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SENTENCIA

JUICIO DE AMPARO 1254/2016-VI


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BOCA DEL RIO, VERACRUZ, A VEINTE DE


FEBRERO DE DOS MIL DIECISIETE.

VISTOS, para resolver los autos que integran el juicio


de amparo 1254/2016-VI, promovido por *, por conducto de
su defensor voluntario **, contra actos del Juez Quinto de
Primero Instancia, en Veracruz, Veracruz y otras autoridades;
y,

RESULTANDO

Primero. PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO.

Mediante escrito presentado el cinco de diciembre de dos mil


dieciséis en la Oficina de Correspondencia Común a los
Juzgados de Distrito en el Estado, residentes en esta ciudad,
y remitido en la misma fecha a este Juzgado Sexto de Distrito
por razón de turno, *, por conducto de su defensor voluntario
*, promovió juicio de amparo contra las autoridades y por los
actos siguientes:

AUTORIDADES RESPONSABLES

Juez Quinto de Primera Instancia en Veracruz.

Encargado de Enlace Jurídico de la Delegación


Jurídica de la Dirección de Prevención y Reinserción
Social en el Estado.

Encargado del Módulo Preventivo de las Setenta y


dos horas, dependiente de la Dirección General de
Prevención y Reinserción Social en el Estado.

Todas con sede en Veracruz, Veracruz.


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Director de la Dirección General de Prevención y


Readaptación Social en el Estado, con sede en Xalapa,
Veracruz.

“ACTO RECLAMADO: EL AUTO DE FORMAL


PRISIÓN, DICTADO EN CONTRA DE MI DEFENDIDO
*, EN FECHA 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016, POR EL
JUEZ QUINTO DE PRIMERA INSTANCIA DE LA
CIUDAD DE VERACRUZ; DENTRO DE LOS AUTOS
DE LA CAUSA PENAL NÚMERO 76/2016, COMO
PROBABLE RESPONSABLE DEL DELITO DE
SUSTRACCIÓN DE MENORES, A QUE SE CONTRAE
EL ARTÍCULO 241 DEL CÓDIGO PENAL VIGENTE
EN ESTA ENTIDAD FEDERATIVA… ASÍ MISMO, SE
SEÑALA COMO ACTO RECLAMADO … LA
IDENTIFICACIÓN ADMINISTRATIVA, MEDIANTE LA
FICHA SIGNALÉTICA.”

DERECHOS FUNDAMENTALES VIOLADOS. Estimó como


violadas las garantías individuales tuteladas en los artículos
14 y 19 constitucionales.

Segundo. AUTO ADMISORIO Y TRÁMITE DEL JUICIO. Por


auto de seis de diciembre de dos mil dieciséis, se admitió a
trámite la demanda de garantías; se solicitó informe
justificado a las autoridades responsables; se ordenó
emplazar a la parte tercera interesada (folio 47), así como dar
la intervención legal al agente del Ministerio Público de la
Federación adscrito, quien formuló pedimento; se señaló
fecha y hora para la celebración de la audiencia
constitucional, la que, finalmente se verificó al tenor del acta
que antecede, sin que a la fecha exista en autos
manifestación expresa de parte alguna por la cual se oponga
a la publicación de sus datos personales; y,

CONSIDERANDO
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PRIMERO. COMPETENCIA. Este Juzgado Sexto de


Distrito en el Estado de Veracruz es competente para
resolver este juicio de amparo, de conformidad con los
artículos 103, fracción I, y 107, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 1, 2,
33, fracción IV, 35, 37 y 107, fracción I, inciso d) de la Ley de
Amparo; 1°, fracción V y 48 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación y el Acuerdo General 3/2013,
emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, al
reclamarse un auto de formal prisión emitido dentro de un
proceso penal radicado ante una autoridad residente en un
lugar en el que este Juzgado ejerce jurisdicción, acto el cual
es susceptible de afectar derechos sustantivos de la parte
quejosa.

SEGUNDO. PRECISIÓN DE LOS ACTOS RECLAMADOS. De


acuerdo con la fracción I del artículo 74 de la Ley de Amparo,
es menester precisar que la quejosa reclama lo siguiente:

 El auto de formal prisión emitido el once de noviembre


de dos mil dieciséis, en la causa penal 76/2016 del
índice del Juzgado responsable, instruida contra el
quejoso por su probable responsabilidad en la comisión
del delito de sustracción o retención de menores e
incapaces, cometido en agravio de su menor hijo de
identidad reservada, representada por su progenitora
***así como su consecuencia jurídica consistente en la
identificación administrativa del quejoso.
Sin que pase inadvertido que la parte quejosa realice
manifestaciones en sus conceptos de violación relativas a
impugnar la inconstitucionalidad del artículo 241 del Código
Penal del Estado de Veracruz, el cual contiene la descripción
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típica del delito de sustracción o retención de menores e


incapaces que se le reprocha en grado de probable.

Lo anterior, habida cuenta que del capítulo de actos


reclamados se advierte que el defensor del quejoso
únicamente señaló de forma expresa el “EL AUTO DE
FORMAL PRISIÓN, DICTADO EN CONTRA DE MI
DEFENDIDO *, EN FECHA 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016,
POR EL JUEZ QUINTO DE PRIMERA INSTANCIA DE LA
CIUDAD DE VERACRUZ; DENTRO DE LOS AUTOS DE LA
CAUSA PENAL NÚMERO 76/2016, … ASÍ MISMO, SE
SEÑALA COMO ACTO RECLAMADO … LA
IDENTIFICACIÓN ADMINISTRATIVA, MEDIANTE LA
FICHA SIGNALÉTICA.”

De donde se obtiene que en forma destacada la parte


quejosa señaló sólo el auto de formal prisión emitido en su
contra en el proceso penal 76/2016 del índice del Juzgado
responsable y su identificación administrativa; sin que se
advierta que hubiera reclamado la inconstitucionalidad del
artículo 241 del Código Penal del Estado de Veracruz,
aunado a que tampoco señaló las autoridades responsables
que participaron en el proceso de promulgación de dicha
norma legal.
En efecto, el artículo 108, fracción III, de la Ley de
Amparo, dispone:
“Artículo 108. La demanda de amparo indirecto
deberá formularse por escrito o por medios electrónicos
en los casos que la ley lo autorice, en la que se
expresará:
[…]
III. La autoridad o autoridades responsables. En
caso de que se impugnen normas generales, el quejoso
deberá señalar a los titulares de los órganos de Estado
a los que la ley encomiende su promulgación.”
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Tal como se advierte de la literalidad del precepto legal


arriba transcrito, en materia de amparo contra normas
generales, el señalamiento de las autoridades titulares de los
órganos de Estado a los que la Ley encomiende su
promulgación, constituye un requisito sine qua non, el cual
debe satisfacerse por la parte quejosa en su demanda de
amparo cuando controvierta cualquier norma general, de
conformidad con lo dispuesto en la fracción III del artículo 108
de la Ley de Amparo.
En mérito de lo anterior, se deberá tener únicamente
como acto reclamado el señalado en el inciso a) del presente
considerando.

TERCERO. Son ciertos los actos reclamados a las


autoridades responsables Juez Quinto de Primera
Instancia; Enlace Jurídico del Módulo Preventivo de las
Setenta y dos horas, Encargada del Módulo Preventivo
de las Setenta y dos horas, ambas dependientes de la
Dirección General de Prevención y Reinserción Social;
todas con sede en Veracruz, Veracruz; y Director General
de Prevención y Reinserción Social, con sede en Xalapa,
Veracruz; consistente en el auto de formal prisión de once de
noviembre de dos mil dieciséis, dictado contra el quejoso por
su probable responsabilidad en la comisión del delito de
sustracción de menores, emitido en la causa penal 76/2016
del índice del Juzgado responsable, por así haberlo
manifestado expresamente al rendir sus informes justificados,
así como la orden de identificación administrativa del quejoso,
aun cuando las responsables ejecutoras hayan manifestado
que no ha sido recabada la ficha signalética del peticionario
de amparo, pues al constituir dicho acto una consecuencia
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jurídica y necesaria del auto de bien preso impugnado, se


debe considerar de ejecución inminente.

Además, la existencia de los actos reclamados se


encuentra acreditada en autos con las constancias
certificadas que anexó a su informe de ley el Juez
responsable, deducidas del citado proceso penal, a las
cuales se les confiere valor probatorio pleno en términos de
los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos
Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo por
disposición de su numeral 2º.

CUARTO. Al no advertir este órgano judicial que se


actualice alguna causa de improcedencia ni haberse hecho
valer por las partes motivo de improcedencia alguno, procede
el examen de los conceptos de violación, deviniendo
innecesario transcribirlos, pues se contienen en el escrito de
la demanda de amparo y, en obvio de repeticiones
innecesarias, se dan por reproducidos, resultando aplicable
en este aspecto, la jurisprudencia 2a./J. 58/2010, emitida por
la Segunda Sala del Máximo Tribunal de Justicia del país,
localizable en la foja ochocientos treinta, tomo XXXI,
correspondiente a mayo de dos mil diez, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, de rubro y texto:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O
AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y
EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE
AMPARO ES INNECESARIA SU
TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos integrantes del
capítulo X "De las sentencias", del título primero
"Reglas generales", del libro primero "Del amparo
en general", de la Ley de Amparo, no se advierte
como obligación para el juzgador que transcriba los
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conceptos de violación o, en su caso, los agravios,


para cumplir con los principios de congruencia y
exhaustividad en las sentencias, pues tales
principios se satisfacen cuando precisa los puntos
sujetos a debate, derivados de la demanda de
amparo o del escrito de expresión de agravios, los
estudia y les da respuesta, la cual debe estar
vinculada y corresponder a los planteamientos de
legalidad o constitucionalidad efectivamente
planteados en el pliego correspondiente, sin
introducir aspectos distintos a los que conforman la
litis. Sin embargo, no existe prohibición para hacer
tal transcripción, quedando al prudente arbitrio del
juzgador realizarla o no, atendiendo a las
características especiales del caso, sin demérito de
que para satisfacer los principios de exhaustividad y
congruencia se estudien los planteamientos de
legalidad o inconstitucionalidad que efectivamente
se hayan hecho valer.”

Es pertinente destacar, que acorde con lo establecido


en el artículo 77, fracción I, de la Ley de Amparo, del análisis
integral de la demanda de garantías considerada como un
todo y demás constancias de autos, se desprende que el acto
reclamado en la especie lo constituye el auto de formal
prisión de once de noviembre de dos mil dieciséis,
dictado contra el quejoso por el Juez Quinto de Primera
Instancia, con residencia en Veracruz, Veracruz, en la causa
penal ** de su índice, como probable responsable en la
comisión del delito de sustracción de menores, previsto y
sancionado por el artículo 241 del Código Penal del Estado
vigente, cometido en agravio de un menor, cuya identidad se
omite a fin de preservar su interés superior, representada por
su progenitora **.

Son ineficaces los conceptos de violación hechos valer,


los cuales, algunos de ellos serán analizados en forma
conjunta y en orden distinto al que fueron planteados a fin de
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resolver la cuestión efectivamente planteada, en términos del


artículo 76 de la Ley de Amparo.

En ese contexto, dada la técnica que rige el juicio de


garantías, se impone analizar en primer orden el concepto de
violación, en el sentido de que la resolución que constituye el
acto reclamado violó en su perjuicio sus derechos
fundamentales contenidos en el artículo 14 constitucional,
pues, a su decir, no se cumplieron con las reglas o
formalidades del procedimiento previo a la emisión del acto
reclamado y no fue notificado previamente.

En principio, por cuanto a las formalidades esenciales


del procedimiento cuya observancia exige el numeral 14 de la
Carta Magna, en tratándose de un auto de formal prisión, se
encuentran consagradas en el artículo 20 de la propia
Constitución Federal, entre las que se cuentan: a) Hacerle
saber al inculpado si alcanza el beneficio de la libertad
provisional bajo caución; b) Hacer de su conocimiento que no
puede ser obligado a declarar en su contra; c) Hacerle saber
el nombre de su acusador y la naturaleza y causa de la
acusación; d) Hacer de su conocimiento que se le recibirán
las pruebas y testigos que ofrezca; e) Facilitarle todos los
datos que solicite para su defensa, siempre y cuando consten
en el proceso; y f) Ser informado de los derechos que en su
favor consigna la Constitución Federal, y estar asistido en
todas las diligencias en que intervenga por su abogado o
persona de su confianza.

