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Feminismos y Estudios de Género en el Sur del mundo

Reflexiones críticas en torno a la Colonialidad en la teoría


y en la práctica feminista latinoamericana

Mario Alejandro Catalán Marshall (Chile)


Universidad de Chile
pedhistoriamario@gmail.com

Fecha de recepción: 30-09- 2016


Fecha de aceptación: 23-02- 2017

Es imprescindible descolonizarnos, descolonizar nuestros


cuerpos, descolonizar nuestro tiempo, descolonizar nues-
tros imaginarios.
Julieta Paredes

Resumen Abstract
E l presente artículo invita a reflexionar sobre
las características epistemológicas en las que
se ha ido desarrollando la teoría y práctica femi-
T his paper is an on-going discussion about
the feminist theory and practice in Latin
America. Going on the Yuderkys Espinosa,
nista desde la emergencia de los estudios de gé- Ochy Curiel and Francesca Gargallo thesis, this
nero en la región latinoamericana durante las is based on how the feminism in Latin America
últimas décadas. Retomando los planteamientos has been influenced by the hegemonic European
de Yuderkys Espinosa, Ochy Curiel y Francesca and American feminisms. This point of view will
Gargallo, sobre la adscripción discursiva del be analyzed to discover if there is a common
feminismo local a los discursos hegemónicos collaboration on the sub-continent feminisms
y normativos del norte geopolítico europeo y and also to find a rescue of our own identity by
norteamericano, se pretenderá generar una dis- them.
cusión que permita identificar de qué manera
el feminismo o los feminismos de la región, han
elaborado o no una articulación epistemológica
común en base a los rasgos identitarios de nuestra
región, en donde las temáticas latentes y presentes
en cuanto a opresión de raza, clase, orientación
sexual y de género, estén siendo significadas y
puestas en tensión por estos discursos y prácticas
feministas contemporáneos situados en el sur.

Palabras clave: Feminismo, género, colonialidad. Key words: Feminism, gender, colonization.

Mario Alejandro Catalán Marshall | Feminismos y Estudios de Género en el Sur del mundo
RevIISE | Vol. 9, Núm. 9, Año 2017 pp. 97-109 | ISSN: 2250-5555 | www.reviise.unsj.edu.ar [ 97 ]
Introducción

L a emergencia de los estudios de género en la


región latinoamericana, se han enmarcado
dentro de diversos contextos históricos y sociales
sobre las distintas discusiones teóricas que han
emergido sobre la situación de la teoría y la práctica
feminista latinoamericana actual, especialmente
que responden a características, muchas veces, dentro de los contextos académicos, para de esta
comunes para los países de la región. Por un lado, forma, llegar a identificar de qué manera y bajo
hemos sido testigos de la expansión y difu-sión de qué circunstancias se han integrado a la discu-
los discursos democráticos estatales mo-dernos, sión feminista, los diversos elementos comparti-
que han abogado por la reducción de las diversas dos de la realidad social de nuestra región, en
desigualdades al interior de nuestras so-ciedades, pos de un marco epistemológico común a nivel
y por el otro, se ha hecho reconocible la apertura latinoamericano. En definitiva, el poder recono-
-pero escasa legitimidad- de diferentes espacios de cer o no la existencia de una “articulación” femi-
visibilidad a las demandas específicas, provenientes nista trasnacional que examine y estudie las ca-
desde una diversidad de sujetos y colectividades que racterísticas de los diferentes tipos de opresión
componen nuestra realidad local. Pero, teniendo presentes en nuestra región, desde una matriz
en cuenta este contexto, es imposible no poder decolonial.
preguntarse: ¿Cuáles han sido los ejes rectores de la Para ello, realizaré una descripción general de
teoría y práctica feminista latinoamericana durante la introducción de los estudios de “La Mujer” y de
las últimas décadas?, ¿de qué manera nuestra “Género” en los círculos académicos de América
identidad latinoamericana está siendo significada Latina, para luego problematizar cómo dicha in-
por los análisis epistemológicos feministas troducción, se entrecruza o no, con la existencia
presentes en nuestra región? ¿es nuestra historia de una teoría y práctica feminista que abogue por
y cultura local, un elemento a considerar por los el reconocimiento de nuestra identidad y/o ejes
discursos feministas locales, cuando pensamos característicos comunes a nivel latinoamericano.
en cómo se articulan las diversas opresiones que Con respecto a estos objetivos, ocuparé como re-
afectan a mujeres y hombres en Latinoamérica? ferentes bibliográficos a los planteamientos de
y, final-mente, ¿existe una teoría y una práctica Yuderkys Espinosa, Breny Mendoza, Ochy Curiel
feminista común a nivel latinoamericano? y Francesca Gargallo, entre otros y otras, para con
Es a partir de esta amplitud de simples interro- ellos/as, poder llegar a generar una discusión so-
gantes, que el presente artículo tendrá dentro de bre la situación de la teoría y práctica feminista
sus finalidades, el poder generar una reflexión latinoamericana reciente.

La colonización permanente de América Latina: Entre La Mujer y el Género

P ara iniciar esta reflexión, es necesario realizar


una aclaración conceptual en torno a lo que
llamaré como “la génesis” de los estudios de
en el que surgió, desde diversos grupos de mujeres
feministas, en su mayoría afrodescendientes, una
fuerte crítica respecto a los estudios de “La Mujer”
gé-nero en América Latina. Respecto a ello, no (Women’s Studies), los cuales habían emergido
preten-do aquí hacer un detallado análisis sobre dentro del círculo académico estadounidense y
las ca-racterísticas y procesos sociohistóricos europeo, durante la primera mitad del siglo XX,
en los cuales dichos estudios se posicionaron y a los cuales se les atribuye el haber formulado
dentro de la región, sino más bien, pretendo importantes postulados conceptuales y epistemo-
poder esbozar las relaciones de influencia que lógicos respecto a posicionar el concepto “Mujer”
permearon a las academias latinoamericanas, como una categoría de análisis en las diversas
influencias que como se verá, ejercieron un áreas de las Ciencias Sociales. Sin embargo, sus
fuerte poder de colonización. postulados van a ser fuertemente criticados por
Para reconocer esta génesis, es necesario am- este emergente grupo de mujeres feministas
pliar nuestros márgenes geográficos y temporales, otras, en base a las supuestas parcialidades,
situándonos desde el Norte geopolítico durante la vacíos e invisibilizaciones teóricas, como también
década de los 60 y 70 del siglo recién pasado. Periodo analíticas que presentaban.

