual manera, el parágrafo 3 del mismo artículo 24
al referirse a la venta de bienes de las entidades estatales expreso que la selección de la
entidad vendedora la hará la respectiva entidad estatal, de acuerdo con los principios de
transparencia, economía, responsabilidad y selección objetiva.
La ley 80 de 1993, fue derogada parcialmente por la ley 1150 de 2007, esta nueva disposición
legal, en materia de principios ordena con fundamento en lo dispuesto en el artículo 13, que
las entidades públicas deben acogerse y aplicar los principios de la función administrativa
contemplados en los artículos 209 y 267 de la Norma Superior.
En la sentencia C-949, en virtud de la importancia del principio de selección objetiva del
contratista para los fines del Estado, la Corte subió la licitación o concurso público como
procedimiento de selección del contratista, al rango constitucional por excelencia dirigido a
la selección objetiva.
En particular, la Corporación resaltó la importancia de los principios de libre concurrencia y
la igualdad entre proponentes, como fundamentos esenciales del proceso de contratación
estatal. (Corte Constitucional, sentencia-949 de 2001. MP. Clara Inés Vargas); es más, la
Corte en la sentencia C-400, determina que el constituyente le confirió categoría de validez
jurídica a la licitación pública, al dejarlo expresamente mencionado en el artículo 273
Superior. (Corte Constitucional, sentencia-400 de 1999. MP. Vladimiro Naranjo Mesa). Vale
aclarar que aunque la Constitución Política en el mencionado artículo, solo se refiere a la
licitación pública como modalidad de selección, no está por demás concebir que dicha
validez jurídica se extiende a la figura de la selección abreviada, al concurso público y la
contratación directa.

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Para el Consejo de Estado, la selección objetiva la reconoce como uno de los principios
orientadores de la contratación estatal, al incluirlo dentro de la variada gama de principios
orientadores de la contratación, cuando señala:
“Al igual que ocurre en todos los contratos estatales, la escogencia del contratista se debe
hace siguiendo los principios orientadores establecidos en la ley: selección objetiva,
economía, trasparencia, entre otros. Los pliegos de condiciones deben tener claramente
definidos, los requisitos para participar dentro del proceso licitatorio, así como la minuta del
contrato que se pretende celebrar”
La sentencia C-300 de 2012 se refiere
“La jurisprudencia constitucional ha resaltado que la adecuada selección del contratista es
fundamental para el buen desarrollo de los cometidos involucrados en la contratación estatal.
Por ello, es fundamental que la selección de los colaboradores de la administración responda
a criterios objetivos, en concordancia con los principios que rigen la función administrativa.
Estos razonamientos fueron inicialmente recogidos en el artículo 29 de la ley 80, en el que
se precisaba que la selección del contratista debía responder a la oferta más favorable a la
entidad, tanto desde el punto de vista económico como de los fines a los que sirve el contrato,
lo que excluye la posibilidad de acudir a factores subjetivos para la selección. En ese
momento el legislador consideró que la ponderación de diversos criterios definidos en los
respectivos pliegos de condiciones o términos de referencia, como cumplimiento,
experiencia, organización, equipos, plazo y precio –no un precio menor al definido en los
pliegos, era la mejor forma de seleccionar objetivamente al contratista”
Conforme a la jurisprudencia del Consejo de Estado, la selección de contratistas para cumplir
con el requisito de objetividad debe caracterizarse por:
 Ausencia total de subjetividad
 Estar determinada por la comparación de distintos factores, establecidos con
anterioridad por la Administración en el pliego de condiciones
 Estar determinada la forma como los factores de selección serán evaluados y el valor
que corresponde a cada uno de ellos en el pliego de condiciones
 Estar determinada la adjudicación y celebración del negocio jurídico por un análisis,
comparación y evaluación objetiva de las propuestas presentadas. (Consejo de
Estado, Sección Tercera, sentencia de junio de 4 de 2008. MP. Miriam Gurrero de
Escobar. Exp. 17783).
La selección objetiva tiene un valor agregado y se refiere a a que la ley 80 de 1993 cataloga
a esta figura como un deber de la administración pública seleccionar de manera objetiva al
mejor oferente, a quien tenga la capacidad suficiente y cumpla con los requisitos exigidos
para la satisfacción y el buen servicio que debe prestar el Estado.