Al respecto, es aplicable la tesis número VII.P.99 P,


sustentada por el Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Séptimo Circuito, visible en la página número cuatrocientos
noventa y seis, del Semanario Judicial de la Federación y su
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Gaceta, Novena Época, Tomo IX, abril de mil novecientos


noventa y nueve, de rubro y texto:

“AUTO DE FORMAL PRISIÓN. DEBEN


OBSERVARSE LAS FORMALIDADES
ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. Este
tribunal estableció la jurisprudencia número 439
publicada en la página doscientos cincuenta y seis
del Tomo II, Materia Penal del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación editado en mil
novecientos noventa y cinco, cuyo rubro y texto
reza: "AUTO DE FORMAL PRISIÓN. PARA
DICTARLO NO ES OBLIGATORIO OBSERVAR
LAS FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. La obligación de observar las
formalidades esenciales del procedimiento es
requisito previo para dictar actos privativos de
aquellos a los que se contrae el artículo 14
constitucional, entre los que no se encuentran
comprendidos los autos de prisión preventiva,
dado que los mismos constituyen actos de
molestia a los que se refiere el 19 del mismo
ordenamiento.". Ahora bien, en contra de lo
sostenido en dicha tesis, tratándose de un auto de
formal prisión sí es necesario satisfacer las
formalidades esenciales del procedimiento en
términos del artículo 160 de la Ley de Amparo en
relación con el artículo 20 constitucional, como es
el que deba ser escuchado el inculpado en
preparatoria; estar asistido por defensor y aportar
pruebas durante el término constitucional en el que
se resolverá su situación jurídica, lo que constituye
verdaderas formalidades esenciales que deben ser
observadas, como aconteció en este caso. En
consecuencia, de conformidad con lo previsto en el
artículo 194 de la Ley de Amparo, se decide de
manera unánime interrumpir la obligatoriedad de
dicha tesis.”.

Precisado lo anterior, debe decirse que del análisis


minucioso de las constancias que integran el presente
sumario, contrariamente a lo aseverado por el quejoso en su
escrito de demanda de garantías, no se advierte que se
haya violado en su perjuicio dicho precepto
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constitucional en comento que establece la obligación de


observar las formalidades esenciales del procedimiento,
previamente a la emisión del auto de bien preso
combatido, puesto que de las mismas se aprecia claramente
que al aquí quejoso le fue leído y explicado los derechos y
garantías constitucionales que tiene en su favor previstas en
el artículo 20 de la Carta Magna, su derecho a declarar o
abstenerse de ello, así como le fue leídas las constancias
procesales y se hiso saber el delito que se le imputa y
nombre de su acusador; asimismo, designó como su
abogado defensor a **, no obstante, al momento de
verificarse la diligencia de formal preparatoria el veinte de
mayo de dos mil dieciséis, el quejoso, revocó dicha
designación y en su lugar designó como su defensor
particular al licenciado *, quien en el acto al encontrarse
presente en dicha diligencia, aceptó el cargo conferido y
protestó su fiel y leal desempeño, quien se identificó con su
cédula profesional **, que obra en autos de la causa penal de
origen (folio 102 de autos), y aceptó y protestó su fiel y leal
desempeño en el cargo, por lo cual, el peticionario de amparo
contó con asistencia de un profesional en la materia como su
defensor al rendir su declaración en formal preparatoria
donde fue escuchado el quejoso, quien se acogió al beneficio
que prevé el artículo 20 constitucional para no declarar, y se
reservó su derecho para rendir su declaración por escrito,
negándose a dar respuesta a las preguntas que le fueran
formuladas por el Ministerio Público y por su defensor;
asimismo, tanto el quejoso como su defensor, solicitaron la
ampliación del plazo constitucional, lo cual les fue concedido
por el juez responsable.
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De lo anterior se colige, que en la especie, dentro del


periodo de preinstrucción de la causa penal de la que emana
el acto impugnado, en la medida de lo fáctico y jurídicamente
posible, se desahogaron los medios de convicción ofrecidos,
y se le otorgaron al quejoso las garantías que previene la
disposición constitucional en estudio, la cual, al momento de
declarar tanto ante el órgano ministerial investigador como
ante el juez del proceso penal, estuvo asistido de un defensor
con cédula profesional que lo acredita como profesional del
derecho a fin de resguardar su derecho fundamental de
contar con una defensa adecuada según se advierte de
autos; de ahí que se estime que no se violentaron en
perjuicio de la parte quejosa las formalidades esenciales del
procedimiento penal, previamente a la emisión del auto de
formal prisión reclamado, y en consecuencia, tampoco le fue
vulnerada su garantía de audiencia prevista en el citado
precepto constitucional en análisis.

Es aplicable a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J.


26/2015 (10a.), sus tentada por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la foja 240,
tomo I, libro 18, de mayo de dos mil quince, publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, de rubro y texto siguientes:
“DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL.
LA FORMA DE GARANTIZAR EL EJERCICIO EFICAZ
DE ESTE DERECHO HUMANO SE ACTUALIZA
CUANDO EL IMPUTADO, EN TODAS LAS ETAPAS
PROCEDIMENTALES EN LAS QUE INTERVIENE,
CUENTA CON LA ASISTENCIA JURÍDICA DE UN
DEFENSOR QUE ES PROFESIONISTA EN
DERECHO. Conforme al parámetro de control de
regularidad constitucional, que deriva de la reforma al
artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de junio de 2011, que se configura por
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la observancia y aplicación de las normas


constitucionales y de fuente internacional en materia de
derechos humanos, así como la directriz de
interpretación pro personae; el artículo 20, apartado A,
fracción IX, del referido ordenamiento constitucional,
texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008, debe
interpretarse armónicamente con los numerales 8.2,
incisos d) y e), de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y 14.3, incisos b) y d), del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, así
como el criterio contenido en la tesis aislada P. XII/2014
(10a.) (*), emitida por el Tribunal Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro:
"DEFENSA ADECUADA DEL INCULPADO EN UN
PROCESO PENAL. SE GARANTIZA CUANDO LA
PROPORCIONA UNA PERSONA CON
CONOCIMIENTOS TÉCNICOS EN DERECHO,
SUFICIENTES PARA ACTUAR DILIGENTEMENTE
CON EL FIN DE PROTEGER LAS GARANTÍAS
PROCESALES DEL ACUSADO Y EVITAR QUE SUS
DERECHOS SE VEAN LESIONADOS.", y la propia
doctrina de interpretación constitucional generada por
esta Primera Sala. Lo anterior, para establecer que el
ejercicio eficaz y forma de garantizar el derecho
humano de defensa adecuada en materia penal implica
que el imputado (lato sensu), a fin de garantizar que
cuente con una defensa técnica adecuada, debe ser
asistido jurídicamente, en todas las etapas
procedimentales en las que intervenga, por un defensor
que tenga el carácter de profesional en derecho
(abogado particular o defensor público); incluso, de ser
posible, desde el momento en que acontezca su
detención. La exigencia de una defensa técnica
encuentra justificación al requerirse de una persona que
tenga la capacidad técnica para asesorar y apreciar lo
que jurídicamente es conveniente para el imputado, a
fin de otorgar una real y efectiva asistencia legal que le
permita estar posibilidad de hacer frente a la imputación
formulada en su contra. Lo cual no se satisface si la
asistencia es proporcionada por cualquier otra persona
que no reúna la citada característica, a pesar de ser de
la confianza del referido imputado.”

Asimismo, tal como se expondrá más adelante, la


resolución reclamada resulta apegada a derecho, sin que se
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advierta vulneración al artículo 14 constitucional, el cual en su


tercer párrafo, prevé la garantía de exacta aplicación de la
Ley penal, la cual, tiene su origen en los principios nullum
crimen sine lege (no existe un delito sin una ley que lo
establezca) y nulla poena sine lege (no existe una pena sin
una ley que la establezca), al tenor de los cuales sólo pueden
castigarse penalmente las conductas debidamente descritas
en la legislación correspondiente como ilícitas y aplicarse las
penas preestablecidas en la ley para sancionarlas, con el fin
de salvaguardar la seguridad jurídica de las personas, a
quienes no puede considerárseles responsables penalmente
sin que se haya probado que infringieron una ley penal
vigente, en la que se encuentre debidamente descrito el
hecho delictivo y se prevea la sanción aplicable

En ese tenor, contrario a lo señalado por la parte


quejosa, el auto de formal prisión se dictó respecto de un
hecho calificado como delito por la legislación penal del
Estado de Veracruz, sin que se advierta que el juez hubiera
realizado “interpretaciones u asociaciones” como lo refiere el
quejoso, pues su resolución se ciñó a la figura típica que
prevé el artículo 241 del Código Penal del Estado, para el
delito de sustracción de menores o incapaces, con base
en hechos que actualizaron los elementos conformadores de
dicho antisocial, corroborados a través de las pruebas que
obran en el proceso penal de origen; sin que se advierta
vulneración a la parte relativa al precepto constitucional
citado en relación a la garantía de exacta aplicación penal
que refiere la parte quejosa, pues el sistema de penas
previsto en el Código Penal del Estado de Veracruz está
dirigido, en términos generales, a la importancia del bien
jurídico protegido, a la intensidad del ataque, a la calidad de
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los sujetos involucrados y al grado de responsabilidad


subjetiva del agente, aunado a que el juzgador encuadró la
conducta del quejoso en la hipótesis de sustracción de su
hijo menor de edad, lo que armoniza con la descripción típica
del antisocial señalado, y sin que por ello se advierta que
exista “interpretaciones” que rebasen o impongan conductas
análogas a las contempladas en el supuesto jurídico previsto
por el legislador para la tipificación del delito de sustracción
de menores reprochado en grado de probable al quejoso.

Es aplicable al caso, la tesis P. XXI/2013 (10a.),


sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en la foja 191, tomo XX, Mayo de 2013, Tomo
1, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, de rubro y texto siguientes:

“EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL.


ESTE DERECHO FUNDAMENTAL, CONTENIDO EN
EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, SALVAGUARDA LA
SEGURIDAD JURÍDICA DE LAS PERSONAS. El
derecho fundamental a la exacta aplicación de la ley
penal tiene su origen en los principios nullum crimen
sine lege (no existe un delito sin una ley que lo
establezca) y nulla poena sine lege (no existe una pena
sin una ley que la establezca), al tenor de los cuales
sólo pueden castigarse penalmente las conductas
debidamente descritas en la legislación correspondiente
como ilícitas y aplicarse las penas preestablecidas en la
ley para sancionarlas, con el fin de salvaguardar la
seguridad jurídica de las personas, a quienes no puede
considerárseles responsables penalmente sin que se
haya probado que infringieron una ley penal vigente, en
la que se encuentre debidamente descrito el hecho
delictivo y se prevea la sanción aplicable.”

Asimismo, también por ser de estudio preferente, se


procede a analizar lo alegado por el inconforme, en torno a
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que la resolución reclamada vulnera en su perjuicio el artículo


16 constitucional, puesto que carece de fundamentación y
motivación.

El anterior argumento deviene inoperante, puesto que


en esencia el peticionario de garantías alega la falta de
fundamentación y motivación de la resolución reclamada, lo
que, según su parecer, viola su garantía de seguridad jurídica
establecida en el artículo 16 de la Carta Magna, lo cual, no
puede ser analizado en el presente juicio, puesto que fue
materia de la ejecutoria dictada en el diverso juicio de amparo
662/2016, del índice de este Juzgado, en la que le fue
concedido el amparo y protección constitucional, para el
efecto siguiente:

“De lo anteriormente expuesto, al demostrarse


que el auto de formal prisión combatido es
conculcatorio de garantías, lo que procede es conceder
el amparo y protección de la justicia federal impetrada
por la parte quejosa, para el efecto de que el Juez
Quinto de Primera Instancia, con sede en Veracruz,
Veracruz, deje insubsistente su resolución de
veinticinco de mayo de dos mil dieciséis, emitida en la
causa penal 76/2016 de su índice, que contiene el auto
de bien preso dictado contra el inconforme, la cual
constituye el acto reclamado, a efecto de restituir a la
parte quejosa en el pleno goce de sus garantías
individuales violadas en términos del artículo 80 de la
Ley de Amparo, y en su lugar emita otra resolución en
la que purgue las deficiencias de motivación e
incongruencia de las que carece, siguiendo los
lineamientos establecidos en la presente resolución, y
con plenitud de jurisdicción decida lo que en derecho
proceda.”

De lo que se advierte que en la citada ejecutoria se


concedió el amparo a fin de que el juzgador responsable,
emitiera una nueva resolución en la que purgara los vicios de
forma de que carecía su resolución impugnada, por lo que la
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decisión pronunciada en cumplimiento a dicha ejecutoria,


ahora señalada como acto reclamado, no puede ser
cuestionada ni modificada en atención a la firmeza de las
sentencias dictadas en los juicios de amparo.

En apoyo a lo anterior, se cita la jurisprudencia VII.1o.C.


J/15, sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Séptimo Circuito, visible en la página ochocientos
ocho, tomo XVII, correspondiente a febrero de dos mil tres,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, que es del tenor literal siguiente:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES,


SI EN ELLOS SE COMBATEN CUESTIONES
ANALIZADAS EN UNA EJECUTORIA DE AMPARO
ANTERIOR. Si en los conceptos de violación que se
hacen valer en un juicio constitucional promovido en
contra de la resolución dictada en cumplimiento de una
ejecutoria de amparo, se combaten cuestiones que ya
fueron analizadas en ésta, los argumentos formulados
en la nueva demanda de garantías resultan
inoperantes, pues la decisión pronunciada no puede ser
cuestionada ni modificada en atención a la firmeza de
las sentencias dictadas por la potestad federal al
conocer de los juicios de amparo.”