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Las críticas estuvieron orientadas principal- darán paso en la década de los ‘80s, a un nuevo
mente a señalar el carácter “esencialista” y giro epistemológico dentro del feminismo
“universalista” de los estudios de “La Mujer”, (primermundista), a partir del cual, emergerán
los cuales habían nacido al alero de un grupo los estudios de Género.
prácticamente homogéneo de mujeres blancas y Por su parte, los estudios de género o Gender
burguesas, y en donde las mujeres de color no se Studies como hemos visto a partir de este
sentían identificadas, debido principalmente, a breve recorrido histórico, tienen una génesis
que en dichas elaboraciones teóricas se dejaba de específica, la cual está ligada al intento de su-
lado la existencia de relaciones diferenciadas de perar las limitaciones que tenían los estudios
opresión hacia las mujeres, cuando las variables de “La Mujer”. Pero, en base a esto, lo que me
de raza y género se entrecruzan. De esta forma y interesa problematizar aquí, es el poder analizar
tal como plantea Curiel (2007): cómo se enmarcan los estudios de género en el
contexto y realidad situada desde nuestra región
El concepto de patriarcado, fundamental latinoamericana. En esta perspectiva, es bastan-
para la teoría feminista, fue puesto en tela te claro apreciar, que todas las discusiones epis-
de juicio por haber sido considerado como temológicas vinculadas a la emergencia de los
una dominación masculina indiferenciada, estudios de género, no serían propias de una ori-
sin examinar como éste se hacía concreto ginalidad teórica y epistémica de las academias
en las experiencias particulares donde de América Latina, sino que más bien, se fueron
la raza, la clase y la sexualidad jugaban generando en una territorialidad alejada de nues-
papeles fundamentales en la reproducción tra región, en un espacio académico en su esencia
social. (p. 2) y europeo o norteamericano en su geografía.
Ahora bien, con respecto a América Latina,
Bajo esta crítica epistemológica, se fueron los estudios de género se inician también -en su
levantando diversas voces dentro de la territo- mayoría- dentro del ámbito académico, y en el
rialidad discursiva norteamericana, dando forma contexto de las postrimerías de las dictaduras
a un movimiento de mujeres feministas de color, militares surgidas en la región a fines del siglo XX,
entre cuyas exponentes se encuentran Angela e impulsados además, por diversas organizaciones
Davis, Bell Hooks, Bárbara Christian y Audre internacionales durante los diferentes procesos de
Lorde, entre otras más, quienes en conjunto y retorno a la democracia acontecidos en gran parte
desde diferentes perspectivas irán denunciando de la región, durante la década de los 90. Ante
el racismo, esencialismo y elitismo del feminismo dicho panorama, Sonia Montecino (1996) señala:
blanco burgués de la segunda ola, dejando en
claro, la marcada ausencia del tratamiento de En la década del 90 comienzan a surgir
las intersecciones entre clase, sexo y raza como otras iniciativas que asumen el término
experiencias superpuestas que afectarían en el de Estudios de Género y que presentan
tratamiento del, hasta ese momento, concepto nuevas estrategias, como por ejemplo la
homogéneo de “La Mujer”. Maestría en Psicología con orientación en
Como ejemplo de esta denuncia epistemológica, Género de la Universidad de las Américas
Audre Lorde a fines de los años 70, interpelará en México, el Programa Universitario de
críticamente a un grupo de mujeres feministas Estudios de Género de la UNAM de ese
blancas, en un panel sobre “Lo personal y lo mismo país y la interesante experiencia de
político”, realizado en la ciudad de Nueva York, Perú, del Diploma de Estudios de Género
señalando: que se otorga en la Pontificia Universidad
Católica. En el caso chileno, se inicia la
Si la teoría blanca americana no tiene que instalación pionera del Diplomado de Es-
tratar con la diferencia entre nosotras, tudios Interdisciplinarios de la Mujer de la
no con las diferencias que resultan en los Universidad de Concepción y el Programa
aspectos de nuestras opresiones, entonces de Estudios Interdisciplinarios de Estudios
¿Qué hacen ustedes con el hecho de que de Género de la Universidad de Chile. Re-
las mujeres que limpian sus casas y cuidan cientemente surgen nuevas iniciativas co-
a sus hijos mientras que ustedes asisten mo en Bolivia, en la Universidad de San
a conferencias sobre la teoría feminista Simón de Cochabamba, donde se imparte
son, en su mayoría, pobres, y mujeres ter- un Diplomado sobre Género y Desarrollo; en
cermundistas? ¿Cuál es la teoría tras el fe- Argentina, en la Universidad de Rosario, en
minismo racista? (Audre Lorde, citado en la que se aprobó una Maestría en Estudios de
Bidaseca, 2012:6) la Mujer. Por último, se destaca la creación
del Comité de Estudios de Género en las
Es así, como las críticas a la universalidad del Américas, perteneciente a Lasa que intenta
sujeto mujer, junto con las críticas a la existencia ser un espacio de confluencia de académicas
de una esencia universal femenina y una esencia de Estados Unidos y América Latina. (p. 6)
universal de opresión común a todas las mujeres,

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Como bien se puede apreciar, y tal como región. Sin embargo, cabe ahora preguntarnos
indica Sonia Montecino, en América Latina los sobre cuáles son los fundamentos teóricos
estudios de género surgen dentro de un contexto desde donde se han ido situando y actuando los
académico que responde, muchas veces, al proceso estudios de género surgidos en el contexto local,
de institucionalización de la temática de género o específicamente, cómo estos estudios de género
presente en los gobiernos latinoamericanos, los han sido capaces de nutrir a la discusión epistemo-
cuales responden a la vez, a los diferentes pro- lógica feminista mundial y bajo qué perspectivas
cesos de retorno a la democracia ocurridos en la de análisis.

Feminismo y estudios de género en América Latina: ¿hacia dónde vamos?