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8. PRINCIPIO DE LA LIBRE CONCURRENCIA
Este principio tiene como finalidad garantizar el derecho a la igualdad, y a participar en los
procesos de la práctica contractual con la finalidad de escoger al mejor oferente y quien
cumpla con todos los requisitos exigidos por la administración.
Como su nombre lo explican son muchos los que pueden concurrir al desarrollo de estos
procesos siempre y cuando tengan la capacidad suficiente para llevar a cabo lo pedido por el
Estado y se satisfaga la necesidad surgida en la población.
La jurisprudencia ese refiere acerca del principio de libre concurrencia y dice “La
jurisprudencia constitucional ha reconocido que el derecho a la igualdad de oportunidades,
aplicado a la contratación de la administración pública, se plasma en el derecho a la libre
concurrencia u oposición, según el cual, se garantiza la facultad de participar en el trámite
concursal a todos los posibles proponentes que tengan la real posibilidad de ofrecer lo que
demanda la administración. La libre concurrencia, entraña, la no discriminación para el
acceso en la participación dentro del proceso de selección, a la vez que posibilita la
competencia y oposición entre los interesados en la contratación. Consecuencia de este
principio es el deber de abstención para la administración de imponer condiciones
restrictivas que impidan el acceso al procedimiento de selección, por lo que resulta
inadmisible la inclusión en los pliegos de condiciones de cláusulas limitativas que no se
encuentren autorizadas por la Constitución y la Ley, puesto que ellas impiden la más amplia
oportunidad de concurrencia y atentan contra los intereses económicos de la entidad
contratante, en razón a que no permiten la consecución de las ventajas económicas que la
libre competencia del mercado puede aparejar en la celebración del contrato. Sin embargo,
la libertad de concurrencia, admite excepciones fijadas por el legislador, con sujeción a
parámetros de razonabilidad y proporcionalidad, que pueden tener como fundamento la
necesidad de asegurar la capacidad legal, la idoneidad moral o las calidades técnicas,
profesionales, económicas y financieras del contratista, además de la posibilidad que tiene
el Estado de establecer inhabilidades e incompatibilidades para asegurar la transparencia
en el proceso de contratación estatal”
El principio a la libre concurrencia desentraña lo que es el derecho público y establece que
todas las personas naturales o jurídicas que cumplan con los requisitos exigidos por la
administración pueden participar. De hecho, sirve para que el oferente sea veedor en los
procesos de selección para la contratación estatal.

9. PRINCIPIO DE LA PLANEACION

Es muy importante conocer a fondo la necesidad de la población que se desea suplir, ya que
de esta manera la administración puede planear el tipo de estudios o requisitos que el oferente
debe poseer para satisfacer lo pedido; cuanto tiempo durara para que la comunidad pueda