Expuesto lo anterior, se estiman de igual forma


infundados los motivos de disenso orientados a sostener que
en el caso no se encuentra acreditado el cuerpo del delito de
sustracción de menores ni la probable responsabilidad del
quejoso en su comisión, y con ello, se alegue la ilegalidad del
auto de formal prisión dictado al quejoso en la causa penal
76/2016 del índice del Juzgado Quinto de Primera Instancia
con sede en Veracruz, Veracruz, por su probable
responsabilidad en la comisión del delito sustracción de
menores en agravio de su menor hijo, de identidad
reservada.
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En efecto, contrario, a lo alegado por el quejoso, sí se


encuentran acreditados los aspectos del cuerpo del
delito y la probable responsabilidad del quejoso en su
comisión.

Definido y sancionado el antisocial de sustracción de


menores o incapaces, por el artículo 241, del Código Penal
del Estado vigente, el cual, dispone:

“Artículo 241.- A quien le una parentesco


con persona menor de dieciocho años de edad o
incapaz, o al que por instrucciones de aquél, sin
causa justificada o sin orden de autoridad
competente, la sustraiga de la custodia o
guarda de quien la tenga de hecho o por
derecho, o bien la retenga sin la voluntad de ésta,
se le impondrán de dos a seis años de prisión y
multa de hasta cien días de salario.”

De donde se desprende como elementos integradores


del cuerpo del delito de dicho antisocial, los siguientes:

a). Un sujeto activo a quien le una un parentesco


con persona menor de dieciocho años de edad;

b). Sustraiga de la custodia o guarda de quien la


tenga de hecho o por derecho, o bien retenga al menor o
incapaz sin la voluntad de ésta.

c). Que lo anterior se realice sin causa justificada o


sin orden de autoridad competente.

El juez de la causa, con base en el aludido material


probatorio, arribó a la conclusión que se encontraba
acreditado tanto el cuerpo del delito como la probable
responsabilidad del quejoso en la comisión del aludido
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antisocial, pues señaló que un sujeto activo, aquí quejoso, a


quien le une un parentesco por consanguinidad con su menor
hijo agraviado, aproximadamente a las diez de la mañana del
dieciocho de agosto de dos mil quince, cuando el menor
agraviado se encontraba en su casa junto con su progenitora
**, en el domicilio ubicado en **, y aprovechándose de que
ésta se encontraba cambiándose de ropa para ir a un curso
de su trabajo como maestra, el aquí quejoso acudió en un
automóvil marca ** en el que subió a su hijo menor, a pesar
de que la madre de éste corrió al vehículo y se puso enfrente
de éste para tratar de impedir dicha sustracción, y después
de quedar prensada de sus manos por la ventana de un
carro, y posteriormente, con motivo del movimiento y
velocidad de la unidad fue arrojada a la calle, ocasionándose
diversas lesiones, por lo que tuvo que ser llevada al Hospital
General de Alta Especialidad del Instituto de Seguridad Social
al Servicio de los Trabajadores del Estado, ubicado en la
avenida Salvador Díaz Mirón de dicha ciudad, donde fue
bajada del coche conducido por el quejoso, quien desde
entonces, se llevó por la fuerza a su menor hijo, sin que
existiera anuncia de la madre de éste, quien señaló que
“desde el día del nacimiento de mi menor se encuentra al
cuidado mío, pues es de importancia volver a mencionarle
que debido a las actividades laborales por parte del señor *,
no convivía con frecuencia con mi hijo, máxime que yo que
siempre he estado al cuidado de mi menor hijo, ya que mi
esposo siempre ha trabajado fuera de la ciudad de Veracruz,
teniendo como domicilio laboral en la Secretaría de Marina en
Tuxpan, Veracruz, Batango 2 (Batallón del Golfo 2) teniendo
el grado de Marinero C.G.I.M., con número de matrícula C-
9877093, Ord. 516, en la ciudad de Tuxpan, Veracruz.”;
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aunado a que tampoco se advierte de autos que mediara


causa de justificación u orden de autoridad competente.

Conducta ilícita desplegada por la sujeto activo del


delito, con la cual atentó contra la familia y perturbó el
derecho de la progenitora del menor agraviado, quien venía
ejerciendo de hecho la custodia de dicho infante, lo que se
desprende del material probatorio que integran la causa
penal de la que emana el acto reclamado; de ahí que la
conducta desplegada por el impetrante del amparo, encuadre
en la norma penal que define al delito de sustracción de
menores e incapaces, previsto y sancionado por el artículo
241, del Código Penal del Estado, antes transcrito.

El anterior hecho criminoso lo tuvo por acreditado el


Juez responsable, al emitir la resolución que se reclama con
base en los siguientes medios de convicción que obran en
autos, que lo son:

a) Denuncia por comparecencia y escrito de ampliación


de la misma, presentados ante la Agencia Primera
del Ministerio Público Investigador Especializada en
Delitos contra la Libertad, Seguridad Sexual y contra
la Familia, con sede en Veracruz, Veracruz, las
cuales se encuentran ratificadas ante el órgano
ministerial investigador, formulada por *, en
representación de su menor hijo de identidad
reservado, quien a la fecha de dicha denuncia tenía
la edad de tres años, en la que, en la parte que
interesa de dicho escrito de ampliación, narró la
forma en que sucedieron los hechos, señalando
esencialmente, que aproximadamente a las diez de
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la mañana del dieciocho de agosto de dos mil


quince, cuando se encontraba con su hijo en el
domicilio ubicado en **, el aquí quejoso sustrajo al
infante ofendido, subiéndolo a bordo de un
automóvil, marca * aun cuando la denunciante corrió
al vehículo y trató de impedir dicha sustracción, lo
que le ocasionó diversas lesiones; sustracción que
se llevó a cabo sin el consentimiento de la
denunciante, sin justificación y sin que mediara
orden de autoridad competente (folios 2, 6 vuelta; 15
vuelta, 16-24 de tomo de pruebas).

b) Declaración rendida ante el agente del ministerio


público investigador de los hechos de la testigo **,
quien refiere conocer a la progenitora del menor
agraviado desde pequeña, por la amistad que
mantiene con la madre de ésta, y señaló en esencia
que se percató de la ausencia del menor agraviado a
partir del dieciocho de agosto de dos mil quince en el
domicilio en que habitaba sin que a la fecha de su
deposición ** hubiera devuelto al infante agraviado
(folio 50 ídem).

c) Deposado de la testigo **, quien al declarar ante el


órgano ministerial, refirió en esencia conocer desde
hace cuatro años a *, madre del menor agraviado,
puesto que son paisanas y han entablado una buena
relación de amistad, aunado a que ésta consumía
productos que la deponente traía del Istmo a vender,
y sabía que siempre se encontraba sola en su casa
con su hijo menor, y tuvo conocimiento del intento de
retención que el veinte de julio de dos mil quince, el
esposo de Minerva había realizado respecto de su
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menor hijo, y posteriormente, se enteró que en el


mes de agosto de dicho año, el quejoso había vuelto
a llevarse al menor agraviado (folio 50 vuelta, ídem).

Las anteriores declaraciones fueron valoradas por el


juez de la causa en términos de los numerales 215, fracción
IV, 245 y 277, fracción VII, todos del Código de
Procedimientos Penales del Estado, lo que se advierte
correcto, pues los deponentes convergen en la esencia del
hecho, al afirmar que el quejoso en el mes de agosto de dos
mil quince, sustrajo al menor agraviado sin la voluntad de
quien tenía de hecho su guarda y custodia, sin causa
justificada y sin orden de autoridad competente, y manifiestan
porqué razón conocen tales los hechos.

d) Dictamen de investigación de campo practicado en el


domicilio ubicado en ** en el que se concluyó que *,
vivió en el domicilio antes señalado, con su menor
hijo, y actualmente en dicho domicilio habita * y un
menor de tres años (folio 57 ídem). Documental
valorada por el juez responsable en términos de los
numerales 215, fracción III, 237, 239 y 277, fracción
IV, del Código de Procedimientos Penales al ser
emitido por personal con conocimientos técnicos
capacitado para realizar la diligencia encomendada.

e) Sobre cerrado que contiene el acta de nacimiento a


favor del menor ofendido de identidad reservada,
identificado como F-591, documental en la que se
corrobora su minoría de edad y el entroncamiento
que la une con el activo del delito como su
progenitor; constancia a la que acertadamente el
juez del proceso le confirió valor probatorio en
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JUICIO DE AMPARO 1254/2016-VI
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términos de los artículos 215, fracción VI, 260 y 277,


fracción II, del Código de Procedimientos Penales
del Estado.

f) Impresiones de conversación por medios


electrónicos, placas fotográficas de la denunciante,
notal de alta médica a nombre del menor agraviado,
diligencias de cercioramiento de la necesidad de la
medida de depósito judicial de veintiuno de
septiembre de dos mil quince, ante el Juzgado
Décimo de Primera Instancia Especializado en
Materia Familiar a favor de la denunciante *; y
diligencias de cercioramiento de la necesidad de la
medida de depósito judicial de cuatro de noviembre
de dos mil quince, tramitada ante el citado juzgado
familiar a favor del menor ofendido (folios 25-48 del
tomo de pruebas); probanzas valoradas por el juez
responsable en términos de la fracción II y III del
artículo 277, del código adjetivo penal.

g) Asimismo, consideró la declaración por escrito


rendida por el quejoso ante el juez de la causa y
ratificada en autos, la cual fue valorada por el juez
responsable en términos de los artículos 277,
fracción VII, del código adjetivo penal (folios 115-117
y 124-125 del tomo de pruebas).

Con base en los medios de convicción reseñados y que


obran en el sumario penal de origen, tal como lo estimó el
juez responsable, se arriba a la convicción de que en el caso,
se encuentran acreditados los aspectos del cuerpo del delito
de sustracción de menores y la probable responsabilidad del
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quejoso en su comisión, sin que exista causa de justificación


o medio orden de autoridad competente.

Sin que obste lo alegado por el quejoso en su


demanda, en torno a que “es necesario que medie una
resolución judicial o administrativa que determine el contenido
concreto de las facultades atribuidas al progenitor
perjudicado, de manera que la conducta reprochable,
suponga la frustración de tales facultades y el correlativo
incumplimiento del ‘deber’ a que se refiere el tipo penal.”

La anterior aseveración es infundada.

A tal conclusión se arriba, pues no obstante que el tema


relativo a quién debe ejercer la patria potestad en términos de
la legislación civil de Veracruz debe ser dilucidado en un
procedimiento diverso del penal; sin embargo, tal cuestión no
puede servir como excluyente de incriminación en el caso de
sustracción de menores mientras no sea resuelto por las
autoridades judiciales competentes, o como en el caso,
cuando el cónyuge agraviado mantenga de hecho la guarda
y custodia del menor agraviado, al advertirse de autos que ha
sido la progenitora Mirna Cabrera Salinas, quien se ha
venido haciendo cargo del cuidado y atención de su menor
hijo agraviado, ya que el progenitor de éste, aquí quejoso, se
ausentaba por momentos prolongados del hogar ya que su
base laboral como Marinero de la Armada de México, se
encuentra en Tuxpan, Veracruz; máxime cuando la
preocupación principal del legislador al crear dicha
disposición fue proteger a los hijos menores de edad, pues
busca evitar un desarrollo inadecuado de su personalidad,
generado por un quebranto unilateral e ilegítimo del estado
de hecho o del derecho de quien mantiene la guarda o
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custodia del menor por parte de uno de los padres. De ahí


que el bien jurídico que pretende proteger el delito en
cuestión es justamente el interés superior de los menores
de edad, ya que busca disuadir a los progenitores de
transgredir por la vía de los hechos una situación de hecho o
de derecho para salvaguardar el bienestar de aquéllos,
evitando que sufran los perjuicios que acarrean los cambios
constantes de residencia habitual y el ser objeto de la disputa
entre los progenitores; aunado a que también se tutela el
hecho y la circunstancia de que quien esté ejerciendo por
hecho o por derecho la custodia o guarda del menor, la
continúe hasta en tanto no se dirima civilmente si procede o
no la suspensión o pérdida de dicho estado, sin que ello
implique que se desconozca la figura de la patria potestad,
que se ejerce por los padres de un menor, hasta en tanto no
exista resolución judicial firme que determine su suspensión o
pérdida, puesto que precisamente se otorga esa potestad
para la persona que se considere con derecho a poder
reclamar la guarda y custodia del menor.

O dicho de otra manera, si bien el padre de un menor


tiene derecho al ejercicio de la patria potestad y, con él, a
tener la guarda y custodia de dicho menor, tal circunstancia
no lo autoriza a hacerse unilateralmente de la custodia o
guarda de su hijo, cuando ésta se ejerza de hecho o por
derecho por una diversa persona que en el caso lo es la
progenitora el menor, a riesgo de cometer el delito que aquí
se le atribuye, en calidad de autor.

Sirve de apoyo a lo anterior, por su aplicación a


contrario imperium, la tesis sustentada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, impresa en
la página mil cuatrocientos treinta y siete, Tomo XIV, agosto
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de dos mil uno, Novena Época del Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, que se lee:

“SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE.