C on respecto a esta producción teórica del fe-


minismo latinoamericano, quisiera poder
ahondar principalmente en lo que podrían ser “las
Continuando con los planteamientos de
Yuderkys, ella nos denuncia la complicidad
que ha tenido el feminismo de los países de la
características” discursivas y epistemológicas que región latinoamericana, con los discursos de
se han ido significando en los estudios de La Mujer las feministas burguesas del primer mundo y la
y el Género dentro de América Latina durante ideología eurocéntrica, a través de la adscripción
las últimas décadas. Y junto con ello, ir proble- a diversos discursos de tipo Liberal, Radical o
matizando en la colonialidad occidental del cono- Marxista, expandidos principalmente en los di-
cimiento que se ha ido conformando dentro del versos espacios de cooperación internacional
feminismo académico y teórico en su amplitud. como por ejemplo, Naciones Unidas y en donde
Para ello, retomaré los principales argumentos estos discursos, que ella nombra como “hegemó-
que plantea Yuderkys Espinosa, quien describe nicos” no han podido y no podrán representar
en su artículo Etnocentrismo y Colonialidad en del todo a la realidad sociocultural y contextual
los feminismos Latinoamericanos: Complicidades y de la “Otra”, la otra subalterna, la otra indígena,
consolidación de la hegemonías feministas en el es- la otra afroamericana, la otra mestiza, la otra les-
pacio transnacional (2009), el cómo los discursos biana, la otra pobre, la otra analfabeta o la otra
locales del feminismo latinoamericano han sido tercermundista latinoamericana.
aprendidos y colonizados en función de otros Para profundizar en esta situación, Yuderkys
discursos, en este caso, discursos provenientes retoma los planteamientos de Breny Mendoza
desde el primer mundo y que obedecen a reali- (citado en Espinosa, 2009), en donde esta última
dades ajenas y muy distantes a las nuestras. se pregunta:
Partiendo desde lo que ella señala como la mis-
ma historicidad de estos discursos feministas ¿Cómo es que [las feministas] llegan a trans-
europeizantes, anclados en el empoderamiento y formarse en un suplemento e incluso hasta
construcción discursiva de una elite de mujeres, en cómplices del plan neocolonial? ¿Cómo
en su mayoría de origen blanco/burgués, que han es que América Latina continúa en el seno
influido y colonizado la construcción empírica del de la democracia cultivando una estructura
discurso feminista latinoamericano, llegándose socio-económica, política-cultural e ideas de
incluso a conformar una elite feminista local, que género y raza que en muchos aspectos con-
en alianza con las feministas del primer mundo, serva los legados de la colonia, los mismos
han llegado a establecer complicidades implícitas valores del poder patriarcal y la crueldad y
o explicitas (Espinosa, 2009). corrupción de los militares y gobernantes
De esta forma Yuderkys nos explica cómo se ha del pasado? (p. 45)
colonizado la teoría feminista latinoamericana,
enfatizando que: Siguiendo esta línea de análisis, Espinosa
(2009) llega a determinar la existencia de una
Ha sido documentado ampliamente la mane- marcada ausencia de abordaje hacia las pro-
ra en que las clases dominantes e intelectuales, blemáticas de raza y clase por parte del femi-
dentro de las cuales podemos ubicar a las nismo latinoamericano en general, identi-
feministas, fueron influenciadas por el pro- ficando aquellas condiciones que han impedido
grama político e ideológico noreuropeo. históricamente un tratamiento adecuado de
Si efectivamente el feminismo del Sur se estos sistemas de opresión dentro del análisis y
alimentó de las ideas emancipatorias y de la política del feminismo local; condiciones que
igualdad de las feministas europeas y estado- sintetizaré de la siguiente manera:
unidenses, seguramente también, habrá que
admitir la herencia etnocéntrica de tal ads- ◊ Las feministas del norte, incluyendo las
cripción. (Espinosa, 2009, p. 43) oriundas del sur, ubicadas geopolíticamente

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en el norte, están lo suficientemente alejadas dios de la Mujer y el género presentes en la
de los problemas y vicisitudes de las vidas de región. Sobre esta situación, Curiel es enfática
las mujeres de la región. en aclarar que la discusión, al igual que lo ocu-
◊ La colonización discursiva de las feministas rrido en el norte geopolítico, fue planteada no
del tercer mundo por parte de las feministas por las feministas “burguesas” de la región,
del norte, se alimenta de las complicidades sino por esas Otras mujeres, las mismas otras
de los feminismos hegemónicos del sur. afrodescendientes e indígenas latinoamericanas
◊ Hay un origen blanco burgués, urbano y quienes posicionaron como premisa central que:
heteronormativo del feminismo latinoame-
ricano, donde las feministas fueron influen- La afrodescendencia o la indígenodescen-
ciadas por el programa ideológico y político dencia, si bien está presente en toda la
noreuropeo con una herencia etnocéntrica, población latinoamericana y caribeña, ac-
lo cual ha traído consecuencias nefastas túa de manera diferente para aquellas/os
en la instalación de una mirada y unos que son más racializadas que otras/os […]
objetivos políticos productivos exclusivos siendo las afrodescendientes y las indígenas
a las mujeres de determinadas clases, quienes han tenido que encargarse de evi-
orígenes y sexualidades del continente denciar estas diferencias entre mujeres, de
latinoamericano (Espinosa, 2009). denunciar el racismo en el feminismo que
se erigía sobre bases elitistas y clasistas y
Ahora bien, es necesario retomar algunas que no tomaba en cuenta en sus postulados
preguntas planteadas al inicio de este artículo, teóricos y en sus acciones políticas los
referidas a la presencia o ausencia en el abordaje múltiples niveles de opresión que traspasaba
teórico del feminismo latinoamericano, sobre a la mayoría de las mujeres. (Curiel, 2007:11)
las características comunes de nuestra cultura
e historia pasada como región. Esto debido en Por lo abordado hasta aquí, y en base a los plan-
parte, a lo evidenciado por los planteamientos teamientos de Ochy Curiel y Yuderkys Espinosa,
de Yuderkys, quien, como hemos visto, nos de- es posible inferir que en América Latina se han
nuncia que el abordaje de las problemáticas repetido, de cierta manera, los patrones evolu-
asociadas a la raza y clase, se han mantenido tivos de los estudios de la mujer y el género primer-
prácticamente ausentes dentro de los marcos mundista, en los espacios de discusión de la teoría
de análisis del feminismo latinoamericano. Por y práctica feminista local. Si bien la presencia de
lo que cabe ahora preguntarse: ¿es posible que la racialidad fue denunciada y puesta en tela de
dentro del feminismo latinoamericano no se esté juicio con respecto a los discursos dominantes del
reflejando la premisa central de la emergencia de feminismo latinoamericano, sería interesante
los estudios de género, como lo fue la crítica al también vislumbrar, de qué manera la academia
esencialismo y la universalidad de las mujeres?, latinoamericana se ha estado haciendo cargo de
¿de qué manera la racialidad y “mesticidad” dicha denuncia y de qué manera se ha integrado o
propias de la construcción histórica de nuestra no a la teoría académica y práctica feminista, las
región han sido olvidadas por la teoría feminista temáticas de racialidad e indigenismo presentes
en un contexto donde los estudios de género en nuestras sociedades.
abogaron por estudiar las características de opre- Para esto, creo que sería necesario ahondar
sión, asumiendo y abordando las diferencias? en las reflexiones de Francesca Gargallo (2006),
Para aclarar esta confusión, retomaré los plan- quien señala:
teamientos de Ochy Curiel, quien en su texto
Los aportes de las afrodescendientes a la teoría y la ¿Por qué en la década de 1990 el feminismo
práctica feminista: Desuniversalizando al sujeto Mu- latinoamericano dejó de buscar en sus
jeres (2007), nos invita a reflexionar sobre cómo propias prácticas, en su experimentación
un sector del feminismo de América Latina y el y en la historia de sus reflexiones los sus-
Caribe, se ha nutrido teórica y políticamente de tentos teóricos de su política y aceptó acrí-
los principales postulados del “feminismo ne-gro” ticamente la categoría de gender-género
(Black Feminist), surgido tras las críticas a la esen- para explicarse la participación en “políticas
cialidad y universalidad hacia los estudios de La públicas” como solución a la crisis del movi-
Mujer, que se plantearon al inicio de este artículo. miento, según lo exigía la cooperación
Ochy Curiel indica que es necesario reconocer internacional? (p. 3)
que las luchas y acción política de las mujeres en
Latinoamérica, han sido en contextos de colo- Haciéndonos parte de estas reflexiones, y tal
nialismo y dependencia económica, con toda la como señalaba anteriormente, la introducción
carga histórica, económica y sociocultural que de la categoría de género en las academias lati-
esto ha generado. Sin embargo, no fue hasta noamericanas, respondió a los ideales logocén-
la década de los 80 que la temática sobre el tricos y eurocentrados del academicismo occi-
“racismo” fue puesta sobre la mesa, respecto a dental, pero también respondió a los ideales
la necesidad de su abordaje dentro de los estu- desarrollistas de los gobiernos de la región, quie-