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gozar de ese servicio, y de tal manera tener un seguimiento en la ejecución del contrato
estatal.
En la jurisprudencia, el consejo de estado ha establecido “De acuerdo con el deber de
planeación, los contratos del Estado “deben siempre corresponder a negocios debidamente
diseñados, pensados, conforme a las necesidades y prioridades que demanda el interés
público; en otras palabras, el ordenamiento jurídico busca que el contrato estatal no sea el
producto de la improvisación ni de la mediocridad (…) “La planeación se vincula
estrechamente con el principio de legalidad, sobre todo en el procedimiento previo a la
formación del contrato (…) Pero además ese parámetro de oportunidad, entre otros fines,
persigue establecer la duración del objeto contractual pues esta definición no sólo resulta
trascendente para efectos de la inmediata y eficiente prestación del servicio público, sino
también para precisar el precio real de aquellas cosas o servicios que serán objeto del
contrato que pretende celebrar la administración”
la Sección Tercera del Consejo de Estado recientemente ha proferido unas pocas sentencias
(con ponencia del Dr. Orlando Santofimio Gamboa y salvamentos de voto del Dr. Enrique
Gil Botero) en las cuales expone una posición completamente distinta a la decantada por años
por dicha corporación, de lo cual es posible extraer los siguientes postulados:
 Que, a partir de lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 3° de la Ley 80 de 1993,
comoquiera que los particulares contratistas del estado son colaboradores de la
administración, se desprende que ellos también tienen deberes en el cumplimiento del
principio de la planeación lo cual implica para el particular, no solo poner de presente
a la entidad contratante las deficiencias en el cumplimiento de las normas sobre
planeación sino, además, abstenerse de celebrar contratos en los cuales existan fallas
en su planeación.
 Que, en razón a lo anterior, no podrá el contratista pretender el reconocimiento y pago
de derechos económicos surgidos con ocasión de un contrato estatal celebrado y
ejecutado con violación al principio de la planeación, por cuanto ello sería una
“apropiación indebida de los recursos públicos”.
 Que, el contrato celebrado con desconocimiento del principio de la planeación
adolece de objeto ilícito, por cuanto se celebró en contravía a lo dispuesto por normas
imperativas que ordenan que los contratos estatales deben ser adecuadamente
planeados para la satisfacción del interés general (lo anterior se soporta en lo previsto
en el artículo 1519 y 1741 del código civil, así como en las causales contenidas en los
numerales 2° y 3° del artículo 44 de la ley 80 de 1993).
La planeación evita la improvisación con la finalidad de que no existan altibajos en ninguna
de las etapas de los contratos estatales, sobre todo en la ejecución de ello, por lo tanto, se
requiere que el oferente tenga la capacidad suficiente para realizar lo que la administración
ha solicitado y satisfacer las necesidades de una población.

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10. CONCLUSIONES

En todo caso la ley 1157 de 2007 establece para la contratación estatal el cumplimiento de la
adhesión de todos los principios desarrollados en la constitución política de 1991 para la
práctica contractual.
Se puede observar que el legislador no quedo corto al establecer cada uno de los principios,
estos tienen sus propias funciones y finalidades; En el sistema jurídico colombiano el deber
ser siempre ha sido un sueño para los ciudadanos.
Infortunadamente la realidad es diferente, no en todos los casos se aplican los principios
orientadores a los contratos estatales dejando en vulnerabilidad la ejecución efectiva y la
satisfacción de los ciudadanos.

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11. REFERENCIAS BIBLIOGRAFIA

Suárez, Gonzalo (2014). Estudios de Derecho Contractual Público. Bogotá. Primera


Edición. Legis Editores S.A

Fandiño, J. (2014). La Contratación Estatal. Bogotá. Editorial, Leyer.

Matallana, Ernesto (2009). Manual de Contratación de la Administración Pública.


Bogotá. Segunda Edición. Editorial, Universidad Externado de Colombia.

Castro, C; García, L; Y MartíneZ, J. (2010), La contratación Estatal Teoría General


Perspectiva Comparada y Regulación Internacional, Bogotá, Colección de textos de
Jurisprudencia Universidad del Rosario.

Corte Constitucional, Sentencia C- 128 de 18 de febrero de 2003. MP. Álvaro Tafur

Galvis. Corte Constitucional, Sentencia C-949 de 2001. MP. Clara Inés Vargas. Corte
Constitucional, Sentencia C-400 de 1999. MP. Vladimiro Naranjo Mesa.

Consejo de Estado, Sentencia del 3 de diciembre de 2007, expedientes acumulados:


25206, 25409, 24524, 27834, 25410, 26105, 28244, 31447, C.P.: Ruth Stella Correa
Palacio. Consejo de Estado, 14 de abril de 2005. Expediente 25094, C.P. German
Rodríguez Villamizar.

http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2012/C-300-12.htm

(http://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/10654/12282/1/PRINCIPIO%20DE%
20TRANSPARENCIA%20EN%20LA%20CONTRATACION%20ESTATAL.pdf)

file:///C:/Users/MetroMayales/Downloads/castroJimenezErikaPatricia2016.pdf

http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2009/C-713-09.htm

http://www.educacionbogota.edu.co/archivos/Temas%20estrategicos/FSE/2014/Nor
mograma/Leyes/Ley_80_1993_Estatuto_General_Contratacion_Administracion_Pu
blica.pdf

http://www.urosario.edu.co/revista-nova-et-vetera/Inicio/Omnia/La-violacion-al-
principio-de-la-planeacion-en-la-c/

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