PARA SU INTEGRACIÓN BASTA QUE LA
CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O
POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
VERACRUZ). Si bien es cierto que el entonces
Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito
sustentó la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-
1987, Séptima Época del Semanario Judicial de la
Federación, de rubro y texto: "MENORES,
SUSTRACCIÓN O RETENCIÓN DE. INEXISTENCIA
DEL CUERPO DEL DELITO TRATÁNDOSE DE LOS
PROGENITORES.-Los padres de menores de doce
años no incurren en la comisión del delito de
sustracción o retención previsto por el artículo 206 del
Código Penal del Estado de Veracruz, salvo que la
guarda o custodia se decrete judicialmente a favor del
otro o de un tercero.", también lo es que ya no es
aplicable, si se tiene en consideración que ese criterio
se sustentó con base en el mencionado precepto legal,
antes de sus reformas ocurridas, la primera, el veintitrés
de enero de mil novecientos noventa y uno y, la
segunda, el ocho de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho, publicadas en la Gaceta Oficial del
Estado el diecinueve de febrero y el ocho de
septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo
texto original establecía: "Artículo 206. Al familiar de un
menor de doce años de edad o de un incapacitado de
comprender, o al que por instrucciones de aquél, lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien
legítimamente la tenga, o bien lo retenga sin la voluntad
de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión
y multa hasta de cinco mil pesos.". El precepto legal
vigente dice: "Artículo 206. Al familiar de un menor de
doce años de edad o de un incapacitado de
comprender, o al que por instrucciones de aquél lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de
hecho o por derecho, o bien lo retenga sin la voluntad
de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión
y multa hasta de cuarenta veces el salario mínimo.".
Como se advierte, el texto actual establece que para
que se actualice el delito en mención, no se requiere
que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o
guarda del menor legítimamente y menos que sea
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necesario un mandamiento judicial, sino basta que esa


custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho”.

Asimismo, se cita en apoyo a lo anterior, por analogía


de razón y contenido jurídico sustancial que la rige, la tesis
1a. CCCIX/2013 (10a.), sustentada por la Primera Sala del
Máximo Tribunal de Justicia del país, visible en la foja 1065,
tomo 2, Libro XXV, de Octubre de 2013, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, de rubro y texto siguientes:

“SUSTRACCIÓN DE MENORES. EL ARTÍCULO


225 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
CHIAPAS QUE PREVÉ ESTE DELITO, NO ES
CONTRARIO AL INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR
NI AL DERECHO FUNDAMENTAL A LA
CONVIVENCIA FAMILIAR. Uno de los objetivos
principales de la previsión del delito de sustracción de
menores, a que se refiere el citado artículo 225, es
evitar el quebranto del régimen de convivencia
establecido como resultado de la separación material
de los padres a causa de desacuerdos personales. Así,
la preocupación principal del legislador al crear dicha
disposición fue proteger a los hijos menores de edad,
pues busca evitar un desarrollo inadecuado de su
personalidad, generado por un quebranto unilateral e
ilegítimo del régimen de convivencia por parte de uno
de los padres. De ahí que el bien jurídico que pretende
proteger el delito en cuestión es justamente el interés
superior de los menores de edad, ya que busca disuadir
a los progenitores de transgredir por la vía de los
hechos una situación jurídica creada para salvaguardar
el bienestar de aquéllos, evitando que sufran los
perjuicios que acarrean los cambios constantes de
residencia habitual y el ser objeto de la disputa entre los
progenitores. En esta lógica, el artículo 225 del Código
Penal para el Estado de Chiapas, al prever que si el
sujeto activo de la sustracción del menor o del incapaz,
no tiene la finalidad de corromperlo, es familiar del
sustraído pero no ejerce la patria potestad o la tutela
sobre el mismo, o no ejerce la guarda o custodia por
resolución judicial, se le impondrá la mitad de las penas
previstas para el delito de sustracción, no es contrario al
interés superior del menor ni al derecho fundamental a
la convivencia familiar sino que, por el contrario,
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JUICIO DE AMPARO 1254/2016-VI
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constituye una medida necesaria y proporcional dirigida


a resguardar a los menores involucrados en una
controversia familiar.”

De igual forma, resulta aplicable en lo conducente, la


tesis VII.1o.P. J/49, pronunciada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, visible en la
foja 1662, tomo XVII, de Marzo de 2003, Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo contenido
literal es el siguiente:

“SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE.


PARA SU INTEGRACIÓN BASTA QUE LA
CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O
POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
VERACRUZ). Si bien es cierto que el entonces
Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito
sustentó la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-
1987, Séptima Época del Semanario Judicial de la
Federación, de rubro y texto: "MENORES,
SUSTRACCIÓN O RETENCIÓN DE. INEXISTENCIA
DEL CUERPO DEL DELITO TRATÁNDOSE DE LOS
PROGENITORES.-Los padres de menores de doce
años no incurren en la comisión del delito de
sustracción o retención previsto por el artículo 206 del
Código Penal del Estado de Veracruz, salvo que la
guarda o custodia se decrete judicialmente a favor del
otro o de un tercero.", también lo es que ya no es
aplicable, si se tiene en consideración que ese criterio
se sustentó con base en el mencionado precepto legal,
antes de sus reformas ocurridas, la primera, el veintitrés
de enero de mil novecientos noventa y uno y, la
segunda, el ocho de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho, publicadas en la Gaceta Oficial del
Estado el diecinueve de febrero y el ocho de
septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo
texto original establecía: "Artículo 206. Al familiar de un
menor de doce años de edad o de un incapacitado de
comprender, o al que por instrucciones de aquél, lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien
legítimamente la tenga, o bien lo retenga sin la voluntad
de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión
y multa hasta de cinco mil pesos.". El precepto legal
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vigente dice: "Artículo 206. Al familiar de un menor de


doce años de edad o de un incapacitado de
comprender, o al que por instrucciones de aquél lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de
hecho o por derecho, o bien lo retenga sin la voluntad
de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión
y multa hasta de cuarenta veces el salario mínimo.".
Como se advierte, el texto actual establece que para
que se actualice el delito en mención, no se requiere
que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o
guarda del menor legítimamente y menos que sea
necesario un mandamiento judicial, sino basta que esa
custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho.”

También se cita, por su contenido jurídico sustancial, la


tesis sustentada por el Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Séptimo Circuito, publicada en la página 484, Tomo XII,
agosto de 1993, Octava Época del Semanario Judicial de la
Federación, que dispone:

"MENORES, SUSTRACCIÓN DE
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). El
tema relativo a quien debe ejercer la patria potestad en
términos de la legislación civil de la entidad debe ser
dilucidado en procedimiento diverso del penal, y no
puede servir como excluyente de incriminación en el
caso de sustracción de menores por mientras no sea
resuelto por las autoridades judiciales competentes".

Asimismo, conviene citar al caso la tesis emitida por la


Primera Sala del Máximo Tribunal del país, visible en la
página 95, 175-180, segunda parte, Séptima Época, del
Semanario Judicial de la Federación, de rubro y texto:

“MENORES, SUSTRACCIÓN DE
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). La
Legislación Civil del Estado de Veracruz señala que, en
el caso de menores habidos fuera del matrimonio, la
tutela, la guarda y la custodia de los mismos la
ejercerán ambos amasios si viviesen juntos, o
cualquiera de ellos si viven separados, de común
acuerdo, y que en caso de diferencia de criterio
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procederá la decisión del Juez Civil y de esta manera


quedará legitimada la guarda, custodia y tutela de los
menores. Pero tratándose del derecho penal debe
entenderse que, independientemente de lo antes dicho,
lo que se tutela es el hecho y la circunstancia de que
quien esté ejerciendo la custodia del menor, la continúe
hasta en tanto no se dirima civilmente si procede o no la
pérdida de esa custodia; en otras palabras, si alguien
cree tener el derecho a que su menor hijo viva con él y
a privar de ese derecho a su amasia, no debe ejercer
una decisión unilateral, sino que debe acudir a los
tribunales civiles para que en forma legítima y conforme
a derecho se decida a cual de los dos padres le
corresponde la custodia del menor; pero si en el caso,
el inculpado sustrajo de la guarda de la madre al menor
y se niega a devolverlo a ésta, con quien el dicho menor
ha estado viviendo desde su nacimiento hasta la fecha
en que su padre lo llevó con él, resulta que se tipifica el
delito de sustracción de menores previsto en el artículo
206 del Código Penal de la misma entidad. Es
importante hacer notar que el artículo 206 establece
dos hipótesis del ilícito: una, cuando el activo
sustrae el menor sin la autorización de quien tenía
de hecho la custodia de ese menor y la segunda,
cuando habiendo recibido al menor, contando con la
voluntad de su madre, posteriormente se niega a
devolverlo.”

Por último, no pasa inadvertido que rendir su


declaración por escrito ante el juez responsable, el quejoso
hubiera negado haber retenido ilegalmente al menor
agraviado, manifestando que contó con la autorización de la
denunciante, progenitora de dicho menor, quien se lo entregó
en el mes de julio de dos mil quince, y tenía conocimiento
que realizarían un viaje a Tehuantepec, Oaxaca, e incluso
cuando se enfermó el menor, la madre del mismo estuvo
presente; no obstante, se estiman ineficaces tales
alegaciones encaminadas a desvirtuar la imputación que
pesa sobre el quejoso, puesto que versan sobre un supuesto
de hecho diverso que lo fue la retención sufrida sobre el
menor agraviado en julio de dos mil quien, mientras que el
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juez responsable, atribuyó la conducta antijurídica imputada


al quejoso respecto de la diversa hipótesis de sustracción
de menores, la cual manifestó fue realizado el dieciocho de
agosto de dos mil quince, sin la anuencia de la madre del
menor, quien mantenía de hecho la guarda y custodia de
dicho infante, sin justificación alguna y sin orden de autoridad
competente, lo cual, se encuentra acreditado en autos hasta
esta etapa procesal en que se dictó el auto de formal prisión
en grado de probable contra el peticionario de amparo.

En suma, de todo lo anterior se advierte que el proceder


del Juez responsable se encuentra ceñido al artículo 19
constitucional, puesto que para el dictado de una resolución
como la aquí reclamada, no exige que se tengan pruebas
completamente claras que establezcan de modo indudable la
responsabilidad del inculpado, sino únicamente que los datos
que arroje la averiguación previa permitan comprobar los
elementos del cuerpo del delito y hacer probable la
responsabilidad del acusado; hipótesis que en el caso
concreto se encuentran colmados, pues los medios de
convicción habidos hasta esta etapa procesal resultan
bastantes para acreditar tales extremos.

Sirve de apoyo a lo anterior por su contenido, la


jurisprudencia número 425, visible en las páginas 245 y 246,
Tomo II, Materia Penal, del Apéndice al Semanario Judicial
de la Federación correspondiente a los años de 1917-1995,
que expresa:

“AUTO DE FORMAL PRISIÓN. Para motivarlo, la


ley no exige que se tengan pruebas completamente
claras que establezcan de modo indudable la
culpabilidad del reo; requiere únicamente, que los datos
arrojados por la averiguación sean bastantes para
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comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la


responsabilidad del acusado.”.

En mérito de lo anterior, y sin que se advierta queja


deficiente que suplir conforme el artículo 79 de la Ley de
Amparo, resulta procedente negar la protección de la Justicia
Federal solicitada en contra del acto reclamado, con el auto
de formal prisión, decretado por el juez de instancia en contra
del quejoso.

La negativa del amparo debe hacerse extensiva a los


actos de ejecución y consecuencias jurídicas del auto de
formal prisión estimado inconstitucional, consistente en la
identificación administrativa del quejoso, al no reclamarse
por vicios propios.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los


artículos 76, 77 y 78 de la Ley de Amparo, se;

RESUELVE:

ÚNICO. La Justicia de la Unión NO AMPARA NI


PROTEGE a *, contra el acto reclamado a las autoridades
responsables señaladas en el considerando tercero, por los
motivos expuestos en el último considerando de esta
sentencia.

Notifíquese personalmente a la parte quejosa y


tercero interesado, con copia certificada de esta
resolución; por oficio a las autoridades responsables y
por lista al Fiscal Federal de la adscripción.

Así lo resolvió y firma Vicente Salazar López, Juez


Sexto de Distrito en el Estado de Veracruz, asistido de Abdiel
Andrés Zepeda Aguilar, Secretario que autoriza, hasta el día
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de hoy, veinte de febrero de dos mil diecisiete, fecha en


que lo permitieron las labores de este Juzgado. Doy fe.

En la misma fecha se giraron los oficios 95/2017-VI 98/2017-


VI, al tenor de la minuta que se agrega.- Conste.