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nes fueron receptores (hasta el día de hoy) de los a las mujeres empobrecidas, indígenas,
diversos proyectos de desarrollo económico im- campesinas, trabajadoras. Muchas organi-
pulsados por los organismos dotados del capital zaciones de mujeres se convencieron y
internacional, tan apetecido por los estados aceptaron la intermediación de las “exper-
locales. tas” que se dedicaron a la política del lobby,
De esta manera, es posible apreciar cómo este (definir políticas, en charlitas con sus
“saber” feminista, durante el periodo de los 90, fue cuarteles neoliberales), para las políticas
siendo coaptado por las prácticas y mecanismos públicas y la llamada incidencia, para
institucionales, incluyendo su producción teórica, hacer incidencia y no transformación y así
la cual muchas veces sirvió de base y sustento desmovilizar a las mujeres, que era el manda-
para poder justificar y atraer a esos múltiples to de los organismos internacionales. (p. 47)
financiamientos internacionales, enmarcados en
un proceso de consolidación de un feminismo de Es así como se fue profundizando un discurso
corte “Liberal”, y en donde una parte importante feminista en alianza con la nueva gobernabilidad
del movimiento feminista latinoamericano se democrática, propia de las emergentes demo-
replegaría dentro de múltiples oficinas estata- cracias latinoamericanas, bajo premisas tan ne-
les, difusos programas de género de corte acadé- cesarias y familiares para los oídos latinoame-
mico, como también, en un movimiento social ricanos, tales como: el fortalecimiento de la
feminista prácticamente disgregado y que se igualdad de oportunidades entre hombres y
comenzará a articular de manera “autónoma” o mujeres, la reestructuración de la conducción
por qué no también, de manera disidente a los del desarrollo económico, social y tecnológico
feminismos de corte estatal. Así, este feminismo en función de los valores recién conquistados
que se podría caracterizar como liberal en su por la ciudadanía; de equidad social, pluralismo
esencia, de tacones altos, traje dos piezas y de ideológico, cohesión territorial, sustentabilidad
extensas agendas públicas dentro de los espacios medioambiental y la profundización de la parti-
institucionalizados, fomentará la producción de cipación política (Matos y Paradis, 2012).
ideas serviles a los intereses blanqueados de un Sin embargo, este sector del feminismo, en
sector específico de feministas, como también a disonancia de lo que podría estar sucediendo
los intereses del capital económico internacional, con el feminismo de carácter “autónomo” de la
bajo la mascarada del proceso de “desarrollo misma época, no se estaría haciendo cargo de
económico a escala humana” ampliamente cuestionar la eurocéntrica forma de transmisión
difundido dentro de la era global. y producción de conocimientos de las academias
Así lo denuncia también Julieta Paredes (2014), latinoamericanas contemporáneas, cuyos progra-
quien indica: mas feministas están -unos más que otros- siendo
participes activos en la dotación de significado
Las tecnócratas de género convertían las de las necesidades blanqueadas de sus mismos
luchas en algo técnico y no político y nos países, e invisibilizando como diría Gargallo, las
contaban el cuento de la equidad de género, lenguas, las cosmovisiones, las relaciones de género,
tratando de convencernos con porcentajes así como los sistemas educativos y de salud que de
de participación política “de ellas”, no de ellas se derivan, de más de 607 pueblos de nuestra
nosotras, ellas que no nos representaban región Latinoamericana” (2014:33).

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(Re)pensando el feminismo desde el sur y para el sur