VSL/SMBS/avp.
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95/2017-VI C. JUEZ QUINTO DE PRIMERA INSTANCIA


DE LA CIUDAD DE VERACRUZ. (AUTORIDAD
RESPONSABLE)
96/2017-VI 2.-DIRECTOR DE LA DIRECCION GENERAL
DE PREVENSION Y READAPTACION SOCIAL EN EL ESTADO,
JALAPA, VERACRUZ (AUTORIDAD RESPONSABLE)
97/2017-VI 3.- ENCARGADO DE ENLACE JURIDICO DE
LA DELEGACION JURIDICA DE LA DIRECCION DE
PREVENCION Y REINSERCIÓN SOCIAL EN EL ESTADO,
CIUDAD DE VERACRUZ. (AUTORIDAD RESPONSABLE)
98/2017-VI 4.- ENCARGADO DEL MODULO
PREVENTIVO DE LAS SETENTA Y DOS HORAS,
DEPENDIENTE DE LA DIRECCION GENERAL DE
PREVENSION Y REINSERCIÓN SOCIAL, QUE OCUPA LAS
INSTALACIONES DE LA COORDINACION DE LA POLICIA
INTERMUNICIPAL VERACRUZ-BOCA DEL RIO, CIUDAD DE
VERACRUZ. (AUTORIDAD RESPONSABLE)

Por vía de notificación, para su conocimiento y efectos


legales del caso, remito a usted, copia certificada de la
resolución pronunciada el día de hoy, en los autos del juicio
de amparo indirecto 1254/2016-VI, promovido por ****contra
actos de usted y otras autoridades.

A T E N T A M E N T E.
Boca del Río, Veracruz, 20 de febrero de 2017.
El Secretario del Juzgado Sexto de Distrito en el
Estado.

Abdiel Andrés Zepeda Aguilar.


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“BOCA DEL RIO, VERACRUZ, A VEINTE DE FEBRERO DE DOS MIL DIECISIETE.


VISTOS, para resolver los autos que integran el juicio de amparo 1254/2016-VI, promovido por **,
por conducto de su defensor voluntario *, contra actos del Juez Quinto de Primero Instancia, en Veracruz,
Veracruz y otras autoridades; y,
RESULTANDO
Primero. PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO. Mediante escrito presentado el cinco de
diciembre de dos mil dieciséis en la Oficina de Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito en el
Estado, residentes en esta ciudad, y remitido en la misma fecha a este Juzgado Sexto de Distrito por razón
de turno, **, por conducto de su defensor voluntario **, promovió juicio de amparo contra las autoridades y
por los actos siguientes:
AUTORIDADES RESPONSABLES
Juez Quinto de Primera Instancia en Veracruz.
Encargado de Enlace Jurídico de la Delegación Jurídica de la Dirección de Prevención y
Reinserción Social en el Estado.
Encargado del Módulo Preventivo de las Setenta y dos horas, dependiente de la Dirección
General de Prevención y Reinserción Social en el Estado.
Todas con sede en Veracruz, Veracruz.
Director de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social en el Estado, con
sede en Xalapa, Veracruz.
“ACTO RECLAMADO: EL AUTO DE FORMAL PRISIÓN, DICTADO EN CONTRA DE
MI DEFENDIDO **, EN FECHA 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016, POR EL JUEZ QUINTO DE
PRIMERA INSTANCIA DE LA CIUDAD DE VERACRUZ; DENTRO DE LOS AUTOS DE LA
CAUSA PENAL NÚMERO 76/2016, COMO PROBABLE RESPONSABLE DEL DELITO DE
SUSTRACCIÓN DE MENORES, A QUE SE CONTRAE EL ARTÍCULO 241 DEL CÓDIGO
PENAL VIGENTE EN ESTA ENTIDAD FEDERATIVA… ASÍ MISMO, SE SEÑALA COMO ACTO
RECLAMADO … LA IDENTIFICACIÓN ADMINISTRATIVA, MEDIANTE LA FICHA
SIGNALÉTICA.”

DERECHOS FUNDAMENTALES VIOLADOS. Estimó como violadas las garantías individuales tuteladas
en los artículos 14 y 19 constitucionales.
Segundo. AUTO ADMISORIO Y TRÁMITE DEL JUICIO. Por auto de seis de diciembre de dos mil
dieciséis, se admitió a trámite la demanda de garantías; se solicitó informe justificado a las autoridades
responsables; se ordenó emplazar a la parte tercera interesada (folio 47), así como dar la intervención legal
al agente del Ministerio Público de la Federación adscrito, quien formuló pedimento; se señaló fecha y hora
para la celebración de la audiencia constitucional, la que, finalmente se verificó al tenor del acta que
antecede, sin que a la fecha exista en autos manifestación expresa de parte alguna por la cual se oponga a
la publicación de sus datos personales; y,
CONSIDERANDO
PRIMERO. COMPETENCIA. Este Juzgado Sexto de Distrito en el Estado de Veracruz es
competente para resolver este juicio de amparo, de conformidad con los artículos 103, fracción I, y 107,
fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 1, 2, 33, fracción IV, 35, 37 y
107, fracción I, inciso d) de la Ley de Amparo; 1°, fracción V y 48 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación y el Acuerdo General 3/2013, emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, al
reclamarse un auto de formal prisión emitido dentro de un proceso penal radicado ante una autoridad
residente en un lugar en el que este Juzgado ejerce jurisdicción, acto el cual es susceptible de afectar
derechos sustantivos de la parte quejosa.
SEGUNDO. PRECISIÓN DE LOS ACTOS RECLAMADOS. De acuerdo con la fracción I del artículo 74
de la Ley de Amparo, es menester precisar que la quejosa reclama lo siguiente:
 El auto de formal prisión emitido el once de noviembre de dos mil dieciséis, en la causa penal
76/2016 del índice del Juzgado responsable, instruida contra el quejoso por su probable
responsabilidad en la comisión del delito de sustracción o retención de menores e incapaces,
cometido en agravio de su menor hijo de identidad reservada, representada por su progenitora
***así como su consecuencia jurídica consistente en la identificación administrativa del quejoso.
Sin que pase inadvertido que la parte quejosa realice manifestaciones en sus conceptos de
violación relativas a impugnar la inconstitucionalidad del artículo 241 del Código Penal del Estado de
Veracruz, el cual contiene la descripción típica del delito de sustracción o retención de menores e incapaces
que se le reprocha en grado de probable.
Lo anterior, habida cuenta que del capítulo de actos reclamados se advierte que el defensor del
quejoso únicamente señaló de forma expresa el “EL AUTO DE FORMAL PRISIÓN, DICTADO EN
CONTRA DE MI DEFENDIDO *, EN FECHA 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016, POR EL JUEZ QUINTO DE
PRIMERA INSTANCIA DE LA CIUDAD DE VERACRUZ; DENTRO DE LOS AUTOS DE LA CAUSA
PENAL NÚMERO 76/2016, … ASÍ MISMO, SE SEÑALA COMO ACTO RECLAMADO … LA
IDENTIFICACIÓN ADMINISTRATIVA, MEDIANTE LA FICHA SIGNALÉTICA.”
De donde se obtiene que en forma destacada la parte quejosa señaló sólo el auto de formal prisión
emitido en su contra en el proceso penal 76/2016 del índice del Juzgado responsable y su identificación
administrativa; sin que se advierta que hubiera reclamado la inconstitucionalidad del artículo 241 del Código
Penal del Estado de Veracruz, aunado a que tampoco señaló las autoridades responsables que participaron
en el proceso de promulgación de dicha norma legal.
En efecto, el artículo 108, fracción III, de la Ley de Amparo, dispone:
“Artículo 108. La demanda de amparo indirecto deberá formularse por escrito o por
medios electrónicos en los casos que la ley lo autorice, en la que se expresará:
[…]
III. La autoridad o autoridades responsables. En caso de que se impugnen normas
generales, el quejoso deberá señalar a los titulares de los órganos de Estado a los que la ley
encomiende su promulgación.”

Tal como se advierte de la literalidad del precepto legal arriba transcrito, en materia de amparo
contra normas generales, el señalamiento de las autoridades titulares de los órganos de Estado a los que la
Ley encomiende su promulgación, constituye un requisito sine qua non, el cual debe satisfacerse por la
parte quejosa en su demanda de amparo cuando controvierta cualquier norma general, de conformidad con
lo dispuesto en la fracción III del artículo 108 de la Ley de Amparo.
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En mérito de lo anterior, se deberá tener únicamente como acto reclamado el señalado en el inciso
a) del presente considerando.
TERCERO. Son ciertos los actos reclamados a las autoridades responsables Juez Quinto de
Primera Instancia; Enlace Jurídico del Módulo Preventivo de las Setenta y dos horas, Encargada del
Módulo Preventivo de las Setenta y dos horas, ambas dependientes de la Dirección General de
Prevención y Reinserción Social; todas con sede en Veracruz, Veracruz; y Director General de
Prevención y Reinserción Social, con sede en Xalapa, Veracruz; consistente en el auto de formal prisión
de once de noviembre de dos mil dieciséis, dictado contra el quejoso por su probable responsabilidad en la
comisión del delito de sustracción de menores, emitido en la causa penal 76/2016 del índice del Juzgado
responsable, por así haberlo manifestado expresamente al rendir sus informes justificados, así como la
orden de identificación administrativa del quejoso, aun cuando las responsables ejecutoras hayan
manifestado que no ha sido recabada la ficha signalética del peticionario de amparo, pues al constituir dicho
acto una consecuencia jurídica y necesaria del auto de bien preso impugnado, se debe considerar de
ejecución inminente.
Además, la existencia de los actos reclamados se encuentra acreditada en autos con las
constancias certificadas que anexó a su informe de ley el Juez responsable, deducidas del citado proceso
penal, a las cuales se les confiere valor probatorio pleno en términos de los artículos 129 y 202 del Código
Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo por disposición de su
numeral 2º.
CUARTO. Al no advertir este órgano judicial que se actualice alguna causa de improcedencia ni
haberse hecho valer por las partes motivo de improcedencia alguno, procede el examen de los conceptos
de violación, deviniendo innecesario transcribirlos, pues se contienen en el escrito de la demanda de
amparo y, en obvio de repeticiones innecesarias, se dan por reproducidos, resultando aplicable en este
aspecto, la jurisprudencia 2a./J. 58/2010, emitida por la Segunda Sala del Máximo Tribunal de Justicia del
país, localizable en la foja ochocientos treinta, tomo XXXI, correspondiente a mayo de dos mil diez,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, de rubro y texto:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE
AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos integrantes del
capítulo X "De las sentencias", del título primero "Reglas generales", del libro primero "Del
amparo en general", de la Ley de Amparo, no se advierte como obligación para el juzgador
que transcriba los conceptos de violación o, en su caso, los agravios, para cumplir con los
principios de congruencia y exhaustividad en las sentencias, pues tales principios se
satisfacen cuando precisa los puntos sujetos a debate, derivados de la demanda de
amparo o del escrito de expresión de agravios, los estudia y les da respuesta, la cual debe
estar vinculada y corresponder a los planteamientos de legalidad o constitucionalidad
efectivamente planteados en el pliego correspondiente, sin introducir aspectos distintos a
los que conforman la litis. Sin embargo, no existe prohibición para hacer tal transcripción,
quedando al prudente arbitrio del juzgador realizarla o no, atendiendo a las características
especiales del caso, sin demérito de que para satisfacer los principios de exhaustividad y
congruencia se estudien los planteamientos de legalidad o inconstitucionalidad que
efectivamente se hayan hecho valer.”
Es pertinente destacar, que acorde con lo establecido en el artículo 77, fracción I, de la Ley de
Amparo, del análisis integral de la demanda de garantías considerada como un todo y demás constancias
de autos, se desprende que el acto reclamado en la especie lo constituye el auto de formal prisión de
once de noviembre de dos mil dieciséis, dictado contra el quejoso por el Juez Quinto de Primera
Instancia, con residencia en Veracruz, Veracruz, en la causa penal ** de su índice, como probable
responsable en la comisión del delito de sustracción de menores, previsto y sancionado por el artículo 241
del Código Penal del Estado vigente, cometido en agravio de un menor, cuya identidad se omite a fin de
preservar su interés superior, representada por su progenitora *.
Son ineficaces los conceptos de violación hechos valer, los cuales, algunos de ellos serán
analizados en forma conjunta y en orden distinto al que fueron planteados a fin de resolver la cuestión
efectivamente planteada, en términos del artículo 76 de la Ley de Amparo.
En ese contexto, dada la técnica que rige el juicio de garantías, se impone analizar en primer
orden el concepto de violación, en el sentido de que la resolución que constituye el acto reclamado violó en
su perjuicio sus derechos fundamentales contenidos en el artículo 14 constitucional, pues, a su decir, no se
cumplieron con las reglas o formalidades del procedimiento previo a la emisión del acto reclamado y no fue
notificado previamente.
En principio, por cuanto a las formalidades esenciales del procedimiento cuya observancia exige
el numeral 14 de la Carta Magna, en tratándose de un auto de formal prisión, se encuentran consagradas
en el artículo 20 de la propia Constitución Federal, entre las que se cuentan: a) Hacerle saber al inculpado si
alcanza el beneficio de la libertad provisional bajo caución; b) Hacer de su conocimiento que no puede ser
obligado a declarar en su contra; c) Hacerle saber el nombre de su acusador y la naturaleza y causa de la
acusación; d) Hacer de su conocimiento que se le recibirán las pruebas y testigos que ofrezca; e) Facilitarle
todos los datos que solicite para su defensa, siempre y cuando consten en el proceso; y f) Ser informado de
los derechos que en su favor consigna la Constitución Federal, y estar asistido en todas las diligencias en
que intervenga por su abogado o persona de su confianza.
Al respecto, es aplicable la tesis número VII.P.99 P, sustentada por el Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Séptimo Circuito, visible en la página número cuatrocientos noventa y seis, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IX, abril de mil novecientos noventa y nueve,
de rubro y texto:
“AUTO DE FORMAL PRISIÓN. DEBEN OBSERVARSE LAS
FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. Este tribunal estableció la
jurisprudencia número 439 publicada en la página doscientos cincuenta y seis del Tomo
II, Materia Penal del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación editado en mil
novecientos noventa y cinco, cuyo rubro y texto reza: "AUTO DE FORMAL PRISIÓN.
PARA DICTARLO NO ES OBLIGATORIO OBSERVAR LAS FORMALIDADES
ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. La obligación de observar las formalidades
esenciales del procedimiento es requisito previo para dictar actos privativos de aquellos a
los que se contrae el artículo 14 constitucional, entre los que no se encuentran
comprendidos los autos de prisión preventiva, dado que los mismos constituyen actos de
molestia a los que se refiere el 19 del mismo ordenamiento.". Ahora bien, en contra de lo
sostenido en dicha tesis, tratándose de un auto de formal prisión sí es necesario
satisfacer las formalidades esenciales del procedimiento en términos del artículo 160 de
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la Ley de Amparo en relación con el artículo 20 constitucional, como es el que deba ser
escuchado el inculpado en preparatoria; estar asistido por defensor y aportar pruebas
durante el término constitucional en el que se resolverá su situación jurídica, lo que
constituye verdaderas formalidades esenciales que deben ser observadas, como
aconteció en este caso. En consecuencia, de conformidad con lo previsto en el artículo
194 de la Ley de Amparo, se decide de manera unánime interrumpir la obligatoriedad de
dicha tesis.”.
Precisado lo anterior, debe decirse que del análisis minucioso de las constancias que integran el
presente sumario, contrariamente a lo aseverado por el quejoso en su escrito de demanda de garantías, no
se advierte que se haya violado en su perjuicio dicho precepto constitucional en comento que
establece la obligación de observar las formalidades esenciales del procedimiento, previamente a la
emisión del auto de bien preso combatido, puesto que de las mismas se aprecia claramente que al aquí
quejoso le fue leído y explicado los derechos y garantías constitucionales que tiene en su favor previstas en
el artículo 20 de la Carta Magna, su derecho a declarar o abstenerse de ello, así como le fue leídas las
constancias procesales y se hiso saber el delito que se le imputa y nombre de su acusador; asimismo,
designó como su abogado defensor a **, no obstante, al momento de verificarse la diligencia de formal
preparatoria el veinte de mayo de dos mil dieciséis, el quejoso, revocó dicha designación y en su lugar
designó como su defensor particular al licenciado *, quien en el acto al encontrarse presente en dicha
diligencia, aceptó el cargo conferido y protestó su fiel y leal desempeño, quien se identificó con su cédula
profesional *, que obra en autos de la causa penal de origen (folio 102 de autos), y aceptó y protestó su fiel
y leal desempeño en el cargo, por lo cual, el peticionario de amparo contó con asistencia de un profesional
en la materia como su defensor al rendir su declaración en formal preparatoria donde fue escuchado el
quejoso, quien se acogió al beneficio que prevé el artículo 20 constitucional para no declarar, y se reservó
su derecho para rendir su declaración por escrito, negándose a dar respuesta a las preguntas que le fueran
formuladas por el Ministerio Público y por su defensor; asimismo, tanto el quejoso como su defensor,
solicitaron la ampliación del plazo constitucional, lo cual les fue concedido por el juez responsable.
De lo anterior se colige, que en la especie, dentro del periodo de preinstrucción de la causa penal
de la que emana el acto impugnado, en la medida de lo fáctico y jurídicamente posible, se desahogaron los
medios de convicción ofrecidos, y se le otorgaron al quejoso las garantías que previene la disposición
constitucional en estudio, la cual, al momento de declarar tanto ante el órgano ministerial investigador como
ante el juez del proceso penal, estuvo asistido de un defensor con cédula profesional que lo acredita como
profesional del derecho a fin de resguardar su derecho fundamental de contar con una defensa adecuada
según se advierte de autos; de ahí que se estime que no se violentaron en perjuicio de la parte quejosa las
formalidades esenciales del procedimiento penal, previamente a la emisión del auto de formal prisión
reclamado, y en consecuencia, tampoco le fue vulnerada su garantía de audiencia prevista en el citado
precepto constitucional en análisis.
Es aplicable a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 26/2015 (10a.), sus tentada por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la foja 240, tomo I, libro 18, de mayo de dos mil
quince, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, de rubro y texto
siguientes:
“DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA FORMA DE GARANTIZAR EL
EJERCICIO EFICAZ DE ESTE DERECHO HUMANO SE ACTUALIZA CUANDO EL IMPUTADO,
EN TODAS LAS ETAPAS PROCEDIMENTALES EN LAS QUE INTERVIENE, CUENTA CON LA
ASISTENCIA JURÍDICA DE UN DEFENSOR QUE ES PROFESIONISTA EN DERECHO.
Conforme al parámetro de control de regularidad constitucional, que deriva de la reforma al
artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, que se configura por la observancia y aplicación
de las normas constitucionales y de fuente internacional en materia de derechos humanos, así
como la directriz de interpretación pro personae; el artículo 20, apartado A, fracción IX, del
referido ordenamiento constitucional, texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 18 de junio de 2008, debe interpretarse armónicamente con los numerales 8.2,
incisos d) y e), de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y 14.3, incisos b) y d), del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, así como el criterio contenido en la tesis
aislada P. XII/2014 (10a.) (*), emitida por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación, de rubro: "DEFENSA ADECUADA DEL INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE
GARANTIZA CUANDO LA PROPORCIONA UNA PERSONA CON CONOCIMIENTOS
TÉCNICOS EN DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR DILIGENTEMENTE CON EL FIN DE
PROTEGER LAS GARANTÍAS PROCESALES DEL ACUSADO Y EVITAR QUE SUS
DERECHOS SE VEAN LESIONADOS.", y la propia doctrina de interpretación constitucional
generada por esta Primera Sala. Lo anterior, para establecer que el ejercicio eficaz y forma de
garantizar el derecho humano de defensa adecuada en materia penal implica que el imputado
(lato sensu), a fin de garantizar que cuente con una defensa técnica adecuada, debe ser asistido
jurídicamente, en todas las etapas procedimentales en las que intervenga, por un defensor que
tenga el carácter de profesional en derecho (abogado particular o defensor público); incluso, de
ser posible, desde el momento en que acontezca su detención. La exigencia de una defensa
técnica encuentra justificación al requerirse de una persona que tenga la capacidad técnica para
asesorar y apreciar lo que jurídicamente es conveniente para el imputado, a fin de otorgar una
real y efectiva asistencia legal que le permita estar posibilidad de hacer frente a la imputación
formulada en su contra. Lo cual no se satisface si la asistencia es proporcionada por cualquier
otra persona que no reúna la citada característica, a pesar de ser de la confianza del referido
imputado.”

Asimismo, tal como se expondrá más adelante, la resolución reclamada resulta apegada a
derecho, sin que se advierta vulneración al artículo 14 constitucional, el cual en su tercer párrafo, prevé la
garantía de exacta aplicación de la Ley penal, la cual, tiene su origen en los principios nullum crimen sine
lege (no existe un delito sin una ley que lo establezca) y nulla poena sine lege (no existe una pena sin una
ley que la establezca), al tenor de los cuales sólo pueden castigarse penalmente las conductas
debidamente descritas en la legislación correspondiente como ilícitas y aplicarse las penas preestablecidas
en la ley para sancionarlas, con el fin de salvaguardar la seguridad jurídica de las personas, a quienes no
puede considerárseles responsables penalmente sin que se haya probado que infringieron una ley penal
vigente, en la que se encuentre debidamente descrito el hecho delictivo y se prevea la sanción aplicable
En ese tenor, contrario a lo señalado por la parte quejosa, el auto de formal prisión se dictó
respecto de un hecho calificado como delito por la legislación penal del Estado de Veracruz, sin que se
advierta que el juez hubiera realizado “interpretaciones u asociaciones” como lo refiere el quejoso, pues su
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resolución se ciñó a la figura típica que prevé el artículo 241 del Código Penal del Estado, para el delito de
sustracción de menores o incapaces, con base en hechos que actualizaron los elementos conformadores
de dicho antisocial, corroborados a través de las pruebas que obran en el proceso penal de origen; sin que
se advierta vulneración a la parte relativa al precepto constitucional citado en relación a la garantía de
exacta aplicación penal que refiere la parte quejosa, pues el sistema de penas previsto en el Código Penal
del Estado de Veracruz está dirigido, en términos generales, a la importancia del bien jurídico protegido, a la
intensidad del ataque, a la calidad de los sujetos involucrados y al grado de responsabilidad subjetiva del
agente, aunado a que el juzgador encuadró la conducta del quejoso en la hipótesis de sustracción de su
hijo menor de edad, lo que armoniza con la descripción típica del antisocial señalado, y sin que por ello se
advierta que exista “interpretaciones” que rebasen o impongan conductas análogas a las contempladas en
el supuesto jurídico previsto por el legislador para la tipificación del delito de sustracción de menores
reprochado en grado de probable al quejoso.
Es aplicable al caso, la tesis P. XXI/2013 (10a.), sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, visible en la foja 191, tomo XX, Mayo de 2013, Tomo 1, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, de rubro y texto siguientes:
“EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. ESTE DERECHO FUNDAMENTAL,
CONTENIDO EN EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, SALVAGUARDA LA SEGURIDAD
JURÍDICA DE LAS PERSONAS. El derecho fundamental a la exacta aplicación de la ley penal
tiene su origen en los principios nullum crimen sine lege (no existe un delito sin una ley que lo
establezca) y nulla poena sine lege (no existe una pena sin una ley que la establezca), al tenor de
los cuales sólo pueden castigarse penalmente las conductas debidamente descritas en la
legislación correspondiente como ilícitas y aplicarse las penas preestablecidas en la ley para
sancionarlas, con el fin de salvaguardar la seguridad jurídica de las personas, a quienes no puede
considerárseles responsables penalmente sin que se haya probado que infringieron una ley penal
vigente, en la que se encuentre debidamente descrito el hecho delictivo y se prevea la sanción
aplicable.”