D e la situación expuesta, es posible apreciar


cómo dentro de la teoría y la práctica fe-
minista latinoamericana, se han sucedido
saberes académicos e institucionales vigentes que
se hagan cargo de abordar estas problemáticas
desde una perspectiva interseccional.
múltiples transformaciones en su devenir; Bajo estas certezas, nos surgen nuevas y más
pero, aun así, la gran premisa sigue siendo la interrogantes, tales como: ¿sería necesario poten-
recepción y reelaboración de corrientes episte- ciar los Otros espacios de participación teórica y
mológicas provenientes de un territorio teóri- práctica feminista? ¿cómo se podrían legitimar
co y académico alejado de nuestra realidad si- las demandas feministas dentro de estos espa-
tuada. Así también, es interesante evidenciar cios Otros de poder/saber no tradicionales?
cómo el colonialismo histórico, expresado en sus ¿de qué manera es posible rescatar y dotar de
vertientes económicas, políticas e incluso teóricas autoridad epistémica a nuestro indigenismo,
discursivas, no se ha alejado de nues-tro espacio afroascendencia y disidencia sexual, dentro de
geográfico, manteniéndose y consolidán-dose los contextos territoriales de producción euro-
los lazos de dependencia y alianzas con el norte centrada y logocentrista?
geopolítico. Por lo que sería necesario re-pensar, Para ir pensando en unas posibles respuestas
de qué manera y por qué razones los discursos a estas interrogantes, creo que sería necesario
feministas hegemónicos colonizantes siguen inicialmente, volcar nuestra mirada y subjetividad
aún vigentes en el círculo académico latinoame- colonizada, hacia la creación de relaciones más
ricano, con las inevitables implicancias teóricas horizontales entre los diversos agentes y espacios
y prácticas que esto estaría trayendo para el fe- que convocan al movimiento feminista, teniendo
minismo de la región. en consideración que en América Latina el movi-
En relación a este contexto, es interesante miento feminista presenta una importante hete-
ver cómo se sitúa la relación entre el Estado y rogeneidad, y que la presencia de esta misma
el movimiento feminista, desde sus diferentes heterogeneidad, ha ido evolucionando desde
vertientes, con el fin de poder entender las diver- su reclamo al autoritarismo de Estado propio
sas transformaciones que han tenido los estudios de los años 80, a la institucionalización y “ong-
feministas y de género desarrollados en la región ización” propia de los 90, volcando en el día de
durante las últimas décadas. En este sentido, la hoy, en una abundante emergencia de diversos
crítica tendría que ver más bien con los procesos movimientos y sujetos que han comenzado a rei-
de institucionalización de las demandas feminis- vindicar un pasado pre-colonial y el retorno a
tas que se han producido en la región y cómo el formas propias de sociabilidad tradicionales de
Estado (en sus diferentes expresiones locales), diversas comunidades indígenas de Abya Yala,
como agente articulador e instrumental, ha ido como también a la visibilización de otras formas
demarcando las demandas propias de las mu- de sentir y expresar el deseo sexual y amoroso,
jeres e incluso de la producción discursiva y teó- en sintonía con el reclamo de su legitimidad.
rica del feminismo local. Movimientos, sujetos y colectividades a través de
Con respecto a ello, la situación actual enmar- los cuales se ha ido desplegando una emergente y
cada en los discursos decoloniales emergentes potente producción de teoría y práctica feminis-
propios de la región, y los cuales expusimos de ta, tendiente a cuestionar la relación entre mo-
manera bastante parcial, mediante las diversas dernidad/colonialidad propia de los discursos
problemáticas planteadas por Espinosa, Curiel, coloniales presentes en determinados sectores
Mendoza y Gargallo, darían cuenta sobre cómo del mundo académico local, y que aún continúan
los movimientos feministas locales, han ido dormidos en las políticas públicas de corte liberal y
buscando como finalidad, un camino propio de en la producción eurocentrada del conocimiento.
resignificación discursiva, un encuentro con sus Sin embargo, y a pesar de que en los últimos
propias matrices históricas ancestrales, ligadas años dentro de nuestra región han comenzado a
a la idea principal de descolonizar la práctica y emerger diversos discursos contrahegemónicos
la teoría feminista, en donde se hace evidente la y críticos a la colonialidad del saber, movilizados
necesidad de visibilizar la existencia de relaciones por mujeres y hombres feministas que han
de poder estructurales y cotidianas que afectan expuesto sus experiencias y su palabra desde
a un sinnúmero de personas, en relación a su diversas plataformas y espacios (incluyendo
género, raza, etnia, preferencia sexual y clase el académico), expresando su resistencia a ser
social, generándose un llamado urgente, a la hablados/as y teorizados por otros (Ciriza, 2015),
expansión de una epistemología decolonial de los mi propio recorrido académico situado dentro