Asimismo, también por ser de estudio preferente, se procede a analizar lo alegado por el
inconforme, en torno a que la resolución reclamada vulnera en su perjuicio el artículo 16 constitucional,
puesto que carece de fundamentación y motivación.
El anterior argumento deviene inoperante, puesto que en esencia el peticionario de garantías
alega la falta de fundamentación y motivación de la resolución reclamada, lo que, según su parecer, viola su
garantía de seguridad jurídica establecida en el artículo 16 de la Carta Magna, lo cual, no puede ser
analizado en el presente juicio, puesto que fue materia de la ejecutoria dictada en el diverso juicio de
amparo 662/2016, del índice de este Juzgado, en la que le fue concedido el amparo y protección
constitucional, para el efecto siguiente:
“De lo anteriormente expuesto, al demostrarse que el auto de formal prisión combatido
es conculcatorio de garantías, lo que procede es conceder el amparo y protección de la justicia
federal impetrada por la parte quejosa, para el efecto de que el Juez Quinto de Primera
Instancia, con sede en Veracruz, Veracruz, deje insubsistente su resolución de veinticinco de
mayo de dos mil dieciséis, emitida en la causa penal 76/2016 de su índice, que contiene el auto
de bien preso dictado contra el inconforme, la cual constituye el acto reclamado, a efecto de
restituir a la parte quejosa en el pleno goce de sus garantías individuales violadas en términos del
artículo 80 de la Ley de Amparo, y en su lugar emita otra resolución en la que purgue las
deficiencias de motivación e incongruencia de las que carece, siguiendo los lineamientos
establecidos en la presente resolución, y con plenitud de jurisdicción decida lo que en derecho
proceda.”
De lo que se advierte que en la citada ejecutoria se concedió el amparo a fin de que el juzgador
responsable, emitiera una nueva resolución en la que purgara los vicios de forma de que carecía su
resolución impugnada, por lo que la decisión pronunciada en cumplimiento a dicha ejecutoria, ahora
señalada como acto reclamado, no puede ser cuestionada ni modificada en atención a la firmeza de las
sentencias dictadas en los juicios de amparo.
En apoyo a lo anterior, se cita la jurisprudencia VII.1o.C. J/15, sustentada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, visible en la página ochocientos ocho, tomo XVII,
correspondiente a febrero de dos mil tres, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, que es del tenor literal siguiente:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES, SI EN ELLOS SE COMBATEN
CUESTIONES ANALIZADAS EN UNA EJECUTORIA DE AMPARO ANTERIOR. Si en los
conceptos de violación que se hacen valer en un juicio constitucional promovido en contra de la
resolución dictada en cumplimiento de una ejecutoria de amparo, se combaten cuestiones que ya
fueron analizadas en ésta, los argumentos formulados en la nueva demanda de garantías resultan
inoperantes, pues la decisión pronunciada no puede ser cuestionada ni modificada en atención a
la firmeza de las sentencias dictadas por la potestad federal al conocer de los juicios de amparo.”
Expuesto lo anterior, se estiman de igual forma infundados los motivos de disenso orientados a
sostener que en el caso no se encuentra acreditado el cuerpo del delito de sustracción de menores ni la
probable responsabilidad del quejoso en su comisión, y con ello, se alegue la ilegalidad del auto de formal
prisión dictado al quejoso en la causa penal 76/2016 del índice del Juzgado Quinto de Primera Instancia con
sede en Veracruz, Veracruz, por su probable responsabilidad en la comisión del delito sustracción de
menores en agravio de su menor hijo, de identidad reservada.
En efecto, contrario, a lo alegado por el quejoso, sí se encuentran acreditados los aspectos del
cuerpo del delito y la probable responsabilidad del quejoso en su comisión.
Definido y sancionado el antisocial de sustracción de menores o incapaces, por el artículo 241, del
Código Penal del Estado vigente, el cual, dispone:
“Artículo 241.- A quien le una parentesco con persona menor de dieciocho
años de edad o incapaz, o al que por instrucciones de aquél, sin causa justificada o sin
orden de autoridad competente, la sustraiga de la custodia o guarda de quien la
tenga de hecho o por derecho, o bien la retenga sin la voluntad de ésta, se le
impondrán de dos a seis años de prisión y multa de hasta cien días de salario.”
De donde se desprende como elementos integradores del cuerpo del delito de dicho antisocial, los
siguientes:
a). Un sujeto activo a quien le una un parentesco con persona menor de dieciocho años de
edad;
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b). Sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de hecho o por derecho, o bien
retenga al menor o incapaz sin la voluntad de ésta.
c). Que lo anterior se realice sin causa justificada o sin orden de autoridad competente.
El juez de la causa, con base en el aludido material probatorio, arribó a la conclusión que se
encontraba acreditado tanto el cuerpo del delito como la probable responsabilidad del quejoso en la
comisión del aludido antisocial, pues señaló que un sujeto activo, aquí quejoso, a quien le une un
parentesco por consanguinidad con su menor hijo agraviado, aproximadamente a las diez de la mañana del
dieciocho de agosto de dos mil quince, cuando el menor agraviado se encontraba en su casa junto con
su progenitora **, en el domicilio ubicado en *, y aprovechándose de que ésta se encontraba cambiándose
de ropa para ir a un curso de su trabajo como maestra, el aquí quejoso acudió en un automóvil marca ** en
el que subió a su hijo menor, a pesar de que la madre de éste corrió al vehículo y se puso enfrente de éste
para tratar de impedir dicha sustracción, y después de quedar prensada de sus manos por la ventana de un
carro, y posteriormente, con motivo del movimiento y velocidad de la unidad fue arrojada a la calle,
ocasionándose diversas lesiones, por lo que tuvo que ser llevada al Hospital General de Alta Especialidad
del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, ubicado en la avenida Salvador
Díaz Mirón de dicha ciudad, donde fue bajada del coche conducido por el quejoso, quien desde entonces,
se llevó por la fuerza a su menor hijo, sin que existiera anuncia de la madre de éste, quien señaló que
“desde el día del nacimiento de mi menor se encuentra al cuidado mío, pues es de importancia volver a
mencionarle que debido a las actividades laborales por parte del señor *, no convivía con frecuencia con mi
hijo, máxime que yo que siempre he estado al cuidado de mi menor hijo, ya que mi esposo siempre ha
trabajado fuera de la ciudad de Veracruz, teniendo como domicilio laboral en la Secretaría de Marina en
Tuxpan, Veracruz, Batango 2 (Batallón del Golfo 2) teniendo el grado de Marinero C.G.I.M., con número de
matrícula C-9877093, Ord. 516, en la ciudad de Tuxpan, Veracruz.”; aunado a que tampoco se advierte de
autos que mediara causa de justificación u orden de autoridad competente.
Conducta ilícita desplegada por la sujeto activo del delito, con la cual atentó contra la familia y
perturbó el derecho de la progenitora del menor agraviado, quien venía ejerciendo de hecho la custodia de
dicho infante, lo que se desprende del material probatorio que integran la causa penal de la que emana el
acto reclamado; de ahí que la conducta desplegada por el impetrante del amparo, encuadre en la norma
penal que define al delito de sustracción de menores e incapaces, previsto y sancionado por el artículo
241, del Código Penal del Estado, antes transcrito.
El anterior hecho criminoso lo tuvo por acreditado el Juez responsable, al emitir la resolución que
se reclama con base en los siguientes medios de convicción que obran en autos, que lo son:
a) Denuncia por comparecencia y escrito de ampliación de la misma, presentados ante la
Agencia Primera del Ministerio Público Investigador Especializada en Delitos contra la
Libertad, Seguridad Sexual y contra la Familia, con sede en Veracruz, Veracruz, las cuales
se encuentran ratificadas ante el órgano ministerial investigador, formulada por **, en
representación de su menor hijo de identidad reservado, quien a la fecha de dicha denuncia
tenía la edad de tres años, en la que, en la parte que interesa de dicho escrito de
ampliación, narró la forma en que sucedieron los hechos, señalando esencialmente, que
aproximadamente a las diez de la mañana del dieciocho de agosto de dos mil quince,
cuando se encontraba con su hijo en el domicilio ubicado en *, el aquí quejoso sustrajo al
infante ofendido, subiéndolo a bordo de un automóvil, marca * aun cuando la denunciante
corrió al vehículo y trató de impedir dicha sustracción, lo que le ocasionó diversas lesiones;
sustracción que se llevó a cabo sin el consentimiento de la denunciante, sin justificación y sin
que mediara orden de autoridad competente (folios 2, 6 vuelta; 15 vuelta, 16-24 de tomo de
pruebas).
b) Declaración rendida ante el agente del ministerio público investigador de los hechos de la
testigo *, quien refiere conocer a la progenitora del menor agraviado desde pequeña, por la
amistad que mantiene con la madre de ésta, y señaló en esencia que se percató de la
ausencia del menor agraviado a partir del dieciocho de agosto de dos mil quince en el
domicilio en que habitaba sin que a la fecha de su deposición * hubiera devuelto al infante
agraviado (folio 50 ídem).
c) Deposado de la testigo **, quien al declarar ante el órgano ministerial, refirió en esencia
conocer desde hace cuatro años a *, madre del menor agraviado, puesto que son paisanas y
han entablado una buena relación de amistad, aunado a que ésta consumía productos que la
deponente traía del Istmo a vender, y sabía que siempre se encontraba sola en su casa con
su hijo menor, y tuvo conocimiento del intento de retención que el veinte de julio de dos mil
quince, el esposo de Minerva había realizado respecto de su menor hijo, y posteriormente,
se enteró que en el mes de agosto de dicho año, el quejoso había vuelto a llevarse al menor
agraviado (folio 50 vuelta, ídem).
Las anteriores declaraciones fueron valoradas por el juez de la causa en términos de los
numerales 215, fracción IV, 245 y 277, fracción VII, todos del Código de Procedimientos Penales del
Estado, lo que se advierte correcto, pues los deponentes convergen en la esencia del hecho, al afirmar que
el quejoso en el mes de agosto de dos mil quince, sustrajo al menor agraviado sin la voluntad de quien tenía
de hecho su guarda y custodia, sin causa justificada y sin orden de autoridad competente, y manifiestan
porqué razón conocen tales los hechos.
d) Dictamen de investigación de campo practicado en el domicilio ubicado en ** en el que se
concluyó que *, vivió en el domicilio antes señalado, con su menor hijo, y actualmente en
dicho domicilio habita * y un menor de tres años (folio 57 ídem). Documental valorada por el
juez responsable en términos de los numerales 215, fracción III, 237, 239 y 277, fracción IV,
del Código de Procedimientos Penales al ser emitido por personal con conocimientos
técnicos capacitado para realizar la diligencia encomendada.
e) Sobre cerrado que contiene el acta de nacimiento a favor del menor ofendido de identidad
reservada, identificado como F-591, documental en la que se corrobora su minoría de edad y
el entroncamiento que la une con el activo del delito como su progenitor; constancia a la que
acertadamente el juez del proceso le confirió valor probatorio en términos de los artículos
215, fracción VI, 260 y 277, fracción II, del Código de Procedimientos Penales del Estado.
f) Impresiones de conversación por medios electrónicos, placas fotográficas de la denunciante,
notal de alta médica a nombre del menor agraviado, diligencias de cercioramiento de la
necesidad de la medida de depósito judicial de veintiuno de septiembre de dos mil quince,
ante el Juzgado Décimo de Primera Instancia Especializado en Materia Familiar a favor de la
denunciante **; y diligencias de cercioramiento de la necesidad de la medida de depósito
judicial de cuatro de noviembre de dos mil quince, tramitada ante el citado juzgado familiar a
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favor del menor ofendido (folios 25-48 del tomo de pruebas); probanzas valoradas por el juez
responsable en términos de la fracción II y III del artículo 277, del código adjetivo penal.
g) Asimismo, consideró la declaración por escrito rendida por el quejoso ante el juez de la
causa y ratificada en autos, la cual fue valorada por el juez responsable en términos de los
artículos 277, fracción VII, del código adjetivo penal (folios 115-117 y 124-125 del tomo de
pruebas).
Con base en los medios de convicción reseñados y que obran en el sumario penal de origen, tal
como lo estimó el juez responsable, se arriba a la convicción de que en el caso, se encuentran acreditados
los aspectos del cuerpo del delito de sustracción de menores y la probable responsabilidad del quejoso en
su comisión, sin que exista causa de justificación o medio orden de autoridad competente.
Sin que obste lo alegado por el quejoso en su demanda, en torno a que “es necesario que medie
una resolución judicial o administrativa que determine el contenido concreto de las facultades atribuidas al
progenitor perjudicado, de manera que la conducta reprochable, suponga la frustración de tales facultades y
el correlativo incumplimiento del ‘deber’ a que se refiere el tipo penal.”
La anterior aseveración es infundada.
A tal conclusión se arriba, pues no obstante que el tema relativo a quién debe ejercer la patria
potestad en términos de la legislación civil de Veracruz debe ser dilucidado en un procedimiento diverso del
penal; sin embargo, tal cuestión no puede servir como excluyente de incriminación en el caso de sustracción
de menores mientras no sea resuelto por las autoridades judiciales competentes, o como en el caso,
cuando el cónyuge agraviado mantenga de hecho la guarda y custodia del menor agraviado, al advertirse
de autos que ha sido la progenitora Mirna Cabrera Salinas, quien se ha venido haciendo cargo del cuidado
y atención de su menor hijo agraviado, ya que el progenitor de éste, aquí quejoso, se ausentaba por
momentos prolongados del hogar ya que su base laboral como Marinero de la Armada de México, se
encuentra en Tuxpan, Veracruz; máxime cuando la preocupación principal del legislador al crear dicha
disposición fue proteger a los hijos menores de edad, pues busca evitar un desarrollo inadecuado de su
personalidad, generado por un quebranto unilateral e ilegítimo del estado de hecho o del derecho de quien
mantiene la guarda o custodia del menor por parte de uno de los padres. De ahí que el bien jurídico que
pretende proteger el delito en cuestión es justamente el interés superior de los menores de edad, ya que
busca disuadir a los progenitores de transgredir por la vía de los hechos una situación de hecho o de
derecho para salvaguardar el bienestar de aquéllos, evitando que sufran los perjuicios que acarrean los
cambios constantes de residencia habitual y el ser objeto de la disputa entre los progenitores; aunado a que
también se tutela el hecho y la circunstancia de que quien esté ejerciendo por hecho o por derecho la
custodia o guarda del menor, la continúe hasta en tanto no se dirima civilmente si procede o no la
suspensión o pérdida de dicho estado, sin que ello implique que se desconozca la figura de la patria
potestad, que se ejerce por los padres de un menor, hasta en tanto no exista resolución judicial firme que
determine su suspensión o pérdida, puesto que precisamente se otorga esa potestad para la persona que
se considere con derecho a poder reclamar la guarda y custodia del menor.
O dicho de otra manera, si bien el padre de un menor tiene derecho al ejercicio de la patria
potestad y, con él, a tener la guarda y custodia de dicho menor, tal circunstancia no lo autoriza a hacerse
unilateralmente de la custodia o guarda de su hijo, cuando ésta se ejerza de hecho o por derecho por una
diversa persona que en el caso lo es la progenitora el menor, a riesgo de cometer el delito que aquí se le
atribuye, en calidad de autor.
Sirve de apoyo a lo anterior, por su aplicación a contrario imperium, la tesis sustentada por el
Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, impresa en la página mil cuatrocientos
treinta y siete, Tomo XIV, agosto de dos mil uno, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, que se lee:
“SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE. PARA SU INTEGRACIÓN BASTA QUE
LA CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE VERACRUZ). Si bien es cierto que el entonces Segundo Tribunal Colegiado del
Séptimo Circuito sustentó la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-1987, Séptima Época del
Semanario Judicial de la Federación, de rubro y texto: "MENORES, SUSTRACCIÓN O
RETENCIÓN DE. INEXISTENCIA DEL CUERPO DEL DELITO TRATÁNDOSE DE LOS
PROGENITORES.-Los padres de menores de doce años no incurren en la comisión del delito de
sustracción o retención previsto por el artículo 206 del Código Penal del Estado de Veracruz,
salvo que la guarda o custodia se decrete judicialmente a favor del otro o de un tercero.", también
lo es que ya no es aplicable, si se tiene en consideración que ese criterio se sustentó con base en
el mencionado precepto legal, antes de sus reformas ocurridas, la primera, el veintitrés de enero
de mil novecientos noventa y uno y, la segunda, el ocho de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho, publicadas en la Gaceta Oficial del Estado el diecinueve de febrero y el ocho de
septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo texto original establecía: "Artículo 206. Al
familiar de un menor de doce años de edad o de un incapacitado de comprender, o al que por
instrucciones de aquél, lo sustraiga de la custodia o guarda de quien legítimamente la tenga, o
bien lo retenga sin la voluntad de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa
hasta de cinco mil pesos.". El precepto legal vigente dice: "Artículo 206. Al familiar de un menor de
doce años de edad o de un incapacitado de comprender, o al que por instrucciones de aquél lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de hecho o por derecho, o bien lo retenga sin
la voluntad de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa hasta de cuarenta
veces el salario mínimo.". Como se advierte, el texto actual establece que para que se actualice el
delito en mención, no se requiere que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o guarda
del menor legítimamente y menos que sea necesario un mandamiento judicial, sino basta que esa
custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho”.
Asimismo, se cita en apoyo a lo anterior, por analogía de razón y contenido jurídico sustancial que
la rige, la tesis 1a. CCCIX/2013 (10a.), sustentada por la Primera Sala del Máximo Tribunal de Justicia del
país, visible en la foja 1065, tomo 2, Libro XXV, de Octubre de 2013, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Décima Época, de rubro y texto siguientes:
“SUSTRACCIÓN DE MENORES. EL ARTÍCULO 225 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL
ESTADO DE CHIAPAS QUE PREVÉ ESTE DELITO, NO ES CONTRARIO AL INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR NI AL DERECHO FUNDAMENTAL A LA CONVIVENCIA FAMILIAR.
Uno de los objetivos principales de la previsión del delito de sustracción de menores, a que se
refiere el citado artículo 225, es evitar el quebranto del régimen de convivencia establecido como
resultado de la separación material de los padres a causa de desacuerdos personales. Así, la
preocupación principal del legislador al crear dicha disposición fue proteger a los hijos menores de
edad, pues busca evitar un desarrollo inadecuado de su personalidad, generado por un quebranto
unilateral e ilegítimo del régimen de convivencia por parte de uno de los padres. De ahí que el
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bien jurídico que pretende proteger el delito en cuestión es justamente el interés superior de los
menores de edad, ya que busca disuadir a los progenitores de transgredir por la vía de los hechos
una situación jurídica creada para salvaguardar el bienestar de aquéllos, evitando que sufran los
perjuicios que acarrean los cambios constantes de residencia habitual y el ser objeto de la disputa
entre los progenitores. En esta lógica, el artículo 225 del Código Penal para el Estado de Chiapas,
al prever que si el sujeto activo de la sustracción del menor o del incapaz, no tiene la finalidad de
corromperlo, es familiar del sustraído pero no ejerce la patria potestad o la tutela sobre el mismo,
o no ejerce la guarda o custodia por resolución judicial, se le impondrá la mitad de las penas
previstas para el delito de sustracción, no es contrario al interés superior del menor ni al derecho
fundamental a la convivencia familiar sino que, por el contrario, constituye una medida necesaria y
proporcional dirigida a resguardar a los menores involucrados en una controversia familiar.”