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de los márgenes nacionales desde donde habito y de éstas, para no recaer así, en lo que bajo mi
me posiciono como sujeto, me han hecho ver con ojo crítico se ha ido levantando como el nuevo
sospecha e inquietud, el cómo estos discursos “slogan” o frase feminista de moda a introducir
emergentes podrían peligrosamente llegar a cosi- en todos los análisis de género actuales, los que
ficarse dentro del espacio académico, a partir comúnmente terminan en oraciones celebres que
de un continuo tramposo que los ubique como apuntan a pensar nuestras vivencias de opresión
“lo otro novedoso” a anexar en las discusiones en relación a las posiciones de raza, clase, etnia
teóricas del feminismo local. Esta inquietud la y orientación sexual, de cada sujeto, colectivos
hago trasparente y explicita, debido a que en mi o comunidades, hecho que no estaría más que
recorrido por diversos cursos y programas de cimentando la despolotización misma de un saber
género presentes en la academia, he ido consta- ampliamente subversivo y cuestionador de las
tando, cómo un pequeño sector de mujeres lógicas patriarcales aún vigentes en los círculos
“feministas” se han vuelto referentes en las temá- académicos. Sin perjuicio de lo anterior, al ampliar
ticas que trabajan, siendo invocadas por el resto nuestra mirada hacia otras latitudes, la emergencia
de la comunidad académica, como la fuente de un de diferentes voces y movimientos feministas a lo
marco teórico que se considera a sí mismo como largo de las diversas territorialidades que dibujan
“legitimo”, monopolizando en términos prácti- el paisaje latinoamericano, nos hace constatar el
cos, un saber que se hace llamar “feminista” y cómo se ha ido conformando una programación
demarcando de manera simbólica, ya sea desde feminista que se acoge a la perspectiva situada,
la posición de saber-poder que detentan dentro histórica, cultural y geopolítica propia de nues-
de la institucionalidad académica, o desde sus tra región, y como bien decía, se han ido situan-
diversas producciones teóricas-discursivas, los do desde una complicidad epistemológica
lineamientos de lo que hoy se consideraría como decolonial, levantando un saber-hacer que
relevante a investigar y teorizar por el resto de cuestiona profundamente las matrices racistas,
los actores involucrados en la elaboración del sexistas, androcéntricas y eurocéntricas de los
conocimiento, reproduciendo así, las mismas feminismos colonizados por los programas fe-
abyecciones que ellas dicen o pretenden criticar. ministas de dependencia político-ideológica y
Ante esta situación, la cual he vivenciado y económica introducidos por las políticas de corte
corporizado en primera persona, me llevan a ver desarrollistas, en los diversos países pobres del
con asombro, la reproducción de una paradoja mundo, incluidos los de nuestra región.
que siempre he considerado desde mi propia Ante esta nueva emergencia, no quisiera entrar
subjetividad, como mera una falsedad; la cual se a profundizar en las bases epistemológicas de
refiere a la existencia de una historicidad cíclica su saber teórico, sino más bien, la intención
en relación a determinados procesos histórico- expresada hasta aquí, ha sido el ir develando
sociales, y que en esta ocasión, tendrían que ver desde una matriz histórica y georeferenciada, la
con el hecho de que en ciertos contextos de la colonialidad discursiva presente en los feminis-
academia latinoamericana, se estuviesen repro- mos latinoamericanos, la cual ha estado en sin-
duciendo las mismas tensiones de un feminismo tonía con una matriz teórico/discursiva propia
que fue cuestionado en su momento, por su rol de la colonialidad.
en la reproducción e invisibilización de las desi- Sin embargo, creo que es necesario aclarar este
gualdades de raza, clase y preferencia sexual viraje, desdibujar el perfil identitario de lo que
dentro de su accionar y elaborar teórico. podría ser “la emergencia” de estos nuevos saberes
En esta misma línea, el hecho de constatar que algunos encarnan como “posmodernos”.
desde mis propias vivencias, el cómo estos diver- Para ello, me remitiré someramente a lo que
sos programas de género de corte académico señala Yuderkys Espinosa (2014), cuando define
continúan reproduciendo marcos teóricos y epis- al feminismo descolonial como:
temológicos importados, abriéndose en determi-
nadas ocasiones a invitar mediante congresos, Un movimiento en pleno crecimiento y ma-
seminarios, foros y charlas a estos discursos duración que se proclama revisionista de la
críticos como lo “otro” exótico que merece ser teoría y la propuesta política del feminismo
analizado, pero, paradójicamente a la vez, esta- desde lo que se considera su sesgo occiden-
rían escasamente generando una producción teó- tal, blanco y burgués. Entendemos que el
rica y epistemológica que no siga dependiendo feminismo descolonial aglutina las pro-
de la colonialidad del saber, lo cual a mi parecer, ducciones de pensadoras, intelectuales,
pudiese y debiese ser desarrollado y ampliado activistas feministas, lesbianas feministas,
desde estos mismos lugares, potenciando diversas afrodescendientes, indígenas, mestizas po-
instancias y espacios de enseñanza-aprendizaje bres, así como algunas académicas blancas
vinculados al desarrollo de habilidades de aná- comprometidas con la tarea de recuperación
lisis teórico, que permitan problematizar y histórica de un nombre propio, de una teoría
abordar las diversas opresiones de raza, clase, y práctica feminista antirracista en Abya
etnia y sexualidad, desde una perspectiva que Yala. (p. 32)
se haga cargo de la interseccionalidad misma

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Tomando en cuenta esta última definición, y ◊ 3.-Ponerse en sintonía con los movimientos
retomando una interrogante esbozada al inicio de de mujeres y trabajar con ellas, entablando un
este ejercicio de reflexión, respecto a la existencia diálogo, en donde la investigación académica
o no de una articulación feminista común en trabaje en una relación co- constructiva del
Latinoamérica, cometería un craso error al afirmar conocimiento, entre sujetos investigados y
tajantemente la no existencia de un discurso común sujetos investigadores, transparentando y
articulado en la región, debido a que considero, posicionando dentro de la construcción em-
según la evidencia presentada en la última década, pírica, todos los privilegios de raza y de clase
que se han ido levantando distintas voces que que gran parte de los actores académicos
nos invitan a cuestionarnos sobre la colonialidad podrían llegar a tener antes de comenzar a
de los discursos hegemónicos presentes en la levantar información de carácter feminista.
teoría y práctica feminista. Hecho que se ha visto ◊ 4.-Ahondar en la historia de las ideas conti-
reflejado también, en la emergencia de unos dis- nentales del pensamiento feminista de las
cursos “Otros”, en donde la presencia indígena mujeres indígenas, americanas no occi-
latinoamericana y feminista, no han estado ausen- dentales, en la construcción de los idea-
tes dentro de las discusiones generadas en espacios rios feministas que buscan formas de orga-
tan legitimados como por ejemplo, en torno al nización propias, contra las desigualdades
Foro Social Mundial o en la emergencia de una existentes en nuestra región, al mismo
nueva epistemología latinoamericana que se ha tiempo que se resisten en la construcción
abanderado, en palabras de Breny Mendoza por la de los idearios feministas continentales do-
diversidad y eclosión ontológica de sujetos hasta ahora minados por la colonización y la hegemonía
invisibilizados y violentados por la modernidad, el occidental (Gargallo, 2014).
capitalismo y el conocimiento eurocentrado (2010:19), ◊ 5.-Abordar el reconocimiento de la historia
pensamiento del cual las autoras y aca-démicas moderna de cada uno de los pueblos que
analizadas a lo largo de este artículo, entre muchas conforman a la región. Desde el recono-
otras -Sonia Montecino, Rita Segato, Julieta Paredes, cimiento de esta modernidad americana
Sylvia Marcos, Aura Cumes, María Lugones- compleja, no dependiente de los aportes
podrían identificarse y situárseles como tal. externos, sino responsable de su configu-
Creo que los desafíos para estos nuevos saberes ración, podremos destejer imágenes occi-
emergentes son múltiples y se encarnan en cada dentales (y su lectura eurocentrada) del
uno de nosotros/as, al momento de evidenciar desarrollo como imitación, del racismo
nuestra corporalidad situada en espacios de alta como rechazo y de la interiorización de
carga androcéntrica y heteronormativa, como lo todo lo proveniente de los grupos humanos
son evidentemente, los círculos de saber-poder que no eran el colonizador dominante. Solo
académico locales. Estos desafíos si bien son así podrán releerse el mestizaje, la trans-
múltiples, quisiera transparentarlos de manera formación de las naciones originarias en
sencilla y sintética, arriesgándome a recaer en “grupos étnicos”, la identificación de los
lo grotesco que podría llegar a ser la apropiación africanos como “negros esclavos” y de los
discursiva, mediante los estrictos cánones y nor- pobres como víctimas (Gargallo, 2014).
mas del citado o parafraseo propios de nuestra ◊ 6.-Identificar una realidad que para muchos
formación academicista. está invisibilizada, una realidad creada por
Dichos desafíos de producción latinoamericana la llegada de las nuevas prácticas económicas
pensados desde lo local y para lo local, los articulo y sociales de la modernidad, al Mundo Aldea
bajo los siguientes ejes: (Segato, 2011), en donde las atribuciones de
lo “femenino” y lo “masculino” han sido
◊ 1.-Posicionarse no desde la subalternidad, ya transformadas completamente, alterando
que aceptarse como subalternos/as, es aceptar incluso la misma historicidad y devenir de
una jerarquía y hablar desde ahí (Paredes, muchas comunidades indígenas. Ante esta
2014:39). Por lo que en concordancia a lo que situación, se hace necesaria la idea de res-
plantea el feminismo comunitario en Bo- tituir la deliberación y autonomía interna
livia, sería necesario posicionarse desde una de estas comunidades, en donde el Estado
“autonomía epistémica” que se traduzca a la en conjunto con el mundo académico,
vez, en una teoría de acción y práctica social. sean actores clave en la protección de la
◊ 2.-Estudiar las teorías y posicionamientos cosmovisión de las diversas comunidades
políticos y prácticos de las propuestas femi- indígenas latinoamericanas, reconocedores
nistas tanto de las intelectuales, activis- por excelencia de la riqueza que implica esta
tas, dirigentes y mujeres en general que diversidad y autonomía interna, propia de
se suscitan al interior de nuestra región, muchos hombres y mujeres indígenas.
confrontando las renovadas políticas de identi- ◊ 7.-Contribuir en la dotación de significado
dad, de defensa del territorio y del derecho pro- a la estrategia de la devolución de las
pio de los pueblos indígenas de América Latina autonomías internas a las sociedades “in-
(Gargallo, 2014:18). tervenidas” por la matriz colonizadora neo-