De igual forma, resulta aplicable en lo conducente, la tesis VII.1o.P. J/49, pronunciada por el
Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, visible en la foja 1662, tomo XVII, de
Marzo de 2003, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo contenido literal es
el siguiente:
“SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE. PARA SU INTEGRACIÓN BASTA QUE
LA CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE VERACRUZ). Si bien es cierto que el entonces Segundo Tribunal Colegiado del
Séptimo Circuito sustentó la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-1987, Séptima Época del
Semanario Judicial de la Federación, de rubro y texto: "MENORES, SUSTRACCIÓN O
RETENCIÓN DE. INEXISTENCIA DEL CUERPO DEL DELITO TRATÁNDOSE DE LOS
PROGENITORES.-Los padres de menores de doce años no incurren en la comisión del delito de
sustracción o retención previsto por el artículo 206 del Código Penal del Estado de Veracruz,
salvo que la guarda o custodia se decrete judicialmente a favor del otro o de un tercero.", también
lo es que ya no es aplicable, si se tiene en consideración que ese criterio se sustentó con base en
el mencionado precepto legal, antes de sus reformas ocurridas, la primera, el veintitrés de enero
de mil novecientos noventa y uno y, la segunda, el ocho de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho, publicadas en la Gaceta Oficial del Estado el diecinueve de febrero y el ocho de
septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo texto original establecía: "Artículo 206. Al
familiar de un menor de doce años de edad o de un incapacitado de comprender, o al que por
instrucciones de aquél, lo sustraiga de la custodia o guarda de quien legítimamente la tenga, o
bien lo retenga sin la voluntad de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa
hasta de cinco mil pesos.". El precepto legal vigente dice: "Artículo 206. Al familiar de un menor de
doce años de edad o de un incapacitado de comprender, o al que por instrucciones de aquél lo
sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de hecho o por derecho, o bien lo retenga sin
la voluntad de éste, se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa hasta de cuarenta
veces el salario mínimo.". Como se advierte, el texto actual establece que para que se actualice el
delito en mención, no se requiere que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o guarda
del menor legítimamente y menos que sea necesario un mandamiento judicial, sino basta que esa
custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho.”

También se cita, por su contenido jurídico sustancial, la tesis sustentada por el Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Séptimo Circuito, publicada en la página 484, Tomo XII, agosto de 1993, Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación, que dispone:
"MENORES, SUSTRACCIÓN DE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). El
tema relativo a quien debe ejercer la patria potestad en términos de la legislación civil de la
entidad debe ser dilucidado en procedimiento diverso del penal, y no puede servir como
excluyente de incriminación en el caso de sustracción de menores por mientras no sea resuelto
por las autoridades judiciales competentes".
Asimismo, conviene citar al caso la tesis emitida por la Primera Sala del Máximo Tribunal del país,
visible en la página 95, 175-180, segunda parte, Séptima Época, del Semanario Judicial de la Federación,
de rubro y texto:
“MENORES, SUSTRACCIÓN DE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). La
Legislación Civil del Estado de Veracruz señala que, en el caso de menores habidos fuera del
matrimonio, la tutela, la guarda y la custodia de los mismos la ejercerán ambos amasios si
viviesen juntos, o cualquiera de ellos si viven separados, de común acuerdo, y que en caso de
diferencia de criterio procederá la decisión del Juez Civil y de esta manera quedará legitimada la
guarda, custodia y tutela de los menores. Pero tratándose del derecho penal debe entenderse
que, independientemente de lo antes dicho, lo que se tutela es el hecho y la circunstancia de que
quien esté ejerciendo la custodia del menor, la continúe hasta en tanto no se dirima civilmente si
procede o no la pérdida de esa custodia; en otras palabras, si alguien cree tener el derecho a que
su menor hijo viva con él y a privar de ese derecho a su amasia, no debe ejercer una decisión
unilateral, sino que debe acudir a los tribunales civiles para que en forma legítima y conforme a
derecho se decida a cual de los dos padres le corresponde la custodia del menor; pero si en el
caso, el inculpado sustrajo de la guarda de la madre al menor y se niega a devolverlo a ésta, con
quien el dicho menor ha estado viviendo desde su nacimiento hasta la fecha en que su padre lo
llevó con él, resulta que se tipifica el delito de sustracción de menores previsto en el artículo 206
del Código Penal de la misma entidad. Es importante hacer notar que el artículo 206 establece
dos hipótesis del ilícito: una, cuando el activo sustrae el menor sin la autorización de quien
tenía de hecho la custodia de ese menor y la segunda, cuando habiendo recibido al menor,
contando con la voluntad de su madre, posteriormente se niega a devolverlo.”
Por último, no pasa inadvertido que rendir su declaración por escrito ante el juez responsable, el
quejoso hubiera negado haber retenido ilegalmente al menor agraviado, manifestando que contó con la
autorización de la denunciante, progenitora de dicho menor, quien se lo entregó en el mes de julio de dos
mil quince, y tenía conocimiento que realizarían un viaje a Tehuantepec, Oaxaca, e incluso cuando se
enfermó el menor, la madre del mismo estuvo presente; no obstante, se estiman ineficaces tales
alegaciones encaminadas a desvirtuar la imputación que pesa sobre el quejoso, puesto que versan sobre
un supuesto de hecho diverso que lo fue la retención sufrida sobre el menor agraviado en julio de dos mil
quien, mientras que el juez responsable, atribuyó la conducta antijurídica imputada al quejoso respecto de la
diversa hipótesis de sustracción de menores, la cual manifestó fue realizado el dieciocho de agosto de
dos mil quince, sin la anuencia de la madre del menor, quien mantenía de hecho la guarda y custodia de
dicho infante, sin justificación alguna y sin orden de autoridad competente, lo cual, se encuentra acreditado
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en autos hasta esta etapa procesal en que se dictó el auto de formal prisión en grado de probable contra el
peticionario de amparo.
En suma, de todo lo anterior se advierte que el proceder del Juez responsable se encuentra
ceñido al artículo 19 constitucional, puesto que para el dictado de una resolución como la aquí reclamada,
no exige que se tengan pruebas completamente claras que establezcan de modo indudable la
responsabilidad del inculpado, sino únicamente que los datos que arroje la averiguación previa permitan
comprobar los elementos del cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad del acusado; hipótesis
que en el caso concreto se encuentran colmados, pues los medios de convicción habidos hasta esta etapa
procesal resultan bastantes para acreditar tales extremos.
Sirve de apoyo a lo anterior por su contenido, la jurisprudencia número 425, visible en las páginas
245 y 246, Tomo II, Materia Penal, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación correspondiente a
los años de 1917-1995, que expresa:
“AUTO DE FORMAL PRISIÓN. Para motivarlo, la ley no exige que se tengan pruebas
completamente claras que establezcan de modo indudable la culpabilidad del reo; requiere
únicamente, que los datos arrojados por la averiguación sean bastantes para comprobar el cuerpo
del delito y hacer probable la responsabilidad del acusado.”.
En mérito de lo anterior, y sin que se advierta queja deficiente que suplir conforme el artículo 79
de la Ley de Amparo, resulta procedente negar la protección de la Justicia Federal solicitada en contra del
acto reclamado, con el auto de formal prisión, decretado por el juez de instancia en contra del quejoso.
La negativa del amparo debe hacerse extensiva a los actos de ejecución y consecuencias
jurídicas del auto de formal prisión estimado inconstitucional, consistente en la identificación
administrativa del quejoso, al no reclamarse por vicios propios.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 76, 77 y 78 de la Ley de Amparo, se;
RESUELVE:
ÚNICO. La Justicia de la Unión NO AMPARA NI PROTEGE a **, contra el acto reclamado a las
autoridades responsables señaladas en el considerando tercero, por los motivos expuestos en el último
considerando de esta sentencia.
Notifíquese personalmente a la parte quejosa y tercero interesado, con copia certificada de
esta resolución; por oficio a las autoridades responsables y por lista al Fiscal Federal de la
adscripción.
Así lo resolvió y firma Vicente Salazar López, Juez Sexto de Distrito en el Estado de Veracruz,
asistido de Abdiel Andrés Zepeda Aguilar, Secretario que autoriza, hasta el día de hoy, veinte de febrero de
dos mil diecisiete, fecha en que lo permitieron las labores de este Juzgado. Doy fe.” DOS FIRMAS.
RÚBRICAS. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Es copia fiel sacada de su original que tuve a la vista y que obra
agregada en los autos del juicio de amparo 1254/2016-VI, promovido
por ** que se autoriza para ser remitidas a las autoridades responsables
en vía de notificación. Boca del Río Veracruz, veinte de febrero de dos
mil diecisiete. El secretario del Juzgado Sexto de Distrito en el Estado
de Veracruz, Abdiel Andrés Zepeda Aguilar. Doy fe.
El licenciado(a) Abdiel Andrés Zepeda Aguilar, hago constar y certifico que en
términos de lo previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo
relativo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada
legalmente como reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento
mencionado. Conste.

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