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liberal, bajo la idea de Pluralismo Histórico deberíamos mirar profundamente. Son
(Segato, 2011), en donde cada pueblo sea nuestras raíces olvidadas y borradas por la
un vector histórico y soberano propio, y en imposición cultural colonizadora. Creo que
donde el Estado lejos de ser un agente que debemos mirar al pasado y hacerlo presente,
“imponga” la ley, sea un Estado restituidor cuestionar nuestros patrones culturales y
de la jurisdicción propia de las comunidades volver a la búsqueda del equilibrio, un equi-
indígenas y a la vez un Estado “garante” de librio que nos permita “vivir bien” entre
la deliberación interna de estas mismas, lo hombres y mujeres y en comunidad.
que podría ser fomentado desde las esferas ◊ 11.- Acercarnos a la historia y cultura de
académicas del saber latinoamericano. los pueblos que por más de 500 años han
◊ 8.- Profundizar en temáticas pioneras del producido conocimientos claros sobre su
feminismo negro primermundista, en lo realidad, haciendo transitar sus propias sub-
referente a las temáticas relacionadas al jetividades individuales y colectivas para la
heterosexismo que ha sido poco abordado construcción y transmisión de conocimientos
por las organizaciones de mujeres negras propios, dialogando con ellos, retomando los
latinoamericanas en sus orígenes, y ante conocimientos que han generado a los largo
lo cual desconozco si han habido avances. de estos cientos de años de crítica al sistema
Personalmente, creo que es fundamental patriarcal que se han anquilosado en nuestra
reconocer el aporte de este movimiento [Black región (Gargallo, 2014).
feminist], en el punto de que nos muestra ◊ 12.- Como último punto, quisiera exponer
cómo este gran sistema de “opresión”, que a modo personal, el cómo me ha llamado
conocemos como Patriarcado, se nutre de profundamente la atención, la motivación
otras categorías de opresión como el Racismo por generar una explicación y análisis de
(Curiel, 2007). En este sentido, en América las diversas opresiones existentes en nues-
Latina, un continente tan racializado y tra región latinoamericana, desde una mi-
colonizado por lo “blanco” no dejaría de rada local y bajo una óptica que problema-
ser un tema menor, debido al impacto que tice el legado colonial. Considero que el
este sistema de opresión ha tenido en la aporte feminista está siendo crucial en el
configuración de nuestra misma identidad poder identificar los patrones de domi-
cultural como pueblos. nación y subordinación existentes en nues-
◊ 9.- Visibilizar y validar las experiencias tras sociedades hasta el día de hoy, y que
que han surgido en los emergentes deveni- además, se continúan reproduciendo. Con
res históricos de diferentes pueblos lati- esto me refiero específicamente a la discri-
noamericanos que han dado inicio a un minación racial, social, de género y por
proceso de cambio, en donde se han ido sobre todo a la sexual. A mi parecer, creo
desarrollando nuevas formas de organi- que es sumamente importante continuar
zación social ligadas en torno a la idea de este trabajo, ampliando y difundiendo las
comunidad y su autosuficiencia, enmarcada perspectivas de análisis epistémicos que se
en una resignificación del sistema sexo/ hagan cargo del tratamiento de los sistemas
género marcados por una mayor horizon- de opresión existentes desde marcos teóricos
talidad y equivalencia, en rechazo a la hege- interseccionales, profundizando en sus fi-
monía masculina y cualquier expresión nalidades como herramienta metodológica.
neoliberal del patriarcado (caso del feminis- De esta manera, considero que todos los es-
mo comunitario en Abya Yala, Bolivia) fuerzos por generar una nueva corriente
◊ 10.- Reelaborar una teorización feminista de pensamiento desde lo local, desde la he-
en la cual el género sea una variable teórica rida colonial quedarán invisibles si es que
más, que no sea separada de los otros ejes de no se comparten, se difunden y bajan de
opresión, sustentada en una epistemología la academia. Para esto, a mi juicio, sería
feminista descolonizada, en donde habría cla-ve desarrollar una incorporación real y
que desalambrar la teoría y hacerlo con la efectiva de la perspectiva de género e inter-
práctica “saber hacer” y no “saber sobre”. seccionalidad de las opresiones en el área
Visibilizando y (re)apropiándonos de los dis- educativa escolar formal, específicamente
tintos saberes y prácticas del mundo indí- a los programas de estudio de asignaturas
gena latinoamericano. Problematizando vinculadas a las humanidades y las ciencias
el concepto de “corporización” de la teoría sociales, debido a que como se puede ver en
(Marcos, 2014), tomando como ejemplo a las la realidad escolar de nuestro país (Chile),
diversas comunidades del mundo mesoame- cada cierto tiempo las temáticas ligadas al
ricano, en donde el cuerpo no se opone a género, sexo y culturas indígenas son una
la mente, la teoría en sí es hablada, vivida, y otra vez, relegadas a un rincón mínimo
sentida, olida y bailada. En síntesis, es otra dentro de los programas escolares, los cuales
forma de ver y aprehender el mundo, otra deberían ser la base y génesis de la reflexión
episteme, de la cual nosotros y nosotras propia de nuestras nuevas generaciones.

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A modo de conclusión

P ara ir concluyendo esta reflexión, estimo


que considerar sólo al género, desde su
construcción social y simbólica, como único
Ante lo señalado por Braidotti, podríamos
proponer que en América Latina se cultive una
conciencia nómade dentro de los círculos de la
elemento que oprimiría y subordinaría a las teoría y la práctica feminista, en un sentido de
mujeres latinoamericanas, vendría siendo reconocer nuestras diferencias y elementos
un error. La problemática debe ser abordada comunes respecto al espacio social e histórico
de manera multidimensional y tomando en en el cual estamos situados. Para ello, no sería
cuenta de manera rigurosa el cómo se articulan necesario desechar del todo las premisas epis-
y se encarnan en los cuerpos los diversos tipos temológicas provenientes de otras latitudes y
de opresiones existentes, tanto en el discurso contextos, sino que podríamos ser capaces de
académico y/o políticas públicas que pretendan introducir nuestra propia cultura, pasado y
equiparar géneros dentro de nuestra sociedad. presente latinoamericano en una articulación
Solo de esta forma podríamos replantearnos de diferentes marcos epistemológicos ajustados
el lugar que estaría ocupando el feminismo a nuestra realidad local, entrando en sintonía
latinoamericano en su producción teoría y con lo que bien señala Braidotti (2000), cuando
práctica, y la relevancia de cómo éste, desde su afirma que
propio “construir”, estaría aportando hacia la
equidad de género de la región. las feministas necesitan llegar a manejar
En dicha línea, tal mirada sería necesaria fluidamente una variedad de estilos y án-
visibilizarla y expandirla a nuestra realidad y gulos disciplinarios, y en muchos dialectos;
medios cercanos, llegando a establecer lazos de jergas y lenguas diferentes, para renunciar
comunicación y retroalimentación entre la cons- así a la imagen de hermandad en el sentido
trucción empírica de los discursos feministas de similitud global de todas las mujeres
con la comunidad social, problematizando en cuanto segundo sexo, a favor de un re-
los mecanismos de opresión de raza, clase y conocimiento de la complejidad de las
sexualidad, en la cual están insertas día a día miles condiciones semióticas y materiales en las
de mujeres y hombres de Chile y Latinoamérica. cuales operan las mujeres. (p. 78)
Por lo que vendría siendo interesante propo-
ner aquí, desde esta última reflexión sobre el Por último, no podemos olvidar del todo el
feminismo latinoamericano, la noción de Sujetos lugar desde donde nos ha tocado hablar y posi-
Nómades planteada por Rosi Braidotti (2000) cionarnos. El feminismo latinoamericano, como
como una estrategia de resistencia critica a hemos visto, no puede hacer oídos sordos a su
los discursos hegemónicos y normativos del pasado y también presente colonizado. Por lo que
feminismo regional actual, y en donde sería su- considero necesario, fomentar una articulación
mamente necesario posicionar la situación de feminista latinoamericana transfronteriza que
la “diferencia” dentro del actual contexto global. tenga como elemento en común, una política de
Acuñando lo que ella define al referirse a sujetos localización, la cual reconozca nuestras múltiples
nómades como diferencias respecto a los discursos y prácticas
feministas hegemónicas colonizadas. Solo de
mi propia figuración de una interpretación esta forma, a mi juicio, se podrá develar la matriz
situada, posmoderna, culturalmente dife- racista y clasista que existe en la modernidad
renciada del sujeto en general y del sujeto latinoamericana, lo que nos ayudará en cierta
feminista en particular. Este sujeto puede medida, a comprender la opresión en la que están
caracterizarse como posmoderno/indus- insertos esos Otros de los Otros de nuestra región.
trial/colonial, según la posición en la que Finalmente, creo que como todo discurso teó-
uno se halle. En la medida en que ejes de rico, el discurso feminista se ha ido quedando
diferenciación tales como la clase, la raza, reservado a una elite, en este caso la elite acadé-
la etnia, el género, la edad y otros entren mica del género y que esta misma, ha mantenido
en intersección e interacción entre sí para una constante desconexión con las bases sociales
constituir la subjetividad, la noción nómade a las cuales pretende estudiar, teorizar y politizar
se refiere a la presencia simultánea de en su “discurso”. Desconexión que muchas veces
muchos de tales ejes. (p. 30) es considerada por muchos/as sujetos como una
característica propia e históricamente perma-
nente de este sector, lo que no hace más que

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naturalizar determinadas prácticas y posturas Ante esta situación, y en un país y en una región
dentro de estas añosas instituciones de saber- donde los movimientos sociales y la ciudadanía
poder. en sí están cada día más empoderados, sería
De esta forma, la actual emergencia de los necesario acercar y proselitizar estas teorías y
saberes y prácticas decoloniales que he ido car- estas prácticas a las mismas comunidades lo-
tografiando hasta aquí, estarían siendo parte cales, empapándonos mediante una retroalimen-
de una lógica paradojal, lo cual en palabras de tación fluida y constante de saberes, vivencias y
Espinosa (2009) tiene que ver con el hecho de experiencias hacia esas otras formas de generar
que los avances en la investigación y perspectiva conocimiento, explicaciones y posibles soluciones
decolonial, han venido desarrollándose y pro- a nuestras problemáticas situadas desde el sur,
blematizándose muy lentamente dentro del rescatando y legitimando la producción cultural de
mundo académico latinoamericano, en donde nosotros/as y ellos/as “subalternos”/“autónomos”,
efectuando también una relectura critica de
las académicas latinoamericanas compeli- nuestra propia realidad y saberes populares,
das a reconocer a estas pensadoras y acti- ampliando estos mismos saberes emergentes y
vistas como la fuente del gran desarrollo cuestionadores, en diálogos constantes y fluidos
teórico del feminismo contemporáneo que sur-sur tanto en el plano teórico academicista,
importan en la vos de las teóricas femi- como en el plano práctico-comunitario. Por lo que
nistas blancas, no se han visto sin embargo la discusión generada en este artículo, solamente
seducidas ni comprometidas con continuar podría ser tomada hasta aquí, como un punto
con su legado. (p. 194) de partida para (re)pensar un feminismo o “los”
feminismos latinoamericanos actuales y futuros.

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